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Dr. Alfredo Vargas.

Guillermo Murillo.
Citas del texto analizado con las Enéadas de Plotino. 19.02.18.
PLOTINO ENÉADAS.
Introducción general 12-19.

12.
Hay que huir del mundo de acá al de allá y retornar, como Ulises, a la verdadera patria.
I, 6, 8, 16-21.
«Huyamos, pues, a la patria querida», podría exhortarnos alguien con mayor verdad -¿Y qué huida
es ésa? ¿Y cómo es? -Zarparemos como cuenta el poeta (con enigmática expresión, creo yo) que
lo hizo Ulises abandonando a la maga Circe o a Calipso, disgustado de haberse quedado pese a
los placeres de que disfrutaba a través de la vista y a la gran belleza sensible con que se unía. Pues
bien, la patria nuestra es aquella de la que partimos, y nuestro Padre está allá.

V 9, 1, 20-21.
La de los hombres divinos que con superior potencia y agudeza de vista avistaron, como por una
gran perspicacia, el esplendor de arriba y remontáronse hasta allá, cual sobre las nubes y la neblina
de acá, y se quedaron allá, desdeñando todo lo de acá y complacidos en aquella región, que es la
verdadera y que les es familiar, a la manera de un hombre que al cabo de una larga odisea arriba a
su patria bien legislada por justas leyes.

Más la huida no es local: consiste en separarse afectivamente del cuerpo y en asemejarse


a Dios mediante la virtud.
V 1, 10, 24-31.
La exhortación, en fin, a separarse no significa a separarse localmente (pues esa parte del alma
está separada por naturaleza), sino con el desapego, absteniéndose de fantasmagorías y
enajenándose del cuerpo, por si lograra uno reconducir y llevarse consigo a lo alto aun la parte
restante del alma, la parte de ella que tiene aquí su asiento, que es la única que fabrica el cuerpo,
lo modela y se afana por él.

Y se realiza no a pie, ni en carruaje ni en una embarcación, sino despertando esa vista


interior que todos poseemos pero que pocos usamos.
I 6, 8, 21-27.
-¿Y qué viaje es ése? ¿Qué huida es ésa? -No hay que realizarla a pie: los pies nos llevan siempre
de una tierra a otra. Tampoco debes aprestarte un carruaje de caballos o una embarcación, sino
que debes prescindir de todos esos medios y no poner la mirada en ellos, antes bien, como cerrando
los ojos, debes trocar esta vista por otra y despertar la que todos tienen pero pocos usan.
Dr. Alfredo Vargas.
Guillermo Murillo.
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Este huir…se realiza en dos etapas: una que va de lo sensible a lo inteligible y otra que
termina en la cima de lo inteligible que es el Bien.
I 3, 1, 1-18.
¿Qué arte, qué método, qué práctica nos sube a donde debemos encaminarnos? Que la meta adonde
debemos dirigirnos es el Bien y el Principio supremo, quede bien asentado como cosa convenida
y con múltiples argumentos demostrada. Es más, los mismos argumentos con que demostrábamos
esto, eran una forma de subida2. Ahora bien, ¿quién debe ser el destinado a la subida? ¿Acaso el
que haya visto todo o el que -como dice (P1atón)- «haya visto más», aquél que «en la primera
encarnación se encarna en el germen
de un varón destinado a ser filósofo, o un músico o enamoradizo?. He aquí, pues, los destinados a
la subida: el filósofo nato, el músico y el enamoradizo. ¿Y cuál es el modo? ¿Uno solo y el mismo
para todos éstos o uno para cada uno? Pues bien, las etapas del viaje son dos para todos, sea que
estén subiendo, sea que hayan llegado arriba: la primera arranca de las cosas de acá abajo; la
segunda es para aquellos a los que, habiendo arribado ya a la región inteligible y como posado su
planta en ella, les es preciso seguir caminando hasta que lleguen a lo último de esa región, que
coincide precisamente con «el final del viaje», cuando se esté en la cima de la región inteligible.
Mas esta segunda etapa quédese para más adelante6; primero hay que intentar hablar de la subida.

