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A la luz de la nueva visión de la ciencia que está emergiendo la Naturaleza ya no es ese escenario duro y
cruel que Darwin nos presentaba para lograr la supervivencia de las especies, un mundo en el que
necesariamente todos compiten contra todos por la supremacía, desde las especies hasta los genes.
Una concepción según la cual la cooperación -cuando existe- no sería más que una forma refinada de
egoísmo. Sin embargo, para el nuevo paradigma de la Ciencia los organismos vivos no son entidades
egoístas, separadas y confinadas en su piel ni la competitividad entre ellas ilimitada. Antes bien,
nuestros científicos comprueban a cada paso que avanzan que la vida evoluciona desplegando una
danza sagrada en la que participan solidariamente todos los organismos vivos en tanto elementos
estrechamente interrelacionados que forman un planeta vivo.
Las teorías de Albert Einstein sobre materia y energía hicieron variar en este siglo planteamientos científicos
que permanecían sólidamente asentados desde hacía casi trescientos años. Posteriormente, en las últimas
décadas, la Física Cuántica ha apoyado y ampliado esos postulados presentándonos la realidad del ser humano
como un conjunto de sistemas de diferente nivel vibratorio en constante interacción de los que el cuerpo físico
sólo ocuparía el nivel más denso siendo los otros niveles los correspondientes al plano energético, al mental y al
espiritual. Interacción que se caracteriza por el hecho de que cualquier alteración vibratoria que se produce en
un plano afecta a los demás.
Sabemos también que todo en la Naturaleza es gradual, es decir, que no existen saltos bruscos entre una
singularidad y otra. Así ocurre con los planos que conforman al ser humano, cada uno de los cuales está
subdividido en distintos niveles vibratorios y que en el caso de la mente -como vimos en el capítulo anterior- se
manifiesta a través de los "subplanos" del consciente, inconsciente y subconsciente. Pues bien, del mismo
modo, el plano energético está constituido a su vez por diferentes niveles de frecuencia, lo que depende de la
energía que necesita aportar para lograr un funcionamiento ordenado de cada uno de los sistemas orgánicos
que vitaliza. Energía que constituye la respuesta que la Naturaleza da a quienes postulan que la vida en el
universo se manifiesta siempre originalmente como un caos. Porque, llamativamente, la energía de carácter
electromagnético que rodea a los seres vivos e interpenetra todos sus espacios interatómicos e intermoleculares
tiende de manera natural al orden, al mantenimiento de la vida. Hoy la conocemos como Energía Vital pero las
culturas antiguas de Oriente la conocían ya aunque con el nombre de chi en China, con el de ki en Japón y con
el de prana en La India.
¿Y dónde se encuentra esa Energía Vital? ¿Cómo puede definirse? ¿Lleva incorporada algún tipo de
inteligencia? Las últimas propuestas de los físicos teóricos apuntan que la Energía Vital está presente en todo el
universo aunque debido a una de sus características -la fuerza de cohesión-, tiende a condensarse en forma de
corriente -como la de un río-, lo que algunas escuelas de pensamiento de la filosofía perenne denominan el Río
de la Vida. Esta energía circula por el espacio formando remolinos, es decir, espirales, bañando a aquellos
planetas que reúnen condiciones para que en ellos se desarrolle la vida y aportando vitalidad a aquellos otros
que ya han empezado a desarrollarla.
LA ENERGÍA VITAL
La Energía Vital puede ser definida pues como "un fluido más o menos densificado, cargado
electromagnéticamente, con autonomía limitada y supeditada a otro tipo de energía más sutil llamada mente".
En su composición se detecta una emisión de radiaciones vitales procedente de estrellas similares a nuestro Sol
más una serie de componentes gaseosos muy sutiles. En ese sentido, el Sol se comporta como un chakra que
recoge la energía del torrente del Río de la Vida absorbiendo la Energía Vital y adaptándola a las características
propias del Sistema Solar, tal como hacen los chakras que energetizan nuestro cuerpo físico.
