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BIOGRAFIA DE EZEQUIEL
Ezequiel fue un sacerdote y profeta hebreo, ejerciendo su ministerio entre 595 y 570
a.E.C., durante el cautiverio judío en Babilonia.1 El nombre Ezequiel (del hebreo
‫יְחֶ זְ ֵקאל‬, Ijezkél) significa "Dios es mi fortaleza".2 Sus profecías se encuentran en el
Libro de Ezequiel,3 siendo su mensaje fue de reverencia para con la santidad de Dios e
incluyó reflexiones sobre la futura reconstrucción del Templo de Jerusalén,
enfatizando asimismo la responsabilidad moral de cada individuo.

A diferencia de otros profetas, Ezequiel tuvo importantes revelaciones en forma de


visiones simbólicas que le fueron transmitidas por Yahvéh. Ezequiel provee
descripciones detalladas de sus visiones. En su primera visión, Ezequiel percibió el
tetramorfos, es decir, los cuatro seres vivientes tirando de un carro celestial.

Sus profecías advirtieron de la destrucción inminente de Jerusalén, condenaron las


prácticas idólatras y en visionaron la restauración de Israel.

Ezequiel vivió en la misma época que el profeta Jeremías, tornánose profeta durante el
exilio babilónico.6 Estaba casado (Ezequiel 24, 18), era hijo de Buzí, de linaje
sacerdotal, fue llevado cautivo a Babilonia junto con el rey Joaquim de Judá (597
a.E.C.) y permaneció en una ciudad de Mesopotamia llamada Tel-Abib, cerca de Nipur
en Caldea, a orillas del río Cobar.7 Cinco años después, a los treinta de edad (cf. 1, 1),
Yahvé lo llamó al cargo de profeta, que él ejerció entre los desterrados durante 22
años, hasta el año 570 a.E.C.8

A pesar de las calamidades del destierro y de los falsos profetas, los cautivos no
dejaban de abrigar esperanzas de que el cautiverio terminaría pronto y de que Yahvé
restauraría la santa ciudad de Jerusalén y su Templo.

Con la caída de Jerusalén y la destrucción del Templo, no pocos habían perdido la fe. La
misión de Ezequiel consistió en combatir la idolatría, la corrupción por las malas
costumbres, y las ideas erróneas acerca del pronto regreso a Jerusalén; para consolar a
su pueblo, predicó la esperanza del tiempo mesiánico.

El Libro de Ezequiel comprende un prólogo, que relata el llamamiento del profeta


(caps. 1-3), y tres partes principales: la primera (caps. 4-24) comprende las profecías
acerca de la ruina de Jerusalén; la segunda (caps. 25-32), el castigo de los pueblos
enemigos de Judá;10 y la tercera (caps. 33-48), la restauración.

En la última sección de su profecía (40-48), Ezequiel describe detalladamente la


restauración de Israel después del cautiverio: el Templo y la ciudad de Jerusalén, así
como sus arrabales y la tierra prometida repartida equitativamente entre las doce
tribus israelitas.
Las profecías de Ezequiel se caracterizan por la riqueza de alegorías, imágenes y
acciones simbólicas; san Jerónimo se refiere a ellas como el "mar de la palabra divina"
y el "laberinto de los secretos de Dios".

Ezequiel es venerado como profeta en el judaísmo, cristianismo, islam y behaísmo.

Según la tradición judía, Ezequiel murió mártir.

. Retrato de Ezequiel
.Interpretaciones doctrinarias del ministerio de Ezequiel
Llamamiento y papel de Ezequiel según la tradición judeocristiana
Cuando Ezequiel recibe su llamamiento, según sus palabras en el texto bíblico,
"[Mano de Dios y una mano]" se extiende hacia él y le otorga "un libro
enrollado" con el mensaje que él debe transmitir y predicar a su pueblo.
Israel está en pie de guerra y Dios ha puesto al profeta como centinela para dar
la voz de alarma ante el peligro.
Ezequiel carga con la responsabilidad del pueblo entero. Ningún profeta siente
una necesidad tan imperiosa de entregarse al examen detenido de ciertos
problemas y de poner en claro todas sus implicaciones. Ezequiel es no solo
profeta sino también teólogo.

La profecía sobre Gog de la tierra de Magog

En realación a esta profecía, Ezequiel indica lo siguiente:

‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Yahvé: “¿No será en aquel día en que mi pueblo
Israel esté morando en seguridad que tú [lo] sabrás? Y ciertamente vendrás de tu lugar, de las
partes más remotas del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos montados a caballo,
una gran congregación, hasta una numerosa fuerza militar. Y de seguro subirás contra mi
pueblo Israel, como nubes para cubrir el país. En la parte final de los días ocurrirá, y
ciertamente te traeré contra mi tierra, con el propósito de que las naciones me conozcan
cuando me santifique en ti delante de sus ojos, oh Gog.”

