Professional Documents
Culture Documents
ex lu
ic id
y T ana a en
ec s d el
no e Ín
ló Div dic
gic u e
a d lga de
e l ci ó Re
CO n C v is
N A ien t as
Cy tíf
T ica
00102 La matanza en Cholula: crónicas de facciones y la arqueología sobre la conquista española Geoffrey G. McCafferty Las
Cholulas y su patrimonio arqueológico y cultural amenazado Anamaría Ashwell Montañas del Cielo, montañas de la
Tierra: la gran pirámide de Cholula como paisaje sagrado Geoffrey G. McCafferty Cholula y su sistema de cargos José Álvaro
7 52435 06402 6 Hernández Flores Migrantes mayas en Tollan Cholollan Geoffrey McCafferty y Tanya Chiykowski Obra gráfica John O'Leary | Víctor Blanco
EXHIBIR HASTA EL 30-JUNIO-2016
S U M A R I O
La matanza en Cholula: 3
crónicas de facciones y la arqueología
sobre la conquista española
Geoffrey G. McCafferty
Obra gráfica 25
BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
rector, José Alfonso Esparza Ortíz John O'Leary
secretario general, René Valdiviezo Sandoval
vicerrector de investigación y estudios Víctor Blanco
de posgrado, Ygnacio Martínez Laguna
ELEMENTOS
www.elementos.buap.mx
revista trimestral de ciencia y cultura Montañas del Cielo, 27
número 102, volumen 23, abril-junio de 2016
director, Enrique Soto Eguibar montañas de la Tierra:
subdirector, José Emilio Salceda
consejo editorial, Beatriz Eugenia Baca, María Emilia Beyer Ruiz, la gran pirámide de Cholula como paisaje sagrado
María de la Paz Elizalde, Enrique González Vergara, Jesús Mendoza Álvarez,
Francisco Pellicer Graham, Leticia Quintero Cortés, José Emilio Salceda, Geoffrey G. McCafferty
Enrique Soto Eguibar, Gerardo Torres del Castillo
edición, José Emilio Salceda y Enrique Soto Eguibar
obra gráfica, John O'Leary y Víctor Blanco
1a y 4a de forros, © John O'Leary. Xinacates, San Nicolás de los Ranchos, Puebla, 2012
2 de forros, © John O'Leary. Pirotécnicos, San Pedro Cholula, 2011
a
© Víctor Blanco. 2 de noviembre, Panteón de San Andrés Cholula, 2004. El paraíso barroco de 57
Santa María Tonantzintla
Libros 59
La matanza en Cholula :
crónicas de facciones y la
arqueología sobre la conquista
española
Geoffrey G. McCafferty 1
LA CONQUISTA DE MÉXICO
4 Geoffrey McCafferty
ofensas contra la población indígena incluyendo la ma- La marcha por tierra de los conquistadores hacia el
tanza ocurrida en Cholula. altiplano desde su campamento en la zona costera les
Las divisiones entre la población indígena fue uno permitió incorporar valiosos aliados indígenas; los más
de los factores que contribuyeron al éxito de Cortés, notables fueron los pueblos de Cempoala y Tlaxcala.
ya que la conquista nunca fue un escenario simple o Los de Cempoala eran tributarios de los aztecas, aun-
una batalla entre cowboys e indios. Al contrario, varios que desde tiempos relativamente recientes, y Cortés/
pueblos indígenas se aliaron con Cortés conjuntando Malintzin rápidamente les chantajearon para que deshi-
esfuerzos con los conquistadores para liberarse del cieran esa alianza. Los tlaxcaltecas, por otro lado, eran
yugo de la opresión azteca. Si solo hubieran sabido enemigos tradicionales de los aztecas y participantes
que su destino iba a ser mucho peor... centrales (en alianza con Cholula y Huejotzingo) de las
Otro importante factor del “éxito” de Cortés fue su guerras floridas en la que los ejércitos se enfrentaban
asociación con una princesa indígena desheredada de con el propósito de capturar guerreros para el sacrificio.
nombre Malintzin, más comúnmente conocida como Los tlaxcaltecas mismos se enfrentaron y casi derrotan
La Malinche. Malintzin pertenecía a culturas del sur del a los españoles antes de finalmente suscribir una cau-
Golfo de México, tierras de pueblos multiétnicos de telosa alianza.
donde provenían los olmeca xicalanca (W. Jiménez Mo- Impulsados por su sed de oro y gloria Cortés y su
reno, 1942; G. McCafferty, 1997). Ella había sido criada ejército marcharon hacia el altiplano. En varios momen-
para heredar el trono de su madre, lo que sugiere que tos fueron interceptados por emisarios de la capital az-
tuvo una educación de todos los aspectos pertinentes a teca que recomendaron a los extranjeros interrumpir su
la vida pública, incluyendo el conocimiento de lenguas, traslado a Tenochtitlán. El huey tlatoani Motecuhzoma
así como entrenamiento en el protocolo y el arte de la temía la llegada de los españoles porque de acuerdo con
negociación. Sin embargo, su madre se volvió a casar y oráculos y visiones él creía que acabarían con su reinado.
tuvo un hijo, por lo cual Malintzin fue expulsada (una cró- Además, el mismo Cortés lo fomentaba incorporando a
nica indica que fue vendida como esclava). Así, Cortés su atuendo elementos alusivos a la Serpiente Emplumada
la encontró en un importante pueblo comercial, Poton- Quetzalcóatl que de acuerdo con la leyenda estaba desti-
chan, quizás como sacerdotisa del templo o ahuiani 2
nada a retornar desde el Este para recuperar su reino.
Malintzin y otras viente mujeres fueron entregadas a Habiendo concretado la alianza con los tlaxcaltecas
los españoles con otras ofrendas como incentivo para los españoles se encaminaron hacia el Valle de México
que esos bárbaros prosiguieran en su camino. Cortés con dirección a Cholula. La ciudad de Cholula, según fue
rápidamente reconoció el valor de Malintzin como tra- informado Cortés, era una poderosa aliada de los azte-
ductora debido a que ella hablaba náhuatl (el lenguaje cas. Reino enemigo de los tlaxcaltecas supuestamente
de los aztecas) y maya (el lenguaje que dominaba el porque en tiempos recientes había traicionado a Tlaxcala
náufrago Gerónimo de Aguilar que Cortés rescató en la durante una de las guerras floridas atacando por la reta-
costa yucateca). Lo que debió ser menos obvio, pero guardia mientras los tlaxcaltecas, según Muñoz Camar-
de igual o mayor importancia, fue la habilidad de Ma- go, peleaban contra los aztecas. El desvío hacia Cholula
lintzin para negociar exitosamente con los gobernantes pudo haber sido así una forma de venganza de los tlax-
indígenas y lograr que hicieran lo impensable: unirse a caltecas y un pago adelantado a los nuevos aliados de
esta pequeña banda de bárbaros en contra de la más Cortés, así como también un medio para eliminar fuer-
formidable nación del universo mesoamericano. Un as- zas enemigas de la línea de retirada.3 Para Malintzin pu-
pecto de la conquista que aquí se sugiere es el grado do haber tenido un significado más personal.
de mediación que demostró Malintzin en esta campa- La ciudad de Cholula era una de las más grandes de
ña; crónicas indígenas apuntan que ella pudo haber or- Mesoamérica en el momento de la conquista. Tenía una
questado activamente sucesos claves de la conquista población que se estima entre 30 mil y 50 mil habitantes
y en particular eventos relacionados con la matanza
en Cholula. La matanza en Cholula: crónicas de facciones... 5
dentro de los límites de la ciudad y un número equivalen- de la pirámide de Quetzalcóatl. Con una orden suya los
te en sus zonas periféricas (McCafferty, 1996; Petersen, conquistadores atacaron y los aliados indígenas acam-
1987). Era uno de los principales centros religiosos de la pados en las afueras de la ciudad acudieron a participar
Meseta Central con su templo mayor dedicado a Quetzal- en la matanza. Las bajas fueron por millares y prosiguió
coátl (D. Durán, 1576-1579; M. Olivera, 1970). Nobles de el saqueo de la ciudad durante varios días, incluyendo
todo el altiplano peregrinaban a Cholula para legitimar su la destrucción de los templos dedicados a Quetzalcóatl.
autoridad como gobernantes (Gabriel de Rojas, 1581) y allí Después de la matanza en Cholula, Cortés y su tropa
se realizaba la ceremonia de horadación del septum que siguieron camino hacia el Valle de México y al encuentro
otorgaba el reconocimiento a tecuhtli (nobles). Cholula era con el monarca azteca Motecuhzoma. Es muy probable
también centro comercial de los pochteca que recorrían que la matanza en Cholula haya jugado un papel impor-
largas distancias por toda Mesoamérica intercambiando tante en la decisión política del monarca azteca de reci-
productos exóticos y transportándolos al mercado local. bir a los españoles, debido a que los sucesos en Cholula
La ciudad era además de composición multiétnica; pue- otorgaban poderes militares y sobrenaturales a los inva-
blos agrupados como tolteca-chichimecas y nahua par- sores. En vez de enviar su ejército a aplastar a los espa-
lantes afiliados al Valle de México habitaban Cholula co- ñoles Motecuhzoma decidió invitarles a su corte donde
mo también olmeca xicalancas asociados a culturas de la él y sus sacerdotes pudieron inspeccionarlos de cerca.
costa del Golfo (McCafferty, 1996; M. Olivera y C. Reyes, La estrategia fue contraproducente; Malintzin convenció
1969). La competencia por el poder político entre estos a Motecuhzoma para que se sometiera al arresto donde
dos grupos pudo haber tenido como resultado la ya men- eventualmente fue asesinado y consecuentemente todo
cionada traición a los tlaxcaltecas debido a que crónicas el sistema político azteca se colapsó. En menos de un
aztecas consistentemente declaran a Cholula como alia- año toda la capital azteca yacía en ruinas y la población
da de Tlaxcala en las guerras floridas (D. Durán, 1581). De diezmada por la conquista y las pestes.
hecho, salvo en relación a la matanza, no existe evidencia
de que Cholula fuera alguna vez aliada de los aztecas. CRÓNICAS DE LA MATANZA EN CHOLULA
8 Geoffrey McCafferty
Una pista interesante que da Muñoz Camargo apo- Alva Ixtlixóchitl (1625). En esta crónica los españoles fue-
ya la idea que Malintzin dirigió el ataque sobre Cholu- ron ampliamente bienvenidos a Cholula pero Cortés se
la. Este autor dice que los españoles, para que pudieran enojó con los embajadores de Tenochtitlán que preten-
distinguir a los guerreros tlaxcaltecas de los cholulte- dieron disuadirlo de continuar su viaje hacia la capital
cas (debido presumiblemente a que los europeos te- mexica. Para hacer ejemplo de Cholula y también enviar
nían dificultades para distinguir insignias indígenas), los un mensaje al gobernante mexica, Cortés convocó a los
tlaxcaltecas se quitaron sus tradicionales insignias gue- nobles de Cholula y les acusó de traiciones. Los nobles
rreras y se pusieron a cambio penachos de hierba tren- fueron masacrados y la ciudad atacada; en menos de
zada (M. León Portilla, 1992). Con seguridad eso debió dos horas más de 5 mil cholultecas yacían muertos, las
reducir muertes por fuego amigo pero debió tener tam- casa principales pilladas y los templos quemados.
