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LOS ESTATUTOS DE AUTONOMÍA

 Al estudiar los estatutos de autonomía, hay que comenzar señalando que la entrada en vigor
de la Constitución de 1978 ha supuesto el establecimiento de un nuevo sistema de distribución
territorial del poder político que ha dado lugar al nacimiento las Comunidades Autónomas
como entes públicos territoriales dotados de sustantividad política y personalidad jurídica
propias así como de unas potestades normativas que exceden de la potestad reglamentaria
reconocida a los entes locales.
 En este sentido, hay que destacar los siguientes preceptos:
o Primero, el art. 2 de la Constitución dispone que la Constitución se fundamenta en la
indisoluble unidad de la Nación Española, Patria común e indivisible de todos los
españoles y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y
regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
o Segundo, el 137 dispone que el Estado se organiza territorialmente en municipios, en
provincias y en las Comunidades Autónoma que se constituyan. Todas estas entidades
gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses.
o Tercero, el art. 143 dispone que en el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido
en el art. 2 de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas,
culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad
regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades
Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en los respectivos Estatutos.
 En cuanto a los Estatutos de Autonomía, el art. 147 dispone que dentro de los términos de
la presente Constitución, los Estatutos serán la norma institucional básica de cada Comunidad
Autónoma y el Estado los reconocerá y amparará como parte integrante de su ordenamiento
jurídico. Los Estatutos de Autonomía deberán contener:
1º. La denominación de la Comunidad que mejor corresponda a su identidad histórica.
2º. La delimitación de su territorio.
3º. La denominación, organización y sede de las instituciones autónomas propias.
4º. Las competencias asumidas dentro del marco establecido en la Constitución y las
bases para el traspaso de los servicios correspondientes a las mismas
 En cuanto a los caracteres de los Estatutos, distinguimos los siguientes:
o En primer lugar, se trata de normas autonómicas y estatales en la medida en que
constituyen la norma institucional básica de cada Comunidad Autónoma pero el Estado
las reconocerá y amparará como parte integrante de su ordenamiento jurídico.
o En segundo lugar, se trata de leyes orgánicas como se deduce art. 81.1, que dispone
que son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y
libertades públicas, las que aprueben los Estatutos de Aut onomía y el régimen
electoral general y las demás previstas en la Constitución.
o En tercer lugar, se trata de normas subordinadas a la Constitución. Por tanto, los
Estatutos deberán interpretarse de conformidad con la Constitución y estarán
sometidos al control del Tribunal Constitucional en los mismos términos que las demás
leyes. Del mismo modo, los Estatutos no serán inmunes a la reforma constitucional
sino que resultarán afectados por ésta cuando la misma afecte a preceptos
constitucionales de que los Estatutos reciben su legitimidad.
o Por último, algunos autores como García de Enterría han sostenido que los Estatutos
de Autonomía son normas de rango superior a las demás leyes estatales y
autonómicas en la medida que no pueden ser reformados ni derogados por otras leyes
orgánicas sino que su modificación o reforma exige la intervención de las Asambleas
Legislativas autonómicas y de las Cortes Generales.
 En cuanto a la reforma de los Estatutos, ya hemos señalado que ésta exigirá el concurso de
las Cortes Generales y las Asambleas Legislativas autonómicas. No obstante, la Constitución
establece dos procedimientos distintos para su reforma según la vía de acceso a la autonomía
de que se trate.
o Primero, el art. 147.3 dispone que la reforma de los Estatutos se ajustará al
procedimiento establecido en los mismos y requerirá, en todo caso, la aprobación por
las Cortes Generales, mediante ley orgánica.
o Segundo, el art. 152, relativo a los Estatutos aprobados por la vía del art. 151, dispone
que una vez sancionados y promulgados los respectivos Estatutos, sólo podrán ser
modificados mediante los procedimientos en ellos establecidos y con referéndum entre
los electores inscritos en los censos correspondientes.

