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Tema:
INTEGRANTES:
DARWIN WALBERTO RODRIGUEZ LINARES.
Grado:
2° año “a” técnico
Turno:
mañana.
Materia:
CIENCIAS NATURALES.
INTRODUCCION
En el trabajo que le presentamos a continuación habla sobre las teorías de la
evolución de charles Darwin, los viajes alrededor del mundo de charles
Darwin, evoluciones y mutación en los seres vivos, mecanismos de la
evolución etc.
Evolución biológica
«Evolución» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Evolución (desambiguación).
«Evolucionismo» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Evolucionismo (desambiguación).
Parte de la serie de
Evolución biológica
Temas clave
Historia de la idea
Historia
Procesos y Resultado
Implicaciones Sociales
Campos y aplicacione
Portal de biología
Categoría
El origen de la vida
El origen de la vida, aunque atañe al estudio de los seres vivos, es un tema que no
es abordado por la teoría de la evolución; pues esta última sólo se ocupa del
cambio en los seres vivos, y no del origen, cambios e interacciones de las
moléculas orgánicas de las que éstos proceden.25 No se sabe mucho sobre las
etapas más tempranas y previas al desarrollo de la vida, y los intentos realizados
para tratar de desvelar la historia más temprana del origen de la vida
generalmente se enfocan en el comportamiento de las macromoléculas, debido a
que el consenso científico actual es que la compleja bioquímica que constituye la
vida provino de reacciones químicas simples, si bien persisten las controversias
acerca de cómo ocurrieron las mismas.26 Tampoco está claro cuáles fueron los
primeros desarrollos de la vida (protobiontes), la estructura de los primeros seres
vivos o la identidad y la naturaleza del último antepasado común universal.27 28 En
consecuencia, no hay consenso científico sobre cómo comenzó la vida, si bien se
ha propuesto que el inicio de la vida pueden haber sido moléculas autorreplicantes
como el ARN,29 o ensamblajes de células simples denominadas nanocélulas.30 Sin
embargo, los científicos están de acuerdo en que todos los organismos existentes
comparten ciertas características ―incluyendo la presencia de estructura celular y
de código genético― que estarían relacionadas con el origen de la vida.31
La razón biológica por la que todos los organismos vivos en la Tierra deben
compartir un único y último antepasado común universal, es porque sería
prácticamente imposible que dos o más linajes separados pudieran haber
desarrollado de manera independiente los muchos complejos mecanismos
bioquímicos comunes a todos los organismos vivos.22 32 Se ha mencionado
anteriormente que las bacterias son los primeros organismos en los que la
evidencia fósil está disponible, las células son demasiado complejas para haber
surgido directamente de los materiales no vivos.33 La falta de evidencia
geoquímica o fósil de organismos anteriores ha dejado un amplio campo libre para
las hipótesis, que se dividen en dos ideas principales: 1) Que la vida surgió
espontáneamente en la Tierra. 2) Que esta fue «sembrada» de otras partes del
universo.
Los procariotas, entonces, habitaron la Tierra desde hace 3000 a 4000 millones de
años.41 42 Durante los siguientes miles de millones de años no ocurrió ningún
cambio significativo en la morfología u organización celular en estos organismos. 43
En Sao Tiago, Darwin apreció que la geología de la isla era la parte más
interesante de su historia natural. La línea de roca dura y blanda que se extendía
de forma horizontal a una altura de alrededor de trece metros sobre la misma base
de los acantilados fue lo primero que le llamó poderosamente la atención al tocar
puerto. Aquella formación era calcárea y contenía numerosas conchas, la mayoría
de las cuáles se podía encontrar en la costa. Darwin dedujo que en tiempos
lejanos la corriente de lava de los antiguos volcanes se precipitó encima del
anterior lecho del mar de conchas y corales, ayudando gradualmente a formar
aquella línea de roca dura y blanca. En parte alguna descubrió signos de reciente
actividad volcánica. Ni siquiera formas de cráter en las colinas de ceniza roja.
