You are on page 1of 8

Papeles del Psicólogo

ISSN: 0214-7823
papeles@correo.cop.es
Consejo General de Colegios Oficiales de
Psicólogos
España

Fernández, Juan
PSICÓLOGO/A EDUCATIVO: FORMACIÓN Y FUNCIONES
Papeles del Psicólogo, vol. 34, núm. 2, mayo-agosto, 2013, pp. 116-122
Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos
Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77827025003

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Artículos Papeles del Psicólogo, 2013. Vol. 34(2), pp. 116-122
http://www.papelesdelpsicologo.es

PSICÓLOGO/A EDUCATIVO:
FORMACIÓN Y FUNCIONES
Juan Fernández
Universidad Complutense de Madrid

En este trabajo se ofrece una síntesis de lo que puede constituir la especificidad del psicólogo/a educativo frente al resto de psicólo-
gos y otros especialistas afines. Esta síntesis se realiza desde una doble perspectiva: académica y profesional. Desde la primera se
constata la institucionalización académica y la continuidad de aportaciones a lo largo de más de un siglo de la Psicología de la Edu-
cación. Gracias a ambos hechos –institucionalización y continuidad-, hoy es posible definir tanto los objetivos como las funciones
del psicólogo educativo. Desde la segunda, se describen las gestiones de todo tipo –académicas, legislativas y administrativas- que
se están llevando a cabo actualmente para la incorporación del psicólogo educativo a los distintos centros de los diversos niveles del
sistema educativo formal español. Finalmente, se reseña una iniciativa bien valorada por académicos, profesionales y autoridades
legisladoras, pero que las dificultades económicas actuales la han relegado al olvido momentáneo.
Palabras clave: Psicólogos educativos, La formación, Las funciones: La evaluación, El asesoramiento y la intervención.

This paper tries to provide a synthesis of what may constitute the specificity of the educational psychologist compared to other psy-
chologists and other related specialists. This synthesis is carried out from two perspectives: academic and professional. From the first
one, it is shown the academic institutionalization and the continuity of contributions of Educational Psychology over more than a cen-
tury. Thanks to both facts –institutionalization and continuity- it is now possible to define clearly the objectives, as well as the func-
tions, of educational psychologists. From the second perspective, the progressive legislative, academic and administrative steps are
described. The aim of these efforts is to incorporate the educational psychologist at the centers of the Spanish formal educational sys-
tem. Finally, it is briefly considered an initiative very positively valued by academics and professionals, but that due to the current
economic difficulties has been forgotten momentarily.
Key words: Educational psychologists, Training, Functions: Assessment, Counseling and intervention.

asta muy recientemente, en España, hemos estado esencial de la Psicología y como una de sus principales
H hablando más del psicólogo que trabajaba en con-
textos educativos que del psicólogo educativo en
especialidades, cuenta con más de un siglo de existen-
cia, durante el cual se han producido abundantes y rele-
cuanto tal (a lo largo de todo este trabajo cuando se utiliza vantes investigaciones y aportaciones (Beltrán y Pérez,
la expresión psicólogo educativo se ha de entender que se 2011; Zimmerman y Schunk, 2003). De hecho, ya a
está hablando indistintamente de mujeres –psicólogas- y principios del siglo XX, Thorndike (1910) considera
varones –psicólogos-). En nuestros días, afortunadamente, oportuno realizar una síntesis de las principales aporta-
estamos comenzando a hablar y a escribir sobre la figura ciones que la Psicología puede hacer a la Educación. En
del psicólogo educativo más que sobre el psicólogo que esta misma fecha (1910) aparece una revista, que no ha
ejerce sus funciones en el ámbito escolar. El cambio no es
dejado de publicarse desde entonces y que se ha consti-
solamente nominal, ni mucho menos. De hecho supone un
tuido en fuente de conocimientos específicos bien funda-
cambio sustancial. Intentaré poner de manifiesto algunas
mentados para investigadores y profesionales, cuyo
de las principales implicaciones de este cambio, asumiendo
objetivo general fue, desde un principio, poner de mani-
una doble perspectiva: la académica y la profesional.
fiesto la unión de investigaciones psicológicas, por un la-
do, y el arte de la educación por el otro: Journal of
PERSPECTIVA ACADÉMICA
Consideración histórica Educational Psychology (http://psycnet.apa.org/
Creo que en ocasiones no hemos sido del todo cons- index.cfm?fa=browsePA.volumes&jcode=edu). Igualmen-
cientes de que la Psicología de la Educación, como parte te, la American Psychological Association (APA;
http://www.apa.org/), estructurada en divisiones y sin
Correspondencia: Juan Fernández. Facultad de Psicología. Uni- duda la asociación internacional de psicología más im-
versidad Complutense de Madrid. Campus de Somosaguas. portante para los psicólogos, cuenta con dos potentes di-
28223 Madrid. España. E-mail: jfernandez@psi.ucm.es visiones para la Psicología Educativa: School Psychology

