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RODOLFO KUSCH Obras completas Tomo IV of Baitorial Fundacién Ross Dibwo de tape Copia hecha pote autor de una piedra existente fen el Museo de Tiahuanseo (La Paz, Bolivia) © Editorial Fundacion Ross Cérdoba 1347 2000 Rosario - Provincia de Santa Fe Republica Argentina ‘Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina LSB, 987-1133-03-0 POZO DE AMERICA @ LO AMERICANO Y LO ARGENTINO DESDE EL ANGULO SIMBOLICO-FILOSOFICO* La relacion entre América y Argentina suele ser ex: presada en términos peyorativos. Es curioso que cuan- do se piensa lo americano desde lo argentino aparezcan, simbolos que van desde el concepto de indio, que slem- pre resulta segregalivo especialmente para los influen- ciados por la izquierda, hasta la de Baleanes con que Ezequiel Martinez califiea al Noroeste argentino. Entre ‘ambos términos puede intercalarse una serie de otras, expresiones igualmente eufemisticas que refieren a lo Sint embargo, de algtin modo lo americano incide. Destle un punto de vista geogrifico América incide en Argentina hasta las Salinas Grandes. Por eso durante las guerras de la independencia Belgrano fracasa en el Norte, y San Martin debi resolver genialmente la toma del macizo montasioso. En el plano social baste mencio- nar las migraciones de nortefios y bolivianos hacia el sury la constituelén de capas sociales especificas. ‘Canal Feijéo en su trabajo titulado "Teoria de la efu- + sta poneneta fue presentada en el Primer Congreso Nacional de intelcetuaten tendo en Buenos Aires, 16 de octubre de 1978, Dientras el trabajo estaba en prensa, ocuri ct fallecimiento de i [utor. Por esta raza, damos asu publicacion el earicter de homenale pstumo a quien fuera en aeasiones un olsborader de nuestra Re- Gist, [Seounen N12 1979 - Universidad det Salvador ~Bs. As.) dad argentina” ya plantea el problema a nivel concep- tual cuando se refiere a un ritmo o a una dialéctica en el proceso de la fundacién de las ciudades. El espanol las funda como buscando el Atlantico y para fugar por el ‘mar. Buenos Aires retoma el ritmo hacia el Norte, y en la ambigedad de las dos corrientes surgen los problemas politicos y los avatares de la Constitueién. No obstante lo dicho, lo que realmente interesa es saber en qué medida lo‘americano incide ya no en Jos hechos, sino en Ia estructura de la esencia de lo argentino. Para analizar en profundidad este problema quiz4 no baste Ia simple ciencia. Sociologia y filosofia reficren a tun modo de ver que, en cierto modo, hace al ser. Esto mismo tiene algo de excluyente. Ser en este casono tiende a ineluir un modo de sentir la esencia nacional, sino el modo de la presencia de ésta, Adem en el modo de ver cientifico se implica en cierta ‘manera tun modelo desde el cual se cualifica lo visto, y el modelo responde a lo mejor que, a su vez, organiza el modo de ver, y deslinda lo peor, En esto se diferencia el ver del sentir, porque en el sentir podria estar incluido lo que el modelg cientifico rechaza como peor. Sentir la verdad en términos de exis- tencia incluye lo peor. En Ia verdad entra lo peor y lo mejor y as ocurre con la esencia nacional. Por eso en la verdad no hay modelo, sino una plenitud donde la dife- Feneiactén desaparece. La ciencia apunta al remedio de lo peor, pero la verdad no se remedia, se da. La dialéctica de la constitucién de los romanos partis de lo peor que 4 clos eran como griegos, y legaron a ser tales en tanto no eran griegos, y no por ser iguales a éstos, Ademas el concepto de esencia nacional refiere por una parte a algo propio, lo eseneial, y por la otra a algo propio en el plano de lo nacional o sea el lugar en el que nacemos todos. En realidad es una abstraccion que hace ‘mencién a un resultado, al cual se llegé desde una si tuacion previa. Implica determinacién o plan a seguir a partir de la esencia. Esta, por su parte, establece el iti- nerario de lo eseneial que de algin modo hace al ser. Decir entonces esencia nacional supone una politica a seguir a partir de lo propio. Pero gen qué momento hay una esencia asf considerada? Esta duda nos lleva a un. ‘momento anterlor a la esencia que menta el momento cen que esta no esta dada atin, Y es que, en tanto tomamos en cuenta el modo de sentir a la esencia nacional y no el medo de su presen- cla, habria que hacer referencia no al ser sino al estar. y Por consiguiente, no al somos sino al estamos. Esto imi- plica un lugar