Las tres hipostasis divinas a las que hay que remontarse escalonadamente, además de ser
constitutivas de la estructura de la realidad trascendente, se encuentran latentemente
presentes en el alma del hombre.
I 1, 8, 1-10.
-Y con la Inteligencia, ¿en qué relación estamos? Me refiero no a la inteligencia que el alma posee
como hábito posesivo del contenido derivado de la Inteligencia, sino a la Inteligencia en sí. -Pues
aun ésta la poseemos por encima de nosotros. Y la poseemos o como común, o como propia o
como común a todos y propia a un tiempo: como común, porque es una Inteligencia indivisa, una
sola y la misma en todos; como propia, porque cada uno la posee entera en el alma primera. Así
que también poseemos las Formas de dos maneras: en el alma, como desarrolladas y como
separadas; en la inteligencia, todas juntas.
-Y a Dios, ¿cómo lo poseemos?. -Como montado sobre la naturaleza inteligible y sobre la Esencia
real; y a nosotros nos poseemos como lo terceros a partir de aquél, compuestos -dice (Platón)…

V 1, 10, 1-6.
Ha quedado ya demostrado que hay que pensar que las cosas son así: que existe lo que está más
allá del Ser, o sea, el Uno. Tal cual nuestro razonamiento trató de mostrado en la medida en que
la demostración era posible en este asunto; que, seguidamente, existe el Ser y la Inteligencia y
que, en tercer lugar, existe la naturaleza del Alma. Ahora bien, del mismo modo que esta Trinidad
de la que hemos hablado existe en la naturaleza, así hay que pensar que también habita en el
hombre.
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14.
…él se consideraba a sí mismo interprete de las doctrinas de Platón…
V 1, 8, 10-14.
Platón sabía que del Bien procede la Inteligencia y de la Inteligencia el Alma, y que estas doctrinas
no son nuevas ni han sido expuestas hogaño, sino antaño, no de forma patente, es verdad, pero la
presente exposición es una exégesis de aquella porque demuestra con el testimonio de los escritos
del propio Platón que estas opiniones (nuestras) son antiguas.

Unifica toda la realidad reduciéndola genéticamente a la unidad de un solo principio y


estructurándola jerárquicamente en un sistema perfectamente definido, logrando…una
síntesis original y coherente.
III 2, 1, 27-34.
La naturaleza de la Inteligencia y del Ser es el Cosmos verdadero y primario porque no se distanció
de sí mismo ni se debilitó por fraccionamiento ni se volvió deficiente ni siquiera en sus partes,
pues ninguna ha sido arrancada del conjunto, sino que toda la vida de aquél es a la vez toda
Inteligencia, pues es una vida que vive en unidad e intelige juntamente; y así, hace que la parte
sea un todo y que toda parte sea amiga de ella, no que una se separe de otra ni que una quede
aislada y desterrada de las otras.
2, 1-6; III 6, 6, 10-28; IV 8, 7, 1-2; V 8, 12; VI 2, 22, 35-46; VI 5, 2, 8-19.

15.
El uno bien plotiniano es a la vez el de donde y el adonde de toda alma.
VI 2, 11, 25-6 (NO ESTÁ)

Es un centro del que parten y en el que convergen todos los radios.


I 7, 1, 21-24; I 6, 7, 10.
Además, el Bien hay que concebirlo, a su vez, como aquello de lo que están suspendidas todas las
cosas, mientras que aquello mismo no lo está de ninguna, pues así es también como se verificará
aquello de que «es el objeto del deseo de todas las cosas». El Bien mismo debe, pues, permanecer
fijo, mientras que las cosas todas deben volverse a él como el círculo al centro del que parten los
radios.

V 2, 2, 25.
Ahora bien, todos estos niveles son aquél y no son aquél: son aquél porque provienen de aquél,
pero no son aquél porque aquél los donó permaneciendo él en sí mismo. Hay, pues, como una vida
larga extendida longitudinalmente; cada uno de los trozos consecutivos es distinto; mas el todo es
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continuo consigo mismo, pero siempre hay una parte nueva por su diversidad, sin que la anterior
perezca en la siguiente.

