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Facultad de Ciencias de la Salud

Departamento de Psicología

Adolescentes:

“Un análisis sobre la transformación estilos vinculares relacionales y el


desarrollo y/o disminución de conductas ilícitas”

Asignatura:

Desarrollo humano y Salud Mental

Estudiante:

Lady Barría Meneses

Docente Académico:

Maribel Vega
Lusmenia Garrido

Talca, 31 de Julio de 2017


Durante la historia, el fenómeno de la delincuencia ha tenido grandes transformaciones,
influidas inicialmente por el positivismo psicobiologico, es decir, se solía pensar que la
criminalidad era una realidad únicamente individual. No obstante, y desde comienzos del
siglo XIX con la revolución industrial, dicho fenómeno se vincula a diversas características
que incluyen la participación del entorno como factor relevante a la hora de estudiarla. Es en
este sentido, donde la comprensión del desarrollo humano comienza a ser prevalente como
un elemento que comprende la existencia de un entorno en el que las personas pueden
desarrollar su máximo potencial (PNUD, 2016, p. 3).

No obstante, cabe preguntarse ¿Existe algún elemento del entorno que dificulte el
desarrollo de un potencial positivo en los adolescentes? ¿Por qué existen adolescentes que
perpetúan conductas ilícitas y se involucran en situaciones de riesgo constantemente?. Bajo
estas premisas, es relevante señalar que las carreras delictivas se conciben como una
conexión con las diversas etapas vitales por las que pasa el individuo, especialmente durante
los periodos de su infancia, adolescencia y juventud (Redondo y Pueyo, 2007, pág. 148), es
decir, los adolescentes y en general el ser humano es influenciado por diversos elementos a
nivel biológico, psicológico y social que van a determinar la forma en que proyectará su vida,
pudiéndose analizar a la base la importancia de las percepciones vinculares que los
adolescentes mantienen de dichos estímulos.

De acuerdo a lo anterior, es que en el presente trabajo se pretende profundizar en aquellos


elementos vinculares que caracterizan a los adolescentes infractores de ley, es decir, cual es
la importancia y como se establecen los vínculos afectivos en los distintos escenarios en los
que se envuelven, asociados a figuras parentales, amigos, barrio y escuela, permitiendo
comprender una posibilidad de cambio si se resignifica dicha experiencia.

Consecuentemente, la adolescencia, es considerada un periodo de transición significativo


que constituye grandes cambios a nivel físico y psicológico en el cual se deben afrontar una
serie de retos y tareas que aportarán en la construcción de una identidad (Di Rico, Paternain,
Portillo y Galarza, 2016, p. 97), es en esta etapa donde los factores de riesgo como ausentismo
y fracaso escolar, capacidades intelectuales por debajo de la media, consumo de drogas,
escasa aplicación de practicas disciplinarias por parte de figuras de autoridad, rasgos de
personalidad (baja autoestima, descontrol de impulsos, frustración y escasa capacidad para
resolver conflictos) y factores protectores como la existencia de figuras de significativas,
relaciones interpersonales positivas, conductas prosociales, afecto, de oportunidades, de
éxito, de experiencias gratificantes, de referentes positivos, carenciales de normas y límites
que ofrezcan seguridad personal, de estímulos educativos (Mampaso, Pérez, Corbi, González
y Bernabé, 2014, p.16), son determinantes en el desarrollo vital de un adolescente, en tanto,
autores como Sánchez (2012) señalan que, hay un común denominador en las historias de
vida de los adolescentes que comenten delitos y son las reiteradas movilidades de su sector
de residencia, así como el vinculo parental y la vinculación con los otros, es decir, la
evidencia señala la importancia del esquema afectivo en la relación con el mundo y el
comportamiento.

