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AI Cardenal Marty, An:obispo de Paris ~ue

ha bido capaz de dcc::ir. coo sinc:crldad, cs· Confederación Lacínoamericana de Religiosos


ta~ palabms: CLAR
" S6/o busco servir a Jesucristo. No soy
de d11rechas ni de it.quierdas, ni dei cen.
tro nf de a.bajo y menos adn de arriba.
Quisiera siempre estgr no fuera dei mundo,
sino cerC4 de cualquier hombre mi herrna·
no.
Algunos se sentir/an d ichosos si yo me
adapta.se a un modelo p reestablecido. Que·
rfa11 encerrgrn1e en tm perso11aje decermi·
nado. No quiero ni puedo hacerlo. EI Eva'1·
gelio y mis pgdres lticieron de mf u11 11um·
bre libre. Dejadme que continúe siindolo".

VIDA RELIG(~
,.
EN EL

MUNDO SECULARIZADO

INCIDENCIAS

José María Guerrero, S. J.


J. M. R. Tillard, O. P.

SECRETARIADO GENERAL DE LA CLAR


A PA~TAOO AEREO 90710
Colección CLAR N<! 1O Bogotá • Colombi~
1971
GONTENIOO

Pégs.

PRESENTACION 7

CLAAIFICACION DEL CONCEPTO V REFLEXION


TEOLOG ICA SOBRE EL FENOMENO DE LA
SECULARIZACION 13
José Med a Guerrero

lntroducción 9

La etimología de la palabra 13

La ctudad secular 14

Oué es la secularización? 14

Naturaleza y hombre "sacra! y secular" 17

La nueva ímagen dei hombre 18

La nueva imagen de Dl os 20
Secularlzaclón y secularismo 22
lnterpretación teológica dei fenómeno de la
secu larización 23

La encarnaclón de Díos y la secularización 29


EI cristianismo frente a la :secularización 30
Peligros de la secularización 33
Propledael Reservada
EI juicio de un crlstlano sobre el fenomeno de la
secularlzaclón 36
EL PROVECTO DE VIDA RELIGIOSA 40
J . M. R. Tillard

1. Pistas equívocas

Las comunidades "cuerpos especlallzados ai servi-


cio de la misión eclesial" 42

La referencia a la concepclón monástica 44


PRESENTAC/ON
Recurso constante a la letra misma dei Evangelio 45

li. Caracterfstica fundamental dei proyecto


de vida religiosa 47
Es indudable que la corrlente de secu larlzación tiene que
Advertenc ias: repercutir hondamente en nuestra Vida Religiosa.

48 Cómo descubrlr e Interpretar la voluntad de Dios en este


1 . Temperamento natural
"Signo de los tlempos"?
2. Relaclón con el mundo 49
En un mundo secularizado la Vida Religiosa será la misma
que en otras épocas?
3 . Se construye en torno a la opción a la fe 50 Hasta qué punto y en quê forma se ·seculariza" nuestra
• consagración"?
4 . Centrada en lo único necesario 52 Son estos desafiantes interrogantes que los autores dei
presente tolleto t ratan de despejar.

5. Fundada en la lectura global dei Evangello 53 Estamos seguros de prestar un esperado servicio, ofre-
clendo ai espíritu crítico de nuestros lectores este material
Conclusi6n 57 '1e reflexión que nos brindan los PP. José Maria Guerrero . s.j.
y Jean-Marie Tlllard. o.p.

Fr Luls E. PATlf'IO S., o.f.m.


Secretario General de la CLAR
INTRODUCOION

Ninguna Congregación religiosa tiene prometida su su-


pervivencia eterna en la Iglesia y es falso teológicamente
que un carisma anquilosado, que se convierte en un quiste
sin apertura de servido a la Iglesia, tenga por qué sobre-
vivir.
Creo, sin embargo, que esa posibilidad de e:x.istencia
oristiana, globalmente llamada vida religiosa, es una nece-
sfdad evangélica slempi:-e actual en la I glesta.
El Pueblo de Dios, en su constante peregrinar, sentirá
siempre, en mayor o menor grado, la tentación de instalarse
en lo temporal con un consiguiente enfriamiento de fe y
caridad. Necesitará siempre ese MEMORIAL ( en toda la
riqueza bíblica del término) que le recuerde tncensantemen-
te - por que incensante será la tentación- la DIMENSION
VERTICAL de u n pueblo que no tiene aquí aba.f o ciudad
permanente sino que espera en la p lenitud de la futura.
Los valores dei Rein o, dados ya en germen a la Huma-
nidad y que son los únicos .capaces de hacerla fermentar en
1

F raterni<lad pueden opacarse. Una forma típica y ori.ginal


de existencia que los acentúe y haga que afloren a la super-
ficie de toda vida cristian a será necesaria. Cuando hablo de
acentuación de los valores del Reino no <hablo desde Ia pers-
pectiva de una teología estática sino una teología dinâmica
que v.i ve y encarna la marcha del hombre en la h istoria de
salvación, una salvación integral, liberadora, que viene de
un Dios ~ue se entrega gratuitament e al hombre, que sale a
su encuentro para ofrecerle su salvación.
Todo esto es cierto. Y, sin embargo, hay hoy quienes
con una rabiosa sinceridad y con un profundo sentido cri-
tico y no poca buena voluntad acusan a la vida religiosa de
alienación fundamental con respecto a la vida cristíana, de
reli quia viva d e un pasado definitivamente envejecido, de

9
1
enclave feliz ai margem de un mundo que sufre cn un sub-
I desarrollo infra-humano. a la lglesia (y la vida religiosa participa de este carácter
de SACRAMENTO Y SIGNO ) fácilmente se comprende que
\ Tiene algo que decir hoy la vida religiosa a nuestro mun- la fosilización es un gran enemigo de la lglesia y de la vida
do? E s esa profecía en acción del Reino que fue en sus orf- religiosa. Fosilizarse es detenerse en nuestro peregrinar. Fo-
\ genes? Represen ta dentro dei misterio de la lglesia ese ca-
risma profético y escatológico?
silizarse es opacar el signo de la vida religiosa. De qué ser-
viria tener una magnífica literatura pero en una lengua in-
descifrable?
Arcaico y religioso no son sinónimos. lnmovilidad no
significa fidelídad. "La permanencia de lo permanente no se Se trata, pues, de expresar los valores esenciales y p e-
ve posible sino a través de las variaciones de lo variabl e" 1. ·rennes de la vida religiosa pero en un lcnguaje y estilo, en
parte, nuevos, más adaptados al hombre dei mundo secula·
Los cambies profundamente vertebrates de nuestro fiem- rizado.
po 2 y, sobre todo, el fenómeno de la secularización que se Cierto que la tarea no es fácil y no se hará sin sufri-
ha estudiado en otra de estas conferencias 3 son un d~ miento como s uele suceder con toda crisis de a lumbra-
safío para la vida religiosa también que no sobrevivirá sino miento . No se trata de claudicar o suavizar las exigencias
a condición de que reevangelice, rehumanice, rebaga y crea radicales y últimas que entra fi a la vida religiosa so pretex-
estructuras a nivel de la experiencia contemporânea secular to de una renovación conciliar, creyendo que vamos a vitali·
- por la que debe sentirse interpelada- sin traicionar lo zarla "asegurándonos", es decir adoptando actitudes proplas
específico y su valor propio e irremplazable dentro dei mis- de la forma de exis tencia cristiana de los seglares, pero tam-
terio de la Iglesfa. poco debemos paralizar al E sp íritu Santo por nuestra fal-
ta de audacia evangélica.
Se ha hablado de "funcrales colectivos". Y una peli-
grosa esclerosis amenaza sin cesar a algunos Institutos que Después de haber tratado: qué es la sccularización y que
no acaban de descubrir, a pesar de su buena voluntad, el es lo específico de la Vida Religiosa <ientro dol ministerio
nuevo rumbo de la Iglesia, hecha conciencia y sacramento de la Iglcsia, vamos a tratar, en estas conferencias <lt: hacer
de salvación para el hombre del siglo XX en su múltiple, algunas sugerencias 4 sobre las incidcncias de la secularlza-
mudable y actual fenomenología. Rumbo, impuesto por el cién sob re la Vida Religiosas.
Concilio Vaticano II. De una situación más bien estática
que miraba bacia atrás hemos pasado a una concepción di- Antes de terminar esta introducción quisiera advertir
nárnica y cambiante de la Historia. con lealtad que estas páginas no quieren ser una condena
del pasado (no se trata de renegar dei pasado sino de supo-
El Concilio ha calificado a la Iglesia de peregrina. Es nerlo y "sobrepasarlo"), ni siquiera un juicio severo (seria
el adjetivo preferido. Y peregrinación habla de movilidad, históricamente injusto valorar y enjuiciar el pasado con las
de cambio, de estar hoy aquí y manana más allá, significa categorias del presente). También el pasado tuvo "sus" gran-
mirar hacia adelante y esperar dentro de una evolución dei dezas. Pero el trabajo se orien ta hacia el futuro d e la Vida
devenir humano. Si a esto se aiiade el concepto de "sacra- Religiosa y quiere mirar ai presente para encontrar una
mentalidad" oon eI que el Concilio ha también determinado Vida ReJígiosa más a t<>no con la fe y el mundo en que que-
remos ser testigos. Esto es lo que nos ha pedido el Concilio.
l Varios, RcllJiosos y religiosas ante la Ia:lcsia de maiiana. PPC. Madrid ,
1968 , p. 16. 4 Se recogen aquí como pw1tos de r eflt:Xi6n (sólo eso) las ideas de
2 Pin, E .. Les Instituts rcligieux apostoliques et lc changcmcnt socio- un ciclo de conferencias pronunciadas por cl autor ante muy diversos audi·
culturel, N RTH 87 ( 1965) 395-411. torios en Lima y Arequipa entre el 25 de fcbrc:ro y el 7 de mar"LO. A las MM.
Generales. a los PP. y MM. Provinciales. a tudos los religiosos y religiosas
3 P~nsnmos ofrecer OI !\> folh:lo <:<>ll ou·as d l)s conferencias: una, sobre
"el fenómeno de la scculari.zación y su juicio teológico" dei P. Guerrcro, y presentes les agradecemos sus sugerencias.
otra, sobre "cl valor especifico que caracteriza el comprom.iso reUgioso y cfü. 5 Las conferencias dei Padre José Maria Gucrrcro, S.J .• y J. M. R. Tillard,
tingue esta opclón de vida de la de un laico o una pareja, compromeUdos, o:p .. en torno ai imracto de l:i secularización sobre la vida religiosa. fueron
tarnbil!n cllos con cl Evangclio" dei P. Tillard ( Nota del editor). publicadas por la Colección Cl.AR, N9 9 " Vida Religiosa cn el Mu ndo secu-
lsriuido • Impacto"' (Nota dei Ediror).
10
11
Y para concluir, estas sensatas palabras de Rahner:
"Necesitamos paciencia en esta época de transición de lo CLARIFlCACION DEL CONCEPTO
antiguo a lo nuevo, sin caer en reacciones violentas, lo oual V REFLEXION TEOLOGICA
constituye la gran tentación tanto de los progresistas como
de los conservadores. La verdadera vida es siempre un com- SOBRE EL FENOMENO DE LA
promiso entre las diversas tendencias, aJ que se llega his-
tóricamente y no de una forma teórica. En estas circuns- SECULARIZACION
tancias es muy necesaria la confianza en la sabiduría de la
vida .Y sobre todo P.n Dios" "· J(}sé Maria Guerrero
José Maria Guerrero S. J.

El tema de este trabajo es "La Clarificación dei con-


cepto y reflexión teológica sobre el fenómeno de la Secula-
rización.
SECUIARIZACION, palabra mágica que tiene el poder
de exasperar a unos y entusiasmar a otros. Para unos, es la
decadencia progresiva de la religiosidad, representa la ca-
tástrofe final: la desaparición de la fe. Dios y la Iglesia
pueden ser borrados de la historia.. Para otros, en cambio,
representa la liberación definitiva de los mitos y de los ído-
los, el auténtioo impulso de la verdadera fe, el alborear de
un cristianismo existencial, comprometido --el cristtani.smo
secular-, una oportunidad de desmitificación que la Igle-
sia no puede desperdiciar, la ruta directa para realizar su
sentido más profundo.

La etimologia de la palabra

Etimológicamente, secularización viene de "saecu.l um" =


siglo, mundo en sentido dinámioo. Secular, equivaldría a
mundano, a temporal por oposición a eterno. En el lengua-
je medieval "saecularis" secular se contraponía a espiritual
y de ahí que siglo y mundo se convierten en sinórumos.
( Saeculum tiene más bien una dimensión dinâmica en con-
traposición a rnun<lus, algo estátioo ). Siglo y Mundo se iden-
tifican sin más y se contra:ponen en aquella época a lo sa-
grado, a lo religioso. La expresión fuga mundi ( = huida del
mun-do) hoy sometida a una severa revisión t significaba

1 Ctr. R. Bultot. Antropologic et 5Pirlt11alité, eo Reroe des Scienoes Phi-


6 K. Raboer, s. j . Frõmmlglceit heu~ und morsen, Gelst un Leben, 39 losophiques et théologiques, 51 (1967) 3·22.
(1966) 342. .

