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Daniuska González
Universidad Simón Bolívar Caracas, Venezuela.
Resumen
Operando en espacios fragmentados y de cambios discursivos, la no-
velística latinoamericana de los años noventa del siglo XX se ha estructura-
do, en general, a partir del canon postmoderno. Pensar esta narrativa supone
el registro de ciertas prácticas del ejercicio escritural postmoderno, que fluc-
túan desde la aprehensión de temáticas anteriormente soslayadas, hasta un
contar que, con elementos de la oralidad y de la vida cotidiana, se desliga de
aquella "larga serie de oposiciones coercitivas típicas del modernismo, como
las del realismo y lo fantástico, (...) la forma y el contenido" (Compagnon,
Antoine [ 19931: Las cinco paradojas de la mo(lernidad. Caracas: Monte
Ávila Editores; p. 108). En este campo del discurso ficcional, dialoga la obra
del escritor Luis Sepúlveda (Ovalle, Chile, 1949), construida desde sistemas
de representación contemporáneos, y cuyas marcas textuales apuntan hacia
la conformación de una escritura que, mediante un relato progresivo de vi-
vencias que posibilita el viaje por el mapa suramericano -y al cual tonifica
una experiencia recurrente de la aventura-, entra en interacción con una de
las sensibilidades fundamentales de finales de siglo: la ecología. El ensayo
"Viaje a la narrativa de Luis Sepúlveda. Escribir la ecología: la nueva
mirada del escritor viajero", pretende leer la novela de viajes sepulveana
como una palabra continua que crea un nuevo lugar, en el cual se arma una
conciencia hacia el entorno natural que se atraviesa, en medio de una movi-
ble geografía política, ideológica y económica.
Paabras lave: Ecología, novela de viajes, concicncia ecológica.
Abstract
Operating in fragmented spaces and discursive changes, the Latin
American narrative of the 1990s has been structured, in general, based on
the postmodern style. Reflecting on this narrative pre-supposes the registry
of certain practices in the exercise of postmodern writing, that fluctuate
from the apprehension of previously sianted themes up to and including
elements of orality and of daily life, Sepúlveda breaks away from that
"long series of typical coercive oppositions to modernism, such as those of
realism and of what is fantastic, (...) the forros and the contents" (Compag-
non, Antoine [1993]: Las cinco paradojas de la modernidad. Caracas:
Monte Ávila Editores; p. 108). In this field of fictional discourse, the
works of Luis Sepúlveda carry on a dialogue (Ovalle, Chile, 1949), built
on contemporary representation systems, the textual demarcations which
point towards the conformation of a style of writing that, by means of a
progressive relatory of experiences that facilítate a trip through the South
American map way -and which strengthens a recurrent experience of the
adventure-, enters into interaction with one of the fundamental understand-
ings at the end of the century: ecology. This essay "A Journey Through the
writings of Luis Sepúlveda' narrative, writing ecology: a new look at the
traveling writer', seeks to read the novel of trips as a continuous wording,
that creates a new place, in which one is armed with a conscience toward
the natural environment that is crossed, amid a movable political, ideologi-
cal and economic geography.
1
Viaje a la narrativa de Luis Sepúlveda.
Escribir la ecología: la nueva mirada del escritor viajero 9
de ánimo" (1988: 30), de ahí que en les-, y que los cartografía para dejar-
el acto de escribir se alienten otros los afirmados en la memoria que
anhelos no tomados en cuenta con permite construir la palabra.
anterioridad. Voz que pretende redi- El viaje de la escritura coincide
mir del desconcierto y de la pérdida con ese mapamundi itinerante de la
de fe, la escritura propone un espa- geografía contemporánea, donde de-
cio que hace de los múltiples frag- saparece visualmente lo que no lo-
mentos de la dispersión contemporá- gra afianzarse por medio de la letra:
nea, un vitral sobre el que se espejea selvas abrasadas por un supuesto
la posibilidad de comprender, aun- afán civilizatorio, regímenes con
que sea fugazmente, por cuál cami- violentas transformaciones internas,
no transita la sociedad. Si ya no pue- los cuales cambian en momentos su
de hablarse de determinar una ver- status político, razas indígenas o in-
dad, en el sentido bartheano del tér- dividuos marginados, de quienes
mino, al menos la palabra permane- sólo se presiente la existencia por el
ce como la salida para que al hom- registro de las novelas.
