Trabajos:
El Pentecostalismo
Cuarto Fascículo
El Pentecostalismo: Doctrinas Distintivas - Los Dones del Espíritu Santo
Dones del
Espíritu Santo
- 1a Parte -
Por Mariano González V.
Las palabras griegas χάρισμα
(cárisma), άcárismas),
ρισμά (carismáta), y ῶ
(carismatón) hallan su traducción española
en las palabras ‘don’ y ‘dones’ respectiva-
mente. Las mismas dan origen también a
términos españolizados como carísma,
carísmas, y carismático. San Pablo usa
dichas palabras repetidas veces en los
capítulos 12:4, 9, 28, 30, 31 y 14:1, 12 de
1a Corintios.
La palabra ά (carismáta)
“dones” no aparece en el manuscrito ori-
ginal en el Griego Koiné de 1a Corintios
12:1. Fue sin embargo suplida en español
por los traductores de nuestra Biblia para
“aclarar” el sentido. El versículo 12:1 que
inicia y es parte del preámbulo de la sec-
ción más importante sobre los carísmas
del Espíritu dice en el original simplemen-
te: “acerca de los . . . espirituales”.
Ese eslabón perdido ha llevado a al-
gunos comentaristas de reputación como
William MacDonald (de los hermanos), y
a otros, a discernir que el Apóstol Pablo al
escribir a la iglesia corintia sobre las mani-
festaciones espirituales podría haber teni-
do en mente no sólo las dotaciones legíti-
mas del Espíritu del Altísimo sino que in-
cluía en su pensar también la probabilidad
de las actividades clandestinas de los espí-
ritus del abismo. MacDonald comenta:
“Si una persona dice que Jesús es
ἀάθε anatema (maldito) (12:3), pode-
mos estar seguros de que lo dice inspirado
por demonios, porque característicamente
los espíritus malignos blasfeman y maldi-
cen el nombre de Jesús. El Espíritu de
Dios nunca guiaría a alguno a hablar del
Salvador de esa manera. Siendo que el
ministerio del Espíritu Santo es aquél de
exaltar al Señor Jesús, el Espíritu guiaría a
una persona a decir en cambio que “Jesús
es Señor” (12:3). El cristiano no solamente
Dones del Espíritu Santo
Dones del Espíritu Santo
Mariano González V., Lombard, Illinois, U.S.A.
Tabla Comparativa de los Dones del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento
Mariano González V., Lombard, Illinois, U.S.A.
lo llama Señor con sus labios, sino que lo
confiesa con un corazón fervoroso y con
una vida totalmente entregada a EL”.
(Ver el comentario del Nuevo Testamento por
William MacDonald).
Refuerce usted sus conocimientos de
este delicado y controversial versículo
(12:3) leyendo también el erudito comenta-
rio que hace Felipe Expósito del mismo en
su libro “Estudio Analítico de 1a Corin-
tios” publicado por el Editorial LEC, de
Buenos Aires, Argentina. Expósito discu-
rre sobre el 12:3 como un “impulso diabó-
lico, caprichoso y ciego” que aparente-
mente era práctica común y corriente entre
los “sacerdotes paganos” (pags. 292-293).
Los dones o ῶ que con-
fiere el Espíritu Santo a los miembros del
cuerpo de Cristo, la iglesia, son listados en
los siguientes pasajes del Nuevo Testa-
mento: 1a Corintios 12:1-13; 12:28-31;
13:1-3, 8-101; 14:1-32; Romanos 12:4-8;
Efesios 4:7-16; y 1a Pedro 4:10-11. De la
primera a la última de estas listas se va
notando una significativa declinación o
reducción numérica de los dones. De tre-
ce que aparecen en 1a Corintios 12 sólo
dos dones se listan en 1a Pedro 4. Con tan
significativa reducción, los autores de es-
tas epístolas podrían estar apuntando por
omisión a la realidad de la cesación de
algunos de ellos. Favor de percatarse de la
reducción numérica de los dones escudriñando las
columnas de izquierda a derecha en la tabla com-
parativa que enviamos como anexo a este fascícu-
lo.
La palabra γλοσσάglossá) básica-
mente significa lengua2 y se usa unas 23
veces en los aludidos capítulos de 1a Co-
rintios. La combinación de γλοσσά con
una forma del verbo λαλέο (laléo) que
significa hablar (emitir sonidos), lleva a
los estudiosos a derivar, o transliterar o
transfigurar, y finalmente a acuñar, el
término “gloso - lalia”. Glosolalia signi-
fica: hablar en lenguas. Los términos
‘carismático’ y ‘glosolalia’ son términos
de uso frecuente en el argot oral y literario
de protestantes y católicos para referirse a
la habilidad de hablar en lenguas y ejercer
otros dones del Espíritu. El verbo λαλέο
(hablar) aparece a menudo en estos capítu-
los en varias de sus formas.
- 19 -
- 1a Parte
- 2a Parte
Escudriñando el Antiguo Testamento
hallamos que hay allí a lo menos tres refe-
rencias a las ‘lenguas’ también:
1. Como juicio a los hombres. (En el
caso de la Torre de Babel, Dios los
enjuició confundiendo sus lenguas
[Gn 11:1-9]).
2. Como reprensión a la apostasía de
Balaám mediante su bestia de car-
ga. La burra usó lenguaje humano
para hablar al profeta (Nm 22:1-41).
3. Cuando Isaías profetizó que Dios
hablaría a Israel “en lengua de tar-
tamudos y en extraña lengua”
(Is 28:11).
Para sorpresa nuestra, de 27 libros
que hay en el Nuevo Testamento, sólo tres
(Marcos, Los Hechos y 1a Corintios) men-
cionan las lenguas en cinco de sus porcio-
nes: (Mr 16:17, Hch 2:1-13, 10:43-46, 19:1-6; y 1ª Co 12-
14). El resto de los libros del Nuevo Testa-
mento, incluyendo algunos de los que lis-
tan los dones, omiten de sus listas la pala-
bra γλοσσά (glossá) = lenguas. Dichos
libros se ocupan en exclusiva de la Perso-
na y la Obra del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, ignorando significativa-
mente aquello que llegó a ser tan impor-
tante para los creyentes corintios y para
sus sucesores modernos.
Al adentrarse en el estudio de los
dones en 1ª Corintios 12 al 14, el ojo
adiestrado del buen estudiante de la Biblia
no puede menos que percibir que estos tres
capítulos se escribieron para corregir irre-
gularidades, distorsiones, y abusos que
incidían en la iglesia corintia con respecto
al ejercicio de los dones del Espíritu, muy
en particular, con el don de lenguas. Los
corintios en realidad daban la impresión
de creer que sólo existía un solo don, el de
glosolalia. De ahí que S. Pablo quemara
más pólvora discurriendo sobre el don de
lenguas (no menos de 23 veces en 1a Corintios 12,
13, 14) v e r s u s el relativo poco trata-
miento que dedica a los demás dones. Su
afán correctivo estaba guiado a crear las
condiciones para un culto basado en el
orden, la ortodoxia doctrinal, y el decoro
en la liturgia. Aparentemente los corintios manos viene antes que el de 1a Corintios
habían creado una versión propia en la que porque obviamente el orden del canon no
imperaba el entusiasmo extático de expe- se decidió basándose en la fecha en que se
riencias glosolálicas de sonidos ininteligi- escribieron dichos libros. Por cierto, cro-
bles e inconexos. Finalmente servían de nológicamente 1a Corintios fue escrita an-
combustible al caos y a la confusa altera- tes que Romanos, por lo que podríamos
ción del orden en el culto. En su brillante afirmar que los listados en los tres capítu-
deposición, San Pablo les mostró las tije- los de 1a Corintios anteceden al resto de
ras y cómo usarla. De haber usado el ar- los listados en Romanos, Efesios y 1a Pe-
got moderno, Pablo les hubiera dicho: dro. La tabla comparativa a que nos
“Denle un corte a eso”. hemos referido ya dos o tres veces y a la
que seguiremos refiriéndonos en el curso
Dos listas de carismas espirituales de este escrito, puede ser útil para captar
E nc uade r ne e ste fa sc í c ul o c on l os tr e s q ue ya r e c i bi ó y l os q ue r e c i bi r á más a de l a nte
hacen presencia en el capítulo 12 de 1a en algo la perspectiva cronológica de los
Corintios. La segunda de estas (12:28-31) dones, y por ende, puede ayudarnos en
agrega algunos dones nuevos que no se nuestra determinación de cuales están en
listaron en la primera (12:1-13). La primera operación ahora y cuales nos abandona-
lista contiene nueve dones diferentes y la
ron. A estos efectos, si nos fijamos con
segunda nueve más. En la segunda lista verdadera atención en dicha tabla apli-
solamente cuatro de los nueve dones que cándole el foco de A.D. (Anno Domini =
añade son nuevos, arrojando un total de 13 Año del Señor) aproximado en que estos
dones en las dos listas. libros del Nuevo Testamento fueron escri-
tos, veremos que el cronos empezará a
A fin de destacar las diferencias y la desplegar en nuestras mentes su perspecti-
variedad de los dones espirituales, en la va.