12 13
"dejar el mundo p ara consagrarse a Dios", "El desprecio del es lo que queremos decir con este término? Se ha rumo-
mundo" parecía la ruta más segura y más rápida e incluso rado por ahí -no sé con qué fundamento- que algunos
neccsaria para alcanzar la perfección cristiana. Vivir se- sentían una cierta aversión a la temática que eligió para
culannente era vivir mundanamente. Hombre secular (lai- 1971 la Asamblea Plenaria de la CONFER del Perú: "Se-
co) era cl hombre del mundo, en un mundo que entonces se cularización y vida religiosa". Y creo que la razón de fundo
consideraba invadjdo y permeabilizado de pecado que in- era una incomprensión de lo que pretendemos. Un reli-
ficio naba inevitablem en te a) hombre dei mundo. gioso se secularizaba cuando volvía al mundo. Entender
negativa y pcyorativamentc el fenómeno de Ia seculariza-
Los "negotia Saecularia" eran propios de los seculares, - ción nos puede llevar a tomar actitudes de un puro y sim-
" lo s cardenales". •En ca mbio, los "clérigos" -"los espiritua- ple rechazo que. como indicaré después, no estarian muy
les"- se dedicaban a las cosas del espírit u. La cultura es- acordes con la fe.
taba en manos de los clérigos. Los laicos padecfan un la-
mentable anaJfabe tismo. Así, pues, el mundo cultural tenía Ensaycmos una tentativa de definidón.
un claro sabo r monástico, clerical. Solo exis tía un saber :
el religioso. No existía propiamente cultura profana, secu-
lar 2. SECULARIZACION :
- NO ES la pérdlda de fe. Fe es una adhesión total a
la persona de Cristo y su mensaje, una respuesta personal
La dudad secular a la entrega de un Dios que viene y que compromete y
transforma radicalmente una existcn cia humana. Fe es una
Hoy sin embargo, las cosas han cambiado mucho y nos postura existencial dei hombre libre. La secularización,
encontramos -nos guste o nos disguste-- con la ciud.ad como veremos, es un fenómeno religiosamente ambiguo. En
secular J. Bas ta abrir los ojos para empaparse de una rea- sí mismo no dke ni permanencia, ni supresión de la fe.
lidad nueva que todo lo invade como marea incontenible - NO ES una pérdicla progresiva de la religiosidad
que no conoce, además, el "rcflujo". "La era de la scculari- comprometida y humanizadora que encarna al h ombre en
dad consciente ha comenzado, se n os anuncia con ci crta gran- lo concreto de una situación y le hace vivir y expresarse
de elocuencia. También la edad dei hombre total. Lo que religiosamente en un cierto tipo de religiosidad con una
ahora finalmente existe es el mundo y en el corazón d ei marcada dimensión más humana, más fraterna y solidaria.
mundo está el HOMBRE. La presencia de la secularidad, Supone sí la negación de ciertos tipos de religiosidad hoy
de Ja mundanidad y la del hombre totalizante son los definitivamente superados.
ejes esenciales de la vida m oderna" 4.
- NO ES tampoco la "tumba de la lglesla", la I glesia
de la Revelación, en cuanto presencia salvífica de Dios en
el mundo, fermento evangélico, inserto en las estructuras
Qué es la secularlzación? del mundo para transformarlo cn Reino, "sacramento uni·
versai de salvación" ( LG, 48) , "signo e instrumento de la
Antes de pasar adelante es n ecesario que clarifiquemos, unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género
en cuanto nos sea posible, el concepto secularización. Qué humano" ( LG, 1 ).
- NO ES tampoco el fin del comportamiento rellgi~
so dei hombre. El hombre secular es ciertamente un ico-
2 A. Tapiador, De la secularizacíón ai secularismo. 1. Un fenómeno actual
y unn equivocada i<leologia, Ecclesia N ~ 1520 (1970) 29. noclasta contra ciertos comportamientos religiosos alienan-

'
1
3 H . Cox, La ciudad secular. Ed. Península. Barcelona · México, 1968.
Th. J . Altizer y W. Hamilton, Teologia radical y muerte de Dios. Ed. Grijalbo.
Barcelona · México, 1967, etc., etc.
4 8 . l..31nbi:rt, La prcnste de l'hommc :.ur l' hommc dans une société en
mutation, cn Doe. Cotb. 65 ( 1968). col. 1366.
tes pero no es necesariamente ateo, cerrado a lo transcen-
dente. Tres notas característ icas definirán el comporta·
m iento "piadoso" del hoxnbrc de maiiana, según K. Rah-
ner: La vivencia de la incornprens ibilidad de Dios, una es-

1 14 15
piritualidad de vida y servicio ai mundo y una ascética Naturaleza y hombre "sacral y 9eCUlar''
nuevas.

1. Naturaleza para el hombre "sacra!" era:


Qué es, entonccs, LA SECULARIZACION?
-Un lugar p11ivilegiado del encuentro dei hombre con
su creador.
Es un fenómeno complejo socio-cultural y como tal
un dato puramente intramundano. Es un hcoho globa,I que, -Algo salido DIRECTAMENTE de las manos de Dios
1

or:iginando una expericncia histórica nueva, afecta a todo y regido INMEDIATAMENTE por El.
el ser del hombre dei mundo de hoy, es una "forma de
existencia", un estilo de vida, una manera de ser. Es un - Estaba "encantada", llena de dioses, porque el hom·
proceso real e irreversible aunque no uniforme que va ga- bre sacral tiende a d ividir las fuerzas misteriosas e inex·
nando terreno y todo parece indicar que llegará a ser uni· plicables de la naturaleza. El hombre teme a c:sas fuerzas
versai. No es un fenómeno primordialmente religioso y misteriosas e inexpJicables que juegan con él a su capricho
por lo tanto, no implica una decadencia progresiva de la y condicionan su existencia. Trata tímidamente de controlar
f e. su poder por medio de la "magia" annque no va demasiado
·l ejos.
El núcleo de la secularización se sitúa en el cambio
radical, verdaderame.n te copernicano de la relaclón hom- Esta imagen de la naturaleza corresponde a una ima·
b~naturalerm. Entre el hombre y la encarnación terrestre gen muy primitiva y rudimentaria de si mismo y a una
de su existern:::ia se crean nuevas relaciones. La seculariza- enorme ignoranda de la naturaleza misma.
ción, según Schillebeeckx, "no concierne ai hombre más
que en su relación con el mundo'' s. AI autocomprenderse 2. Naturaleza para el hombre "secular" es:
el hombre mejor y autodescubrirse como agente de su his-
toria, a1 comprender mejor a1 mundo como mundo en su -Un objeto dei dominio hwnano, un campo de inves-
consistencia y autonomfa propias, la relación HOMBRE- tigación humana, materia EN y CON la cual es capaz de
MUNDO da un viraje de casi 180 grados. crcarse un porvenJr. "Por-vcnir'' que vendrá de él mismo.
-Es un lugar de encuentro del hombre consigo mismo,
S K. Rahne1·, S. J. Frõrnmigkeit heure und morgen, Geist und Leben 39 como artífice de 1su olYra -ante la que se extasia- y c.on
(1966) 326·342. (Traducido y extractado en Selecciones de Teologia 21 ( 1968)
216·220. Por parecenne importante voy a sjntetiz.ar brevemente con las mlsmas los hombres. El mundo no aparece como la huella de Dios
palabras dei autor qué cnt iende por cada una de estas notas: sino del HOMBRE. No contempla al mundo, lo recrea y sien·
-Vivencia de la. inrompr1m:sibilidad de Dios: El hombrc piadoso de Hoy es te un profundo entusiasmo frente a su obra.
el que log.a vivir en contacto con este Dios silencioso, hablarle en la fe y
eonf1atlamcutc, 11unque no reciba de El n:spuesta alguna; el que está abieno
a la mcompn-usibiltdad de Olos 1t pesar de que su realidad parece oscurccida -La ciencia y la técnica "limpian" e l espacio y la rea-
por el mw1do y por nuestra tarea en ~I. lidad de los dioses y demonios y le dejan en su soledad y
-Espiritualidad de vida y servicio ai mundo. La piedad dei futuro debe responsabilidad. Los fenómen os naturales están regidos por
accptar rodo lo humano libre. La viàa mundana vivida con honradez y sln Jeyes internas y el hombre, igual. •E stos fenómenos son ex-
reserv11s es ya un trow de la vida de piedad porque Dias ama verdadera-
mcntc ai mundo y no teme que lc haga comperencia ... La mism.a actividad p licables cfentiltcamen te por más misteriosos que parezcan
re$ponsablc en el mundo es un momento de la piedad cristiana. o lo serán en un próximo maiiana. La aventura lunar podría
-Vna ascética nueva.. E11 uno ascética dei cjcrcicio responsable de Ui ll- ser indicativa de esto que venimos diciendo.
l.>ert2d. .. cuando el hombre conserva el dominio sobre su ser dcsinteresada·
mente, ha dado un sf absoluto a Oios aunque no se reflexione é"J'l eUo. Esta
nueva ascesis pucdc ser la forma nuc\'3 de participar el mistcrio más radical -La naturaleza se hizo para el hombre y no e l hombre
de roda la ascética cristiana.: la participación en la muene dei Crucificado... para la naturaleza, es decir la naturaleza está al servido dei
6 E. Sçhifü:beectx, o. p ., Hei nieuwe meos en Goldsbceld ln confiit met hombre, cuya tarea es "domesticar.la" progresivamente.
het religieuse levcn, en Tijdschrift voor TheolOJie 7 ( 1967) 1·27. TraducldQ )'
resumido en Selecdone.s de Teo/ogúi JO (1969) 142·143. La imagen de la natu raleza, como se ve, ha variado taro·
16 17
2 - Vida Religicsa - lncidencias
bién notablemente. No es ya algo encantado, luminoso e En el caso de la vivencia 1'eligiosa no se trata ya de
incluso hostil sino domesticado. suplir la acción con la oración o dej arse arrastrar por un

La nueva lmagen dei hombre


fatalismo· Bs captar toda la vida y la existencia en una
d ímensión que desborda la experiencia y nos lleva ,bacia lo
Esto ha llcvado tambi.én a una "autocomprensión" dei infinito ( esa experiencia se puede dar en la nat,uraleza, en
hombre m ismo. El hombre se ha reafirmado como SU- el hombre, en lo social ).
JETO de su propio des tino. Ha descubierto un enorme cam-
po de posibilidades para su libertad y ha asumido el ries- iEl hombre secular no ve la ·v ida como una "prueba
go que su vocación "creadora" compo rta, empeftándose en provisional" para el imundo ["eligioso y verdadero que es
edificar un mundo nuevo donde la solidaridad, la justicia el "m ás allá". E ste mundo es un fin y la acción humana
vale por si misma.
y la paz sean un hecho comprobable, no palabras sin sen-
tido u opio que anes tesia al colocar esas realidades ~sue­ EJ hombre secular no ve en Dios una fuerza opuesta
no del hombre de hoy ! - e n un más aliá de su experien- que impone leyes o p recep tos desde fuera, desde el ámbi-
cia humana intramundana '· to de lo religioso. No rhay más campo para el acceso a
Dios que e l mundo y e l hombre. Y solo a través de ellos
El hombre secular se siente un demiu rgo de su futuro como su prolongación (no como su negación) se podrá
bacia e l c ual está totalmente proyectado. No es ya el cen- expresar y manifestar lo divino.
tro del j uego de fuerzas misteriosas sino e l que las m ani·
pula conscientemente, las desencanta, las domestica y las El hombre secular vive su religión en trascendencia.
pone a s u servido. Del hombre d epende su porveniT y e l Sabe lo valioso de todo lo humano y de toda la experien-
del mundo. De ahí se puede o negar a Dios como inútil y cia, pero sabe que nunca son lo definitivo. "Homo semper
opresor dei hombre o admitir a Dios pero sólo en el plano maior" (como Deus sem per maior) es la cxprcsión de cons-
de la trascendencia. Dios es la " dim ensión de profundi- tante s uperadón y acercamien to al Inalcanzable. De ahí que
dad" ( TiJlich ) dei ser. Dios es por esencia transcendente la reJigión es prolongación o p rofundización de la vida, no
aunque se capta en la Jínea d ei horizonte dei existir hu- algo de espaldas a ena. En especial EL HOMBRE Y LO
mano. SOCIAL son las expresiones más vivas de la religión. Por
lo tanto, el respeto y amor al hombre y a la sociedad y su
En todo caso el homb re secular no es el ihomb re que
laboriosa actividad por su perfección es la acti~ud existen-
mira hacia el pasado sino hacia el futuro. La edad de oro cial dei hombre secular.
no está detrás de él sino delante de él. Este mirar bacia el
porvenir es csencial al hombrc secular. No es el hombre Resumiendo un poco los rasgos más importantes del
de la t radición es tática, de la seguridad inconmovfüle si no hombre secular diría :
el de la esperanza, la provisionalidad, el riesgo. La vida · 1. •El hombre secular centra su atención en la realidad
no es para él un todo hecho, una vez por todas, sino un in tramundana, en este mundo sin fugarse a otro superior
proyecto a realizar. y lejano.
Una cosa es clara para el hombre secular y es que no 2. Es un hombre con un acentuado sentido de su dig-
debe contar coo Dios para la solución de sus problemas. nidad y s upremacía sobre todo lo creado.
Es s u cometido y su responsabilidad. Se siente adulto en
el mundo y está libre dei temor religios'O. 3 . Se da cuenta que él es el responsable de su des tino
y del destino del mundo, agente activo de su historia sin
esperar que un Dios "tapa·huecos" ( Bonhocffer) venga a
7 .. El descubrimiento creador de un futuro humano no puede ser marginal solucionar sus problemas. Frente a una sequía, por ejem-
para el cristiano, dada la unídad dei amor a Dios y ai p rójimo, la anticipacióo
dei futuro concreto oomo ún ico acto real posible de apertura de u no m ismo plo, cree mucho más decisivo Ia construcdón de un panta-
al futuro absoluto de DiO$ y la liberación dei mundo secular como acto corai· no y un b uen sistema de irr igación que una procesión de
z.ado en la mlsma encarnación dei Logos": K. Rahner, Christian Humanlsm. roga tivas.
Joumal O/ Ecumenical Studies 4 (1967) 383.

