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Roj: STS 8254/2012

Id Cendoj: 28079120012012100945
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal
Sede: Madrid
Sección: 1
Nº de Recurso: 576/2012
Nº de Resolución: 921/2012
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: DIEGO ANTONIO RAMOS GANCEDO
Tipo de Resolución: Sentencia

SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a veintisiete de Noviembre de dos mil doce.
En el recurso de casación por quebrantamiento de forma, infracción de ley e infracción de precepto
constitucional, que ante Nos pende, interpuesto por la representación del acusado Landelino , contra
sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Sevilla, Sección Séptima, que le condenó por delito de robo
violento, los componentes de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que al margen se expresan se han
constituido para la votación y fallo bajo la Presidencia del primero de los indicados y Ponencia del Excmo. Sr.
D. Diego Ramos Gancedo, siendo también parte el Ministerio Fiscal y estando dicho recurrente representado
por el Procurador Sr. Martínez Roura.
I. ANTECEDENTES
1.- El Juzgado de Instrucción nº 14 de Sevilla incoó procedimiento abreviado con el nº 106 de 2010
contra Landelino y otro, y, una vez concluso, lo remitió a la Audiencia Provincial de Sevilla, Sección Séptima,
que con fecha 13 de enero de 2012, dictó sentencia que contiene los siguientes HECHOS PROBADOS:
Primero.- Sobre las 12,50 horas del día 30 de diciembre de 2009 los acusados D. Raimundo y D. Landelino
, cuyas circunstancias personales ya se han reseñado, actuando de común acuerdo, tras bajarse del coche
en el que viajaban, que les esperó en medio de la calzada con el motor en marcha, abordaron en una de las
aceras de la vía, cerca al complejo deportivo "El Santísimo" de La Rinconada, a D. Vicente , entonces menor
de edad, cuando éste caminaba hablando por su teléfono móvil. Después de pedirle un cigarro, le exigieron la
entrega del móvil, y ante la negativa de Vicente , el acusado Raimundo , agarrando fuertemente su mano,
se lo arrebató de un tirón. A continuación los dos acusados se subieron al vehículo que les esperaba, cuyo
conductor inició rápidamente la huída. Segundo.- No se ha tasado pericialmente el valor del teléfono móvil,
que no se recuperó. Tercero.- Tanto para llegar al lugar de los hechos como para emprender la huída los
dos acusados viajaban como usuarios, ocupando el asiento delantero derecho y la parte trasera, del vehículo
"Seat Ibiza" de color negro y tres puertas, con matrícula ....WWW , a cuyo conductor, identificado en esta
causa como testigo protegido nº NUM000 no se ha acreditado que obligasen a realizar los traslados.
2.- La Audiencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento: FALLAMOS: Condenamos a D.
Raimundo y a D. Landelino como autores de un delito de robo violento ya definido, sin la concurrencia de
circunstancias modificativas, a la pena para cada uno de dos años de prisión, con la accesoria de inhabilitación
especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, así como al pago por cada
uno de ellos de una cuarta parte de las costas devengadas. Absolvemos libremente a D. Raimundo y D.
Landelino del delito de detención ilegal de que les acusa el Ministerio Público, declarando de oficio la mitad de
las costas devengadas en la tramitación de esta causa. En pago de responsabilidades civiles, D. Raimundo
y D. Landelino indemnizarán solidariamente y por mitad a D. Vicente en la cantidad en que se tase en
ejecución de sentencia el valor del teléfono móvil sustraído, debiéndose estar en ejecución de sentencia a lo
prevenido en el art. 576 de la L.E.C . Ratificamos el auto de insolvencia de los dos acusados dictado en la pieza
separada de responsabilidades pecuniarias. Firme esta sentencia, se deducirá testimonio de todo lo actuado
respecto del testigo protegido, que, junto con copia de la grabación del juicio, se remitirá a los Juzgados de
Instrucción de esta capital para que investigue si el mismo ha podido cometer algún delito relacionado con este
proceso. Notifíquese esta sentencia al Ministerio Fiscal, personalmente a los acusados y a sus procuradores,

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informándoles de que contra la misma cabe interponer recurso de casación a preparar ante este Tribunal
dentro de los cinco días siguientes a la última notificación practicada.
