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Dificultad que se opone al esfuerzo de constituir la institución (I) como objeto de pensamiento, que depende de
los aspectos psíquicos que entran en juego en la relación con las I. Tres grandes conjuntos de dificultades:
Kaes plantea que las I no son inmortales. El orden que imponen no es inmutable, los valores que proclaman son
contradictorios y niegan lo que las funda. Lo mudo y lo inamovible depositados en ellas se imponen a nuestra
conciencia. Dos ilusiones:
Hay que rechazar las dos ya que la I nos pone frente a una 4º herida narcisista (las anteriores: Copérnico, Darwin
y Freud). Hay que admitir que la vida psíquica no está centrada exclusivamente en un inconsciente personal, una
parte del sujeto que lo afecta en su identidad y que compone su icc le pertenece a las I en que él se apuntala y
que se sostienen por ese apuntalamiento.
Castoriadis dice que lo instituido suplanta y reduce la función instituyente de la I. Una formación psíquica. La I no
es solamente una formación social y cultural. Realiza funciones psíquicas múltiples para los sujetos. Moviliza
cargas y representaciones que aseguran las bases de la identificación del sujeto al conjunto social, así constituye
el trasfondo de la vida psíquica en el que pueden ser depositadas y contenidas algunas partes de la psique que
escapan a la realidad psíquica.1er espacio de análisis: sobre la relación objetal en la I, sobre la constitución de
las identificaciones imaginarias y simbólicas, sobre la relación con el encuadre y con la ley y sobre las
transferencias de funciones.2do espacio de análisis: hipótesis de que la vida psíquica supone la I y que ésta es
una parte de nuestra psique. (Acá hace un recorrido de lo que dice Freud en Tótem y Tabú, Psi de las masas, el
malestar en la cultura, en relación a la psique colectiva, por ejemplo lo de la identificación sobre el estudio que
hace de dos I: el ejército y la iglesia). Psi individual es Psi social. La I precede al individuo singular y lo introduce
en el orden de la subjetividad, predisponiendo las estructuras de la simbolización, mediante la presentación de la
ley, la introducción al lenguaje, las identificaciones, etc. La I es a la vez afuera y adentro, consiste en una doble
función psíquica: de estructuración y de receptáculo de lo indiferenciado.3er espacio de análisis: se abre al
tomar en consideración el espacio psíquico de la vida institucional. La I tiene que movilizar formaciones y
procesos psíquicos. Estas formaciones constituyen la posibilidad de espacios psíquicos conocidos y
compartidos. Suponen la construcción, utilización o regulación de un aparato psíquico de enlace que Kaes llama
Aparato Psíquico Grupal, que permite pensar el ordenamiento específico de la realidad psíquica del sujeto con
el conjunto intersubjetivo del que forma parte y al que da consistencia. De esta manera se organizan dos niveles
lógicos: el de la realidad psíquica del sujeto y el de la realidad psíquica que emerge como efecto del
agrupamiento. La I vincula, reúne y administra formaciones y procesos heterogéneos: sociales, políticos,
culturales, económicos y psíquicos = Lógica social de la I que constituye el lugar de una doble relación: sujeto
con la I y conjunto de sujetos ligados por y en la I. En las I una gran parte de las cargas psíquicas está destinada
a hacer coincidir en una unidad imaginaria los órdenes lógicos diferentes y complementarios, para hacer
desaparecer la conflictividad que contienen. Las I fomentan las formaciones que producen la ilusión de la
coincidencia y mantienen la relación isomórfica entre los individuos y su grupo apoyándose en los pactos
inconscientes que sellan el consenso. Por otro lado, la capacidad de las I para tolerar el funcionamiento de los
niveles relativamente heterogéneos, posibilita la constitución de un espacio psíquico diferenciado. La
multiplicidad de los niveles lógicos produce diferentes efectos:
• De administración o de transferencia
• De conflictualidad o de reducción
• De sinergia y de ensamble ordenados o invertidos.
El trabajo se centra en las formaciones y los espacios psíquicos comunes que la I fomenta, produce y administra,
a partir de las cargas que ella exige de sus sujetos. Hay fuerzas opuestas que operan sobre la I: unas trabajan
para unificar por medio del desarrollo de la función del ideal, otras trabajan a favor de la diferenciación y la
integración de elementos distintos en unidades cada vez mayores, otras promueven el retorno a lo indiferenciado
y la reducción de las tensiones, otras trabajan para la destrucción y el ataque. Formaciones psíquicas
intermediarias entre el sujeto singular y los otros. Son las que se dan entre el espacio psíquico del sujeto y el
espacio psíquico constituido por su agrupamiento en la I, pertenecen a la relación entre ellos. Un rasgo constante
y determinante de estas formaciones es su carácter bifronte, la comunidad que consolidan mediante pactos,
contratos y consenso icc. Acuerdo icc sobre lo que debe mantenerse en la represión o fuera de toda
representación para que las condiciones psíquicas y sociales del vínculo se mantengan en la forma de
agrupamiento que lo constituyó. Cada una de estas formaciones asegura, las condiciones psíquicas de la
existencia y la vida de la I. Contribuyen a su permanencia. Toda falla de estas formaciones pone en cuestión la I,
anula los contratos, pactos, etc. Cuenta el ejemplo del caso clínico: hospital de día.