y una accidentalidad que no es el tema del aqui y ahora como itinerario de la idea que pensaba Hegel. El estar cae fuera del ser, se da antes y entra mas, fen el sentir que en el ver. Esto lleva la siguiente consecuencia, En ver de hablar de una esencia nacional, cabe hablar previamente de tuna estancia, que se instala en gran parte fuera de la ciencia, en la mera subjetividad de sentir mi esencia como proyecto desde mi puro estar a nivel de nosotros, El problema se ubica entonces en un campo pre-filo- ‘6fico que se da al cabo de un salto atras. Va de la supo- 5 sicién de que hay un sujeto nacional constituido a la pregunta sobre si esta constituido en el plano existencia Esto ya es tomar el problema desde fuera de la cien- cla desde la circunstancia que acosa, ya eso se refiere el término estar. Es lo esencial visto desde antes donde se love desde afuera, desde lo sefialativo, el “esto es” de lo que se da todo, incluso lo eseneial, donde ademas se daria lo que impide que lo esencial pudiera darse. Pero aqui cabe una pregunta: glo esencial es algo que debe darse, o mas bien es algo que se constituye como esen- cial a partir de la estancia misma? De cualquier modo lo esencial surgido de la estancia siempre habra de dar la “iniea forma de esencialidad, 0 mejor dicho, lo esencial no surgen como lo propio desde el punto de vista del ser, sino como lo propio desde el punto de vista del estar, a partir de un “para ser”, 0 sea a partir de la estancia, La estancia se refiere entonces a una experiencia originadora de Io esencial y, por consiguiente tambien, una experiencia para ser. Lo referente al ser se incuba a partir dela circunstancia o del accidente de estar. ¥ des- de ahi se gesta la verdad, con lo peor desde el punto de vista del modelo, pero tratando de dar en lo esencial toda ‘su autenticidad, Es que hablar de un swjeto en filosofia supone hablar ya del ser 0 sea de un ente constituido, Pero en el campo que elegimos, como al cabo de un salto atras, es preciso indagar por su constitucién a partir del estar, 0 sea all margen de las reglas de juego de la fllosofia, en cuanto éste exige siempre un sujeto constituido segiin el eddigo occidental, Mejor dicho, nos vamos al otro extremo del cédigo, quel en que, al cabo de una antropologia de la finitud, ‘abe pensar en la indigencia original del sujeto 0, mas agin, en su fundamental y originaria desconstitucién. Se trata de la nadia del sujeto frente a la cual, lo que se diga de éste, de su logos o de su esencla, es todavia prematu- ro y posiblemente falso, Bs el sujeto que nada es y que debe constituirse con tun acierto que busca el centro salvador en medio de un cosmos desgarrado en oposiciones pero presionado por Ja intuicion de un absoluto que media originalmente entre dichas oposiciones. Entonces abi, en medio de la necesidad de remediar eLhecho puro de vivir, el sujeto ensaya Ia nominacion de alguna divinidad. Es el campo del estar donde se vive tuna indigeneia que va desde el hambre hasta la divini- dad, Abi se exige el simbolo para ensayar el ser. Por eso es el campo del acierto fundante, donde la intuicién de loabsoluto funda ambiguamente las opiniones pre-cien- tiflcas. ¥ desde alt se ensaya la experiencia originadora para ser, casi en un campo lidico donde se eerce el acierto fundante en medio de la pura accidentalidad de Inestancta, En ese punto no se da le-nacién sino un pais inme- ‘moral, o sea no hay pais sino sélo el lugar del domicilio ‘existencial, en suma, donde el mundo apremia para que Argentina no sea s6lo una nacién sino el hogar. Es el ‘ambito del nosotros, o de lo humano puro. sin ciudada- nia, en un despojo primario, por eso también es el ambi- to de la solidaridad. Ahi cada uno se constituye sobre los restos del mito que atrapa en una tradicién constan- temente atropellada, En ese punto vale Io simbélico y no el concepto. Lo ‘simbolico es el puente meta-racional que pareciera ten- der lo absoluto al sujeto para que éste logre constituirse ‘en medio del desgarramiento de las oposiciones. Por es0 €s el lugar donde se gesta la autenticidad de la existen- cia, con el balbuceo de un logos acertado, pero con un fundamento que se olvida cotidianamente. Todo esto se da fuera de la clencia, mejor dicho, dice algo desde afuera que no logra determinarse en la inti- midad del juego clentifico. ¥ es que en este caso el algo ue dice Ia clencia se entrecruza con lo indeterminado, del vivir mismo que se ubica