Professional Documents
Culture Documents
Originalmente fue una palabra utilizada por los antiguos griegos para designar la totalidad de
la existencia. Los griegos creían que el cosmos se regía por una serie de leyes («nomos»), las
cuales serían uno de los objetivos de comprensión de los primeros pensadores con los que se
iniciaría entonces una versión embrionaria de la filosofía griega. Estas leyes, a su vez, se
entendía que establecían un determinado orden («diké») antítesis de caos, caracterizado por
el desequilibrio o desorden («adikía»). El tiempo en el cosmos no era concebido de forma
lineal como lo es en la actualidad, sino de una forma cíclica: la periodicidad con la que se
daban determinados fenómenos meteorológicos es ejemplo de ello (y entre otros). Conceptos
como la nada, el no ser, el vacío, el infinito o lo ilimitado no eran comprensibles en la época
en que aparece el término: la Civilización Minoica, pues tampoco existían de facto. El estudio
del cosmos, desde cualquier punto de vista, se llama cosmología.
Etimología
Procede del latín cosmos que significa universo, y este del término griego κόσμος (kósmos),
que significa orden, (la) totalidad u ornamentos, siendo la antítesis de caos Χάος (Kháos o
cháos), que significa desorden.1 Las palabras cosmético y cosmetología tienen el mismo
origen.
Concepto
En la filosofía antigua y medieval
Véase también: Armonía de las esferas
En la física
En la literatura
Véase también: Cosmicismo
La vista del cosmos como “naturaleza autosuficiente, autónoma” está en contraste agudo con
la perspectiva de la naturaleza como un simple mecanismo para el crecimiento de los
animales.
En la opinión del mundo del cosmos, el hombre es parte de la naturaleza, mientras que, en
opinión del mundo del mecanismo, el hombre domina la naturaleza.
El filósofo Ken Wilber usa el término cosmos para referirse a todo lo que existe. Se utiliza
para distinguir este universo no dual (que, en su opinión, incluye aspectos no éticos y físicos)
del universo terminantemente físico que es la preocupación (“estrecho”) de las ciencias
tradicionales y que se asocia extensamente al término cosmos.
Cosmos: un viaje personal (en inglés Cosmos: A Personal Voyage) es una serie documental
de divulgación científica escrita por Carl Sagan, Ann Druyan y Steven Soter (con Sagan
como guionista principal y presentador), cuyos objetivos fundamentales fueron:
El programa de televisión estuvo listo en 1980 y constó de trece episodios, cada uno de
aproximadamente una hora de duración. La música utilizada fue mayormente obra de
Vangelis, y otros. Ganó un Premio Emmy y un Peabody. La serie se ha emitido en 60 países
y ha sido vista por más de 400 millones de personas [1]. Tras el rodaje de la serie, Sagan
escribió el libro homónimo Cosmos, complementario al documental.
Cosmos fue producida en 1978 y 1979 por KCET (televisión pública de California) con un
presupuesto de 6,3 millones de US$, sin contar los 2 millones de US$ adicionales para su
propaganda y difusión[cita requerida]. El formato de la serie se inspira en documentales
realizados previamente por la BBC como Civilisation (1969) de Kenneth Clark; The Ascent
of Man (1973), de Jacob Bronowski, y Life on Earth (1979), de David Attenborough.
La serie destacó por su uso innovador de los efectos especiales, que mostraban a Sagan
caminando a través de ambientes que eran, en verdad, maquetas, en lugar de los tradicionales
sets de filmación a tamaño real. La banda sonora contó con piezas del compositor griego
Vangelis, como Alpha, Pulstar, o Heaven and Hell Parte 1 (esta última sirvió como tema de
apertura, además de darle nombre al capítulo 4 de la serie). A lo largo de los trece capítulos
que componen la serie se usaron muchas pistas de audio de varios álbumes de los 70 como
Albedo 0.39, Spiral, Ignacio, Beaubourg o China. El éxito mundial del documental también
lanzó a la música de Vangelis a muchas casas, y recibió la atención de la audiencia mundial.
La palabra «naturaleza» procede del latín natura que significa «perteneciente o relativo a la
naturaleza o conforme a la cualidad o propiedad de las cosas», «carácter natural».1
La «naturaleza» es la dinámica y la armonía del conjunto de los seres vivos y la materia inerte
en su extensa diversidad en todas sus variedades y combinaciones a través del tiempo y el
espacio, de las actividades climáticas, sísmicas, volcánicas, geológicas, geográficas y
atmosféricas.