EL ORDENAMIENTO JURÍDICO DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS

 Pasando a ocuparnos del ordenamiento jurídico de las Comunidades Autónomas, éstos se


encuentran integrados por una pluralidad de normas además de los Estatutos de Autonomía.
En este sentido, nos referiremos a las leyes y otras disposiciones normativas con rango de ley
así como las normas de rango reglamentario.
 En cuanto a las leyes autonómicas, hay que señalar que todas las Comunidades Autónomas
gozan de potestad legislativa plena en el ámbito de sus respectivas competencias con la única
excepción de Ceuta y Melilla.
o En este sentido, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha declarado que la
reserva de ley establecida por la Constitución para determinadas materias podrá
quedar cubierta mediante leyes autonómicas siempre que se dicten en el ámbito de su
respectiva competencia.
o Sin embargo, las leyes autonómicas tendrán siempre carácter ordinario ya que no se
admite la posibilidad de promulgar leyes orgánicas autonómicas.
 En cuanto a las otras disposiciones normativas con rango de ley, hay que señalar que
algunos Estatutos de Autonomía contemplan la posibilidad de aprobación de Decretos
Legislativos mediante delegación legislativa otorgada por sus respectivos Parlamentos.
o Por el contrario, ninguno de los Estatutos contempla la posibilidad de aprobación de
Decretos Leyes por los respectivos Consejos de Gobierno autonómicos.
o En relación con esta cuestión, algunos autores sostienen que la falta de previsión
expresa impedirá la aprobación de dichas normas. Por su parte, otros autores
sostienen que también en el ámbito autonómico podrán plantearse supuestos de
extraordinaria y urgente necesidad en cuyo caso podría aplicarse el régimen previsto
en el art. 86.
 En cuanto a las normas de rango reglamentario, hay que señalar que la potestad
reglamentaria autonómica corresponde al Consejo de Gobierno de cada Comunidad
Autónoma sin perjuicio de la competencia de cada uno de sus miembros en el ámbito de sus
competencias.
 En particular, tratándose de Ceuta y Melilla, sus respectivas Asambleas tienen atribuida la
potestad de dictar normas con rango inferior a la ley sobre las materias de su competencia.
EL DESARROLLO DE LOS DERECHOS CIVILES FORALES Y ESPECIALES