18 19
4 . Se juzga descubridor dei mundo y de Ja naturaleza De esa manera Dios está en constante acción en la
de los que tiene un conocimiento bastante realista y obje- vida (milagros, hechos inexplicables, etc.) y la actitud co-
tivo, liberado de ciertos esquemas mentales y prejuidos rriente ante El es el miedo {a lo desconocido y a lo supe-
metafísicos y religiosos. rior). De ahí que eJ hombre se ·h aga dependiente, temero-
so, sumiso.
5 . Su experiencia muJtisecular y multicultural Je mues-
t ra la R..ELATIVI-DAD de muchas convicciones ancestrales Hemos visto cómo la imagen del hombTe y de Ia na-
que se juzgaron intocables por tanto tiempo. turaleza ha variado enormemente. Pero no se crea que una
nueva imagen del hombre y una nueva imagen dei mundo
6 . Es el hombre de la eficacia, .la ex periencia y la ac-
1
vaya a dejar " inva1ria-ble " la imagen que nos hacemos de
ción con un p rofundo sentido de inmediatismo. Toda idea Dios. Y de ahi que el fenómeno de la secularización, que
de trascendencia viene a ser sospechosa - si no ilusoria- primordialmente afecta a las relaciones dei ·homb re con el
1

a no ser que se presente como una exigencia en el cora- mundo, tenga sus inevitables incidencias religiosas: la idea
zón mismo de la acción EN y POR el mundo. que tenemos de Dios depende, en .g ran parte , de la idea
7. .EJ hombre es algo que se va definiendo a lo largo que tenemos del mundo y de nosotros mismos. Una profun-
de la historia (H egel). Se va construyendo poco a poco a dización en la "autocompTensión" dei hombre y una mayor
la m edida de sus .r ealizaciones y conquistas. Tiene pues un penetración en lo misterioso del mundo y la naturaleza
sentido evolucionista dei mundo, de la historia, de sí mis- para descubrirr sus leyes internas y desvelar sus secretos
mo. tiene necesariamente que influir en Ja concepción Dios. Un
influjo que será necesariamente purificante, desmitologizan-
Ya podríamos sacar algunas consecuenclas d e esta nue- te. Dios no será ya "la sol1Ución .fácil" para nuestros pro-
va concepción y "autocomprensión dei bom br.e" : blemas, el .Dios siempre demasiado mundano y alienante
-EI hombre no solo es escéptico sino rabiosamente por su constante ingerencia e n nuestros problemas. Hay
contrario a todo lo que huela o sepa a fábula o m ito, que r ectificar un margen demasiado antropocéntrico de
-La eficacia cucnta rnucho para él, una eficacia con s- Di.os y un trato demasiado irrespetuoso con El, como un
tante y sonante. obje to dei que se dispone. Hay que abandonar a Dios
-No tolera ningún halo superticioso ya se encuentre como hipótesis de trabajo ª·
aleteando sobre personas o instituciones. Podrfamos legítimamente preguntamos cuáles serán los
-No es un ·hombre retórico sino que le encanta la au- elementos que destacarán en es ta nueva imagen de Dias.
tenticidad y, por eso, descarta cualquier valor que suene
a postizo.
- Le gusta comprometerse hasta el fondo y cargar con 8 Me parecen sumamente ilust rativas estas palabras de Bonhoeffer: " Y
toda's las conseouencias y riesgos que u n tal compromiso nosotros no PQdemos ser honestos sin rcconocer que hemos de vivir en el
entr.ana. mundo etsi deus non daretur y esto es precisamente lo que reconocemos .. .
ante Dios; es e! mismo Dios quien obliga a dicho reconocimiento. Nuestro
-Todo lo que aliena al hombre o le hace un fugitivo ser. que se ha becho adulto. nos lleva a reconoccr realmente nuestra sítua ·
de sí mismo o de su ámbíto comunitado lo desecha cate- clón ante Dios. Dios nos hau saber que h.c mos de vivir oomo hombres que
logran vivir sin Dios. El Díos que está con nosotros cs cl Dios que nos aban·
góricamente. dona (Me 15, 34). Et Dios que nos deja vivir en eJ mundo sin la hipótesis
- Tolera fádlmente la opinión ajena. Admite un plura- de trabajo, Dlos es el mismo Díos ante el que nos hallamos constant emente.
lismo de ideologías de grupos y de opciones. Ante Dios y con Dios vrvimos si n Dios . Dios clavado en la Cruz. r.ennite que
lo echen deJ mundo. Oios es impotente y débil en el mundo, y solo asi está
Dios c,o n nosotros y nos ayuda. Mt 8, 17, indica claramente que Cristo no
nos ayuda por su omnipotencia, sino por su debilidad y sus su[rimientos" . . .
La nu.eva lmagen de Dlos En este sentido podemos decir que la evolución bacia la cdad adulta de~
mundo, de la que h emos hablado, ai dar fin a toda falsa lmagen de Dios ,
libera la mirada dei bombre para encaminarla ai Dios de la Biblia , el cual
En una época ''sacra!" hay una inundación religiosa adquiere poder y sitio en el mund.o gradas a su im potencia. Aqui ea donde
deberã cntTar en j uego la "interpretación mundana": RESlSTENCIA. Y SUMI·
que hace que todo dependa INMBDIATAMENTE de Dios SION. Ed. Ar lcl, 1969 pp. 20'l·210.
no solo en el orden trascendental sino en el categorial.
20 21
La respuesta del P. Schillebeeckx es erta: "Si antes un fenómeno histórico por el q ue las realidades mundanas
proyectábamos la irnagen de Dios bacia el pasado, la eter- van alcanzando su plena autonomfa y dejan de ser conce-
nidad era algo como un pasado eternizado, ahora Dios será, bidas como dependencias o prolongaciones de lo sagrado.
ante todo, el Dios de nuestro futuro el "totalmente ot ro" En el centro de ese fenómeno está el HOMBRE. La secula-
aparece ahora como el "totalm ente nuevo" : El es siem· rización es un período de la etapa evolutiva dei hombre,
pre "el que viene". Se encuentra <::Omo el Dios que, en Je- e l resultado del progreso de la civfüzación humana.
sucristo, nos da la posibilidad de b acer futuro, es decir
h acerlo todo nuevo y superar nuestra hi storia pecadora .
Así, la nueva cultura es ocasión para descubrir sorpren- Interpretación teológica
dentemen te el mensaje dei AT y NT : Que el Dios de la dei fenómeno de la secularlzaclón
promesa nos da la misión de emprender el cam ino hacia
la tierra prometida; u na tierra que hemos d e edificar nos- Está el fenómeno de la secularización arraigado en la
otros sobre la confianza en la promesa. Este nuevo con· revelación judio-cristiana? Puede encontrar su sentido po-
cepto de Dios está cambiando no solo los tratados de teo- sitivo, su justificación en la tradición bíblica?
logfa sino también -y a nivel m ás profundo- t oda la vi·
vencia <::ris tiana. La legitimación de esta y la verificación H. Cox, siguiendo a Gogarten, ciertamente asf lo oree :
de nuestra fe -que no d escansa, ciertamente sobre lo "La secularización" es la consecuencia legítima del impac-
empírico y objet ivamente controlable, pero que ha de ser to de la fe bíblica en la historia... El desencantamlento
conocida como existencialmente p osible- se bacen reali- de la naturaleza comienza con la creación; la desac~
dad alli donde el cristiano m uestre, en la p ráctica, que s u clón de la política con e l Exodo; y la desconsagraclón de
esperanza es capaz de cambiar, ya ahora, la historia y el los valores con e l Pac to dei Sinaí, e specialmente con su
mundo. La fe en la historia en que vive. Solo así se mani - prohibición de los ídolos" 10. La creadón acaba con la cU-
fiesta entre nosotros la verdad de Dios y la realidad de la vinización de la naturaleza. La creación establece una dis-
salvación como futuro, que está siempre viniendo, de la tancia infinita entre el Dios que crea y lo creado. La crea-
"humanidad" º· tura no es más que creatura. ·El Exodo es la historia de la
liberación de un pueblo oprimido por el Faraón que no
Secularlzaclón y secularismo es más que un simpJe servidor - también él- de Dios.

Antes de pasar adelante creemos necesario h acer esta El tema de Dios "OTRO" es profundamente b íblico; un
básica distinción. Dios que no se identifica con nada humano, n i nada hu-
mano puede expresarle adecuadamente. Un Dios que no
SECULARISMO es una posición metafísica, una nega· se deja manipular por el hombre porque no es "rnanufac·
ción de lo positivo revelado, un encerrarse en Ja realidad tura" suya. Es el TúTALMBNTE DISTINTO, el Inabarca-
intramundana sin apertura alguna a la trascendencia. Es ble, el Incomprensible, el Transcendente, el OTRO. Esta
una ideologia simplemente a tea. experiencia de Dios garantiza la au tonomia dei hombre y
dei mundo (lo creado ). Dios es inconvertible en ídolo.
La SECULARIZACION, en cambio, n o cerrada por prin·
cipio a la fe, como el secularismo, seria un proceso histó- El dogma de la Creación es f.undaroental para compren-
rico (que es universal e irreversible aunque no en todas der el proceso de la secularización. Creer en la Creación
partes avance al mismo ritmo y así junto a cfudades secu- es creer en la mundanlzaclón dei mundo. Crear es dar "el
;artzadas tenemos pueblos con mucho sabo r "sacra!") que ser'' a lo que antes "no era". Esto creado es, por eso mis-
recalca Ia valoración de las realidades temporales. Es, pues, mo, algo no-divino, a lgo distinto de Dios, mundano. Hay
que d ejar al mundo ser mundo, con su autonomía y con·
9 E. Schillebceckx, o . p., Het neuwe Goldsbeeld, seculnrisatie en poUlíclc.,
en Tiídschrift voor Theologie 8 (1968) 44-66 (ver la ,·ersión espaflola: La nueva
imagen de Dios. Sccularlzación y futuro dei hombre en la tierra, en Seleccúmes
da Teologf11 32 ( 1969) 307).
10 H. Cox, la Ciudad Secular . Ed. Península. Barcelona, 1968, p. 39.

22 23
i !! p:r:-. :;-~
sistencia propias. Así la fe en la Creación nos lleva a creer a Dias, servíais .ª los .qu~, en re~lidad, no. di~~e;~. Más~ \l .
en la mundanización del mundo, a su cJarificación e i1us- ahora que habé1s conoc1do a D1os, o meJO ue él os Jutt
tración ir. "Afirmando la seculairidad del mundo, nosotros oonocido, cómo retornáis a esos elemento n fuerza :n!S'= J
conocemos el ser propio de Dios, el que no cs dei mundo, valor, a los cuales queréis volver a servir de _ vo ?". . -~:· J
el trascendente. Una concepción sacralizante y numinosa
es illil atentado a la trascendencia de Dios. Esto se confk-
--
San Pablo es categórico: "No ·h ay nad~mpuro" ( Rom
ma en e l caso de Cristo: La unión más íntima que se pueda 14,14; Gál 4,4-9). El ídolo no es nada en '~..mundo y no
imaginar entre el h-ombre y Dios -la unión hipostática- hay más que un solo Dios ( 1 Cor 8,4 ). Aq está el origen ,
es la revelación de la .seguridad del mundo y la trascen- de la libertad cristiana frente a cualquier . ivinización. ~
~;
dencia de Dios. •El proceso de secularización es esencial-
mente una consecuencia dei cristianismo. Porque solo un
El dominio de Dios es nuestro dominio · ue hemos ,i;J
hacer valer. Dias se lo pidió a Adán { Gen J~28) pero.. '
mundo asumido por Dios es profano, secularizado" i2. diría que el momento se •ha renovado para los hijos del
El mundo no es un escondrijo de dioses, un campo Reino. Ya no hay más "tabúes" en este mundo ''des-encan-
cargado de misterio, vetado a la exploración d el hombre. tado", objetos que sean absolutamente reservados. Parece
Es una "materia brnta" que el hombre debe perfeccionar, que un adagio de San Pablo era este: "Todo me es lícito"
recrear, hacer con ella un mundo más habitable para que ( 1 Cor 6,12 ). Algunos .libertinos falseaban la expresión y
el h.imno de la creaclón ret-creada sea más polifónico y ar- por eso tuvo que afiadír para clarificaria : "Mas no todo
monioso. me conviene" ( 1 Cor 6,12). Luego es necesario un proceso
de DISCERNIMIENTO EVANGELICO.
Hay un texto, particularmente luminoso y que confir- Otro texto frecuentemente citado es el de Col 2,16-23:
ma lo que venimos diciendo. Se trata del Gen, 2,5: "No
había, dice el yahvista, en la tierra arbusto alguno del cam- "Por lo tanto, que nadie os c ritique por cuestiones de
po, y, ninguna hierba de la tierra ihabía germinado todavía comida, o bebida, o a propósito de fiestas, de novilunios o
pues Yahveh Dios no había ·heoho llover sobre la tierra, sábados. Todo esto es sombra de lo venidero; pero la rea-
nl había hombre que labrara el sudo" ( el subrayado es lidad es el cuerpo de Cristo. Que nadie os prive de él pre-
nuestro). firiendo las mortificaciones y el culto a los ángeles. . . Una
vez que rbabéis muerto con Cristo a los elemen tos del mun-
El proceso secularizante se ahonda y profundiza en el do: por ~ué sujetaros, como si aún viviérais en el mundo
Nuevo Testamento, sobre todo, en el Evangelio de S. ·Pablo. a los preceptos "no tomes", "no gustes", "no toques", cosas
Cristo nos ha liberado de la Ley. El hombre ya no es todas destinadas a perecer con el uso y debidas a precep-
esclavo sino hijo y heredero de Dias: tos y doctrinas puramente humanas?".

