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En esta oportunidad continuamos profundizando en los temas de Fe, relacionados con el

funcionamiento de la Iglesia Patriarcal, y la importancia de la Jerarquía establecida por


el mismo Yahvéh desde el Antiguo Testamento. En efecto, Dios siempre nos ha
proveído de una Figura Patriarcal, de un Padre, de un Pastor que sirve como mediador
entre El y su Pueblo, que sirve de Guía. Asi podemos recordar a Noah, Abrahan, Isaac,
Jacobo, José, Moisés y David, en el Antiguo Testamento; así como a Pedro en el Nuevo
Testamento, que tiene como sucesores a los Papas, que quiere decir Padre en italiano.

En la Biblia aparecen diferentes pasajes que confirman la importancia de la Figura


Patriarcal, como una de mucha importancia para la comunicación de los mensajes de
Dios y de su voluntad, para resolver disputas, dictar sentencias y dar a conocer sus
Preceptos y Leyes. Una de las más relevantes está en Éxodo 18:13-26 y Números11:14-
17, en las que no sólo se nos dicen éstas funciones que tenía el Patriarca, sino que
además aparece el origen de la Jerarquía Eclesiática que ha llegado a nuestros días.

Esta Jerarquía comprende como la posición más alta la del Papa, seguido de los
Cardenales, Arzobispos y Obispos. De esta manera, tal como en la época de Moisés se
busca delegar la autoridad en personas capaces, temerosas de Dios, hombres fieles e
incorruptibles para que estén frente al pueblo y juzguen sobre las decisiones según su
autoridad y competencias, haciendo más fácil la administración de Justicia, la
resolución de conflictos y el mantenimiento de los Preceptos y Leyes de Dios, así como
la gran tarea de la traducción e interpretación de los textos bíblico, para el bien de la
Iglesia.

Asimismo, en Deuteronomio 17:8-12, aparece la figura del Concilio, el uso de un


Consejo de sabios, que además es nombrada en muchos otros pasajes, como el mejor
camino a seguir para tomar las mejores y más sabias decisiones. Podemos destacar entre
éstos 1Mac 8:15-16 "Se han creado un Consejo, donde cada día trescientos veinte
consejeros deliberan constantemente en favor del pueblo, PARA MANTENERLO EN
BUEN ORDEN. Confían cada año a uno solo el mando sobre ellos y el dominio de toda
su tierra y no hay envidia o celo entre ellos.". La importancia de estos Concilios, que se
celebran periódicamente, es definir realidades en la Escrituras y exponer herejías
ascendentes, más otros problemas del momento, y en los que participan el Papa y los
Obispos.

Dentro de este tema de la Jerarquía Patriarcal es importante asumir el hecho de que está
constituido por hombres y por esta naturaleza humana existe el riesgo del pecado. Esto
puede verse en el Antiguo y Nuevo Testamento en el que los líderes escogidos por Dios
desobedecen a Dios o pecan contra Él, lo cual forma parte de la esencia de sus
miembros, pero cada uno de nosotros como miembros de la Iglesia, no importa nuestra
Jerarquía dentro de ella, seremos juzgados por nuestros pecados. Esto es muy
importante porque este es uno de las cosas que más se utiliza por los enemigos de Dios
para ir contra nuestra Fe y contra la Iglesia como un todo.

Sin embargo, esto no debe ser origen de la desobediencia al Magisterio de la Iglesia, ya


que ella como un Consejo posee la sabiduría para guiarnos, aún cuando alguna persona
en particular puede eventualmente desviarse del camino recto y justo. Asimismo, la
sucesión apostólica nos fue dada desde la época de Moisés, a través de la imposición de
manos como el rito transmisor de la autoridad y del liderazgo del Patriarca a sus
sucesores y a sus colaboradores, el cual se ha practicado desde comienzos de la Iglesia
Católica y hasta nuestros días.

La Iglesia, los sacramentos que se imparten en ella, las tradiciones practicadas dentro de
ella, la Misa y todas las cosas que conocemos que forman parte de nuestra Fe y de la
vida en comunidad dentro de la Iglesia Católica aparecen prefiguradas y figuradas
directamente dentro del Antiguo y Nuevo Testamento, como testimonio fiel de que
nuestra Iglesia Católica es la continuación exacta de los preceptos y leyes que Dios y
Jesús nos enseño en dos mil años, y no deja de perfeccionarse en el tiempo, y que se
mantiene unida a pesar de sus enemigos.

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