Impureza por el pecado y la santidad de Yahvé


Con su palabra y con su silencio, Ezequiel fue el advertidor de Israel rebelde. Todo pueblo tiene
en su historia un pecado continuo, pero lo interesante es la idea que este profeta tiene del
pecado. Pecado es la ofensa a la santidad de Dios Yahvé y la transgresión de un orden sagrado,
o de unas órdenes sagradas. Degollar a un inocente, es indigno para Ezequiel, sobre todo por
la profanación del templo que ello ocasiona (Ezequiel 23,39). Se explica así, la responsabilidad
enorme que recae sobre los sacerdotes, guardianes del templo (Ezequiel 22,26). Para el
hebreo había lo puro y lo impuro y Yahvéh era quien definía la esfera de lo santo a lo puro, lo
impuro y profano (Ezequiel 8, 6-17). El problema era saber por dónde corría o cuál era la
relación de Israel con el Dios Yahvé. Porque el pueblo judío debía ir siempre en marcha, y
Yahvé con él alumbrándole el camino.No basta con señalar que lo que define la santidad en
Israel es su relación con Yahvé. Hay que tener en cuenta, la jerarquía de valores de santidad y
pureza, impureza y profano. De esta forma lo santo es el valor absoluto. Y toda purificación
esta al servicio de la santificación. La pureza está en apartarse de lo impuro, porque desagrada
a Yahvéh y además hay que agradar al Dios Yahvé en la santidad. Por esto Ezequiel denuncia
con vehemencia las impurezas y abominaciones de Israel.

No se puede decir que Ezequiel sea un predicador moralizante, sino un predicador de las
costumbres buenas de los hombres ante el Dios Yahvé.
Para descubrir y denunciar el pecado, el profeta dispone de una serie de criterios que le ofrece
la tradición sacerdotal: los mandamientos de la Ley. Así, los mandamientos eran dados y
recibidos como señal visible de pertenencia al pecado delante de Yahvé.

Como resultado de un examen de conciencia, tras reconocer lo impuro y malo a los ojos de
Yahvé, el profeta debe predecir la destrucción a la ciudad sanguinaria por estar contaminada
(Ezequiel 22, 3-4).

Ezequiel cumplía su oficio encomendado de profeta, que anuncia la ruina del templo y de
guardián del santuario donde mora la gloria de Yahvé. Entonces la gloria y la santidad de
Yahvé, habitaban en medio de su pueblo para procurarle la vida. Después de todo, el nombre
de Yahvéh, es un nombre de gracia y perdón.

Con el destierro como castigo, Yahvé pretendía salvar, purificar, santificar y renovar a Israel. La
santidad al hombre mismo es en definitiva lo único que hace honor a Yahvé, porque no obliga
a éste a recurrir al castigo.

Comunidad y persona
Al sentir Ezequiel el peso crítico de la comunidad desterrada por el Dios Yahvé, responde al
pueblo: “el que muera, será por su propia culpa...”(Ezequiel 18,3-4). Es interesante el contraste
de Ezequiel de lo individual a lo comunitario. Por una parte trata de la responsabilidad y
libertad personales y por otra, emite juicios globales y de grandes secuencias históricas.

En el espíritu hebreo parece coexistir dos esquemas de pensamiento; análogos a los siguientes
enunciados:

Justicia electiva: el Dios Yahvé escoge un pueblo, le da una ley y lo bendice. Lo castiga de
manera pedagógica para provocar el arrepentimiento. Este sistema concierne al
pueblo.Justicia retributiva: Se cuenta la observancia y las transgresiones sin dejar de ser un
don divino, es un programa humano de acciones meritorias y satisfacción por los pecados, y su
juicio particular sobre unas y otras. Este sistema concierne al individuo.

Se puede distinguir de lo anterior dos momentos así:

Momento de lo comunitario (Israel antiguo).


Uno no se pierde ni se salva solo. Esta es la primera enseñanza de Israel. En este primer
período la salvación se materializa en recompensas terrenas y el pecado se castiga con
desastres temporales. Predomina la idea de la solidaridad, idea que se va purificando a medida
que el grupo étnico se va haciendo más comunidad religiosa.

Momento de la persona (destierro y restauración).Ezequiel los hizo a todos solidarios porque


vio a cada uno comulgando con la conducta culpable de sus antepasados, lo mismo que con la
de sus contemporáneos. Pero el proverbio de los hijos que tienden a realizar lo mismo que sus
padres, es considerado por la nueva generación como algo de lo cual se considera
independiente de sus antepasados (Ezequiel 18,2). Y a ella le da razón Ezequiel cuando afirma
que en la nueva era, cada uno va a estar delante del Dios Yahvé con lo que es, bueno o malo y
no con lo que otros fueron o con lo que fue él mismo (Ezequiel 18, 4). Cuando se forma un
Israel más cualitativo y lo personal aflora en variadas manifestaciones.

Finalmente a Ezequiel se le ha llamado el “padre del judaísmo”, por haber inspirado y


orientado, con su visión sacerdotal de Israel futuro, la resurrección posexílica y la existencia
ulterior del pueblo judío. La temática teológica del profeta anteriormente mencionada,
justifica en buena parte este apelativo.
1.

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