 Pasando a ocuparnos del desarrollo de los Derechos civiles forales y especiales, podemos
comenzar definiéndolos como el conjunto de ordenamientos jurídicos privados que se aplican
en algunas zonas de España coexistiendo con el Código Civil.
 En cuanto a su origen histórico, hay que señalar que la pluralidad de ordenamientos civiles
vigentes en España se remonta a la Edad Media durante la cual coexistieron en territorio
peninsular varios reinos y cada uno de ellos con su Derecho propio.
 En este sentido, la unificación nacional realizada por los Reyes Católicos no impidió que cada
uno de los reinos peninsulares conservara su personalidad jurídico-política y su autonomía
legislativa así como una serie de mecanismos para la defensa de su Derecho como fueron la
fórmula obedézcase pero no se cumpla en Castilla, la fórmula de la sobrecarta en Navarra y el
pase foral en los territorios de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa.
 En cuanto a la aplicación de los Derechos Forales hasta la Constitución, hay que señalar
que la reforma del Título Preliminar del Código Civil de 1974 vino a establecer un nuevo
sistema de relaciones entre el Derecho común y los Derechos Forales. En efecto, el art. 13
contiene las siguientes reglas
1º. Las disposiciones de este Título Preliminar, en cuanto determinan los efectos de las
leyes y las reglas generales para su aplicación, así como las del Título IV del Libro I,
con excepción de las normas de éste último relativas al régimen económico
matrimonial, tendrán aplicación general y directa en toda España.
2º. En lo demás, y con pleno respeto a los derechos especiales o forales de las provincias
o territorios en que están vigentes, regirá el Código Civil como Derecho supletorio en
defecto del que lo sea en cada una de aquéllas según sus normas especiales
 En cuanto al desarrollo de los Derechos Forales y Especiales en la Constitución, el art.
149.1.8ª dispone que el Estado tiene competencia exclusiva en materia de legislación civil, sin
perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo, por las Comunidades Autónomas de
los Derechos civiles, forales o especiales, allí donde existan..
 Por su parte, el segundo párrafo añade que, en todo caso, corresponderán al Estado las
siguientes materias:
1º. Las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las normas jurídicas.
2º. Las relaciones jurídico-civiles relativas a las formas del matrimonio.
3º. La ordenación de los registros e instrumentos públicos.
4º. Las bases de las obligaciones contractuales.
5º. Las normas para resolver los conflictos de leyes.
6º. La determinación de las fuentes del Derecho, con respeto, en este último caso, a las
normas de Derecho foral o especial.
 En relación con este precepto, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha declarado que
las competencias en materia de conservación, modificación y desarrollo del Derecho Civil
corresponden no sólo a las Comunidades Autónomas que contasen con una Compilación al
tiempo de la entrada en vigor de la Constitución sino también a aquellas que contasen con
normas civiles de ámbito regional o local y de carácter consuetudinario.
 En cuanto al alcance de estas competencias, se ha planteado la cuestión de determinar cuál
sea el alcance que deba reconocerse a los términos conservación, modificación y desarrollo.
En este sentido, se han manejado diversas posturas doctrinales:
o En primer lugar, algunos autores han sostenido que el límite constitucional al desarrollo
de los Derechos Civiles forales y especiales vendría representado por el contenido
normativo de las respectivas Compilaciones al tiempo de aprobarse la Constitución.
o En segundo lugar, otros autores han sostenido que dicho límite constitucional debe
venir constituido por las instituciones propias de los territorios forales, lo que es lo
mismo, aquellas que tradicionalmente han sido reguladas de forma distinta por el
Derecho común y los Derechos forales y especiales.
o En tercer lugar, otros autores han sostenido que las Comunidades Autónomas pueden
desarrollar su Derecho Civil propio sin más límite que el respeto a la Constitución y a
los Estatutos. En particular, hay que advertir que fue ésta es la posición mantenida por
el Congreso de Jurisconsultos sobre Derechos Civiles Territoriales celebrado en
Zaragoza en 1981.
o Por último, algunos autores han sostenido que el único límite al desarrollo de los
Derechos Forales viene constituido por el respeto a sus propios principios.
 Por su parte, el Tribunal Constitucional ha declarado que los términos conservación,
modificación y desarrollo no deben vincularse rígidamente con el contenido normativo de las
Compilaciones al tiempo de la entrada en vigor de la Constitución. De este modo, las
Comunidades Autónomas podrán regular instituciones conexas con las ya reguladas en la
Compilación pero sin que ello implique la atribución de una competencia ilimitada por razón de
la materia que pugnaría con lo dispuesto en el art. 149.1.8ª de la Constitución.
 Finalmente, hay que señalar que las Asambleas Legislativas autonómicas han dictado
múltiples leyes civiles tras la entrada en vigor de la Constitución modificando el contenido de
las Compilaciones pero también regulando instituciones que carecían anteriormente de
regulación en dichas Compilaciones.

LA APLICACIÓN DEL ORDENAMIENTO AUTONÓMICO POR LOS TRIBUNALES

 Pasando a ocuparnos de la aplicación del ordenamiento autonómico por los Tribunales, hay
que señalar que Jueces y Tribunales tienen el deber de aplicar las normas autonómicas como
parte integrante del ordenamiento jurídico. En efecto, el art. 117.1 de la Constitución dispone
que la justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados
integrantes del Poder Judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos
únicamente al imperio de la ley.
o En particular, la interpretación de los ordenamientos autonómicos deberá realizarse
con arreglo a la Constitución y los principios y valores propios del Derecho de cada
Comunidad Autónoma.
o Finalmente, los conflictos de aplicación entre las normas autonómicas y estatales se
resolverán con arreglo al sistema de relaciones al que nos referiremos después.

