You are on page 1of 16

República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN CIVIL

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA


Magistrado ponente

STC12590-2015
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01
(Aprobado en sesión de dieciséis de septiembre de dos mil quince)

Bogotá, D. C., diecisiete (17) de septiembre de dos mil


quince (2015).

Decide la Corte la impugnación formulada respecto


de la sentencia proferida el 11 de agosto de 2015 por la Sala
Civil – Familia -Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de San Gil, en la acción de tutela promovida por
Esperanza Martínez Cáceres contra los Juzgados Promiscuo
del Circuito de Charalá y Promiscuo Municipal de
Coromoro, con ocasión del asunto de pertenencia impetrado
por la aquí actora frente a “(…) personas desconocidas e
indeterminadas (…)”.
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

1. ANTECEDENTES

1. Mediante apoderado judicial, la accionante


reclama la protección de los derechos al debido proceso,
acceso a la administración de justicia e igualdad,
presuntamente quebrantados por las autoridades
jurisdiccionales atacadas.

2. Como sustento de su reproche, asevera que


formuló demanda de pertenencia respecto de un inmueble
ubicado en el casco urbano del municipio de Coromoro,
alegando cumplir con los presupuestos de “(…) la
prescripción extraordinaria de dominio [u] (…) ordinaria (…)”.

Advierte que mediante proveído de 30 de abril de


2015, el Juzgado Promiscuo del Circuito de Charalá rechazó
su libelo porque dadas las disposiciones contenidas en la
Ley 1561 de 2012, carecía de competencia por la cuantía
del asunto y el lugar de ubicación del predio; en
consecuencia, lo remitió al Juzgado Promiscuo Municipal de
Coromoro.

Asegura que ese último estrado, en auto de 13 de


mayo de 2015, inadmitió el escrito introductor y le impuso
subsanarlo en el sentido de (i) señalar si en aplicación de la
norma mencionada, pretendía sanear un título afectado con
la llamada falsa tradición; (ii) efectuar las manifestaciones
previstas en los literales a) y b) del artículo 10 de la Ley
1561 de 2012; y (iii) aportar el certificado expedido por el

2
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

IGAC, conforme a lo preceptuado en el literal c), del canon


11 ídem.

Indica que contra esa determinación interpuso


reposición aduciendo no haber formulado sus pretensiones
al amparo de la Ley 1561 de 2012, pues aquéllas se
impetraron con fundamento en lo reglado en el artículo 407
del Código de Procedimiento Civil.

La decisión se mantuvo con sustento en que el


superior funcional del despacho municipal acusado había
“(…) impuesto el trámite (…)” de dicha normatividad; por
tanto, el 2 de junio de 2015 se rechazó su libelo.

Frente a esa providencia incoó apelación, recurso


también conocido por el Juzgado Promiscuo del Circuito de
Charalá. Para sustentar la alzada aludió al criterio de esta
Sala en un asunto similar fallado el 3 de octubre de 2013;
no obstante, esa autoridad confirmó el pronunciamiento
impugnado insistiendo en la aplicación de la Ley 1561 de
2012.

Finalmente, esgrime que los convocados incurrieron


en vía de hecho, por cuanto “(…) se alejaron completamente
de la facultad de optar por el procedimiento que para
procesos verbales de pertenencia otorga la ley a los
demandantes (…)” (fls. 1 al 4, cdno. 1).

3. Pide, en concreto, admitir el escrito demandatorio


reseñado (fl. 4, ídem).

3
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

I.1. Respuesta de los accionados

a) El titular del Juzgado Promiscuo del Circuito de


Charalá, expresó haber adoptado las decisiones censuradas
“(…) ajustado a las normas procesales que rigen la acción,
por tanto (…) solicit[ó] negar el amparo (…)”.

b) El juez del estrado municipal querellado adujo


que el despacho de Charalá accionado le remitió las
diligencias indicándole “(…) que ineluctablemente el asunto
(…) deb[ía] rituarse por la cuerda procesal contemplada en la
Ley 1561 de 2012 (…)”; por tanto, su actuación, relativa a
exigir el cumplimiento de los presupuestos consagrados en
esa norma, se desarrolló en acatamiento de lo ordenado por
su superior funcional; en consecuencia, “(…) por honrar el
principio de subordinación judicial, no se puede endilgar la
violación de derecho[s] (…)”.