tabla comparativa adjunta a este fascículo
a
hemos puesto en rojo los dones nuevos, y Note además, que 1 Corintios lista el
los dones repetidos en azul. Lo mismo mayor número de dones del Espíritu en
hicimos con los listados en las demás por- vigencia en ese entonces seguido en orden
ciones. Sugerimos al lector consultar y comparar descendente en las listas de Romanos,
las cuatro primeras columnas con el resto de las Efesios, y 1a Pedro. Por cierto, de 1a Co-
columnas en dicha tabla, y luego verificar la infor-
mación que contienen estas columnas con el texto rintios donde hay un total de 13 dones a 1a
de su Biblia. Pedro donde se nombran sólo dos, se nota
un descenso numérico sustancial. Sustan-
Según nuestro conteo, el total de los cial dije, pero quizás debí decir, providen-
distintos dones enumerados en todas las
cial. La razón para este descenso, cree-
listas asciende a 21. Algunos estudiantes mos, es que algunos dones desaparecieron
de la Biblia solo encuentran 19. La omi-
aun durante el período de la vida misma
sión y adición de dones en las listas nos de los Apóstoles. Notoriamente al Após-
sugieren que ninguna de ellas es exhausti-
tol Pablo, inmerso como estaba en la con-
va. Es decir, no debemos concluir que las troversia de los dones de la dividida igle-
listas están totalmente completas sino que
sia de Corinto, el Espíritu lo guió a listar
son más bien tentativas. Por lo tanto, sería prediciendo específicamente la caducidad
técnicamente incorrecto afirmar con dog-
de algunos carismas. Es por ello que afir-
matismo que hay un total de sólo 21 dones mara con la precisión de un matemático
del Espíritu Santo.
que cesarían las lenguas, y las profecías
y la ciencia se acabarían (13:8). Dicho esto,
Dones Vigentes y no faltó en contrastar cuidadosamente los
dones caducos dones con el fruto del Espíritu: el amor,
que nunca vería caducidad (1a Co 13:8, 13).
Hoy día se habla de dones “vigentes”
y dones “caducos”. La diferencia y con- Se ha dicho, y lo han dicho muy bien,
traste entre ambos es inescapable siendo que más que pasar la vida buscando los
que esas dos categorías emergen espontá- “dones” del Espíritu, los creyentes debía-
neamente en el texto mismo de las Sagra- mos de ocuparnos con mayor ahínco en
das Escrituras. Por cierto, las Escrituras exhibir en nuestras vidas el “fruto” del
afirman explícitamente que algunos caris- Espíritu (Gl 5:16, 22-25; 1a Co 12:31). No podía-
mas habían de cesar (1a Co 13:8). El orden mos estar más de acuerdo con esa bíblica
cronológico en que los libros del Nuevo observación.
Testamento fueron escritos llega a ser
crítico cuando se quiere determinar cuales Ampliando más allá su frente de com-
dones están vigentes todavía y cuales han bate, Pablo subrayó: “más cuando venga
caducado. lo que es perfecto, entonces lo que es en
parte se acabará” (13:10). Entendemos por
En nuestras Biblias el Libro a los Ro- “lo que es perfecto” la consolidación del
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canon del Nuevo Testamento, y “lo que es
en parte” vendrían a ser las variantes en la
duración de los dones.
Escriturariamente, los dones del habla
que quedan todavía vigentes son:
“Evangelistas, Pastores y Maestros”. El
don de profecía (o profetas) puede consi-
derarse vigente y caduco a la vez. Todo
depende del significado contextual que
tomen los términos προφέτα = “profeta”,
προφῆται = “profetas”, y προφετεῖαι =
“profecía” en las Escrituras donde apare-
cen. Por definición general, el profeta es
uno que habla por, o en lugar de, o a favor
de otro. Viene de ό (pro = delante) y
(feteia = hablan). El profeta es
un anunciador de la verdad de Dios en for-
ma predictiva o simplemente en forma
expositiva, instructiva o declarativa (14:3).
El profeta habla a los hombres en nombre
de Dios en contraste con el sacerdote que
habla a Dios en favor de los hombres.
La profecía en el sentido de predecir
el futuro remoto ha caducado con el cierre
del Nuevo Testamento. Las últimas pro-
fecías de esta clase se emitieron durante la
vida de San Juan y fueron registradas por
él en el libro de Apocalipsis. Pero la pro-
fecía en el sentido de proclamación, de
promulgación o publicación (predicación)
del mensaje de Dios, permanece como don
permanente que es. En otras palabras, el
profeta predictor del futuro remoto ha pa-
sado (2a P 1:19-21). El profeta predicador,
evangelista, maestro, pastor, sigue presen-
te todavía ministrando a la iglesia y al
mundo el don con que lo ha enriquecido el
Espíritu Santo (1a Co 14:3; Ef 4:11). Lo mismo
podría decirse del don de Apóstol. Los
apóstoles no han estado en escena por más
de dos milenios. En ese sentido, el don de
apóstol ha caducado con la muerte del últi-
mo de ellos. Pero mediante sus escritos
inspirados (los libros del Nuevo Testa-
mento) siguen ministrándonos cada día.
Ese hecho último, es el que le da sentido
de vigencia y permanencia al don de após-
tol.
La preeminencia3 y preponderancia4
de la predicación en las Escrituras es un
hecho incuestionable. La predicación
aceita siempre el engranaje de la existen-
cia de la Iglesia y su ausencia la sitúa pres-
to en la grave categoría de especie en vías
de extinción. La preeminencia y prepon-
derancia de la predicación es un fascinan-
te estudio bíblico que en algún momento
conviene a todos hacer. Nos sorprenderá
y beneficiará para siempre al descubrir el
lugar de suma importancia que las Escritu-
ras le acuerdan a la predicación. Nos ser-
virá para que nunca desestimemos hacer el
esfuerzo de mantenerla al frente y prote-
gerla de otras cosas que compiten por
nuestra atención. Urge a la iglesia del pre-
sente adquirir o absorber alguna medida
del nivel alto de autoridad que las Escritu-
ras adjudican a la predicación. Máxime,
cuando vivimos en un época laodiceica de
tibieza espiritual, de superficialidad en las
convicciones, de rutinario formalismo, de
sincretismo doctrinal, de tendencias
ecuménicas y de indecisa y no pasteuriza-
da lealtad a Jesucristo y su Palabra.
