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1.

Ilustración y revolución industrial


Para comenzar este apartado es importante aclarar qué se entiende por Ilustración.
Históricamente se entiende bajo dicha denominación al “período que, más o menos,
sigue al Renacimiento. También se da este nombre al movimiento filosófico que alcanzó
su punto culminante en la segunda mitad del siglo XVIII. La característica básica de la
Ilustración era la creencia en la superioridad de la razón sobre la superstición”
(Gribbin, 2003). La Enciclopedia Herder agrega al respeto que el término designa a "un
conjunto sistemático de ideas filosóficas y políticas que se extiende por países de
Europa -Inglaterra, Francia y Alemania, principalmente- desde mediados del s. XVII al
XVIII, y que se considera como uno de los períodos más intelectualmente
revolucionarios de la historia". La mencionada confianza en la razón, así como las
nuevas ideas sobre el progreso social, influenciaron no solo en la difusión de de ideas de
tolerancia religiosa y ética y la defensa de la libertad del hombre, así como un nuevo
optimismo sobre el modo de ver la vida. Todo eso fue acompañado por el triunfo de
ciertos modelos de hacer ciencia que habrían surgido en los últimas décadas, entre ellas
la física newtoniana. "El éxito de la física newtoniana al proporcionar una descripción
matemática de un mundo ordenado desempeñó claramente un importante papel en el
florecimiento de esta corriente durante el siglo XVIII, fomentando la aparición de
filósofos que utilizaban una persuasión racionalista e impulsando también a los
químicos y biólogos a pensar que los aspectos del mundo natural que entraban en sus
disciplinas podrían asimismo explicarse tomando como base unas leyes sencillas"
(Gribbin, 2003). El siglo en el que se desarrolla la Ilustración, también denominado
"Siglo de las luces", estuvo marcado por un pronunciado crecimiento de la población
mundial. La disminución de las guerras, así como de la morbilidad, la mejora de los
factores climáticos, así como el desarrollo de los aspectos industriales permitieron un
auge en los transportes y en la alimentación, factores esenciales para la prolongación de
la vida. Así mismo, la agricultura se desarrolló positivamente, a través de la invención
de distintas maquinarias que hacían más mecánico y ligero el trabajo: el arado de hierro,
las primeras trilladoras, e incluso la maquina sembradora por parte de Jethro Tull. El
uso de fertilizantes también influiría en este fenómeno. Una mayor necesidad en el
control de los cultivos lleva al cercamiento de las tierras. Se produce también un
mejoramiento en la ganadería, a través de la cría selectiva del ganado. El modelo
estamental va dando paso a un modelo donde las diferencias entre clases se produce por
motivos económicos, el comercio se desarrolla, y la colonización es una de las
consecuencias de este desarrollo mercantil. Todo esto permite que entre 1760 y 1840 se
produzca el fenómeno de la "Revolución Industrial" en Inglaterra, y de expansión a
otros países como Francia y EE.UU. Todo ese desarrollo social va de la mano con las
ideas de los pensadores "ilustrados" ya que ellos suponían que "el progreso de las
ciencias y de la técnica implica también desarrollo social, bienestar y triunfo de la
tolerancia. Para una mente ilustrada, el progreso es posible y corre a la par con la
historia, espacio de tiempo en que tienen lugar los avances científicos" (Herder). Las
relaciones entre ciencia, técnica, economía y política permiten el desarrollo de un
proceso de transformación cultural. El hecho de que la "Revolución Industrial" se haya
iniciado en Gran Bretaña, puede verse motivada a causantes políticas (el desarrollo de la
monarquía liberal, y la los pocos efectos destructivos de las guerras acaecidas durante
esos siglos en territorio británico), sociales y económicos (la abundancia del capital, de
mano de obra, y la ya mencionada libertad económica que permitieron la innovación en
las actividades industriales). A estos se le pueden sumar la existencia de puertos y ríos
en los diversos países del Reino Unido, así como la existencia de materias primas como