3.- Notificada la sentencia a las partes, se preparó recurso de casación por quebrantamiento de forma,
infracción de ley e infracción de precepto constitucional, por la representación del acusado Landelino , que
se tuvo por anunciado, remitiéndose esta Sala Segunda del Tribunal Supremo las certificaciones necesarias
para su sustanciación y resolución, formándose el correspondiente rollo y formalizándose el recurso.
4.- El recurso interpuesto por la representación del acusado Landelino , lo basó en los siguientes
MOTIVOS DE CASACIÓN: Primero.- Por infracción de precepto constitucional, al amparo de lo preceptuado
en el art. 5, párrafo 4º, de la L.O.P.J ., por vulneración del derecho fundamental a la presunción de inocencia
consagrado en el art. 24.2 de nuestra Carta Magna , a la tutela judicial efectiva y al derecho de defensa;
Segundo.- Por infracción de ley, al amparo de lo preceptuado en el art. 849.1º L.E.Cr ., por inaplicación del
apartado 4 del artículo 242; Tercero.- Por infracción de ley, con fundamento en el número 2 del art. 849 al existir
error en la apreciación de la prueba. Se renuncia a este motivo casacional; Cuarto.- Por quebrantamiento de
forma, al amparo del número 1 del 851 de la Ley de Enjuiciamiento.
5.- Instruido el Ministerio Fiscal del recurso interpuesto, se opuso a los motivos impugnándolos
subsidiariamente, quedando conclusos los autos para señalamiento de fallo cuando por turno correspondiera.
6.- Hecho el señalamiento para el fallo, se celebró la votación prevenida el día 20 de noviembre de 2012.
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Por sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla de 13 de enero de 2012 , fueron
condenados los acusados Raimundo y Landelino como autores criminalmente responsables de un delito de
robo con violencia en las personas de los arts. 237 y 242.1 C.P . a la pena de dos años de prisión y accesorias
legales cada uno de los citados.
Contra esta resolución judicial se alza en casación el acusado Landelino , formulando un primer motivo
al amparo del art. 5.4 L.O.P.J . en el que denuncia la vulneración del derecho a la presunción de inocencia
proclamado en el art. 24.2 de la Constitución . Sostiene la parte recurrente que se ha producido la infracción
constitucional por cuanto "se aprecia un auténtico vacío probatorio ..... ya que no queda en modo alguno
acreditada la participación" del acusado recurrente en el delito de robo con violencia del que fue víctima
el entonces menor de edad Vicente , al que -según la declaración de hechos probados de la sentencia
impugnada- Raimundo y Landelino le abordaron cuando éste caminaba hablando por su teléfono móvil.
Después de pedirle un cigarro, le exigieron la entrega del móvil, y ante la negativa de Vicente , el acusado
Raimundo , agarrando fuertemente su mano, se lo arrebató de un tirón. A continuación los dos acusados se
subieron al vehículo que les esperaba, cuyo conductor inició rápidamente la huída .
SEGUNDO.- Sostiene el recurrente que así como la víctima del delito reconoció a José como quien
le arrebató violentamente el móvil, no identificó a Landelino en rueda judicial de reconocimiento con toda
certeza, sino que lo hizo con dudas. Pero la Sala de instancia valoró también como prueba incriminatoria la
declaración del testigo protegido, que inculpaba al recurrente como uno de los dos autores del robo.