bién un valor simbólico. “Hierba” en náhuatl es malinalli Una de las crónicas más críticas y de mayor influen-
y Malintzin significa “Mujer-hierba”. Por lo cual los tlax- cia sobre la conquista pertenece al dominico fray Bar-
caltecas se identificaron a sí mismos, probablemente, tolomé de las Casas (1552), un infatigable abogado de
como guerreros de Malintzin. los pueblos indígenas de las Américas. Debido a que su
Crónicas indígenas desde la perspectiva mexica fue- versión fue altamente crítica de los españoles se tradujo
ron retomadas por el fraile español Bernardino de Saha- a varias lenguas y se utilizó como propaganda en contra
gún (1547-1585). De acuerdo con sus informantes nun- de los españoles de parte de otras naciones europeas
ca hubo provocación. Las víctimas desarmadas fueron (Conley, 1992). Las Casas argumentó que el ataque fue
convocadas al patio del templo y atacadas “traicionera- planeado por los españoles para intimidar a la población
mente”. No se hacen menciones de ninguna emboscada indígena. Los españoles atacaron a los cargadores de
sino más bien enfatizan que los españoles fueron azuza- provisiones y de allí siguieron tres o cuatro días de una
dos por los tlaxcaltecas en busca de venganza en con- matanza que costó 6 mil vidas, incluyendo la de nobles
tra de sus enemigos. En este caso el informante mexica y sacerdotes que fueron quemados cuando se refugia-
desvía la culpa de los españoles (estaban siendo inte- ron en el templo.
rrogados finalmente por españoles) y la deposita en sus
enemigos tradicionales, los tlaxcaltecas. LA EVIDENCIA ARQUEOLÓGICA DE LA MATANZA
3. Las evidencias de una emboscada contra los Cortés estuvo ansioso de eliminar al poderoso enemigo
españoles. situado en la línea de retirada y mandar así un mensaje
4. Detalles de la matanza misma. a Tenochtitlán al mismo tiempo.
5. Eventos que sucedieron después de la matanza. Otra posibilidad sería que los españoles fueron há-
Varios autores discuten la decisión de abandonar bilmente manipulados con descripciones de la riqueza
Tlaxcala para desviarse esa corta distancia hacia Cho- de Cholula para que fueran a la ciudad de los enemigos
lula que no representaba la ruta más directa hacia Te- políticos de los tlaxcaltecas (¿y Malintzin?). Muchas
nochtitlán y requería del dificultoso paso por las mon- crónicas describieron al ejército tlaxcalteca con un nú-
tañas. La perspectiva indígena tlaxcalteca de Muñoz mero de entre 30 y 100 mil guerreros acompañando a
Camargo enfatizaba la naturaleza desafiante de la acti- los españoles hasta la entrada de la ciudad e incorpo-
tud de los cholultecas debido a que mutilaron al primer rándose a la matanza y al pillaje unos días después.
emisario tlaxcalteca y enviaron a un emisario de me- Confrontaciones de facciones en la Cholula prehis-
nor rango a cambio. Supuestamente los tlaxcaltecas in- pánica están sugeridas por Torquemada y Díaz del Cas-
tentaron disuadir a los españoles de su desplazamiento tillo (también por M. Olivera y C. Reyes, 1969). La ciu-
hacia Cholula pero también rápidamente enfatizaron las dad pudo haber estado divida entre secciones aliadas
razones protocolares del porqué el ataque fue justifica- de tlaxcaltecas y mexicas; después de la matanza los
do. Los españoles, por otro lado, insinuaron que a pe- españoles indicaron que Cholula y Tlaxcala se volvieron
sar de las advertencias de sus aliados indígenas sobre cercanos aliados insinuando que el tema de las divisio-
la naturaleza hostil de los cholultecas ellos deseaban co- nes se resolvió con la espada española.
nocer la riqueza de la maravillosa ciudad. Pudieron haber Varias crónicas comentan que la bienvenida que ofre-
sido incitados a ello por los emisarios mexicas ansio- cieron los cholultecas a los españoles incluyó la ofrenda
sos por descomponer la creciente alianza entre españo-
les y tlaxcaltecas. Petersen y Green (1987) sugieren que La matanza en Cholula: crónicas de facciones... 11
de comida e incienso. Los españoles fueron alojados en
palacios en el corazón de la ciudad. Lo que está dispu-
tado en las fuentes es cuánto continuó esta hospitalidad;
los españoles sostienen que las provisiones fueron inte-
rrumpidas después de unos días y de acuerdo con Agui-
lar esto fue lo que provocó el ataque.
Cercano a este tema de la hospitalidad está uno más
controversial sobre la emboscada a los españoles insti-
gada por los mexicas. Signos de inminente peligro se re-
portaron incluso antes de partir de Tlaxcala y la eviden-
cia incluía pertrechos para la guerra en la ciudad; rituales
con sacrificios que eran preparaciones para la batalla; ru-
mores de un ejército mexica en las afueras de la ciudad
así como el “hecho” que las mujeres y los niños fueron
sacados de la ciudad. Andrés de Tapia describe que gue- © John O'Leary. Xinacate, San Nicolás de los Ranchos, Puebla, 2005.
cual ella controlaría la información. Evidencia indirecta amistosas con los tlaxcaltecas, lo que indica que fac-
tal como el desalojo de mujeres y niños de la ciudad es- ciones pro aztecas perdieron el control del consejo de
tá contradicha por la evidencia arqueológica, sugiriendo gobierno local. Desde este punto de vista Malintzin lo-
que Cortés y sus seguidores pudieron haber fabricado gró una importante victoria política para su pueblo.
las causas para atacar. Recuentos de pertrechos gue- Malintzin obtuvo otros beneficios más personales.
rreros sobre techos y en zanjas en las calles pudieron Al “develar” una conjura hostil ella demuestra su leal-
haber sido también invenciones... aunque desde otro tad a Cortés y a sus hombres. Y procede a asistirlos en
punto de vista es razonable suponer que estos pertre- la conquista de la capital azteca jugando nuevamen-
chos defensivos existieron debido a que Cortés arribó te un papel central en las negociaciones, al grado que
a la ciudad con más de 100 mil guerreros tlaxcaltecas. la nobleza nativa se refiere a Cortés como ”Malinche”.
Ninguna evidencia existe de un ejército azteca escondi- Eventualmente ella le da un hijo a Cortés, Martín, que
do en los matorrales en las afueras de la ciudad, salvo es reconocido como un heredero legítimo en la heren-
los rumores que corrieron en relación con este supues- cia del conquistador. En la ideología de género de la
to complot y es de notarse que ningún ejército azteca Mesoamérica prehispánica producir un heredero real
acompañó la matanza. era uno de los mayores prestigios que podía lograr una
Al margen de si existió o no una conspiración para mujer debido a que le aseguraba que su línea matri-
emboscar a los españoles, Cortés y la mayoría de sus lineal no se interrumpía en la gobernanza. Finalmen-
hombres parecieron convencidos de que ese era el ca- te Malintzin se casa con un noble español y le fueron
so. Cuando se tomó la decisión de atraer a los nobles otorgadas tierras sobre la calzada que unía a la ciudad
cholultecas y se inicia la matanza fue Malintzin la que de México con Veracruz; es muy probable que esto ha-
dirige el ataque. Los guerreros tlaxcaltecas participan ya sido motivado políticamente por Cortés para remo-
con insignia que los identifica como guerreros de Ma- verla de la capital debido a su prestigio, por igual entre
lintzin. Esta descripción de una Malintzin guerrera no nobles indígenas y españoles. Notablemente fue su hi-
es única ya que en el Lienzo de Tlaxcala se le muestra jo Martín quien intentó derrocar al gobierno español en
con espada y escudo y en una pose militar durante la México (Jara y Spadaccini, 1992).
batalla por Tenochtitlán. Esta nueva versión de los sucesos de la matanza de
Las consecuencias de la matanza de Cholula pro- Cholula está inspirada por teorías feministas que buscan
bablemente se mostraron en la transferencia del po- reconocer el papel de las mujeres en sucesos históricos.
der local a favor de los barrios de olmeca xicalancas.
Se reportó que Cholula pudo recomponer relaciones La matanza en Cholula: crónicas de facciones... 15
© John O'Leary. Xinacates, San Nicolás de los Ranchos, Puebla, 2012.
Las reconstrucciones androcéntricas han minimizado o naturaleza contradictoria de las crónicas y los datos de
ignorado por completo la importancia de Malintzin en la enterramientos, sin embargo, no deberían inhibir el análi-
conquista y en algunas crónicas ella es incluso la culpa- sis sino más bien prevenir la búsqueda de la verdad histó-
ble, debido a su inferioridad biológica y sexual, por ha- rica y más importante aún, abrir nuevas líneas de investi-
ber traicionado su herencia indígena y permitido el éxito gación y de pistas sobre la agenda y las preocupaciones
de la conquista. Aunque al mismo tiempo la evidencia de las facciones de los que hacen historia.
etnohistórica está disponible para reconstruir su historia
como una historia “feminista” en la que ella controla los notas
eventos de la conquista e incluso pudo haber instigado
la matanza en Cholula. 1
Tomado de: The Entangled Past: History and Archaeology. The Archaeology
Association of the University of Calgary, Calgary Alberta, Canada, 2000.
