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Antecedentes[editar]

Al poco tiempo de haber asumido el mando en 1847, el presidente José Tadeo Monagas se
distanció del ex-presidente José Antonio Páez y de sus partidarios conservadores quienes habían
ejercido el poder en el período comprendido entre 1830 y 1847 (conocido como de la Oligarquía
Conservadora) para hacer causa común con la oposición liberal.3 No obstante, para muchos
liberales, Monagas no era más que un oportunista que estaba más interesado en mantenerse en el
poder que implementar un auténtico programa liberal. Asimismo, al poco tiempo de arribar al
poder José Tadeo Monagas, el "amiguismo" y el nepotismo se convirtieron en prácticas políticas
comunes en el gobierno, siendo Caracas invadida por un numeroso grupo de orientales, cuyo
principal mérito para ocupar cargos públicos era su lugar de nacimiento.
Su hermano José Gregorio Monagas, quien le sucedió en el poder en 1851, poco pudo hacer para
contener la corrupción y el peculado que habían echado raíces durante el gobierno de José Tadeo
Monagas. Posteriormente, el regreso en 1855 de este último a la presidencia, no hizo sino
empeorar el cuadro político, ya que este nuevo gobierno tuvo un marcado carácter personalista y
represivo. Como muestra de lo anterior, tenemos que Francisco José Oriach Matute, cuñado de
Monagas, ocupó la vicepresidencia, mientras la prensa era censurada y, en varias ocasiones los
opositores fueron perseguidos y asesinados. Aunado a los factores políticos previamente
señalados, se sumó el deterioro de las condiciones económicas y sociales, como consecuencia de
la crisis mundial de 1857 que había producido una caída del 20 al 30% de los precios de los
principales productos de exportación: café, cacao, azúcar y cuero.

A comienzos de 1857, las ciudades más importantes de Venezuela y particularmente Caracas,


sufrieron la peor escasez de víveres experimentada en los últimos tiempos. Además de la
disminución del flujo monetario como consecuencia de la baja en los precios de los productos de
exportación, el gobierno tuvo que afrontar una deuda interna de 40.000 pesos, producto de la
abolición de la esclavitud y de la confrontación de recurrentes conflictos políticos que hacían
necesaria la utilización de recursos provenientes de la Hacienda Pública. Debido al manejo
inadecuado de los ingresos fiscales, se dejó a las provincias sin las partidas presupuestarias
correspondientes, lo que derivó en que a los funcionarios se les suspendieran los salarios por más
de ocho meses. Otro aspecto que contribuyó a complicar el panorama político y social, fue el
fracaso en la aplicación de la Ley Agraria de 1848, puesto que a pesar que dicho documento
prometía el otorgamiento de tierras a los pobres, fallas legales favorecieron la acumulación de
tierras en manos de unos pocos, incluyendo amigos y familiares de los Monagas.
Para finales de ese año Venezuela se encontraba en medio de una gran crisis económica, política y
social; alcanzando la confianza en el gobierno su nivel más bajo histórico, haciendo surgir
manifestaciones de la oposición política en todas las grandes ciudades. Finalmente, la
promulgación de la Constitución de 1857, fue la el desencadenante de la Revolución de Marzo, al
rebajar la autoridad de las provincias y centralizar el poder político en manos del Poder Ejecutivo
en Caracas. Asimismo, en dicho texto se extendía el período presidencial a seis años en vez de
cuatro y se permitía la inmediata reelección, lo significaba la perpetuación en el poder de José
Tadeo Monagas.
La posibilidad de que la dinastía familiar de los Monagas se mantuviera por mucho tiempo en el
poder hizo que tanto conservadores como liberales se sintieran frustrados en sus posibilidades de
llegar al gobierno. Inclusive José Gregorio Monagas y sus partidarios, los gregoristas, estaban
desencantados, clamando que el pacto de la familia se había roto por la prolongación a 6 años del
período presidencial para José Tadeo Monagas. Paralelamente, desde las ciudades y los pueblos
llegaban noticias de confusión, conflictos y abusos en la transferencia de poderes a los consejos
municipales, situación de la que José Tadeo Monagas no parecía darse cuenta. En febrero de 1858,
ante la posibilidad de una coalición de conservadores y liberales, el gobierno proclamó una
amnistía general, pero ya era demasiado tarde, la rebelión estaba prevista para mediados del mes
de marzo.

