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Actividad: lee el siguiente artículo de opinión, copia en tu cuaderno Oaxaca con 11.

Veracruz es particularmente preocupante porque


las siguientes preguntas y responde. las agresiones aumentaron 200 por ciento en un año. Veracruz,
escenario de asesinatos y desapariciones y ataques violentos
• ¿Cuál es el tema del artículo leído? contra medios de comunicación y abuso de las autoridades
contra reporteros y acciones penales emprendidas por el propio
• ¿Cuál es la postura de la autora? gobierno estatal contra la libertad de expresión. Allí, en lugar de
arropar a quienes intentan diseminar la verdad, el gobierno
• ¿Cuáles son los recursos que la autora del texto utiliza para agrede. Persigue. Criminaliza. Ataca.
convencer a los lectores de su postura?
Los propios funcionarios encargados de investigar y proveer
• ¿Cuál es tu opinión al respecto?, ¿estás de acuerdo con la justicia –a los reporteros, los fotógrafos y los camarógrafos–
autora?, ¿cuál es tu postura? muchas veces acaban encabezando las acciones en su contra.
Envilecen a las víctimas, asociándolas con el crimen organizado
o atribuyendo la violencia ejercida en su contra a un arrebato
Silencio forzado pasional. La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos
Cometidos contra la Libertad de Expresión en seis años de
En México ser periodista que cubre el crimen, los asesinatos y el existencia ha tenido dos nombres diferentes, cuatros titulares
narcotráfico es vivir en peligro de muerte. Siempre al acecho. distintos, ha ejercido sólo 4 por ciento de su presupuesto en
Siempre atemorizado. Siempre ante la posibilidad de ser medidas cautelares, ha ejercitado acción penal en sólo 27 casos
amordazado por un delincuente o por un funcionario. Porque, y obtenido una sola sentencia condenatoria. He allí los síntomas
como detalla la organización Article 19 -dedicada a defender de la incompetencia institucional, de la complicidad
globalmente la libertad de expresión-, la violencia contra gubernamental, de la ineficacia estatal.
periodistas no proviene tan sólo de los cárteles y sus cabecillas.
El Estado mismo se ha vuelto cómplice de la violencia contra la He allí a los victimarios. El Ejército, la Marina, las policías
prensa en el país. La autocensura de los medios como protección municipales, estatales y federales. Responsables del mayor
ya va acompañada de la censura del gobierno como forma de número –41.86 por ciento del total– de agresiones a la libertad de
amedrentación. En vez de proteger a los periodistas, el Estado expresión. Señalados como culpables de 6 de cada 10 abusos
cierra los ojos o da un manotazo para acallarlos. contra representantes de los medios de comunicación. Y en
contraste, las agresiones provenientes de sujetos presuntamente
Las cifras son estremecedoras. En 2011 se presentaron 172 vinculados con el crimen organizado representaron apenas 13.37
agresiones relacionadas con el ejercicio de la libertad de prensa. por ciento. He allí la paradoja perversa: la prensa recibe más
Nueve asesinatos contra periodistas. Dos asesinatos de ataques de quienes ejercen el poder que de los criminales a
trabajadores de medios. Dos desapariciones de comunicadores. quien combate. En estado tras estado, el gobierno es un actor
Ocho agresiones con armas de fuego o explosivos contra ausente, o un actor cómplice, o un actor agresor.
instalaciones de medios. Allí está Veracruz con 29 agresiones, el
Distrito Federal con 21, Chihuahua con 15, Coahuila con 15, Y lo que no podemos ni debemos hacer es olvidar a los
periodistas muertos del 2011. Olvidar sus nombres y sus
apellidos. Olvidar a Luis Emanuel Ruiz Carrillo. A Noel López
Olguín. A Pablo Aurelio Ruelas. A Miguel Ángel López Velasco.
No podemos ni debemos olvidar que en Veracruz la Procuraduría
estatal detuvo a dos “twitteros” a quienes imputó cargos de
“terrorismo equiparado” y “sabotaje”. O que el gobernador
presentó una iniciativa para reformar el Código Penal y crear el
delito de “perturbación del orden público”, el cual permitiría
perseguir a cualquier persona por hacer afirmaciones que el
gobierno considere inconvenientes o juzgue que atentan contra la
paz social. Crudos esfuerzos para acallar. Obvios intentos para
silenciar. Evidentes actos para amordazar.

Difícil comprenderlo pero es así. Los funcionarios públicos son -


en los hechos- los principales perpetradores de los ataques
contra periodistas en México. En más de la mitad de las
agresiones registradas existen servidores públicos o fuerzas de
seguridad implicadas. En contraste, a la delincuencia organizada
se le atribuye una de cada siete de las agresiones en el país.
Impactos de bala, tortura, desapariciones, mantas sobre sus
cuerpos con mensajes como: “Esto me pasó por dar información
a los militares y escribir lo que no se debe. Cuiden bien sus
textos”.

Y ante esa escalada de violencia los medios tratan de protegerse


eliminando la autoría de notas para firmarlas como Redacción;
guardan silencio sobre la criminalidad; publican primeras planas
preguntándole a los narcotraficantes “¿Qué quieren de
nosotros?” O desafían a sus agresores afirmando “No vamos a
ceder”. Y a su lado deberían estar todos los que pensamos que la
tarea del periodismo -como lo decía Joseph Pulitzer- es exponer
el fraude y la mentira, luchar contra todos los males y abusos, ser
campeones sin tregua de los derechos de quienes no tienen voz,
pero aspiran a encontrarla en la prensa.

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