Muchos autores han reconstruido una diversidad de
2
Que Malintzin fue una ahuiani o sacerdotisa del templo se sugiere o se especula
versiones de la masacre de Cholula. Una arqueología más
porque ella y las otras mujeres presentadas a Cortés no eran parte de núcleos fami-
ampliamente definida devela múltiples narrativas y múlti- liares, por lo tanto eran capital “líquido” que podía ser transferido a los españoles.
ples voces históricas, incluyendo la mía. Aunque la prác- 3
Ver Petersen .D.A. y Z.D. Green The Spanish Arrival and the Massacre at Cholula.
tica arqueológica ha dado datos que probablemente se Notas Mesoaméricanas, 1987.
relacionan con eventos de la conquista, solo presentacio-
nes preliminares han sido publicadas y por lo tanto esta- Geoffrey McCafferty
Departamento de Arqueología
mos a la espera de más interpretaciones detalladas. La
Universidad de Calgary de Alberta, Canadá
Traducción: Anamaría Ashwell
16 Geoffrey McCafferty aashwell@gmail.com
Ashwell A. Las Cholulas y su patrimonio arqueológico
y cultural amenazado. Elementos 102 (2016) 17-23 w w w.elementos.buap.mx
Las Cholulas y su
patrimonio arqueológico
y cultural amenazado
1
Anamaría Ashwell
Y también porque Cholula resaltó como la gran in- su pueblo; a Cholollan, a la mixteca, a la región zapoteca
cógnita del coloquio. No solo porque también llevaba el y así también a la costa del Golfo: Cempohuallan, Coat-
nombre de Tollan sino porque había poca y poco siste-
3
zacoalco, Xicallanco en la laguna de Términos,7 son al-
mática investigación arqueológica después de la realiza- gunos de los lugares donde se asentó su pueblo hasta
da en los años setenta sobre esta monumental ciudad; a que el rey sacerdote arribó a Tlapallanan en Honduras,
pesar que es un registro continuo del desarrollo arquitec- donde murió. Aunque como todas las deidades solares
tónico y cultural de Mesoamérica desde el Preclásico4 o mesoamericanas estaba destinado, dicen también las
Formativo. Y es una urbe que se mantuvo preeminente y crónicas, a retornar y reinar.
habitada en el altiplano hasta la llegada de los españoles El pueblo tolteca, el culto y el mito que giró en tor-
en el siglo XVI.5
no a esta deidad creadora de la lluvia y el viento, sim-
Hasta entonces los paralelismos sorprendentes en la bolizado por una serpiente emplumada, representaban,
arquitectura monumental y ceremonial entre Tula y Chi- la consolidación de una larga tradición cultural y simbó-
chén Itzá se explicaban desde un paradigma que elevaba lica que dominó en las grandes urbes, se asumía, des-
casi a condición mítica a unos civilizadores –llamados pués del colapso de Teotihuacán. Discrepancias y com-
por las crónicas coloniales “toltecas”. Las similitudes en plicaciones en las diversas fuentes para discernir lo que
la arquitectura y el arte entre Chichén Itzá y Tula eran tan era mito y lo que eran eventos históricos, por eso mis-
notorios que se asumió que toltecas nahuas debieron mo, ocuparon por décadas a los mejores investigadores
haber conquistado o extendido su influencia y presencia de Mesoamérica. Principales entre ellos fueron P. Kir-
desde la meseta central hasta el sureste mayense en chhoff y W. Jiménez Moreno. Pero fue Jiménez Moreno
tiempos del Epiclásico. Los toltecas eran esos pueblos quien finalmente, en un congreso americanista de 1941,
nahuas que los mexicas –o aztecas– en sus crónicas hizo la propuesta de que la Tollan mítica de las crónicas
habían elevado a ancestros nobles y sabios que los le- debía corresponder a la Tula terrenal en el actual estado
gitimaba en su reclamo de liderazgo sobre un gran terri- de Hidalgo. Allí se localizaría (concurrieron casi todos,
torio mesoamericano y, específicamente, en el altiplano excepto los que argumentaron que Tula era Teotihua-
después de que emigraron a fundar Tenochtitlán desde cán) la cuna de Topiltzin Quetzalcóatl y de los toltecas
una lejana isla llamada Aztlán, en 1064 o quizás 1168 d.C. civilizadores. Desde 1940, además, el arqueólogo Jorge
(según las crónicas). Acosta ya había iniciado investigaciones en Tula bus-
Los toltecas eran, además, el pueblo de Quetzalcóatl. cando a la mítica Tollan.
Es decir, el pueblo que emigró desde una mítica Tollan 6
Se requirió, sin embargo, décadas de investigaciones
cuando su rey sacerdote Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl arqueológicas con la intervención de investigadores del
fue obligado a huir y emigró a distintos lugares sembrando INAH y también de universidades norteamericanas, es-
pecíficamente en Tula y Chichén Itzá, para finalmente de-
18 A n a m a r í a A s hwe ll jar a Quetzalcóatl en el panteón de las deidades solares
mesoamericanas y poner en cuestionamiento todo lo re- poco la cronología dio a Tula en Hidalgo un tiempo de
lacionado con los “tolteca” conquistadores de las cróni- florecimiento anterior a Chichén Itzá indicando que no
cas coloniales. Este coloquio resultó seminal para des-
8
pudieron haber sido los toltecas sus conquistadores.
pejar la compleja manera como el mito se tradujo en Y por consecuencia, tampoco de Cholula, según lo na-
eventos históricos en Mesoamérica; y desde entonces rró la HTC de 1548.
sabemos, por ejemplo, que hubo muchas Tollan en el Todo lo que sabíamos de los “tolteca” por crónicas y
Posclásico mesoamericano. También que Tollan no co- códices nahuas se puso desde entonces en entredicho
rrespondía a un lugar en específico sino más bien era y obligó a revalorar la documentación etnohistórica a la
una suerte de adjetivo, un concepto, que los mesoame- luz de los hallazgos arqueológicos. Toltecas, Topiltzin Ce
ricanos utilizaron para describir el poderío sobre terri- Ácatl Quetzalcoátl y Tollan, así como Itzás en Chichén,
torios o pueblos de algunos centros urbanos. Fue un tí- si pertenecían al ámbito del mito más que a la historia,
tulo honorífico que se derivó de la palabra náhuatl tullin obligaban a los estudiosos de Mesoamérica a confron-
o tollan; es decir tule y que se traduce como lugar de tar los límites de las fuentes etnohistóricas y elaborar
juncos o espadañas. Y que además de la ciudad de los criterios comparativos entre manifestaciones arquitec-
mexicas Tollan Tenochtitlán, Cholula llevaba el título; así tónicas e iconográficas que permitirían valorar con ma-
también Tulancingo y varias ciudades en Oaxaca y Ve- yor certeza las influencias, conquistas, migraciones y
racruz. Nigel Davies explicó que “el lugar donde crece el etnicidades en los señoríos de la antigua Mesoaméri-
tule”, o “lugar de juncos”, es decir, el título de Tollan da- ca. Las migraciones se podían documentar desde tiem-
do a estas ciudades era una referencia al junco que se pos muy tempranos por la distribución lingüística, pero
utilizaba para tejer los asientos o petates sobre los cua- se necesitaban, argumentó entonces Michael E. Smith,11
les se acomodaban los gobernantes y era una referencia expresiones materiales, arquitectónicas, estilos artísti-
a los centros urbanos de señoríos importantes según lo cos o iconográficos, por ejemplo, para abordar qué ti-
demostraban códices prehispánicos y posthispánicos. 9
po de interacción o intercambio existió entre las gran-
Lugares como Cholula, donde sobre su gran pirámide se des urbes y no solo en el periodo posterior al abandono
legitimaban gobernantes con la ceremonia de la perfora- de Teotihuacán.
ción del septum nasal que los ratificaba a su vez como Empezamos a comprender a Mesoamérica, después
gobernantes en sus respectivos pueblos (HTC f.23r). Es 10
de este coloquio, como un territorio cultural consolidado
además, una designación simbólica o de poder para ciu- por un intercambio formidable y antiguo entre culturas
dades que existió mucho antes de la aparición de los lla- del altiplano, el Golfo y las tierras bajas mayenses. Re-
mados toltecas en Tula. Glifos en Copal y Tikal en la zo- sultado “de un intercambio de élites, comercio, y adop-
na maya aluden a Teotihuacán con la palabra puh (tule, ción de sistemas simbólicos y vocabularios del poder”
en maya) ya en el periodo Clásico temprano y muy pro- compartidos, pero también adaptados; es más, “delibe-
bablemente el término debió ser una referencia mítica a radamente integrados” desde varias regiones de Meso-
un lugar de origen de pueblos aglutinados como “olme- américa como demostraba la arqueología de Cacaxt-
cas” de la costa del Golfo, Tabasco y Veracruz desde los la,12 Chichén Itzá y la misma Tula.13 Y que se tejió desde
albores del Preclásico y de las primeras altas culturas tiempos muy tempranos en un sistema simbólico, ico-
mesoamericanas (c. 1500 a.C.). nógráfico y arquitectónico, con sus variantes, cuando
En ese coloquio, los arqueólogos demostraron que distintas élites, en distintas regiones de Mesoamérica,
Tula en Hidalgo no pudo haber sido la cuna de la míti- las adoptaron.
ca Tollan ni del pueblo conquistador llamado “tolteca” En el año 2007 Christian Duverger haría una propues-
en las crónicas, porque Tula fue más bien un modesto ta sugerente que retomaba esa Mesoamérica que este
centro urbano. La Tula terrenal, con arquitectura mo- coloquio empezó a delinear como un territorio de inten-
numental concentrada en el área que se conoce como so intercambio entre el altiplano y las tierras bajas del
Tula Chico tuvo, además, un corto desarrollo cultural y
urbano que duró menos de tres siglos. Además, tam- Las Cholulas y su patrimonio arqueológico ... 19
© John O'Leary. Esperando la caída de las mazanas, quema del panzón, cerrito de los Remedios, San Pedro Cholula, Puebla, 2015.