La Energía Vital se manifiesta, por tanto, como la verdadera organizadora de los elementos inertes que están
inmersos en el caos. Esta energía, imprescindible para la manifestación de la vida, permite explicar cómo una
serie de elementos pueden "ponerse de acuerdo" para crear algo tan aparentemente raro como es la vida o qué
es lo que lleva a las partículas subatómicas a unirse para formar los átomos que dan lugar después a moléculas,
órganos y sistemas. Y es que las teorías del azar o del caos para explicar la aparición de la vida son tan
aceptables como admitir la posibilidad de que un huracán que soplara sobre un gigantesco campo de chatarra
fuera capaz de construir "accidentalmente" un Jumbo 747.
Tengamos en cuenta además que estamos hablando de un tipo de energía especializada en generar y mantener
la vida -el acontecimiento más sublime de cuantos se manifiestan en el Cosmos- y que gracias a ella planetas
como el nuestro pueden alcanzar grados de utilidad vedados para millones de astros que vagan por el espacio.
Esta energía está relacionada armónicamente con la de más alta vibración, el Amor, por lo que siempre tiende a
la unión, la integración y la salud.
La Energía Vital es común para todos los seres vivos; no sólo vitaliza a los seres humanos sino que también lo
hace con las plantas y los animales. Ahora bien, es en el ser humano donde toma carácter individual, donde se
"personaliza" merced a la consciencia de sí mismo que tiene por desarrollo cerebral.
Ciertamente, los seres humanos hemos sido educados para percibir apenas un 20% de todo lo que existe a
nuestro alrededor pero aún estamos a tiempo de abrir nuestros ojos y oídos a los nuevos paradigmas que
amplían el horizonte de la consciencia. Y así, igual que sabemos de la existencia de átomos, electrones,
partículas subatómicas, calor, magnetismo, ultrasonidos, rayos X, pensamientos y muchas otras cosas que no
se "ven" ni se "tocan" y que, sin embargo, nos consta que existen, quizá dentro de poco podamos desarrollar la
tecnología adecuada que permita registrar las energías más sutiles que aún hoy son objeto de especulación.
¿Quién nos dice que dentro de pocos años no seremos capaces de realizar diagnósticos de enfermedades
mediante la lectura de la Energía Vital que tiene un individuo? ¿O que podamos resolver problemas físicos
actuando sobre el campo energético? De hecho, hoy se desarrollan ya numerosas investigaciones y terapias en
ese sentido utilizándose técnicas energéticas para resolver algunos problemas físicos.
En la Medicina alopática o convencional también se emplea como diagnóstico al bombardear el órgano con las
ondas que, al rebotar, son recogidas y transformadas en señales electrónicas que forman una imagen en una
pantalla.
Añadamos, para finalizar este apartado, que otra de las técnicas que se emplean con éxito en este ámbito es la
Musicoterapia. Las investigaciones demuestran que la terapia con música es especialmente eficaz como medio
de rehabilitación en personas con problemas mentales por lo que se usa cada vez más en Psiquiatría,
Psicología y Educación Especial.
En cualquier caso, estas terapias son útiles para tratar cualquier tipo de dolencia, ya sea fisiológica, psicológica
o emocional pero su tratamiento debería ser complementario y no sustitutivo de otras técnicas curativas.
Representa una forma de ayudar al bienestar del paciente.
LA NUEVA CONCEPCIÓN DEL SER HUMANO
En suma, el ser humano es una conciencia en evolución que utiliza diversas expresiones energéticas para
manifestarse en el plano material siendo el cuerpo físico sólo una de ellas, la más densa y visible pero no la
única. Y, consecuentemente, es posible actuar sobre las más sutiles para influir sobre las de menor vibración
energética. No sólo es más efectivo sino más rápido.
1º. Chakra raíz o supervivencia. Se encuentra cerca del coxis, en la base de la columna vertebral. Es el punto
de intersección de los tres nadis principales, denominado punto Yukta Triveni (triple flujo combinado). Es de
color rojo.
2º. Chakra esplénico o sacro. Relacionado con la sensación. Está situado ligeramente por debajo del ombligo,
bajo vientre o perineo. Es de color anaranjado.
3º. Chakra plexo solar. Es el principal y se le relaciona con el poder, la acción, la vitalidad, la voluntad. Es de
color amarillo.