El concepto de naturaleza como un todo —el universo físico— es un concepto más reciente
que adquirió un uso cada vez más amplio con el desarrollo del método científico moderno en
los últimos siglos.23
Dentro de los diversos usos actuales de esta palabra, «naturaleza» puede hacer referencia al
dominio general de diversos tipos de seres vivos, como plantas y animales, y en algunos
casos a los procesos asociados con objetos inanimados —la forma en que existen los diversos
tipos particulares de cosas y sus espontáneos cambios—, así como el tiempo atmosférico, la
geología de la Tierra y la materia y energía que poseen todos estos entes. A menudo, se
considera que significa «entorno natural»: animales salvajes, rocas, bosques, playas, y en
general todas las cosas que no han sido alteradas sustancialmente por el ser humano, o que
persisten a pesar de la intervención humana. Este concepto más tradicional de las cosas
naturales implica una distinción entre lo natural y lo artificial (entendido esto último como
algo hecho por una mente o una conciencia humana).
La Tierra
La Tierra es el quinto mayor planeta del sistema solar y el tercero en orden de distancia al
Sol. Es el mayor de los planetas telúricos o interiores y el único lugar del universo en el que
se sabe que existe vida.
Los rasgos más prominentes del clima de la Tierra son sus dos grandes regiones polares, dos
zonas templadas relativamente estrechas y una amplia región ecuatorial, tropical y
subtropical.4 Los patrones de precipitación varían enormemente dependiendo del lugar, desde
varios metros de agua al año a menos de un milímetro. Aproximadamente el 70 por ciento de
la superficie terrestre está cubierta por océanos de agua salada. El resto consiste en
continentes e islas, situándose la mayor parte de la Tierra habitable en el hemisferio norte.
Vida
El hecho de que las formas más básicas de vida vegetal comenzaran a realizar la fotosíntesis
fue clave para la creación de condiciones que permitiesen el desarrollo de formas de vida
más complejas. El oxígeno resultante del proceso se acumuló en la atmósfera y dio lugar a la
capa de ozono. La relación de simbiosis entre células pequeñas y otras mayores dio lugar al
desarrollo de células aún más complejas llamadas eucariotas.19 Las células se agruparon en
colonias y comenzaron a especializarse, dando lugar a auténticos organismos pluricelulares.
Gracias a la capa de ozono, que absorbe las radiaciones ultravioletas nocivas, la vida colonizó
la superficie de la Tierra.
Aunque no existe un consenso universal sobre la definición de la vida, los científicos, por lo
general, aceptan que la manifestación biológica de la vida se caracteriza por los siguientes
factores o funciones: organización, metabolismo, crecimiento, adaptación, respuesta a
estímulos y reproducción. De manera más sencilla, podemos considerar la vida como el
estado característico de los organismos. Las propiedades comunes a los organismos terrestres
(plantas, animales, hongos, protistas, arqueas y bacterias) son las siguientes: son celulares,
tienen una organización compleja basada en el agua y el carbono, tienen un metabolismo y
capacidad para crecer, responder a estímulos y reproducirse. Por ello, se considera que una
entidad que reúna estas propiedades está viva. Sin embargo, no todas las definiciones que
hay sobre la vida consideran esenciales todas estas propiedades.
Ecosistemas
El ecosistema es un sistema dinámico relativamente autónomo, formado por una comunidad
natural y su ambiente físico. El concepto, que empezó a desarrollarse entre 1920 y 1930, tiene en
cuenta las complejas interacciones entre los organismos (plantas, animales, bacterias, algas,
protozoos y hongos, entre otros) que forman la comunidad y los flujos de energía y materiales que
la atraviesan.Todas las formas de vida tienen la necesidad de relacionarse con el entorno en que
viven, y también con otras formas de vida. En el siglo XX, esta premisa dio lugar al concepto de
ecosistema, que se pueden definir como cualquier situación en la que hay una interacción entre
organismos y su entorno. Los ecosistemas constan de factores bióticos y abióticos que funcionan de
manera interrelacionada.30 Los factores más importantes de un ecosistema son: suelo, atmósfera,
radiación solar, agua y organismos vivos. Cada organismo vivo tiene una relación continua con todos
los demás elementos de su entorno. Dentro del ecosistema, las especies se relacionan y dependen
unas de otras en la llamada cadena alimentaria, e intercambian materia y energía tanto entre ellas
mismas como con su entorno. Michael Pidwirny, en su libro Fundamentals of Physical Geography,
describe el concepto así:31