el hierro y carbón. Todo esto permitió el desarrollo de los transportes y la comunicación,
el desarrollo de carreteras, canales, el ferrocarril, la navegación a través del uso del
vapor, mejoras en los barcos. Además de las comunicaciones y el transporte, otros
sectores industriales fortalecidos durante este período fueron el textil y en especial
gracias a la invención de la máquina hiladora, y posteriormente el uso de la fuerza
hidráulica. La invención de la máquina de vapor por Denis Papin en 1690, y el posterior
perfeccionamiento por parte de James Watt, ocupa un lugar estelar dentro de los
inventos de la Revolución Industrial. Si mencionamos la relación entre los distintos
avances científicos y la Ilustración, debemos hablar de que a lo largo de los siglos
citados la humanidad había perdido el lugar central que tuvo anteriormente. La
consideración de la Tierra como un planeta más y el lugar que pasaba a ocupar el Sol,
una entre tantas estrellas, marcó un giro en la consideración cosmológica del hombre. El
ser humano pasaba a ser una especie más dentro de la Creación, y la felicidad pasaba
por un asunto terrenal. El progreso científico y social irán de la mano, y el individuo y
la sociedad pasaban a ser asuntos de importancia científica. La Ilustración como
fenómeno intelectual tuvo particular incidencia en Francia y condujo a la Revolución de
1789. Dentro de las ciencias la matemática sería el instrumento que permitiría revelar
las leyes de la naturaleza y asegurar su controla para el beneficio de la humanidad. Entre
algunos de los pensadores más importantes del panorama intelectual del siglo
encontramos a Voltaire, a Rousseau o a Montesquieu. La obra institucional más
importante la representó la edición de "L'Encyclopédie" bajo la dirección de Diderot y
D'Alembert en 1751. Años más adelante, el propio Kant (1784) en su obra "¿Qué es la
Ilustración?" definiría a la perfección el espíritu y la importancia de esta nueva visión
del mundo: "La Ilustración significa el abandono del hombre de una infancia mental de
la que él mismo es culpable. Infancia es la incapacidad de usar la propia razón sin la
guía de otra persona. Esta puericia es culpable cuando su causa no es la falta de
inteligencia, sino la falta de decisión o de valor para pensar sin ayuda ajena. Sapere
aude «¡Atrévete a saber!» He aquí la divisa de la Ilustración". Ante esta necesidad
"ilustrada" se hacía cada vez más necesario elevar al hombre de la superstición,
promoviendo su educación y reformando la sociedad. Para dicho desarrollo serían
necesarias leyes que lejos de ser arbitrarias establecieran las relaciones sociales
necesarias, dentro de este ámbito el trabajo de Montesquieu fue muy importante. Así
mismo, la economía debía estar basada en leyes, y ahí el trabajo de Adam Smith sería
muy influyente. Por otra parte, la matemática sería introducida en los estudios
demográficos y surgiría la "aritmética política", generándose así mayor relación entre
estas ciencias y las decisiones políticas. A lo largo de este período las universidades no
contribuirían al desarrollo de la nueva ciencia ya que su labor se destinaría a la labor
docente y no de investigación. La enseñanza de la filosofía natural sufriría una gran
transformación en su estructura y contenido. Así mismo se crearon grandes academias
científicas a imagen de lo que había sucedido en Londres y París con la Royal Society y
la Académie Royale des Sciences respectivamente. Así se fundaron sociedades de este
tipo en Berlín, Bolonia, Estocolmo, Edimburgo, entre otras. De la misma manera, se
fundan observatorios astronómicos y jardines botánicos, así como diversas instituciones
educativas que comienzan a formar un sistema educativo en desarrollo. Un dato
interesante lo forma la mayor participación, aunque tímida, de las mujeres en el ámbito
de la ciencia, tanto como participantes, lectoras o transmisoras. Como ya se mencionó
una de las obras colaborativas más importantes del período fue "L'Encyclopédie", la
cual comenzó a ser publicada a partir de 1751. En dicha obra participarían múltiples
colaboradores, entre los que se encontrarían los ya mencionados Voltaire y Rousseau.
