Al haber tomado estado publico un intercambio de golpes de puño en
la puerta de canal 12, entre Fernando Martínez, presidente del gremio de empleados del canal, y quien suscribe Alberto Kesman. Y al haberse publicado un comunicado de ADET al respecto, es que me propuse escribirle a usted para realizar algunas puntualizaciones que creo conveniente que usted como presidente del órgano principal que lidera los distintos sindicatos me gustaría que conozca.
1) ¿Por qué se llega a este lamentable episodio?
En 2016 se juega la Copa Centenario en los Estados Unidos, el canal
envía al periodista Alejandro Figueredo y al camarógrafo Raúl Ortiz, más Martin Kesman y yo a la cobertura. Martin y yo llegamos a la ciudad de Phenix donde se jugaba el primer partido 4 horas antes que nuestros compañeros. Como es habitual quien llega primero retira en el estadio las acreditaciones para todos. Allí partimos con Martin. Lo mas destacado de este gigante estadio es que además de ser totalmente cerrado, su cancha sale mecánicamente hacia al exterior a recibir sol y luego de un par de horas vuelve al garage. Esto no sucede todos los días, sino 3 veces a la semana. Nuestra sorpresa fue grande cuando vimos con Martin que se estaba produciendo el hecho estando solo nosotros allí.
Con conocimiento de nuestros compañeros de viaje (Figueredo y
Ortíz) pensamos más que interesante mostrarlo a nuestros televidentes uruguayos y mandar el material a Montevideo con un copete mío y filmado por Martin a quien yo mismo le pedí que lo hiciera aprovechando que estaba realizando un trabajo especial para la web del canal, trabajo que todos conocían (de hecho viajó por Telemundo periodista y camarógrafo). Lo que hicimos como se dice habitualmente fue cubrir las espaldas del compañero y no perder una linda nota de color.
2) Sorpresa y estupor!!!!
Al otro día nos enteramos que se realizo en Telemundo por pedido de
un anónimo hasta hoy, una asamblea para pedir que ADET dispusiera que Martin no trabajara mas en el viaje por haber filmado el episodio narrado cuando todos los que viajábamos sabíamos, perdiendo así lo que correspondía por su tarea, su salario por el viaje y su salida al aire en magno acontecimiento.
Y así fue, no lo dejaron trabajar. En una medida tomada a 25.000
kilómetros de distancia sin derecho a defenderse y sin su presencia.
Créame Sr. Presidente que me sentí enteramente culpable porque
como lo dije antes yo se lo pedí.
3) Al retornar a Montevideo tuvimos un encuentro con ADET. Con
presencia de Martínez, explicamos todo esto y no solo hubo oídos sordos sino que ni siquiera hubo preocupación por el daño a la persona y a la dignidad.
Quienes ven informativos de Televisión verán imágenes tomadas
por periodistas con sus teléfonos, imágenes de aficionados que están en un lugar donde nace una información, verán camarógrafos sin periodista colocando micrófonos en conferencias de prensa, y nunca por esto vi tamaño resentimiento.
4) Por este motivo decidí cortar mi saludo con el presidente de ADET
en ese momento, por una canallada tan grande. Y ahora peor aun, como hace publico en la prensa una pelea a puño limpio entre dos hombres, hecho que como usted sabe, como hombre que tiene calle, se da en una concentración de fútbol, en una fabrica, en una oficina etc, y queda entre los involucrados. Por lo menos a mi, en condiciones frontales y sin armas ,mano a mano jamás se me hubiera ocurrido y creo que a usted tampoco hacerlo publico.
5) Sr. Presidente tengo casi 68 años y quien tuvo el problema conmigo
creo que no mucho más de 40 (los años que yo soy empleado del canal). No soy jefe ni nunca lo fui, solo por mi antigüedad: personal de confianza, como habemos muchos en la empresa.
Es normal discutir y discrepar, los uruguayos tenemos un
temperamento y una forma de ser y sentir muy especial, es por eso que en nuestra historia obtuvimos logros de todo tipo y se nos respeta en el mundo, por esta condición intransferible: la frontalidad. Dios quiera nunca cambiemos los códigos que van quedando, y con esto no justifico la violencia sino la forma de actuar.
Si tengo que pedir disculpas, no me tiembla el pulso para hacerlo,
sinceramente lamento lo ocurrido y entiendo que estuvimos mal en dar un mal ejemplo en la puerta del canal.
Lo que si Sr. Presidente, estoy seguro de mi postura y de mis actos
fuera del lamentable conato.
Usted no por mi sino por quienes elija, podrá saber si es mi familia y
yo merecedora de toda esta farándula impropia de los uruguayos.
Muchas gracias por leer esta, mi humilde carta que no pretende que usted piense que soy un santo, que no lo soy, sino poner las cosas en su lugar.
Tenga la seguridad de que no amenace a nadie como dice ADET, solo
pregunté a varias personas cara a cara quién había provocado la situación para aclararlo personalmente, ¿está mal?
Le reitero mi agradecimiento y me disculpo por robarle este tiempo,
porque sé que tiene temas mas importantes que atender.