También llegó a la conclusión de que la superficie de la isla se había tenido que
formar por una sucesión de actividades volcánicas, y no solamente como
consecuencia de una de ellas. (Alberto Cañagueral)
Llegada a Valparaíso (23 de julio). Charles Darwin:
Durante la noche el Beagle echa el ancla en la bahía de
Valparaíso, principal puerto de Chile. Al amanecer nos
encontramos en cubierta. Acabamos de abandonar Tierra
del Fuego; ¡qué cambio!, ¡que delicioso nos parece todo
esto aquí: tan transparente es la atmósfera, tan puro y
azul es el cielo, tanto brilla el sol, tanta vida parece rebosar la naturaleza! Desde el
lugar en que hemos anclado, la vista es preciosa. La ciudad se alza al pie de una
cadena de colinas bastante escarpadas y que tienen cerca de 1.600 pies (480
metros) de altitud. Debido a esa situación, Valparaíso no es sino una larga calle
paralela a la costa: pero cada vez que un barranco abre el flanco de las montañas,
las casas se amontonan a uno y otro lado. Una vegetación muy escasa cubre esas
colinas redondeadas y los lados rojo vivo de los numerosos barranquillos que las
separan brillan al sol. El color del terreno, las casas bajas blanqueadas con cal y
cubiertas de tejas, me recordaban mucho a Santa Cruz de Tenerife. Hacia el
nordeste hay una vista espléndida de los Andes, pero desde lo alto de las colinas
vecinas se les ve mucho mejor; se puede apreciar la gran distancia a que se
hallan situados y el panorama es magnífico. El volcán Aconcagua ofrece un
aspecto particularmente imponente. Esa inmensa masa irregular alcanza una
altitud más considerable que el Chimborazo, porque, según las triangulaciones
hechas por los oficiales del Beagle, llegan a una altitud de 23.000 pies (6.900
metros). Sin embargo, vista desde donde nos hallamos, la Cordillera debe una
gran parte de su belleza a la atmósfera a través de la que se divisa.
Equilibrio puntuado
Mutación
En los seres pluricelulares, las mutaciones solo pueden ser heredadas cuando
afectan a las células reproductivas. Una consecuencia de las mutaciones puede
ser, por ejemplo, una enfermedad genética. Sin embargo, aunque a corto plazo
pueden parecer perjudiciales, las mutaciones son esenciales para nuestra
existencia a largo plazo. Sin mutación no habría cambio, y sin cambio la vida no
podría evolucionar.
Tipos de mutación según sus consecuencias
Mutaciones morfológicas
Mutaciones condicionales
Condiciones permisivas: son aquellas bajo las cuales el producto del gen
mutado es aún funcional.
Mutaciones bioquímicas o nutritivas
Son los cambios que generan una pérdida o un cambio de alguna función
bioquímica como, por ejemplo, la actividad de una determinada enzima. Se
detectan ya que el organismo que presenta esta mutación no puede crecer o
proliferar en un medio de cultivo por ejemplo, a no ser que se le suministre un
compuesto determinado. Los microorganismos constituyen un material de elección
para estudiar este tipo de mutaciones ya que las cepas silvestres solo necesitan
para crecer un medio compuesto por sales inorgánicas y una fuente de energía
como la glucosa. Ese tipo de medio se denomina mínimo y las cepas que crecen
en él se dicen prototróficas. Cualquier cepa mutante para un gen que produce una
enzima perteneciente a una vía metabólica determinada, requerirá que se
suplemente el medio de cultivo mínimo con el producto final de la vía o ruta
metabólica que se encuentra alterada. Esa cepa se llama autotrófica y presenta
una mutación bioquímica o nutritiva.6
Las mutaciones suelen determinar que la función del gen en cuestión no se pueda
llevar a cabo correctamente, por lo que desaparece alguna función del organismo
que la presenta. Este tipo de mutaciones, las que suelen ser recesivas, se
denominan mutaciones de pérdida de función. Un ejemplo es la mutación del gen
hTPH2 que produce la enzima triptófano hidroxilos en humanos. Esta enzima está
involucrada en la producción de serotonina en el cerebro. Una mutación (G1463A)
de hTPH2 determina aproximadamente un 80 % de pérdida de función de la
enzima, lo que se traduce en una disminución en la producción de serotonina y se
manifiesta en un tipo de depresión llamada depresión unipolar.7
Síndrome de Klinefelter
Síndrome de Turner
La selección natural actúa para eliminar las mutaciones desventajosas; por tanto,
está actuando continuamente para proteger a la especie de la decadencia
mutacional. Sin embargo, la mutación desventajosa surge a la misma velocidad a
la que la selección natural la elimina, por lo que las poblaciones nunca están
completamente limpias de formas mutantes desventajosas de los genes. Esas
mutaciones que no resultan ventajosas pueden ser el origen de enfermedades
genéticas que pueden transmitirse a la siguiente generación.