El motivo pretende desacreditar la credibilidad que el Tribunal a quo otorga al testigo afirmando que la
declaración de éste no puede considerarse veraz, señalando que el mismo Tribunal sentenciador ha rechazado
la versión de ese testigo protegido según la cual los acusados se introdujeron en el vehículo que conducía de
manera sorpresiva y violenta, le amenazaron con una navaja y le obligaron a dirigir el vehículo al lugar donde,
bajándose del coche, perpetraron el robo y volvieron a meterse en el vehículo donde había permanecido el
repetido testigo protegido, y huyendo rápidamente.
El Tribunal de instancia, tras valorar con detalle y rigor el testimonio del testigo protegido, abre la
hipótesis más que plausible de que éste hubiera participado en la acción depredatoria formando grupo de
común acuerdo con los dos acusados, razón por la cual ordena deducir testimonio de particulares de la causa
y remitirlas al Juzgado de Instrucción para que se investigue si ha podido cometer algún delito.
Las alegaciones del recurrente vienen a sostener que si la misma Sala enjuiciadora no ha dado crédito
a la versión del testigo protegido en lo que se refiere a su participación forzada en los hechos, tampoco debe
creerle en la identificación que aquél hace de Landelino como uno de los autores del robo.
El motivo debe ser desestimado.

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TERCERO.- En primer lugar, la sentencia impugnada no rechaza que los hechos se produjeron como
relató la víctima del robo y como hizo también el testigo protegido. Lo que al juzgador de instancia le mueve
a una profunda duda que alimenta una vehemente y racional sospecha es que éste no hubiera realizado los
hechos de manera consciente y voluntaria junto con los dos imputados en la causa y no forzado por éstos. De
manera que tanto en un caso como en el otro, la identificación del recurrente por el testigo es una cuestión
independiente sometida, como toda prueba de naturaleza personal, a la valoración exclusiva por parte del
Tribunal ante el que se practica en condiciones de inmediación, oralidad y contradicción, debiendo recordarse
que no existe óbice alguno para que el juzgador de instancia, en virtud de su soberana y privativa facultad de
valorar la prueba testifical que el ordenamiento jurídico le confiere, pueda otorgar credibilidad y veracidad a
una parte del testimonio y rechazarla en otra parte del mismo (véase STS de 23 de mayo de 2002 ).
CUARTO.- El motivo alberga otra reclamación, esta vez en relación con el derecho de defensa
que, según se alega, estaría mermado al desconocerse la identidad del testigo protegido , ya que, de
conocerse, la defensa del ahora recurrente podía haberle interrogado para poner de manifiesto la existencia de
posibles móviles espurios o torticeros de rivalidad o enemistad que llevaran al testigo a incriminar al acusado
mendazmente.
La reclamación carece de fundamento.
En primer lugar por razones de lógica elemental: en el caso de que el testigo protegido y los dos
acusados del robo se conocieran con anterioridad al punto de haberse cometido el delito de común acuerdo
y distribución de papeles entre los tres, es obvio que el acusado recurrente, a través de su Letrado, hubiera
podido formular al testigo protegido las preguntas oportunas que hubieran podido llevar al ánimo del Tribunal
la eventual existencia de esos móviles de enemistad, rencor, resentimiento o rivalidad como causa de una
acusación falsa.
Y si no se conocían, sino que el testigo protegido fue elegido por los dos imputados al azar
para trasladarlos en el vehículo que conducía, mediante intimidación, la reclamación resulta obviamente
intranscendente y fútil. Porque, si tal fuera el caso, no existiendo relaciones personales previas entre ellos,
la única causa que pudiera impulsar un testimonio falso, sería la venganza o resentimiento por haber sido
obligado a trasladar de un sitio a otro a los acusados a punta de navaja.
Pero ello, por un lado, confirmaría la autoría de los hechos y, por otro, no se necesitaría la identificación
del testigo para incidir en esa posible incriminación por venganza o represalia.
