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Universidad Nacional de Misiones

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales


Historia Argentina y Americana III
Revolución Cubana
María Laura Aguilera
Analía Figueredo Vogel

Introducción

Nuestro trabajo sobre la Revolución Cubana está orientado, más que a realizar una sucesión
cronológica de los hechos, a hacer una reflexión sobre algunos tópicos que nos resultan importantes.
Comenzamos con una síntesis del devenir histórico de la cuba anterior a 1959 siguiendo entonces con el
análisis sobre el carácter de la Revolución; luego abordamos los avatares del desarrollo económico
cubano (debate sobre los planes económicos entre el “Che” Guevara y Castro; logros y limitaciones) para
seguir entonces con la cuestión social y cultural entendida desde la transformación que se intentó llevar a
cabo y sus limitaciones; para concluir llevamos adelante un balance sobre los alcances de la revolución
cubana hasta la actualidad y su influencia en otros movimientos de liberación.

Al pie de las revoluciones…

Según Perla Haimovich, la historia de Cuba desde la guerra de independencia hasta la revolución
de 1933, es la historia de su desarrollo capitalista, donde son los elementos fundamentales el capitalismo
norteamericano y el proletariado. El pueblo cubano fue un pueblo que siempre estuvo al pie de lucha por
su liberación. Para hacer más inteligible el análisis dividimos la historia de la isla en tres etapas; la
primera hasta la guerra de independencia contra España, posibilidad revolucionaria que se vio frustrada
por una nueva sujeción; la segunda etapa, desde la “independencia” hasta la revolución de 1933, la cual
tampoco resultó en cambios radicales; y la tercer etapa hasta la revolución de 1959, con el predominio de
Batista.
Durante la primera etapa el sector de la economía más importante era la ocupada por las
explotaciones de tabaco y café, que estaban siendo desplazados paulatinamente por el azúcar, pero éste
último se vio retrasado por el azúcar de remolacha europeo y la supresión de la trata de negros por parte
de Inglaterra. A partir de principios del siglo XIX se desarrollan algunos ingenios que incorporaban
maquinaria a vapor pero por la necesidad de grandes inversiones de capital, su crecimiento fue lento pero
el nuevo sistema de producción crea el colonato.
El café y el tabaco fueron incentivados a partir del siglo XVIII en adelante y su producción se
vio beneficiada por el levantamiento de los esclavos de Haití, que provocaron un alza en los precios y
junto a la libertad de importación de esclavos y supresión de trabas comerciales; un factor importante es
el no desarrollo intensivo del latifundio, sino la disolución de los latifundios ganaderos y la multiplicación
de la pequeña propiedad por la creciente demanda de propiedades. Se crea así un importante sector de
propietarios rurales durante las primeras décadas del siglo XIX, del cual surgen los primeros dirigentes
que se alzan contra el dominio español.
A partir del grito de Yara se intensifica la oposición a la metrópoli española con la lucha abierta.
Las guerras por la independencia cubana dejaron como saldo la destrucción de la mayoría de las unidades
productivas, el endeudamiento, la despoblación del campo, la falta de capital y de créditos. Según Bethel,
fue una “guerra contra la propiedad”. La muerte de José Martí, quien tenía objetivos antiimperialistas y de
independencia de cualquier otro país, dejo el mando de la revolución a Estrada Palma, representante de la
oligarquía nativa y del imperialismo norteamericano, y propuso la intervención norteamericana y la
dependencia económica con los Estados Unidos, que se terminó llevando a cabo frustrando la posibilidad
de independencia y cambio social. Estados Unidos fue el único victorioso en la contienda: según el
tratado de París los yanquis obtenían las colonias de Puerto Rico y Filipinas, e impusieron una
constitución a Cuba con su apéndice (la Enmienda Platt) en 1902, que significaron la completa sujeción
de la Isla al imperialismo. Las condiciones para cuba fueron la imposibilidad de firmar tratados con otros