fuera de la ciencia. ¥ esto ocurre asi porque media la desconstitueién del sujeto que asume el simbolo como una experiencia originadora del ser. Accede a través del mito a la palabra para dar consistencia a su propia indeterminacién como sufeto, en suma, para lograr su orientacion a partir del Otro en. el sentido de Levinas. Por todo esto la relacién entre lo americano y lo ar- 4gentino, cabe exploraria a nivel del simbolo y no de la cosa. No se trata de un camino paralelo a la ciencia, sino ‘mis bien de un camino complementario que traspasa el basamento del sujeto por el lado de su asi llamada irra- ionalidad para ver en qué medida, pese a todo, lo ame- leano presiona en lo argentino. ‘Se impone entonces hacer. no una lectura cientifica de los hechos, sino una lectura igualmente valida de los, simbolos para comprender la intersecei6n de lo ameri- a cano y lo argentino, Esto a su vez se haria desplazando- ‘hos en un hueco pre-filoséfico en tanto no se toma el ‘imbolo en si mismo, porque por esta senda terminaria- os en el estructuralismo, sino en tanto aquel sirve para la constitucién det sujeto que a partir de su nade existencial logra, a través de dicho simbolo, tantear el sentido, o una forma de logos. En suma, se trata de ver como se constituyé el sujeto american y argentino al ‘margen del quehacer piblico, Por supuesto que esto nos accede a lo popula, pero en tanto lo popular es el nosotros donde uno mismo es Pueblo antes de la actitud reflexiva, 0 mejor, donde uno es también, pese a todo, un sujeto originalmente desconstituido, Segiin esto podriamos emprender el analisis median- tela utilizacién de varios mitos que se han dado en Amé. ea y que manifiestan los avatares de la constitucién de lun sujeto americano y argentino a través del tiempo, Hasta se podria rastrear en escritos cultos la utilizacion de elementos miticos que, de alguna manera, inciden a favor o en contra de la constitucién de dicho sujeto, Para esto habra que partir de un supuesto. Los mitos, espe- falmente en América, suelen articularse de acuerdo con tes temas que son: creacién, caida y redencién o escatologia. Al menos asi lo refleja el material recopilado or José Imbellont y que se estructura con suma clari dad en el Popol-Vuh hasta el punto de sugerir una arti- culacion canénica fincada en los tres temas arriba men. cionados, La creacién da elementos para entender el modo de la 9 ubicacion del domicilio existencial. La caida marcaria la distancia teol6gica entre el sujeto y lo absoluto, y daria también las pautas con que el sujeto logra acceder a tuna actitud sapiencial. Finalmente, la redencién fjaria Ja culminacién de un proceso de hybris o inmersién de Ja existencia en Io negative que atraviesa todo el mito ‘Todo, a su vez, marcaria el raargen de orientacion que el sujeto logra en el proceso de autoconstitucion. En el caso del Popol-Vuh se trata de un mito de crea- cin que relata la constitueidn de un sujeto a partir de un simbolo de desintegracion coneretado en las eusatro humanidades que fueran destruidas por no lograr ha- blar con los dioses. Es necesario que se conjuguen ciclo y tlerra para crear al hombre. Este, por su parte, es con- cebido como una integracién propieiatoria de cuatro pos de maiz que proventan de lo cuatro puntos cardina- les del cosmos eanénico. EI hombre, asi integrado por Jos demiurgos, debié ser cegado para que no vea dema- siado lejos, pero se le deja la palabra para que pueda hablar con los dioses. EI Popol-Vuh, en tanto mito canénico, une la erea- ién con la eaida. El no ver lejos del hombre implica el acceso a una actitud saplenclal, Se le brinda la postbill- dad de un saber salvador. Lo que haga, ya en un campo historico, sigue el modelo arquetipico de la desinte- jgracion, pero siempre se le brinda la posibilidad de Ia gracia que se concreta generalmente en un episodio Tadico, Hevado a cabo a veces con un enfrentamiento centre parcialidades, donde aparece la revelacién de wn centro salvador, que se conereta en la ciudad o en el 10 templo que debia fundarse y. a partir de donde se pres. crfbe el ritual para acceder a una paz sapiencial, Esto ultimo se reitera en el, campo incaico. Un dios Namado "el que ensena el pacha o sea el que ensefia el domicilio existencial, mueve a Manco Capac en medio de episodios desintegradores hasta que este tiltime fun- dda el templo (el Coricancha del Cuzco), © sea pone en evidencia la prescripeién ceremonial con la cual