116
JUAN FERNÁNDEZ Artículos

(http://www.apa.org/about/division/div16.aspx) y cogido en Wikipedia (http://es.wikipedia.org/


Educational Psychology (http://www.apa.org/about/ wiki/Psic%C3%B3logo_educativo), tres serían los princi-
division/div15.aspx). El número de revistas de Psicología pales núcleos de interés del psicólogo educativo (bajo
de la Educación, indexadas dentro de la publicación de esta denominación se englobaría necesariamente el psi-
obligada consulta para cualquier investigador y profesio- cólogo escolar): los profesores, los alumnos y los currí-
nal de cualquier ámbito científico y, por tanto, para los psi- culos. En los tres casos, es muy abundante la
cólogos educativos –investigadores o profesionales-, bibliografía sobre las múltiples facetas que presentan
Journal Citation Reports (http://thomsonreuters.com/ pro- tanto los dos agentes de los procesos de enseñanza y
ducts_services/science/science_products/a-z/journal_cita- aprendizaje –profesores y alumnos; de ahí que siempre
tion_reports/), se cuenta en la actualidad por decenas, hayan de ir en plural- como los cordones umbilicales
así como el número de handbooks, libros, revisiones – que los unen: los currículos –siempre en plural-, pres-
descriptivas o críticas-, o meta-análisis centrados en esta criptivamente abiertos, dado el permanente avance de
especialidad (Fagan y Wise, 2007; Mayer y Alexander, los conocimientos científicos y de los cambios históricos
2010; Reynolds y Miller, 2003; Snow y Swanson, y sociales (Cochran-Smith y Zeichner, 2005; Harris y
1992). Sass, 2011; Rice, 2003; Wayne y Youngs, 2003).
En este sentido, en España, hemos seguido pasos se- Más que nunca, en nuestros días –cosa que no sucedía
mejantes a los dados internacionalmente, aunque cierta- en el pasado- buena parte de la información necesaria
mente con mucho retraso, al menos con respecto a está en la red, por lo que no es válida la idea de los pro-
EE.UU. En concreto, cuando se institucionalizan los estu- fesores como meros transmisores de la información, aun-
dios de psicología, en la década de los 50, aparece ya que sí lo fuera antes de la aparición de la imprenta e
la Psicología de la Educación como parte integral de la incluso hasta el inicio de Internet. Esa información se ha
misma. Desde esa fecha hasta nuestros días siempre he- de transformar en conocimientos, tanto de tipo teórico
mos contado con una Especialidad de Psicología de la como práctico. Las funciones de los profesores consisti-
Educación. El plan de estudios más desarrollado y es- rán básicamente en estimular y ayudar a que los alum-
tructurado es el que se viene impartiendo en la Facultad nos puedan llevar a cabo esa transformación de las
de Psicología de la Universidad Complutense de Ma- múltiples informaciones (presentes en la red) en conoci-
drid, en los cursos 4º y 5º de la licenciatura en Psicolo- mientos, válidos académicamente y útiles tanto para la
gía, desde mediados de los 80 hasta nuestros días vida profesional como cotidiana. Realizar la transforma-
(2013). Por lo que respecta a las principales aportacio- ción de las múltiples informaciones en conocimientos re-
nes científicas de esta área, han quedado recogidas en levantes y significativos, tanto desde un punto de vista
una síntesis dedicada a las principales líneas de investi- teórico como práctico, es y será prácticamente imposible
gación desarrolladas por sus profesores funcionarios de sin la ayuda de los profesores (éstos en modo alguno se
todas las Facultades de España en las que se imparten vuelven innecesarios en la era de Internet), sobre todo y
estudios de psicología (Fernández, 2002; Sánchez-Mi- ante todo durante los años de la educación no universi-
guel y García-Sánchez, 2002). Las 67 líneas de investi- taria, aunque sin excluir en modo alguno la última.
gación analizadas se aglutinaron en los siguientes cinco Los alumnos de nuestros días son nativos digitales
conglomerados: el desarrollo cognitivo y lingüístico, el (Prensky, 2001). No asumir esta condición básica, esta
desarrollo personal y social, los contextos del desarrollo singularidad, condenará a cualquier sistema educativo,
y educación, cognición e instrucción y dificultades en el con alta probabilidad, al fracaso. Además, hoy conoce-
desarrollo y el aprendizaje. mos sobradamente que los alumnos presentan una enor-
me variabilidad, se valore ésta en no importa qué
Consideración actual faceta: intelectiva, afectiva, social o de personalidad. Las
Contando con esta centenaria historia, ¿cuál podría adaptaciones curriculares son, pues, imprescindibles.
ser una visión sintética de la especificidad de esta área Al igual que son tres los núcleos básicos de interés del
con respecto a otras especialidades dentro de la Psico- psicólogo educativo, serán tres las funciones más básicas
logía y a otras disciplinas y, por tanto, la especificidad que ha de ejercer en los distintos ámbitos educativos: las
del Psicólogo Educativo? Tal cual venimos desarrollando evaluaciones, los asesoramientos y las intervenciones
últimamente (Fernández, 2001, 2011) y ha sido ya re- (siempre el plural). Por lo que atañe a las evaluaciones,

