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Este trabajo quiere desbrozar algunos sentidos del término diseño con el fin de reducir
problemas semánticos que se presentan en la docencia al yuxtaponerse, al menos, dos
acepciones básicas que remiten a diferentes operaciones discursivas y prácticas del
proceso de investigación. Como señala Lacan (1984) el sentido es un recipiente
agujereado. Este trabajo no se propone detener la pérdida o el deslizamiento de sentido
mediante un parche al recipiente, o su normalización, que es casi lo mismo; sin esa
pérdida de sentido sería imposible pensar los propios procesos de investigación. Sin
embargo, ponerse de acuerdo en un seminario de investigación sobre qué decimos
cuando decimos diseño no está demás. Ayuda a reflexionar sobre el proceso de
investigación al poner en palabras el modo en que pretendemos recortar lo real, obtener
información y finalmente a través de la construcción de los datos en relación a una
problemática, construir un objeto de investigación.
Una acepción madre aplica el sustantivo diseño a un "estado" del proceso de diseñar una
investigación. Llevar a cabo una práctica de diseño sería entonces propiamente investigar.
Las prácticas de diseño quedan asociadas a lo que efectivamente hacen los investigadores
en el proceso de investigación.
El uso del término lleva hacia otros deslizamientos semánticos. A esos deslizamientos de
sentido voy a denominarlos acepciones no excluyentes de un significante que a fuerza de
ser usado cobija el secreto de la coexistencia pacífica.
En una punta de ese arco de acepciones, una definición amplia que refiere al bosquejo del
conjunto de los componentes (tema, problema, objetivos etc.) que le permiten al
investigador anticipar - mediante una representación organizada del punto de partida - el
inicio de la construcción del objeto en el proceso de investigación. De este modo, la
noción de diseño es asimilada o se confunde con la de proyecto de investigación, sin que
el proyecto quede necesariamente circunscripto a una fase inicial del proceso de
investigación. En la otra punta del arco, una acepción restringida que define al diseño
como la opción técnica adecuada a un determinado tipo de problema de investigación(1) y
que entiende al diseño como un dispositivo exclusivamente técnico.
Ahora bien, cuando diseñar reemplaza como verbo a investigar no lo hace como sinónimo.
El uso del verbo diseñar está poniendo énfasis en la dimensión estratégica del proceso de
investigación. Desde el punto de vista etimológico, diseño significa plan, programa o hace
referencia a algún tipo de anticipación de aquello que se pretende "conseguir": la
construcción de un objeto. Morin (1995) recupera la etimología común que tienen los
términos diseño y designio, lo cual hace pensar en la tensión que estructura el sentido de
lo que se quiere comunicar cuando se habla de diseñar una investigación. Por un lado, un
plan de investigación, es decir hacia donde se apunta, qué se quiere recortar de lo real,
pero también con qué instrumentos; y entonces lo que se resalta es el componente
técnico del diseñar. No sólo persigo un objetivo, sino que armo los instrumentos que
permitirán perseguirlo. Y es esa combinatoria de componentes tácticos y estratégicos lo
que se quiere significar cuando en términos más modernos (unas dos décadas) se habla
de una estrategia teórico-metodológica.
El término diseño de investigación está asociado al cuerpo de las discusiones que hicieron
de la metodología un dominio con aspiraciones disciplinarias. Las diversas clasificaciones
sobre los tipos de diseño asocian al concepto de diseño con la dimensión técnica del
proceso de investigación y, a su vez, esta asociación entre diseño y técnica se vincula a
determinadas concepciones de la investigación empírica. Así las cosas, la metodología se
fue constituyendo como un discurso en torno de las operaciones técnicas involucradas en
la producción de conocimientos en el seno de aquello que comenzaba a actuar "los sueños
de física social -de las leyes de alcance universal, de la ciencia unificada" (Geertz,1994 :36)
: las ciencias sociales.
Entiendo que mediante ese reconocimiento con nombre y apellido lo que se intenta es
recuperar contribuciones, como las técnicas de operacionalización de conceptos, que la
furia -o el furor religioso- de los críticos enrolados en el cualitativismo fundamentalista
logró desdibujar(3). La construcción de estereotipos sobre las técnicas cuantitativas y los
procesos de operacionalización(4) ha impedido su adecuado conocimiento y por lo tanto
dificultado la ponderación de las potencialidades que dichas opciones técnicas ofrecen
para ciertos tipos de investigaciones empíricas. Y esto es central, las conversiones
religiosas en el terreno de las opciones teóricas, metódicas y técnicas lleva a la
investigación hacia los rituales de procedimiento que entrañan en el mismo acto de la
repetición el riesgo del desplazamiento de la vigilancia epistemológica (Bourdieu y otros,
1993: 23).