Por cierto, el nivel de espiritualidad y
de madurez de la iglesia moderna, puede
determinarse fácilmente por la preferencia
que ésta exhibe por el espectáculo que
monta el enjambre de “artistas cristianos”
y su música anémica que no dice nada, ni
enseña nada, sino que subrepticiamente
debilita el apetito por la vianda sólida, y
por el alimento cargado de nutrientes con
que nos bendice la predicación. La músi-
ca moderna parece estar guiada en su ape-
lación más bien a los sentidos que al espí-
ritu. A veces también, desafortunada y
perjudicialmente, va dirigida a incitar los
bajos instintos de nuestra naturaleza caída,
y a suplir la necesidad que muchos tienen
de excesivo relajamiento, entretenimiento,
y diversión.
Sospecho a veces, que algo extraño
pasó en el interior de algunos en el mo-
mento de su transición del mundo a la
iglesia. Su conversión no parece haber
afectado radicalmente el hueco que antes
llenaba el cine, el espectáculo, la música
mundana, las novelas, etcétera. El hueco
logró ocultarse y quedar latente adentro
para aflorar después buscando llenarse con
formas disfrazadas de piedad.
Me temo, que a pesar de lo incons-
ciente que el largo proceso de afloramien-
to pueda haber sido, la iglesia en dosis pe-
queñas cada vez, poco a poco, ha logrado
aclimatar en su seno la música “de afuera”
medio biblificándola, bautizándola por
inmersión, recibiéndola en comunión, y
semi-cristianizando sus géneros y ritmos,
con instrumentos y todo. Con esa manio-
bra ejecutada “para ganarse al mundo”, la
iglesia se congratula a sí misma por su
logro. El problema es que a la postre el
mundo sigue actuando en su contra sir-
viéndole de fiero competidor. En definiti-
va, ahora no sabemos si fue la iglesia
quien se ganó al mundo o si fue el mundo
quien se ganó a la iglesia.
Paréceme, que a la iglesia del siglo 21
le hace falta volver a sus raíces bíblicas
poniendo en reverso su enfermiza afección
por lo audiovisual e instituir de nuevo lo
oral y profético. Necesita desacelerar el
torrente musical que la inunda y re- [12:7, 11])posee adicionalmente uno o más
enfatizar lo verbal que mejore su salud. de los dones que le ha conferido el Espíri-
Le urge volver a ser metafóricamente la tu que habita en él. San Pablo insiste que
mujer de 1a Timoteo que se salva el Soberano Espíritu de Dios reparte la
“engendrando hijos si permaneciere en fe, gracia de sus dones a “cada uno en parti-
amor y santificación, con modestia” cular” (12:7, 11) y “como El quiere”
(1a Ti 2:15) en lugar de persistir en querer ser (1a Co 12:11). De manera que así como no
la mujer que lentamente se diluye y desin- puede haber cristianos sin el Espíritu del
tegra entreteniendo y acomodando el ex- Altísimo (Ro 8:9), tampoco puede haber cris-
travagante gusto de los ‘espectadores’ que tianos sin don o dones del Espíritu. Y es-
también son parte de ella. to, porque la Escritura afirma, — repeti-
mos —, que la dotación es concedida a
Permita el Señor que la debilitada “cada uno”. Todo cristiano, en efecto,
iglesia de este siglo despierte a tiempo de posee uno o más de estos dones. Si bien,
su frívola condición y que pondere con un cristiano podrá tener más de un don,
seriedad la arenga espeluznante: “Frío/ aparentemente ninguno los posee todos.
Caliente/Tibio/Vómito” con que bramó Tampoco el Espíritu da a todos los miem-
contra la 7ma iglesia de Apocalipsis 3:14- bros el mismo don sino que hace una dis-
16, el Amén, el Testigo Fiel y Verdadero, tribución equitativa en medio del cuerpo
el Principio de la Creación de Dios, Cristo (la iglesia). Intuyo que dicha variedad se
Jesús, el Novio y futuro Esposo de la igle- confiere, en parte, para cancelar cualquier
sia. aburrimiento en la vida congregacional
con que el pecado pudiera llegar a enfer-
1a Corintios 12:13 hace una interesan-
marnos.
F ot oc opi e e ste mate r i al y di s tr i b úyal o
te inserción doctrinal cuando sitúa al bau-
tismo en el Espíritu Santo como un hecho Eventualmente, la variedad de dota-
ya pasado en la experiencia cristiana. ciones converge para optimar el uso de las
Torpedea una de las enseñanzas favoritas habilidades sobrenaturales con que el
de los círculos carismático-pentecostales Espíritu dota al Cuerpo. El omnisciente
que esparcen el error de que el bautismo Espíritu las acopla como una orquesta ca-
en el Espíritu es una experiencia que tiene paz de tocar una misma y sola sinfonía, es
efecto después de la conversión (Estudie a saber, la edificación espiritual del Cuer-
nuestro fascículo anterior, el #3, dedicado al tema
del Bautismo en el Espíritu Santo). Uno más, y po. Es menester afinar y calibrar los ins-
trumentos o miembros a fin de facilitarle
muy notable por cierto, en la cadena de
errores propagados por el movimiento mo- al Espíritu de Dios implementar un uso
óptimo que beneficie a todo el Cuerpo, es
derno de lenguas. La Escritura afirma que
todo cristiano es bautizado en el Espíritu a saber, para que la congregación local y
universal reciban “edificación” (14:5).
Santo en el momento de su conversión (Ver también 12:7, 25; 13:5; 14:3, 4, 5, 6, 12, 19, 26, 31).
(Hch 19:2; Gl 3:14; Ef 1:13). Todo verdadero cris-
El Omnisciente Espíritu coloca los varios
tiano presupone uno que posee el Gran dones y les asigna un lugar en el Cuerpo
Don, el Don mayor, el Don más importan- para promover coherencia, balance, efi-
te entre los dones, es a saber, el Don del ciencia, y variedad al ministerio de edifi-
Espíritu de Dios mismo. Los Escritos Sa- cación del Cuerpo at large, valga decir, a
grados no transigen con la noción de un toda la iglesia. No es posible pecar de ex-
cristiano auténtico sin el Espíritu Morador cesivos cuando reiteremos, reforcemos, re-
residiendo en su interior (Ro 8:9). enfaticemos el propósito de los dones. Ver
en el respaldo de la tabla comparativa el aparte
Nuestra sería la tragedia si fuéramos No hay
titulado “El Propósito de Los Dones”.
miopes al hecho de que si alguien se dilu- tuercas flojas, el Espíritu nos concede sus
ye creyéndose cristiano, pero no tiene el dones para que los compartamos con el
Gran Don del Espíritu del Altísimo, y por Cuerpo.
ende no ha sido bautizado en el Espíritu, el
tal no tiene título a su reclamo de ser cris- Consecuentemente, no debemos en-
tiano. Digámoslo de una vez, el presunto tretener duda alguna sobre el propósito de
cristiano no es auténticamente cristiano en los dones. La implícita y explícita inten-
el sentido que el Nuevo Testamento da a ción del Espíritu es que los dones sean
esa palabra. No, no, no, párese ahí, el tal invertidos con provecho para todo el Cuer-
no es hijo de la luz sino de la noche y de po y no para el regocijo o vanagloria per-
las tinieblas. Está en estado de muerte sonal del que los posee (14:12). Con sabi-
espiritual. Es un cadáver al que el Espíritu duría y firmeza el Espíritu de Dios busca
Divino necesita inyectarle de emergencia aplastar con ello cualquier intento de orgu-
la vida de Dios para que resucite (Ro 8:9). llo u ostentación personal o que alguien se
arrogue el crédito que continuamente tien-
Además de tener el Espíritu morando ta a los mortales. No luce vanagloriarse a
en su corazón, todo cristiano (“cada uno” expensas de algo que no es posesión in-
- 21 -
herente en el hombre sino que es una con- Es obvio que tan absurda determina-
cesión dada por gracia del Espíritu. ción de parte de los quese dan licencia pa-
ra juzgar, se basa en pura arrogancia. La
Por otro lado, a menudo el poseyente arrogancia es alimentada por el orgullo
de algún don del Espíritu cede a la tenta- espiritual y no por la vianda sólida de una
ción de menospreciar a otros miembros exégesis5 acertada del texto de la Biblia.