En la misma se realizaba una sistematización del conocimiento humano, se dividía el
entendimiento en tres facultades (memoria, razón e imaginación), dividiéndose la obra
en apartados que según el objeto de estudio sería estructurado en aquellas cuestiones
relativas a Dios, relativas al hombre y referidas a la naturaleza. Así mismo, la
clasificación de las ciencias quedaría dividida en historia (asunto de la memoria), la
filosofía (asunto de la razón) y el arte (asunto de la imaginación). La filosofía
comprendería a las diversas ciencias, siendo entendida así la "filosofía" como sinónimo
de "ciencia". Estas a su vez se oponían al "arte" que se subdividía en liberales o
mecánicas. Dentro de las ciencias, ocuparían gran incidencia la física y la matemática.
La primera abarcaría a la fisiología y la medicina, e incluso a la química, y se encargaba
del estudio de las propiedades que no eran comunes a todos los cuerpos. Por otra parte,
la matemática, que también era considerada una ciencia de la naturaleza, se encargaba
del estudio de la medida, se dividía en "puras" (las que se encargaban de la cantidad en
abstracto) y "mixtas" (las que se encargaban de la mecánica, la astronomía, la óptica, la
acústica, etc). Gribbin (2003) al mencionar la relación entre Revolución Industrial y la
ciencia menciona lo siguiente: “Una vez que estuvo en marcha la Revolución Industrial,
ésta dio un fortísimo impulso a la ciencia, por una parte estimulando el interés por
temas tales como el calor y la termodinámica, que tuvieron una gran importancia
práctica y comercial en la era del vapor, y por otra parte aportando nuevas
herramientas que los científicos podían utilizar en sus investigaciones”. Entre las
ciencias que protagonizaron un desarrollo fortísimo, además de las mencionadas
matemáticas y la física, dentro de esta última tuvo una gran consolidación la "visión
mecanicista newtoniana del mundo" que representó un gran arraigo. Por otro lado, la
química que habría sido rezagada durante los siglos previos al lado de la física,
principalmente por la carencia de herramientas, en estos siglos se comienza a consolidar
la primera de forma definitiva. La necesidad de instrumentos y herramientas por parte
de químicos se oponía a la de otras ciencias como la astronomía, la zoología o la
botánica, que podían hacer uso de técnicas sencillas para generar progresos en la
materia. El control del calor fue uno de los temas de mayor preocupación para los
practicantes de la química, problema que se prolongaría incluso hasta el siglo entrante
(Gribbin, 2003). Dentro del proceso de los distintos experimentos, la balanza fue un
instrumento clave, ya que todo se pesaba durante los mismos. Dentro de la química cabe
mencionar la importancia de los trabajos de Black sobre la temperatura, los
experimentos sobre electricidad realizados por Joseph Priestley, el descubrimiento del
oxígeno, los estudios químicos de Cavendish, el descubrimiento de que el agua no es un
elemento. Dentro del desarrollo de esta ciencia, un rol especial lo desempeña la obra de
Antoine-Laurent Lavoisier, el "padre de la química moderna". Antoine-Laurent
Lavoisier (1743–1794) ha sido mencionado como "el «padre de la química moderna»,
el «primer» formulador de la ley de la conservación de la materia, el «inventor» de la
balanza, el «vencedor» de la teoría del flogisto, y el aguerrido combatiente que
consiguió, luchando «en solitario» hasta el agotamiento contra viento y marea,
cambiar la «oscura» tradición alquímica que mantenía en las más profundas tinieblas
al resto del universo. Además, su trágica muerte lo convirtió en un mito, agrandado por
la labor, casi hagiográfica, que muchos de sus sucesores realizaron de él" (Pellón
González, 2011). Si bien esta visión ha sido recontextualizada en los últimos años, es
cierto que el propio Lavoisier ya se proponía iniciar "una revolución en física y en
química" (ob. cit.). Lavoisier estudio el aire, el sistema respiratorio, así como aporto
nuevas denominaciones a los elementos químicos. Durante el período ilustrado se
produjo una gran difusión de los métodos y aplicación de la matemática a las ciencias
prácticas. Eso fue uno de los puntos que permitió el desarrollo de la mecánica. El
desarrollo de la dinámica queda evidenciado en la segunda ley de Newton. En este
período se establecen otros principios como los establecidos por Euler sobre el
movimiento, los de presión interna de un fluido (entre Euler, Rond d'Alembert y
Bernoulli), el "principio de d'Alembert" referido a la estática, el principio de mínima
acción elaborado por Maupertuis. Todos los principios mencionados serían reunidos en