La selección natural no actúa sobre las mutaciones neutrales, pero las mutaciones
neutrales pueden cambiar de frecuencia por procesos aleatorios. Existen
controversias sobre el porcentaje de mutaciones que son neutrales, pero
generalmente se acepta que, dentro de las mutaciones no neutras, las mutaciones
desventajosas son mucho más frecuentes que las mutaciones ventajosas. Por
tanto, la selección natural suele actuar para reducir el porcentaje de mutaciones al
mínimo posible; de hecho, el porcentaje de mutaciones observado es bastante
bajo.
Jean-Batiste Lamarck
Jean-Batiste Pierre Antoine de Monet Chevalier de Lamarck (Bazentin, 1 de
agosto de 1744 – París, 18 de diciembre de 1829) fue un naturalista francés, uno
de los grandes hombres de la época de la sistematización de la Historia Natural,
cercano en su influencia a Linneo, Leclerc y Cuvier.
Sabemos que cualquier ciencia debe tener su filosofía y que sólo por ese camino
hace progresos reales. Los naturalistas gastarán vanamente su tiempo
describiendo nuevas especies, captando nuevos matices, todas las pequeñas
particularidades de sus variaciones para agrandar la inmensa lista de las especies
inscritas [...] Si la filosofía de la ciencia se descuida, sus progresos no serán reales
y la obra entera quedará imperfecta
León Harris.
Así, para llegar a conocer las verdaderas causas de tantas formas diversas y de
tantos hábitos diferentes como nos ofrecen los animales, es preciso considerar
que las circunstancias infinitamente diversificadas, en las cuales se han
encontrado los seres de cada raza, han producido para cada uno de ellos
necesidades nuevas y cambios en sus hábitos necesariamente. Reconocida esta
verdad, que nadie podrá negar, será fácil percibir cómo las nuevas necesidades
han podido ser satisfechas y los nuevos hábitos adquiridos, si se presta alguna
atención a las dos siguientes leyes de la Naturaleza, que siempre ha comprobado
la observación:
Segunda ley: todo lo que la Naturaleza hizo adquirir o perder a los individuos por
la influencia de las circunstancias en que su raza se ha encontrado colocada
durante largo tiempo, y consecuentemente por la influencia del empleo
predominante de tal órgano, o por la de su desuso, la Naturaleza lo conserva por
la generación en los nuevos individuos, con tal de que los cambios adquiridos
sean comunes a los dos sexos, o a los que han producido estos nuevos
individuos.
Lamarck, con estas leyes, sostuvo que si una “raza” (esto es, un grupo de
organismos) estaba sometida a las mismas condiciones ambientales y estas
condiciones se prolongaran durante mucho tiempo, se transformarían
adaptándose a ese ambiente. Como mecanismo, propuso que las trasformaciones
que los organismos sufrimos en vida sometidos a los diferentes ambientes, con el
tiempo se fijarían en su descendencia, lo que hoy conocemos como transferencia
horizontal. Advirtió que ese proceso es un proceso tan lento que desde nuestra
capacidad de observación pasaría inadvertido. Según estas leyes los cambios se
producen no en el individuo sino en la población (no en uno o varios individuos,
sino en el conjunto de individuos del grupo) y no son cambios inmediatos sino que
se fijarían a lo largo de un prolongado proceso.
las variaciones en las circunstancias para los seres vivientes, y sobre todo para los
animales, producen cambios en sus necesidades, en sus hábitos y en el modo de
existir, y si estos cambios dan lugar a modificaciones o desarrollos en los órganos
o en la forma de sus partes, se debe inducir que insensiblemente todo cuerpo
viviente cualquiera debe variar en sus formas o sus caracteres exteriores, aunque
semejantes variaciones no llegasen a ser sensibles más que después de un
tiempo considerable. […] En cada lugar donde los seres pueden habitar, las
circunstancias que establecen en él un orden de cosas permanecen largo tiempo
siendo las mismas y no cambian en realidad más que con una lentitud tan grande,
que el hombre no puede advertirlas directamente. Está obligado a consultar los
monumentos para reconocer que en cada uno de aquellos lugares el orden de
cosas establecido no ha sido siempre el mismo. Las razas de animales que viven
en cada uno de ellos deben conservar en él largo tiempo sus hábitos. De aquí
para nosotros la aparente constancia de las razas que llamamos especies,
constancia que hizo nacer en nuestro pensamiento la idea de que las razas son
tan antiguas como la Naturaleza.