H ag a e l pr op ósi t o de di sc i p ul ar a otr os he r man os c on e st os tr a ba j os — si é nte se a e st ud i ar l os c on e l l os ( un o a un o)
del Cuerpo que considera no están dotados Precisamente, a tan negativa actitud de
como él. Peor todavía, hay los que creen enjuiciar a los cristianos venidos de otro
que es una señal de gran humildad decla- planeta desarrollada por los modernos
rar santimoniosamente: “yo no tengo herederos de los corintios, S. Pablo les
ningún don”. A menudo esto último no sale al paso y les da un corte preventivo
pasa de ser un esfuerzo por descargar las trayendo a colación la noción de “criados
responsabilidades eclesiásticas que en la ajenos”. Esta reprimenda apostólica es
economía del Evangelio tenemos todos, muy poderosa y aleccionadora. El misil
pero que solo una minoría ejerce en cada paulino dio certeramente en el blanco, en
congregación. Es de veras sólo una evasi- el centro mismo de su objetivo en el pri-
va para escudar la pereza o para encubrir mer siglo. Y . . . ¡Gracias a Dios! todavía
la responsabilidad de invertirse en la vida dos milenios después lo hace todavía cada
del Cuerpo perpetuando con ello el parasi- vez que leemos a Romanos 14 o cuando
tismo espiritual. Tanto el aludido menos- alguno se zafa a enjuiciar los “siervos aje-
precio que exhiben algunos, como la falta nos”.
de inversión de sus dotaciones por otros,
no son alimentadas ni contempladas favo- Típicamente el Movimiento Pentecos-
rablemente por las Escrituras. tal, a veces sin quererlo, deja la impresión
que el hablar en lenguas es lo más impor-
Desafortunadamente, en la práctica, tante en la vida cristiana. No lo es. Tal
los que dicen hablar en otras lenguas tien- obsesión revela una ignorancia increíble
den a menospreciar a otros cristianos en del orden prioritario vertido en 1a Corin-
medio de sus propias congregaciones por- tios capítulos 12 al 14. Marcha a cabeza-
que a pesar de los grandes esfuerzos que zos limpios contra el orden de importancia
estos últimos hacen, y a pesar de estar al- que en el discernimiento apostólico los
tamente motivados en su vehemencia por dones tienen. El escritor de la carta a los
querer hablar en otras lenguas, no alcan- Corintios tomó un capítulo entero, el 13,
zan a hablar más que la lengua materna en para dejar esclarecido que lo más impor-
que fueron nacidos (español, inglés, tante en la vida cristiana es el amor y no
francés, etc.). Si las lenguas eran un las lenguas o algún otro don. El que no
“don” (y lo eran) es el colmo de la futili- ama, aunque crea tener el más exuberante
dad esforzarnos en tratar de adquirir este don de lenguas, no puede escapar a ser una
don (o cualquier otro) por nuestra propia nota discordante produciendo un desagra-
cuenta y mediante nuestros propios esfuer- dable e incierto sonido de “metal que re-
zos. Los dones del Espíritu no se adquie- suena o címbalo que retiñe” (13:1).
ren. Solamente se reciben como regalo o (“Campanas ruidosas o platillos estridentes” [NBE])
dotación del Espíritu Santo.
Sería de orden notar, que la correcta
A menudo, los poseídos por la gloso- exégesis de 1a Corintios 12 al 14 no sola-
lalia menosprecian también a otros cristia- mente establece el concepto de que las
nos que proceden de otras congregaciones lenguas no son lo más importante en la
donde no incorporan a su liturgia el pal- vida cristiana, sino que destaca también
meteo, el aleluyeo, y el glorideo (ni el que ni siquiera son el principal entre los
tamboreteo o el pandereteo). No los in- dones del Espíritu. Por cierto, la afirma-
corporan por creerlos ejercicios presuntuo- ción paulina de que el que predica es
sos, teatrales, arrogantes, irreverentes, en- “mayor que el que habla en lenguas” (14:5)
sordecedores, fuera de orden, e innecesa- pone las cosas en una perspectiva muy
rios. Los imbuidos de glosolalia-manía a distinta a la que se le da en los círculos
menudo se arrogan el derecho de juzgar a glosológicos. Debía notarse que las len-
estos “marcianos” como “hermanos fríos” guas nunca son colocadas a la cabeza de
o hermanos procedentes de iglesias las listas de los dones sino más bien se
“muertas” o como hermanos que no han nombran en la cola de ellas. En las Escri-
recibido el “bautismo del Espíritu Santo”. turas manifiestamente ocupan un lugar
En ese contexto altanero me parece oír a secundario nunca el primario. Vea el aparte
titulado “Pedagogía Atinada: Uso de los Adverbios
S. Pablo tronar sobre ellos: “¿Tú quién de Orden y Secuencia”. Se encuentra al reverso de
eres, que juzgas al criado ajeno? Para su la tabla de los dones anexa a este trabajo.
propio Señor está en pié, o cae; pero es-
tará firme, porque poderoso es el Señor ¿Confeccionó al azar Pablo este or-
para hacerle estar firme” (Ro 14:4). den?
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No lo creemos.
Recuerde que su pluma de escritor fue
inspirada por el Espíritu Santo (2a P 1:21;
2a T 3:16) y como tal está exenta de todo
error, incluso de errores secuenciales.
¿Nos dice esto algo? ¡Claro que sí!
¡Volúmenes!
De donde, a un buen entendedor, po-
cas palabras deben bastarle.
Cuando los hombres se empecinan en
poner énfasis desproporcionado en un su-
puesto don a expensas de menospreciar
otros carismas que en realidad inciden pri-
mero en el orden, o que por descripción
bíblica son “mayores”, todo lo que logran
es empujar al desespero a las personas más
simples entre ellos. Los llevan a forzarse
y a esforzarse a pedir angustiados algo que
ya el Espíritu ha tomado la iniciativa de
darlos a quien EL quiere. Los simples se
empecinan en orar y pasan noches enteras
en vigilias esperando que el Espíritu haga
por ellos lo que más anhelan. Esta clase
de agonía y empeño está muy lejos de re-
flejar el espíritu de la Oración Mode-
lo:“hágase tu voluntad”. Más bien delata
la presencia de un extraño espíritu que lle-
ga a poseerlos dando viento a una negativa
actitud (inexpresada quizás) de: “Espíritu
soberano haz tú mi voluntad, porque esto
es lo que yo más anhelo. Tienes que dar-
me esto a raja tablas cueste lo que cueste”.
Obsesión tal, inconsciente como pueda
ser, llega en efecto a formular también,
indirectamente, la inadvertida confesión
de que el Espíritu los ha pasado de largo.
Esto, intrínsicamente, es en extremo serio
para sus almas y amerita la más reflexiva
consideración de parte del obseso.
Paradójicamente, a otras personas en
ese medio confuso ya el Espíritu habrá
bendecido con dones variados. Usando un
puntiagudo y muy eficiente artificio
dialéctico, Pablo les hace a los corintios (y
por ende a nosotros) una serie de siete pre-
guntas retóricas (12:28). Cada una de las
siete preguntas es acerca de un don dife-
rente. Con ellas el Apóstol le serrucha el
palo en particular a los aspirantes a hablar
en lenguas: “¿Hablan todos lenguas?”