Para explicar lo antedicho voy a realizar una analogía entre dos espacios nocionales que,
en principio, puede resultar grosera. Estos espacios se constituyen en torno a los términos
estado y ciencia, los cuales pertenecen al conjunto de los significantes que han sido arena
de luchas conceptuales prolongadas.
Sería una bobera no reconocer que la formalización de la escena científica a través de las
estrategias policiales (por lo que tiene de política toda práctica de control social reactivo)
del normativismo epistemológico, ha producido un efecto de subjetivación extraordinario
que llevó y lleva a la flexibilización de las reglas de producción de los discursos que
construyen los investigadores sociales. Sin embargo, y esto no es bueno o malo,
conveniente o inconveniente en sí mismo, sino que me parece que debe ser objeto de
atención -práctica de prevención contra un cierto idealismo discursivo que interpreta los
actos de habla, y peor aun, los de escritura como meros actos volitivos- los investigadores
aprendemos a comunicar, hablar y escribir en el marco de la socialización universitaria, y
somos más allá de nuestras destrezas personales y nuestro capital cultural, aprendices de
formas estandarizadas de hablar y escribir, las cuales no son independientes de los
objetos que producimos(8).
Como señalé, hacia los años cincuenta la, ahora con mayúscula y lógicamente
normalizada, Metodología de la Investigación emergía como un territorio pleno de
certezas en el cual podían encontrarse, en su vocación de institucionalización como
dominios científicos, las diferentes disciplinas sociales con la consecuente pérdida de una
blandura indeseable. Y fue sobre la base de la sobrestimación de las técnicas cuantitativas
y el relegamiento de las cualitativas al papel de técnicas exploratorias con incapacidad
para verificar, comprobar, corroborar o confirmar hipótesis, que los diseños más allá de
los objetivos para los cuales se los elaboraba (explorar, describir, explicar) quedaron
asociados a la representación de modelos técnico-metodológicos de producción de datos,
donde los datos eran un aspecto de la realidad descubierto mediante la puesta en marcha
del diseño y no la trabajosa construcción de un complejo proceso de intelección que
permite construirlos como datos en el interjuego de las relaciones entre teoría, método y
técnica.
Una vez más al aislar los extremos me enfrento a clasificaciones sobre el proceso de
investigación. Ibañez (1996: 70 y ss) nos dice que los procesos pueden ser abiertos o
cerrados a la información, "es cerrado cuando el proceso de investigación sólo produce las
informaciones previstas en el diseño (previamente programadas). Es abierto en la medida
que en que puede producir informaciones no previstas en el diseño".
Ibañez señala que las diferencias entre ambos tipos de perspectivas pueden ser
entendidas cómo diferencias entre técnicas y artes, por lo tanto las perspectivas conllevan
modalidades pedagógicas específicas de enseñanza y aprendizaje(12) que permiten
distintos abordajes desde lo ritual, ya sea como analogía con la función ritual de la
performación de la realidad o como metáfora de un universo de prácticas altamente
codificadas, o por utilizar un término caro al discurso de la perspectiva distributiva,
altamente protocolizadas. La enseñanza de la técnica (por favor, lea la nota 12) al
enfatizar el nivel del contenido puede inscribirse en un discurso escrito, tal como el que
nos presentan los manuales de metodología. Ese tipo de discurso al proponerse enseñar a
utilizar instrumentos y llevar a cabo procedimientos ha sido denominado discurso
procedural (Silvestri, 1995).
Sin embargo no sería adecuado inferir una diferencia sustancial entre ambos tipos de
diseños, algo así como diseños técnicos y diseños artísticos y caer en una romantización
de lo cualitativo por asociación con el dominio del arte, frente a los gélidos y
deshumanizados diseños cuantitativos propios del mundo de la técnica (en su versión
romántico-conservadora(13)). Ya ciertas líneas del feminismo mujerista introdujeron una
ontología de lo cálido y lo frío en la conceptualización de los métodos tan profundamente
moralista que arrastró a los métodos cuantitativos a las mismas puertas del averno.
Lo cierto es que como señala Bourdieu parafraseando a Kant (1995: 116) la investigación
sin teoría es ciega y lo mismo a la inversa. En el mismo sentido un diseño sin perspectiva
de investigación no puede constituirse en estrategia, renunciando de este modo a su
eficacia en la producción de información y la construcción de datos.
Bibliografía
FREUD, S. "35 conferencia. En torno a una cosmovisión". En Obras completas. Tomo XII.
1a. reedición en castellano Amorrortu editores. Buenos Aires: Amorrortu, 1986. pp. 146-
168.
GEERTZ, C. Conocimiento local. Ensayos sobre la interpretación de las culturas. 1a. edición
esp.. Barcelona: Paidós Básica,1994.