Al margen de lo expresado, la censura no puede prosperar porque la defensa del ahora recurrente no
hizo uso que la ley pone a su disposición para enmendar una situación que pudiera perjudicar el derecho a
la defensa. En efecto, ya al folio 63 de las actuaciones, el Juzgado de Instrucción atribuye la condición de
testigo protegido; y al folio 95 y ss. éste presta declaración ante el Juez también como testigo protegido y
con presencia del letrado defensor de los acusados, que no puso objeción alguna a la diligencia. Y, contra
lo que sostiene el motivo casacional, identificó entre las fotografías que se le mostraron, a los dos acusados,
ratificando en el plenario esos reconocimientos.
Pues bien, la Ley Orgánica 19/1994, de 23 de diciembre, de Protección a Testigos y Peritos en Causas
Criminales, establece en su art. 4.3 que cualquiera de las partes podrán solicitar motivadamente en su escrito
de calificación provisional acusación o defensa, el conocimiento de la identidad de los testigos o peritos
declarados protegidos, y el Juez o Tribunal que haya de entender de la causa resolverá en el auto de
declaración de pertinencia de las pruebas propuestas.
El Abogado defensor no ejercitó ese derecho, ni tampoco reclamó la identificación en el trámite de
cuestiones previas a la vista oral, ni formuló protesta alguna al respecto, por lo que debe entenderse que
consintió en que la prueba testifical se practicara sin que se identificara al testigo protegido.
El motivo se desestima.
QUINTO.- El motivo segundo se formula por infracción de ley del art. 849.1º L.E.Cr ., por inaplicación
del apartado 4 del art. 242 C.P ., alegándose que estaríamos ante un claro supuesto de " menor entidad de
la violencia ejercida ".
El apartado 4º del vigente art. 242 C.P . contiene un tipo privilegiado que permite imponer la pena
inferior en grado a la prevista en el párrafo primero en supuestos en los que la violencia ejercida sea de
escasa entidad. El legislador considera que en tales casos debe declinar el rigor con que se castigan esta
clase de infracciones, evitando la desproporcionalidad manifiesta entre el ilícito y la respuesta penológica,

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debiendo valorarse tanto la cuantía económica de lo sustraído como la magnitud de la violencia ejercida para
el desapoderamiento para buscar el equilibrio entre la entidad o gravedad de la acción antijurídica y la sanción
equitativa y proporcional al hecho.
En el caso presente, y de acuerdo con el Hecho Probado, es claro que la violencia fue de escasa
relevancia, prácticamente la propia del método de sustracción conocido como "el tirón", sin amenazas, sin
agresión y sin ningún daño físico en la víctima, que únicamente sufrió el despojo de su teléfono móvil.
Por ello, el motivo debe ser estimado, casándose la sentencia impugnada y subsumiendo los hechos
en los apartados 1 y 4 del citado art. 242 C.P ., rebajando la pena en un grado y fijándola en un año y tres
meses de prisión.
En virtud de lo dispuesto en el art. 903 L.E.Cr ., la nueva sentencia aprovechará también al coacusado
no recurrente.
SEXTO.- El último motivo denuncia quebrantamiento de forma del art. 851.1 L.E.Cr . por
predeterminación del fallo de la sentencia al consignarse en la declaración de hechos probados conceptos de
carácter jurídico que causan ese vicio predeterminante.
Nada tenemos que objetar a la alegación según la cual la predeterminación del fallo, supone el empleo
de conceptos jurídicos tales que: a) se traten de expresiones técnicamente jurídicas que definan o den nombre
a la esencia del tipo aplicado; b) que tales expresiones generalmente sean asequibles a los juristas tan solo y
no compartan su uso en el lenguaje común; c) que tengan un valor causal en cuanto al fallo y d) que suprimidos
tales conceptos dejen el hecho histórico sin base.
Sin embargo, el desarrollo del motivo omite todo razonamiento y argumentos que, sobre esa base
conceptual de la predeterminación del fallo, afirme la realidad de tal quebrantamiento de forma, pues ni
siquiera se hace alusión a alguna expresión, término o fragmento del "factum" que pudiera anticipar
el fallo o en el que concurrieran los requisitos ya mencionados .