16.
El uno bien es como una fuente siempre manante o como raíz inmoble y vivificante de un
árbol.
III 8, 10, 5-14.
Imagínate, en efecto, una fuente que no tenga un principio distinto de ella pero que se haya
entregado a todos los ríos sin haberse agotado en ellos, sino permaneciendo ella misma en quietud;
imagínate que los ríos salidos de ella estén todavía juntos antes de fluir uno en una dirección y
otro en otra pero como ya cada uno adónde ha de enviar su respectiva corriente. O bien, imagínate
la vida de un árbol gigantesco difundida por todo él mientras el principio permanece y no se
desparrama por todo, estando mismo como asentado en la raíz. Por tanto, si bien es verdad que
ese principio suministró al árbol toda su vida, no obstante, él mismo permaneció fijo, pues no es
múltiple, sino principio de la vida múltiple. Y esto no es ninguna maravilla.

El uno bien, que no es vida todavía porque, siendo principio de vida, está más allá de la
vida.
III 8, 10, 2-3.
-Entonces, ¿qué es? -Potencia de todas las cosas. Si ésta no existiera, tampoco existirían todas las
cosas, y la Inteligencia no sería la Vida primera y total. Ahora bien, lo que está por encima de la
vida es causa de vida, porque la actividad de la vida, siendo todas las cosas, no es primera, sino
que ella misma ha manado, por así decirlo, cual de una fuente.

III 9, 9, 17-18.
-¿Entonces, qué? ¿Tampoco vive? -En realidad, no hay que decir que viva. Si acaso, que imparte
vida.

VI 7, 17, 9.14.
Si, pues, hay algo anterior a la actividad es que está más allá de la actividad; luego más allá de la
vida. Si, pues, hay vida en la Inteligencia, el dador dio, sí, vida, pero es más hermoso y preciado
que la vida. La Inteligencia poseía, pues, vida, y sin embargo, no necesitaba de un donante
multiforme. Es decir, la vida era un vestigio de aquél, no vida de aquél.
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VI 8, 16, 33-34.
Si, pues, su propia actividad no ha nacido, sino que existió siempre y era una especie de Velación
sin ser distinto el que estaba en vela de la Velación, Velación y Superintelección siempreexistente,
síguese que es tal y como era su Velación. Ahora bien, esta Velación está más allá de la Esencia,
de la Inteligencia y de la Vida pensante.

…y la materia que ya no es vida, porque siendo mero final e indeterminación absoluta,


está por debajo de la vida.
III 4, 1, 6-12.
-¿Entonces, la Vegetatividad no engendra nada? -Engendra algo completamente distinto de ella,
porque después de ella ya no hay vida, sino que lo engendrado por ella carece de vida. -¿Y por
qué? -Pues porque así como todo lo engendrado anteriormente a esto era engendrado sin forma,
pero era conformado por la forma porque se volvía a su progenitor, como quien se nutre de él, así
también aquí lo engendrado debe ser no ya una especie de alma –pues no vive ya-, sino
indeterminación absoluta Porque aunque la indeterminación existía aun en los anteriores, pero
existía en una forma, pues era algo indeterminado no absolutamente, sino relativamente a su
propio perfeccionamiento; lo de ahora, en cambio, absolutamente.

1.- principio de la doble actividad.


La realidad es vida, energía y actividad, cada nivel tiene dos clases de actividad: la de la
esencia de cada cosa, constitutiva de la esencia de cada cosa y consustancial con ella, y
la resultante de la esencia de cada cosa, derivada de la primera pero distinta de ella.
V 4, 2, 27-30.
Pero ¿cómo es que proviene, si aquél permanece en sí mismo? - Es que una es la actividad de la
esencia y otra la actividad derivada de la esencia de cada cosa. La actividad de la esencia de cada
cosa es la cosa misma en acto; la actividad derivada de la esencia es la que forzosamente debe
subseguir a cada cosa, siendo distinta de ella.

La analogía favorita es la del fuego: uno es el calor inmanente del fuego y otro liberado
o transmitido por el fuego.
V 1, 3, 10.
Así como la palabra proferida es imagen de la palabra interior del alma, así también el alma misma
es palabra de la Inteligencia, es la actividad total y la vida (total) que emite (la Inteligencia) para
que subsista otra cosa, análogamente a como en el fuego se da por una parte el calor consustancial
al fuego, y por otra el que éste libera.
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V 4, 2, 30-33.
Por ejemplo en el caso del fuego, hay un calor que forma parte integrante de su esencia, y otro
calor que proviene ya del primero cuando el fuego, al tiempo que permanece fuego activa el calor
connatural a su esencia.