el doml- cillo existencial podria instrumentarse. Guaman Poma procura dar, ya en un campo mestizo y de trasculturacién evidente un mito de creacién. Inicia ‘su relato con las edades biblicas, pero interpola ahi las cuatro edades de origen incalco, Como en verdad el rela- to estd influenciado ya por el racionalismo renacentista, las humanidades no se destruyen sino que se esealonan. cen cierta progresién evolucionista (a diferencia de lo que ociirre en el Popol-Vub), y cada humanidad se comporta de una manera mas clvilizada que la anterior. Deja de ‘ser entonces un mito de creacién ya que aparece el tema de la individuacién. Sin embargo, el pensamiento indi- ena logra imponerse, ya no en Io que relata el autor, sino en lo que dibuja. Dios aparece en una de las lami nas generando soly luna en medio le wn mundo ya exis- tente simbolizado en cuatro insectos que reflejan los re- slduos de una totalidad. Por su parte, la caida se subor- dina al tema de Cristo. Ya no se trata del ver sapiencial del Popol-Vunh, sino de la caida de Adan. Sin embargo, es curioso advertir que si bien Guaman Poma asume este contenido biblico, sin embargo el momento de la reden- ‘cin o el juieio final lo conetbe al modo indigena, como 1" que Cristo y cl infierno conjuntamente enjuiciarén a las almas. Es curioso advertir como Guaman Poma, no obstante su trasculturacién, tiene urgencia de una constitucién del sujeto en el sentido Mloséfico. Por eso, después de haber perdido la tradicion de sus mayores en este senti- do, y seguramente ante la presién de la colonizacién, toma el acervo cristiano aquellos elementos que sirvent para dicha constitucién, pero lo hace a su vez, segura- ‘mente en virtud de su urgencia personal, con evidentes residuos de su pensamiento indigena, ‘Yaen el terreno argentino, analicemos un mito de erea- clon que me fuera relatado por una informante de la Quebrada de Escoipe (Salta). Hubo una primera edad en que dominaban los Varela cuando no haba luz, no ha- bia sol ni luna, luego “Ia Virgen Maria se ha favorecido en un 4rbol, en el cielo, en un arbol solita, una palomita ella, y después ella ha producido con nuestro Seftor Pa- dre Jesucristo... y se ha creado el mundo nuevo". “Por ces0 somos hijos de ellos, nuestra madre la Virgen Ma- ria... y nuestro Seftor Padre Jesucristo". Con la apari- cién del nuevo mundo aparece sol y luna, y también la Argentina, El mito en sf pareciera estar difundido en toda la zona andina, Debe tener una considerable antigiledad y la version recogida ha sufrido grandes variantes como pude comprobario en Tastil y en Chipayas. Lo interesante de la informante es que en otra opor- tunidad el mito le sirve para far su posicién frente al ‘mal, Decia que en la época de oscuridad la gente no es- 2 taba bautizada y que todos vivian del mal. Nuestra sal- vacion se debe a la ley de nuestro Senior que erea la se- gunda edad, pero que siempre existe el peligro de la mala fe, de los que no creen en nuestro Seftor y que pudieran volverse locos y cometer el mal. El mito apunta a mostrar la constitucién de un domi- cilio existencial en el plano de una inocencia original. Se trata de un mito parcial, ya que no prevé la caida, EL hombre no es culpable, sino que la culpa se desplaza al cosmos. sélo el desequilibrio mental provoca la irrup- cio del mal. Basta estar en el orden sagrado, o sea bati- tizado, para mantenerse dentro del bien. Y en este bien, también esta la Argentina, pero no come nacién sino como lugar mitico, 0 como ombligo del mundo. El mito de la informante se da en el area americana de Argentina, y se caracteriza por una elaboracion de simbolos que abren a una constitucién del sujeto. El sujeto se orienta en funcién del mito. ¥ es curiose que, fen cambio, en Ia zona pampeana se dé todo lo contrario, ‘como se advierte en el Martin Fierro, especialmente en Ja primera parte del poema. Fue escrito por una mano culta con la simple intencién de hacer una critica polit ‘ca, pero fue elegido por el pueblo para asumir una cons- titucton a partir del texto convertido en mito. En este sentido, el Martin Fierro es un mito de la cai- da con vistas no a una dinamica como en el mito de Adan, sino a una condena. Se trata de una caida que se Tesuelve desde un centro, pero que manifesta el inde- fectible despojo de la desconstitucién. A partir del des- censo al infierno de la tolderia, Martin Fierro no regresa 3

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