“No se puede por menos —dicen los autores— contener los vuelos de la
imaginación, cuando todavía se ve conservado con sus menores huesos, sus
menores pelos y sus menores detalles tal animal que antes tenía en Tobas o en
Menfis sacerdotes y altares. Pero sin extraviarnos en todas las ideas que hacen
nacer semejantes aproximaciones, limítense a exponer que estos animales son
perfectamente semejantes a los actuales” (Anales del Museo de Historia Natural.)
[...]
Nada existe, por tanto, en la observación que acaba de ser citada que resulte
contrario a las consideraciones que llevo expuestas sobre este asunto, ni que
pruebe que los animales de que se trata hayan existido en todo tiempo en la
Naturaleza, pues demuestra solamente que vivían en Egipto hace dos o tres mil
años. Y todo hombre que posee el hábito de reflexionar y de observar al propio
tiempo los documentos de la enorme antigüedad que muestra la Naturaleza,
aprecia en su verdadero valor la insignificante cifra de tres mil años con relación a
las épocas geológicas.
La selección natural puede ser expresada como la siguiente ley general, tomada
de la conclusión de El origen de las especies:
Aptitud
Aunque la selección natural opera sobre los individuos, los efectos del azar hacen
que la aptitud sólo pueda ser definida en promedio para los individuos de una
población. La aptitud de un determinado genotipo corresponde al efecto medio
sobre todos los individuos con ese genotipo. Los genotipos de muy baja aptitud
causan que sus portadores tenga muy poca —o ninguna— descendencia en
promedio. Se pueden citar como ejemplos muchas enfermedades genéticas
humanas, como la fibrosis quística.
La selección a otros niveles, como el gen, puede resultar en una mejora para el
gen y al mismo tiempo en un perjuicio para el individuo portador del gen. Este
proceso se denomina conflicto intragenómico. En conjunto, el efecto combinado de
todas las presiones a los distintos niveles (gen, individuo, grupo) es lo que
determina la aptitud de un individuo y por tanto el resultado de la selección natural.
Selección estabilizadora
Selección direccional
Selección disruptiva o Selección balanceada
Selección sexual
Selección estabilizadora
Selección direccional
Selección equilibradora
Selección sexual
Dimorfismo sexual entre leones (Panthera leo), resultado de la selección sexual.
La selección sexual es un concepto clave de la teoría de la evolución acuñado
por Charles Darwin en su libro El origen de las especies para explicar el desarrollo
de caracteres sexuales secundarios en los seres vivos que parecían no responder
a la selección natural, es decir, a la supervivencia del mejor adaptado.1 En líneas
generales, postula que ciertos rasgos presentes son el resultado de la
competencia entre individuos de un mismo sexo por el acceso a la cópula
(selección intrasexual) y de la selección por parte de uno de los sexos, usualmente
las hembras, de individuos del sexo opuesto (selección intersexual) .2
Se relaciona directamente a este mecanismo evolutivo con el dimorfismo sexual y
con la presencia de rasgos morfológicos exagerados. Muchos de estos rasgos
morfológicos llegan a suponer una merma en las capacidades adaptativas y de
supervivencia de los animales que los poseen. Para explicar su desarrollo, dentro
de la selección sexual, se postulan dos hipótesis denominadas «de Fisher» y «del
hándicap», concebidas por Ronald Fisher y Amotz Zahavi respectivamente. La
primera de ellas explica este desarrollo exagerado de estructuras fisiológicas en
un sexo por la identificación directa de éstas con genomas superiores por parte de
sus parejas sexuales. La segunda de las hipótesis indica que la presencia de
rasgos morfológicos exagerados lastran la supervivencia de los organismos que
los manifiestan; sus parejas sexuales sentirían preferencia por ellos por ser
capaces de sobrevivir a pesar del hándicap que les suponen estos rasgos.