Este es un principio de validez universal.


IV 3, 10, 32-35.
Pues lo propio del fuego es calentar, y lo propio de otro cuerpo, enfriar; mas la actividad propia
del Alma es de dos clases: una interna y otra externa dirigida a otro. Efectivamente, en los seres
inanimados, la actividad interna y latente está como dormida, mientras que la externa y dirigida a
otro consiste en hacer semejante a sí mismo a aquello que sea capaz de experimentar su influjo.
Ahora bien, esta potencia para asemejar a sí mismo es común a todos los seres.

IV 5, 7, 13-20.
Ahora bien, en un cuerpo luminoso hay dos actividades: una interna, que es como la vida
sobreabundante de dicho cuerpo y como el principio y la fuente de su actividad; y otra que rebasa
los límites de dicho cuerpo y es una imagen de la luz interna y una actividad cruzar el espacio sin
vehículo? Si fuera caediza por naturaleza, sí se vendría abajo, pues ni el aire ni en modo alguno el
objeto iluminado han de estar desasiéndola a tirones del cuerpo luminoso y forzándola a seguir
adelante.

Por ser de aplicación analógica lo aplica al mismo primer principio.


V 4, 2, 26-38.
Y puesto que aquél permanece inteligible, lo proveniente deviene intelección, siendo intelección
y entendiendo a aquél de quien provino -pues no tiene ningún otro, deviene Inteligencia, algo así
como un nuevo inteligible, un nuevo aquél, una copia e imagen de aquél. - Pero ¿cómo es que
proviene, si aquél permanece en sí mismo? - Es que una es la actividad de la esencia y otra la
actividad derivada de la esencia de cada cosa. La actividad de la esencia de cada cosa es la cosa
misma en acto; la actividad derivada de la esencia es la que forzosamente debe subseguir a cada
cosa, siendo distinta de ella. Por ejemplo en el caso del fuego, hay un calor que forma parte
integrante de su esencia, y otro calor que proviene ya del primero cuando el fuego, al tiempo que
permanece fuego activa el calor connatural a su esencia. Pues así también allá, y allá mucho más
prioritariamente, permaneciendo aquél «en su propia índole», la actividad nacida de la perfección
que hay en él y de su consustancial actividad, tomando subsistencia -como que procede de una
gran Potencia, por cierto de la más grande de todas- se adentró en el Ser y la Esencia. Porque aquél
estaba más allá de la Esencia. Aquél era la Potencia de todas las cosas mientras éste es ya todas
las cosas. Pero si éste es todas las cosas, aquél está más allá de todas las cosas. Luego más allá de
la Esencia. Y si éste es todas las cosas, y, en cambio, el Uno es anterior a todas sin estar en pie de
igualdad con ellas, también por este respecto debe estar más allá de la Esencia.
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2.- el principio de la productividad de lo perfecto.
La actividad segunda es liberada por la primera necesariamente, en virtud del principio
de que «todas las cosas, cuando ya son perfectas engendran»
V 1, 6, 38.
Pero de esto dan testimonio principalmente todas las sustancias, porque, mientras existen, dimana
de ellas en torno a ellas algún efluvio, y de estos efluvios, una vez venidos a la existencia, gusta
el que está cerca. Y todos los seres, en fin, cuando son ya perfectos, procrean.

Las cosas sensibles se limitan a emular al primer principio, como pueden, en eternidad y
bondad.
V 1, 6, 30-39.
Mas lo eternamente perfecto procrea eternamente y procrea algo eterno, pero también algo inferior
a sí mismo.