países sin autorización de E. E. U. U., límites para la deuda nacional, la posibilidad de futuras
intervenciones militares yanquis para “mantener el orden, la libertad y propiedad”, y la ligazón del azúcar
cubano a un único mercado, Estados Unidos, quedando sumamente sensible y vulnerable durante toda su
historia a las fluctuaciones del mercado internacional.
La segunda etapa estuvo signada por la preponderancia del azúcar como sector económico
fundamental que estuvo íntegramente en manos estadounidenses. El manejo del sector de los servicios
públicos se repartía entre capitales estadounidenses, ingleses y alemanes. Señala Bethel que la única
empresa cubana era el gobierno, cuyos cargos se repartían de manera mas o menos equitativa entre los
partidos que no tenían diferencias radicales entre si. Es así que cada vez que hubo intentos de alargar el
período de gestión de algún presidente se alzaba en contra la oposición, como en el caso de Estrada Palma
en 1906, Mario García Menocal 1917, Gerardo Machado en 1928, Carlos Mendieta, Federico Laredo Bru
y Méndez Peñate.
Para Julio Mella, la clase media “se caracteriza por su inestabilidad. Económicamente fluctúa su
situación según las variables condiciones de la economía nacional controlada por el gran capital
extranjero. Políticamente se refleja esta inestabilidad en el cambio constante de las tendencias de los
distintos sectores de esta clase. Unas veces alianza con el proletariado y lucha contra el capitalismo y el
imperialismo; otras, sumisión a ambos y amagos contra el proletariado, a quien considera competidor o el
causante de su inestabilidad por la lucha que realiza.” “La clase media es generalmente individualista,
nacionalista y en buena parte anticlerical…”
El contexto de la Primera Guerra Mundial disparó el precio del azúcar. La riqueza principal
estaba en manos extranjeras que manejaban el circuito productivo azucarero pero la clase media se vio
favorecida por la especulación y el aumento de los créditos, no así el resto de la población. El estado
cubano no se ocupo de invertir el superávit productivamente y las ganancias se perdieron en la corrupción
estatal. Al llegar el fin de la bonanza económica se precipitó el caos.
El precio del azúcar disminuyo y el gobierno de Machado intentó aplicar algunas medidas para
palear la crisis. La oposición a su régimen era diversificada y se incrementaba cada vez más, por lo que el
presidente tuvo que recurrir al “Cooperativismo”, alianza de partidos que lo llevó a un segundo mandato
presidencial en 1928; señala Bethel que esta alianza no era más que la respuesta de la elite gobernante
frente a la creciente efervescencia social que amenazaba con cruzar el umbral político y llevar a cambios
fundamentales, una revolución.
La crisis de 1929 provocó la disminución de la producción en un 60%, a raíz del arancel
proteccionista Hawley-Smoot para la importación a Estados Unidos del azúcar cubano, provocando la
reducción de jornadas laborales y de los salarios de manera desesperante. Además de ello la clase media
ocupada en cargos públicos se vio perjudicada por ajustes salariales y despidos.
La respuesta social no se hizo esperar, en 1930 se sucedieron infinidad huelgas en sectores
claves de la economía, incentivadas por los comunistas, protestas estudiantiles, lucha armada e incendios
en el campo, creando una situación límite a la cual el gobierno respondió con una feraz represión,
llegando a utilizar una policía secreta y la partida de la porra. En noviembre de 1930 el gobierno declaro
estado de sitio.
La resistencia y oposición a Machado derivo en la lucha armada llevada adelante por el ABC, la
Organización Celular Radial Revolucionaria, el Directorio Estudiantil Universitario del cual deriva el Ala
Izquierda Estudiantil, el Partido Comunismo Cubano y se crea el primer Sindicato Nacional Obrero de la
Industria Azucarera.
La inestabilidad se mantuvo hasta 1933, cuando fue enviado desde Estados Unidos, Summer
Welles para terminar con la amenaza revolucionaria y recuperar los mercados que los yanquis habían
perdido. Éste insta a Machado a renunciar antes de terminar su mandato, pero éste se niega; entonces