la obra "Mécanique analytique" de J.L. Lagrange. Durante este período el método
experimental fue dedicado especialmente al ámbito de la física, realizándose múltiples
aplicaciones para investigaciones sobre electricidad. Franklin propuso en este período
una teoría sobre la electricidad, estableciendo que existe un único fluido eléctrico,
clasificando al mismo en dos tipos "positiva" y "negativa". En lo que refiere a la
astronomía, durante este período se aumentó la precisión de las coordenadas celestes
que sirvieron a la navegación, la topografía y la cartografía. Se realizaría una mayor
determinación de la longitud geográfica , basadas en el desarrollo de un reloj de
precisión usado en barcos, así como otro método basado en las distancias lunares,
utilizando a la Luna como "reloj celeste", para esto sería necesario un catálogo de
posiciones estelares y tablas sobre los movimientos de la Luna. Durante este período
también serían importantes los estudios de Gray, Du fray, Coulomb, así como los del
propio Franklin, sobre electricidad, los trabajos de Galvani y Volta, así como la
invención de la batería eléctrica, los ya mencionados de Maupertuis y Euler, los trabajos
de Benjamín Thompson sobre el calor y el movimiento, y los de James Hutton sobre
geología.
2. El desarrollo científico en el siglo XIX
El período abarcado en este apartado es el que comprende todo el siglo XIX y en
especial el comprendido entre la Revolución Francesa en 1789 y el comienzo de la
Primera Guerra Mundial (1914). Durante este período se produce la consolidación de la
ciencia como actividad socialmente aceptada para la idea de progreso y el avance social.
Se suele denominar el "siglo de la biología" por la importancia que esta tuvo dentro de
las ciencias naturales, en especial por el desarrollo por la influencia que tuvo la teoría de
Darwin y los diversos descubrimientos dentro de dicha rama de la ciencia. “En el siglo
XIX se produjeron muchos avances espectaculares en el mundo de la ciencia, pero
indudablemente el más importante en cuanto a llegar al conocimiento del lugar que
ocupa la humanidad en el universo (y se puede decir que el concepto más importante
de toda la ciencia en su globalidad) fue la teoría de la selección natural, que, por
primera vez, ofrecía una explicación científica del fenómeno de la evolución. El nombre
de Charles Darwin está ligado para siempre a la idea de selección natural, y con
razón; pero hay otros dos nombres, Charles Lyell y Alfred Russel Wallace, que merecen
estar a su lado en el centro de esta fase de estudio de la evolución” (Gribbin, 2003). El
progreso manifestado en la economía y la tecnología va de la mano con el desarrollo de
la industrialización y la colonización. Se manifiestan en este siglo ciertos sucesos
políticos de incidencia global, la derrota de Napoleón en Waterloo en 1815, y la
unificación alemana e italiana. Estos dos últimos sucesos manifiestan el surgir del
nuevo concepto de Estado Nación, que se encontraba sumamente cargado de
sentimientos de identidad cultural y racial muy fuertes. A esto se suma la organización
institucional de la ciencia, profesionalizándose el trabajo de quienes se encargaban de la
misma. “Fue precisamente durante el siglo XIX cuando la ciencia dio el viraje para
dejar de ser un pasatiempo de caballeros, en el que los intereses y la capacidad de un
solo individuo podían producir un profundo impacto, y convertirse en toda una
profesión para una población más amplia, donde el progreso depende del trabajo de
muchos individuos que son, hasta cierto punto, intercambiables” (Gribbin, 2003). La
ciencia se organizaría por especialidades, algo muy similar a lo desarrollado hasta la
actualidad. En este período se empezaron a constatar las posibilidades industriales que
ciertos desarrollos científicos permitían en la utilización de energías, tales como
sucedieron en la química y la electricidad. Como sucesos de importancia cultural
posteriores a la Revolución cabe mencionar la eliminación de las academias y los
enjuiciamientos de Lavoisier y Condorcet, algo que si bien atentaba contra el trabajo
científico no hizo prescindir de la ciencia en aquel entonces, ya que se crearon nuevas
instituciones, entre ellas la École Polytechnique y la Academia de Ciencia, ambas en la
última década del siglo XIX. Entre las influencias que recibiría culturalmente el nuevo
siglo cabe mencionar las ideas del Romanticismo, movimiento artístico que si bien suele
ser referida a ese ámbito, aportaba ideas como la de unidad o la visión orgánica y
dinámica de la naturaleza que se contraponía con el racionalismo y el mecanicismo del
siglo anterior. La influencia del Romanticismo se vio presente en la física y la biología.