RELACIONES ENTRE EL ORDENAMIENTO ESTATAL Y LOS AUTONÓMICOS

 Pasando a ocuparnos de las relaciones entre el ordenamiento estatal y los autonómicos, hay
que comenzar señalando que dicha relación no se basa en el principio de jerarquía normativa
que regula las relaciones entre normas pertenecientes a un mismo ordenamiento jurídico
emanadas de órganos de diferente rango sino en los principios de competencia y articulación
en el ordenamiento constitucional.
 En cuanto al principio de competencia, podemos definirlo como aquel principio en virtud del
cual las normas emanadas de los órganos autonómicos dentro del ámbito de sus
competencias excluyen a las del Estado y a cualesquiera otras.
 En este sentido, el principio de competencia supone la delimitación de un ámbito competencial
autonómico inmune a la regulación estatal ya que ésta no puede derogar ni modificar las
normas dictadas por las Comunidades Autónomas en el ámbito de sus competencias.
 En cuanto al principio de articulación en el ordenamiento constitucional, éste se traduce
en la unión de ambos ordenamientos por su común vinculación a la Constitución. Así, el art.
9.1 dispone que los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al
resto del ordenamiento jurídico.
 Por otro lado, hay que señalar que el Derecho estatal y los Derechos autonómicos muestran
una serie de relaciones que podemos clasificar en relaciones de cooperación, interferencia e
integración.

RELACIONES DE COOPERACIÓN

 En cuanto a las relaciones de cooperación, éstas se manifiestan en tres instrumentos:


o Primero, la regulación concurrente de determinadas materias por las Comunidades
Autónomas y el Estado como técnica de delimitación de competencias que supone la
intervención legislativa del Estado en un determinado ámbito y la participación ulterior
de las Comunidades Autónomas.
o Segundo, la ejecución autonómica de la legislación estatal que supone la ejecución por
las Comunidades Autónomas de la legislación dictada por el Estado o del conjunto
normativo integrado por las normas básicas del Estado y las autonómicas de desarrollo
o Tercero, la coordinación estatal de competencias en materias como economía,
investigación científica y técnica y sanidad que supone la fijación de medios y sistemas
de relación entre administraciones que hagan posible la información recíproca, la
homogeneidad técnica y la acción conjunta de las administraciones.

RELACIONES DE INTERFERENCIA

 En cuanto a las relaciones de interferencia, éstas se manifiestan en cuatro instrumentos como