sureste maya; y propuso, con una rigurosa argumenta- 600 d.C.) por pueblos que las crónicas llamaban “olme-
ción, que el primer “mestizaje” cultural no se inició du- ca xicalanca”, pueblos a los que McCafferty les asigna
rante el dominio teotihuacano, sino que empezó mucho un origen en la costa del Golfo, específicamente en la
antes del periodo Clásico; inició, argumentó Duverger, laguna de Términos, donde en ese periodo residían no
con la cultura olmeca, circa 1500 a.C. cuando pueblos solo pueblos nahua parlantes sino Putun/Chontales ma-
nahua parlantes y otros desde el norte y centro, de cul- yenses, apuntalando así su hipótesis sobre la centrali-
turas nómadas, se asentaron entre culturas sedentarias dad de Cholula en la transición del Clásico al Posclásico
del sur y sureste y empezaron los 28 siglos de consoli- mesoamericano. McCafferty describió un intercambio
dación y evolución de la cultura simbólica, icónica y del cultural y comercial centrado en Cholula que integra-
sacrificio que caracterizó a los señoríos indígenas con- ba, fusionaba, compartía influencias, según evidencia
quistados por los españoles en el siglo XVI. Su hipóte-
14
la cerámica cholulteca,15 con pueblos y culturas no so-
sis aún aguarda mayores investigaciones arqueológicas, lo de la costa del Golfo y del sureste mayense sino has-
pero particularmente más investigación arqueológica ta la región del Golfo de Nicoya en la frontera sur meso-
como la que Geoffrey McCafferty propuso en ese mis- americana en territorios actuales de Belice, Guatemala,
mo coloquio sobre Cholula. partes de Costa Rica, Nicaragua, Honduras y El Salva-
Basándose en la arqueología, pero mayormente in- dor.16 La hipótesis de McCafferty se sostuvo, sin em-
tegrando crónicas, códices y sobretodo la HTC, McCa- bargo, sobre investigación arqueológica que requería
fferty propuso a Cholula como la urbe central en ese excavaciones más sistemáticas y extendidas no solo en
intercambio simbólico, cultural y comercial desde dis- el entorno de edificios ceremoniales de la gran pirámide
tintas regiones de Mesoamérica después del colapso de en las Cholulas, sino en zonas aledañas de habitación
Teotihuacán. La presencia o conquista de Cholula (circa, de élites, así como de habitación común. Por lo cual su
argumentación en ese coloquio tuvo que recurrir fuer-
20 A n a m a r í a A s hwe ll temente a la abundante pero compleja y cuestionable
documentación etnohistórica para señalar conquistas la zona eruptiva del volcán y la evidencia arqueológica
étnicas e intercambios culturales en Cholula en esos si- indicaba una nueva fase constructiva de la gran pirámi-
glos. Específicamente la HTC de 1548, así como cróni- de cuando Cholula ganaba (“dramáticamente”, dice Mc-
cas franciscanas de los primeros siglos de la conquis- Cafferty) prestigio y tamaño como centro ceremonial.19
ta española. El manejo de las fuentes etnohistóricas por Todo esto obliga a preguntarnos: ¿qué sucedió en el
parte de McCafferty fue escrupuloso e imaginativo, pro- INAH Puebla que no supo reconocer la importancia de
puso además correlaciones arqueológicas puntuales en iniciar investigaciones arqueológicas integrales en Cho-
los casos en que existían excavaciones documentadas; lula? ¿Qué impidió a las universidades reiniciar las inves-
pero él mismo concluyó que había urgencia de realizar tigaciones arqueológicas y antropológicas de las Cholu-
nuevas investigaciones arqueológicas dirigidas para di- las? ¿Qué país desperdicia o solo ve un valor mercantil
lucidar este intercambio cultural y de mestizaje que en en una historia de dos mil años constructivos y de habi-
Cholula mostraban las influencias de otras culturas del tación en un solo lugar, con un edificio piramidal que en
altiplano y las tierras bajas. McCafferty, casi de mane- volumen es el más grande conocido entre todas las cul-
ra solitaria, abrió una discusión que estaba pendiente turas del mundo?
sobre el papel que jugó Cholula en el intercambio cul- Todos los estudiosos de Mesoamérica, pero particu-
tural y comercial entre el altiplano y las tierras bajas larmente los que vivimos en Cholula, esperábamos que
mayenses, a finales del Clásico; pero además hizo otra finalmente, con financiamiento que ofrecían universida-
gran aportación (ante inclinaciones de algunos arqueó- des extranjeras, o con financiamiento del propio gobier-
logos por desacreditar radicalmente la documentación no mexicano, ante la importancia que revestía el sitio
etnohistórica): introdujo la documentación etnohistóri- arqueológico cholulteca para la historia de los pueblos
ca sobre creencias religiosas; es decir, los mitos del indígenas de México, la investigación se reanudaría y se
universo sagrado mesoamericano, como las claves pa- procedería al rescate y restauración de los edificios me-
ra interpretar el simbolismo iconográfico y arquitectó- soamericanos importantes en la zona protegida por el
nico del espacio ceremonial del asiento del poder del decreto de 1993.
señorío cholulteca en el entorno de la gran pirámide a Pero lo que vimos prosperar en Cholula no fue la in-
finales del Clásico. Por su lado, Sergio Suárez, arqueó-
17
vestigación arqueológica y antropológica, sino la des-
logo del INAH Puebla, participante en la construcción de trucción y el abandono.
este nuevo escenario mesoamericano, en el año 2009
hizo una propuesta para reiniciar en Cholula una inves-
© John O'Leary. La última conquista, Cholula, Puebla, 2014.
tigación multidisciplinaria e integral dirigida a responder
a este nuevo escenario en el cual Cholula jugaba un pa-
pel central.
Sin embargo, ningún proyecto de investigación pros-
peró y en los últimos tiempos el INAH solo autorizó el
nuevo mapeo del gran edificio que llevaron a cabo ar-
queólogas de la Universidad de las Américas Puebla.18
Como tampoco se inició investigación dirigida a di-
lucidar qué sucedió con la gran urbe ceremonial cho-
lul-teca durante los periodos eruptivos del volcán Popo-
catépetl después que geofísicos de la UNAM, en 1996,
fecharon en periodos arqueológicos –y muy específi-
camente una erupción pliniana– coincidentes con el fi-
nal del Clásico cuando se abandonó Teotihuacán y las
grandes urbes mayas; pero no Cholula (entre 675 a 1095
d.C.); y eso a pesar que Cholula está a 47 kilómetros de Las Cholulas y su patrimonio arqueológico ... 21
© John O'Leary. Corona quemada, Barrio de Santa María Xixitla, San Pedro Cholula, Puebla, 2013.
Mediante cambios y permisos de usos de suelos, en colindancia entre las dos Cholulas por causa de erró-
políticos diversos que gobernaron las Cholulas y el es- neas políticas ambientales anteriores, 25 entierros fecha-
tado de Puebla promovieron constantes violaciones al dos tentativamente en el Posclásico tardío con docenas
reglamento de usos de suelo sobre la zona arqueológica de instrumentos musicales de viento como ofrendas, ce-
protegida particularmente después de la década de los rámica decorada, proyectiles de obsidiana; un collar de
noventas del siglo pasado; gastos improductivos tam- maxilares inferiores, un muro de aproximadamente 39
bién para obras absurdas que favorecen mayormente metros de longitud, estucado en partes con pintura mural
al automóvil (cuando la mayoría de la población de las en negro, rojo y blanco; indicios de entierros y edificios
Cholulas se moviliza en bicicleta, a pie o en transporte quemados fueron descontextualizados y parcialmente
público), así como la enajenación de suelos con usos ce- removidos a bodegas del INAH; el resto, es decir, casi to-
remoniales y de peregrinaciones milenarias, o con voca- do, quedó enterrado o destruido por las maquinarias ex-
ción agrícola, para alimentar la especulación inmobiliaria cavadoras para que pasen libres las aguas negras. Y si
y la conurbación de las Cholulas con Puebla. Y fuimos eso no fuera suficiente, en ese mismo lugar el alcalde de
testigos de una indiscriminada y alocada destrucción del San Andrés Cholula mandó construir a cambio, con di-
subsuelo arqueológico por obras públicas que destru- nero público, una grotesca pirámide de varilla y cemento.
yeron irreversiblemente muestras arqueológicas corres- En febrero de 2014, a pesar de protestas y movilizacio-
pondientes al Epiclásico y Posclásico cholulteca. nes, referenciando los hallazgos arqueológicos de 2009,
En el año 2009, al introducir un drenaje de aguas ne- buscamos detener el puente vial innecesario, a un cos-
gras y pluviales en la parte baja de la calle 12 Oriente, to de 200 millones de pesos del erario público, que a
500 metros de la gran pirámide y provocando una nueva
22 A n a m a r í a A s hwe ll y considerable destrucción arqueológica, el gobernador
Rafael Moreno Valle mandó construir en la colindancia Twin Tollans: Chichén Itzá, Tula and the Epiclassic to Early Postclassic Mesoamérican
World. Dumbarton Oaks Pre-Columbian Symposia and Colloquia 2011.
entre las Cholulas.
3
Tollan Cholollan Tlachihualtépetl es el nombre que se le asigna a Cholula en La
Entre tanto, el perímetro de 154 hectáreas de la zona
Relación de Cholula de Gabriel de Rojas de 1581.
ceremonial protegida que circunda la gran pirámide y el 4
Cerámica del Edificio Rojo del conjunto piramidal corresponde al Formativo o
santuario de Nuestra Señora de los Remedios, se fue Preclásico tardío c. 200-300 a.C. Ver Eduardo Noguera, Un Edificio del Preclásico en
Cholula. Estudios Antropológicos publicados en homenaje a Manuel Gamio. 1956.
transformando en polideportivos, en estacionamientos
5
Las investigaciones del Proyecto Cholula INAH concluyeron en 1970; así tam-
de coches y autobuses, almacenamiento de chatarra
bién los diez años de investigaciones de la Fundación Alemana para la Investiga-
industrial y de automóviles apilados sobre edificios y ción Científica: Proyecto Puebla Mexicano-Alemán de Puebla Tlaxcala en 1973.
N O T A S
Anamaría Ashwell
1
Este texto resumido se presentó en el 1er Congreso Internacional de Comunali- aashwell@gmail.com
dad. BUAP. 27 de Octubre 2015.
2
Las ponencias se publicarían hasta el año 2011, después de revisiones, y a par-
tir de un trabajo editorial dirigido por Jeff Karl Kowalski y Cynthia-Kristan Graham: Las Cholulas y su patrimonio arqueológico ... 23
© John O'Leary. Quema del panzón, Cerrito de los Remedios, San Pedro Cholula, Puebla, 2013.
John O'Leary. Obra gráfica.
Elementos 102 (2016) 25 w w w.elementos.buap.mx
John O'Leary
Víctor Blanco
Geoffrey McCafferty
En la concepción del mundo mesoamericano que el Templo Mayor de Tenochtitlán, con imágenes serpen-
reconocía un quincux, o un universo con cinco direc- tinas. Coatepec, el cerro sobre el cual nació el dios pa-
ciones, este eje incluía dimensiones tanto verticales trono Huitzilopochtli (energías solares) y en donde de-
como horizontales que se unían en un centro (J. Carl- rrota a la luna y constituye un axis mundi azteca como
son, 1981). “pueblo del sol”.
