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5 áreas:
1. Emprender con un motivo pero sin una motivación: cuál es el motivo que nos está
llevando a querer iniciar este proyecto. Normalmente hay una motivación personal en
este punto. No motivos lamentables: (estar desempleado, odiar tu actual trabajo, odiar a
tu jefe, tener libertad de horarios, gozar de la potestad de decidir cuáles son tus días de
vacaciones, demostrarle algo a los demás o a nosotros mismos, etc.), ya que estos
representan huidas hacia delante de una situación personal o profesional que te amarga o
te deprime. Estos no son suficientes para conseguir el éxito. El motivo lamentable es
irrelevante mientras haya motivación: no es tan importante lo que te mueve a iniciar el
negocio (el motivo lamentable), siempre y cuando tengas motivación. Qué es la
motivación, pues las ganas, la ilusión, el deseo de emprender: el motivo provoca tu
decisión, pero la motivación te da la energía para llevarlo adelante. Entonces el primer
factor es que tengas el motivo, pero que no tengas la motivación.