117
Artículos PSICÓLOGO EDUCATIVO

éstas tienen que tener tanto un carácter clínico (diagnós- En cuanto a los asesoramientos psicológicos y sólo psi-
tico temprano de las posibles disfunciones) como educa- cológicos (no pedagógicos o de cualquier otro tipo, a fin
tivo: la detección de problemas (que no disfunciones), de no entrometerse en asuntos de otros profesionales),
típicos de los contextos de enseñanza y aprendizaje (cu- éstos han de estar centrados en los principales agentes
rriculares, de clima social, familiares, de aprendizaje, et- del propio sistema educativo: alumnos, profesores, pa-
cétera). dres y autoridades académicas. A comienzos del siglo
Dentro del ámbito de la evaluación, el psicólogo edu- XXI contamos con suficientes conocimientos derivados de
cativo ha de conocer la significación e implicaciones del la psicología del desarrollo cognitivo y del desarrollo so-
concepto de valoración de la evaluabilidad (Rutman, cial y de la personalidad como para que el psicólogo
1980; Trevisan, 2011). En su ámbito específico de edu- educativo pueda ser de gran ayuda a la hora de orien-
cación se va a encontrar en multitud de ocasiones con tar a cada alumno ante las dudas y problemas típicos y
proyectos y programas educativos o con diseños curricu- atípicos de sus etapas evolutivas (Baltes, Reese y Lipsitt,
lares cargados con las mejores intenciones de sus crea- 1980; Lerner, Easterbrooks y Mistry, 2013; Saxe, Carey
dores, pero que, lamentablemente, ya desde un principio y Kanwisher, 2004; Wrzus, Hänel, Wagner y Neyer,
cabe afirmar con rigor que no van a poder ser evalua- 2013). Por lo que respecta a padres y profesores, los
dos, por lo que difícilmente sabremos nada relevante so- modelos diádicos y tríadicos han mostrado considerable
bre su posible utilidad futura. Evitar estos riesgos y estas eficiencia en buena parte de los asuntos que ocupan y
pérdidas de tiempo debería de ser una de las tareas bá- preocupan a alumnos, profesorado y padres (NASP,
sicas de cualquier buen psicólogo educativo. Igualmente, 2010). Las asesorías a las autoridades se han de funda-
por lo que respecta a la evaluación, el psicólogo educa- mentar en toda la información, recogida de forma válida
tivo debiera intentar hacer valer el argumento de que la y fiable, que el psicólogo continuamente está recopilan-
oposición tan traída y llevada de evaluaciones cuantitati- do, tanto de los distintos tipos de contextos -microsiste-
vas frente a cualitativas debiera dejar paso a algo sus- mas, mesosistemas y macrosistemas (Bonfenbrenner,
tantivamente más relevante: la calidad de la evaluación, 1979)-, como de los distintos agentes de la comunidad