Añadió que en caso de estimarse que el litigio debe


surtirse por las normas del Código de Procedimiento Civil,
le corresponde a los estrados del circuito conocer del
mismo, conforme a lo regulado en el numeral 4° del artículo
16 ídem (fls. 69 y 70, cdno. 1)

I.2. La sentencia impugnada

El Tribunal desestimó el amparo rogado por


incumplir el presupuesto de subsidiariedad, por cuanto la
peticionaria omitió interponer el recurso de reposición a su

4
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

alcance frente al proveído de 30 de abril de 2015, con el


cual el Juzgado Promiscuo del Circuito de Charalá se
declaró incompetente para conocer el juicio acusado y lo
remitió al estrado municipal convocado (fls. 71 al 80, cdno.
1).

I.3. La impugnación

La actora impugnó el fallo memorado aduciendo que


si bien el a quo percibió las equivocaciones de los
accionados,

“(…) al comprobar la falta de un requisito formal, omitió la


vulneración del derecho sustancial (…), desconociendo con esto
los lineamientos expuestos por la Corte Constitucional acerca de
la prevalencia del derecho sustancial sobre el formal (…)” (fls.
86 al 88, cdno. 1).

2. CONSIDERACIONES

1. Del examen de la queja, se colige que la


vulneración de las garantías alegadas deviene de los
pronunciamientos de los falladores convocados, con los
cuales se rechazó el libelo de pertenencia incoado por
Esperanza Martínez Cáceres al no acreditar los
presupuestos contenidos en la Ley 1561 de 2012.

2. Con el propósito de resolver la censura


planteada, es preciso resaltar, en primer lugar, que la
querellante pretendió la prescripción de un inmueble

5
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

ubicado en Coromoro (Santander), de naturaleza urbana e


identificado con la matrícula inmobiliaria 3306-3705, “(…)
de acuerdo con el artículo 407 del Código de Procedimiento
Civil y demás artículos concordantes (…) [y] en contra de
personas desconocidas e indeterminadas (…)”.

El reseñado libelo fue rechazado por competencia por


el Juzgado Promiscuo del Circuito de Charalá el 30 de abril
de 2015 porque, en síntesis, el procedimiento a aplicar era
el consagrado en la Ley 1561 de 2012, ello, por cuanto el
certificado allegado de la Oficina de Instrumentos Públicos
indicaba la inexistencia de titulares

“(…) de derecho real de dominio sobre el predio base de la


demanda, por ende la acción que debe tramitarse será (…)
verbal especial para el saneamiento de la titulación de la
propiedad que conlleva la llamada falsa tradición y/o verbal
especial la titulación de la posesión material sobre inmueble
urbano (sic) y no la esbozada (…) prescripción extraordinaria
adquisitiva de dominio de predio urbano (…)”

Por tanto, siguiendo dicha normativa, teniendo en


cuenta la localización del predio y el avalúo catastral del
mismo, remitió el litigio al juzgado municipal querellado.

En providencia de 13 de mayo de 2015 el despacho


de Coromoro, a quien correspondieron las diligencias,
resolvió inadmitir el escrito introductor para que la
peticionaria (i) precisara si a la luz de la norma
mencionada, pretendía sanear un título afectado con la
llamada falsa tradición “(…) o titular posesión (…)”; (ii)
efectuara las manifestaciones previstas en los literales a) y
b) del artículo 10 ídem; y (iii) aportara el “(…) plano

6
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

certificado (…)” expedido por el IGAC, conforme a lo


preceptuado en el literal c), del canon 11 ibídem.