Desarrollo

La situación política del país dio luz verde a la conspiración. El asunto era que no se ponían de
acuerdo en el escogido para liderarla. Algunos conservadores voltearon hacia el Gral. José Antonio
Páez. En marzo de 1857, llegó al país el Gral. Juan José Flores y muchos vieron en él la persona
ideal para dirigir esta revolución. Era un prócer y había sido Presidente de Ecuador, pero al
enterarse Flores de la situación, inmediatamente se marchó a Lima. Otras miradas voltearon hacia
el Gral. Juan Crisóstomo Falcón, quien se negó rotundamente. Finalmente, las miradas se fijaron
en el Gobernador de Carabobo, Gral. Julián Castro, quien aceptó de inmediato. Este oficial se
manejó con pies de seda, ya que Monagas había sido advertido de la posible traición de este
General, pero a pesar de los esfuerzos del Gobierno para descubrirlo fue en vano. Mientras tanto,
la situación en Venezuela era caótica: la situación económica muy mala y deficitaria; la agricultura
cafetera, la principal del país, se encontraba muy disminuida; y lo más grava, el Tesoro Público no
podía cubrir los gastos de los servicios públicos.

La fecha del alzamiento estaba prevista para mediados de marzo de 1858, pero circunstancias
obligaron a adelantarla. Se esperaba un lote de armas para los rebeldes, las cuales debían llegar
por Puerto Cabello. El Gral. Gabriel Guevara, Comandante del Castillo Libertador, se entera del
eminente estallido de la revolución y sale el 3 de marzo para Caracas a informar al Presidente
Monagas y al mismo tiempo alerta al Cnel. Pedro Estanislao Ramos, Comandante de Armas de
Valencia. El Cnel. Ramos le informa al Gral. Julián Castro, quien convoca al comité revolucionario, y
resuelven que el Cnel. Ramos partiera de inmediato hacia Puerto Cabello y tomara el Castillo
Libertador. De inmediato comenzaron las acciones en cascada. Los revolucionarios comenzaron su
trabajo de levantar en armas a los habitantes en diferentes regiones, mientras el Presidente
Monagas, ya en conocimiento exacto de la revolución, solicita el 6 de marzo al Congreso
facultades extraordinarias y nombre como Jefes de Operaciones a los Generales José Gregorio
Monagas (Oriente), José Desiderio Trías (Caracas), José Laurencio Silva (Carabobo y Cojedes), Juan
Crisóstomo Falcón (Occidente), Carlos Castelli (Aragua) y al Cnel. Mauricio Zamora (Chaguaramas y
Unare). Ese mismo día, los revolucionarios, conservadores y liberales, se reunían con los
habitantes de Valencia y firmaban un pronunciamiento, enunciando los postulados de la
revolución: derrocar la tiranía monaguista, establecer un Gobierno democrático, velar por el
manejo de las rentas, respetar la independencia de los poderes públicos, garantizar la libre
expresión del pensamiento, entre otros.
La revolución va ganando adeptos en el pueblo. Tal situación es vista, tanto por los jefes militares
como por el propio Congreso, cuerpo que se negó a declarar su apoyo al Presidente Monagas. Los
encuentros militares que se dieron fueron de menor cuantía. Había una especie de letargo en el
cumplimiento de las acciones encomendadas por el Gobierno. El Gral. Julián Castro ha sostenido
conversaciones con algunos Jefes militares y llegado a ciertos acuerdos. El día 10 de marzo,
marcha el Gral. Castro marcha desde el centro hacia Caracas, al frente de 4.000 hombres, mal
armados pero resueltos a llegar hasta el final. El día 14 de marzo llegan a La Victoria, sumando un
total de 5.000 hombres. Desde allí invitaron al Gral. Castelli a sumarse al movimiento. Mientras
tanto, en Caracas, la situación para el Presidente Monagas es apremiante: el Congreso no lo
apoya; los hombres se le han volteado, sus Generales designados como Jefes de Operaciones
están en una incercia; y la escuadrilla revolucionaria está bloqueando La Guaira. En vista de ello
decide renunciar a la Presidencia. El día 15 de marzo, Monagas y su familia se asilan en la Legación
de Francia. El Congreso aceptó las renuncias respectivas y formaron una junta provisional de
gobierno, mientras llegaban las autoridades revolucionarias y formaban su Gobierno. El 18 de
marzo de 1858, entró el Gral. Julián Castro a Caracas, acompañado de los Generales José Desiderio
Trías y Carlos Castelli, asumiendo la Presidencia provisional.