bien sea ésta cualitativa o cuantitativa. Cuando se habla educativa (Erchul y Sheridan, 2008).
de calidad parece obligado traer a colación el concepto Con respecto a las intervenciones, éstas debieran abar-
de meta-evaluación (Cooksy y Caracelli, 2005; Stufflebe- car los tres tipos más conocidos: el correctivo, el preven-
am, 2001). Gracias al mismo, es posible aplicar una se- tivo (prevención primaria, secundaria y terciaria) y el
rie de criterios internacionalmente consensuados por la optimizador, dentro de los diversos niveles de actuación:
comunidad científica de evaluadores a los distintos tipos personal, grupal, comunitario y social (Brock, Lazarus y
de evaluación. De esta forma hay una garantía de que Jimerson, 2002; Christenson, 2004; Luiselli, Putnam,
nuestro juicio sobre cualquier evaluación va más allá del Handler y Feinberg, 2005; Nelson, Martella y Mar-
mero opinionismo espontaneo y bien intencionado. As- chand-Martella, 2002). Hoy contamos con multitud de
pecto también sumamente importante en el campo de la programas de intervención tanto para el ámbito de las
evaluación, tanto clínica como educativa, es el de los disfunciones como para el de los más diversos proble-
efectos. Toda educación o instrucción, por definición, es mas educativos, así como para la optimización de los lo-
intencional: deseamos que se produzca un determinado gros académicos e intelectivos (Alonso-Tapia, 1987;
aprendizaje. Al psicólogo educativo le debiera corres- Chipman, Segal y Glaser, 1985; Nickerson, Perkins y
ponder el esclarecimiento del logro de ese aprendizaje. Smith, 1985; Núñez, Rosario, Vallejo y González-Pien-
En concreto dar a conocer si es estable o, por el contra- da, 2013; Segal, Chipman y Glaser, 1985; Sternberg y
rio, se desvanece, o si aparece y desaparece –efecto Bhana, 1986). Generalmente, los programas se presen-
Guadiana o efecto dormido- o posibilita un distancia- tan bajo al menos una triple modalidad: poco estructura-
miento cada vez mayor del estudiante con respecto a dos (su núcleo esencial suele estar constituido por una
aquellas personas que no han participado en el proceso serie de principios o normas de carácter muy general:
de enseñanza y aprendizaje. Para ello se requiere como deje de fumar, haga ejercicios físicos todos los días,
requisito elemental la práctica del follow-up (seguimien- mantenga una dieta equilibrada…), semiestructurados
to), evaluativo y de apoyo (Bradshaw, 2002; Campbell y (con una relativa buena fundamentación teórica que se
Ramey, 1994). estructura y materializa en función de las especificidades