Desde esta perspectiva, el desarrollo cerebral del adolescente se ve influenciado por las
experiencias vivenciadas desde su niñez, siendo el cerebro el cual permite la elección de
respuestas adecuadas frente a las dificultades, influyendo considerablemente en el desarrollo
de conductas mas adaptivas, evidenciándose aquí una base importante en el apego que se
genera, dependiendo de cada caso y de las nuevas experiencias, un adolescente con
dificultades en su apego puede lograr tener una vida constructiva o continuar con problemas
conductuales, es decir, si en la adolescencia encuentran apoyo o recursos resilientes, como
personas que les brinden vínculos de calidad, puede mejorar su forma de relacionarse”
(Barudy, J. & Dantagnan, M., 2005).

Entonces, ¿es posible que un adolescente logre generar un funcionamiento mas adaptativo,
disminuyendo y erradicando las conductas delictivas? Si el profesional se posiciona desde
una mirada de la salud mental por sobre la enfermedad, es posible generar cambios,
considerando entonces, que la salud mental

es un estado completo de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias


aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva
y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad (OMS, 2001,
p.1).

Para ello entonces, es relevante considerar la posibilidad de que la generación de un apego


positivo es predictor para el desarrollo de una conducta menos riesgosa y de un adecuado
bienestar para el adolescente, es entonces el quehacer profesional el cual debe orientarse
hacia la conformación de un vinculo seguro logrando así una resignificación de los esquemas
experienciales no adecuados y que han aportado a la perpetuación de una conducta de riesgo
e ilícita constante, es decir, generar una adecuada vinculación y proyectar intervenciones
desde esta mirada puede favorecer la co-construcción de un espacio de seguridad y afecto
que motive un cambio conductual y una mejor capacidad para expresar emociones,
reforzando la confianza en las propias habilidades.

Autores como Sánchez (2012), destacan la importancia en este punto, señalando que las
relaciones de los adolescentes con conductas infractoras cobran relevancia y legitimidad en
la flexibilidad o coerción que se ejerza, es decir, si existe un estilo de apego adecuado en el
que los adolescentes logren reconocer un espacio de contención y principalmente
comprensión, se puede establecer empatía desde donde se lograra resaltar emociones
positivas que permiten un lazo seguro y permanente.

Cabe señalar entonces, que “los modos de ser-hacer-sentir que éstos jóvenes tienen
en relación al mundo, a sí mismos y a los otros, están sostenidos por una tejido
relacional que gira en torno a la devaluación, la desigualdad y la dependencia,
aspectos relacionados con inseguridades vinculares que dejan a éstos adolescentes
con precarios recursos para enfrentar las demandas de su nuevo momento evolutivo”
(Zapata, 2015 p. 215)
La relevancia de comprender esta temática, tiene relación con que en el quehacer
profesional se pueden propiciar espacios de aprendizaje de nuevos estilos relacionales que
sean saludables y funcionales aportando en la integración y la posibilidad de generar
relaciones sanas durante su vida que aporten a un mejor bienestar y saluda mental en los
adolescentes.
Referencias
Barudy, J. & Dantagnan, M. (2005). Los Buenos tratos a la Infancia. parentalidad, apego y
resiliencia. Barcelona: Gedisa.

Di Rico, E., Paternain, N., Portillo, N., & Galarza, A. (2016). Análisis de la relación entre
factores interpersonales y riesgo suicida en adolescentes de la ciudad de Necochea.
Perspectivas en Psicología, 13(2), 95-106.

Mampaso, J, Pérez, F, Corbi, B, González, M & Bernabé B. (2014). Factores de riesgo y de


protección en menores infractores. Psychologia Latina, 5(1) ,11- 20.

OMS (2001). Fortaleciendo la promoción de la salud mental. Ginebra, Organización Mundial


de la Salud.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2016). Informe sobre Desarrollo
Humano. Recuperado de
http://hdr.undp.org/sites/default/files/HDR2016_SP_Overview_Web.pdf

Redondo, S. & Pueyo, A. (2007). La psicología de la delincuencia. Papeles del


Psicólogo, 28 (3) 147-156.

Sánchez, P. V. (2012). La experiencia vinculante afectiva del sujeto adolescente infractor.


Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 10 (1), pp. 453-465.

Zapata, N. (2015). Mundo re-presentacional de adolescentes infractores. Revista de ciencias


sociales. 16(1), 215-230.

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