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Nos hemos de referir a las fuentes formales del Derecho Comercial 1[1].
Consideramos como fuentes formales a la forma que necesariamente deben
adoptar ciertos preceptos de conducta para imponerse
coercitivamente2[2]. Según HÜBNER, son las formas o cauces en que el
Derecho positivo está contenido y se manifiesta en la vida social 3[3].
I. Fuentes directas
Haciendo aplicación del referido artículo 9 del Código Civil, diremos que,
en nuestro país, la única fuente de Derecho es la Ley. La costumbre sólo
lo es cuando la Ley se remite a ella. La Ley mercantil se remite con mayor
frecuencia a la costumbre que la Ley Civil.
A. Constitución
La Constitución Nacional es una fuente de especial importancia para el
Derecho Comercial. Por un lado, consagra principios generales que
interesan al Derecho Comercial. Por otro lado, establece un marco
normativo a las diversas posibilidades de que el Esta do intervenga en las
actividades económicas 4[4].
1. Principios generales del Derecho Comercial
Art. 50:
“El Estado orientará el comercio exterior de la República protegiendo las
actividades productivas cuy o destino sea la exportación o que reemplacen
bienes de importación. La Ley promoverá las inversiones destinadas a
este fin y encauzará preferentemente con este destino el ahorro público.
Toda organización comercial o industrial trustificada estará bajo e l
contralor del Estado.
Art. 51:
“El Estado o los Gobiernos Departamentales, en su caso, condicionarán
a su homologación, el establecimiento y la vigencia de las tarifas de
servicios públicos a cargo de empresas concesionarias.
1. La costumbre
En nuestro Derecho (art. 9, inc. 2), los usos y costumbres cumplen varias
funciones.
* La costumbre como fuente integradora del Derecho
La equidad surge como fuente formal del Derecho de los artículos 25, 199
y 477 del Código General del Proceso. El artículo 25 establece que la
equidad es fuente del Derecho cuando la Ley lo establezca o cuando las
partes así lo acuerden, tratándose de dere chos disponibles. Ello se reitera
en el artículo 199. Tratándose de arbitraje, la norma se invierte. Si no se
estableciere otra cosa en el compromiso, los árbitros fallarán el caso por
equidad (art. 477)