(12:30) — les pregunta. Dado el peso multi-
lateral con que el doctor de las iglesias ha
venido dosificando brillantemente la me-
dicina a los males corintios, ninguna de las
siete preguntas da cabida a respuestas al-
ternativas. Todas a una acomodan una
sola respuesta. La misma es negativa. De
modo que certeramente, con un sólo salvo,
el cañón apostólico mata aquí siete palo-
mas. Un enfático ¡NO! — es la alternati-
va con que nos deja.
El hecho de que el cuerpo humano
esté compuesto por diferentes miembros
con diferentes funciones, y que todos ellos
las ejerzan de acuerdo al propósito para lo
cual fueron colocados en su preciso lugar,
los que disciernen correctamente el por
qué de esa acertada analogía (12:12-27) saben
sin extravíos, que en el Cuerpo (la iglesia)
hay diferentes funciones y son ejercidas
por los diferentes individuos que la com-
ponen y para las que previamente fueron
dotados. En el supuesto de que el cuerpo
humano entero fuera todo oreja, entonces
el cuerpo moriría porque no tendría boca
con la cual comer, ni pies con que cami-
nar, ni voz para hablar, ni órganos para
reproducirse. Similarmente, un cuerpo
humano que fuera todo boca no sería un
cuerpo humano sino un monstruo del cual
personalmente me distanciaría lo más lejos
y lo más pronto y lo más antes posible por
temor a que esa bocota me diera una mor-
dida descomunal que me partiera en dos.
Aplíquese dicha analogía a la iglesia y
se obtendrá el mismo resultado monstruo-
so si todos los miembros sólo hablaran en
lenguas y no hubiere quien diera una
“palabra de sabiduría o de ciencia” (12:8)
o quien pudiere predicar o enseñar “para
edificación, exhortación y consola-
ción” (14:3). Pero el expreso y soberano
propósito del Divino Proveedor de dones,
con sabiduría celestial, enfatiza la diversi-
dad.
Por cuanto la vanagloria no es fruto
del Espíritu sino más bien producto de la
carne, queda excluida del programa del
Espíritu que guía al Apóstol a estipular
que los dones son conferidos para benefi-
cio del cuerpo entero, y no para el regoci-
jo, provecho, ostentación y vanagloria del
que los posee (1 P 4:10-11; 1a Co 14:12; Ef 4:11-12).
Todo cristiano, dotado como está por el
Espíritu de Dios, supone tener el inmenso
deseo y la firme pasión de invertir en acti-
vidades productivas el don que le han con-
ferido. “Para provecho” — dice la Escri-
tura (12:7). No para su provecho y ganancia
propia, sino para el enriquecimiento de
todo el Cuerpo. Todo creyente que reco-
noce el propósito del Espíritu al dotarlo
con alguna facultad especial, empleará la
misma para destacar, desplegar, y exaltar
la gloria de Dios y encender la mecha de
la inspiración en el alma de los demás
miembros del Cuerpo ministrándoles ese
don (1a P 4:10-11). Déle usted mente, lector, a
esto, y visualice la gran sabiduría y omnis-
ciencia del Espíritu al multi dotar “como
EL quiere” a todos los miembros del
Cuerpo.
observaciones genera- creían ser este don, tendría sus serias sos-
les sobre la glosolalia pechas de que lo que estaba ocurriendo en
la iglesia corintia no era producto del
Espíritu Santo. Por eso, en persona, les
1. El don bíblico de hablar en lenguas
(glosolalia) existía en la iglesia del primer sale al atajo. En efecto, su mera retórica
cargada de críticas y desaprobación, de-
siglo. Pero aún entonces ya se daba por
mostraba que actualmente estaba
sentado que era un don temporal que esta-
“impidiendo” la distorsión que imperaba
ba destinado a desaparecer (1a Co 13:8, 10). El
descenso en el número de incidencias de en el ambiente y que era tan evidente a sus
Iremos subiendo este material al rincón www.audiolit.net, de donde puede descargarse e imprimirse si se necesitan más copias
ojos y tan ofensiva a sus oídos.
los dones en general y la total ausencia en
particular de las lenguas en las listas pos-
Sin desaprovechar por un segundo la
teriores a 1a Corintios, debe hablar con
oportunidad, el boxeador espiritual de pe-
mucha elocuencia al entendido.
so pesado usa las toneladas de su autori-
dad apostólica para limitar el uso de las
2. Nuestro querido San Pablo, personal-
lenguas reduciéndolas a tres practicantes
mente, poseía este don (14:18). También, lo por culto, y a observar un intervalo entre
ejercía en escala mayor que cualquiera de uno y otro para comenzar a participar
los corintios (14:18) a pesar de que los co- cuando le llegara el turno en el culto. Su
rintios eran de por si cristianos superdota- mandato a que callaren si no hubiese un
dos (1a Co 1:7). En consecuencia, no esca- intérprete presente fue y es contundente
timó esfuerzos en informarles que él, per- todavía (14:28, 30). ¿Qué pues son sus decre-
sonalmente, de dársele la oportunidad de tos, críticas y oposición sino el esfuerzo
escoger, prefería predicar en la iglesia cin-
orquestado para limitar, atajar, e
co palabras que se entendieran que diez “impedir” la práctica anacrónica en que
mil en lenguas desconocidas que nadie había caído esta iglesia?
entendiera (14:19). Favorecía vigorosamen-
te la noción de “palabra bien comprensi- Irónico, ¿verdad? Aquél que dijo “no
ble” (14:9) para no pasar por la futilidad de impidáis hablar en lenguas” (14:39) es el
hallarse hablando “al aire” (14:9). Un cho- mismo que con más fuerza ataja, y con
rro verbal de 10,000 palabras en lenguas más vehemencia procura “impedir” la dis-
desconocidas no beneficiaría en nada a los torsión en que se habían atollado los corin-
que las escucharan ni al que las hablaba. tios.
Aun los sonidos de instrumentos
“inanimados” como el de la flauta, o el de 4. San Pablo entretuvo momentánea-
la cítara6, o el de la trompeta, aventajan al mente el remoto e idealista deseo de que
hablar en lenguas. Quien los oye discierne “todos hablasen en lenguas” (14:5), que-
sin equivocarse de cual de los tres instru- riendo decir, lenguas auténticas. Reac-
mentos proviene el sonido puesto que dan cionando rápidamente se puso a sí mismo
el cabestro para controlar el caballo me-
“distinción de voces” (14:7). Valga decir,
sus sonidos son característicamente dife- tafórico de su persona y enunciar que era
preferible que profetizaran o predicaran
rentes y por ende fácilmente reconocibles.
En cambio, lo ininteligible de las lenguas (14:1). Fue más lejos todavía al enseñarles
que el que predica es “mayor” que el que
habladas hoy en día no produce dicha
“distinción de voces” a que apunta la ana- habla en lenguas (14:5). En último análisis,
el don de predicar es y será siempre más
logía paulina. ¡Claro que no la produce!
útil a una congregación que el don de len-
¡La imitación de lo auténtico nunca puede
guas por ser el don de la prédica más
alcanzar el nivel de calidad del producto
pragmático, beneficioso, y edificativo
original!