118
JUAN FERNÁNDEZ Artículos

de las circunstancias: bastante variabilidad en la imple- legios Oficiales de Psicólogos, a las Asociaciones de Psi-
mentación) y muy estructurados (todo la implementación cología y Educación, al mundo académico y al mundo
está estrictamente programada y asentada en una sólida profesional. Las múltiples gestiones llevadas a cabo por
fundamentación teórica). Si bien todo ellos debieran ha- CIPES han dado sus frutos, que hay que considerar par-
ber sido elaborados para satisfacer necesidades sentidas ciales, hasta que no se logre el tránsito aludido. En pri-
y expresadas, estar bien fundamentados teóricamente, mer lugar, se firmó un acuerdo en 2010 con la
mostrar una elaboración coherente y concatenada, ser Federación de Asociaciones de Directivos de Centros
correctamente implementados y debidamente evaluados, Educativos Públicos (FEDADi), la Confederación Españo-
la realidad nos muestra que existe una enorme variabili- la de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (CE-
dad en todas estas facetas, siendo así que en algunos APA) y la Confederación Católica Nacional de Padres
casos lamentablemente nos podemos encontrar con pro- de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA) sobre la
gramas que o no producen efectos positivos significati- “Inserción del Psicólogo Educativo en el sistema de edu-
vos o incluso los efectos negativos pueden llegar a cación español no universitario”. Son varios los aspectos
superar a los positivos (Chen y Macredie, 2004; New- que merecen ser resaltados de este acuerdo: 1) que las
mann, Smith, Allensworth y Bryk, 2001). necesidades psicológicas sean satisfechas por psicólogos
Recientemente dos revistas han dedicado sus artículos educativos; 2) que éstos se centren en al menos tres fun-
monográficamente a la figura del psicólogo educativo y, ciones básicas: evaluaciones diagnósticas y educativas;
por tanto, a desarrollar tanto los tres núcleos de interés asesoramientos psicológicos a alumnos, padres, profeso-
como las tres funciones básicas: Psicología Educativa - res y autoridades académicas; intervenciones psicológi-
2011, 17(1)- y Papeles del Psicólogo -2011, 32(3)-. cas de tipo correctivo preventivo y optimizador; 3) que
su específica capacitación como psicólogo educativa se
PERSPECTIVA PROFESIONAL realice mediante un máster de Psicología de la Educa-
Hasta ahora, en España, para poder ejercer como psi- ción elaborado ad hoc; 4) que sea un profesional no do-
cólogo dentro de los contextos educativos, más específi- cente, integrado en la organización del centro.
camente en la hoy llamada educación secundaria, era Este acuerdo constituyó la base para una Proposición No
requisito previo haber superado el CAP (Curso/Certifica- de Ley, presentada en el Congreso de los Diputados. Con
do de Aptitud Pedagógica) o ahora el Máster de Forma- ulterioridad, se logró un acuerdo entre los distintos grupos
ción de Profesorado y más concretamente la parlamentarios (PP, PSOE, IU, UPyD, CIU y PNV) para sa-
especialidad de Orientación Educativa. Esto es algo que car adelante la pertinente legislación sobre la figura del
casa mal con una lógica elemental, pues no parece que psicólogo educativo. El 19 de febrero de 2013 tuvo lugar
un curso que está pensado para preparar a los futuros una reunión conjunta de parlamentarios, representantes del
profesores pueda ser útil para capacitar a su vez a un MECD y la CIPES a fin de dar el último impulso para el co-
psicólogo a fin de que ejerza como psicólogo educativo. rrespondiente cambio legal de la transformación de uno en
Siguiendo este hilo de la más elemental lógica, lo que otro máster, a la que se hizo alusión anteriormente. En esta
parece mínimamente coherente es que, en los momentos reunión tanto los representantes del MECD como la repre-
actuales, el psicólogo no especializado (pues es sólo sentante parlamentaria del PP manifestaron su total acuer-
graduado o licenciado en psicología) se especialice, pre- do con los planteamientos de CIPES, salvo en la solicitud
cisamente mediante un máster elaborado ad hoc, en to- del carácter profesionalizante del Máster de Psicología de
do los que es específico de una especialidad centenaria, la Educación, dado que ello implicaba tener que solicitar
cual es la Psicología de la Educación. una reserva (económica) ministerial. Se les indicó en un es-
Para gestionar ese tránsito del Máster de Formación del crito enviado al día siguiente que no era necesario ningún
Profesorado (Especialidad de Orientación Educativa) al tipo de reserva nueva, más allá de la que ya existe para el
Máser específico de Psicología de la Educación, como Máster de Formación del Profesorado (Especialidad de
condición imprescindible para poder ejercer como psicó- Orientación Educativa). De lo único, pues, que se trataba
logo educativo, es para lo que se creó La Comisión Inte- era de sustituir, en el caso de los psicólogos, un máster que
rinstitucional de Psicólogos/as Educativos (CIPES), que no estaba funcionando, pues no capacitaba al psicólogo
aglutina a la Conferencia de Decanos de Psicología de para convertirse en psicólogo educativo, por otro cuyo ob-
las Universidades Españolas, al Consejo General de Co- jetivo fundamental era precisamente esa capacitación.

