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La definición de conflicto que se desprende en los ejemplos citados por el autor van
encaminados en todo aquel elemento influenciado por el poder proveniente de
circunstancias sociales que llevan a la confrontación entre el bien y el mal, el
conflicto es el resultado del choque entre el maligno y lo heroico y esto no es más
que una serie de impulsos que lleva a una persona a hacer el mal; o actuar en favor
de personas o ideales sin esperar retribución alguna.
Pero ¿qué puede impulsar a una persona íntegra a llevar a cabo los más horribles
actos de crueldad?
En primer lugar el poder social: el "poder de las situaciones sociales" es el que lleva
a la "gente corriente" por el camino del mal.
En segundo lugar el lado oscuro: los niños no nacen malos, sino con plantillas
mentales para hacer cosas tanto buenas como malas, dependiendo de la influencia
del entorno, de los contextos de comportamiento en los que viven, juegan y trabajan.
Y por último el "círculo mágico": incluso en ambientes que carecen de hostilidad, los
niños buenos pueden empezar a hacer cosas malas por la presión de su grupo de
amigos que establece unas normas para ser aceptados en el llamado "círculo
mágico".
Las fuerzas situacionales tienen más poder del que pensamos para conformar
nuestra conducta en muchos contextos.
Pero estudiar estas conductas censurables “exige una comprensión de las fuerzas,
las virtudes y las vulnerabilidades, que aportan estas personas o grupos a una
situación dada. Luego debemos reconocer plenamente el conjunto de fuerzas
situacionales que actúan en ese contexto conductual”
Lo contrario ocurre con la fuerza disposicional que tiene que ver más con nosotros
mismos no con nuestro entorno, la actitud con la que enfrentamos cada situación.
Los conflictos son algo habitual en las relaciones interpersonales, pues cada
persona tiene su idea y visión del mundo. Esto puede causar diferencias que van
más allá de las simples discrepancias.
Los autores tanto del texto guía “Las emociones en la negociación” como en “El
efecto Lucifer” nos dejan claro que las emociones son intensas y que siempre están
presentes y es difícil manejarlas, aquí ellos nos dicen que los seres humanos
tenemos diferentes tipos de sentimientos cuando nos relacionamos los unos con los
otros, de esta manera las emociones pueden ser un activo importante para
conseguir unos objetivos. También se trata de encontrar méritos en lo que los otros
piensan, sienten o hacen y manifestarlo una expresión sincera de aprecio puede ser
la mejor manera de que una persona satisfaga muchas de las expectativas básicas
de la otra.
Bajo presión y ante la necesidad de formar parte de un grupo, los límites se pueden
desdibujar y un bondadoso se torna malvado.
El efecto Lucifer solo puede ser contrarrestado con determinación. Una educación
de valentía, que afiance el poder de la individualidad, con capacidad reflexiva para
sobreponerse a la imposición de lo colectivo cuando de actos violentos y malvados
se trata y de proporcionar el coraje para contrarrestar la marginación que produce
el hacerlo.
CONCLUSIONES
- La maldad consiste en obrar deliberadamente de una forma que dañe,
maltrate, humille, deshumanice o destruya a personas inocentes, o en hacer
uso de la propia autoridad y del poder sistémico para alentar o permitir que
otros obren así en nuestro nombre
- "La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer
bien una vez al año".
- En contraposición se encuentra el héroe accidental: Zimbardo investiga
también el proceso inverso a la causa de detonación del mal. Lo que el llama
"la imaginación heroica", que provoca que cuando llega el momento en que
otros opten por el mal o la indiferencia, estos elijan actuar por otra persona o
ideal sin nada a cambio. "Crear una generación de esos heróes normales es
nuestra mejor defensa contra el mal".
- El efecto Lucifer solo puede ser contrarrestado con determinación. Una
educación de valentía, que afiance el poder de la individualidad, con
capacidad reflexiva para sobreponerse a la imposición de lo colectivo cuando
de actos violentos y malvados se trata y de proporcionar el coraje para
contrarrestar la marginación que produce el hacerlo.
- Las personas, siendo esencialmente sociales, crean redes y jerarquías al
interactuar, que pueden diluir el pensamiento individual, donde el ‘nosotros
contra ellos’ se aprecia como normal.