(14:14-19). “Así que, quisiera que todos vo-
sotros hablaseis en lenguas” (14:5) habrá
3. En el contexto de antaño el Apóstol
de entenderse como la expresión de un
exigió que no se “impidiera” hablar en
deseo fugaz, subjetivo, remoto, que Pablo
lenguas (14:39). Quiso decir, hablar en len-
expresa retóricamente pero que racional-
guas “auténticas” y no en la jerigonza o
mente sabía bien que era una quimera inal-
galimatías en que había degenerado el cul-
to corintio (14:7-11); y el cual, no me cabe canzable. Recuerde que él mismo había
dudas, es lo que han heredado los numero- enseñado ya que no todos hablan en len-
sos adeptos glosológicos de hogaño. Ima- guas (12:30).
gino que Pablo quien conocía por expe-
riencia personal la verdadera naturaleza y Especulo, que al compartir este deseo
calidad de el hablar en lenguas legítimas suyo, bien podría haber sido uno como
(tenía este carisma de sobra), y al ser testigo ocu-
artificio psicológico para despejar la per-
lar observando casos de otras personas cepción de intransigencia en su posición
ejerciendo mediocremente lo que ellos de que pudieran haberlo acusado. Tal vez
fue sólo una concesión pensada para dar
- 23 -
cauce sin obstrucción al resto de la anda- (b) En orden, — insiste — tomando fica de Corinto en Acaya. Todos estos
nada de argumentos que iba a dispararles turno. Luego añade: ejerzan las lenguas principios, — mejor dicho — todos estos
en este debate. En todo caso, su proposi- “mandamientos del Señor” (14:37), eran
en presencia de algún “intérprete” (14:27).
ción quedó plasmada en las Escrituras no aplicables tanto a las iglesias de entonces
como un mandamiento normativo sino por toda la región de Acaya, como para las
como una hipótesis hortatoria. Quizás co- (c) Y . . . de no haber intérprete presente
de las regiones de Macedonia, Ilírico, y
mo una astilla de entrada a su favor en lo en el culto, entonces, Pablo no sugería, por toda Grecia. Territorialmente más le-
que percibía podía degenerar en un acalo- sino que ordenaba, con autoridad apostó- jos todavía siguen vigentes para todas las
rado y extremadamente hostil debate. lica, que en tal caso como alternativa pre- iglesias en todas las edades “que en cual-
ferida, era mejor que ejercieran el don del quier lugar invocan el nombre de nuestro
Otra óptica con que podríamos mirar silencio (14:28, 30, 34). Al caso viene bien Señor Jesucristo” (1a Co 1:2; 4:17; 7:17; 14:33),
válidamente la declaración “Quisiera que aquí el aforismo castellano: “El silencio es incluyendo a las congregaciones del siglo
todos vosotros hablaseis en lenguas” del más elocuente que la palabra”, especial- veintiuno donde quiera que se encuentren
14:5, es aquella que visualiza a un médico mente si esta palabra es metálica como la geográficamente.
dándole a su paciente una descripción de del címbalo que retiñe.
la enfermedad que padece, y acto seguido
Voy a hacer ahora una atrevida aser-
echa mano al recetario para darle la pres- “Calle en la iglesia” (14:28) — les di- ción que tal vez dejará a algunos boquia-
cripción de un fármaco con el cual curar- ce con autoridad; “Calle el primero” de
lo. De igual manera, el doctor S. Pablo en biertos y a otros en estado de shock. Lo
los profetas para dar turno a otro para que haré para inducir una saludable cerebro-
este punto está hablando con sus pacientes predique (14:30); “Vuestras mujeres callen
corintios descriptivamente pero no pres- ragia en la que se ejercite profundamente
en las congregaciones” (14:34). No es la mente del lector en lo que hasta ahora
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criptivamente. Su prescripción vendría ocioso pues que Pablo usara tres veces el
después. Aquí sólo se limita a describir pueda ser para él el incógnito de las len-
verbo “callar” en este corto bloque de guas. Aquí va: Por lo que se vio y se dio
sus deseos, sin prescribirles una fórmula. versículos (vs. 28, 30, 34). “Calle” era su pa-
Ahora está simplemente describiéndoles en Corinto y ahora se da y se ve en el mo-
nacea contra el desorden, la algarabía y el vimiento de lenguas, el pentecostalismo
su entusiasmo personal en el ejercicio del confucionismo que imperaba en la reunión
don de lenguas y no prescribiéndoles una estuvo presente en la iglesia de Corinto, y
congregacional de aquella ciudad griega. el corintianismo está presente en el pente-
experiencia colectiva que ellos debían te-
ner como iglesia. El Apóstol no concebía costalismo de ahora.
Cuando se ordena a alguien que se
su don de lenguas y la extensión con que calle, la orden no se hace como una rogati-
lo ejercía (hablaba en lenguas más que todos ellos Después de todo lo que hemos dicho y
va blandengue o para darle un número de cualesquiera fuere la reacción que causare
[14:18]) como algo normativo para todos los
opciones o para sugerirle cursos de acción en los que lo han oído, “Si alguno quiere
corintios. Sabía que su don de lenguas
alternativos. Las ordenes se expresan, con ser contencioso, nosotros no tenemos tal
pronto había de cesar por lo que conscien-
espíritu y voz autoritaria sin abrirse a con- costumbre, ni las iglesias de Dios” (11:16).
temente no iba a vendérselo como un
ceder otras alternativas verbales y sin es- “Sacra scriptura locuta est, res decisa
método permanente de adoración. Nota-
ble es que precisamente con esta declara- perar ninguna otra cosa excepto que se est” (Habiendo la Sagrada Escritura habla-
ción, como diestro pedagogo, Pablo acaba- cumplan. Después de todo . . . y por si no do, el caso queda decidido). Esto, claro,
ba de pulsar una nota didáctica en su tecla- lo sabían . . . en la iglesia conviene que se siempre que estemos de acuerdo en que las
do retórico que le permitió más adelante haga todo “decentemente y con orden” Escrituras fueron dadas para funcionar
(14:40).
echar mano a su recetario para introducir como la “regula fide” (la regla de fe para
una tremenda prescripción de sana doctri- la iglesia).
na. En su larga y detallada prescripción, Cuando preguntaron a un reputado
entre otras cosas, aprovechó para dibujar- erudito bíblico su opinión sobre cual era el
les “un camino más excelente” (12:31) que tema central del debate entre Pablo y los Conclusión
el que ellos habían tomado. corintios, contestó que el tema central era
“como no hablar en lenguas”. Siendo que en los círculos que ‘creen’
5. Como teólogo sistemático excepcional hablar en lenguas se viola el orden y las
Evidentemente, en el pecho de Pablo estipulaciones por las que con tanta inten-
que Pablo era, se cuidó de formular y esta-
ardía el celo por el decoro y el orden en sidad y con tantísima lógica y claridad teo-
blecer los parámetros o linderos fijos den-
los cultos. El santo varón velaba para que lógica abogó el veterano Apóstol y maes-
tro de los cuales las lenguas habían de
los cultos se realizaran bajo control racio- tro de las congregaciones, creemos, que el
ejercerse:
nal y no en medio de un alboroto irracio- sistema pentecostal-carismático ha sido
(a) En “orden”, no todos, ni varios a la nal. Su consejo era que evitaran proyectar con ello pesado en la balanza, y . . . ¡su
vez, nunca más de tres por culto. Más to- la imagen de un ruidoso pandemónium tonelaje es tan desproporcionado! que no
(14:23) porque a la postre todo lo que esto
puede menos que arrojarles un balance
davía: esperando “turno” (14:27) para
haría era saturar de electricidad negativa el desfavorable. Da viento a concluir que el
evitar aglomeraciones ensordecientes que
entorno. movimiento de glosolalia moderno no
proyectaran ante el mundo de “indoctos”
puede estar ejerciendo, como pretende, el
la imagen de un manicomio (“locos”)
Bien haríamos todos en imitar al cam- auténtico don de lenguas que aflora en la
(14:23). Sobraría señalar que esa imagen no
peón de la sana doctrina en este celo, y Biblia. Si ese fuere remotamente el caso,
era positiva entonces, ni lo es ahora. Para
comenzar, una imagen de dementes no jamás ecualizar la espiritualidad con la Dios pasaría a ser un Dios de confusión y
decora ni recomienda el Mensaje del informalidad y chabacanería de que tan a no de paz como afirma 1a Corintios
Evangelio, sino que lo burla y lo degrada, menudo somos culpables aún en nuestras 14:337. El Señor se hallaría enredado en
lo hace inapetente. propias reuniones. Tomen buena nota las aparatosa inconsistencia si por un lado
iglesias ubicadas fuera de la zona geográ- legislara orden y por el otro endosara a los
que obviamente no siguen sus reglas.
