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Comentarios eucaristía 4° Domingo de Pascua Ciclo B

El Buen Pastor

Comentario Inicial

Hoy el Señor Resucitado viene a nosotros como Pastor. En este cuarto domingo
de Pascua recordamos cada año que Jesús es nuestro Pastor que da su vida
por nosotros. Aquel que va delante, aquel que nos guía por caminos que
conducen a mayor vida. Aquel, que también como excelente Pastor conoce y
ama, una por una cada oveja de su rebaño. Agradecidos a Cristo, nuestro Buen
Pastor, el inmenso amor que nos tiene, alabémoslo como comunidad, mientras
cantamos

Primera y Segunda Lectura

La primera lectura de hoy es la continuación de la curación de un enfermo por


San Pedro. El paralítico fue curado en el nombre y por el poder de Jesús quien
murió y resucitó. Nuestra salvación nos viene solamente por Cristo, quien es la
piedra angular de la Iglesia.

En la segunda lectura, san Juan alaba a Dios Padre por el inmenso amor que
comparte con todos nosotros. Este amor nos ha hecho suyos por nuestro
bautismo. Seremos semejantes a Él cuando le veamos cara a cara en su gloria.
Escuchemos este mensaje de amor.

Evangelio

En el texto evangélico de hoy surge la imagen del Pastor que Jesús se auto
aplica con estos rasgos característicos: Él es el Buen Pastor, pastor único de un
solo rebaño. Pastor que da su vida por las ovejas.

Antes de la proclamación de esta Buena Nueva, cantemos con entusiasmo el


Aleluya.

Oración Universal

A cada invocación oremos diciendo:

Jesús Buen Pastor, escúchanos.

1. Para que los pastores de la Iglesia, movidos por la verdadera caridad


conozcan a cada una de las personas a ellos confiadas, se acerquen a los
alejados y estén dispuestos a dar su vida por su rebaño. Roguemos al Señor.

2. Para que la comunidad eclesial y la comunidad doméstica, es decir, la familia,


como lugares de crecimiento y educación en la fe, sepan cultivar los gérmenes
de la vocación al ministerio pastoral y a la vida virginal por el Reino de Dios.
Roguemos al Señor.

3. Para que quienes han oído a van a oír la voz del Señor, que los llama a seguirlo
para el servicio y edificación de su pueblo, correspondan con docilidad al don del
Espíritu. Roguemos al Señor.

4. Para que todos los hijos de Dios tengan en alta estima el valor de la vida y de
la persona humana, y no pierdan nunca el gran don de la libertad que Cristo ha
conquistado. Roguemos al Señor.

5. Para que los obispos, los presbíteros y todos los ministros de la Iglesia que
han muerto en el Señor sean eternamente felices junto con los hermanos a
quienes, en nombre de Cristo, condujeron a los pastos de la vida eterna.
Roguemos al Señor.

6. Para que cada uno de nosotros los que estamos aquí presentes nos unamos
más, los que hoy estamos divididos por buscar intereses y ventajas personales.
Roguemos al Señor.

Exhortación final:

Jesús

Te bendecimos, Padre, por Cristo, nuestro pastor y guía.

Él ha venido para que nosotros tengamos vida en abundancia.

Él es la puerta siempre abierta a todos los hombres, que nos franquea el paso a
tu infinita bondad de Padre, a tu amor universal y al amor de nuestros hermanos.

Abre nuestras puertas, Señor, rompe nuestros cerrojos, elimina nuestras


defensas y monopolios de gente satisfecha.

Que tu espíritu rompa brecha en nuestros espesos muros para que nuestra
comunidad sea un hogar abierto a todos.

Suscita abundantes vocaciones de servicios entre nosotros y da a tu pueblo


muchos pastores según tu corazón. Amén.

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