son la delegación de competencias legislativas estatales, la transferencia o delegación de
competencias estatales, las leyes estatales de armonización y la intervención coercitiva del
Estado en el funcionamiento autonómico.
 En cuanto a la delegación de competencias legislativas estatales, el art. 150.1 dispone
que las Cortes Generales, en materia de competencia estatal, podrán atribuir a todas o alguna
de las Comunidades Autónomas la facultad de dictar, por si mismas, normas legislativas en el
marco de los principios, bases y directrices fijados por una ley estatal. Sin perjuicio de la
competencia de los Tribunales, en cada ley marco se establecerá la modalidad de control de
las Cortes Generales sobre estas normas legislativas de las Comunidades Autónomas.
o En relación con las leyes marco, hay que señalar que la delegación de competencias
se efectuará mediante ley ordinaria de modo que su derogación conllevará también la
pérdida por las Comunidades Autónomas de la competencia que se les hubiere
atribuido.
o Por otro lado, estas leyes podrán limitarse a conceder la delegación de competencias
sin fijar contenido normativo alguno pero podrán también establecer un marco
normativo dentro del cual deban dictarse las normas autonómicas.
 En cuanto a la transferencia y delegación de competencias, el art. 150.2 dispone que el
Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades Autónomas, mediante Ley Orgánica,
facultades correspondientes a materias de titularidad estatal que, por su propia naturaleza,
sean susceptibles de transferencia o delegación. La Ley preverá en cada caso la
correspondiente transferencia de medios financieros, así como las formas de control que se
reserve el Estado.
o En relación con estas normas, algunos autores han sostenido que la distinción entre
transferencia y delegación radica en que sólo la transferencia sería irrevocable
mientras que la delegación podría ser revocada por el Estado.
o Por su parte, la doctrina mayoritaria ha criticado esta tesis en la medida en que
ninguna ley puede alterar el reparto competencial establecido en la Constitución por lo
que no existiría diferencia sustancial entre transferencia y delegación.
 En cuanto a las leyes estatales de armonización. art. 150.3 dispone que el Estado podrá
dictar Leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar las disposiciones
normativas de las Comunidades Autónomas, aún en el caso de materias atribuidas a la
competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general. Corresponde a las Cortes
Generales, por mayoría absoluta de cada Cámara, la apreciación de esta necesidad.
o En relación con estas leyes, hay que señalar que se trata de normas potestativas cuyo
fin primordial radica en garantizar la unidad del ordenamiento jurídico y proteger los
intereses generales de la Nación por lo que pueden considerarse como manifestación
del principio de solidaridad consagrado en el art. 2 de la Constitución.
o Por otro lado, la Sentencia del Tribunal Constitucional 76/1983, que declaró
inconstitucional la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico, puso de
manifiesto que el art. 150.3 constituye una pieza de cierre del sistema constitucional de
distribución de competencias por lo que sólo será aplicable cuando el legislador estatal
no disponga de otros medios para garantizar la armonía exigida por el interés general.
 En cuanto a la intervención coercitiva del Estado, el art. 155 fija las siguientes reglas:
1º. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras
Leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de
España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma, y
en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado,
podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso
de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
2º. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá
dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.

RELACIONES DE INTEGRACIÓN: LAS CLÁSULAS DE PREVALENCIA YSUPLETORIEDAD

 En cuanto a las relaciones de integración, éstas se traducen en las cláusulas de prevalencia y


supletoriedad del Derecho estatal.
 En cuanto a la cláusula de prevalencia, el art. 149.3 dispone que la competencia sobre las
materias que no se hayan asumido por los Estatutos de Autonomía corresponderá al Estado,
cuyas normas prevalecerán, en caso de conflicto, sobre las de las Comunidades Autónomas
en todo lo que no esté atribuido a la exclusiva competencia de éstas.
 En relación con esta cláusula, García de Enterría sostiene que no se trata de una cláusula de
atribución de competencias al Estado n de una cláusula interpretativa que postule una
interpretación favorable a la titularidad estatal en caso de conflicto sobre la titularidad de una
determinada competencia. Por el contrario, se tratar de una norma de resolución de conflictos
que sólo procede aplicar cuando una norma estatal y autonómica dictadas en el ámbito de su
competencia son incompatibles entre si como sucede en los casos de superposición de títulos
competenciales sobre un mismo objeto con arreglo a los arts. 148 y 149 de la Constitución.
 En cuanto a la cláusula de supletoriedad, el art. 149.3 dispone que el Derecho estatal será,
en todo caso, supletorio, del Derecho de las Comunidades Autónomas.
o En relación con esta cláusula, hay que señalar que su presupuesto de aplicación no es
la falta de regulación autonómica sobre una materia sino la existencia de una laguna
en dicha regulación. De este modo, siempre que el intérprete identifique una laguna en
el ordenamiento jurídico, deberá colmarla acudiendo a las normas del Estado dictadas
en el ámbito de sus competencias y teniendo en cuenta que el Derecho del Estado
incluye no sólo la legislación sino todo el sistema de fuentes previsto en el art. 1 del
Código Civil.
o Por otro lado, la Sentencia del Tribunal Constitucional de 20 de marzo de 1997
dictadas en relación con el Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1992, han venido a
modificar la doctrina anterior del propio Tribunal al declarar que el Estado no podrá
dictar normas con eficacia meramente supletoria en materias sobre las cuales carezca
de todo título competencial ya que la citada cláusula no constituye un título de
atribución de competencias.

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