- 24 -
 Pero referente a Dios ni lo uno ni lo
otro es verdad. Por lo que creemos que
justifica nuestra conclusión de que lo que
se habla en nuestros días no es el don con
que el Espíritu del Altísimo dotó a los cre-
yentes del principio. Ese don fue encola-
do a un período de vigencia prescrita y
restricta (13:8). Lo que se ve en los círculos
modernos es mas bien la sanción ilegal de
un exceso generado por un fanatismo irra-
cional e inculto que se ensuelve en desor-
den. El desorden no cuadra con el tenor
de las enseñanzas generales de la Biblia ni
con las porciones en particular que hemos
enfocado en este trabajo. Y, por seguro,
no tiene congruencia tampoco con el
carácter de un Dios de orden. Por tanto,
creemos, que seguimos justificados al rei-
terar que no es el don bíblico de hablar en
lenguas lo que se ejerce hoy en día entre
los que se ufanan y enorgullecen de
poseerlo.
¿Qué es entonces lo que hablan?
Júzguelo el lector, si puede.
En el proceso de hacer este juicio, no
pierda de vista el aforismo latino que ya
hemos citado: “Sacra Scriptura locuta”
(La Sagrada Escritura ha hablado) para
que en su juicio pueda usted situarse del
lado correcto. Estar del lado de las Escri-
turas será siempre estar del lado que gana.
¡No se apee usted de ahí! Apearse de lo
que “está escrito” es pisar en falso sobre
las arenas movedizas del error.
Quede absolutamente claro que el no
ajustarse a las normas para el ejercicio de
las lenguas que la Escritura establece enfá-
ticamente, equivale a la desobediencia de
ir contra lo que la Biblia dice y como lo
dice. El contrariar la Biblia para estable-
cer nuestros caprichos y mal aconsejados
deseos, no podemos llamarlo bíblico.
¡No, no, no! “Bíblico” tiene su antónimo
por el que sí debemos llamarlo y el mismo
se deletrea así: anti-bíblico. Por tanto, el
presente movimiento de lenguas debe re-
chazarse como espurio y debe conducirnos
a apartarnos del mismo y a denunciarlo
como error. Ha llegado pues el momento
de suscribirnos a la convicción de que “Es
mejor estar divididos por la verdad que
unidos en el error”.
Creemos además que el presente es-
crito merece el chance de ser procesado
cerebral, fría, imparcial, objetiva, y be-
reánicamente8 por los líderes templobibli-
cianos en sus diferentes niveles. Se me
ocurre, sin embargo, que la mayoría de los
tales podrá no estar dispuesta a pagar este
precio ni pasar el test de este crisol, por lo
que no me diluyo a pensar que así lo a menudo y extenderse peligrosamente
harán, excepto, en los pocos casos que una también hacia otras esferas del quehacer
lectura cursiva y superficial finiquitará el espiritual. Este fenómeno tiene además
asunto y “muerto ese abejón”. sus motivaciones, pero no me toca a mí
analizarlas aquí ahora. Irónicamente, en
¿“Muerto” — dije? ¡Ese es el gran otro contexto, el avestrucismo trae memo-
problema! Porque el “abejón” de la in- rias agradables a mi recuerdo. ¡Qué días
fluencia pentecostaloide sigue vivo y acti- aquellos cuando uno de mis pasa tiempos
vo y haciendo estragos en el planeta tierra. favoritos era el de “jugar al escondido”
con mis nietos Kevin y Kyle. Siendo Kyle
más joven y más inocente que Kevin,
cuando me tocaba el turno de salir a bus-
carlos para sacarlos de sus escondites,
cuando Kyle sentía que iba acercándome
donde él estaba oculto, ingenuamente me
voceaba desde adentro: “¡Abuelo, yo estoy
aquí!”
¡Inocente avestruzcito!
Desafortunadamente, no hay parale-
lismo inocente en las acciones avestrucia-
nas de los que suponen ser guardianes de
Petición la fe en las congregaciones.
Imagínese usted el pegote que sería la
Fotocopie este material y hágalo circular
Por favor, antes de que usted descarte
o critique este escrito catalogándolo de iglesia en el siglo 21, la iglesia con que
“crudo”, “muy fuerte”, “muy directo”, etc. usted se reúne por ejemplo, si en el primer
pause un momento y pondere el hecho in- siglo éste abanderado de la sana doctrina
negable de que nada menos que el santo y no hubiera ejercido su función de mentor y
paciente Apóstol Pablo, no consideró el nodriza “parándole el coche” al desorden
enderezamiento de los entuertos corintios corintiano. ¿En donde estaríamos situados
como crudo, ni fuerte, ni como un acto teológicamente si el apóstol hubiera opta-
desamorado (falto de amor) sino como una do por esconder la cabeza en la arena co-
responsabilidad moral que su condición de mo el avestruz? ¡Babel, Babel, Babel!
apóstol le imponía. Bien sabía que como
Por nuestra parte, hemos hecho el es-
mentor por excelencia de las iglesias tenía
fuerzo consciente, dentro de lo que cabe,
el deber de descargarle un hachazo a este
problema y dejar que las astillas saltaran de no excedernos en las presentes conside-
cayendo donde cayeren. Lo hizo sin im- raciones. Pero si todavía así se nos perci-
be, pedimos que se nos regale el beneficio
portarle ser “políticamente incorrecto”.
de la duda. Que antes de enjuiciar y con-
Con vehemencia y humildad cristiana se
denar este trabajo se haga usted la pregun-
lanzó a enderezarlos doctrinalmente a fin
de sacarlos de su atolladero. Es en esa ta fundamental: “¿Es Bíblico?”
venia que le rogamos a usted nos de a no- Esa pregunta sería un buen criterio
sotros siquiera el beneficio de una dudita
con el cual iniciar el diálogo. Si por azar
antes de enjuiciarnos como “ásperos”. llegara usted a hacer la concesión de que
este trabajo es bíblico, entonces coincidirá
¿Por qué hermanablemente no hace-
con nosotros en que la Sagrada Escritura
mos ahora mismo, usted y yo, un trato ha hablado y todo lo que nos queda por
(contrato)? hacer ahora es que ambos, juntos, herma-
nados, guardemos silencio reverente y le
Démosle vuelta a la tortilla y en fran- prestemos nuestra indivisa atención a lo
co espíritu de amor cristiano recibamos el
que la Escritura dice y como lo dice. El
tono de este escrito no como “demasiado resultado final será que ¡habremos ganado
fuerte” sino como un contrapeso a la floje- el debate ambos!, usted y yo, el que lee y
ra y negligencia con que la rutina eclesiás-
el que escribe. ¡ ¡ ¡ Que estamos de acuer-
tica paraliza a los que suponen estar en la
do ! ! !
línea del frente como “defensores de la
fe”. Pareciera como si los llamados a ser ¡Vaya, mi pana! ¡Viva la armonía!
guardianes de la fe hubieran optado por (¡“Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
imitar al avestruz que corre a esconderse y habitar los hermanos juntos en armonía”!
entierra la cabeza en la arena dejando el [Sal 133:1]). Pongamos entonces ahora las
corpazo a la vista de todos. Estas carreri- manos en el mismo arado y resolvamos
tas avestrucianas suelen ocurrir demasiado apuntar juntos al objetivo común de ex-
- 25 -
pandir el Reino de Dios en la tierra en vez
de malgastar el tiempo en debates estéri-
les. Quitémonos, pues, los guantes de bo-
xeo y cambiémoslos por instrumentos de
labranza. Tomemos impulso, respiremos
hondo, y marchemos al compás del estribi-
llo: ♫ ♫ “¡Trabajad! ¡Trabajad! somos sier-
vos de Dios”, y “¡Trabajad!, ¡y orad!, en la
viña, en la viña del Señor. Sí, mi anhelo es
orar, y ocupado siempre estar, en la viña del
Señor.” ♫ ♫ Mientras más nos ocupemos
en la labor del Señor, menos tiempo ten-
dremos para confrontaciones.