Como se ha mencionado antes, la biología fue de las ciencias que más esplendor
conquisto en este siglo, en especial por la conocida teoría evolucionista. “Pese a las
diversas corrientes, la evolución es uno de los pilares fundamentales de todas las
ciencias de la vida. Darwin con su teoría consiguió unificar el mundo vivo con el
mundo inanimado, y en este sentido, es posiblemente uno de los autores que más ha
influido en la historia de la ciencia” (Adrover, 2011). Pese a eso no hay que cerrarnos a
que la misma refiere exclusivamente a la figura de Darwin. “…como ya hemos visto, si
a Darwin no se le hubiera ocurrido la idea, se le habría ocurrido a Wallace, y a partir
de ahora veremos cada vez más frecuentemente que los descubrimientos se realizan
más o menos simultáneamente, siendo sus autores distintas personas que trabajan
independientemente y, en gran medida, sin que los unos conozcan los hallazgos de los
otros” (Gribbin, 2003). “La contribución de Darwin a la ciencia no se limita al campo
del Evolucionismo, sino que cultivó muchas otras disciplinas como la geología, la
entomología o la botánica, con un enorme legado de publicaciones y cartas, propio de
una de las mentes más despiertas de su tiempo” (Adrover, 2011). A lo largo de este siglo
se produce un gran desarrollo industrial, ya mencionamos el perfeccionamiento de la
máquina de vapor, el desarrollo en el transporte y las comunicación, a este se suma la
demanda de nuevos materiales para la construcción, que fueran más resistentes para la
fabricación de maquinarias, puentes y demás construcciones. El hierro fue sustituido por
acero durante esta época. La industria química tuvo un marcado desarrollo en la
segunda mitad del siglo XIX, uno de estos desarrollos lo refiere la síntesis de colorantes,
que se vinculaban a la química orgánica. Otra de las industrias que tuvo gran desarrollo
fue la eléctrica, y en especial por los trabajos de electromagnetismo de Faraday. La
electricidad revolucionó el campo de las comunicaciones. En 1837 se patentaba el
telégrafo, y en 1896 se patentaría el primer aparato de radio. Dentro de la química, a lo
largo del siglo existirían teorías como la "mecanicista" de von Liebig y Wöhler, y la
teoría "vitalista" de Pasteur. El trabajo de este último y su conocido proceso de
pasteurización serían algunos de los avances más estelares de este siglo. "Durante el
siglo XIX, la química no sólo alcanzó su condición de ciencia autónoma, sino la de
ciencia de vanguardia, ciencia reina, modelo de ciencia positiva, ilustrando una
concepción y una práctica efectivas de la ciencia pragmática y empírica" (Serres,
1998). Otro de los hitos de la química en este siglo lo representa la tabla periódica de
Mendeleiev. "En 1869, Dimitri Ivanovitch Mendeleiev clasifica todos los elementos en
un sistema periódico, según el orden de progresión del peso atómico. Actualmente su
nombre figura aún en todos los libros, en todas las aulas de química, junto a la tabla
periódica. La tabla de Mendeleiev encarna una representación anticipada de las
clasificaciones actuales, basadas en el número atómico. Mendeleiev es saludado como
un adivino, un profeta que en una intuición fulgurante, en un destello de genio no sólo
se adelantó a la experiencia, al predecir la existencia de elementos desconocidos, sino
a las teorías cuánticas del siglo XX" (ob. cit.). Como ya se mencionó una de las teorías
más importantes de este siglo fue la del "Evolucionismo", pero cabe hacer algunas
aclaraciones. "Para empezar aclaremos que el Evolucionismo precede a la figura de