119
Artículos PSICÓLOGO EDUCATIVO

El pertinente Máster de Psicología de la Educación ya PROYECTO COMPLEMENTARIO DE FUTURO


está totalmente elaborado y pendiente de su aproba- Para ese psicólogo educativo con un perfil claramente
ción en la ANECA. Un esbozo del mismo es el que diferenciado de cualquier otro profesional, tanto dentro
aparece recogido en la Tabla 1. Como es fácil inferir de la Psicología, como con respecto a otros profesionales
del esbozo, este máster ya fue consensuado por todos afines, habíamos elaborado una red académico-profe-
los firmantes del Acuerdo de 2010 y también ha goza- sional (ver, para una síntesis, Martín-Babarro y Fernán-
do de una primera evaluación positiva por parte de dez, 2011). Gracias a esta red, este psicólogo podía
representantes cualificados del mundo académico den- estar permanentemente conectado con el resto de psicó-
tro del área de Psicología de la Educación. Un matiz logos educativos, con los padres y con los profesores no
que tal vez merezca la pena resaltar es el que hace re- universitarios de todo el territorio español. La red propor-
ferencia a su doble condición de ser a la vez máster cionaba, por supuesto, varios tipos de foros –de padres,
presencial en aquellas universidades que cuentan con de profesorado, de psicólogos, etcétera-, pero sobre todo
suficiente número de recursos humanos y materiales y un conjunto de recursos sobre trastornos del aprendizaje,
máster en red para aquellos centros que están muy li- fracaso escolar, desarrollo de las múltiples inteligencias,
mitados tanto en recursos humanos como materiales. etcétera, seleccionados o elaborados por aquellos espe-
A su vez, además de este denominador común de cialistas con un acreditado currículo.
troncalidad, los distintos centros podrían desarrollar Esto, sin duda, hubiese supuesto una apuesta de moder-
sus especificidades profesionales o de investigación, nización considerable tanto para la profesión de los psicó-
posibilitando de esta forma satisfacer las necesidades logos educativos como para las instituciones docentes no
especiales derivadas de las peculiaridades de los dis- universitarias, pero la crisis que padecemos ha relegado
tintos contextos. para mejores momentos esta interesantísima iniciativa, en

TABLA 1
MÁSTER (PROFESIONALIZANTE ) DE PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN: 90 CRÉDITOS ECTS

TRONCALIDAD*

Módulos Materias Especificidad: Asignaturas Créditos

Evaluación psicoeducativa Evaluación diagnóstica Diagnóstico diferencial, informes 12


psicoeducativos, criterios de selección y
elaboración de instrumentos de evaluación

Evaluación de la calidad educativa Evaluación: Centros, clima, programas… 6

Orientación psicoeducativa Asesoramiento psicológico Alumnos, padres, profesores, autoridades 6

Psicología de la diversidad Psicología de la educación especial 6

Primer curso: Intervención psicoeducativa Correctiva Trastornos del desarrollo y del aprendizaje 6
60 créditos ECTS (de tipo comunitaria)
Preventiva Programas de prevención: drogas, agresividad, 6
fracaso escolar…

Optimizadora Programas de intervención: mejora de la 6


inteligencia, habilidades sociales…

Metodología psicoeducativa Nuevas tecnologías Las TIC en los contextos educativos 6

Recogida, análisis e interpretación de los datos Creación y manejo de bases de datos… 6

Segundo curso: Prácticum externo 20


30 créditos ECTS
TFM (Trabajo Fin de Máster) 10

*La troncalidad sería común a todos los másteres de cualquiera de las Facultades/Departamentos de Psicología de España, mientras que las asignaturas, incluida su denominación,
estarían condicionadas, entre otros factores diferenciadores, por lo impartido en los Grados, que puede variar bastante en función de las Facultades/Departamentos.