Welles llega a un acuerdo con Alberto Herrera, secretario de guerra y ex jefe del ejército para que se haga
con el gobierno mediante un golpe de estado, materializado el 12 de agosto de 1930. Herrera otorga el
mando del gobierno a Carlos Manuel de Céspedes.
Las carteras de gobierno se repartieron entre el ABC, el partido Liberal, la Unión Nacionalista, el
Partido Conservador, la OCRR y el Partido Popular, pero aún así los problemas seguían sin solución y la
efervescencia social continuaba profundizándose.
La debilidad del gobierno de Céspedes culminó con la Revuelta de los Sargentos, que contó con
el apoyo de grupos antigubernamentales. Esta coalición cívico militar creo una Junta Revolucionaria que
se trasladó al palacio presidencial e instauró un gobierno provisional. Pero pronto fueron evidentes las
diferencias al interior del grupo además del no reconocimiento de Welles, quien pidió la intervención
estadounidense. La Junta Revolucionaria se disolvió y se creó un poder ejecutivo al mando de Grau San
Martín. Su mandato se caracterizó por reformas progresistas pero que no lograron solucionar los
problemas fundamentales de Cuba.
Mientras Tanto, Welles nota el creciente poder de Batista, y pacta con él para tomar el gobierno
garantizando el reconocimiento diplomático de Estados Unidos. En enero de 1934 Batista retira el apoyo
del ejército a Grau San Martín e instaura a Mendieta, quien luego será depuesto por el mismo Batista. En
1935 fue la última oleada revolucionaria de la generación republicana.
Si bien Batista mantuvo su hegemonía en el gobierno cubano, sus mandatos intercambiaban con
el de los auténticos. Los gobiernos auténticos fueron corruptos con un aumento de los empleos en la
burocracia pública y reparto de los cargos, conocidos como “gangsterismo”, mientras que los gobiernos
de Batista se caracterizaron por algunas medidas progresistas como la constitución de 1940 pero otras no
tanto como la renovación del tratado de reciprocidad con Estados Unidos, quien avalaba su gobierno por
su capacidad de mantener la “paz y orden” en cuba. Pero, cuando Batista logra el poder luego de la
inestabilidad política de los auténticos en los años ’50 la situación internacional para la economía
azucarera estaba en decadencia nuevamente, y al igual que el machadato, los levantamientos sociales iban
en aumento, incentivadas ahora por el método de la guerra de guerrillas, inaugurada por el fallido Asalto
al Cuartel Moncada liderado por Fidel Castro.
En la segunda mitad de la década de 1950, se suceden manifestaciones estudiantiles, revueltas –
como la de Santiago que tenia que coordinarse con el desembarco del Granma- y la instalación de la
guerrilla en la Sierra Maestra, esta ultima victoriosa animaron la consciencia de los cubanos de las luchas
que se estaban librando y atrajeron a nuevos reclutas al bando de la guerrilla y durante todo el año 1957 y
comienzos de 1958 el tamaño del ejercito rebelde aumento. La guerrilla se organizo en columnas y
avanzaba estratégicamente obligando al gobierno a abandonar la seguridad de las ciudades y perseguir a
los insurgentes rurales. Una de estas columnas, en abril de 1958, actuaba al este del pico Turquino bajo el
mando de Ernesto Che Guevara.
Además de esto la oposición antigubernamental no se limitaba al sector civil, ya que se
agregaron a la lista de oposición las fuerzas armadas, en el interior de las cuales se produjeron divisiones
y las conspiraciones contra Batista no tardaron en aparecer.
En julio de 1958, el pacto de Caracas nombro líder principal del movimiento contra Batista quien
organiza una ofensiva con 12.000 soldados pero fracasa comenzando con la desintegración del ejército
cubano.
Para este entonces se hizo evidente la hegemonía del movimiento del 26 de julio sobre todos las
fracciones revolucionarias. El PSP se convierte al castrismo, cuestión importante por el papel que tendrán
los comunistas luego de 1959.
En diciembre se libro el combate de Santa Clara que puso final a la resistencia de Batista quien
huye a Santo Domingo. En enero del 59 el Che Guevara y Camilo Cienfuegos entran en la Habana
llegando Fidel un poco después.