Inconforme con esa determinación, la promotora


interpuso reposición con apoyo, particularmente, en no
haber impulsado las acciones previstas en la Ley 1561 de
2012, sino la consagrada en el artículo 407 del Código de
Procedimiento Civil, pues sus pretensiones se dirigieron a
obtener “(…) se declare por vía de prescripción
extraordinaria de dominio o pertenencia ordinaria (…)” el
inmueble referido.

El 22 de mayo de 2015 el juez municipal accionado


mantuvo su pronunciamiento estimando que el libelo no
cumplía la reglamentación reseñada y, posteriormente, al
evidenciar la falta de subsanación de los defectos por él
indicados, en auto de 2 de junio de 2015, dispuso el
rechazo del escrito introductor.

Esa providencia fue apelada por la promotora del


resguardo correspondiéndole la actuación, nuevamente, al
Juzgado Promiscuo del Circuito de Charalá. Esa autoridad,
el 3 de julio de 2015, resolvió ratificar la providencia
recurrida, con fundamento en las siguientes
consideraciones:

“(…) al inadmitir el libelo el a quo supo interpretar lo que se


indicó al ser rechazada la demanda en primera oportunidad por
esta instancia, cosa que no ha sido igual para el apoderado
actor, simplemente el Juez en su inadmisión (13 de mayo de
2015), le exigió unos requisitos (…) considerados necesarios por
la segunda instancia para poder admitir la demanda, previo a
la calificación de la misma por economía procesal, a fin de

7
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

evitar el desgaste tanto de las Autoridades Administrativas


como las Judiciales (…)”.
“No debe olvidar el Abogado gestor que las Leyes que imperan
en el momento de adquirir su Derecho y presentar el libelo, le
fueron indicadas en nuestro auto de abril 30 de 2015,
volviéndole a repetir que era su obligación hacer un estudio del
certificado de tradición para encaminar las pretensiones de su
poderdante por la vía o trámite procesal correcto. El inmueble
base de la acción, simplemente tiene una falsa tradición abierta
en Registro de II. PP., se trata de un predio urbano, no tiene
titular de derecho real inscrito y como se dijo, por esas
condiciones, sin querer prejuzgar podría estar incurso en ser un
bien imprescriptible, debiéndose acudir a la Ley Tocaima o Ley
137 de 1959, pues podría tratarse de un baldío urbano (…)”.

“De esta manera queda claro que el Juzgador desde el estudio


previo de la demanda debe exigir los requisitos legales para
proferir sentencia que dirima la litis y no permitir el trámite de
demandas que vayan a terminar con fallo inhibitorio (…)”.

3. Expuestas así las cosas, contrario a lo resuelto


por el Tribunal, esta Corte estima procedente el auxilio
suplicado, pues, como lo arguyó la tutelante, ante la
claridad de sus pretensiones, las cuales se enmarcaron en
lo dispuesto en el artículo 407 del Código de Procedimiento
Civil y demás normas concordantes, no resultaba posible
imponerle a aquélla un trámite diverso del incoado, máxime
si los presupuestos y requisitos del estatuido en la Ley 1561
de 2012 difieren de lo consagrado para las prescripciones
ordinarias y extraordinarias.

En cuanto a lo anotado, esta Sala en un asunto de


idénticos perfiles arguyó:

“(…) Según enuncia el artículo 1° de la Ley 1561 de 2012, el


objeto de dicha normativa es el de ‘promover el acceso a la
propiedad, mediante un proceso especial para otorgar título de
propiedad al poseedor material de bienes inmuebles urbanos y
rurales de pequeña entidad económica, y para sanear títulos
que conlleven la llamada falsa tradición (…)”.

8
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

“A ese procedimiento, según lo determina el artículo 26 ibídem,


“Podrá acogerse (…) todo aquel que a la entrada en vigencia de
esta ley haya cumplido los requisitos para tal efecto”, y en lo no
preceptuado en la reglamentación que se cita, “se aplicarán las
disposiciones previstas para el proceso verbal de declaración de
pertenencia en el estatuto general de procedimiento vigente”
(…)”.