Para los aztecas del altiplano a finales del Posclá- La pirámide de la Serpiente Emplumada en Teoti-
sico esta concepción del universo se ilustraba a tra- huacán puede interpretarse como otro cerro serpentino
vés del mítico Coatepec, un portal de enlace entre lo dedicado a controlar eventos calendáricos y cosmo-
espacial, lo temporal y la distancia sobrenatural (K. lógicos (Alfredo López Austin, et al., 1991). La fachada
Reese-Taylor; R. Koontz, 2001). Susan Gillespie (1989) temprana de la estructura del templo está decorada con
describe el coatepetl, o cerro serpentino como: serpientes emplumadas, cada una cargando un cipactli
o monstruo terrestre y referente de la creación mítica
[...] una Torre de Babel azteca cuya base estaba en la tie- del ordenamiento del tiempo. La deidad de la Serpiente
rra y en su cima se conectaba la tierra con el cielo. En- Emplumada, que más tarde se conocerá como Quet-
lazaba a las personas sobre la superficie terrestre con zalcóatl, era un importante mediador entre las esferas
los dioses del cielo y más allá [...] Coatepec representa celestes y terrestres, particularmente en su papel legiti-
un punto de continuidad entre las esferas terrestres y mador de la autoridad real (S. Gillespie, 1989), así como
las celestiales. Finalmente, por el hecho que era un ce- promotor de la sabiduría sacerdotal (H. Nicholson, 1971;
rro “serpiente” demostraba así también sus cualidades D. Carrasco, 1982).
mediadoras; porque las serpientes eran el enlace de las El túnel localizado en el interior de la Pirámide del
capas verticales del cosmos en toda Mesoamérica. Sol en Teotihuacán (D. Heyden, 1981) es evidencia adi-
cional de este fenómeno geomántico para organizar el
Los aztecas aterrizaron este concepto mitológico en sitio. Basándome en las recientes reinterpretaciones de
el mundo real decorando sus pirámides, notablemente Linda Manzanilla y colaboradores, la cueva en el inte-
rior de la pirámide fue originalmente una mina para pro-
28 Geoffrey McCafferty curarse materiales de construcción para las pirámides.
Fue culturalmente modificada en la forma de una flor de olmeca xicalanca desde la costa del Golfo y el surgi-
cuatro pétalos con un largo túnel en idéntica dirección miento del culto de Quetzalcóatl.
poniente que la traza urbana de Teotihuacán. La cueva
es sorprendentemente parecida a las descripciones co- Cholula y la gran pirámide
La gran pirámide se construyó sobre un manantial Una clara distinción entre la gran pirámide y la arqui-
que fluye desde abajo del edificio en dirección al Este tectura monumental de Teotihuacán es su orientación. A
hasta desembocar en una antigua ciénaga, por lo cual la diferencia de la orientación de la traza de Teotihuacán a
pirámide representa físicamente el concepto de altepetl, 16 grados noreste, la traza urbana de Cholula y de la gran
literalmente agua-montaña, que para los nahuas era el pirámide se orienta a 26 grados noroeste (I. Marquina,
término metafórico para “reino” (J. Lockhart, 1992). Es- 1970; F. Tichy, 1981). La diferencia en la orientación entre
te manantial está claramente dibujado en la Historia Tol- ambos sitios sugiere que no estuvieron organizados al-
teca Chichimeca emergiendo desde una cueva debajo rededor de los mismos principios cosmológicos. De he-
de la pirámide. Una ermita moderna en el lado este de cho, una frontera geográfica basada en estas orientacio-
la pirámide cubre un pozo que se adentra hacia el ma- nes distingue a los sitios teotihuacanos de aquellos que
nantial y constituye hasta el presente una característica corresponden al reino de Cholula (F. Tichy, 1981).
simbólica del paisaje. El contraste, sin embargo, es más hondo que el sim-
No se conoce ninguna cueva debajo de la gran pi- ple hecho de la orientación de estos dos sitios. Algu-
rámide, aunque fray Bernardino de Sahagún menciona nas teorías dan cuenta de la orientación de Teotihuacán
cuevas y túneles dentro de la gran pirámide durante el que refiere incluso su relación con observaciones astro-
periodo colonial y las tradiciones orales remiten a una nómicas de las Pléyades (J. Carlson, 1981; D. Heyden,
red de túneles que conectan a la pirámide con otros edi- 1981). La gran pirámide cholulteca se orienta hacia el
ficios precolombinos. Los restos arquitectónicos de un horizonte donde el Sol se oculta en el día más largo del
arco voladizo precolombino son visibles hasta hoy so- año y un altar en la cima podría ser el último lugar ilumi-
bre el camino que corta el lado noreste de la pirámide y nado por el Sol en ocaso. Lo más probable, en conse-
podría ser evidencia de un antiguo túnel. El centro sim- cuencia, es que la gran pirámide de Cholula se relacio-
bólico de la pirámide pudo haberse descubierto durante nara con el Sol sobrenatural y el ciclo calendárico.
la creación de los túneles arqueológicos en los años La primera etapa constructiva de la gran pirámi-
setenta (comunicación verbal de E. Merlo en 1999). Los de alcanzó 120 metros a un lado y 17 metros de altura
cholultecas refieren a esta cámara o cuarto como el
centro de la energía de la pirámide. Montañas del Cielo, montañas de la Tierra... 31
© Víctor Blanco. Izquierda: Campos de nopales y el volcán Popocatépetl, 2009.
Derecha: Contraluz de la Gran Pirámide de Cholula, Puebla, 2011.
(I. Marquina, 1970). Muros bajos se preservan del tem- ofrece otra analogía con el Templo de la Serpiente Em-
plo que lo presidía en su cima y miden 19 metros a un plumada de Teotihuacán basada en interpretaciones re-
lado. La fachada de la pirámide tiene un estilo talud-ta- cientes de la iconografía de la Serpiente Emplumada en
blero reminiscente de Teotihuacán o más localmente de relación al mito azteca de Quetzalcóatl y la creación del
Tlalancaleca (A. García Cook, 1981). Una serie de moti- calendario (A. López Austin et al, 1991).
vos pictóricos adornan el tablero sobre una ligera mo- Varias construcciones de fachadas fragmentadas
dificación de la construcción original e ilustran insec- representan modificaciones en la estructura de la pirá-
tos/esqueletos, posiblemente larvas de mariposas en el mide, particularmente del lado norte del edificio, quizás
proceso de metamorfosis (I. Marquina, 1970). La con- indicando que este es el eje principal de una actividad
figuración frontal de estos motivos con el cuerpo ex- ceremonial durante este tiempo. El Edificio Rojo está
tendiéndose a los lados es reminiscente del Templo de localizado en la parte noreste de la gran pirámide y
la Serpiente Emplumada de Teotihuacán. El simbolis-
3
puede representar parte de un grupo de plazas con es-
mo de la transición se relaciona con el concepto cíclico te enfoque de la pirámide. Una escalinata similar a las
de la vida y muerte entre los mesoamericanos (C. Klein, construidas en la segunda etapa de la gran pirámide se
1975), mientras que la imagen de la mariposa podría es- muestra en la fachada sur del Edificio Rojo, sugiriendo
tar relacionada con el simbolismo de la tierra femenina y que estas estructuras pudieron haber sido contempo-
la fertilidad, incluyendo la asociación con el culto guerre- ráneas.4 La excelente preservación del Edificio Rojo es
ro (T. Sullivan, 1982; J. Berlo, 1983). La segunda y com- consecuencia de que fue completamente engullido por
pleta reconstrucción de la gran pirámide en su segunda una expansión posterior de la gran pirámide. El nom-
etapa alcanza 180 metros a un lado y 35 metros de altura bre del edificio se deriva de una descripción inédita de
(I. Marquina, 1970). La estructura es única en el altipla- figuras rojas pintadas en el tablero de la plataforma
no porque consiste de escalinatas en todos sus lados (C. (comunicación personal de Sergio Suárez en 1999).
Margain, 1971) reminiscentes de las pirámides kan witz Varios murales polícromos fueron descubiertos den-
de cuatro costados del área maya y notablemente distin- tro de la gran pirámide y se relacionan con la segunda
tas de la arquitectura contemporánea en Teotihuacán. 52 etapa constructiva. Un segmento muestra dos cabezas
escalones se elevan del lado norte en obvia referencia al de serpientes con manchas azules y negras (A. Villagra
ciclo de 52 años del calendario solar combinado con el Caleti, 1971). Entre las serpientes se encuentra un jaguar
calendario ritual de 260 días. El simbolismo calendárico amarillo cubierto con lo que pareciera una malla. Aunque
el mural se encuentra muy deteriorado, la descripción del
32 Geoffrey McCafferty mural por Villagra Caleti hace referencia a los jaguares
en redes de Teotihuacán. Otro mural exhibe un motivo de al maya como Popol Na, la Casa del Petate se interpreta
tablero de ajedrez en blanco y negro. Este se localiza en como el hogar del consejo político (W. Fash, 1991). En
el lado poniente de la gran pirámide en lo que se cono- representaciones mixtecas y aztecas los gobernantes
ce como el Edificio Totonaco (I. Marquina, 1970), en par- se muestran sentados sobre petates. El impacto visual
te porque este motivo es reminiscente del Templo de los de un ritual actuado sobre un panel con motivos graba-
Nichos en Tajín. Un segundo ejemplo de este motivo en dos de estera legitimaría esa acción ante una audiencia.
la plaza al sureste está asociado con una fase temprana Un burdo monolito se erige frente a la escalinata de
del Patio de los Altares (J. Acosta, 1970). la tercera etapa. Mide aproximadamente 4 metros en
Una tercera etapa de gran reconstrucción se mues- altura, tiene una superficie hosca y una perilla rectan-
tra a los lados poniente y sur de la gran pirámide. La es- gular sobre su superficie. Ese monolito tiene una cavi-
tructura mide aproximadamente 350 metros a los cos- dad rectangular en su mitad inferior. Un altar de piedra
tados con una altura de 65 metros (I. Marquina, 1970). parcialmente excavado se localiza en su base. No exis-
Aunque no ha sido completamente documentada esta te documentación publicada que explique el contexto
podría ser la última fase constructiva porque posterio- excavado del monolito pero es posible que pudiera ha-
res evidencias de expansión son únicamente detecta- ber tenido una función instrumental para observacio-
das en la forma de núcleos de adobe que no muestran nes astronómicas en relación al ocaso del Sol durante
evidencia alguna de terminaciones en sus fachadas. La el solsticio. Por ejemplo, una vara vertical estratégica-
arquitectura de talud tablero de la tercera etapa es bas- mente colocada en el cerro Cocoyo (también conocido
tante similar a Teotihuacán y también está presente en como cerro Acozac), montículo al poniente de la pla-
un edificio anterior en el sur de la pirámide. Estas plata- za, daría una sombra a través de la cavidad rectangular
formas teotihuacanas están asociadas con un extenso proyectándose sobre la losa/altar durante el atardecer
patio mosaico (Acosta, 1970) remanentes de los cuales del solsticio.
se han recuperado en secciones dispersas por el com- Otra característica arquitectónica subsecuente de la
plejo ceremonial. tercerea etapa removió la fachada de la tercera etapa
Proyectándose del talud-tablero en la tercera etapa anterior, incluyendo la escalinata, con intención de cu-
constructiva existe otra etapa que aparentemente co- brir la fachada del lado poniente de la pirámide con una
mienza en una etapa anterior en la secuencia construc- fachada circular que transformó los profundos taludes
tiva de la pirámide. Una cavidad en la fachada de esta
5
en por lo menos dos niveles. Esta fachada exhibe pie-
construcción evidencia una escalinata anterior sugirien- dras hoscas que se proyectan de la superficie sobre el
do que pudo haber sido foco de actividades rituales de estucado dando la apariencia de un “cerro de pederna-
considerable antigüedad. La característica de la deco- les o cuchillos” similar a los que ilustran los códices
ración de esta etapa constructiva es un panel labrado mixtecos precolombinos (por ejemplo el Códice Nuttal).