Algo que sí pudo ser

Para el análisis del carácter de la revolución, seleccionamos distintos tópicos en base a los textos
leídos:
-Clases y sectores sociales que participaron en el movimiento en contra de batista:
Analógicamente a lo sucedido en la Revolución Mexicana, la revolución cubana fue posible gracias a la
confluencia de varios sectores sociales que se oponían al régimen de Batista, pero precisamente por los
intereses sectoriales y de clases que se veían afectados por el gobierno del dictador; la pequeña burguesía
azucarera y la clase media de profesionales y funcionarios por ejemplo, no buscaba la radicalización del
movimiento en pos de una revolución socializante, sino, como señalaba Mella, la situación imperante la
impulsaba a reclamar por reformas liberales y democráticas para su desarrollo económico y político,
uniéndose a los obreros y campesinos contra Batista, siendo que en épocas de bonanza este mismo sector
se alió con el gobierno de turno y abría los brazos al imperialismo que los beneficiaba indirectamente. En
los sectores medios también se encontraban estudiantes universitarios radicalizados unidos en el
Directorio Estudiantil 13 de marzo con Antonio Echeverría a la cabeza y su método fue la lucha armada
en las ciudades hasta que la muerte de su líder los une en la lucha en las sierras. Otros grupos moderados,
como el Partido Ortodoxo se limitaba a la abstención electoral.
En cuanto al sector obrero éste tuvo una función importantísima con las huelgas y
movilizaciones al paralizar el sistema y resistir ante los embates del gobierno y aumentado el estado de
malestar y efervescencia social propicio para la llegada de algo nuevo. La CNOC estuvo muy influida por
el partido comunista pero luego de sus arreglos con Batista a cambio de su legalidad nos arriesgamos a
decir que fue la crudeza de la realidad misma y la experiencia de los obreros en los reclamos por
reivindicaciones la fuente principal de su movilización. A partir de 1959 las huelgas se intensificaron
aprovechando el clima político para realizar las reclamaciones, factor determinante en los primeros meses
de la revolución ya que orientarían las respuestas hacia el nacionalismo y más adelante, hacia la
socialización.
En cuanto al campo, los obreros agrícolas, semiproletarios, campesinos medios y pobres, todos
estaban directamente condicionados por la economía azucarera y cualquier oscilación en el precio y la
demanda ponía en peligro la frágil economía de cientos de miles de personas. Los que podían tenían una
microparcela y practicaban la economía de subsistencia pero estaban siempre amenazados por el avance
latifundista. El enemigo más visible y odiado era la guardia rural, frente a la cual se enfrentaron los
guerreros de la sierra ganándose éstos último el apoyo y la confianza de los campesinos. En una economía
sustentada principalmente en la plantación, el sector campesino reclamaba urgentemente una reforma
agraria, esta constituía el interés más radical del campesinado.
Se puede decir entonces que el panorama que se fue construyendo a fines de los años ’50 y que
derivó en la caída de Batista, contó con la amalgama de sectores diferenciados en su papel en la economía
cubana y en sus intereses de clases, pero cuyo malestar con la severidad del régimen vigente los unía,
saludando con esperanza la guerrilla liderada por Fidel, que representaba para cada sector la posible
solución a las aspiraciones de estos, sin tener a nuestro parecer, un programa general inclusivo. Este
hecho queda demostrado en las prontas rupturas que se dan en la coalición gobernante a partir de 1959,
cuando la creciente influencia del comunismo hacen que los nacionalistas anticomunistas, los moderados
y los liberales sean apartados del gobierno, otros expulsados o exiliados en el exterior.
Volviendo a la comparación con el caso mexicano, la diversidad de los sectores que confluyeron
y aportaron a la caída del porfirismo abrieron la posibilidad para una revolución radical que no se dio,
tomando el liderazgo sectores liberales con tintes nacionalistas. En cambio, en Cuba el liderazgo fue
ocupado por el PSP con el amparo de Fidel Castro, terminando con las negociaciones con el imperialismo
e intentando desterrar al capitalismo de Cuba.
-Acercamiento a la ideología de Fidel Castro como líder principal e indiscutido de la revolución:
en años anteriores se planteó en clases ¿Cuál es la ideología de Fidel? Lo planteamos en perspectiva.
Ciertamente no estaba tan convencido como el Che de su lineamiento socialista en primera instancia.
Fidel Castro es hijo de terratenientes, estudió abogacía y militó en el Partido Ortodoxo por el cual
presentó su candidatura creyendo en el cambio por vía electoral. Se destacó tempranamente por su
personalidad y combatividad en pos de sus ideales. Era representante del sector más radicalizado de la
pequeña burguesía. Con la frustración de las elecciones y luego del fallido asalto al Cuartel Moncada,
Fidel fue juzgado y detenido, no sin antes acusar el régimen y proclamar la necesidad de una reforma
agraria, nacionalizaciones e industrialización, mayor democracia y libertades públicas, pero no negó al
capitalismo.
En este punto concordamos con Marcos Winocur en que, además de la influencia del marxismo,
fueron las circunstancias las que llevaron a Fidel a optar por el comunismo, la única manera de lograr los
objetivos de liberación del imperialismo era terminar con el capitalismo y no flaquear en vacilaciones al
respecto. Así se llevan adelante medidas socialistas en la economía y el profundo énfasis en la educación
para formar nuevos valores en los Hombres, el Hombre Nuevo del que hablaba el “Che”, así como
aislamiento y expulsión de aquellos que no estuvieran de acuerdo con el nuevo sistema.
-Persistencia de la revolución hasta la actualidad: Estos factores dan cuenta del proceso
revolucionario justamente como eso, un proceso que se radicalizó en la medida que las circunstancias lo
obligaron a ello y también permitieron que fuera la izquierda la que tomara el mando y no la pequeña
burguesía. Las medidas que se tomaron en adelante consolidaron el carácter socialista y comunista de la
revolución, que persistió con ventajas y desventajas, aciertos y errores, hasta el día de hoy.

