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Disociación y trastornos disociativos

A continuación, les presentare un artículo sobre la disociación y sus condiciones.

Aprenderemos un poco más sobre cómo identificarla y qué es.

La disociación generalmente se asocia a una falta de conexión en los

pensamientos, memoria y sentido de identidad de una persona. Es un proceso

psicológico que se encuentra comúnmente en personas que buscan un

tratamiento por problemas psicológicos.

Por ejemplo:

Embotamiento emocional, uno de los aspectos principales del trastorno de estrés

postraumático. Alguien puede pensar en un acontecimiento que le trastornaba

enormemente y aun así no experimentar ninguna emoción en absoluto.

La disociación tiene una línea de severidad. Algunos ejemplos de disociación leve

(abstracción hipnótica) son:

 Quedarse absorto leyendo un libro y no darse cuenta de lo que sucede

alrededor.

 Cuando estás conduciendo por una carretera familiar y te das cuenta de

que no recuerdas los últimos kilómetros porque tu mente estaba "en otra

parte" mientras tu cuerpo se encargaba de conducir.


Una forma más severa y crónica de disociación puede verse en el trastorno de
identidad disociativo, antes llamado trastorno de personalidad múltiple, y otros
trastornos disociativos que iremos viendo a lo largo de estas páginas.
La disociación puede afectar a la subjetividad de una persona en forma de
pensamientos, sentimientos y acciones que parecen no provenir de ninguna parte.
Por momentos la persona se puede sentir “controlada” por emociones que no tiene
en ese momento, como por una fuerza externa.

Un ejemplo de esta situación es la experiencia de ser un "pasajero" en su propio


cuerpo, más que el conductor.

 Se puede sentir repentinamente una tristeza insoportable, sin una razón


evidente, y después esa emoción desaparece de la misma manera que
llegó.
 Una persona puede encontrarse a sí misma haciendo algo que no haría
normalmente pero incapaz de detenerse, como si alguien le estuviera
obligando a hacerlo.

A continuación, les presentare los cinco principales casos en los cuales se presenta
la disociación de procesos psicológicos, los cuales cambian la manera en que una
persona experimenta la vida. Se sospecha de la existencia de un trastorno
disociativo cuando se da cualquiera de estas cinco características.

Despersonalización: Es la sensación de estar separado del cuerpo. Hay algunas


personas que hablan de no reconocerse en el espejo, ni siquiera su cara. No se
sienten “conectados” a sus cuerpos, lo cual es difícil expresar en palabras. (Frey,
2001; Guralnik, Schmeidler, Y Simeon, 2000; Maldonado et al., 2002).

Desrealización: Es la sensación de creer que el mundo no es real. Algunas personas


piensan que el mundo parece falso, brumoso, lejano, o como si lo vieran a través
de un velo. Otras dicen ver el mundo como si estuvieran fuera de este, o como si
vieran una película (Steinberg, 1995).

Amnesia disociativa: La amnesia comúnmente se refiere a la incapacidad para


recordar información personal importante, es tan extensa que no es debida a un
simple olvido. En los trastornos disociativos, la mayoría de las amnesias no suelen ser
del tipo de la fuga disociativa, en donde las personas recorren largas distancias y
de repente se dan cuenta de que no saben dónde están ni cómo llegaron allí. Por
el contrario, la mayoría de las amnesias consisten a menudo en el olvido de un
acontecimiento importante. Por ejemplo, una boda, reunión social o un periodo de
tiempo, que puede abarcar minutos, incluso años. Se producen las denominadas
micro-amnesia, en las que no se recuerda una discusión o el contenido de una
conversación se olvida de un momento a otro. Algunas personas afirman que
este tipo de experiencias las dejan a menudo luchando por recordar de qué
estuvieron hablando. Mientras tanto, esta persona intenta despistar a su interlocutor
para que no se dé cuenta que no tiene ni idea de que se ha estado hablando.

Confusión de la identidad: Es una sensación de confusión respecto a quién es uno


mismo. Por ejemplo, cuando una persona siente excitación y una emoción positiva
mientras está realizando una actividad que por lo general le resulta desagradable
(por ejemplo, conducción temeraria, uso de drogas, etc.)