Darwin, pues es un error común confundirlo con el Darwinismo. Darwin fue quien
mejor supo defender el Evolucionismo y, además, quien convirtió la evolución en una
hipótesis de trabajo para los naturalistas de la época. (...) Pero es importante tener en
cuenta que darwinismo no es igual a evolución «a secas». Darwinismo es evolución por
medio de la selección natural. Nadie duda del proceso evolutivo, pero sí hay
controversia y análisis en cuanto a sus causas." (Adrover, 2011). Ya en el siglo XVIII
se había considerado la posibilidad de que se realizaran cambios en las especies, a
través de los trabajos del naturalista Linneo y del conde de Buffon, el primero
defendiendo que las nuevas especies se formaban por hibridación y el segundo a través
de la tesis de que los animales actuales provenían de "familias primigenias". Entre los
importantes trabajos que incidirían en la formación de la teoría "evolucionista" quizás el
más notable sea los de Jean Baptiste Monet, caballero de Lamarck que propone su
"Transformismo". "En 1802 Jean-Baptiste Lamarck publicó la primera Teoría de la
transmutación (1910). Propuso una generación espontánea y progresiva de organismos
vivos por acción de una «fuerza vital» que afectaría a la materia física. El mundo
externo y las necesidades internas harían que esta fuerza vital (que también llamaba
fluido nervioso) se repartiera y concentrara en determinadas zonas para dar lugar a
nuevos órganos o, en función del uso, a la atrofia y expansión de los preexistentes (pues
el fluido migraba de forma natural de los menos a los más usados)" (ob. cit.). Lamarck
consideraba la vida como un fenómeno de origen fisicoquímico: "La vida, considerada
en todo cuerpo que la posee, resulta únicamente de las relaciones que existen entre los
tres objetos siguientes; a saber: las partes continentes y en un estado apropiado de ese
cuerpo; los fluidos contenidos que están en movimiento; y la causa excitadora de los
movimientos y de los cambios que se operan" (Lamarck, "Philosophie zoologique" de
1809). Entre antecedentes que influenciaron en la teoría de Darwin se pueden destacar
los aportes en morfología a través de la Morfología funcional de Cuvier y la Morfología
filosófica de Geoffroy. En lo que refiere a la teoría de Darwin, un hecho fundamental en
la formulación de su teoría lo representa su viaje del Beagle, donde pasa por América,
Oceanía, sur de África para volver después a Europa. "Esta etapa es crucial para el
desarrollo posterior de sus teorías, y además le permitió reconciliarse con la geología,
en la que también fue un destacado autor" (Adrover, 2011). "En la época en que
regresó de su viaje (y quizás antes de su partida también) Darwin no tenía la menor
duda de que la evolución era un hecho" (Gribbin, 2003). También los trabajos de
Thomas Malthus influenciaron en Darwin, en especial su trabajo "Ensayo sobre el
principio de población". "En este ensayo señaló que las poblaciones, incluidas las
poblaciones humanas, crecían en progresión geométrica, duplicándose en un cierto
intervalo de tiempo, para luego duplicarse de nuevo en un intervalo de la misma
duración, y así sucesivamente. En la época en que lo estaba escribiendo, la población
humana de América del Norte realmente se estaba duplicando cada veinticinco años, y
todo lo que se necesitaba para esto era que, por término medio, cada pareja, cuando su
edad estaba en torno a los 25 años, tuviera cuatro hijos que a su vez sobrevivieran
hasta los 25 años. Dada la fecundidad de su propia familia, es seguro que Charles
Darwin consideró que este requisito era muy fácil de cumplir" (Gribbin, 2003).