Sucesos Posteriores
 La Convención de Valencia de 1858: Con el objeto de legitimar el nuevo orden político surgido tras
el derrocamiento de Monagas, y de crear, además, un nuevo texto constitucional, se instaló en
Valencia el 05 de julio de 1858 la Convención Nacional. Dicha Convención estaba conformada por
representantes elegidos de todas las provincias del país.
En el marco de las discusiones para la redacción de la nueva Constitución, se produjo un
enfrentamiento entre los partidarios del federalismo (liberales) liderados por el cumanés
Estanislao Rendón, y los partidarios, principalmente conservadores, de una constitución de
características similares a la de 1830, de tipo Centro-Federal. Como lo ha señalado el historiador
constitucionalista J. Gil Fortoul, al final triunfó la tendencia federalista, pero sin usar ese nombre.
Se redactó una constitución con tendencias descentralizadoras, que confería a las provincias un
elevado margen de autonomía. Concluida la elaboración del texto, la Convención designó de
manera interina a Julián Castro como presidente y a Manuel Felipe de Tovar como vicepresidente,
culminando sus sesiones el 03 de febrero de 1859, luego de siete meses de trabajo desde el inicio
de sus sesiones.
 Ruptura de la alianza entre Conservadores y Liberales, y el final del gobierno de unidad nacional:
Los sectores liberales que participaron en el derrocamiento de Monagas, vieron cómo su
participación en el gobierno de Castro se hacía cada vez menor, especialmente después de la
renuncia del canciller Urrutia, y con la cual el gabinete restante era conservador en su totalidad.
Esta separación en el gobierno de Castro, se vio aumentada por la aprobación y promulgación en
diciembre de 1858, de una constitución que había sido duramente criticada por los propios
liberales, quienes exigían una constitución de tipo Federal.
 Expulsión de los Liberales (1858): Después de quedar solos en el poder, tras la salida de los
miembros liberales del gabinete, los conservadores procedieron a tomar medidas con el fin de
disminuir políticamente a los liberales. Para ello, promulgaron un decreto con el fin de expulsar del
país a algunos miembros del partido liberal por considerarlos peligrosos para la estabilidad y
seguridad del Estado.
 Formación de la "Junta Patriótica de Venezuela". Desde su expulsión, los principales líderes liberales
se refugiaron en el Caribe, reuniéndose en la Isla de Saint Thomas, en donde formaron la Junta
Patriótica Venezolana. Dicha junta tenía a J. C. Falcón como líder militar y como redactor del primer
programa de la Revolución Federal. La invasión a Coro, hecho con el que se inicia formalmente la
Guerra Federal, fue planeada desde esta isla.

Consecuencias
Una de las características fundamentales de la Revolución de Marzo, fue que se desenvolvió y
finalizó de una manera incruenta, debido a que estaba conformada por una coalición política de
conservadores y liberales, que había nacido únicamente del deseo de derrocar a Monagas, y que
luego de conseguirlo se disolvió casi de inmediato. Aunque la revolución encabezada por Julián
Castro llegó a su término sin derramamiento de sangre, durante la misma se fueron formando masas
de bandoleros y campesinos rebeldes, quienes prepararon el terreno para un conflicto político y
social de mayor intensidad: la Guerra Federal.

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