Alteración de la identidad: Es la sensación de marcar diferencia de otra parte de


su ser. Así, una persona puede cambiar a una personalidad diferente, sentirse
confusa, y preguntar a su terapeuta, "¿Quién eres tú, y qué hago yo aquí?" Además
de estos cambios observables, la persona puede experimentar distorsiones del
tiempo, lugar, y situación. Por ejemplo, en el curso de un descubrimiento inicial de
la experiencia de la alteración de la identidad, una persona puede creer
incorrectamente que es cinco años mayor, que está en la casa de su niñez y no en
el despacho de su terapeuta, o temer que una persona fallecida a la que teme
aparezca de un momento a otro (Fine, 1999; Maldonado et al., 2002; Spiegel Y
Cardena, 1991; Steinberg, 1995).

A menudo, pueden observarse formas sutiles de alteración de la identidad cuando


una persona utiliza diferentes tonos de voz, forma de hablar, o expresiones faciales.
Estos cambios pueden estar asociados a un cambio en la forma de ver el mundo
del paciente. Por ejemplo, durante una discusión sobre el miedo, un cliente puede
sentirse inicialmente joven, vulnerable, y asustado, seguido por un cambio
repentino a un estado de hostilidad y crueldad. La persona puede expresar
confusión sobre sus emociones y percepciones, o puede tener dificultades para
recordar qué acaba de decir, incluso aunque no diga ser una persona diferente o
tener otro nombre.

El paciente puede ser capaz de confirmar la experiencia de una alteración de la


identidad, pero a menudo la parte de sí mismo que se presenta a terapia no es
consciente de la existencia de estados disociados. Si se sospecha de una
alteración de la identidad, puede confirmarse al observar amnesia para el propio
comportamiento, cambios de humor, cambios en los patrones de discurso,
lenguaje corporal, conducta y relación con el terapeuta.
¿Cuál es la causa de la disociación y de los trastornos disociativos?

La investigación tiende a indicar que la disociación procede de una combinación


de factores ambientales y biológicos. La probabilidad de que una tendencia a
disociar sea heredada se considera que es de cero (Simeon et al., 2001). Por lo
general, el abuso repetido físico y/o sexual en la infancia y otras formas de trauma
se asocian al desarrollo de los trastornos disociativos (Putnam, 1985). En el contexto
de un trauma crónico y severo en la niñez, la disociación puede ser considerada
adaptativa porque reduce el intenso dolor emocional creado por el trauma. Sin
embargo, si la disociación continúa utilizándose en la edad adulta, cuando el
peligro original ya no existe, puede ser disfuncional. El adulto que disocia puede
desconectar automáticamente de las situaciones que percibe como peligrosas o
amenazantes, sin tener tiempo para determinar si existe un peligro real. Esto deja a
la persona fuera de contacto en muchas situaciones de la vida diaria, e incapaz
protegerse en momentos de peligro real.

La disociación también puede ocurrir cuando ha ocurrido negligencia severa o


abuso emocional, incluso cuando no ha habido abuso físico o sexual evidente
(Anderson y Alexander, 1996; Del oeste, Adán, Spreng, Y Rose, 2001). Los niños
pueden también disociar en las familias en las que los padres son amenazadores,
imprevisibles, disocian ellos mismos, o utilizan un estilo de comunicación altamente
contradictorio (Blizard, 2001; Liotti, 1992, 1999a, b).

El desarrollo de desórdenes disociativos en la edad adulta parece estar


relacionado con la intensidad de la disociación durante el acontecimiento
traumático real; la disociación severa durante la experiencia traumática aumenta
la probabilidad de la generalización de tales mecanismos tras el acontecimiento.