“De lo anterior se deduce que la mencionada ley otorga al


‘poseedor material de bienes inmuebles urbanos y rurales de
pequeña entidad económica’ una herramienta jurídica a través
de la cual puede reclamar que se le otorgue título de propiedad
sobre el bien respecto del cual demuestre posesión material,
pública, pacífica e ininterrumpida por el término establecido en
la ley sustancial (…)”.

“Ahora bien, de acuerdo con los artículos 3°, 4° y 6° de esa


regulación, la aplicación del proceso verbal especial está
supeditada de una parte, al valor catastral del inmueble objeto
de usucapión -si se trata de uno urbano- o de su cabida –si la
acción recae sobre un predio rural-, y de otra, al cumplimiento
de los requisitos a que hace referencia el artículo 6°, los que
guardan relación con las características del bien raíz y las
actuaciones judiciales y administrativas en los que estén
involucrados (…)”.

“En efecto, estableció el legislador que podrá acudir al trámite


especial quien pretenda adquirir el dominio de un fundo de
propiedad privada cuya extensión superficiaria ‘no exceda la de
una (1) Unidad Agrícola Familiar (UAF), establecida por el
Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) o por quien
cumpla las respectivas funciones’, en tanto si el objeto de las
pretensiones está ubicado en una ciudad, la condición fijada es
la de que su avalúo catastral ‘no supere los doscientos
cincuenta salarios mínimos legales mensuales vigentes (250
smlmv)’, pero además, en virtud de la previsión contenida en el
artículo 6°, es necesario el cumplimiento de otras exigencias,
que a continuación se señalan:

“‘1. Que los bienes inmuebles no sean imprescriptibles o de


propiedad de las entidades de derecho público, conforme a los
artículos 63, 72, 102 y 332 de la Constitución Política y, en
general, bienes cuya posesión, ocupación o transferencia, según
el caso, estén prohibidas o restringidas por normas
constitucionales o legales.

“El juez rechazará de plano la demanda o declarará la


terminación anticipada del proceso, cuando advierta que la
pretensión recae sobre bienes de uso público, bienes fiscales,
bienes fiscales adjudicables o baldíos, cualquier otro tipo de
bien imprescriptible o de propiedad de alguna entidad de
derecho público. Las providencias a que se refiere este inciso

9
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

deberán estar debidamente motivadas y contra ellas procede el


recurso de apelación.
“2. Que el demandante posea o haya poseído materialmente el
inmueble en forma pública, pacífica e ininterrumpida, y por los
términos establecidos en la presente ley.

“3. Que sobre el inmueble no se adelante proceso de restitución


de que trata la Ley 1448 de 2011 y el Decreto 4829 de 2011, o
cualquier otro proceso judicial o administrativo tendiente a la
reparación o restablecimiento a víctimas de despojo o abandono
forzado de tierras, o que no se encuentre incluido en el Registro
Único de Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente de
la Ley 387 de 1997.

“La resolución de inicio del estudio formal previsto en el Decreto


4829 de 2011, suspende el trámite del proceso de que trata la
presente ley, hasta tanto se decida la inclusión o no del predio
en el Registro Único de Tierras Despojadas o Abandonadas
Forzosamente.

“Si iniciado el proceso verbal especial de que trata la presente


ley, el inmueble es incluido en el Registro o vinculado a los
procedimientos previstos en el inciso anterior, el juez terminará
el proceso y remitirá inmediatamente el caso, con toda la
información existente sobre el mismo, a la Unidad
Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras
Despojadas.

“4. Que el inmueble objeto del proceso no se encuentre ubicado


en las áreas o zonas que se señalan a continuación:

a) Zonas declaradas como de alto riesgo no mitigable


identificadas en el Plan de Ordenamiento Territorial y en los
instrumentos que lo desarrollen y complementen, o aquellas que
se definan por estudios geotécnicos que adopte oficialmente la
Administración Municipal, Distrital o el Departamento
Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina en
cualquier momento.

“b) Zonas o áreas protegidas, de conformidad con lo dispuesto


en la Ley 2ª de 1959 y el Decreto 2372 de 2010 y demás
normas que sustituyan o modifiquen.

