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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La guerra del Chaco se convirtió en uno de los mejores ejemplos en los que se muestra como
el interés de algunos puede ser motivo suficiente para sacrificar vidas inocentes, tal como fue
el caso en el que las empresas petroleras intervinieron en el conflicto entre Paraguay y
Bolivia.
Constituyó uno de los conflictos más trágicos y sangrientos del siglo XX en Latinoamérica que
desangró a dos naciones, en este caso a Bolivia y Paraguay. Librada en medio de la
denominada “Era de Entreguerras”, el desarrollo militar de este conflicto sería un fracaso más
de la comunidad internacional y de la Sociedad de Naciones (SDN) que poco a poco iría
allanando el camino hacia la Segunda Guerra Mundial.
A mediados de 1935 casi la totalidad del Chaco estaba en manos del Ejército Paraguayo, que
por aquel entonces se situaba a escasos kilómetros de Ravelo y sus pozos petrolíferos.
Bolivia ya no podía de ninguna manera revertir el curso de la guerra y menos aún salvar la
nación de ser invadida por Paraguay si continuaba en liza. Por dicha razón y el encontrarse el
país luchando exclusivamente por su propia supervivencia, el Presidente Tejada Sorzano
autorizó a sus diplomáticos buscar una salida negociada al conflicto. Para ello el Gobierno
Boliviano envió a territorio neutral de Buenos Aires al coronel Ángel Rodríguez , quién negoció
personalmente con los representantes paraguayos y los mediadores argentinos la paz.
Oficialmente el 18 de Julio de 1935, los generales de ambos ejércitos, José Félix Estigarribia y
Enrique Peñaranda, se reunieron en Puesto Merino y firmaron la paz entre Paraguay y Bolivia.
La Guerra del Chaco había terminado con un trágico saldo de 90.000 muertos.
Bolivia sufrió un total de 85.000 bajas entre 60.000 muertos y 25.000 prisioneros, además de
un coste monetario de 228 millones de dólares.
Paraguay sufrió un total de 32.500 bajas entre 30.000 muertos y 2.500 prisioneros, además de
un coste monetario de 128 millones de dólares.
El resultado de la Guerra del Chaco supuso una gran humillación para Bolivia porque no sólo
perdió el conflicto frente a Paraguay, sino que su coste tanto en vidas como económicamente
dejó a la nación en ruinas. Respecto al Chaco Boreal, Bolivia consiguió mantener 1/3 del
territorio, incluyendo las zonas gasísticas; mientras que Paraguay como vencedor de la
guerra, se anexionó las restantes 2/3 partes y por tanto aumentó notablemente su territorio y
recursos de gas y petróleo.
El Chaco en tiempos prehistóricos fue un lugar de caza y de recolección de alimentos para los
pueblos aborígenes lugareños y del imperio incaico, fue también destino de legendarias
migraciones de los guaraníes en busca de la "tierra sin mal". Se implantaron en él, como los
chiriguanos que armaron baluartes soberanos para resistir exitosamente a los dos grandes
centros de poder español en América, nos referimos a Lima y Asunción.
El territorio también fue testigo de persistentes travesías conquistadoras y del fracasado final
del proyecto de Irala por estructurar la base de un ambicioso "hinterland hispano-colonial",
que articulara las regiones metalíferas y atlánticas con Asunción como centro y capital del
imperio rioplatense.

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