El trauma repetido en la niñez aumenta perceptiblemente la probabilidad de


desarrollar trastornos disociativos en la edad adulta. (International Society for the
Study of Dissociation, 2002; Kisiel & Lyons, 2001; Martinez-Taboas & Guillermo, 2000;
Nash, Hulsey, Sexton, Harralson & Lambert, 1993; Siegel, 2003; Simeon et al., 2001;
Simeon, Guralnik, & Schmeidler, 2001; Spiegel & Cardena, 1991).
Problemas para manejar las emociones

Uno de los problemas principales para la persona con un trastorno disociativo es la


alteración de la regulación de las emociones; es decir, la dificultad para tolerar y
manejar experiencias emocionales intensas. Este problema procede en parte por
haber tenido pocas oportunidades de aprender a calmarse a sí mismos o
demostrar sus emociones, debido al hecho de criarse en una familia abusiva o
negligente, donde los padres no enseñaron estas habilidades. Los problemas en el
manejo de las emociones se componen de la intrusión repentina de recuerdos
traumáticos y de las emociones abrumadoras que los acompañan (Metcalfe y
Jacobs, 1996; Rauch, van der Kolk, Fisler, Alpert, Orr et al., 1996).

La incapacidad para manejar emociones intensas puede desencadenar un


cambio en el estado del yo, desde un estado de ánimo a otro. La
despersonalización, desrealización, amnesia y confusión de la identidad pueden
considerarse esfuerzos de autorregulación cuando la organización de las
emociones falla. La despersonalización, es un modo de no estar presente mientras
se está siendo sometido a un acto de abuso o crueldad insoportable. (Por ejemplo,
verse a sí mismo como si estuviera fuera de su propio cuerpo). Como última
alternativa de una mente abrumada para escapar del miedo cuando no hay
escapatoria, una persona puede, inconscientemente, adaptarse creyendo que es
alguien diferente. Así, la experiencia traumática que la persona no se ve capaz de
afrontar ni de admitir, queda en un compartimento aislado de su mente,
desconectado del resto, y desarrollándose de un modo independiente con cada
repetición del trauma hasta dar lugar a una personalidad diferente. No es raro que
una de las personalidades sea agresiva y sienta ira y desprecio hacia la
personalidad víctima, a quien considera débil, cobarde y merecedora del castigo.
Esta personalidad airada ha observado a la víctima desde fuera sin sentir nada
hacia ella. Por eso, uno de los pasos principales para la integración de esta
personalidad pasaría por lograr que sienta compasión por la víctima y empatía
hacia ella. La aproximación terapéutica requiere ayudar a construir la confianza
en la capacidad de una persona para tolerar sus emociones, aprender, y crecer
como persona.
Reflexión: Mi intención de escribir sobre este tema es principalmente, informar mejor
sobre este trastorno a las personas, sobre todo a jóvenes adultos entre 19-20 años
en adelante. Para que puedan identificar si ellos o algún conocido sufre de esta
condición para así recibir la ayuda pertinente, en caso de que fuera así.

De acuerdo al texto, me encargue de mejorar un poco la redacción para que


tuviera coherencia, agregar y/o modificar palabras, enumerar mejor los ejemplos,
para que las personas a las que va dirigido el artículo se identificaran mejor con la
situación, remarcar los subtítulos, remarcar cada punto para que fuera más fácil de
identificar. Ordenar de otra forma algunos párrafos ya que carecían de sentido,
acortar algunas oraciones ya que no eran necesarias tantas palabras técnicas.
Usar un lenguaje común para que el texto sea más entendible para el público que
va dirigido, cambiar algunas palabras por sinónimos, emitir algunas palabras, ya
que, se producía repetición en el texto original.

Por otra parte, este trabajo me ayudó a saber a quién va dirigido el texto, ya que,
no se puede hablar igual de este tema con un niño pequeño que con un adulto.
Se tiene que tomar en cuenta muchos factores importantes, y como es un
problema que se presenta en la infancia se debe tener mejor conciencia sobre
esto, qué es, cómo se identifica y qué hacer al respecto, son cosas que este articulo
intenta ayudar a responder.

Además, de cierta forma me sentí identificada con el tema y pude entender mejor
los tipos de disociación y todo lo que abarcan. Espero que este articulo ayude a
más personas que padezcan de este trastorno y que sepan que existe la ayuda
necesaria para salir adelante.

Nombre: Sara Alejandra Navarro Budin

Sección: 724

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