"·Pero a1 llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios •El cristianismo supone la de-divínización de todo lo que
a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para res- no sea Dios y, por lo tanto, una mundanización dei mundo.
catar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que reci- Es innegable históricamente que el cristianismo fue un fac-
biéramos la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos tior decisivamente desacralizador y secularizador. Los pri-
es que Dios ha enviado a nuest11os corazones e! Espíritu m eros cristianos rechazaron categóricamente toda sacrali-
de su Hijo que clama Abba, Padre! De modo que ya no zación ya se encontrase encarnada en lugares, tiempos y
eres esclavo sino hijo; y si hijo, ta:mbién heredero por vo- personas incluída la del emperador. Es igualmente cierto
luntad de Dios. Pero en otro tiempo, cuando no conocíais históricamente que el cristianismo pos-constantiniano no
supo superar los peligros de la sacralización (los o bispos
11 Peit:t. Sakulari~iene~ Denken - Praambel dt·s Glaubens en Thi!ologi.sch- son declarados grandes dei imperio, la Iglesia adquiere per-
praktische Qua.rtalscl1rift 116 (1968) 117. sonalidad jurídica, el Domingo es solemnizado, el mismo
12 E. Schillebeeclu, o. p.. Het nicuwc rnens cn Gloldsbeeld in conflict met emperador construye iglesias, convoca -el concilio de Nicea,
hct rellgicuse leven, Tijdschrift voo r Tl1eologie, 7 (1967) 1-27 (trad: La vida
Religiosa en eonfllcto oon la nueva idca dei bombre y de Dios, Selecciones de etc., etc.). Esto explica el carácter "anticlerical" de la lucha
T eclogla, 30 (1969) 143). de Ia liberación espirituaJ, iniciada por Rogelio Bacón, con-
24 25
denado como hereje por pensar las cosas "desde abajo" licito hacer el b ien en vez del mal tamblén en sábado. A
porque creía que la Bíblia no podia aport ar la solución a la mujer encorvada la cura en un sábado (Lc 10 ss-) y lo
los problemas de las ciencias naturales. mismo sucede con el hidrópico (Lc 14,1 ss ), etc.
Así se desencadena t odo un proceso de "desembargo" -Cesa la Ley y le sucede el amor (Jer 31,31; Ez 36,
de lo temporal { el movimiento nominalista, la misma Re. 27; Jn 13,34-36; Rom 6,15; Gal 2,10 ss, etc.).
forma , Descartes, Leibnitz, Kant, Rousseau, H egel, Nietsz-
che, la Revolución F1rancesa, Darwin, Marx, Freud son los - Cesa lo particular y viene lo universal ( Mt 28,18 ss;
más destacados exponentes de esta lu cha) cuyo resultado sal 3,27 ss. ).
último es la liberación definitiva de la cultura, consciente
y responsable de sí misma, dei tutelaje de la lglesia y d e -El máximo acto cultuai es una cena en un clima des-
la ReUglón. mitificado. Es cierto que no fue una cena normal sino un
Pero el cristianismo primero es de hecho una secula- banquete festivo en una atmósfera "religiosa". Ese carácter
r ización de la religión, lo profano recupera "su autonomía" religioso era el resultado de una fe, penetrada de "memorial"
y reconocimiento y no de una religión. Pero se conservó eJ
y "se desembarga" del recinto de lo sagrado.
clima espantáneo, fraterno y amistoso.
He aqui algunos rasgos :
- Cesa el templo, como lugar de la manifestación de -Los apóstoles aparacen con sus defectos. sin rnisti-
Dios y adoración. "Oréeme, mujer, en que ni en este monte, ficadón de ninguna especie.
ni en Je rusalén adoraréis al ·Padre" {Jn 4,20). La alternati-
va Garizín-Jerusalén ha q ueda<lo definitivamente superada. La secularización es un proceso que se produce no
contra la fe cristiana sino gradas a la fe cristiana. Y en
Lo que cuenta en adelante es ser adoradores verdaderos esta tesis están de acuerdo católicos y protestantes. •Es
del Padre "en espíritu y en verdad" ( Jn 4,23 ). Nuestros bien conocida la tesis de J. B. Metz: "La secularidad del
hermanos en la fe de la primitiva Iglesia se reunían en co- mundo, tal como se h.a producido en e) moderno proceso
munidades familiares (cfr. Act, 2,46; 1 Cor 16,19; Col 1,15). de mundanilación y tal como se nos muestra hoy dia en
su global forma exasperada, ha resultado en su fondo -no
No tenían templos ni .e spacios "·s·a grados". Más aún la pa- en cada una de sus expresiones históricas sueltas- gra-
labra templo no se aplicaba sino a las personas ( 1 Cor 3, cias a y no contra el cristianismo. Es un acontecimiento
16 ss.; 6,19; 2 Cor 6,16; ·Ef 2,20-21 )· originalmente cristlano y testifica con ello el poderio in-
~Cesa cl sacerdocio cúllico del AT ( H eb 10,9). No t rahistórico de 'la h ora de Cristo' en la situación actual de
era eficaz para ".per.feccionar en su conciencia al adorador". nuestro mundo" 13.

Era una parábola, "una figura dcl tiempo presente" (Heb El hecho es que el mundo secularizado ha s urgido en
10-9). Y cesa el culto precristiano. La carta a los Hebreos el s uelo -cristiano. La fe en un Dios extramundano es a la
funda su INUTILIDAD en que el hombre es insustituible vez la increduJídad frente a las fuerzas divinas dcl mundo.
y nadie ·puede remplazarlo. Lo que vale ante Dios es el Lesli Dewart ha dicho, con razón, que el cristianismo ha
"SI" personal de este hombre Jibre ( Me 8,37). Lo verda- hecho al hombre occidental capaz de ser radicalmente
deramente sacerdotal en Jesús fue su SI al Padre y su SI ateo 14. Las razones creo son estas:
a los hombres en una total entrega y en un servido desin-
teresado de liberación.
lJ J. B. Met~. Zur Theologie der Welt, Mainz. München, (1968) 16 f. (Co·
-Cesa }a esclavitud religiosa del Sábado. "El sábado rrijo algõn tanto la traducción espati.ola de Teologia del mundo, Ed. Sígueme,
ha -sido instituido para el hombre y no el hombre para e l Salamanca, 1970, pp. 20.21 ). En el campo protestante pue.de verse, por cjem-
sábado. De suerte que el Hijo del Hombre también es plo, a F. Gogartcn, Vcrbãngnis und Hoffnung der Ncuzeit. Sãkularisien.inti ais
tbeologisches Problem. (Stuttgart 2, 1953} 8.
Sefior del sábado" ( Me 2,27-28 )· Cura en sábado a un hom- 14 L. Dewart: The future of belíef Herder. New York, 1966. (Citado por
bre que tenía una mano paralizada (Lc 6,6 ss) porque es F. Sebastiân, en Seçularit.aei6n y Vida Religiosa, PPC, 1970, p . 61).

26 27
--Su iconoclasmo, que procede de su creencia en Dios
- '"Libera a i hombrc de todas las ataduras religiosas
único, ha roto todos los ídolos, fabricados por mano de
hombre, hasta el del Emperador. Los primeros cristianos a las que estaba sujeto.
murieron por "ateos". Se negaron a rendir culto divino a - "Y liga a su vez ai bombre con Cristo, el Libertador,
un hombre (EI Emperador). Tertuliano decfa valientemen- frente al cual el creyente permanece obligado desde ahora
te: "Augusto, el creador del Imperio, se resistia a que lo para siempre" i~.
llamasen "Seiior". En verdad, no es este el nombre de
Dios? en cuanto a mf, de buena gana llamaría "Sefíor" al Pero esta obligación con Cristo es de no vivir en nin-
Emperador; pero en el sentido usual, de tal suerte que esta guna esclavitud o idolatria sino entregado comple tamente
palabra no usurpase un título que únicamente conviene a a los demás en un total olvido de sí irusmo.
Dios. Pues, fren te ai Emperador, yo me siento libre. Mi
único Seiior es el Dios Todopoderoso, Sefior del mismo
Emperador" (Apología, XXXIV). Su fe en un Dios UNI- La encamaclón de Dios y la secularWM:lón
CO, creador de todo les acarreaba paradójicamente la acu-
sación de ateísmo ( cfr. Martírio de S. Policarpo). Hablé un poco más arriba de la Encarnación. Quiero
insistir aquf para ver cómo iha contiribuido a la creciente
-La vacunó contra toda idolatria. El cristianismo secularización dei hombre y del mundo.
CREE EN EL HOMBRE. Ningnna religión precristiana o
poscristiana lo ha valorado tanto. Nada hay en el mundo Jesús es la "epifanía de iDios". Para encontramos con
más importante que el HOMBRE, hecho a "Imagcn" de Dios hemos de encontramos con el hombre Jesús. Y en el
Dios (Gen 1,27) y recreado hfjo adoptivo suyo (Gál 4,5 ss). hombre Jesús, TODO hombre alcanza su máxima plenitud .
TODO ha sido dado al hombre, encargado de conducir la Esta encarnación --que cs el misterio central de la Reve-
historia. No hay ídolos ni tiene el hombre por qué temer ladón- supone la plena a.utonomía, la revelación máxima
a las fuerzas misteriosas maléficas. Es más fuerte que to- de todo lo humano y mundano. "La naturaleza humana de
das ellas. Cristo no quedó "menguada" por su asunción en el Logos
divino, no se degradó a Ia categoria de instrumento muer-
La Encarnación de Cristo no es sólo la epifanía de to, de simple escenario y de gesticulaciones intramunda-
Dios sino también la epifanía del hombre. Cristo, hecho nas de Dios, sino que precisamente por eso quedó instituí-
HOMBRE, nos revela el valor de TODO hom~re por d esva- da en ~u originalidad humana, una originalidad casi insos-
lido y marginado que sea. pecbable: Jesucristo fue completamente hombre, más hom·
Pero hay una realidad, en este "penúltimo" tiempo bre incluso que cualquiera de nosotros" 1e.
-el de Ia lglesia peregrina- que impide cualquier fafso Tampoco supuso una divinización "porque lo que Dios
y angelical optimismo: es ·e1 PECADO. Por eso la reali- asume y acepta, no lo violenta. No lo absorbe en si. No
dad CRUZ nos revela: lo diviniza . . . acoge y asume a "lo otro", precisamente
-Quién es D.ios. cotDO lo que es "otro " que él" 17.
-Quê somos nosotros. Todos los valores humanos tienen en la fo cristiana
--Oué lejanos estamos a veces de Dios. su máxima rrealización. La dimensión humana, en todas
Es, entonces, el mundo secularizado hij o legítimo o ile- sus direcciooes, füera dei pecado, ·ba encontrado en la En·
gítimo dei cristianismo? "La actitud dei hombre seculari- carnación dei Verbo definitivamente su sentido, su valor
zado se tipifica por s u soberanía frente al m u ndo y a Ia y consistencia.
naturale.z a ... El supuesto para esta actitud --que solo ex-
cepcionalmente les era posible a los bombres de la Anti·
güedades que alguien o algo los ha liberado de la ligazón 15 J. Friese. Die Si!kularisierto Welt. Triwnpb oder Tragõdie der chri1·
religiosa a las fuerzas divino-cósmicas. El hecho liberador tlichen Geistesc.hlchtc (Frankfurt. 1967) S4 f.
de Cristo tiene •UD doble, ambivalente, sentido. 16 :r. B. Meu, Teologia dei Mundo, Ed . Sfi'll!fOe, Salamanca, 1970. p. 30.
17 J . B. Meu, ibld. p. 30·31.
28 29
Cualquier religión que t rata de escaparse de lo hu- - Una liberación de las formas sacraJes deJ pasado
mano, desencarnarse, debe condenar la secula·rización que que lo invadían todo.
recalca el valor de las realidades humanas, inlrarnunda- -Una actitud respetuosa y admira·tiva ante el mundo,
nas. Pero con Ia Encarnación, el hombre no sale hacía LO y su autonomia, como una desalienación d ei mundo como
ABSOLUTO. El proceso es más bien el contrario: cl Dios mundo.
bíblico es un DIOS QUE VIENE, que sale ai encuentro -Una crítica de lo religioso, en cuanto "ali~nante"
dei hombre en UN HOMBRE .concreto, llamado J esús. de i hombre.
La Encarnación del Verbo no menoscaba, ni de&plaza - Una liberación que conduce a una mayor eficacta y
la perfección formalmente humana de la naturaleza hu- compromiso en la promoción del mundo y dei hombre gra-
mana de Cristo. das a su ac tiv.idad .e xigenle y dinámica. E.I hombre secular
no ataca una enfennedad con una oración sino con una efi-
Además, en Jesús, Dios nos descubre todo su int erés caz medicina.
por el hombre. •E l Dios ''liberador" de su Pueblo ( cfr. Exo- -Una humanización: el hombre al domesticar con su
do), el Dios de Ia Alianza que implanta s u justicia saJva- propio trabajo a la naturaleza y al descubrir Ja autonomía
dora en .favor <le lo s oprimidos, los pobres, los que no de lo temporal facilita su propio progreso humano. Tra-
p ueden defenderse (los profetas no cesarán de gritar con- bajando sobre el mundo nos transfor.mamos nosotros mis-
tra la injusticia, la explotación de parte de los prepoten- mos al realizaril'OS como hombres en el mundo que trans-
tes: cfr. Arn 5,7-27; Is 1,10-20; Miv 6,5,8; Zac 7,4,14) es el formamos.
Mesías que "·hará justicia a los humildes del pueblo y sal-
vará a los desvalidos y aplastará aJ opresor" ( SaJ 7, 2-4 ). Tampoco el cristiano puede tener dificultad en dar un
"Sí" categórico ai hombre secular que consciente y respon-
E l espkitu de Yahvé lo ha ungido "para anunciar la sablemente asume su papel de "re-creador" de lo creado.
Buena Nueva < los pobres y vendar los -corazones rotos, Solo así es obediente ai manda to de Ya1hvé: Los bendijo
para pregonar a los cautivos la liberación y a los reclusos Dios y les dijo: "Sed ·f ecundos y mult iplicaos, llenad la
la libertad" etc. (Is 61,1-3 ). t ierra y sometedla; dominad a los peces dei mar, y las aves
dei cielo y todo animal .que serpea sobre la tierra" ( Gen
Jesús, el SALVADOR, anuncia un Reino esencialmente 1,28).
religioso: vivir en comunión con el Padre en Cristo por su
BspíritJu y realizar la fratern ización universal. Pero esta co- "Nada hay más conforme a la vocación bíblica del
munión con el Dios vivo de la revelación acarrea la trans- hombre como el trabajo por el que transforma ai mundo
formación total dei hombre entero. mate rial. 1En este sentido no h ay nada más bíblico que la
técnica" 1s.
Y así, Dios, encamándose, se hace epifania dei amor
de Dias ai hombre (a to dos los hombres y todo el h om- .Este domínio no es una pretensión prometéica o una
bre} y nos muestra también cuál sea el valor dei mismo usurpación ilegítima. Es un derecho .que desemboca en un
hombre. Jesús GLORI FICA ai Padre, salvando al hombre. compromiso En este sentid-0 el hombre secular es el hom-
Y ese será el camino que todo hombre que quiera glori- bre más cristiano.
ficar a Dios tendrá que seguir: hacerse entrega y servicio
desinteresado y liberador para t odos los hombres. Este dominio no lo d-esconoce el Antiguo Testamento:
" Le dio el poder de dominar el Universo" (Sab 10,2). El
nuevo lo presupone como pedestal del hombre re<l.imido
EI crlstiano frente a Ia secularización por Cristo: "Todo es vuestro" ( JCor 3,22 ).
Un cristiano consciente tampoco debe tener ninguna
No hay absolu tamente ninguna dificultad en admitir
el proceso de la secularización que empieza, como hemos
visto, con la creación oomo: 18 J . Oanielou, s. j. Au Commencemenl. Ed. Seuil. Paris, 1963, p . 47.