bre no se le cierre completamente el Como si se tratara de asentarlos en
túnel de sus antiguas certezas. las páginas de una antigua carta de
Y esta palabra de respuesta es la navegación, los puntos sobre los que
que trata de formarse en la novelísti- se reflexionará aproximan coordena-
ca de Luis Sepúlveda (Ovalle, Chile, das que, al cohesionarse, revelan las
1949). Un recorrido de lectura por su principales preocupaciones del hom-
obra descubre la presencia de tópicos bre postmoderno. Porque la escritura,
que se engarzan con las preocupacio- además de dibujar el espacio físico,
nes de este cierre de siglo postmo- también permite comprender, aunque
derno: la ecología, la constitución es- sea fragmentariamente, estos finales
crituraria de un sujeto viajero "caren- y nuevos inicios de siglos.
te de estabilidad" (Chambers, 1995: Pulsando las tensiones de la épo-
160), y el rito de ubicación frente a ca, la narrativa sepulveana señala ha-
lo que se considera como Otredad, cia las instancias de más problemati-
para de esta manera mezclarse y en- zación de la actualidad, principal-
contrar como individuo un posible mente la que involucra a la ecología.
lugar de asentamiento. A pesar de que para Chambers, ésta
Escritura a veces fragmentada, existe dentro "de una constelación
creada sobre el camino disperso y híbrida que oscila entre el conoci-
discontinuo de la vida, que se nutre miento oficial y el folklore ocultista,
de los paisajes desgastados por el entre la innovación científica y la pe-
propio hombre -naturales y socia- renne filosofía esotérica" (1995:
1
Viaje a la narrativa de Luis Sepúlveda.
Escribir la ecología: la nueva mirada del escritor viajero 11
164), no resulta menos cierto que la dad. De ahí que muchas veces, el
ecología ocupa las mentalidades y descubrimiento de lo desconocido
las reacciones del hombre postmo- en su periplo por el mapa de la con-
derno, y por ello se vuelve difícil temporaneidad (que es intrínseca-
encontrar una individualidad super- mente alteridad), sea asumido como
poniéndose a los desmanes aventu- respuesta a sus propias interrogan-
reros de un capitalismo expansionis- tes. Viajar, escribir lo que se padece
ta, pues ahora se apunta más a la y situarse frente a "otra" individuali-
cohesión global de los actos y a la dad que devuelve las imágenes pro-
reunificación de fuerzas para un pias como un reflejo, coloca a este
propósito, como el representado por sujeto en posición de "privilegiar el
Greenpeace. De lo que sí no hay la fragmento, el acontecimiento, el
menor duda, es que la postmoderni- cuerpo, la voz" (Chambers, 1995:
dad ha tomado la ecología como uno 171), para así reconocerse en medio
de sus planteamientos per se. de su trashumancia.
En otra dirección, el análisis tra- El sujeto atraviesa un extenso pa-
tará de construir la presencia de un raje de sensaciones no reveladas,
sujeto que se forma desde la subjeti- que lo despiertan como un individuo
vidad de lo que cuenta, de sus expe- ajeno al que creía ser, sin salidas, y
riencias en el camino. La postmo- únicamente con la escritura a mano
dernidad ha levantado un mundo al para sobreponerse. El sujeto está
que se está "necesariamente vincula- obligado a esperar cambios cada vez
do como sujeto biológico" (Jame- más impredecibles.
son, 1996: 71), perdida toda posibi-
lidad de ser, como en etapas anterio- 1. La utopía del planeta verde.
