CPE 1er año Una interpretación vulgar del marxismo lo ha presentado como oposición y negación del pensamiento revolucionario burgués; otra interpretación, en mi opinión más acertada, entiende el marxismo como superación —pero prosecución, como realización del pensamiento burgués revolucionario en su sector más radical. Marx, en efecto, consideraba su obra no como una ruptura con la tradición revolucionaria burguesa, sino como una continuación revolucionaria de ésta. Entendida en términos actuales, esta interpretación supone que el marxismo no puede ser considerado como parte componente de la tradición antidemocrática occidental que atraviesa el amplio campo político, sino por el contrario, lo que el marxismo intenta establecer, son las condiciones reales en que la democracia sea una forma posible y eficaz de organización social y no una mera declamación formalista. Esto quiere decir que, en su praxis, el marxismo ha de garantizar, de un lado, la conservación y ampliación de las conquistas más positivas de la revolución burguesa frente a los despotismos feudales (la falta de derechos, libertad y democracia),y por otro lado, ha de procurar la superación de los aspectos contradictorios con los anteriores y que son los que en realidad imposibilitan la realización del programa burgués, la propiedad privada de los medios de producción, las relaciones explotadoras de producción, es decir, la desigualdad. La crítica marxista al formalismo burgués liberal es fuerte y clara; la libertad no es compatible con la desigualdad y la desigualdad subsistirá mientras la libertad sea la de los propietarios privados de los medios de producción. Dicho en forma más estricta, la compleja relación entre teoría y praxis en el marxismo pone en cuestión la capacidad reflexiva de la teoría.
Basándonos en los factores mencionados anteriormente cabe hablar
de una «crisis del marxismo». Esta crisis para mi entender viene alimentada por una carencia esencial en la actualidad, entre otras:
Los modelos insatisfactorios del «socialismo real» y la
incapacidad de explicarlos desde una perspectiva marxista. La proposición de la auto abolición del poder en el marxismo, primero, dependía de una concatenación de efectos, causas y condiciones que formaban un todo complejo de carácter teórico: el proceso revolucionario, (que, en principio, sería la floración de una revolución social profunda y no un golpe de Estado o algo parecido), se daría en el conjunto de países capitalistas donde las relaciones de producción estuvieran más desarrolladas (donde el modo de producción capitalista fuera claramente predominante) y/o bien sería internacional o comenzando nacionalmente en poco tiempo se extendería al ámbito internacional. Estos dos son factores absolutamente esenciales en la formulación marxista: la revolución como culminación del desarrollo de las fuerzas productivas y la revolución como fenómeno internacional.
Afianzar poder = La fragmentación = La no internacionalización
La no internacionalización de la revolución bolchevique fue quizá el
problema más agudo con que hubo de enfrentarse ésta. Para el marxismo resultaba lógico, si el capitalismo era un sistema casi mundial, el socialismo habría de ser mundial también. La subsistencia de una nación o país socialista aislado dentro del sistema capitalista mundial tenía que resultar forzosamente impensable en la teoría. Se dio, sin embargo, en la práctica. El marxismo aparece en crisis casi desde el mismo momento en que empieza a extenderse por Europa. La elaboración teórica dividida carece de perspectiva global, la práctica del movimiento obrero asegurada e institucionalizada en los grandes partidos y sindicatos pasa a ser fragmentaria e insuficiente. El marxismo ha perdido de vista la categoría de la totalidad. En efecto, en esta situación el sentido común indicaba claramente que si el poder revolucionario pretendía llevar adelante la obra de transformación económica de la sociedad en un entorno hostil, no podía ni pensar en su extinción, sino en su fortalecimiento. El poder revolucionario tuvo que hacer aquello que fuera su tarea: subsistir como poder, agrandarse, afianzarse. Este giro copernicano en la cuestión del poder planteaba cuestiones de carácter teórico importantes. La ruptura de la totalidad por la fuerza de los hechos, la fragmentación del poder revolucionario, a imagen y semejanza de la fragmentación de los poderes capitalistas.
El problema se agudizó más cuando se pretendió que el marxismo
explicara asimismo como norma lo que no era más que excepción: el fortalecimiento del poder revolucionario: Para este fin, el poder cometió errores que son habituales en tales casos, entre otros, la de utilizar al mismo marxismo como una ideología de legitimación de su forma de dominación. Serian entonces las proposiciones del marxismo solo utopías y, por tanto, irrealizables?; o la revolución bolchevique de algún modo dejó de ser una revolución de carácter marxista?