120
JUAN FERNÁNDEZ Artículos

el decir de académicos, profesionales y autoridades legis- Erchul, W., y Sheridan, S. (Eds.).(2008). Handbook of
ladoras, tanto de España como de otros países, cuando se research in school consultation: Empirical foundations
hizo la presentación de la red en el Congreso de los Dipu- for the field. New York: Erlbaum.
tados y en el VI Congreso Internacional de Psicología y Fagan, T. K., y Wise, P. S. (Eds.). (2007). School psy-
Educación, celebrado en Valladolid en 2011. chology: Past, present and future (3rd ed.). Bethesda,
MD: National Association of School Psychologists.
REFERENCIAS Fernández, J. (2001). La evaluación dentro del contexto
Alonso-Tapia, J. (1987). ¿Enseñar a pensar? Perspectiva educativo. En J. Fernández (Coord.), La psicología, una
para la educación compensatoria. Madrid: CIDE. ciencia diversificada (pp. 77-99). Madrid: Pirámide.
Baltes, P. B., Reese, H. W., y Lipsitt, L. P. (1980). Life- Fernández, J. (2002). Líneas de investigación en la psi-
span developmental psychology. Annual Review of cología española (1989-1998). Papeles del Psicólo-
Psychology, 31, 65-110 go, 81, 3-10. http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/
Beltrán, J., y Pérez, L. (2011). Más de un siglo de psico- pdf/778/77808102.pdf
logía educativa: valoración general y perspectiva de Fernández, J. (2011). La especificidad del psicólogo
futuro. Papeles del Psicólogo, 32 , 204-231. educativo. Papeles del Psicólogo, 32 , 247-253.
http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1981.pdf http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1984.pdf
Bonfenbrenner, U. (1979). The ecology of human deve- Harris, D. N., y Sass, T. R. (2011). Teacher training, tea-
lopment: Experiments by nature and design. Cambrid- cher quality and student achievement. Journal of Pu-
ge, MA: Harvard University Press. blic Economics, 95, 798–812.
Bradshaw, L.K. (2002). Technology for teaching and le- Lerner, R. M., Easterbrooks, M. A., y Mistry, J.
arning: Strategies for staff development and follow-up (Eds.).(2013). Handbook of psycholog.Vol.6: Deve-
support. Journal of Technology and Teacher Educa- lopmental psychology (2nd ed.). New York: Wiley.
tion, 10, 131-150. Luiselli, J. K., Putnam, R. F., Handler, M. W., y Feinberg,
Brock, S. E., Lazarus, P. J., y Jimerson, S. R. (Eds.). A. B. (2005). Whole-school positive behavior support:
(2002). Best practices in school crisis prevention and Effects on student discipline problems and academic
intervention. Bethesda, MD: National Association of performance. Educational Psychology, 25, 183–198.
School Psychologists. Martín-Babarro, J., y Fernández, J. (2011). Red académico-
Campbell, F.A., y Ramey, C. T. (1994). Effects of early profesional de la psicología en la educación. Papeles del
intervention on intellectual and academic achievement: Psicólogo, 32, 242-246. http://www.papelesdelpsicolo-
A follow up study of children from low income fami- go.es/pdf/1983.pdf
lies. Child Development, 65, 684-698. Mayer, R., y Alexander, P. A. (Eds.).(2010). Handbook
Chen, S. Y., y Macredie, R. D. (2004). Cognitive mode- of research on learning and instruction. New York:
ling of student learning in web-based instructional Routledge.
programs. International Journal of Human-Computer, NASP (2010). En http://www.nasponline.org/publica-
17, 375-402. tions/cq/pdf/V39N1_ImprovingStudentOutcomes.pdf
Chipman, S. F., Segal, J. W., y Glaser, R. (Eds.).(1985). Nelson, J. R., Martella, R. M., y Marchand-Martella, N.
Thinking and learning skills. Vol II: Research and (2002). Maximizing student learning: The effects of a
open questions. Hillsdale, NJ: LEA. comprehensive school-based program for preventing
Christenson, S. L. (2004). The family–school partnership: problem behaviors. Journal of Emotional and Beha-
An opportunity to promote the learning competence of vior Disorders, 10, 136–148.
all students. School Psychology Review, 33, 83–104. Newmann, F. M., BetsAnn Smith, B., Allensworth, E., y
Cochran-Smith, M., y Zeichner, K. M (Eds.).(2005). Bryk, A. S. (2001). Instructional program coherence:
Studying teacher education: The report of the AERA What it is and why it should guide school improve-
panel on research and teacher education. Mahwah, ment policy. Educational Evaluation and Policy Analy-
NJ: Erlbaum. sis, 23, 297–321.
Cooksy, L.J., y Caracelli, V. J. (2005). Quality, context, Nickerson, R. S., Perkins, D. N., y Smith, E. E. (1985).
and use: Issues in achieving the goals of metaevalua- Enseñar a pensar. Barcelona: Paidós/MEC
tion. American Journal of Evaluation, 26, 31-42. Núñez, J. C., Rosario, P., Vallejo, G., y González-Pien-