30 31
Quizá será este el camino por el que el hombre mo-
dfficultad en alinearse e ntre las filas de los hombres secu- derno inicie su retomo a Dios:
lares que se aventuran en la exploración de todo lo area-
do, plenamente persuadidos que los secretos impenetrables -'El de una fe llbre y comprometida que no nos lleva
dei mundo cederán a su tenaz búsqueda. No hay ningún a huir d ei mundo sino a ponemos a s u servicio pero con
campo acotado por la magia o la ignorancia idolátrica. una actitud .radicalmente nueva: la del hombre dinamizado
Todo esto es cierto y, sin embargo, hay otra nota que con- por el Agape de Dios, al to tal servido de sus hennanos los
viene destacar en el hombre secular. Más arriba indicamos hombres.
cómo el ·hombre al ·reafirmarse como sujeto y agente acti- --'El de una responsabllldad lnallenabJe del que sabe
vo de su ma:iíana había descubierto un campo inmenso de que no puede enterrar sus talentos, sino que debe explotar-
posibilidades de libertad y de realizaciones. Pero este hom- Jos acth1<.1mente para la construcción de un mundo human a-
bre siente la impresionante inseguridad d e no poder con- mente más habitable porque se ba hecho más hermano.
tar con ningún apoyo fuera de sí mismo y entonces siente
vértigo. El que sintió el P. Teilhard de Chardin aquella - El de una esperanza indomable que no capitula jamás
noche : porque sus esfucrzos e Husiones algún dia se verán totalmen-
te colmados. porque el final dei camino cac fuera del espa-
"He sentido miedo; el vértigo se ha apoderado de mí cio y más allá d el tiempo.
cuando observando los Hmites estrechos en que estaba en-
cerrado el orbe radiante, he cobrado conciencia del aisla- E sto supond·rá un ahondamiento en nuestra propia fe,
mien to irremediable en que se encontraba perdida la gloria una FE .que es UN DON gratuito y al mismo tiempo una
de la Humanidad ... DECISION TOTALMENTE P.ERSONAL Y LIBRE. Fe que
es siempre un comprom iso, una nueva visión de todo, hu-
"Has ta ahora los hombres han vivido siempre a la som- manizadora y sal vífica.
bra de las realidades m ayores que ellos mismos. Por pri-
mera vez esa noche, al contemplar el bloque único en que Peligros de la secularizaclón
nos encontramos todos. . . tuve la impresión de emerger
de nuestra raza y de dominar un con junto cerrado; y he l '! Un falso humanismo al margen de Dios. La muer-
sentido como si todos agarrados los unos a los otros flo- te de Dios es, en rcalidad , la muerte del hornbre. Nosotros
t ásemos juntos en el vacío. sabemos -son todas frases de la Constitución Gaudium et
Spes- que "la razón más alta de la dignidad humana con-
"La Humanidad está sola. He visto los bordes de la siste en la vocación dei hornbre a la unión con Dios" ( n.
Humanidad, he percibido la oscuridad y el vacfo alrededor 19 ), que "el misterio del ·h ombre solo se esclarece con el
de la tierra" 111. misterio del Verbo Encarnado" ( n. 23) y que " la creatu-
ra sin el creador se esfuma" (n. 36).
Así la secularización que empuja el hombre a auto-
comprenderse y valorarse mejor, puede también arrastrar- Hay que solidarizarse con el hombre ( con TODOS los
lo b acia una experiencia totalmente desconocida para el hombres y TODO hombre). Hay que luchar activamente,
h ombre del ayer: la de seotirse SOLO eo el mundo y R•ES- valien te y cristianamen te contra ese subdesarrollo integral
PONSABLE de su propio d estino y del destino del mundo en que viven tantos hermanos nuestros y que no les per-
mismo. mite alcanzar la talla de hombre adulto, res ponsable de sus
decisiones y c reador de iniciativas propias. E s necesario
La situación se vuelve dramática cuando el hombre, trabajar esforzadamente por la promoción humana de los
con una rabfosa sinceridad, compara el mundo inabarca- desvalidos, de los marginados, de los dismi nuidos. Es ta-
ble de sus esperanzas e ilusiooes y el campo siempre de- rea n uestra int ran sferible edificar un mundo mejor pero
masiado limitado de sus realizaciones. sin perder de vista que aun esta m eta no es una meta de-
finitiva. En Jesús se nos descubre que el hombre no se
19 Cír. H. De Lubac, La penséc rcligieuse du P. Teillhard de Chardin. Aubier,
1962, p. 65.
contenta con algo provisorio, parcial y relativo. J esús dice
33
32 .1 - Vida Religiosa • Incidcnclas
que el Reino YA está en medio de nosotros ( Lc 17,20 ) pero a) La de huir a las catacumbas para vivir ai abrigo de
que 'P idamos al Padre para que VENGA su Reino (Mt 6, un mundo atormentado que la acorrala con un profundo
JO). Jesús aporta soluciones actuales a problemas inm~ sentido crítico y
diatos pero relativiza esas soluciones en función de la ser b) "Disolverse" en el mundo.
lución total y definitiva (FUTURA) dei hombre: alimenta
La actitud justa es SER ELLA MISMA EN MEDIO
con el pan material pero pide que se busque el que no DEL MUNDO SECULARIZADO. La Iglesia no puede vaciar
perece. En Jesús se nos ofrece la posibilidad de hacer nues- el misterio de Oristo: está para llberar al hombre y a]
tro futuro DEFINITIVO.
mundo. Y esta salvaci.ón desborda nuestro techo humano
Hay que tener también muy en cuenta que no toda (es GRATUITA Y TRANSCENDENTE, SOBRENATURAL Y
hominizadón es sin más una humanización. Podría desem- ESCATOLOGICA). pero la inmanencia de la obra de Cristo
bocar en una deshumanización o una Inhurnanización. a través de la Iglesia en el mundo debe hacer que la exis-
tencia humana (TODA existencia), en su densidad histórica
2'? E l desplazamiento de un legítimo movimiento de y social, manifieste .la venida del Seftor que actúa en el
desacraJización hacia una liberación total de lo trascendcn- destino de los hombres.
dente es - puede ser- muy real, llegando a] más radical
ateísmo que no consiste en negar a Dios sino simplemente 5? Hacerse el hombre el UNICO ARTIFICE y creador
en lgnorarlo, en juzgarlo superado como proble":ª· de su propia historia y "caer de rodillas" (J. Marjtain) fren-
El olvido real de Dios es una fácil tentación en un te a sus propias conquistas, haciéndose sordo ante un Dios
mundo donde no se le ve intervenir y en cuyos aconteci- que está siempre viniendo no para alienar o aniquilar ai
mientos no se espera su ayuda. El peligro de Ia supresión hombre sino para promocionarlo y exigirle que actualice
de esa "dimensión de profundidad" -de la que hablamos una creatividad que El mismo ha puesto en el fondo de su
más arriba- amenaza al hombre secular. ser. Dios no nos da los talentos para que los enterremos
sino para que los explotemos diligentemente.
3~ La teología ha tomado un nuevo giro, llamémoslo
"mundano", pretendiendo así corregir esa separación dua- 6«? La seducción de instalarse en lo temporal con el con-
lista de fe y mundo. Y esto está perfectamente bien; pero siguiente enfriamien to de la esperanza y la caridad no es
puede surgir cl .peligro de dejair que la l glesia y la rela- ajeno a una existencia en que Ja posesión de bienes puede
ción con Dios que ella postula queden de tal manera ab- endurecer el corazón y desviar el progreso de su auténtica
sorbidos por el mundo que prácticamente dejen de ser finalidad que es BL BIEN DE 'fODO HOMBRE EN LA
Iglesia por la supresión del anuncio escatológico cn cl ser IGUALDAD FUNDAMENTAL Y LA FELICIDAD. EI pecado
y el actuar de la Jglesia en el mundo. Existiria, además el que reside en el corazón del hombre no cesa de comprome-
peligro de un Dios "cosificado" y disuelto en e l mundo en ter el destino colectivo de la hwnanidad. También e l per-
forma un tanto panteísta. No un ser personal Claro que la sonal. El poder creador del hombre puede "deshumanizar-
verdadera solución cristiana ha de estar en una "coinci- lo" ai hacerlo más egoísta.
dentia oppositorurn" donde Dios es a Ja vez persona l e im- 7<? Rechazar junto con el preternaturalismo que acom-
personal, inmanente y transcendente, sin limitarse a uno pafia a la concepción sacral del mundo, el concep to de so-
solo de los extremos. brenatural y al admitir la secularización, admitir con ella el
4«? Confundi-r la m isión de la Iglesia con la mundana, Deísmo.
siendo así que sin ser opuestas, la de la Iglesia ha de ser
llevar ai hombre a Dios a través dei mundo. Mundo e Igle- 8«? Querer prescindir de toda actividad tipicamente reli-
giosa ( oradón; aislamiento, convivencias religiosas . . . ) so
sia no son dos realidades excluyentes sino inmiscuidas. La
tarea de la Iglesia es conseguir que el mundo se vuelva pretexto que toda la vida es oración y religiosa.
verdaderamente Reino de Dios. Con razón h a dicho el P. Semmelroth:
La Iglesia tiene que estar igualmente equidistante de "Nosotros, hombres, tenemos que exp resar nuestra vida
una doble tentación: en dos dimensiones: el trato con e l mundo cor.respondien-
34 35
te a Jas legalidades puestas en éJ como objeto expreso de revelan como un Ilamado que nos hace el Sefior.
nuestra atención, contiene efectivamente el tú de Dios pero
atemáticarnente. Pero ·h ay tiempos y espacios en que el en- 2. El p roceso de secularización significa un "Sí" a1
cuentro dialógico con Dios d etermina expresamente la di- mundo como mundo 22 y a la madurez dei hombre, un hom-
rección de nuestro pensar, querer y h acer, mientras que el bre que va alcanzando su mayoría de edad. En lo primero
mundo está implicado atemática y m ás subconscientemente· el cristianismo no debe tener n inguna dificultad. Ese si ai
Esto no es dualismo, el que ambas dimensiones de la exis- mundo como mundo y un desembargo del mundo, de la
tencia ·humana, a pesar de toda viviente vinculadón mutua, existencia intramundana fuera de una directa e integrista
deban pennane<:er siempre como una cierta dualidad de la dominación a través de la fe y de la I glesia, significa una
expresa realización. La conciencia creyente de seguir y ser- cierta desacralización de una doble dimensión:
vir a Dios en las legali-dades propias dei mundo no puede 1). Que la autodinámica del mundo sea creída y respe-
permanecer viva si no se realiza, en el aislamicnto de de- tada, no poniéndola "fuera" sino "dentro" de la misma rea·
terminados tiempos y lugares, la suplicante apelación Tú a lidad mundana. No se debe a fue rzas sacrales, cósmicas y
Dios. AI revés, la díre<:ción Tú a Dios debe dar al hombre misteriosas.
aquella .famíliaridad y confianza con Dios que le deje- per-
cibir en el mundo la huella de Dios y haga realizar s u obra 2 ). Que Dios y el mundo no son dos realidades homogé-
mundana como obediencia frente a Dios" 20. neas, ni m edibles con la misma medida. Dias no se identifica
con el mundo, ni tiene que destruiria para subsistir. El mun-
do y el hombre no están "fuera" de Dios sino "ante" Dios.
El juiclo de un Cristiano Por olira parte -y esto hay también que subrayarlo-
sobre el fenómeno de. la secularización. la seoularización se posibilita y se funda en la presencia
de Dios, presencia que abarrca dos momentos:
l. Es un proceso socio-culturat·y, por lo tanto, re1igio-
l ). De no ser del principio al ser dei mundo. Pero Dios
samente ambíguo. El rechazo puro y simple no es una acti-
tud de fe. Tampoc-0, un ingenuo e infantil optimismo. La
no es un relojero que pone en marcha la creacíón y se des·
preocupa de elia. No hay que entender la acción de Dios
secularización, como todo acontecirniento histórico, está maT-
cada por una cierta ambigüedad; ambigüedad de grada y "deísticamente" sino como una "re-creación", una acción
permanente en la autodinâmica y desenvolvimiento del
.pecado que alcanza al hombre y a la historia que él cons-
truye. Creo que e ste ·proceso de secularización es una PRUE- mundo.
BA, en el sentido bíblico de la palabra. La lgJesia tiene que 2 ). El mundo tiene sus estructuras proplas, sus leyes y
actuar de fermento, sobre todo, con su VIDA, recordando posibilidades características que el hombre debe investiga·r ,
que es necesaria una "referen cia a Díos ,reconocido como descubrir, valorar. . . Pero todo esto es un don de Dios al
la fuente del poder que el hombre posee y a la pascua de mundo.
Jesús, reconocida como el acontecimiento en que el fermento
de la victoria sobre cl mal es gratuitamente ofrccido al mun- Esta es la linea en que se sitúa la Constituclón sobre la
do por el poderío dei AGAPE de Dios" 21. Iglesia en el Mundo m()demo al h ablar de la autonomía de
la reaJidad terrena:
En este sen tido pienso que la secularización es un SIG-
NO de los tiempos y entiendo por SIGNOS DE LOS TIEM- "Si por autonomia de la realidad terrena se quierc de-
POS, a la luz dei Vaticano II, las tendencias que aparecen cir que las cosas creadas y la sociedad misma gozan de
en la humanidad que a Ja luz de la Palabra de Dios se nos propias leyes y valores, que el hombre -ha de descuhrior.
emplear y ordenar poco a poco, es absolutamente legítim<1
esta exigencia de autonomía. No es sólo que la reclamen
20 O. Semn1e.lro1h, s. j . Siikularísierung ais Frage an die Theologie, Stim11w1 imperiosamente los hombres de nuestro tiempo. Es que
der Zeir, 1968, p . 396.
21 J . M. R. Tillard, o . p ., Religieux aujourd'hui. Lumen Vitae, BruxeUcs,
1969, p. 63. 22 O. Semmelrolh, s. J ., Art. cit. p . 395.