sobre el tablero con la forma o motivo de esteras. Otro La consolidación y reconstrucción de esta segunda fa-
motivo de esteras, posiblemente representando plumas se de la tercera etapa resultó en el desmantelamiento
rojas y azules, se muestra en un mural polícromo de la parcial de esta estructura posterior durante el Proyecto
fase tercera y segunda en el Patio de los Altares (I. Mar- Cholula en 1960.
quina, 1970). Estas etapas constructivas tempranas de la gran pi-
El motivo de esteras es un símbolo pan-mesoameri- rámide abarcan más de mil años, siendo la primera fa-
cano de la autoridad política de parentescos con ejem- se constructiva de la tercera etapa probablemente del
plos en la iconografía mixteca, azteca y maya. Napate- periodo Epiclásico. Durante este tiempo el programa
cuhtli, advocación de Tláloc, era el patrón azteca de los constructivo arquitectónico fluctuó en sus similitudes
tejedores de petlatl y también presidía sobre las cuatro con los cánones de Teotihuacán (McCafferty, 1999). Si-
direcciones (B. Sahagún). Como motivo arquitectónico, guiendo la concepción de Debra Nagao (1989) sobre el
la Casa del Petate de Copán es la mejor comparación,
aunque también es muy común en Yucatán. Se traduce Montañas del Cielo, montañas de la Tierra... 33
simbolismo visual como “proclamación pública” esto tenía una estela vertical para conformar un conjunto es-
nos sugiere reclamos cambiantes de afiliación de par- tela/altar. La base de la estela, designada como Altar 3,6
te de las élites en Cholula al negociar su propia identi- se encontró en un relleno detrás del segundo altar; debi-
dad cultural. Durante la segunda etapa constructiva un do a que su parte superior fue encontrada en la base de
estilo asociado a culturas de la costa del Golfo empe- escalones de la pirámide, la estela fue reconstruida al fi-
zó a emerger indicando probablemente el arribo de los nal norte del patio (E. Contreras, 1970). Estos dos com-
olmeca xicalancas desde Veracruz. La cronología de la plejos estela/altar pudieron haber servido como tronos
secuencia temporal de la pirámide aún no está bien de- para los sacerdotes duales gobernantes de los olmeca
finida, esto nos sugiere que la subsecuente construc- xicalancas. Están alineados con el ocaso en el solsticio,
ción del talud-tablero de la primera fase de la tercera por lo cual el Altar 3 (detrás del Altar 2) hubiera extendi-
etapa es posterior a la caída de Teotihuacán y esta pue- do una sombra sobre la estela del Altar 1.7
de ser la expresión por parte de la élite de Cholula de El altar y la estela del Altar 1, así como el Altar 3, es-
que ellos fueron los herederos del legado de Teotihua- tuvieron decorados en sus bordes con volutas enlaza-
cán (aunque a lo largo del periodo Clásico también ne- das. Estas volutas se identifican como típicos motivos
garan esa relación). Modificaciones adicionales tales iconográficos entre culturas de la costa del Golfo tal co-
como el motivo de esteras en la segunda fase de la ter- mo se han excavado en El Tajín (J. Acosta, 1970). El Altar
cera etapa, sin embargo, apuntan hacia un nuevo estilo 2 demuestra una variación más elaborada con serpien-
que posteriormente será conocido como de la tradición tes entrelazadas en lugar de volutas. Similitudes estilís-
Mixteca Puebla (Mcafferty y McCafferty, 1994). ticas entre centros ceremoniales del Epiclásico, el Pos-
clásico temprano y la costa del Golfo son abundantes e
El Patio de los Altares indican una fuerte interacción entre Cholula y la costa del
Golfo. Nuevos tipos de cerámica también se hacen pre-
El patio es una plaza abierta inmediatamente al sur de sentes e incluyen imitaciones de motivos de la costa del
la gran pirámide (Acosta, 1970) y en la base de lo que Golfo, incluyendo muestras tempranas de cerámica po-
pudo haber sido la escalinata sur principal. El patio está lícroma (McCafferty, 1996). Sergio Suárez (1985) identi-
acotado al Oriente y Poniente por dos plataformas alar- ficó un entierro en la gran pirámide que interpretó como
gadas que se extienden en dirección Sur desde la base perteneciente a un mercader/sacerdote (o noble) basa-
de la pirámide e integradas a la fachada de la tercera do en la deformación craneal y mutilación dental, así co-
fase de la tercera etapa constructiva. El patio fue reno- mo por las ofrendas mortuorias. Los elaborados mura-
vado en por lo menos seis ocasiones, aunque, la traza les polícromos de Cacaxtla muestran una clara influencia
del espacio ceremonial permaneció esencialmente sin de las culturas del Golfo y maya, como está argumenta-
cambios, como una plaza de tres lados abierta al Sur do en una larga discusión sobre la relación entre Cholu-
con una serie de áreas rituales, incluyendo altares, pla- la y Cacaxtla (D. McViker, 1985; A. García Cook y B. Me-
taformas y esculturas. rino Carrión, 1990; McCafferty y McCafferty, 1994).
Deriva su nombre de dos altares con monolitos que Los taludes de la pirámide y sus plataformas aso-
datan de la última etapa constructiva del complejo. El ciadas estuvieron decorados con grecas entrelazadas en
primer altar (Altar 1) del lado este del patio está acom- forma de “T”. Esto los relaciona con el horizonte icono-
pañado de una estela erecta y conforma un conjunto gráfico de grecas identificado para el Epiclásico y el Pos-
estela/altar (J. Acosta 1970). El segundo altar (Altar 2) clásico temprano en la costa del Golfo, Oaxaca y Yucatán
se encuentra del lado poniente del patio en oposición al (R. Sharp, 1978) con un paralelo más cercano en la fa-
Altar 1 y consiste de una gran losa horizontal (J. Acos- chada arquitectónica del Castillo en Chichén Itzá. Dentro
ta, 1970) que fue colocada sobre una plataforma eleva- de la tradición de notación simbólica mixteca los frisos
da para crear otro complejo estela/altar. Probablemente con grecas se interpretan como ñuu y significan “metró-
polis” y por lo tanto son sinónimos con tollan de los na-
34 Geoffrey McCafferty huas (M. Smith, 1973). En los códices mixtecos ñuu era
© Víctor Blanco. Tormenta de relámpagos sobre la Gran Pirámide de Cholula, Puebla, 2014.
un motivo común para glifos de lugar que se relacionan de lugar y para indicar “pueblo de piedra”. En el códice
con elementos arquitectónicos. La enorme escalinata de Nuttall, por ejemplo, Señora 3 Pedernal se adentra en la
la gran pirámide que se eleva por encima del friso de gre- montaña de piedra que es además identificada por una
cas puede entonces ser percibida como una metáfora vi- luna creciente uterina (S. Milbrath, 1988). Los murales de
sual de ñuu ndiyo “ciudad de las escalinatas”, que es el Cholula muestran este modelo y además con la sobreim-
nombre mixteco de Cholula (M. Smith, 1973; McCarffer- posición de estrellas creando así una metáfora visual de
ty y McCafferty, 1994). la gran pirámide como una “montaña del cielo y montaña
Un signo preeminente para indicar un lugar en los de la tierra/piedra”.
códices mixtecos se conoce como “Friso del Tule” por- Un mural polícromo de una serpiente emplumada es-
que combina el friso ñuu y el signo de tule en la cola tá asociado con la fase más temprana del Patio de los Al-
(M. Smith, 1973; J. Pohl, 1994; M. Jansen, 1996). De- tares y fue descubierto en el sudeste de la plaza (J. Acos-
bido a que uno de los rituales preeminentes que se lle- ta, 1970). Esta es la referencia más directa a Quetzalcóatl
varon a cabo en el Friso del Tule fue la ceremonia de en la gran pirámide pero desafortunadamente ninguna
perforación del septum nasal (A. Caso, 1966), un ritual reproducción de este mural ha sido publicada.8 Otras re-
también de Cholula (G. Rojas; P. Kirchhoff et al, HTC), presentaciones serpentinas son las serpientes entrelaza-
es plausible que el Friso del Tule fuera un nombre alter- das en el Altar 2, así como una gran escultura en piedra
nativo para Cholula en el Posclásico acentuando así su en el Patio de los Altares que demuestra una gran ser-
condición multilingüe y cosmopolita. Ornamentos esti- piente con fauces abiertas y colmillos expuestos. Otra
lo códices y perforadores nasales aparecen como ele- muy elaborada cabeza de serpiente tiene un anclaje de
mentos decorativos en la cerámica polícroma para más piedra que posiblemente indica que fue parte de una es-
soporte de esta asociación. calinata serpentina o incluso una incrustación en algún
En adición al motivo de grecas en los taludes del Pa- muro de un juego de pelota similar al yavui mixteco.
tio de los Altares, fueron pintados murales sobre los ta- La asociación postclásica de Quetzalcóatl con Cho-
bleros. Un motivo es de bandas diagonales con estrellas. lula está claramente establecida en las fuentes etnográ-
El motivo de bandas diagonales es idéntico al que encon- ficas (G. Rojas; D. Durán, J. Torquemada) así como por
tramos en la iconografía mixteca para indicar piedra/tie-
rra (M. Smith, 1973) y a menudo se incorpora como glifo Montañas del Cielo, montañas de la Tierra... 35
© Víctor Blanco. Panorámica del Valle de Cholula al amanecer, Puebla, 2009.
la iconografía de la cerámica polícroma, pero ha sido elaborados turbantes. Algunas figuras son más peque-
más explícitamente asociado con la pirámide de Quet- ñas y presumiblemente representan sirvientes, mientras
zalcóatl en el centro ceremonial del Posclásico tardío que los personajes principales generalmente se mues-
(B. Díaz del Castillo; D. Durán). De acuerdo con una ver- tran recostados sobre una alfombra florida. Por lo me-
sión mitológica, durante el Cuarto Sol precolombino do- nos un personaje porta una cabeza que representa un
minado por los toltecas se construyó la gran pirámi- pájaro, mientras otra pareciera ser de un mono; dos pe-
de dedicada a Ehécatl-Quetzalcóatl como deificación de rros y una abeja también están incluidos en el mural. Es-
un gran sacerdote y profeta de los olmeca xicalancas tos personajes extrañamente detallados sugieren el acto
después que Cholula y la gran pirámide fueron destrui- de transición o transformación, quizás de los sacerdotes
dos al final del Tercer Sol (A. Ixtlixochitl). Siguiendo esta embriagados y transformándose en sus nahuales.