La parte difícil

Con respecto a la cuestión económica, la revolución trajo consigo medidas que tenían como meta
el desarrollo mediante la industrialización rápida, por lo que se crearon ministerios estatales y centrales
con la intención de igualar las condiciones económicas de la sociedad y disminuir las diferencias. Esto
conllevó a un debate entre dos diferentes posturas. Por un lado, un sector encabezado por el ministro de
industria, Che Guevara, planteaba que la organización de una economía centralizada, administrada por el
Estado, y la necesidad de acortar el camino hacia el comunismo, utilizando el dinero y los precios
solamente al tratar con los consumidores cubanos o los países extranjeros, eliminándose la ley de la oferta
y la demanda del mercado capitalista; por otro lado, otro sector concebía que la parte de la economía
cubana que era propiedad del estado no consistía en una sola unidad económica, sino en diversas
empresas independientes, en el sentido de que las empresas tenían que correr por sus propios costos y
tener más autonomía.
Más allá de estas discusiones la economía se centralizo en gran parte. Luego de la segunda
reforma agraria en 1963 el Estado poseyó el 70% de la tierra y a finales de los ‘60 ninguna actividad
económicamente productiva quedaba fuera del control estatal. Pero a pesar de la centralización cesaron
las planificaciones centralizadas.
En cuanto a la política laboral, también se emprendieron modificaciones que tendían a cambiar
los valores que incentivaban el trabajo capitalista por otros que se basaran el la voluntad personal y el
bien colectivo, pero los resultados fueron limitados y se produjo la disminución de la productividad,
acentuada además por la falta de mano de obra. Luego de la derrota a la contrarrevolución interna, Las
fuerzas armadas aportaron también su fuerza de trabajo a la zafra. Fue objetivo del gobierno
revolucionario que la voluntad del hombre lograra la producción de diez millones de toneladas de azúcar
para 1970, aunque llego a 8,5 millones de toneladas.
Hacia el 70 era evidente le decadencia de la economía cubana, lo que hizo necesario su
restructuración pero ésta se realizó en torno al azúcar, salvavidas coyuntural una vez más; esto demuestra
las dificultades para construir una sociedad nueva en un país obligado al monocultivo por tantos años
coloniales. En los ‘70 se implemento el primer plan quinquenal (1975) y a partir de 1977 se volvió al
presupuesto central además de otras medidas como incentivos materiales. Las medidas liberalizadoras
provocaron oposición política y llevaron a la diferenciación social al interior de cuba.
La economía cubana siguió dependiendo del azúcar y sus relaciones comerciales con la Unión
Soviética, no se pudo llevar adelante la diversificación productiva necesaria para terminar con esta
dependencia y la poca producción industrial existente se caracterizaba por su baja calidad. Por otro lado
no se puede negar que las desigualdades sociales disminuyeron significativamente gracias al sistema de
redistribución llevada adelante por el estado cubano.