36 37
además responde a la vocación dei Creador. Pues, por la una crisis no hay por que extranarse. San Pablo provocó
propia naturaleza de la creación, todas las cosas están do- una crisis semejante cuando se opuso a que los gentiles
tadas de consistencia, verdad y bondad propias y de un se "judaizasen". La ley no era ya un vehículo de la gracia·
propio orden regulado, que el hombre debe respetar con el Se había vuelto un obstáculo. Las tradiciones judias eran
reconocimiento de la metodologia de cada ciencia y arte. un peso insoportabJe. No traducían el espíritu de la Jibertad
de los hijos de Dios sino que lo tiranizaban y sofocaban.
Pero, si autonomia de lo temporal quiere decir que 4. La secularización ponc ai hombre frente a una alter-
la realidad creada es independiente de Dios y q ue los hom- nativa ineludible: o cerrarse a todo lo transcendente en
bres pueden usaria sin interferencia al Creador, no hay una existencia exclusivamente mundana, desesperanzadora
creyente alguno a quien no se le escape la falsedad envuel- o la de abrirse a run Dios en una fe gratuita, Hbre, salvifica.
ta en tales palabras. La criatura sin el creador desaparece.
Por lo demâs ouantos creen en Dios, sea cual fuere su reli- 5. La sccularización representa un desafío a la l glesia.
gión, escucharon siempre la manifestación de la voz de Dios La Iglesia ante la nueva realidad envolvente total e irrever-
en el lenguaje de la creación. Más aún, por e l olvido de sible debe hacer un serio examen de conciencia y podar, en
Dios la propia creatura queda oscurecida" (n. 36 ). un auténtico proceso de purificación, todas las expresiones
más o menos "sacralizadoras" de la fe. Pero debe proceder
En cuanto a la m ayoría de edad de] hombre, tampoco, en un auténtico discernlmlento evangélico. AI término de
al menos en un grado relativo, debe ponerse en duda. La un serio estudio : "Reflexiones sobre el problema de la sa-
protohistoria dei hombre ha acabado y alborea una nueva cralización", dice el conocido exégeta H. Schünnmann: "He-
era, la del hombre adulto que cree en su poder y acepta el mos visto que la Iglesia primitiva evita las .formas "sacra-
papel de artífice de su rnafiana. Pero afirmar el poder dcl les", pero usa "signos" determinados por palabras y posee
hombre no es negar el poder de Dios en el cual aquel alca.n- por la fe la presencia espiritual del Seiior".
za su plenitud.
No se trata de que todo quede como antes, como si la
E sta postura es totalmente bíblica, como hemos visto " desacralización" no ofreciera ningún problema. Todo lo
anteriormente. A lo largo de la Bíblia se descubre esa inten- contrario: es preciso afirmar que e l vino nuevo no puede
ción HUMANIZADORA. •Esto no puede concebirse al mar- echarse en odres viejos (Me 2,22).
gen de la dinâmica de salvación que Dios ha puesto en Cris- Pero si se quiere purificar a la Iglesia es necesario acu-
to (Dios + Hombre) para Ilevar a su acabamiento la his- dir al discernimiento de Espfritu y "vaciar la bafiera sin
toria de los hombres. que salga el nino que hay dentro". No buscamos respetar la
3. Inevitablemente cl proccso de secularización causa- bafiera, ·s ino al nino: "los signos del Seíior". Quisiéramos
·rá - lo estamos viendo-- un impacto enorme sobre el lla- gritar a los "desacralizadores": "no toquéis la Palabra", no
mado "cristianismo convencional", cuestionando una ·infini- los sacramentos, ni la asamblea del Seiior con sus minis-
dad de convicciones rgeneralmente admitidas. Se ha defini- terios; de lo contrario no será ya la lglesia dei Sefior" 2•.
do nuestro siglo "como la era de los símbolos rotos" (Tillich) La Iglesia debe preguntarse cómo hablar de Dios a unos
y es que el iconoclasmo dei hombre de ·hoy acaba con todos hombres que no son religiosos. La respuesta que la lglesia de-
los ídolos culturales incluídos los que los cristianos hemos be dar es ser TESTIGO entre estos ·hombres de una fe gra-
prefabricado. tuita, libre, comprometida, humanizadora, salvífica.
Lo trágico es que nos sucede aquello de Heiddegger: Para terminar, siguiendo el pensamiento bonhoefferiano,
"Hoy vivimos el YA NO de los dioses lejanos y el TODA- digamos que el Dios de J esucristo debe ser reconocido co-
VIA NO del Dios que viene" 23. mo el que respeta el carácter profano del mundo o sea que
Pero no se trata de un nihilismo sino de un proceso de la trascendencia, el más aliá dei mundo, no se revela más
purificación, de diferenciación que expulsa lo que es rea- que en el acto del ágape, realizado EN y POR el destino
lidad secular del ·recinto de lo sagrado. Que esto provoque humano.
24 H. Schünnmann, Réflcxion en du problemc de la "'desacraliution'", Pa-
23 Heiddegaer, idcntitlit und Differenz, p 71. roisse ct lilUJ"iÍe, 5 (1968) 432.

38 39
1. • ALGUNAS PISTAS EQUIVOCAS

•E mpezaré por rechazar la motivación que encuentro


irremediablemente condenada ai fracaso, por la cual, sobre
todo en algunos medias jerárquicos y organismos de pasto-
EL PROVECTO ral, la persona se ve aún hoy cmpujada a comprometerse.
En el âmbito de la misión esclesial se discicrnen algunas
DE LA VIDA RELIGIOSA taTeas muy concretas que se dicen ser funciones propias
de los religiosos, en tal forma que estos se caracterizarían
J.M.R. Tlllard por su aporte específico en la actividad apostólica entendida
en su sentido más amplio.