Una mínima alegación se hace a la falta de claridad del relato histórico porque en el mismo no se precisa
la participación del recurrente en la acción depredatoria. Pero la censura es inane ya que el "factum" describe
cómo los dos acusados "actuando de común acuerdo", abordaron a la víctima, le exigieron la entrega del
teléfono móvil y ante su negativa, el coacusado se lo arrebató de un tirón.
El motivo se desestima.
III. FALLO
QUE DEBEMOS DECLARAR Y DECLARAMOS HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACIÓN
por infracción de ley, con estimación de su motivo segundo y desestimación del resto, interpuesto por la
representación del acusado Landelino ; y, en su virtud, casamos y anulamos la sentencia dictada por la
Audiencia Provincial de Sevilla, Sección Séptima, de fecha 13 de enero de 2012 , en causa seguida contra
el mismo y otro, que aprovechará también al coacusado no recurrente en virtud de lo dispuesto en el art. 903
L.E.Cr ., por delito de robo violento. Se declaran de oficio las costas procesales ocasionadas en su recurso. Y,
comuníquese esta resolución y la que seguidamente se dicte a la mencionada Audiencia, a los efectos legales
oportunos, con devolución de la causa que en su día remitió.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos, mandamos
y firmamos Candido Conde-Pumpido Touron Julian Sanchez Melgar Jose Manuel Maza Martin Francisco
Monterde Ferrer Diego Ramos Gancedo

SEGUNDA SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a veintisiete de Noviembre de dos mil doce.
En la causa incoada por el Juzgado de Instrucción nº 14 de Sevilla, con el nº 106 de 2010, y seguida ante
la Audiencia Provincial de Sevilla, Sección Séptima, por delito de robo violento contra los acusados Raimundo
, con D.N.I. nº NUM001 , mayor de edad, nacido el NUM002 de 1990, hijo de Manuel y de Lourdes, natural
y vecino de Sevilla, sin antecedentes penales, en libertad provisional por esta causa, declarado insolvente y
contra Landelino , con D.N.I. nº NUM003 , mayor de edad, nacido el NUM004 de 1989, hijo de Manuel y
de Lourdes, natural de Málaga y vecino de Sevilla, sin antecedentes penales, en libertad provisional por esta
causa, declarado insolvente, y en la que se dictó sentencia por la mencionada Audiencia, con fecha 13 de
enero de 2012 , que ha sido casada y anulada por la pronunciada en el día de hoy por esta Sala Segunda del

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Tribunal Supremo , integrada por los Excmos. Sres. expresados al margen y bajo la Ponencia del Excmo.
Sr. D. Diego Ramos Gancedo , hace constar lo siguiente:
I. ANTECEDENTES
ÚNICO.- Se dan por reproducidos los hechos probados de la sentencia de instancia.
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO
ÚNICO.- Los consignados en la primera sentencia de esta Sala.
III. FALLO
Que debemos condenar y condenamos a los acusados Landelino y Raimundo como autores
criminalmente responsables de un delito de robo con violencia previsto y penado en el art. 242.1 y 3 C.P . a
la pena de un año y tres meses de prisión. Manteniéndose el resto de los pronunciamientos contenidos en la
Parte Dispositiva de la sentencia objeto del presente recurso.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos, mandamos
y firmamos Candido Conde-Pumpido Touron Julian Sanchez Melgar Jose Manuel Maza Martin Francisco
Monterde Ferrer Diego Ramos Gancedo
PUBLICACIÓN .- Leidas y publicadas han sido las anteriores sentencias por el Magistrado Ponente
Excmo. Sr. D. Diego Ramos Gancedo, mientras se celebraba audiencia pública en el día de su fecha la Sala
Segunda del Tribunal Supremo, de lo que como Secretario certifico.

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