"Thomas Malthus, economista británico que postulaba que el aumento de la población
mundial estaba rozando los límites de explotación de los recursos naturales, lo que
provocaría una lucha por la supervivencia de la que sobreviviría solo el más fuerte. Y
resultó que las ideas de Malthus en ese libro fueron tremendamente clarificadoras para
Darwin en el contexto de la evolución" (Adrover, 2011). Darwin posteriormente al viaje
seguiría experimentando y redactando artículos sobre los mismos y su viaje en el
Beagle. Su salud personal, así como ciertas desavenencias familiares como la muerte de
su padre y su hija influyen en sus consideraciones personales sobre la vida. En
noviembre de 1859 de "El Origen de las Especies por medio de la Selección Natural", o
la "Preservación de las Razas Favorecidas en la Lucha por la Existencia", el cual se
agota el mismo día que sale a la venta. El propio Darwin escribiría en la misma obra
"Hay grandeza en esta concepción de que la vida, con todo su poderío, fue
originalmente infundida a unas pocas formas de vida o a una sola, y en la idea de que
mientras este planeta giraba inmutablemente de acuerdo a la ley de la gravedad, de un
comienzo tan simple, las más bellas y prodigiosas formas de vida hayan evolucionado,
y lo sigan haciendo" (Darwin, 1859, citado por Adrover, 2011). Darwin publicó cinco
ediciones revisadas del "Origen de las especies". Pese a las críticas, durante la segunda
mitad del siglo los naturalistas se fueron inclinando por el darwinismo. En dicha obra,
Darwin no abordaba el problema del origen y la historia de la humanidad.
Morfológicamente el ser humano parecía emparentado con los simios pero con
facultades que le hacían diferente. Las posturas de Darwin se mostraban más
desarrollistas y se apoyaban en las ideas de Lamarck. La mayor capacidad mental se
debía al paso a la postura erecta, la liberación de las manos y el uso de herramientas,
todo esto permitió el desarrollo de la inteligencia y el cerebro. Posteriormente, las
teorías de la herencia, publicadas por Gregor Mendel en 1866, terminarían por
confirmar las posturas anteriores de Darwin. La esencia de la teoría evolucionista es la
transformación de las especies con el transcurso del tiempo. La teoría de Darwin
atacaba en primera instancia a las teorías “fijistas” anteriores, y por eso marcaría un
gran giro en la visión de la humanidad en sí. Además de los aportes de Darwin y los de
Wallace a la ciencia, podemos mencionar en otros ámbitos los trabajos de Davy sobre
los gases, el modelo atómico de Dalton, los estudios de Berzelius sobre los elementos,
el número de Avogardo, las hipótesis de Prout sobre los pesos atómicos, los estudio de
Wohler sobre sustancia orgánicas e inorgánicas, los trabajos de Cannizaro y su
distinción entre átomos y moléculas. A estos se les agrega los ya mencionados de
Mendeléiev, los de Joule y Thomson sobre termodinámica, los de Clerk Maxwell y
Boltzmann sobre teoría cinética. Los estudios sobre electromagnetismo hechos por
Faraday, además de sus líneas de fuerza. Todo esto dejaría un panorama de amplio
desarrollo científico para el siglo XX, el cual no haría más que consolidar la
importancia de la ciencia en el desarrollo social de las naciones y en el uso cada vez
más acelerado de las tecnologías en la industria y la economía.
Referencias bibliográficas.

ADROVER, José María. "Darwin y el evolucionismo". En: MELOGNO, Pablo;


RODRÍGUEZ, Pablo y Salomé FERNÁNDEZ (compiladores). "Elementos de Historia
de la Ciencia". Montevideo: Universidad de la República, 2011.
ENCYCLOPAEDIA HERDER. “Ilustración”. En: Encyclopaedia Herder – Concepta.
Disponible en:https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Ilustración (Consultado el
19/11/17).
GRIBBIN, John. "Historia de la ciencia (1543-2001)". Crítica, 2003.
PELLÓN GONZÁLEZ, Inés. "Antonie-Laurent Lavoisier (1743?-1794) y la química
del siglo XVIII". En: MELOGNO, Pablo; RODRÍGUEZ, Pablo y Salomé
FERNÁNDEZ (compiladores). "Elementos de Historia de la Ciencia". Montevideo:
Universidad de la República, 2011.
SERRES, Michel. "Historia de las ciencias". Madrid: Cátedra, 1998.
Presentaciones de los encuentros presenciales.
- 5° TEMA: "Ilustración y Revolución industrial"
- 6° TEMA: "El desarrollo científico del siglo XIX" (1° PARTE - 2° PARTE)

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