Las comunidades "cuerpos especializados al serviclo de


la misión eclesial.
Empleando una expresión, afortunada hace algunos
Los religiosos como pueblo de Dios, guiado por la inter- anos, las comunidades religiosas serían "cuerpos especia-
pelación de los hombres y de las circunstancias, se interro- lizados ai servicio de la misión eclesial". Debo precisar,
gan descontentos de reformas -superficiales. Buscan su iden- sin embargo, que es ta especialización se eje rce sobre
tidad en una renovación en profundidad. Y porque varios todo cn el plano de la acción, del apostolado inmediato.
de los sectores que la historia les había reservado aparecen E n tonces la Iglesia se inse rta en la realidad concreta
cada vez más, no como el bien propio de algunos cristianos, dei mundo . El difícil problema dei "carisma dei funda-
sino como el legado común de todos los bautizados, llegan do r" se ve a menudo desde es te ángulo. Así, los Institu-
a no saber ya quiénes son y a no .p ercibir más el fin preciso tos misioneros han sido el instrumento p rovidencial de la
de su vida o de s u compromiso en la ciudad secular. Acos- evangelización de las tierras que se abren a la civilización;
tumbrados a definirse distinguiéndose dei laicado que pide las comunidades de enseiíanza, el brazo derecho de la je-
hoy como privilegio y tarea la misma que les atribuían en e l rarquía para la formación de la juventud en una visión
pasado -la búsqueda de la santidad y el llamamiento mi- cristiana dei hombre y del mundo; las Ordenes contempla-
sionero-- se sienten impulsados a renunciar a toda especi- tivas han asegurado a título de privilegio, el ejercicio de la
ficación y a fundirse en un estilo de vida y de acción no oración. Y no hay que remontarse muy lejos en 1a historia
diferenciado, o bien a escrutar el texto bíblico pa·r a descu- para descubrir que los innumerables choques entre obispos
brir en él algún elemento que sea sólo suyo. Cuando han y autoridad religiosa han t enido allí su orígcn. Mientras los
hecho esto, cuando han convertido sus casas, y s us hábitos primeros veían en las comunidades, ante todo, reservas de
y sus horarios, en casas y hábitos y horarios como los de e nergías apostólicas y se oreían en el debcr de adherir a su
todo el mundo y creen tener en el "celibato por el Reino" acción, las segundas afirmaban que el proyccto religioso
la fórmu la mágica que los distingue, se dan cuenta de que la implkaba otra dimensión que desafortunadamente no siem-
cuestión no hace más que rebotar. pre llegaban a explicitar.
El fin de estas pocas páginas es muy modesto. Qui siera No pretendo negar que las comunidades religiosas, s~
senciJlamente seiíalar jalones en el camino hacia lo que me bre todo cuando están estructuradas alrededor de un fin
parece ser la única manera válida de responder a este inte- apostólico muy concreto ( ensefíanza, predicación, cuidado
rrogante. Lo haré en dos etapas. En la primera indicaré pis- de los pobres, e tc.) son los "cuerpos especializados" de que
tas equívocas que arriesgan desembocar en un callejón sin se habla. No desconozco que sean u n instrumento de pri-
salida. En la segunda seiialaré el punto preciso en que con- mera linea, para el progresivo dinamismo rnisioncro de la
verge la búsqueda, subrayando los aspectos que a mi modo Iglesia. Admito, igualmente, que el orden episcopal detenta,
de ver esclarecen el problema. por voluntad de J esucristo, una responsabilidad especial en
cl desarrollo de las energias apostólicas en el Pueblo de
40 41
} Dios. Tampoco dudo que rnuy a menudo los fundadores han para cumplir la labor apostólica exigida por s-u profesión
querido agrupar h ombres y mujeres con miras a responder religiosa. No se ve claro, entonces, en el sentido corriente
a una necesidad apostólica particular. Sus comunidades han -y siempre en el plano dei compromiso apostólico- lo que
adquirido de esta forma, la ventaja inapreciable de agru- distingue a estos religiosos de los demás cristanos que militan
parse en función de un objetivo preciso. ·Piénsese en San- con ellos y con los cuales forman equipo para el logro de
to Domingo, e n San Juan Bautista de la SaUe, en Ana Ma- objetivos estrictamente idênticos.
n a J avouhey. Tal situación contribuye a desvirtuar más y más la vi-
Pero esta relación estrecha con e l apostolado represen- sión que existe todavía en aJgunos medios, de que los reli-
ta verdaderamente el corazón, la motivación primordial dei giosos deben consagrarse a un trabajo que no se contamine
proyect-o religioso? Se hace uno religioso - hablo, no de la con lo profano dei mundo. Esto los caracterizaria no sola-
determinación muchas veces inconsciente que lleva a tocar mente frente a los demás militantes sino sobre todo frente
a la puerta de un noviciado, sino de la decisión que asume a los Institutos seculares. T•rabajan por el Reino situánd-ose
el acto de la profesión- fundamentalmente para formar en ,u na posición que corresponde, en el plano de la acción,
p arte de un cuerpo apostólico especializado, o por otro mcr a la "btúda dei mundo" o al menos a la "separación dei
tivo, más expHcito quizá, pero en definitiva más determi- mundo", actitud esencial a su ideal.
nante, concretizándose en un tipo de compromiso al servi-
cio de la Iglesia y de los hombres? E s claro el sentido de La referencia a la concepción monastica
la pregunta y su importancia. No se trata de volver a la di- Esta referencia que confina su trabajo al campo de
cotomia cJásica, que me parece m uy contestable, entre fin lo religioso, delimitado por la clausura, falta de profun-
primario y secundario, fin general y fin específico, ni de didad . Es el caso de algunas instituciones cristianas,
red udr el compromiso apostólico a un apéndice accidental. por ejemplo colegios, donde todo se refiere a la for-
Debo advertir que el sentido profundo de que hablo, toma mación de cierto tipo de "hornbre cristiano". Esta
un rostro, se actualiza en la orientación apostólica de la concepción no corresponde ni siquiera a lo que repre-
comunidad escogida o al menos en la forma de vida típica senta en el conjunto dei trabajo por la ciudad secular, la
que la caracteriza. Pero dicho esto m e pregunto: se hace labor de los monasterios y de la casi totali dad de las ins-
uno dominico en nuestros días para predicar la palabra de tituciones cristianas. Su obra se desaNolla en un mundo
Dios o se ve en esta misión de predicar, la caracterización eclesial vol,u ntariamente cerrado. Lo he demostrado amplia-
-a la m edida de los a tractivos y de los talentos- de una mente en o tro lugar. A nivel dei trabajo en tendido en su ca-
motivación más profunda que se encarna en este servido rácter estrictamente profano, no se alcanza a ver en qué
del Evangelio? la tarea del cisterciense que edita un texto antiguo, o la de
Cuando los Institutos seculares y una multitud de cris- la religiosa que ensefia matemáticas con competencia y
tianos competentes, casados o no, se comprometen en nom- conciencia p rofesional, sirve menos a la sociedad de hoy y
bre del Evangelio en actividades tales como la misión "ad prepara menos ai advenimiento de una humanidad evolucicr
extra", la ayuda a países en vía de desarrollo, la animación nada en -sus estructuras seculares, que el erudito de Uni-
espiritual, e l problema se torna m ás serio. Se distinguen los versidad, o el profesor ateo que cumplen la misma tarea.
religiosos simplemente por el tipo de organización y una No niego el sello que la cualidad profunda de la per-
determinada forma de vida comunitaria? Entonces su pre- sona imprime a toda obra, por vulgar que parezca a simple
sencia en la Iglesia es muy ac-cidental. Tanto más cuanto vista. Admito igualmente que en muchos domínios cierta fi-
que a sistimos a un repensar profundo de los conceptos clá- losofia de las cosas influye desde dentro en la manera mis-
sicos de la acción apostólica que desemboca en un cues- ma como se cwnple la tarea. Pero esto no me induce a
tionarse sobre formas en que los religiosos han estado más afirmar que el trabajo dei religioso no sea un trabajo dei
comprometidos. Agreguemos que en muchos países las ins- mundo. Ouiéralo o no, la fi oalidad interna común a todo
tituciones propiamente eclesiales - tipo escuelas, hospitales, trabajo humano se impone a quien se consagre a él. Por
dispensarios- desapa·recen una tras otra. Las comunidades otra parte, es necesario, de nuevo, reconocer que esta in-
se ven así abocadas a enviar sus miembros a trabajar como fluencia de la calidad profunda de la persona y de su filo-
los demás ciudadanos y con ellos a instituciones dei •Estado, sofia de las cosas es válida para todo cristiano. El religioso
42 43
seria, pues, un bautizado que busca cierta profundidad de esté presente se podrá concluir, con la máxima seguridad,
su ser cristiano, una penetración siempre creciente del sen- que esta persona es "religiosa". Y como bajo el impulso de
tido del Evangelio, pero con el fin de imprimir a su corn- cierta posición fundamental nos aferramos a la letra misma
promiso apostólico en las estructuras dei mundo, una au- del Evangelio, vamos a escrutar las Escrituras para descu-
tenticidad cada vez mayor? En otros términos, haría de brir en eUas el o los textos que serían para Ja vida religio-
todo lo que implica concretamente su Regla de vida el ins- sa algo asi corno para el mal·rimonio la PaJabra dei Génesis
trurnen to privilegiado, el medio para una mayor eficacia d e que Pablo y Mateo emplean.
acción ai servido del Reino? Seria, sin lugar a dudas, un
fin muy noble. Pero sería este cl proyecto religioso? Respon- Por desgracia, el m étodo se acusa hoy como ineficaz.
de fundamentalmente ai compromiso apostólico? Volvemos Las más serias investigaciones exegéticas muestran que d.i-
así a enfocar e l mismo problema desde un ángulo diferente. fícilmente se encuentra en Ja letra misma de fa Escritura un
Instintivamente sentimos que situarse así frente al aposto- fundamento explícito e inmediato de los tres grandes con-
lado, en actitud puramente mecânica, es condenarse a dar sejos tradicionales de pobreza, castidad, obediencia so-
vueltas inútiles. Aún para las comunidades llarnadas apostó- bre los cuales poco a poco se ha ido estructurando la pro-
licas -y este título no me parece feliz- la respuesta debe fesión religiosa. Lo que durante mucho tiempo -pero con
buscarse en otro plano; en un plano que permita captar el m ás matices <le los que permiten v~r ciertas exposiciones-
punto preciso a donde convergen los diversos elementos se había presentado como d.iferencia querida por Cristo
que integran la vida religiosa, incluído el elemento apostó- mismo entre un camino impuesto a todos en forma de pre-
lico. cepto y otro facultativo propuesto sencillarnente a los que
se sienten impulsados a sobrepujar lo o bligatorio, aparece
Puede ser que algunos grupos religiosos catalogados cada vez m ás <lifícilmente conciliable con el análisis minu-
por la legislación actual entre las comunidades religiosas cioso de los textos evangélicos. Como lo recordó Santo To-
en sentido estricto, descubran que el ideal que las reúne, y más, la p erfecció n de la caridad, lejos de ser un ideal facul-
que es la razón de s u vida, es el cornpromiso apostólico. tativo, representa el fin a i cual todo bautizado debe tender.
Tod-0 lo demás se mira en esta perspectiva. Habria que pre~ El Reino de Dios es un blen tal que todo cristiano debe
guntarse si no seria mejor que cstos grupos optcn delibera- optar por una adhesión absoluta al Seiior y estar dispuesto
damente por formas de existencia y búsqueda en común del a las decisiones má s radicalcs cuando su corazón está ex-
Scfior. Esforzarse por adaptar, cueste lo que cueste, cua- puesto a d.ividirse o desviarse. Imposible, entonces, hablar
dros que no están heohos para ellos, es exponerse a ahogar de una categoria de "más perfectos" que con su impulso in-
la llamada particular dei Espiritu. La presencia en el Pue- vaden el campo de los demás.
blo de Dios de .familias tales como los sacerdotes de San
Sulpicio, la Congregación formada por San Juan Eudes, los Es verdad que algunos creen encontrar en el Evangelio
Padres Blancos de Africa, cuya influencia ha sido conside- un texto que se refiere explícitamente a i "celibato por el
rable y que han estado normalmente en pleno dinamismo Reino de los cielos". Este texto se convertiría en el funda-
eclesial, debiera moverlos a hacer con lucidez este discer- mento sobre el cual se construye la vida religiosa. Se trata
nimiento. Rehusar considerarse religioso en sentido estricto del texto de Mateo sobre los q ue libremente "se hacen eu-
no equivale a una decadencia. Cuándo se admitirá a todos los nucos por el Reino de los cielos". En el Pueblo de Dios los
niveles de la Iglesia que la búsqueda dei Senor y el servi- religiosos se distinguirían en cuanto que son celibatarios
do del Evangelio puede cumplirse e n múl t iples formas? Na- voluntaries que viven en comunidad . Se agrega, por aiia-
da se gana en querer encerrado todo en categorias uni- dldura, en nuestro mundo contemporáneo, que e l celibato
formes. libremente escogido aparece sicmpre como el signo de un
Recurso constante a Ia letra rnisma dei Evangelio "amor preferencial".
Seria p reciso mirar los valores que la persona escoge 1E ste recurso no me parece más seguro que aqucllos que
como elementos constitutivos de su estilo de existencia cris- la exégesis poco a poco nos ha obligado a abandonar. No
tiana. Se intenta así buscar la realidad que el religioso posee solamente funda la vida religiosa en una base s umamente
corno propia de tal suerte que, allí en donde esta realidad restringida - los religiosos sienten instintivamente que su
44 45
adhesión al Evangelio no se limita únicamente a una con- II. · CARACTERISTICA FUNDAMENTAL DEL PROYECTO
dición tan sutil... -sino que sobre todo la exégesis que la DE VIDA RELIGIOSA
apoya está lejos de ser una garantía. Especialistas católicos
y protestantes de la interpretación de Mateo, piensan que la
palabra de Cristo se refiere inmediatamente no a un celibato Advertencias :
voluntario sino a cierta situación del hombre casado enfren-
tado con las exigencias dei Reino. Además, no es seguro 1 • Temperamento natural
que nuestros contemporáneos vean cspontáneamente el ce-
libato bajo el aspecto edificante que se pretende, si este Empezaré por recordar dos puntos a menudo olvida-
celibato no se inscribe en un todo más amplio. Nuestra so- dos por la reflexión teológica en este campo. El primero me
ciedad conoce cada vez más abiertamente la existencia de parece una evidencia. En la clección de la vida religiosa,
celibatos poco castos, ligados, bien ai deseo de gozar de la : como en cualquier elección hecha con Jibertad plena y sin
vida y de sus placeres sin aceptar las cargas dei matrimo- ceder a presiones de imperativos externos, el temperamento
nio, bien a graves anomalías dei comportamien to sexual. natural juega un papel de primer orden. No podrfamos pres-
cind ir de él, puesto que hemos comprendido el lugar que
Es significativo que los que se aferran a esta concepdón ocupan las realidades naturales en la economía de la gracia.
de la vida religiosa: "el celibato por el Reino" no pueden Descuidar esta referencia a las posibilidades o tcndencias
responder de manera convincente a la objeción que nece-- dadas a n ivel dei ser - hombre como tal- llevaría a caer
sariamente se suscita: Cómo distinguir este celibato (fün- nuevamentc en los retos de un supernaturalismo exacer-
damento de todo el proyecto religioso) dei <ie los miembros bado que cortaría brutalmente naturaleza y gracia, o a nau-
de los Institutos seculares y del de los sacerdotes de la Igle. fragar en un voluntarismo ingenuo para el cual bastaría
sia de Occidente? Basta declarar que el celibato sacerdotal querer intensamente una cosa -aunque sin razones for-
"es un celibato impuesto o que se ignora"? Y puede justifi- maJes- para que se haga posible. La distinción entre fe y
carse la tradición oriental del celibato de los obispos, re- religión, felizmente esclarecida en nuestros días, no debe
mitiéndolo con frase lapidaria, a "una influencia neo-plat~ llevar a una deshumanización de la fe. Muchas neurosis,
nica"? Si por una parte e1 celibato por el Reino es el funda- muchas crisis que destrozan vidas religiosas, tienen su raíz
mento último de la vida religiosa y por otra se afirma que en una falta grave de atención ai humus humano en el que
el celibato dei sacerdote y dei miembro dei Instituto secular
florece el llamamiento del Se.õ.or.
son "estrictamente idénticos" al celibato religioso, no sé
cómo esclarecer el embrollo. En el plano puramente natural, así como existen tem-
peramentos Jnás llevados a las cosas del espf.ritu, otros más
Me parece, pues, mal método teológico buscar en la Es- atraídos por las realizaciones de la técnica, hay otros que,
critura el texto preciso en que se fundaria la vida religiosa. sin ser por eso más perfectos, se incl inan normalmente a
Se corre el riesgo de no encontrar nada explícito o de con- actitudes de superación. No se satisfacen con una manera
tentarse con respuestas parciales que se interpretarían co- corriente de vivir. Son más apasionados, más fogosos, me-
mo la única respuesta válida. Por quê obstinarse en este re- nos impulsados a contentarse con lo que la moral exige
curso al texto? La Iglesia no ha encontrado en la Escritura como norma habitual, haciéadolo equivaler a mcnudo a una
el fundamento literal e inmediato de varias realidades que "vida virtuosa". Es evidente que esta inclinación implica de
proponc y que considera como plenamente evangélicas. El ordinario, si se cede a ella, la imposibilidad de realizar ple-
caso de los sacramentos, en conexión directa con Cristo, es namente otros valores igualmente hwnanos y nobles y nece-
un ejemplo típico. Lo mismo sucede para la vida religiosa. sarios a la sociedad. Qué hombre puede pretender realizar
Esta se funda no en tal o cual prerícopa muy precisa, sino todas las posibilidades de lo humano? Y se dirá que el poeta
en una manera global de Jeer todo el Evangelio. La vocación o el metafísico son más o menos ·h umanos, más o menos
religiosa se origina en la mirada, iluminada por el espíritu útiles a sus hermanos que el campesino o el técnico? Que
de Dios, que esclarece todo el hecho evangélico. Vamos a tal general ilustre ama necesariamente más Ia Patria que
explicarlo rápidamente. un pequeno artesano que trabaja para ella en la oscuridad
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de s u aldea? Ciertas opciones libres se fundan en algo más
que en un deseo de ser más o menos perfecto. Un atractivo vamente la diversidad de cent ros no implicará, mirando el
arraigado en promesas o aptitudes naturales, las determina hecbo eclesial global, una mayor o meno r relación con el
profundamente. Tanto que a la pregunta: Por qué has esco- misterio de la Iglesia como tal. El que escogiere vivir para
gido tal profesión, tal oficio? La respuesta más sincera es el Evangelio el ·realismo de la irunanencia del m undo, no
casi siempre: "porque me gustaba". E stoy convencido de se daría menos al Reino de Dios que su be rmano más aten-
que sucede lo mismo en cl plano de las grandes opciones to a la relación de t·rascendencia. Sólo se tratará -pero im-
cristianas. Sólo una segunda lectura de las motivaciones porta entenderJo bien- de equilibrios diferentes dentro de
de la vocación permite pcrcibir las razones de este "gusto". una misma realidad de grada. Que un triángulo se sostenga
en su vértice o que descanse en su base, no quita que sea
triángulo, aunque e l primer caso es más "ext·raordinario"
2. Relación con el mundo y exige condiciones espcciales. Que en la radiografia DO dis-
tinga más que los huesos d e mi brazo y q ueden velados los
•El segundo punto que quiero recordar se refiere a l tejidos y los vasos, no equivale a negar que si el hueso es-
puesto de la relación con el mundo en la teologia de la Igle- tructura mi miembro, es te no podrá ser brazo humano y
sia. En efecto, hemos vuelto a descubrir que el Reino de Dios brazo vivo sino mediante lo que está velado y que el hueso
cuya venida esperamos preparar y apresurar, no era una mismo no puede vivir sin eso.
realidad ajena al mundo. Este se consideraba como un obs-
táculo que había que superar, como un enemigo que vencer.. Hablo de equfübrios diferentes. Puesto que más arriba
Existe en el mundo todo una zona marcada p or el pecado he rechazado que el carácter d istintivo de la vida religiosa
del hom b.re que no cesa de frenar la aparición de los valo- se tome en función de la activid ad cristiana y del compro-
res de la salvación, oponiéndose a ellos a m enudo con agre- miso apostólico, debo afirmar que de la manera como el
sividad y violencia. Pero debemos admitir en nuestra fe, que cristiano se sitúe frente a ciertos valores dei mundo llama-
la Sefioría de J esús quiere alcanzar hasta en su última p ro- dos a penetrar s u ser, dependerá la diversidad de equili-
fundidad la Creación en en el seno de Ja cual el mundo· se brios. Me r.efiero a los valores mediante los cuales la per-
sitúa. En su tensión dinâmica bacia el Advenim iento pleno sona se construye a sí misma. Diré de una vez que para
del Reino, la Iglesia DO aparece como una en tidad yuxta- centrarse en la radicalidad de la existeDcia por el Dios de
puesta al mundo o injertada en él, tratando de absorberlo J esucristo, el cristiano, llamado a la vida religiosa, se abs-
en tal forma que pierda su consistencia propia. El poder tiene libremente de todo un catálogo de ·r ealida des plena-
trascendente de D.ios, cuya Pascua es el Advcnimiento, va m ente integrables al Reino y aún más, destinadas a ser asu-
impregnando progresivamen te los valores del mundo. En midas por él. Es entonces cuando el cristiano comprome-
esta situación peregrinante -la única que conocemos- la t ido en la inmanencia del mundo busca integrar hasta en su
Iglesia es relación ai Advenimiento trascendente y supra propia carne y en el tejido de las irelaciones en que se dila-
mundano del poder de Dios y r elaciôn a la profundidad y a ta su persoDalidad, est-os mismos valores. Uno vivirá con
la interioridad última dei mundo. Estas dos relaciones son realism o la dimensión de trascendencia dei Reino de Dios,
constitutivas de s u misterio y se necesi tan u na a otra. Una mientras otro vivirá su dimensión de inmanencia en el
mirada existencial sobre la lglesfa en marcha bacia el ad- mundo. Y subrayem os de una vez que estos dos llamamien-
venimiento dei Seiior, lleva al encuent-ro radicalmente in- tos son difíciles y exigen para ser vividos con rectitud una
tangible de su relación con la trascendencia de Dios y la fuerte dosis de valor y de 1fe. En nuestro mundo contempo-
inmanencia del mundo. râneo la aventura dei m atrimonio cristiano exige u n con-
tinuo esfuerzo de superación lo mismo que la aventur a re-
Uniendo esta conclusión con lo que dije de la imposi- ligiosa.
bilidad de encontrar una persona que actualice la totalid ad
de los valores d el ser bombre, descubrimos que en el ser- Se construye en tomo a la opclón da la fe
cristiano ocurrirá probablemente lo mismo. Una ex.istcncia Esto no impide, sin embargo, afirma r que la caracte-
cristiana podrá centrarse más en la dimensión d e inmanen- rística propia de la vida religiosa reside en el hecho de que
cia dei mundo, otra en la dimensión trascendente. Objeti- esta se construye esencialmente en torno a la opción de la
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4 · Vida Religiosa • lacidencias
fe, tomada en lo que tiene de más formal : la acogida exis- ria conserva, pues, motivaciones intra mundanas muy gr an-
tencial -no únkamente cerebral o verbal- del Adveni- des . .El material humano asumido hasta entonces permane-
miento de Dios que lnterviene, en Jesucristo, de manera gra- ce con el sentido que le es inmanente, y este m aterial es en
tuita, en el corazón del hombre para .permi tirle realizarse sí mismo estusiasmador.
en plenitud. No se trata de afirmar que para el cristiano no Pero no -seamos fogenuos. Concretamente, cuando un
·religioso la fe pueda ser menos viva y menos absoluta que bautizado elige el matrimonio, la rnotivación dominante es
para el religioso. Sería un absurdo. El bautizado debe con- normalmente el deseo de ligarse para siempre con la joven
cebir su existencia como una vida "para Dias en Cristo Je- que ama para construir con ella su felicidad común. •Esto no
sús", íntegramente consagrada al advenimiento del Reino de quita que los princípios específicamente cristianos y los
Dios entre los hombres. Resulta entonces evidente que el imperat ivos de la fe lo iluminen y lo obliguen a veces a op-
elemento unificador entre lo que es y lo que hace no puede ciones bastante radicales en su desígnio de fundar un hogar
encontrarse fuera de su adhesión a Jesucristo. Concreta- ' verdaderamente evangélico. La exigencia cristiana florece en
mente, de una manera muy implícita per-0 no por eso me- la hondura de su primer deseo. Lo mismo ocurre en la op-
nos real, todo en él se encuentra saturado por el "sí" que ción de la profesión. Son raros los casos en que la elección
dio a la propuesta que Dios le hizo en Jesucristo. De esta de tal o cual for.ma de trabajo se encuentre fundam en-
manera toda su vida se convierte en vida de fe. En este talmente explicada por el deseo de rcflejar a Cristo. El
plano nada puede distinguir al ,religioso del no religioso. deseo apostólico brota de un hecho, de una idea fundamen-
tal que lo precede y lo condiciona en muohos aspectos.
Debo reconocer, sin embargo, que en los elementos con-
cretos fundamentales q-u e tejen la vida del que Jlamamos En el caso religioso ocurre de o tra m anera. No se en-
cristiano militante en el mundo, hay una consistencia pro- tiende cómo el que no tienc o ha perdido la fe, pueda se-
pia que, aún fuera de la opción de la fo, es ya riquís irna por guir llevando esta vida si respeta su dignidad humana y no
sí misma, digna por sí sola de colmar ple namente una exis- quiere caer en un absurdo. Esta simple comprobación - que
tencia humana generosa y recta. La pr-u-eba es que en todas me parece evidente y no puede contradecirse- basta para
las civilizacíones y fuera dei cristianismo, hombres y mu- bacer sospechar que la existencia entera debe organizarse
jeres encuentran la alegria de su vjda en la construcción de alrededor de la opción de ·l a fe, y que esta forma como la
un hogar y feliz, en la posesión de cierta facilidad material trama de todo el tejido, hasta el punto de que fuera de
que les permita satisfacer las necesidades elementales, en ella .la existencia entera pierde su significado. Tenemos aho-
in-s talarse dignamente en la ciudad terrena. El militante cris- ra que establecer la verdad de esta sospecha.
tiano en eJ mundo organiza esencialm ente su vida alrededor Centrada en lo único necesarlo
de la gran aventura humana dcl matrimonio y de lo que se
llama la profesión o el oficio. Si en este laico sobreviene Esté o no comprometido como su hermano en las ta-
una crisis radical de fe o llega inclusive a desaparecer, la ·reas que construyen la ciudad secular -es el caso de Ia
trama de la vida de familia como tal subsiste, sin embargo, mayoría de los religiosos: de enseií.anza, 'h ospitalarios, au-
con la profundidad que le es propia; la finalidad primcra de xiliares sociales, etc.- y esté o no en ínstituciones de renorn-
la actividad profesional se conserva también; la posesión de bre de la sociedad civil, eJ religioso es un cristiano que esco-
ciertos bienes materiales continúa procurándole una honra- gió cent·r ar todo lo que se relaciona consigo mismo en lo
da y deseable alegria de vivir y no pensemos que la ruptura que le parece en definitiva como lo único necesario. No di-
con la .fe arrastra necesariamente la pérdida de toda dimen- go el unwn bon um, ni el unum cristianum sino simplemente
sión altruísta y de toda referencia explícita a un amor desin- -y el matiz es capital- el unum necessarium. Noto igual-
teresado. El hogar puede seguir siendo una célula de amor mente que miro ante todo (aunque no exclusivamente) el
y de don m utuo, la profesión puede continuar cumpliéndose plano en el cual la persona atrae a su centro las realidades
como una colaboración generosa en la humanización del en que se surnerge para realizarse con ellas. Llegamos así,
mundo, el goce de cierta felicidad puede seg~1irse teniendo por otra parte, ai contenído de lo que la tradición clásica
como el medio de gustar mejor la grandeza dcl don funda- designaba como las grandes concupiscencias por las cuales
mental que es la vida. Separada de la fe, la existencia dia- la persona se apodera dei objeto de su deseo. El religioso