V 4, 1, 23-36.
-Más bien como un 'conjunto de intelecciones, todas juntas, de una multiplicidad de objetos.
Porque como el espectáculo es variado, la intelección debe ser variada, múltiple y simultánea, y
debe haber una multiplicidad de intelecciones análoga a la multiplicidad de percepciones de un
rostro cuando se ven a la vez los ojos, la nariz y lo demás. -¿Y cuando (el alma) divide algún
género unitario desplegándolo en sus especies? '. -Ya está dividido en la Inteligencia, y la tal
operación del alma es como remachar más la división. Y como la anterioridad y la posterioridad
que hay en las especies no es según el tiempo ', tampoco dará lugar a que la intelección de dicha
anterioridad y posterioridad ocurra en el tiempo. Es que también la hay según el orden: por
ejemplo, el orden que hay en un árbol a partir de las raíces hasta la copa no conlleva para quien lo
contempla, cuando contempla todo el árbol a la vez, otra forma de anterioridad y posterioridad
que la del orden.
-Pero cuando (el alma) comienza fijándose en una sola parte y luego capta varias y aun todas, ¿por
qué capta primero una y a continuación otra? -Pues porque esa potencia que es una era una de tal
modo que, al ocuparse de otra cosa, se hace múltiple y deja de captar todas las partes con una sola
intelección. Bien es verdad que, mientras es una potencia que permanece en quietud, sus actos no
se suceden uno a uno, sino que todos están siempre presentes; pero cuando se ocupa de las otras
cosas lo, entonces, al originarse ya (una multiplicidad, no todos los actos están siempre presentes,
porque entonces ya ") el objeto es tal que el acto, si es uno solo, no puede recibir en sí mismo la
naturaleza de la multiplicidad antes inexistente.

La inteligencia procede del Uno-Bien y el alma de la inteligencia como una especie de


desbordamiento de la sobreabundancia de sus respectivos principios.
V 2, 1, 7-16.
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- ¿Entonces, como pueden brotar de un Uno simple, si en lo idéntico no aparece variedad ninguna
ni dualidad ninguna de cualquier cosa que sea? - Pues precisamente porque ninguna cosa había en
él, por eso brotan todas de él, y precisamente para que el Ente exista, por eso él mismo no es Ente,
sino Progenitor del Ente. Y ésta es la primera como procreación. Porque el Uno, siendo perfecto
porque nada busca, nada posee, nada necesita, se desbordó, por así decido, y esta sobreabundancia
suya ha dado origen a otra cosa y ésta, una vez originada, tomóse hacia aquél y se llenó y, al
mirado se convirtió de hecho en esta Inteligencia. Su detenimiento frente a aquél dio origen al
Ente; mas su mirada hacia aquél dio origen a la Inteligencia. Así pues, como se detuvo para mirado,
conviértese a la vez en Inteligencia y en Ente. Ahora bien, esta Inteligencia, siendo semejante a
aquél, se comporta de modo semejante: volcó abundantemente su potencia, -y ésta es también un
trasunto de ella- al igual que el anterior a ella volcó la suya, y esta actividad derivada de la Esencia
(de la Inteligencia) es actividad del Alma, convertida en Alma mientras permanecía la Inteligencia.

3.- el principio de la donación sin merma.


La energía derivada que libera el principio emisor, la libera sin menoscabo de su propia
integridad.
V 4, 2, 21.
Si, pues, alguna cosa proviene mientras él permanece en sí mismo, esa cosa proviene de él siempre
que aquél sea lo que es. Permaneciendo, pues, él «en su propia índole», lo proveniente, sí, proviene
de él, pero proviene permaneciendo aquél.

Principio de validez universal, se aplica ante todo al uno bien como fuente inexhausta
que se da a todos los ríos pero sin agotarse en ellos.
III 8, 10, 6-7.
Ahora bien, lo que está por encima de la vida es causa de vida, porque la actividad de la vida,
siendo todas las cosas, no es primera, sino que ella misma ha manado, por así decirlo, cual de una
fuente. Imagínate, en efecto, una fuente que no tenga un principio distinto de ella pero que se haya
entregado a todos los ríos sin haberse agotado en ellos, sino permaneciendo ella misma en quietud.

…los productos que dimanan de él no lo aminoran.


VI 9, 9, 3.
Y al danzar esta danza, uno ve la Fuente de la Vida, la Fuente de la Inteligencia, el Principio del
Ser, la Causa del bien, la Raíz del alma. No es que estas cosas primero emanen de él y luego
aminoren, no, pues no es una masa.

Lo mismo vale de las otras dos hipóstasis.