Las luces del proceso

Con respecto a las transformaciones sociales, fue significativo el aumento de la natalidad en la


década de 1960 que repercutió según Bethel en el aumento de inscripciones a las escuelas y en los
jóvenes disponibles para el ejército. Por otro lado también se produjo un aumento de la participación
femenina en la política y como fuerza de trabajo gracias a los avances en los derechos femeninos. La
prostitución se redujo y las exprostitutas tuvieron acceso a la reeducación para volver a insertarse en la
vida social.
Los cambios más exitosos se dieron en el ámbito de la educación y la salud.
El analfabetismo disminuyó de un 12.9% a un 5.6% entre 1970 a 1979. EL gobierno lanzó a
partir de 1961 una campaña de alfabetización para adultos. Las escuelas privadas fueron expropiadas y el
nivel de alfabetización mínima de la fuerza laboral aumentó hasta el sexto grado en 1974. La desigualdad
en el acceso a la educación de calidad entre las zonas rurales y las urbanas se redujo considerablemente.
También se implementó un programa de becas para la educación superior.
La educación universitaria tuvo un comienzo más dificultoso a raíz de que la mayoría de los
intelectuales y profesionales se encontraban en el exterior. Ésta estaba orientada preferentemente a la
formación técnica e industrial más que a las humanidades.
La asistencia sanitaria por su parte, fue más accesible en las zonas rurales que antes de la
revolución, en 1960 se crea el Servicio Médico Social Rural. Pero los cambios en el sistema de salud
tardaron en tener resultados significativos. Durante la primera década de la revolución el nivel de
mortandad aumentó y había escasez de medicamentos e insumos médicos por el corte en la comunicación
con los Estados Unidos que eran los que proveían los mismos. Esta urgencia de elementos medicinales se
denota en la liberación de los contrarrevolucionarios que habían desembarcado en Playa Girón a cambio
de medicamentos de Estados Unidos.
Antes de 1959 existían en Cuba tres sistemas de salud, el mutual, el estatal y el privado. En
agosto del 1959 comienza la integración del Sistema Nacional de Salud Único, que abarcaría todos los
hospitales municipales como los organismos que habían estado subvencionados por el estado o habían
sido autónomos y hacia 1960 se intensifican las expropiaciones a instituciones de salud privadas.
En 1969 se elaboró el primer plan de salud a largo plazo que abarcaría de 1970 a 1980. Los
principios de la salud pública socialista comienza a consolidarse y sus características principales eran el
énfasis en lo preventivo; la participación activa de la comunidad, con su colaboración en la higiene
ambiental, las campañas de vacunación y la educación para la salud; la accesibilidad a los servicios de
salud y la gratuidad de los mismos (hospitalización, las consultas médicas y estomatológicas, los
exámenes de laboratorio y otros), desarrollo de vías de comunicación y transporte en los lugares alejados,
construcción de unidades de salud dentro de los núcleos de población incluyendo los rurales, y la
proyección internacionalista de la salud pública. En la década de los ’80 los planes de salud fueron más
ambiciosos. La experiencia en medicina cubana permitió incursionar en técnicas más avanzadas, como la
trasplantología, la fertilización in vitro, láser en cirugía, resonancia magnética nuclear, ingeniería
genética, técnicas inmunológicas, etc.
Luego de la caída de la URSS y de los países comunistas de Europa del este, la situación de la
salud en cuba también se vio afectada por la crisis. Pero aún así, en la actualidad Cuba sigue teniendo la
atención médica más igualitaria y mejores niveles de salud del mundo.