mítica asociación, el simbolismo y el culto de Quetzal- Se ha desentrañado poco el simbolismo del Mural
cóatl en el sitio crecieron después que la gran pirámide de los Bebedores incluyendo su iconografía y la con-
fue abandonada. textualización con el complejo ceremonial. El uso ritual
El mural más reconocido del complejo ceremonial del pulque entre los aztecas estuvo muy cercanamen-
de Cholula corresponde al de los Bebedores, localiza- te asociado a la diosa Mayahuel, deidad del complejo
do en una etapa constructiva temprana en el Patio de los tierra-fertilidad. Florencia Müller (1972) identificó para-
Altares (I. Marquina, 1971; F. Müller, 1972). El mural de lelismos entre el mural y ceremonias de pulque regis-
los Bebedores mide 60 metros de largo sobre un table- tradas en el códice mixteco Vindobonensis (P. Furst,
ro de la plataforma del lado poniente y se extiende desde 1978; M. Anders et al., 1992).
la fachada de la gran pirámide. Este mural muestra una Los Bebedores son únicos en el arte mural mesoa-
secuencia de figuras antropomórficas bebiendo en ja- mericano. Algunos de los personajes tienen parecidos
rros y vasijas mientras permanecen sentados alrededor con figuras de Teotihuacán y en cierta medida con las pe-
de grandes recipientes, presumiblemente intoxicados y, queñas representaciones de humanos en el mural del Tla-
quizás, combinando pulque con alucinógenos (F. Müller, locan de Tepantitla. Estilísticamente los murales del Pos-
1972; G. Kubler, 1990). Las figuras visten sencillos maxt- clásico temprano de Las Higueras, en Veracruz, tienen
lat o taparrabos, portan tapones en los oídos y a menudo algunas similitudes con los Bebedores en las proporcio-
nes y en la vestimenta. En cuanto a la narrativa de las fi-
36 Geoffrey McCafferty guras de tamaño natural, los Bebedores se asemejan al
Mural de la Batalla de Cacaxtla (y quizás al Edificio Rojo), El centro ceremonial de Cholula se mudó al final del
aunque hay disimilitudes estilísticas sustanciales. Posclásico al lugar que hoy ocupa el zócalo de San Pe-
El complejo del Patio de los Altares exhibe una mez- dro Cholula (P. Carrasco, 1971; P. Kirchoff et al, 1976; M.
colanza ecléctica de estilos iconográficos, incluyendo Lind, 1990 ). La nueva pirámide fue descrita por los con-
arquitectura de talud/tablero teotihuacano, volutas de quistadores españoles, incluyendo Bernal Díaz del Cas-
la costa del Golfo y un mural y motivos arquitectónicos tillo que la describió como más alta que el gran templo
tipo códice mixteco. de Tenochtitlán (ver también López de Gómara). La pi-
Será durante el Epiclásico y Posclásico temprano rámide fue arrasada poco después de la conquista y re-
cuando Cholula se vuelva un crisol del cual evoluciona- emplazada por el monasterio franciscano y el templo de
rá la tradición estilística mixteca-poblana (McCafferty San Gabriel al Este de la plaza (I. Marquina, 1970).
y McCafferty, 1994). Cronistas coloniales como fray Toribio de Benavente
El programa artístico presentado en el Patio de los Motolinía y Gabriel de Rojas dejaron una descripción en
Altares documenta los orígenes de este desarrollo. el siglo XVI de la gran pirámide según la vieron y era per-
cibida por la tradición local. Rojas describe la pirámide
La gran pirámide durante el posclásico tardío como un cerro construido con antiguos adobes; Moto-
linía anotó que estaba sembrada en parcelas con maíz;
Un cambio étnico violento ocurrió en Cholula con el arri- conejos y serpientes rondaban sus laderas. En la cima
bo de los tolteca chichimeca al final del periodo tempra- existía un altar dedicado a Chiconauquiahuitl o 9 Lluvia
no del Posclásico (M. Olivera y C. Reyes, 1969; P. Kir- (G. de Rojas), una deidad que en la religiosidad mixteca
choff et al, 1976). Esto lo demuestra arqueológicamente era representada como análoga de la diosa azteca Chal-
el Patio de los Altares con las estelas de piedras mega- chiuhtlicue (A. Caso, 1979). La Descripción de Cholula
líticas destruidas y esparcidas. A un kilómetro al Este registra que niños eran sacrificados en este altar para
de la pirámide la excavación de un sitio residencial de- asegurar las lluvias (G. de Rojas).
mostró una estructura quemada y alta concentración de Motolinía registró la leyenda que la gran pirámide fue
proyectiles asociados con el espacio habitado, sugirien- construida por los antiguos cholultecas como una Torre
do que la vivienda fue destruida por una guerra (McCa- de Babel para alcanzar el cielo (también en D. Durán).
fferty, 1992). Esta destrucción puede estar relacionada Dios los detuvo atrayendo sobre ellos una gran tormenta
con la conquista de los olmeca xicalanca por los tolteca y arrojándoles una enorme piedra con la forma de un sa-
chichime ca alrededor de 1200 (M. Olivera y C. Reyes, po (B. Simmons, 1968). Una leyenda similar de la Torre
1969; McCafferty, 1999). de Babel todavía se cuenta en San Andrés Cholula, aun-
La gran pirámide misma pudo haber sido profana- que el mensajero de Dios es San Miguel, quien golpeó la
da. Una última etapa constructiva está representada por gran pirámide con su espada, destruyendo la cima, para
un cubrimiento de ladrillos de adobe que envuelve cons- crear pequeñas pirámides en su alrededor.
trucciones anteriores. No se han descubierto indicios de Una cabeza colosal de piedra fue encontrada en el
una fachada para este periodo, lo que implica que esta Patio de los Altares y puede corresponder a la figura-
etapa final nunca fue concluida o que la fachada de pie- ción de un sapo de un altar asociado al culto de 9 Lluvia.
dra y estuco fue removida para la construcción del nuevo Los ojos redondos y los gruesos labios, la boca des-
centro ceremonial alrededor de la Pirámide de Quetzal- dentada tienen fuertes reminiscencias de un sapo.9
cóatl. En la ideología de los mesoamericanos la guerra En este contexto son notables las representaciones
y la conquista implicaban que los vencidos se mostra- de la gran pirámide en la HTC (P. Kirchoff et al., 1976) in-
ban desnudos, simbolizando la humillación (McCafferty sistentemente dibujadas con un sapo en la cima. Los sa-
y McCafferty, 1994). Remover la última capa construc- pos estuvieron asociados con la fertilidad y la regenera-
tiva de la fachada de la gran pirámide pudo haber tenido ción en las religiones mesoamericanas (P. Furst, 1981) y
este simbolismo y al mismo tiempo rendido valioso ma-
terial de construcción. Montañas del Cielo, montañas de la Tierra... 37
especialmente en representación del complejo de deida- debido a tormentas y rayos. Él mandó excavar el sitio y
des femeninas relacionadas con la tierra/fertilidad. Fray descubrió ídolos, además de una concha/trompeta gran-
Bernardino de Sahagún describe un ritual en el cual imá- de (ver también G. de Rojas). Mandó remover estos ob-
genes de sapos asados se vestían con una falda femeni- jetos con advertencias severas sobre la idolatría de los
na y eran decorados con pintura facial azul en evocación cholultecas y finalmente pudo erigir allí una gran campa-
de Chalchiuhtlicue. Los sapos también se percibían co-
10
na que detuvo los rayos.
mo mensajeros de la lluvia en el altiplano debido al croar Fray Diego Durán (1570) describe así la gran pirá-
cuando se aproximan las tormentas; en este sentido tie- mide en su Tratado Segundo: Libro de los Ritos y Ce-
nen un paralelo con el dios del viento Ehécatl que sopla remonias en las Fiestas de los Dioses y Celebraciones
anunciando tormentas. de Ellas, en el capítulo XVIII bajo el subtítulo: “De la so-
La Historia Tolteca Chichimeca del inicio del periodo lemnidad que los índios hacían al volcán debajo de es-
colonial da una ilustración de la gran pirámide como un te nombre Popocatzin que quiere decir el humeador y
cerro natural cubierto de pasto. Además del sapo trepa- juntamente á otros muchos Cerros”: a este cerro tenían
do en su cima siete flores se muestran en la cima, su- en mucho y en él era la ordinaria y continua adoración
giriendo una asociación calendárica. La fecha 7 Flor es que hacían y plegarias y grandes sacrificios y ofrendas y
un tanto ambigua. Fue el nombre calendárico de un dios muertes de hombres.”
solar mixteco y también de la deidad nahua Xochiquet- Durante la fiesta del Tepeihuitl imágenes de las mon-
zal. Es un signo análogo al dios nahua y creador, Tona- tañas se elaboraban con semillas de amaranto y se de-
catecuhtli, del altiplano (A. Caso, 1979), es decir, la par- coraban para que tuvieran parecidos con deidades de la
te masculina del bisexual Ometeotl asociado al fuego, tierra y acuáticas para después ser consumidas. Diego
el maíz y particularmente al Sol. Como el componente Durán describe que el propósito de “reverenciar estos ce-
masculino de la divina pareja Ometeotl, Tonacatecuhtli rros y de hacer oraciones y plegarias en ello... se esten-
estaría emparejado con una deidad tierra/fertilidad co- día que era pedir desde aquel cerro alto al Todopoderoso
mo Chalchiuhtlicue o Xochiquetzal. y Señor de lo criado”, en referencia a Tonacatecuhtli. Es-
Xochiquetzal fue la diosa asociada con la sexualidad ta tradición se compara bien con las conocidas asocia-
y las artes; tenía también atributos solares (McCaffer- ciones de la gran pirámide y la Torre de Babel. También
ty y McCafferty, 1999). Estuvo asociada con Tonacaci- ofrece una asociación conceptual con el axis mundi en
huatl, la parte femenina de Ometeotl y, por lo tanto, el Coatepec, el cerro serpiente que fungía como una puerta
consorte de Tonacatecuhtli (T. Sullivan et al, 1997). Ella que conectaba al mundo mortal con sus niveles sobre-
se identifica con el día 7 Flor en el Códice Florentino de naturales (S. Gillespie, 1989).