V 2, 1, 16-28.
Ahora bien, esta Inteligencia, siendo semejante a aquél, se comporta de modo semejante: volcó
abundantemente su potencia, -y ésta es también un trasunto de ella- al igual que el anterior a ella
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Guillermo Murillo.
Citas del texto analizado con las Enéadas de Plotino. 19.02.18.
volcó la suya, y esta actividad derivada de la Esencia (de la Inteligencia) es actividad del Alma,
convertida en Alma mientras permanecía la Inteligencia. Porque también la Inteligencia se originó
mientras permanecía el anterior a ella.
El Alma, en cambio, no crea permaneciendo, sino que engendra una imagen tras ponerse en
movimiento. Así que mirando al principio aquel del que provino, se llena; mas avanzando hacia
un movimiento diferente y aun contrario engendra como imagen de sí misma la Sensación y la
Naturaleza que vegeta en las plantas. (Pero nada está desasido ni desconectado de su antecedente).
Y por eso aun el Alma superior da la impresión de extenderse hasta las plantas. Es que en cierto
modo se extiende hasta ellas, porque de ella es que está en las plantas; sin embargo, no toda ella
está en las plantas, sino que, penetrando en las plantas, está así porque prosiguió bajando hasta
allá creando con su avance y su interés por inferior una nueva hipóstasis. Porque también el Alma
anterior a ésta, la que está suspendida de la Inteligencia, deja que la Inteligencia permanezca en sí
misma.

Y en V 2, 2, 1-2 el principio se enuncia con aplicación universal: en la cadena


procesional.
Pues, (el Alma) procede desde el comienzo hasta último, de forma que cada parte se quede siempre
en su propio puesto mientras que la parte engendrada ocupa otro nueva, el de rango inferior.

4.- el principio de la degradación progresiva.


Lo generado es siempre más imperfecto que lo generante.
V 5, 13, 37-38.
En conclusión, el Bien primero, o sea, el Bien, se nos ha manifestado como transcendiendo todos
los seres, como Bien sin más y como no teniendo nada en sí mismo, sino estando puro de todas
las cosas, sobre todas las cosas y causa de todas las cosas. Porque lo cierto es que ni la Belleza ni
los Seres provienen de lo malo, ni tampoco de cosas indiferentes.
Porque la causa es superior a lo causado, pues es más perfecta.
El avance a partir del uno bien es un descenso continuo.

I 8, 7, 17-20.
Lo de morar «entre dioses», quiere decir entre los inteligibles. Éstos son, efectivamente,
inmortales. Más la forzosidad del mal es posible comprenderla también de este modo: que, puesto
que el Bien no existe solo, síguese forzosamente que, en el proceso de salida originado por él, o si
se prefiere, en ese continuo descenso y alejamiento, el término final después del cual ya no podría
originarse cosa alguna, ése es el mal.

V 3, 16, 5-8.
Ya hemos dicho en otra parte que el siguiente al Primero tiene que ser algo real, y en general, que
el Primero es una potencia y una potencia imponente, y esto, porque de la observación de todas
las otras cosas hay que dar por seguro que no hay ninguna, ni siquiera entre las últimas, que no
tenga potencia para engendrar. Mas ahora hay que añadir lo siguiente: que puesto que, en la serie
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de engendrados, el proceso no puede ser ascendente, sino descendente y tendente hacia una
pluralidad cada vez mayor, de ahí que el principio de cada serie deba ser más simple que los
miembros de dicha serie.

El uno bien engendra algo inferior a él.


V 1, 6, 39.
Pero de esto dan testimonio principalmente todas las sustancias, porque, mientras existen, dimana
de ellas en torno a ellas algún efluvio, y de estos efluvios, una vez venidos a la existencia, gusta
el que está cerca. Y todos los seres, en fin, cuando son ya perfectos, procrean. Mas lo eternamente
perfecto procrea eternamente y procrea algo eterno, pero también algo inferior a sí mismo.

Pero engendra lo más perfecto después de él.


V 4, 1, 40-41.
Preciso es, a sí mismo, que el generado por aquél sea preciosísimo, y que siendo su segundo, sea
más excelente que los demás.

Por eso no hay nada intermedio entre el uno bien y la inteligencia, como tampoco entre
la inteligencia y el alma.
V 1, 6, 49.
Más la Inteligencia necesita, así mismo, mirar siempre a aquél, para ser Inteligencia. Pero lo ve
no porque esté separada de él, sino porque viene a continuación de aquél y porque nada media
entre ambos, como tampoco entre el alma y la Inteligencia.