121
Artículos PSICÓLOGO EDUCATIVO

da, J. A. (2013). A longitudinal assessment of the ef- Snow, R. E., y Swanson, J. (1992). Instructional psycho-
fectiveness of a school-based mentoring program in logy. Annual Review of Psychology, 43, 583-626.
middle school. Contemporary Educational Psychology, Sternberg, R.J., y Bhana, K. (1986). Synthesis of rese-
38, 11-21. arch on the effectiveness of intellectual skills programs:
Prensky, M. (2001). Digital natives, digital immigrants. Snake-oil remedies or miracle curses? Educational Le-
En http://www.marcprensky.com/writing/prensky% adership, 44, 60-67.
20-%20digital%20natives,%20digital%20immi- Stufflebeam, D.L. (2001). The metaevaluation imperative.
grants%20-%20part1.pdf The American Journal of Evaluation,22, 183–209.
Reynolds, W. M., y Miller, G. J. (Eds.).(2003). Handbook Thorndike, E. L. (1910). The contribution of psychology
of psychology. Vol. 7: Educational psychology. New to education. The Journal of Educational Psychology,
Jersey: Wiley.
1, 5-12.
Rice, J. K. (2003). Teacher quality: Understanding the
Trevisan, M.S. (2011). Evaluability assessment from
effectiveness of teacher attributes. Washington: Eco-
1986 to 2006. American Journal of Evaluation, 32,
nomic Policy Institute.
199-226.
Rutman, L. (1980). Planning useful evaluations: Evalua-
Wayne, A. J., y Youngs, P. (2003). Teacher characteris-
bility assessment. Thousand Oaks, CA: Sage.
tics and student achievement gains: A review. Review
Sánchez-Miguel, E., y García-Sánchez, J.N. (2002). La
década 1989-1998 en la Psicología española: un
of Educational Research, 73, 89–122.
análisis de las Investigaciones en Psicología Evolutiva Wittrock, M. C. (1992). An empowering conception of
y de la Educación. Papeles del Psicólogo, 82,3-24. educational psychology. Educational Psychologist, 27,
http://redalyc.uaemex.mx/pdf/778/77808202.pdf 129-141.
Saxe, R., Carey, S., y Kanwisher, N. (2004). Understan- Wrzus, C., Hänel, M., Wagner, J., y Neyer, F. J. (2013).
ding other minds: Linking developmental psychology Social network changes and life events across the life
and functional neuroimaging. Annual Review of Psy- span: A meta-analysis. Psychological Bulletin, 139,
chology, 55, 87-124 53-80.
Segal, J. W., Chipman, S. F., y Glaser, R. (Eds.).(1985). Zimmerman, B. J., y Schunk, D. H. (Eds.). (2003). Edu-
Thinking and learning skills. Vol I: Relating instruction cational psychology: A century of contributions. Mah-
to research. Hillsdale, NJ: LEA. wah, NJ: Erlbaum.

122

You might also like