HYMAN, H. Selección de textos de "Survey design and analysis; Principles, cases and
procedures". En HYMAN, H. et al., Romano Yalour, M. (Comp.). En La investigación social.
Buenos Aires: CEAL,1993.
MELOSSI, D. El estado del control social. 1a. edición en español. México: Siglo XXI, 1992.
Notas
1. Alvira (1996: 87) sostiene que "un diseño de investigación se define como el plan global
de investigación que (...) intenta dar de una manera clara y no ambigua respuestas a las
preguntas planteadas en la misma".
5. En una conferencia publicada en 1932, Freud analiza las relaciones entre ciencia y
religión. Allí entiende "que una cosmovisión es una construcción intelectual que soluciona
de manera unitaria todos los problemas de nuestra existencia a partir de una hipótesis
suprema; dentro de ella ninguna cuestión permanece abierta y todo lo que recaba nuestro
interés halla su lugar preciso. Es fácilmente comprensible que poseer una cosmovisión así
se cuente entre los deseos de los hombres. Creyendo en ella uno puede sentirse más
seguro en la vida, saber lo que debe procurar ..." (Freud, 1986: 146).
6. Un análisis que aborda la constitución del campo profesional de las ciencias sociales en
la Argentina durante los años cincuenta y sesenta puede verse en Neiburg (1998). En el
trabajo se establecen conexiones entre la estructuración del campo político y el campo
académico que constituyen un buen marco de referencia para analizar los discursos y las
prácticas de los actores que impulsaron, según los paradigmas dominantes en la
sociología científica, la constitución de los primeros ámbitos de reflexión metodológica en
la Argentina.
8. Foucault (1992: 38) en El orden del discurso en clave trágica aborda los
"procedimientos de sumisión del discurso. ¿Qué es, después de todo, un sistema de
enseñanza, sino una ritualización del habla; sino una cualificación y una fijación de las
funciones para los sujetos que hablan; sino la constitución de un grupo doctrinal cuando
menos difuso; sino una distribución y una adecuación del discurso con sus poderes y sus
saberes ?¿Qué es la "escritura"...".
9. Hyman (1993 :80) uno de los metodólogos inspiradores de esta concepción señala que
"el analista decide qué tipo de diseño escogerá y lo ejecutará en función de los recursos
disponibles y del tipo de problema que vaya a estudiar. El análisis parte habitualmente del
diseño y sigue hasta que las propiedades establecidas en la etapa de planeamiento
aseguren el éxito".
10. Según Hacking (Lamo de Espinosa y otros, 1994), Kuhn impactó tanto sobre la
Concepción Heredada (CH) como sobre el falsacionismo popperiano que por entonces
constituía la punta crítica contra los presupuestos del neopositivismo lógico. Las
coincidencias entre los autores de la CH y el Popper de aquellos años sesenta, momento
en que el pensamiento de Kuhn hiciera su irrupción, hablan de fuertes líneas de
continuidad. Las principales características de la Concepción Heredada (Lamo de Espinosa
y otros, 1994) son: realismo ; la postulación de estrictos criterios de demarcación entre
ciencia y sentido común y ciencia e ideología ; una noción del progreso científico basada
en la acumulatividad ; un presupuesto que distingue tajantemente entre observación y
teoría ; el presupuesto de que sólo la observación y la experimentación sirven de
fundamento a las hipótesis y teorías ; la postulación de la estructura deductiva de las
teorías y el hecho de que las pruebas de las teorías se siguen a partir de los informes de
observación ; énfasis en la precisión e invarianza de los conceptos y términos que se
emplean en el quehacer científico ; la distinción entre el contexto de descubrimiento y el
contexto de justificación o validación y la creencia en la unidad de la ciencia. Lo que dice
Hacking es que estas son, a grandes trazos, las imágenes prevalentes en la filosofía en la
historia y en la sociología de la ciencia antes de la aparición de la concepción kuhniana,
específicamente antes de la aparición de la ERC, aún cuando otros autores antes ya
planteaban críticas a la Concepción Heredada.
12. Para Ibañez (1996: 74) "una técnica se puede transmitir a nivel de contenido (...) cómo
cocinar un plato (o cómo realizar una encuesta). Un arte sólo se puede transmitir
mediante una comunicación a nivel relacional: así cómo pintar un cuadro o cómo operar
una úlcera (o cómo realizar un grupo de discusión). En este caso se puede aprender
mediante una relación interpersonal prolongada con uno que sabe: el pintor, el cirujano o
el sociólogo que trabaja con grupos suelen estar muchos años al lado de un 'maestro'
(también pueden aprender, emborronando telas, matando enfermos o mareando a la
gente)".
13. Una curiosa y bucólica versión romántica del cualitativismo que, incluso, parece
anterior al romance entre técnica y cultura que propugnaron las versiones modernistas
reaccionarias en el período de entre guerras (Herf, 1993).