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quiere ahondar precisamente en este plano una gnrn capa- nitiva, el religioso, en su intención primera, es no tanto el
cidad de pobreza que le permita honrar existencialmente, en que busca su perfección personal como el que quiere ser
la liturgia por excelencia que es la liturgia de la vida mis- lógico oon la manera como ha comprendido el Evangelio.
ma, la ..-ealidad que es el sostén del misterio cristiano. E sta Y si tuviese que caracteriza'!' con una palabra esta compren-
reaUdad nos ha sido revelada por el Acontecimiento de la sión, diria que capta el Evangelio en su aspecto radical,
Pascua de Jesús: en Cristo, Dios amó a los hombres con absoluto. Voy a aclarar un poco esta afirmación que algunos
un amor grandioso y trastornador del que El solo tuvo la e ncuent ran desconcertante.
iniciativa y que trasciende todos los poderes de amor del
mundo. Hizo alianza con nosotros y ha comprometido ya Hablé hace Wl momento del unum necessarlum. Esta
nuestra vida con las arras de su Reino. percepción radical del Reino pertenece ai Evangelio mismo.
Para todo fiel, sea quien sea, el valor fundamen tal y abscr
Esta referencia esencial al amor que viene de Dias y a luto del don concedido por Dios en Jesucristo exije que es-
la dinâmica de superación rh acia la cual tiende, es como el té pronto a las decisiones más vigorosas, inclusive a las Te·
esqueleto que sostiene el Reino o como el vértice en el que nuncias más violentas, si uno u otro de los valores de la
se apoya. Y puesto que sin esta dimensión -abora sabemos Creación, siempre buenos en sí mismos, pero siempre rela-
que se t rata de la dimensión trascendente y extra mundana tivos, p onen en peligro su adhesión a lo esencial. En esta
del Reino- Jos demás bona c ontenidos en el ya del Reino misma linea la exégesis contempóranea interpreta, contan-
pierden su significado último, cierta dimensión de fe parece do con su género literario, versículos tales como "si tus
concentrarse en ella poniendo de manifiesto la cualidad que ojos te escandalizan, arráncalos, si tu mano te escandaliza
descubre en sí dei unum necessarlum. De aquí nace e l prcr córtala". Y algunos especialistas muy serios piensan que la
yecto de una existencia que se organiza en torno a una cti- palabra sobre los eunucos y la dirigida al joven rico deben
mensión y en función de ella. Se ,buscará convertir en acto, tomarse en este sentido. Cuando el Reino está en juego, si
vitalmente, por medio de actitudes que comprometan e l las circunstancias lo piden y si omitiéndolo se arriesga una
contenido de la existencia personal, .que en todas las reali- división irremediable, hay que estar pron to a dejar sus ri-
dades positivas en que se actualiza el Re ino existe un valor quezas, a perder su reputación, a pasar por uno de esos se-
trascendente que lej os de no tener relación con la vida ac- res despreciados como los eunucos. Porque el cristiano de-
tual, le da su sentido y su plenitud. E ste proyecto es el dei be mostrarse lógico e n su pertenencia ai Seiior, y sin des-
religioso. Le corresponderá también someter al imperio ab- preciarlo, saber someter su enraizamiento en el mundo a
soluto de Jo que le aparece como el wtum nece1SS8rlwn todo esta prioridad cualitativa dei ya escatológico que lo habita.
lo que se relaciona con su propia utilización de los bienes El hecho evangélioo conlleva, pues, objetivame nte, esta ten-
de la creación, con su propia alegria de vivir, con su p ropia sión bacia e l radicalismo. Y si esta no se ex.presa siempre
promoci6n social, con su propia inserción en el mundo, con en imperativos categóricos, no por eso está menos ligada
todo lo que pueda sacar por sí m ismo de su compromiso con la gracia bautismal.
temporal. Aquí se circunscribe, pienso, la búsqueda de una vida
Fundada en la lectura global dei Evangelfo religiosa. Algunos temperamentos naturalmente inclinados
al "todo o nada", cierta perccpcíón de las realidades evan-
En todo esto importa poco que un texto u otro dei gélicas, que, aun con riesgo de perder en otros planos del
Evangelio venga explícitamente a dar cuenta de tal o cual misterio del Reino, q uier en ir directamente a la raíz, esccr
de las decisiones exigidas por la puesta en marcha de gen libremente el vivir sometiendo la totalidad de su exis-
este proyecto. La motivación fu ndamental, como lo demostré, tencia al Uamamiento radical del valor trascendente del
consiste no en la obediencia a una palabra dei Sefior, Advenimiento de Dios. Entonces las decisiones exigidas por
sino en una comprensión existencial, iluminada por el este proyecto toman su sentido y dejan de aparecer como
Espíritu Santo, de la totalidad del hecho evangélico. rupturas negativas o competencias hacia el mérito. Respon-
Se trata de descubrir e l sentido dei Advenimiento de den, ai contrario, a un esfuerzo de transparencia y de per
Jesucristo, que muestre, dándole todo su relieve, una (y la breza qu e busca realzar p lenamente lo que es para la fe
m ás fundamental) de sus dimensiones esenciales. En defi- vãJor primordial. Con este fin el religioso decide vivir a dis-
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tancia con relación a las riquezas personales. ai amor dei mación existencial de un m ás al iá de las motivacioncs ordi-
hombre hacia la mujer y a la organización de su destino narias. En otros términos, el reconocimiento de la trascen-
personal y al uso dei confort y del bienes tar terrcnal y de dcncia del Agapé de Dios impulsa el amor humano a abrirse
un tipo corriente de relaciones con el mundo. Si no concede, a la fraternidad universal. El proyecto religioso en su es-
en lo que mira a su expansión personaJ y a la utilización de fuerzo por una encarnación existencial del llamamiento ra-
los bienes de la Creación, sino una atención relativa y mini- dical y absoluto dei Reino desemboca normalmente en la
mizada, no es por desprecio de estos sino por preferencia comunidad fraternal.
a la realidad que da su sentido a cstos valores.
Será necesario detcnerse en el hecho de que el religioso
Es to permite comprender dos cosas importantes. Pri- al comprometerse en un proyecto de esta índole espera en-
mero, la comprobación hecha más arriba de que el proyecto con trar all í su felicidad y su paz terrenales? Seria equivo-
religioso lejos de desviar dei servido concreto del m undo, cado concebir esta acentuación de la radicalidad y de lo
empuja, por el contrario, con vigor hacia él. Basta recordar absoluto como un masoquismo la·rvado o como un rechazo
que en su conj unto, los religiosos nunca han dcjado de asu- de la vida terrena! en espera de la eternidad. •E l religioso
mir tareas que son primordialmente para la ciudad terrenal entiende realizarse en su profesión religiosa tanto como el
de los hombres. Hay que notar también que hoy compren- cristiano casado en su vida conyugal. No seria honrar la
demos mcjor, que ninguna de las funciones que un cristiano dimensión trascendente del Reino como fundamento de lo
puede realizar, le están en principio prohibidas. Importa, que se ha expresado en el ya del amor de Dios, si hubiera
sin embargo, ver claro que este compromiso religioso está necesidad, para realizar su proyecto, de renunciar a lo que
seií.alado con un m atiz muy especial de gratuidad arraigada constituye eJ fondo de toda vida humana. Aqui se discuten
en la motivación fundamental de su vida. Porque cuando dos actitudes igualmente nocivas: la que niega a la vida
se agota por construir un mundo habitable en el cual la fe- religiosa todo W1 conjunto de alegrías humanas y sencillas
licidad terrena, querida por Dios, pueda florecer, rehúsa en para encerrarla en una especie de caparazón rígido que no
su vida personal muchos aspectos, por otra parte legít imos, tiene nada que ver con el Evangelio, y la que, al contrario,
de esta felicidad terrena. No trabaja por su felicidad perso- trata de recuperar poco a poco todas las alegrías humanas.
nal. Cada tarde deja tras sí, para los demás, el fruto más todos los placeres y todos los gustos propios de las vocacio-
precioso de su trabajo. Su hermano comprometido en ]a nes de otros cristianos pero sin aceptar las responsabilida-
inmanencia del mundo, vive, en cierta manera esta expt> des que pesan sobre ellos. Es la actitud sepulturero y la
riencia a la inversa, tan perfectamente como sea su fideli- actitud pJay-boy. E I religioso <lebe probar, permaneciendo
dad a su intención cristiana, puesto que la asunción de los fiel al estilo de vida exigido por su profesión, que un mín i-
valores terrenales clava el Reino en el corazón de la Crea- mo de bienes, de amistades no equívocas, una higiene física
ción. y mental ordinaria, una existencia frugal, alegrias sencillas,
un trabajo realizado con competencia y conciencia, bastan
Se comprende igualmente por qué las diversas posicio- para colmar el llamado del hombre si este se da, con toda
nes dei religioso coinciden en su parte positiva con la cons· rectitud, a la dimensión fundamental del Reino de Dios que
titución de una comunidad fraternal fundada no "en la car- ha comenzado a brillar en la ·hondura de la condición hu-
ne y sangre" sino precisamente en el desígnio de poner mana.
de relieve la dimensión trascendente y extra mundana del
Reino. Este, en efecto, tiene su eje cn el acto por eJ cual
en la Muerte y Resurrección de Cristo, Dios reconcilia los
hombres consigo mismo y entre cllos, gratuitamente. El ya
del Reino hace, en la rclación de hombrc a hombre, sobre-
pasar la simple utilidad y también la relación de amistad
o de amor fundada en el puro atractivo mutuo. La radicali-
dad de la acogida del amor dei Padre qufore traducirse no
e n cierto desprecio de la amistad o del amor sino en la afir-

54 55
CONCLUSION

Me parece que he respondido así al designio que me


propuse ai ·c omenzar este estudio: trazar los caminos bacia
una definición de la vida religiosa en consonancia con las
perspectivas de la eclesiología actual. La vida religiosa ha
aparecido no como una entidad difícilmente asimilable por
la condición común de los bautizados sino al contrario co-
mo una de las grandes formas que reviste y uno de los equi-
líbrios hacia los cuales empuja la vida de gracia. Por otra j1
parte, hemos percibido que se funda en la lectura global 1'
del hecbo evangélico, realzando la referencia de este con el
poder trascendente de) Agapé de Dios manifestado en la
Pascua. Para concluir diré que no fue suscitada en la IglE>
sia por el Espírita de Dios para ser un instrumento de se-
lccción en la actividad apostólica, aunque lo sea de hecho .
Ha s ido dada por el Espíritu al ·Pueblo de Dios para que
este pueda encontrar en ella un "memorial", un recuerdo
existencial de la realidad que domina su m isterio: "es Dios
qruien en Cristo reconcilia al mundo".

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