Por otro lado, no es realista ni bíblico
vegetar en falsas humildades tampoco.
Esa clase de humildades son las que nos
amordazan y nos neutralizan en cuanto a
nuestra responsabilidad de difundir lo que
la Biblia enseña. Ese es nuestro sagrado
deber independientemente de quien sea
que necesite las enseñanzas de la Biblia
(los hermanos nuevos en la fe o aquellos
que están inmersos ya en el error). Falta-
ríamos miserablemente al amor si irres-
ponsablemente no transferimos nuestros
conocimientos de la sana doctrina a los
que se han despistado de ella. Nuestra
honestidad cristiana se pondría en dudas si
adoptamos como prioridad el “no ofen-
der”. En este caso el no ofender puede ser
una prioridad desubicada. Una prioridad
más certera sería la que nos lance a resca-
tar al errado. La historia ha probado que
los que exageran la cautela al extremo de
convertirla en excesivo tacto, no sirven
para el contacto. Esto es aplicable tanto al
área del evangelismo como al ministerio
de la enseñanza.
Pero en el asunto que nos ocupa hay
involucrada otra audiencia mayoritaria que
no podemos subestimar ni desestimar.
Ella también posará sus ojos sobre este
trabajo tanto en los Templos Bíblicos co-
mo en los templos no bíblicos del campo
glosológico. Creo que tanto los unos co-
mo los otros al ponderar a fondo la cues-
tión planteada en este trabajo podrían ad-
quirir mayor penetración intelectual y es-
piritual sobre este problema, y en el proce-
so, podrían pulir su discernimiento sobre
estos asuntos que preocupan y perturban a
todos, a ellos y a nosotros, pero que los
más nunca los abordan. A algunos no pa-
recerá “políticamente viable” hacerlo en
nuestro campo dada la actual influencia
pentecostaloide en el ámbito. Preferirán
por lo tanto seguirle la corriente a la plaga
de la “cultura del mañana” de la que los
latinos somos dueños. Decidirán, proba-
blemente, que toma menos esfuerzos dele-
gar este trabajo al tramo de “volveré a le-
erlo algún otro día” engavetándolo en el
“mañana” que nunca llega. Pero en lo que
a nosotros concierne, con optimismo deja- debemos desasociarnos del error también
mos este análisis totalmente en manos del (Ro 16:17; 2a Ts 3:6).
Señor, para que EL haga con el mismo lo
que es agradable delante de El y que a la Finalmente, muy amados, no perda-
postre saque gloria para Su nombre a pesar mos de vista que la sana doctrina es la
de los pesares imprevistos que pudieran línea de demarcación que históricamente
surgir. ha caracterizado y definido las asamble-
as de hermanos que en República Domini-
Estoy por terminar. Pero no puedo cana se reúnen en los Templos Bíblicos.
hacerlo sin antes echarle un cariñoso Sin esta línea de demarcación, para todos
“¡Quién vive!”, y con amor cristiano darle los propósitos prácticos, nuestras asamble-
también un amistoso pre-avisito a cierto as se desvirtuarían, perderían su identidad,
sector en nuestro campo. Sería útil a la se desintegrarían, y llegarían a ser como
De sc ar g ue e st os fa sc í c ul os de l a i n te r ne t ac c ed i e n d o w w w. a udi ol i t. ne t / pe n te c ostal i s mo
causa de la sana doctrina que nos cuidára- una colonia de amibas sin columna verte-
mos un poquito más de estar haciéndole el bral que flota al garete en el mar de una
sopa doctrinal. En última instancia, tal
juego, simpatizando, y emitiendo pública-
ambigüedad nos deja a todos en una pe-
mente opiniones orales y escritas favora-
rentoria disyuntiva, y es esta: ¿Debemos
bles al movimiento de lenguas. Es más
ser bíblicamente vertebrados o invertebra-
sensato reconocer que tal práctica es dis-
dos?
cordante con la doctrina que sustentan los
Templos Bíblicos. A la postre lo que hace En cuanto a mí, “la suerte está echa-
es endosar en grado mayor o menor lo que da”. Soy, y con la asistencia de la gracia
obviamente no es bíblico. Todo lo que se de Dios, seguiré siendo vertebrado.
logra con ello es afectar adversamente la
unidad del Espíritu en nuestras congrega- ¿Y usted? ¿Que dice?
ciones. Si bien inconsciente o inadvertida-
Paz sea con todos vosotros y con el
mente ese es un desliz en que fácilmente Israel de Dios. ♦
cualquiera podría resbalar, y que el resto __________________________________
podríamos cristianamente perdonar, pero
jamás los exoneraría de configurarlos co- 1
Los enunciados del capítulo 13:13 no son
mo voceros gratuitos (para no decir “dones” sino el “fruto” del Espíritu.
cómplices) del error. En última instancia, 2
γλοσσά (glossá) significa ‘lengua’ como
es éticamente cuestionable esparcir desde órgano para la enunciación de sonidos o
dentro de nuestro campo ideas foráneas a palabras; también lenguaje, idioma.
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las prácticas que nuestras congregaciones Preeminencia = Primer lugar y preferencia.
han seguido desde su fundación. Primado, ventaja que algo o alguien tiene
sobre otros.
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Preponderancia = Crédito superior, autori-
Lo que es peor, — peor y perjudi- dad, tener más fuerza, prevalecer, dominar.
cial — es que dicha propaganda gratuita 5
Por exégesis se entiende la interpretación
no solamente aupa y sanciona innecesaria- filológica (estudio de una lengua), el análisis
mente al otro campo sino que insidiosa y interpretativo histórico o doctrinal de un tex-
negativamente puede influir en los herma- to, especialmente de la Biblia.
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nos más simples predisponiéndolos a en- Cítara = instrumento musical antiguo seme-
jante a la lira, pero con caja de resonancia
fermar doctrinalmente. Podrían de ante- de madera. Modernamente esta caja tiene
mano condicionarlos psicológicamente forma trapezoidal y el número de sus cuer-
como ‘carná pal tiburón’ del error. El das varía de 20 a 30.
daño a estos corderitos podría ser irrepara- 7
“Porque Dios no quiere desorden, sino paz,
ble. Tristemente, en algunos casos ya lo como en todas las demás comunidades de
ha sido y esto, nos parece, no es peccata los consagrados” (Nueva Biblia Española) --- “A
Dios no le agradan los desórdenes ni las
minuta. Ninguno querrá ser hallado culpa- irregularidades. Le gusta la armonía, como
ble de ocasionar tan gran mal a sus herma- la que reina en las demás iglesias” (Biblia Al
nos. Así que lorito, cierra el piquito, por Día).
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favorcito. Bereánicamente = un adverbio marianogon-
zaliano que se refiere a los creyentes berea-
nos que “recibieron la palabra con toda soli-
Es además cristiana y pastoralmente citud, escudriñando cada día las Escrituras
más responsable, más conforme al amor para ver si estas cosas eran así” (Hch 17:11).
que debemos a la grey que nos rodea, más
leal a la sana doctrina, y más en acorde Ministerios Audio-Lit
con el legado escriturario que nuestros P.O. Box 371
predecesores nos dejaron, que con más Lombard, Illinois, U.S.A.
firmeza y tenacidad nos asociemos con la 60148-0371
sana doctrina, definiéndola e incorporán- FAX: (1630) 495-9671
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