res, sujeto colectivo de un acto ideo- El tema ecológico en la escritura
lógico. Las vivencias cotidianas se de Sepúlveda
inmiscuyen, más que nunca, en esta
subjetividad que lo arma, y la frag- Cuando en Patagonia Express se
mentariedad y la inconstancia lo cuenta que "frente a la primera an-
atraviesan continuamente. gostura del estrecho de Magallanes"
Sujeto perdido en una época de (Sepúlveda 1995: 119), se distingue
absoluta movilidad, tiende a aferrar- a lo lejos la sepultura de un niño que
se a la palabra como salida para su murió de tristeza por el asesinato de
existencia contradictoria, y es en la su único amigo, un delfín, se pudie-
escritura cartográfica de su universo ra pensar que sólo la escritura trata
donde se percibe como individuali- de conmover con estas historias. La
realidad, sin embargo, resulta más
Daniuska González
12 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 48, 2004
lacerante: hace ya cinco años que Así, en este final de siglo, la natu-
frente a una cámara de video, un raleza pareciera más que nunca daña-
pescador pagado por el investigador da por la acción del hombre: de
Aldemaro Romero (h), de la Funda- acuerdo con las cifras del Fondo
ción Bioma para el estudio ambien- Mundial para la Naturaleza (WWF),
tal venezolano, sostenía a un delfín cada año desaparecen sin dejar rastro
para practicarle heridas con un bis- alrededor de 17.500 variedades, entre
turí que le provocaron la muerte, en ellas más de un veinte por ciento de
una agonía sin palabras para descri- mamíferos y aves; por cada hora se
birla ni tampoco para olvidarla. Pero pierden al menos 3 especies y cada
la maldad humana alcanza todavía día, cerca de 70; cada año se degra-
más a la naturaleza: en la mañana dan casi 10 millones de hectáreas de
del cuatro de enero de 1998, sobre la vegetación; y la humanidad lanza
costa noroeste de la isla de La Tor- anualmente 5.000 millones de tonela-
tuga, un centenar de delfines man- das de gas carbónico a la atmósfera.
charon la blancura de la arena. Sus Y volviendo al caso de los delfines,
largas bocas con hilillos de sangre una especie tan acosada: en Vene-
parecían a la espera de un oxígeno zuela y en apenas un año, veintiséis
que jamás les llegó. Las aletas que embarcaciones atuneras provocaron
atravesaron veloces el mar, descan- la masacre de más de 10.400 de estos
saban inermes frente al viento coste- inteligentes animales.
ro, en un silencio apenas molestado No hay dudas de que las socieda-
por el regreso de las olas sobre los des industrializadas se han colocado
cuerpos. ¿Muerte por contamina- como enemigos frente al elemento
ción? ¿Acaso por las explosiones natural, y no han dudado en devas-
ilegales de los barcos atuneros para tarlo para su juego aparentemente
la pesca, o debido a la presencia no civilizatorio. La postmodernidad
controlada de submarinos que varia- con sus caóticas interacciones inter-
ron el curso de las ondas magnéti- nas, ha ensanchado la dicotomía en-
cas? Lo único cierto de estas muer- tre la naturaleza y la cultura expan-
tes fue la desaparición de más cien sionista de la sociedad contemporá-
ejemplares de una especie poco co- nea, y a pesar de los esfuerzos de
mún -la Strenella frontalis-, que toda una comunidad consciente, la
cada día, al menos en aguas nacio- grieta de la diferencia se mantiene
nales, se ve disminuida por la caza palpable.
para convertirla en carnada para ti-
... muchas culturas han desaparecido
burones o en blancos móviles en
cuando esta relación naturaleza-sociedad
prácticas de tiro.
ha sido crítica para el ecosistema de refe-
1 1, 1 1, ^ Ur rw,1.
11
Viaje a la narrativa de Luis Sepúlveda.
Escribir la ecología: la nueva mirada del escritor viajero 13
1 Dolor.. ^ 11.
Viaje a la narrativa de Luis Sepúlveda.