5.- el principio de la génesis bifásica.


La actividad segunda o liberada no es automáticamente constitutiva de la esencia del
nuevo término, sino que la génesis completa de cada nuevo grado de realidad se
desarrolla en dos fases.
III 4, 1.
Hay principios cuyas Hipóstasis se originan permaneciendo aquéllos en sí mismos.
La segunda fase se inicia con la conversión del término generado por añoranza de su
progenitor.

V 1, 6, 50.
Ahora bien, toda prole añora y ama a su progenitor, sobre todo cuando el progenitor y la prole son
únicos. y si además el progenitor es el más excelente, necesariamente se junta con él hasta el punto
de no estar separado de él más que por la alteridad.
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17.
Toda vida es forma de intelección, sólo que una intelección es más borrosa que otra, como
también la vida.
III 8, 8, 17-18.
-Entonces, ¿cómo es que son intelecciones? -Porque son razones. Y toda vida es una determinada
intelección, sólo que una es más borrosa que otra, como lo es también la vida. Pero la que es más
clara, ésa es también la Vida primera y la Inteligencia primera y una.

La vida más perfecta es la inteligencia, que es intelección intuitiva; siguen los tres niveles
de vida del alma: racional, sensitivo y vegetativo, a los que corresponden tres niveles de
intelección cada vez más borrosa, dianoética, sensitiva y vegetativa.
III 8, 8.
Hasta aquí sobre este punto. Ahora bien, como la contemplación va elevándose de la Naturaleza
al Alma y de ésta a la Inteligencia, y como las contemplaciones van haciéndose cada vez más
íntimas y unificadas con los sujetos contemplantes y, en el alma virtuosa, los objetos conocidos
tienden a identificarse con el sujeto puesto que tienden a la Inteligencia, síguese claramente que
en ésta ambas cosas son ya una sola, no por intimidad como en el alma perfecta, sino por esencia
y por el hecho de que «ser y pensar son la misma cosa»

Hasta las plantas contemplan porque el alma que anida en ellas es contemplativa.
III 8, 1.
Cita anterior

Define la realidad del primer principio como hypernoesis…


VI 8, 16, 32.
Luego su ser lo que es consiste en la actividad dirigida a sí mismo, a sí mismo trayendo consigo
su propia actividad. Si, pues, su propia actividad no ha nacido, sino que existió siempre y era una
especie de Velación sin ser distinto el que estaba en vela de la Velación, Velación y
Superintelección siempre existente…

…una especia de ensimismamiento…


V 1, 6, 18.
Todo lo que se mueve debe tener alguna meta hacia la que se mueva; pero como aquél no tiene
meta alguna, no digamos de él que se mueve, silla que, si alguna cosa se origina a continuación de
él, es necesario que se haya originado estando ya aquél eternamente vuelto a sí mismo.
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Citas del texto analizado con las Enéadas de Plotino. 19.02.18.
…y de autoconsciencia…
V 4, 2, 18.
Hay vida en él y todo está en él. Y, sin embargo, su intuición de sí mismo es el mismo en virtud
de una como consciencia de sí mismo, puesto que consiste en una quietud eterna y en una
intelección distinta de la intelección que corresponde a la Inteligencia.

Debajo del nivel supremo están los 4 grados de contemplación, más abajo la forma
sensible del cosmos es contemplación en el sentido de objeto de contemplación.
III 8, 3, 7-8.
Si, pues, no es acción, sino razón, será contemplación. Y, en toda serie de razones, la última es de
una contemplación y es contemplación en sentido de objeto de contemplación, mientras que toda
razón anterior a ésa es contemplación, una de un modo y otra de otro: la una lo es a modo no de
Naturaleza, sino de Alma; la otra, en cambio, está en la Naturaleza y es la Naturaleza.

18.
La producción es contemplación…porque la contemplación en acto, por el hecho de serlo,
es perfecta en su rango, y por ser perfecta, es productiva.
III 8, 3, 20-21.
Luego por ser contemplación y objeto de contemplación y razón, por eso, además, produce, por
cuanto es esas cosas. Luego la producción se nos ha revelado como contemplación. Es,
efectivamente, resultado de una contemplación que permanece contemplación y que no hizo otra
cosa, sino que se limitó a producir por ser contemplación.

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