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1. La deconstrucción de la expresión.

La superficialidad de la postmodernidad en el arte no permite que se revelen declaraciones


políticas poderosas y críticas que permitan cuestionar o reflexionar acerca de la sociedad
contemporánea, pues aunque estas declaraciones estén implícitas en la obra, por la
superficialidad misma de la sociedad no pueden ser deconstruidas.

Algunas de estas banalidades a las que Jameson llama “el ocaso de los afectos” y tienden a
ser impersonales, pueden ser: la interiorización de la expresión que no permite
argumentarla, la dialéctica de la esencia y la apariencia, lo latente y la represión reflejada
en el interés por lo decorativo, entre otras faltantes que fragmentan el sujeto alejándolo de
todo afecto, sentimiento y subjetividad que le impide reflexionar sobre su pérdida de la
identidad a través de una eufórica e impersonal expresión que pretende más llamar la
atención u obnubilar sus problemáticas y faltantes reales.

2. La postmodernidad y el pasado.
La desaparición del sujeto individual, y su consecuencia formal de la creciente disipación
del estilo personal, engendran la práctica casi universal de lo que se puede llamar pastiche.
Logrando que la norma se esfume de la literatura moderna, que proliferen los códigos
sociales en las jergas profesionales y disciplinarias y, que la adhesión a grupos minoritarios
se vuelva un fenómeno político en donde la cultura tardo-capitalista no sólo refleja la
ausencia de todo gran proyecto colectivo, sino también el desvanecimiento del viejo
lenguaje nacional. Entonces según Jameson, el pastiche es el reflejo de la sociedad
contemporánea que a través de la parodia vacía que pierde su vocación, es la imitación de
un estilo verdadero pasado, como hablar un lenguaje muerto. Entonces los artistas
postmodernos carecen de un estilo único que les obliga a remontarse al pasado a imitar
estilos muertos.

Por otro lado, hoy en día existe un notable aumento de una adicción a la imagen fotográfica
y existe una conexión nostálgica con el pasado con un intento desesperado de apropiarse
del pasado a través de la moda y el cine nostálgico. En otras palabras vivimos una crisis de
la historicidad, una búsqueda de la identidad a través de retazos del pasado o simplemente
tratando de representar de manera vacía la esencia humana a través de la imagen.

3. La ruptura de la cadena significante.


Entendida como la incapacidad de organizar el pasado y el futuro en una experiencia
coherente que difícilmente puede producir algo más allá de pequeños fragmentos. Es decir,
se rompe la cadena de significantes que no permite obtener un significado coherente,
creando un arte esquizofrénico alejado de la temporalidad y la realidad misma. La antigua
obra de arte ha pasado a ser un texto cuya lectura tiene lugar por la diferenciación más que
por la unificación de conceptos.

4. Lo sublime histérico
El arte como representación y expresión de la realidad refleja la perdida de profundidad del
mundo contemporáneo. Entonces, el terror instaurado por aquello tan grande y
omnipresente en todos los lugares como la globalización, se enmarca en el concepto de lo
sublime de Burke, una cuestión, que según Kant, sobrepasa el poder y la
inconmensurabilidad entre el hombre y la naturaleza; hasta el punto de afectar los límites
que impiden dotar de representación algo tan inmenso.

A su vez Jameson en este pasaje propone como antagónicos el papel de la naturaleza, la


cual se encuentra olvidada por la esquizofrenia del hombre y ha sido sustituida por la
tecnología, algo que él llama el eclipse de la naturaleza.

Sin embargo, la tecnología ha logrado su cometido auténtico de evocar un futuro espacio


postmoderno en el cual, a diferencia de los años noventa, se ha instaurado un acercamiento
de nuevo hacia la naturaleza. Pues, aquel eclipse histérico de lo sublime, llegó al límite en
el que la sociedad histérica ahora busca con más certeza un acercamiento al orden natural y
real de las cosas, instaurando un acercamiento a la comunidad misma y la naturaleza.

Podría decirse que el capitalismo tardío ha tratado de entrar en una etapa de


descentralización, que bajo la hegemonía del poder económico y mediático que no lo
permite, la sociedad misma ha buscado la salida en la distribución del poder en pequeñas
comunidades. Lo cual ha hecho que teorías instauradas como el cyberpunk, propias de un
futuro lejano, se acerquen cada vez más, no a través de una alta tecnología sino al contrario
de una baja tecnología que acerca ese futuro a la cotidianidad misma. Estamos
desenvolviéndonos en una nueva etapa en la que algunos han logrado idealizar y aterrizar
ese sublime a ideas desinteresadas de un poder global por el interés de lo real, de quienes le
rodean.

5. El postmodernismo y la ciudad.
El espacio postmoderno es la apropiación de un espacio cualquiera que desde la
esquizofrenia de la lógica cultural del capitalismo tardío, sugiere nuevos y variados modos
de percepción y significado de ese mismo espacio y que a su vez genera nuevas dinámicas
de relación con éste, que atado a estos variados retazos de significados; conforma relatos
muchas veces invisibles ante los ojos del mismo espectador.

6. La abolición de la distancia crítica


Sin importar si se es crítico o por el contrario fanático, es imposible pensar el actual
capitalismo y la postmodernidad en la que vivimos desde un supuesto punto de vista que
implique no estar inmersos o ser parte de ella. Por tanto, no se puede pensar la
postmodernidad como un hoyo negro, del cual no se podrán ver desarrollo y beneficios. Por
el contrario, como Jameson sugiere, se debe pensar la evolución cultural del capitalismo
tardío como una dialéctica no solo desde una concepción radical respecto a la naturaleza de
esta política cultural como un espacio temporal, sino por el contrario anacrónico. Es de
importancia entender y empezar a construir bases que nos ayuden a desenredar la confusión
actual que representa la postmodernidad desde la postmodernidad misma que estamos
viviendo y no tratando de entenderle como un período histórico alejado de nuestra realidad.

Lo cual podría llevarnos a suponer que el postmodernismo tenga una realidad histórica, que
por estar siendo experimentada en este momento puede estar alejada del conocimiento
científico y solo el tiempo en el cual podamos estar inmersos, desenvolvernos, ser
partícipes de sus dinámicas y experimentar el cambio a través de la posmodernidad misma,
nos llevará a poder comprenderle y analizarle.
Entonces Jameson afirma que, el reto que queda en la era de la postmodernidad es empezar a
entender de nuevo nuestra situación como sujetos individuales y colectivos y recuperar
nuestra capacidad de acción y de lucha, hoy neutralizada por nuestra confusión espacial y
social, la cual hoy, en mi opinión se va esbozando en una vuelta a lo local y una distribución
del poder en pequeñas comunidades, una nueva mirada a la relación con la naturaleza la cual
ligada a la tecnología intenta descubrir de maneras recursivas y económicas; cómo recuperar
aquella relación con la naturaleza para que le permita a la sociedad entenderla como una
realidad o una verdad natural e inherente al hombre.

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