“c) Áreas de resguardo indígena o de propiedad colectiva de las


comunidades negras u otros grupos étnicos.

“d) Zonas de cantera que hayan sufrido grave deterioro físico,


hasta tanto se adelante un manejo especial de recomposición
geomorfológica de su suelo que las habilite para el desarrollo
urbano.

“Parágrafo. Cuando la persona se encuentre en cualquiera de


las situaciones descritas en este numeral, será incluida en los

10
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

programas especiales de reubicación que deberá diseñar la


administración municipal o distrital, de conformidad con la
política nacional para estos fines.

“5. Que las construcciones no se encuentren, total o


parcialmente, en terrenos afectados por obra pública, de
conformidad con lo establecido en el artículo 37 de la Ley 9ª de
1989.

“6. Que el inmueble no se encuentre sometido a procedimientos


administrativos agrarios de titulación de baldíos, extinción del
derecho de dominio, clarificación de la propiedad, recuperación
de baldíos indebidamente ocupados, deslinde de tierras de la
Nación, o de las comunidades indígenas o afrodescendientes u
otras minorías étnicas, o delimitación de sabanas o playones
comunales conforme a la legislación agraria y aquellos que
están dentro del régimen de propiedad parcelaria establecido
en la Ley 160 de 1994 y las normas que la modifiquen o
sustituyan.

“7. Que el inmueble no se encuentre ubicado en zonas


declaradas de inminente riesgo de desplazamiento o de
desplazamiento forzado, en los términos de la Ley 387 de 1997,
sus reglamentos y demás normas que la adicionen o
modifiquen, o en similares zonas urbanas, salvo que el
poseedor que acuda a este proceso se encuentre identificado
dentro del informe de derechos sobre inmuebles y territorios a
los que se refiere el Decreto 2007 de 2001.

“8. Que no esté destinado a actividades ilícitas”.

“Sobre la satisfacción de tales requerimientos, le corresponde


pronunciarse a quien instaura la acción, por ser aquella
persona la que, necesariamente, tiene o debe tener conocimiento
de si se verifican o no las circunstancias especiales de
exclusión que, de conformidad con lo estatuido por el artículo 13
de la memorada regulación, darían lugar al rechazo de la
demanda.

“El momento oportuno para que el actor efectúe las


manifestaciones tendientes a establecer si hay lugar o no a
seguir el proceso verbal especial consagrado en la Ley 1561 de
2012, corresponde, desde luego, a la presentación de la
demanda, pues además de que así lo dispone esa normativa en
el literal a) del artículo 10, es claro que el indicado libelo, tal
como se ha dicho en otras oportunidades, demarca la actividad
del juzgador, y en principio, contiene la atribución de
competencia para el conocimiento del litigio, sin que al
funcionario judicial, respecto a dicho escrito, se le autorice
“alterar su contenido o desviar sus objetivos (…)”.

“(…) En ese orden de ideas, si al acudir a la jurisdicción, el


ciudadano, en su demanda, no hizo manifestación relativa a

11
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

que se cumplían los requisitos que determinan la procedencia


de adelantar el proceso verbal especial instituido en virtud de la
normativa precitada, no podía el administrador de justicia que,
en un comienzo, recibió dicho escrito, declarar que no tenía
atribución para conocer el asunto, pues no fue voluntad de la
parte ejercer la opción a la que alude el artículo 26 de la
referida ley, sino la de incoar la acción para que se tramitara de
acuerdo con los artículos 396 y 407 del Código de
Procedimiento Civil (…)”.

“Luego, la autoridad accionada vulneró los derechos


fundamentales del tutelante al debido proceso y de acceso a la
administración de justicia, porque, sin que esté autorizado para
ello, se desprendió, motu proprio, de la competencia frente al
conocimiento del litigio, la cual se había radicado en él en virtud
de la elección del juez natural que realizó el demandante, con
independencia de que posteriormente, y a través de los
conductos procesales idóneos, el afectado pueda controvertir la
misma, y se llegue a establecer que la definición de la litis
corresponde a otro sentenciador (…)”.