Utopía o marxismo transformado ?
Todo parece indicar que es precisamente la segunda: la de que la
revolución bolchevique, que comenzó siendo una empresa de carácter marxista, presionada por una serie de factores internos y externos, dejó de serlo.
Retomando la afirmación citada en la introducción de este análisis (la
libertad no es compatible con la desigualdad y la desigualdad subsistirá mientras la libertad sea la de los propietarios privados de los medios de producción), es contradictorio como la misma vigencia del modelo marxista atenta contra los objetivos principales del mismo que en resumen no son otros que los de la igualdad. Siendo más explicito, no existe ningún estudio filosófico que aplaste la veracidad marxista de que aquello que marca desde el comienzo de la humanidad hasta la contemporaneidad las diferencias entre las clases sociales es dado principalmente por el excedente de producción como resultado de la explotación del hombre por el hombre.
Si analizáramos esta tesis desde un punto de vista materialista (siendo
Marx uno de sus exponentes más relevantes), y analizáramos al hombre material apoyándonos en la teoría de la evolución del afamado Charles Darwin, al hombre, como parte de su desarrollo natural, no le queda más que evolucionar, adaptarse, superarse como especie en si en vez de conformarse, y si a esto le agregamos una realidad social hostil y vertiginosa a velocidades insospechadas, es muy fácil llegar a la conclusión ( bastante demostrada hoy en día), de que la igualdad nunca ha estado tan lejos como ahora, de que la misma inconformidad y sed de superación humana da como resultado la evidente escalada en acenso hacia la mejora, hacia la inevitable incondicional humana de satisfacer nuestras necesidades básicas e infundadas, lo que nos sigue llegando hasta ahora, de alguna manera u otra, a producir más para tener más, para satisfacer mas, para sentirnos mejor, justificando en la mayoría de los casos el fin ante los medios, transformándonos en piezas en juego de sistemas capitalistas, incluso en modelos sociales que tienen como fin, ese ideal aparentemente perfecto pero no demostrable aun, llamado: Socialismo (como si de una panacea creada por la ciencia y no probada por esta se tratara).
Serian entonces las proposiciones del marxismo realmente una utopía y,
por tanto, irrealizables; y no que la revolución bolchevique de algún modo dejó de ser una revolución de carácter marxista como planteamos anteriormente? …una cosa si es segura, el marxismo se encuentra en crisis.
Para responder a las interrogantes de quien lo afirma y hacia donde
apunta; bueno, a modo de conclusión, yo considero y creo evidente que esta crisis sin duda alguna esta afirmada por la realidad contemporánea en la que vivimos la mayoría de las naciones, civilizaciones y todas las problemáticas sociales actuales que no llegan a otro conceso que el de seguir la misma carrera de la rata de la cual si generalizáramos, el hombre como ser social no ha sabido o no ha podido llevar a la práctica aquella teoría ideal que Marx nos propuso. Hacia donde se dirige ?...será que al marxismo no le queda más que extinguirse como proceso fracasado que nunca llego a realizarse del todo?...no lo creo así, pienso que nada es absoluto, que no todo lo del marxismo es invalido, como tampoco lo es válido en su totalidad. Siguiendo el mismo enfoque materialista empleado anteriormente, creo y quisiera creer, que como mismo en sus inicios, este suceso, movimiento y hecho histórico revolucionario que fue hijo, resultado y necesario de su momento histórico en concreto, no puede dirigirse en otra dirección que no sea la de transformarse, sufrir y aceptar cambios y transformaciones, superaciones de sus déficits como parte natural evolutiva de su desarrollo y redefinirse, transformarse en un nuevo marxismo, o mejor dicho aun, en un nuevo movimiento social que no sabemos qué nombre o apellido tendrá, pero que será sin duda un resurgir, un renacer producto de una saturación y clímax insuperable de un proceso anterior que debe de morir para una vez más se cumpla el inviolable ciclo de la vida del cual no se encuentra exento ni el más bello o imponente modelo, todo lo que nace, crece, se desarrolla, se reproduce y muere para poder dar surgimiento a un nuevo ciclo.
Permitirá el tiempo que pueda apreciar la veracidad de mis más honestas