Los mecanismos de la evolución
Hay dos mecanismos básicos de cambio evolutivo: la selección natural y la deriva
genética. La selección natural favorece a los genes que mejoran la capacidad de
supervivencia y reproducción del organismo. La deriva genética es el cambio
aleatorio en la frecuencia de los alelos, provocado por muestreo aleatorio de los
genes de una generación a la siguiente. El flujo genético es la transferencia de
genes dentro de una población o entre poblaciones. La importancia relativa de la
selección natural y de la deriva genética en una población varía dependiendo de la
fuerza de la selección y del tamaño poblacional efectivo, que es el número de
ejemplares de esa población capaces de reproducirse.159 La selección natural
suele predominar en las poblaciones grandes, mientras que la deriva genética
predomina en las pequeñas. El predominio de la deriva genética en poblaciones
pequeñas puede llevar incluso a la fijación de mutaciones ligeramente
deletéreas.160 Como resultado de ello, los cambios en el tamaño de una población
pueden influir significativamente en el curso de la evolución. Los cuellos de botella
en las poblaciones ―situaciones que llevan a un drástico descenso temporario del
tamaño efectivo― determinan una pérdida o erosión de la variabilidad genética y
conllevan, por lo tanto, a la formación de poblaciones genéticamente más
uniformes. Los cuellos de botella también pueden ser el resultado de alteraciones
en el flujo genético, como una migración reducida, la expansión a nuevos hábitats,
o una subdivisión de la población.
Deriva genética
La selección artificial es un proceso por el que el hombre separa para distinto uso
reproductivo los ejemplares de una especie vegetal o animal dependiendo de sus
características. Esta actuación, llevada a cabo a lo largo de varias generaciones,
consigue la aparición de variedades razonablemente estables, que son empleadas
posteriormente con fines agrícolas, ganaderos o tipos de género masivo.
Mediante este tipo de selección surgieron -por ejemplo- todas las variedades de
perros modernos, como el xoloitzcuintle, que están orientados a tareas específicas
como la vigilancia y la compañía, así como a satisfacer preferencias estéticas, por
la expresión facial y la apariencia del pelo, entre otros.
Las características de los productos agrícolas también están determinados en
gran medida por efectos de la selección artificial, proceso mediante el cual se han
logrado variedades vegetales que se pueden aprovechar fácilmente para usos
alimenticios del ser humano, como es el caso del maíz y el plátano, cuyos frutos
tienen un rendimiento comestible para el hombre mayor que las variedades
silvestres de las que proceden; también en las plantas ornamentales se han
llegado a desarrollar variedades de impresionante belleza gracias a la selección
artificial de las características deseadas
Aunque sus resultados pueden ser iguales, pueden distinguirse dos tipos de
selección artificial según la metodología empleada: cuando se favorece que se
reproduzcan los ejemplares con características buscadas (selección positiva) o
cuando se impide que se reproduzcan los ejemplares con características
indeseables.
Como todos los procesos de selección biológica, este tipo de selección opera
sobre las variaciones heredables de los organismos y produce adaptación a las
condiciones de vida, que en este caso vienen determinadas por el criador de
animales o por el agricultor. Según el biólogo Sudamericano Aldair Mangones:
El paleontólogo Stephen Jay Gould denunció duramente las bases del darwinismo
social, considerando que la “falsedad científica” de sus argumentos condujeron a
la matanza de millones de seres humanos que perpetuaron las injusticias sociales
con el argumento de la supuesta inferioridad innata de algunos seres humanos. 8
Los “darwinistas sociales” se han percibido a sí mismos como actores que aplican
las bases biológicas darwinianas a la sociedad.
Herbert Spencer afirma que la idea básica del «Darwinismo social» (que la teoría
de la evolución biológica tiene aplicaciones sociales) no había sido iniciada
originalmente por Charles Darwin, sino que su origen se encuentra en la obra de
Spencer mismo.10 Consecuentemente se considera que el darwinismo social llegó
a incorporar algunas percepciones que anteceden al darwinismo. Spencer resalta
la influencia de Malthus, pero también visiones que provienen del lamarckismo.
Por ejemplo. en sus “Principios de biología”, Spencer sugiere que “No podemos en
el caso del hombre, más que en el caso de cualquier otro ser, presumir que la
evolución ya ha tomado o tomará lugar en forma espontánea... todas las
modificaciones, funcionales y orgánicas, han sido, son y deben ser ya sea
inmediata o remotamente consecuencia de las condiciones que prevalecen”.
(Número 373, p 497). Adicionalmente Spencer basaba sus propuestas -
avanzadas en su La estática social, escrito en 1851- acerca de la libertad humana
y derechos individuales en la teoría evolutiva de Lamarck.11