Escribir la ecología: la nueva mirada del escritor viajero 15
A veces, por ganar unos metros de terre- pagan precios exorbitantes por la
no plano talaban sin orden dejando aisla- chinchilla, un roedor de la América
da a una quebrantahuesos , y ésta se des- Meridional, en peligro de extinción.
quitaba eliminándoles una acémila (...) Y Bastaría agregar que para obtener
estaban también los gringos... cuarenta kilos de marfil se asesina a
... Se ensañaban con los tigrillos , sin di- un animal de ocho toneladas, y la
ferenciar crías o hembras preñadas... confección de un abrigo de piel de
... y los tigrillos sobrevivientes se desqui- chinchilla significa la muerte de
taban destripando reses famélicas . (1993: doce de estos animales.
59-60). Porque la solución del problema
ecológico no nace de las reservacio-
La intromisión humana en el de-
nes o moratorias, éstas representan
sarrollo natural de la vida y de la ca-
respuestas parciales a una situación
dena trófica, ha alterado el ciclo de
que exige cambios profundos de
convivencia en el ecosistema, y ha
percepción e interiorización del pre-
señalado hacia el límite de un mun-
cipicio físico y ético sobre el cual
do que hace malabarismos para pre-
está situada la humanidad: si para el
servarse. Es de esta manera como se
año 2025, a nivel global, no se lle-
origina el "clímax" de desequilibrio
van a la práctica medidas concretas
que define Botkin, y el cual ha con-
-i mpedir la tala de los árboles y la
ducido a medidas extremas, como
roturación para la siembra, ya sea
las de las reservaciones para los
por transnacionales o por agriculto-
osos pandas y los elefantes, y las
res individuales, así como el levan-
moratorias impuestas por la Comi-
tamiento de autopistas y conjuntos
sión Ballenera Internacional (CBI)
poblacionales-, habrán desaparecido
-ya en 1935, Australia había solici-
las selvas de todo el planeta.
tado la protección de la ballena me-
Observar la problemática ecológi-
ridional, hoy casi extinguida-.
ca como una situación cultural es
Pero pensar que estos paliativos
otro de los fundamentos que se tras-
pueden conjurar el peso de la debac-
luce. La separación aparentemente
le, resultaría iluso. Muchos gobier-
irreconciliable entre la naturaleza y
nos se oponen a la construcción de
la cultura, reflejada en la escritura
las reservas, argumentando los altos
latinoamericana de principios y me-
costos que generan, mientras otros
diados de siglo a través de la clásica
violan los acuerdos de preservación,
dicotomía civilización contra barba-
debido a los beneficios económicos
rie, pierde sentido para el autor, toda
que les reportan: el marfil, por ejem-
vez que la transformación del medio
plo, se cotiza muy bien en Japón y
natural depende por completo del
las casas de alta costura europeas
Viaje a la narrativa de Luis Sepúlveda.
Escribir la ecología: la nueva mirada del escritor viajero 17
... ¿Por qué el futuro del medio ambiente nes de carácter ecológico, podría lle-
de la humanidad se ha convertido en una varse a la práctica la idea del Desa-
cuestión política? (...) ¿Por qué esta pre- rrollo Sustentable, definido anterior-
gunta debe ser contestada a través de la mente por González, y que para
política? Caldwell significa el "proceso en el
... La gente solamente puede guiar o con- que predominan las consideraciones
trolar sus comportamientos medioam- económicas (...) con la (...) de reno-
bientales colectivos a través de procedi- vación socio-ecológica o estabilidad
mientos de gobierno... (Caldwell, 1993: relativa en un mundo cambiante"
3-4) (Lo destacado en cursivas: D.G.). (1993: 195), idea que recoge tam-
bién la escritura de Sepúlveda den-
La escritura pulsa zonas comple-
tro de sus fundamentos: "Soñamos
jas de esta interacción. El problema
diferente. Nuestro sueño es: mares
ecológico persiste y se acrecienta en
abiertos en los que todas las espe-
el continente latinoamericano por-
cies puedan vit'ir y multiplicarse en
que, sustentándolo, aparece la indi-
paz y armonía con las necesidades
ferencia o la complicidad de los go-
humanas. (1994 a: 57) (Lo destaca-
biernos. No pueden existir líneas de
do en cursivas: D.G.).