Freud: Identificación como formación intermediaria que mantiene reunidos a los sujetos de la I.Anzieu: El grupo,
a la manera del sueño, es una modalidad del cumplimiento del deseo icc. Grupo, lugar para realizar deseos, para
defenderse contra su realización. Habla de fuerzas actuantes en el agrupamiento: por una parte la celebración,
por el grupo que se instituye; por la otra, la denuncia de la I instituida, alienada y que perpetúa la rigidificación del
movimiento social, la permanencia de los poderes coercitivos y la jerarquía de los valores opuestos a la
satisfacción del deseo. El agrupamiento asegura la comunidad de cumplimiento del deseo y de la defensa contra
el deseo. Habla de escenificación y dramatización de los deseos prohibidos y reprimidos y el funcionamiento de
la censura. Kaes dice que la transmisión intersubjetiva es una modalidad de cumplimiento de deseo, no solo por
la identificación, sino porque existe un deseo compartido: el deseo del deseo del otro o el deseo de una defensa
común contra el deseo. El grupo, en cuanto formación intermediaria, es lo que en el seno de la I vincula entre sí,
en una realización de tipo onírico y por la comunidad de síntomas, fantasmas e identificaciones, a los sujetos de
la I, de manera que puedan cargar en ella sus deseos reprimidos y encontrar los medios de defenderse contra
ellos.
El trueque de una parte de felicidad posible a cambio de una parte de seguridad: renuncia pulsional y
advenimiento de la comunidad civilizada
Cuenta sobre el recorrido que hace Freud sobre la felicidad, desde el principio de placer, después principio de
realidad. Lo más importante que plantea Freud y retoma Kaes es: lo que es la cultura, que se caracteriza por la
manera como son reguladas las relaciones de los hombres entre sí. Y dice que la vida en común sólo resulta
posible cuando una pluralidad logra reunirse en un conjunto más poderoso que cada individuo particular y se
mantiene unida frente a cualquier individuo singular (El malestar en la cultura).En todas las respuestas que da
Freud se habla de la necesidad de renunciamiento. Nuestra cultura está construida sobre la represión de las
pulsiones y sobre el renunciamiento. Habla sobre las compensaciones y el contrato obtenidos a cambio de la
coacción y el renunciamiento. Reemplazo de la fuerza individual por el poder colectivo. Lo que Freud describe
es una entidad bifronte: renuncia a las pulsiones y advenimiento de la comunidad. Contra la violencia de la
pulsión de posesión, la comunidad de derecho exige la renuncia.
La permanencia, la afiliación y el sostén del sujeto singular en el estar juntos: el contrato narcisista
Para el icc, la I se inscribe en el espacio de lo sagrado. El origen divino de la I asegura poder, legitimidad,
permanencia absoluta. Freud dice que no renunciamos nunca al narcisismo, y esto asegura la continuidad de las
generaciones. His majesty the baby… remember? Tres ideas:
1. La doble existencia del individuo en cuanto persigue su propio fin y en cuanto es miembro de una cadena
a la que está sometido sin la intervención de su voluntad, está sometido.
2. Los padres hacen de su hijo el portador de sus sueños de deseo no realizados y el narcisismo primario
del hijo se apoya en el de sus padres.
3. El ideal del yo es una formación común a la psique singular y a los conjuntos sociales.
La I se funda sobre este doble status del individuo y sobre las formaciones intermediarias en la medida que
sostienen la relación entre el sujeto y el conjunto: la identificación, el co-apuntalamiento, pero también el contrato
narcisista y el pacto de negación. El contrato narcisista explica las relaciones correlativas del individuo y el
conjunto social: cada recién llegado tiene que cargar al conjunto como portador de la continuidad y
recíprocamente, con esta condición, el conjunto sostiene un lugar para el elemento nuevo. Tales son los
términos del contrato narcisista: exige que cada sujeto ocupe un lugar ofrecido por el grupo y significado
por el conjunto de las voces que desarrollaron un discurso conforme al mito fundador del grupo. El CN
está implicado en la fundación. Toda fundación institucional contiene, ocultas, la continuidad de un mandado y la
de su ruptura. El mito dice el origen, proporciona una matriz identificatoria y un código para afrontar la relación de
lo desconocido. Permite pensar el horror primordial y el caos contra el cual la I nos protege. La función del mito
es el mantenimiento del CN. El mito fija el relato de ese tiempo de los orígenes y define la relación de cada uno
con el antepasado fundador y con la genealogía afiliativa que de él mana. (Creo que a esto se refería Gontá
cuando nos dijo que leamos bien a Kaes, aunque nosotros hablamos de pacto de negación, el CN se relaciona
con el mito del origen, sería el mito del eterno retorno, ¿no?)
Pacto de negación: formación intermediaria genérica que, en todo vínculo, condena al destino de la
represión, la negación, la renegación que mantiene en lo irrepresentado y en lo imperceptible, hecho que
vendría a poner en cuestión la formación y el mantenimiento de ese vínculo y de esas cargas de las que
es objeto. P de N como uno de los correlatos del contrato de renuncia. Se trata de un pacto icc, un
acuerdo por el establecimiento de un consenso, destinado a asegurar la continuidad de las cargas y de
los beneficios conectados con la estructura del vínculo y a mantener los espacios psíquicos comunes,
necesarios para la subsistencia. El pacto hace callar a los diferentes, cuyo enunciado, no se formula nunca.
Acuerdo tácito icc. Es reprimido, reduplicación del silencio: el precio del vínculo consiste en aquello que no
podría cuestionarse entre las personas que vincula. Después diferencia el P de N con la protección contra lo
negativo.
Es el resultado del montaje de estas formaciones bifrontes que hacen que se mantengan unidos los sujetos de la
I y determinan los procesos psíquicos específicos que se desarrollan en él. Cada I se despliega sobre la
estructura icc de otra I.