4º. Chakra del corazón. Se encuentra en el centro del pecho, ligeramente por encima del corazón y del timo.
Es de color verde.
5º. Chakra creativo. Ubicado a la altura de la garganta, cerca de la nuez, encima de la laringe. Es de color azul.
6º. Chakra intuitivo. Conocido como "el tercer ojo" por la tradición oriental. Se sitúa en la región frontal,
ligeramente por encima del nacimiento de la nariz. Es de color índigo o añil.
7º. Chakra espiritual. Se halla en la coronilla, en la zona más alta de la cabeza. Es de color violeta.
Es importante añadir que las capas del cuerpo energético no tienen el mismo color que las de los chakras que
las vitalizan.
Meridiano bazo-páncreas
Permite tratar trastornos digestivos, diarreas, cansancio general, hepatitis, trastornos menstruales.
Meridiano de la vejiga
Permite tratar trastornos urinarios, dolores de cabeza, trastornos oculares, nasales, de la columna vertebral,
psíquicos.
Capa 1
Se trata de la más densa y es conocida por algunas escuelas filosóficas como "doble etérico" porque representa
un doble energético exacto del cuerpo físico, con el que tiene una gran afinidad vibratoria. Es de color amarillo y
puesto que su nivel vibratorio está muy próximo a la materia es a veces visible para personas con acusada
sensibilidad. Su función es regular la constitución ósea, muscular y epitelial, incluidas las partes profundas de la
piel. Esta primera capa es más fácil de detectar alrededor de la cabeza porque el cerebro es el máximo
consumidor y transformador de la Energía Vital. La conexión con el cuerpo físico se realiza en la nuca. La
glándula correspondiente es la tiroides.
Capa 2
Es la encargada de regular el sistema circulatorio y la formación de anticuerpos. Es de color rojo-anaranjado. El
proceso de la circulación está muy relacionado con el aporte de oxígeno (función del aparato respiratorio). La
conexión se establece en la zona superior del esternón. La glándula correspondiente es el timo.
Capa 3
Regula la aportación de oxígeno a la sangre. Es de color azul y se encarga de controlar energéticamente todos
los procesos del sistema respiratorio. Su conexión con el físico se produce a través de la garganta. Las
glándulas correspondientes son las suprarrenales.
Capa 4
Se encarga de regular el sistema nervioso. Es de color verde y controla el funcionamiento coherente de todas
las funciones anteriores. La conexión se establece en el pubis y las glándulas correspondientes son las
gónadas.
Capa 5
Regula los procesos mentales -conscientes, inconscientes y subconscientes- permitiendo la entrada de energía
mental a todos los órganos del sistema encefálico. Aporta el tipo de energía específica para que se produzcan
todos los procesos orgánicos del modo más racional posible. Aunque inicialmente es de color rojo adquiere
enseguida un tono rosa debido a la proximidad de la capa siete (de color blanco y la de mayor vibración), por la
que se ve influenciada. La conexión con el físico se establece en el entrecejo y la glándula correspondientes es
la hipófisis o pituitaria.
Capa 6
Es la capa que refleja las manifestaciones de la personalidad externa del ser humano. Es de color variable
según las tendencias de la persona y se beneficia o perjudica con la actuación de las otras capas aclarándose u
oscureciéndose. Está estrechamente relacionada con los procesos mentales regulados por la capa cinco, sobre
todo por el consciente, donde radica el libre albedrío, sutil mecanismo que permite la toma de decisiones y, por
tanto, marcar la tendencia evolutiva de la persona.
Capa 7
Es de color blanco. Representa la capa de más alta vibración. Su función es la de regular la conexión de todo el
ser integral con la Fuente o Yo interno. Sirve de referencia a las demás capas. Está íntimamente relacionada
con la conciencia o portavoz del espíritu. La conexión de esta capa con el cuerpo físico se localiza en el plexo
solar y no tiene correspondencia glandular.
En suma, las cuatro primeras capas se ocupan de controlar las funciones relacionadas con procesos físicos. La
quinta corresponde al plano mental como reguladora de los procesos mentales, la sexta corresponde al
emocional como expresión de la personalidad y la séptima al espiritual o referencia de la Fuente.