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UNIDAD I:

¿Cómo sé qué es lo que quiero escribir?


INTRODUCCIÓN

La redacción, así como la lectura son procesos de constante aprendizaje. La escritura de un


texto debe ser planificada, y para ello se deben considerar varios aspectos. Entre los más
relevantes se cuentan el saber de qué se va a escribir y para quién, qué extensión debe
poseer el texto; asimismo, se debe poseer claridad sobre cuál es el objetivo del texto. Estos
aspectos delimitan la forma del texto, la complejidad léxica del mismo, y el tratamiento que
se le dará a la información.

Todos quienes se ven enfrentados a la escritura de un texto deben planificar este proceso,
dando espacio, entre otros, a la revisión y edición del texto mismo; estas etapas se deben
considerar si lo que se pretende es producir escritos de calidad, que aseguren la
comprensión por parte de los lectores.

A continuación, se ahondará en la etapa de la planificación, en la que, a partir de las


siguientes preguntas, se realiza un bosquejo del escrito que se desarrollará:

¿Qué voy a escribir?, ¿qué sé de lo que voy a escribir?, ¿qué necesito investigar?
¿Para qué voy a escribir?
¿A quién voy a escribir?
¿Cómo voy a escribir?
¿QUÉ VOY A ESCRIBIR? ¿QUÉ SÉ DE LO QUE VOY A ESCRIBIR? ¿QUÉ
NECESITO INVESTIGAR?:

La primera elección del redactor es identificar el tema: ¿de qué se quiere escribir?
Dependiendo de las circunstancias y motivaciones de la escritura, el autor siempre debe
abordar un tema del cual tenga conocimientos y que despierte el interés suficiente como
para desarrollar un texto. Se debe tener en cuenta que el producto de su trabajo debe
tener componentes novedosos y atractivos para los lectores.

A partir del tema, se debe reconocer qué se sabe sobre este asunto, determinando los
conocimientos previos existentes. Este ejercicio permite identificar aquello que se debe
investigar.

Se debe realizar el listado de la información que se necesita buscar por medio de un


rastreo bibliográfico posterior, con el fin de documentarse para llevar a cabo un trabajo
escrito exitoso; esta búsqueda debe realizarse en fuentes confiables.
¿PARA QUÉ VOY A ESCRIBIR?:

El “¿para qué voy a escribir?” se refiere al concepto de propósito o intención comunicativa.


Se asocia a la finalidad o propósito que se pretende con el texto que se desarrollará. Según
esta intención, el discurso adquiere ciertas modalidades que son particulares para cada una
de ellas, en las cuales interviene no solo el enunciador, sino que también el receptor del
mensaje, su contexto, etc. Dependiendo de estas variables, el emisor elegirá determinados
conceptos, modalidades, tipos de léxico, entre otros. En este sentido, la intención
comunicativa proporcionará ciertos rasgos particulares a la estructura y organización del
texto.

Algunas de las intenciones comunicativas son: defender una postura, informar los resultados
de una investigación, describir un proceso, etc.

Cada una de estas intenciones se materializa en formas discursivas particulares, desde la


elección de formas gramaticales, hasta la estructuración de la información.
¿A QUIÉN VOY A ESCRIBIR?:

La audiencia influye en el nivel de especialización con el que se abordará el tema. Mientras más
especializada, más profundo debe ser el tratamiento que se da a la temática. Por lo tanto, se
debe tener en cuenta el conocimiento previo que el lector ideal (aquel sujeto en que se piensa
como lector al momento de redactar un texto) posee sobre el tema, para adaptar léxico,
ejemplos, modos de organización, explicaciones, etc.

Imagine las adecuaciones al lenguaje utilizado en charlas sobre


astronomía para niños de 5 años, para escolares, para estudiantes de
educación superior, para connotados astrónomos.
Sin duda, la audiencia proporciona datos relevantes para estructurar
el discurso, ya sea oral o escrito.
¿CÓMO VOY A ESCRIBIR?:

La lengua utilizada en el intercambio comunicativo sufre modificaciones y se adapta a las


circunstancias en las que se desarrolla un evento comunicativo; lo que se traduce en un
ajuste a las exigencias del contexto y de la relación entre los participantes.

Lo anterior permite distinguir entre normas y registros.

Norma: Se refiere a las características que rigen a la lengua -de manera convencional entre
sus hablantes- en determinado momento histórico. Existen dos variedades: culta e inculta.
Registro: Corresponde al uso del lenguaje en situación. Existen dos variedades: formal e
informal.

Ambos se combinan para generar cuatro variedades de lengua utilizadas por los hablantes en
diversas situaciones comunicativas.

• Norma culta formal


• Norma culta informal
• Norma inculta formal
• Norma inculta informal

En este recurso nos centraremos en la norma culta formal; variedad de circulación


académico-profesional.
NORMA CULTA FORMAL:

Esta norma es empleada en conferencias, mensajes protocolares, discursos públicos, declaraciones


judiciales, actividades académicas, entrevistas de trabajo, reuniones diplomáticas.
Dentro de sus principales características se encuentran:

Norma estándar, precisión léxica, valoración social y un correcto uso gramatical.

Ejemplo: observe el uso gramatical y el empleo de elementos pertenecientes a la norma culta


formal, como el caso de cuyo. El apropiado empleo de ordenadores discursivos, En el caso
específico de. El adecuado uso de las normas de puntuación:

“Fueron los artículos publicados entre 2003 y 2007, cuyo texto completo o resumen se podía
recuperar a través de los sistemas de información REDALYC y PSICODOC, por medio de una
búsqueda realizada en el campo "Resumen" y "Búsqueda asistida", respectivamente. En el caso
específico de REDALYC, esta búsqueda se llevó a cabo seleccionando "Psicología" como área de
conocimiento de las revistas.”

http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-48082009000100006
En el ámbito académico, se utiliza la norma culta y el registro formal. La norma culta se caracteriza
por un uso estricto de la gramática y registro formal, entre otros.

Las características de la situación de comunicación son las siguientes:

Participantes: relación asimétrica (si se trata de un académico y un estudiante) o simétrica


(cuando se establece un intercambio comunicativo entre pares, por ejemplo entre académicos o
estudiantes).

Contexto: espacio (establecimiento de educación, salas de clases, etc.), tiempo (jornada de


permanencia en la institución), etc.

Tema: son de diversa índole, pueden estar relacionados con la carrera que se estudia o con
temáticas propias del ámbito educativo o académico, etc.

Saber compartido: si se trata de maestro-alumno, este saber está determinado por el dominio del
primero y el desconocimiento del segundo; en este caso, se trata de una relación de aprendizaje y
enseñanza.

¿Puede describir esta situación de comunicación en el ámbito laboral?


RESUMEN

Es importante tener claridad de cuál será la intención comunicativa del texto que se desarrollará,
puesto que esta entrega pautas o convenciones acerca del tipo de texto o de la organización de la
información.

¿Tendrán las misma estructura u organización informativa tres textos cuyas


intenciones son: a) convencer a alguien de algo, b) felicitar a alguien por un
logro académico y c) solicitar la aprobación de un proyecto?

En una situación de comunicación intervienen múltiples factores que aseguran el éxito o fracaso
del intercambio comunicativo. Conocer herramientas y poseer las destrezas para utilizarlas en
beneficio del propio discurso permite mejorar cualitativamente la capacidad de expresar las ideas.
Dentro de estas herramientas se encuentran la elección del registro adecuado, la precisión del
lenguaje, dependiendo de las características de la audiencia, el contexto, entre otras.

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