Con subidas y bajadas pero sin frenos, a modo de conclusión

La Revolución cubana es un fenómeno complejo que se debe entender como un proceso que se
desarrolló bajo ciertas condiciones históricas particulares, en las que diversos factores se articularon de tal
forma que la misma resultó triunfante en términos de derrocamiento de la supremacía estadounidense y
en la conformación de una Sociedad socialista. La coyuntura internacional produjo –desde la perspectiva
de la relación imperialista de Estado Unidos hacia Cuba- el descontento no solo de los sectores
marginales sino también de los sectores medios, pequeño burgueses en intelectuales que se unieron a la
alternativa castrista, lo que denota que el fin último planteado no fue desde los inicios del movimiento
revolucionario, una Sociedad fuera del capitalismo; desde otro ángulo, en el contexto de la Guerra Fría, el
poder de la URSS fue un componente importante en el sostenimiento de Cuba independiente, lo que se
puede leer como una limitación o desventaja para el proyecto de liberación cubano por su persistente
ligazón al azúcar e importación de productos que ella no producía.
Ahora bien, señalamos que, fueron variados que se unieron para ser posible la victoria
revolucionaria del ’59, es decir que aquellos que se apoyaron mutuamente y lucharon juntos para derrocar
el batistato tenían intereses e ideologías disímiles y se encontraron hermanados por un objetivo común
pero a corto plazo, e incluso las agrupaciones revolucionarias contenían discrepancias en su seno sobre
cómo llevar adelante la revolución y organizar el país en adelante.
Estas características dan cuenta de la no existencia de una unidad ideológica y de la
conformación de una sociedad oficialmente comunista a partir de 1962 como una cuestión inevitable a
falta de alternativas compatibles con el cumplimiento de los reclamos sociales y el logro de mejores
condiciones de existencia e igualdad social en el marco del capitalismo. El máximo líder revolucionario,
Fidel Castro, no era un erudito marxista ni había sido su última motivación la conformación de una Cuba
comunista, por lo que nos resulta muy importante profundizar la ideología de Castro y cómo derivó en la
proclamación de una Sociedad no capitalista.
Otro punto de debate es el discurso de liberación de Hombre que propugnaron los
revolucionarios, los métodos para crear una nueva conciencia y las limitaciones a la libertad de la
conciencia. ¿Qué queremos decir con eso? Para hacer posible la permanencia y avance de los logros
revolucionarios, es necesaria una conciencia revolucionaria, pero esa conciencia en cuba se volvió
hermética, monolítica desde nuestro punto de vista, lo que resulta contrario a la liberación completa del
hombre, para llegar al Hombre Nuevo y esto resulta a nuestro parecer una de las limitaciones de la
revolución.
Por otra parte, sobre la proyección de la Revolución Cubana en América Latina y su posición
como un paradigma para los pueblos, podemos decir que, en primera instancia este proceso tuvo una
influencia muy profunda para todos los latinoamericanos e incentivó con la posibilidad de liberación
demostrada con el caso cubano, a ulteriores movimientos sociales y al cultivo de la esperanza para los
demás países; en segunda instancia, se presenta el interrogante de si es posible aplicar la experiencia
cubana como un “modelo o receta” en otros procesos que quieran llevar adelante una revolución
socialista hoy, y ante esta cuestión nos limitamos a responder que, como ya lo señalamos, lar evolución
cubana fue un producto de condiciones históricas particulares y esas condiciones son muy distintas a la
realidad latinoamericana en la actualidad; el capitalismo va modificando los mecanismos de reproducción
de sí mismo y en ese sentido la teoría y estrategia revolucionaria debe tener en cuenta esto
necesariamente. A pesar de ello sostenemos que los cambios radicales que se dieron en las condiciones de
vida de las personas fueron importantes y nos da la pauta para afirmar que es posible una Sociedad
diferente con más educación y salud pero entendemos las limitaciones que supone vivir en un mundo
mayoritariamente capitalista. Una Sociedad diferente requiere de un “Hombre Nuevo” como lo concebía
el “Che”, es necesario un cambio cultural además de material para construir una realidad distinta.

“Lo que brilla con luz propia nadie lo puede apagar, su luz puede alumbrar la oscuridad de otras
cosas…”
Pablo Milanés
Bibliografía

 Bethel, Leslie: Historia de América Latina, Tomo 13, Capítulos 3 y 4. Editorial


Universidad de Cambridge.
 Winocur, Marcos, “Fidel Castro: La revolución cubana”, Historia de América
en el siglo XX, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1984.
 Haimovich, Perla: “Mella: el despertar revolucionario en Cuba” Historia de
América en el siglo XX, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1984.
 H.C.F. Mansilla: Las teorías y sus implicaciones socio -políticas:
el caso de la economía informal boliviana CEBEM – Bolivia
(http://tau.ac.il/eial/VIII_1/medin.htm)
 Dr. Gregorio Delgado García: Etapas del desarrollo de la salud pública
revolucionaria cubana En: Revista Cubana de Salud Pública versión On-
line ISSN 0864-3466 (http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0864-34661996000100011)

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