“Entonces, si el usucapiente no manifestó su intención de


acogerse a lo previsto en la Ley 1561 de 2012, de acuerdo con
lo previsto en el artículo 26 ejúsdem y, por el contrario, se opuso
a que a la causa se le diera el trámite especial consagrado en
ella, pues sostuvo que “el presente trámite no se presentó bajo
los lineamientos de la mencionada norma”, toda vez que “la
pertenencia que aquí se instaura es la regulada por el art. 407
del C.P.C.” (…), la imposición de ese procedimiento por parte del
juez del circuito, tal como se explicó, deviene transgresora de
las garantías esenciales invocadas (…)”1.

4. Ahora, en lo atinente al presupuesto de


subsidiariedad echado de menos por el Tribunal, es del caso
señalar que el recurso de reposición no agotado por la
accionante frente al proveído de 30 de abril de 2015, con el
cual el despacho del circuito acusado rechazó por
competencia el libelo y lo remitió al estrado municipal, no
se erigía como un medio idóneo de defensa en aras de
obtener lo aquí peticionado por la censora.

Lo anterior porque, conforme las etapas procesales


arriba narradas, es dable inferir que el Juzgado Promiscuo

1
CSJ. STC de 4 de octubre de 2013, exp. 17001-22-13-000-2013-00224-01.

12
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

del Circuito de Charalá, quien tuvo la oportunidad de


pronunciarse sobre la competencia del asunto en dos
oportunidades –cuando rechazó el libelo por competencia y
al ratificar la decisión del estrado municipal querellado-,
habría insistido en su criterio, consistente en dar aplicación
a lo regulado en la Ley 1561 de 2012, aún en contra de la
voluntad de la demandante, aquí actora.

5. Resta señalar que si bien como lo adujo el


juzgador del circuito querellado, el inmueble objeto de
prescripción no figura con titulares inscritos del derecho de
dominio, esa circunstancia no impide la tramitación de la
pertenencia pretendida, máxime si en el decurso el fallador
tiene la obligación de oficiar al Incoder para clarificar tal
circunstancia, de acuerdo con lo reglado en la Ley 160 de
1994 y en el Decretó 1465 de 2013.

6. Por tanto, se revocará la sentencia impugnada


para, en su lugar, acceder al amparo solicitado. En
consecuencia, se dejarán sin efecto los pronunciamientos
emitidos desde el 30 de abril de 2015, inclusive, y se le
ordenará al estrado de circuito pronunciarse nuevamente
sobre la admisibilidad de la demanda de pertenencia
propuesta por la tutelante, teniendo en cuenta las
afirmaciones de ésta relativas a ser el asunto de mayor
cuantía, en concordancia con lo previsto en el numeral 1°
del artículo 20 del Código General del Proceso, y las
directrices aquí impartidas.

13
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

3. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO: REVOCAR la sentencia de fecha y lugar


de procedencia anotada para, en su lugar, CONCEDER la
protección solicitada.

En consecuencia, se dispone dejar sin efecto los


pronunciamientos emitidos desde el 30 de abril de 2015,
inclusive, y se le ordena al Juzgado Promiscuo del Circuito
de Charalá que en el término de cuarenta y ocho (48) horas
siguientes a la notificación de esta providencia, previa
remisión del expediente por parte del Juzgado Promiscuo
Municipal de Coromoro, se pronuncie nuevamente sobre la
admisibilidad de la demanda de pertenencia propuesta por
la tutelante, teniendo en cuenta las afirmaciones de ésta
relativas a ser el asunto de mayor cuantía, en concordancia
con lo previsto en el numeral 1° del artículo 20 del Código
General del Proceso, y las directrices aquí impartidas.

SEGUNDO: Notifíquese lo así decidido, mediante


comunicación telegráfica, a todos los interesados y remítase

14
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

oportunamente el expediente a la Corte Constitucional para


su eventual revisión.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA


Presidente de Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ

15
Radicación n.° 68679-22-14-000-2015-00069-01

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

16

You might also like