acción si una de las partes de este
Si se observa con detenimiento
diálogo político no representa el im-
esta cita, se puede percibir, además
pulso beneficiario que Caldwell le
del equilibrio entre la naturaleza y el
adjudica. De ahí la denuncia: "En la
hombre, impulso básico del Desa-
novedosa embarcación llegaron cua-
rrollo Sustentable, la introducción
tro norteamericanos (...) Permane-
de un elemento utópico, de un sueño
cieron adulando y atosigando de
inconcluso, que aparecen intrínseca-
whisky al alcalde (...) querían llegar
mente en un concepto global, para
bien adentro y fotografiar a los
pulsar una situación de interés co-
shuar" (Sepúlveda 1993: 86-90);
lectivo. Así, cuando se dice "Soña-
"-Los japoneses, se veía venir, han
mos" y "Nuestro sueño", se está ha-
colmado de regalos a los generales
blando de una idea que involucra a
chilenos. Es obvio que esperaran
esa parte de la humanidad preocupa-
una retribución" (1994 a: 53) y "El
da por el ambiente y la cual encuen-
desastre ecológico provocado por
tra en la teoría del Desarrollo Sus-
los japoneses y sus peones del régi-
tentable la manera de llevar a la
men militar chileno al norte del Re-
práctica su aspiración, a largo o me-
loncaví no nos era ajeno" (101).
diano plazo.
De la posibilidad de establecer
Solamente con la nueva cosmovi-
una comunicación entre el gobierno
sión que plantea esta teoría, la socie-
y la ciudadanía para proponer accio-
Viaje a la narrativa ele Luis Sepúlveda.
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Viaje a la narrativa de Luis Sepúlveda.
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se que la obra literaria per se, permi- en Mundo del fin del mundo, se na-
te enfrentar las laceraciones que ha rra el incidente entre Pedro Chico,
ocasionado el propio hombre en el las ballenas y los delfines contra la
ambiente. Espacio anhelado del re- tripulación del Nishin Maru, la espe-
fugio y de la paz espiritual ante tan- ranza se centra en que las ballenas
ta hecatombe: calderón que sobrevivieron la ma-
tanza, encuentren, hasta el final de
... sin dejar de maldecir al gringo inaugu-
sus días, el espacio de paz que nece-
rador de la tragedia, al alcalde, a los bus-
sitan para reproducirse: "La calde-
cadores de oro, a todos los que empute-
rón que nos escoltó es un macho ex-
cían la virginidad de su amazonía, (...)
pedicionario. Buscarán otras ensena-
echó a andar en pos de El Idilio, de su
das, otros fiordos por el sur, cada
choza, y de sus novelas que hablaban del
vez más al sur"(] 994 a: 139).
amor con palabras tan hermosas que a
Utopía como grito de desvelo por
veces le hacían olvidar la barbarie hu-
un porvenir justo. Utopía destinada a
mana. (1993: 137) (Lo destacado en cur-
construir el lugar del respeto hacia lo
sivas: D.G.).
que es diferente, porque, hasta el mo-
Escritura, terna ecológico, utopía: mento, "los humanos son general-
tres dimensiones que se complemen- mente incapaces de aceptar que un ser
tan para fundar el diálogo entre el diferente a ellos los entienda y trate
hombre y la naturaleza. En la narra- de darse a entender" (Sepúlveda,
tiva sepulveana hasta la denuncia 1997: 115). Utopía que en el hombre
pareciera conducir al estado utópico, comprometido que es Sepúlveda, for-
pues en ella confluye el caótico ma parte de una lucha mayor, la que
comportamiento humano hacia el se instaura "contra las contradicciones
entorno actual con la ascesis que se y los desgarramientos de su propio
pretende para el futuro. Así, cuando tiempo" (Baczko, 1991: 107).
Bibliografía