fray Bernardino Sahagún (E. Quiñones Keber, 1995), fe- Otro ritual de importancia en tiempos precolombinos
cha calendárica asociada a las tejedoras de quienes era en Cholula, que involucra a la gran pirámide, se desa-
patrona. Era una diosa preeminente en el ritual Atamal- rrollaba durante la ceremonia Atamalcualiztli que se lle-
cualiztli que se realizaba en Cholula y en el cual ella fi- vaba a cabo cada ocho años. Atamalcualiztli o “la fies-
gura tejiendo y a su espalda un telar sujetado de un ár- ta de los tamales de agua” estaba dedicada a Centeotl,
bol florido quizás en referencia a Tamoanchan (Libro 2: la deidad del maíz tierno, que se observaba con ayunos
177-178, edición de 1950). La identificación de la gran pi- permitiendo en ese tiempo descansar al maíz (fray Ber-
rámide con el glifo 7 Flor, por lo tanto, puede represen- nardino de Sahagún). Cholula viene mencionada preemi-
tar tanto a Tonacatecuhtli y Xochiquetzal, como a la su- nentemente en crónicas coloniales asociada a esta fes-
prema dualidad Ometeotl. tividad (McCaffrey y McCaffrey, 1995). Una ilustración
En 1535 fray Toribio de Benavente Motolinía fue lla- detallada de la fiesta en Primeros Memoriales muestra
mado para exorcizar la gran pirámide después de falli- la gran pirámide al lado de la pirámide de Quetzalcóatl.
dos y repetidos intentos de colocar una cruz en su cima La pirámide muestra a dos tlaloque o deidades de la llu-
via sobre la cima, con un maxtlat o taparrabos anudado
38 Geoffrey McCafferty sobre bordes redondeados en un estilo que se identifica
con Quetzalcóatl. Se muestra lo que posiblemente es una
cueva en el interior con un rostro y un glifo que consiste
de una pata y garra y 4 puntos, quizás un nombre calen-
dárico para 4 Jaguar.11
Después de la conquista española la gran pirámide
continuó siendo un centro religioso una vez que el templo
dedicado a la Virgen de los Remedios fue construido en
su cima (M. Olivera, 1970). Este fue uno de los principa-
les íconos traído por los conquistadores, aunque en esa
ubicación adquirió nuevos significados. En el contexto
local, la virgen preside sobre sanaciones y está asociada
especialmente a la lluvia y la fertilidad. La peregrinación
anual a su santuario atrae una de las mayores afluencias
de peregrinos en el México actual; se ha calculado por
encima de 350 mil el número de los visitantes que en fe-
chas del tianguis ascienden hasta su santuario (M. Oli-
vera, 1970). La virgen de los Remedios periódicamente
desciende de la pirámide para visitar distintos templos
en la zona urbana de Cholula cohesionando con sus ri-
tuales los diversos barrios de la ciudad (G. Bonfil Batalla,
1973). Representaciones coloniales de la Virgen la mues-
tran emergiendo de un maguey (D. Durán) en una figura- © Víctor Blanco. Feria de San Pedro Cholula, Puebla, 2004.
ción muy similar a la diosa precolombina Mayahuel.
Además de esta significación religiosa, el santuario
de la virgen sobre la gran pirámide es en sí mismo un im- presente un tema político, porque el desarrollo urbano de
portante símbolo de la comunidad cholulteca. Crónicas Cholula amenaza directamente el sitio: facciones de mer-
tempranas y dibujos de la pirámide dan muestra de esta caderes, políticos, ciudadanos y arqueólogos se confron-
preeminencia. Su imagen fue reproducida a mediados del tan intentado encontrar un suelo común para dialogar.
siglo XIX en una cerámica como parte de un movimiento
que intentaba cimentar una identidad nacional mexicana. Conclusiones y especulaciones
jer y hombre, es la esencia del principio divino y dual de escalinata, fue removida en la antigüedad durante la construcción de la tercera
fase (c) por lo cual la fachada reconstruida está cuestionada. Yo sugerí en un en-
Ometeotl. Principio dual también de las deidades Tona-
sayo anterior (1996) que la segunda fase (b) de la tercera etapa es posterior a la
catecuhtli y Tonacacíhuatl/Xochiquetzal. Estas dos dei-
primera fase (a), pero después de inspeccionar con más detalle la uniones entre
dades han sido identificadas con la gran pirámide por su ambas estructuras quedó claro que la primera fase (a) fue construida sobre la se-
nombre calendárico 7 Flor, que por lo tanto puede identi- gunda fase (b).
ficarse como Tonacatepetl: “montañas del sustento” (L. 6
El Altar 3 fue elevado en la base de la escalinata de la pirámide durante las
Manzanilla et al., 1996). excavaciones de 1960 a pesar de que la mitad inferior se encontró cerca del Altar
2 (Contreras 1970). Es igualmente plausible que la estela estuvo originalmente
El concepto de la gran pirámide como un paso que
acoplada al Altar 2 como un conjunto complementario de estela/altar (MCCaffer-
une el inframundo con el cielo se repite en la tradición
ty:1996) a pesar que Acosta (1970) rechazara esta posibilidad debido a las dife-
histórica de la pirámide como una Torre de Babel del Nue- rencias en tamaño entre las dos losas monumentales.
vo Mundo. Remite también al modelo azteca de la mon- 7
Los ángulos de la parte superior del Altar 3 forman el pico de un triángulo por
taña serpentina o coateptl como un mediador entre las lo cual las sombras que provocaban pudieron haber servido como un mecanismo
distintas capas del cosmos (S. Gillespie, 1989). Como sensible a la iluminación solar durante el solsticio, a la manera de un reloj solar.
8
Ninguna evidencia de este mural ha podido localizarse en la zona arqueológica,
observó David Carrasco: “La gran pirámide era la aper-
aunque restos del mural están almacenados en los túneles de la gran pirámide.
tura de las fuerzas celestiales como también lo que cu- 9
La piedra/cabeza es también similar a la piedra labrada ñuhu, un espíritu acuáti-
bría las aguas primordiales del inframundo” (1982). Últi- co mixteco que fue encontrado en San Juan Diuxi en la mixteca alta (B. Byland y J.
mamente, sin embargo, los intentos de interpretación del Pohl 1994).
significado simbólico de la gran pirámide resultan en más 10
Hasta tiempos recientes, figuras de sapos secos eran populares objetos que se
preguntas que respuestas. Muy poca investigación se ha vendían a turistas en Cholula. Generalmente posaban sobre un escenario construi-
do como una cantina con mariachis.
llevado a cabo en el sitio, muy poco de lo que se ha des-
11
La gran pirámide también viene identificada como 7 Flor en la HTC, a pesar de que
cubierto ha sido adecuadamente analizado y muy poco
en un folio solo se muestran 6 flores porque la pata de la rana cubre una. El mapa 2 de
ha sido publicado. Cuautinchan también identifica a la gran pirámide como 7 Flor (B.Simmons 1968).
¿Fue la gran pirámide de Cholula un axis mundi para
las culturas precolombinas del altiplano? Basados en da- Geoffrey McCafferty
tos empíricos como su volumen, longevidad y tradición Departamento de Arqueología
Universidad de Calgary de Alberta, Canadá
histórica, la respuesta es con toda seguridad que sí. Pero
Tanya Chiykowski
para comprender cómo y por qué este simbolismo se
Departamento de Arqueología
tradujo en una práctica, yo simplemente enfatizo la nece- Universidad de Binghamton, Nueva York
sidad y la urgencia de investigar más. Traducción: Anamaría Ashwell
aashwell@gmail.com
N O T A S
1
Texto publicado originalmente en: Landscape and Power in Ancient Mesoamérica Montañas del Cielo, montañas de la Tierra... 41
© Víctor Blanco. Quema del castillo por la bajada de la Virgen de los Remedios, Parroquia de San Andrés Cholula, Puebla, 2010.
Hernández Flores J. A. Cholula y su sistema de cargos.
Una propuesta para su estudio. Elementos 102 (2016) 43-48 w w w.elementos.buap.mx
44 J o s é Á lva r o H e r n á n d e z Fl o r es
grupos de filiación étnica muy diversa. La coexistencia torres y blanquear, nos pareció el propio Valladolid (Díaz
de los cultos a Quetzacoátl, legado de la cultura tolteca- del Castillo, 1979: 164).
chichimeca, y a Chiconnauhquiahuitl o 9 Lluvia, deidad
pluvial del Postclásico cholulteca (alrededor de 800 a Finalmente, una lectura a la descripción de Cholula
1500 d.C.) (McCafferty, 2007) contribuyó a reforzar su por parte del corregidor Gabriel de Rojas, arroja un
calidad de centro religioso, destino principal de las pe- poco de luz sobre el arraigo ancestral de las prácticas
regrinaciones de todos los señoríos de la región. religiosas, hoy en día vigentes en la región:
Sobran los testimonios y las fuentes que consig-
nan el estupor de los conquistadores ante la religiosi- empleaban cuanto habían granjeado en todo el año, só-
dad de Cholula. Consigna Hernán Cortés en su Cartas lo para aventajarse de las demás ciudades y mostrar y
de Relación: dar a entender la grandeza y riqueza de Cholula (citado
por Bonfil, 1973: 171).
Es la ciudad más hermosa de fuera que hay en Espa-
ña, porque es muy torreada y llana, y certifico a vuestra Cholula, un caso límite
das, o donde la subjetividad de los agentes sociales se Bourdieu P (1988). La distinción. Taurus, Argentina.
Cancian F (1966). Algunos aspectos de la organización social y religiosa de una
ve trastocada por experiencias vitales (como las aso- sociedad maya. En Los zinacantecos, SEP-INI, México.
ciadas a la migración internacional, fenómeno cada vez Carrasco D et al. (2000). Mesoamérica’s Classic to Postclassic Heritage. U. of Co-
más presente en los pueblos de la región). lorado Press, Colorado.
Cortés H (1983). Cartas de Relación, 13 a Edición. Porrúa, México.
c) La dinámica antagónica entre ambas estrategias,
Díaz del Castillo B (1983). Historia verdadera de la conquista de la Nueva España,
misma que ya se hace presente en localidades y barrios Porrúa, México.
de San Pedro Cholula y que se aprecia de manera muy Gutiérrez A (1997). Pierre Bourdieu. Las prácticas sociales. Universidad Nacional
de Córdoba, Argentina.
clara en la forma en que algunos agentes sociales –en
Hernández A (2011). Estrategias de reproducción social en grupos domésticos
particular la población más joven con experiencia co- periurbanos. Tesis doctoral. Colegio de Postgraduados.
mo migrante– tiende a cuestionar las obligaciones y las Korsbaek L (1996). Introducción al sistema de cargos. UAEM, México.
Korsbaek L (2009). Los peligros de la comunidad indígena y sus defensas. Ra
jerarquías impuestas por el sistema de cargos. O en el
Ximhai 3: 373-385.
modo en que los jóvenes se muestran renuentes a con- McCafferty G et al (2007). Twin Tollan. Dumbarton Oaks, Washington DC.
tinuar con las prácticas productivas y sociales tradicio- Mountjoy J and Petersen D (1973) Man and Land at Prehispanic Cholula. Vander-
bilt University, Tennessee.
nales. Incluso algunas prácticas que se desarrollan por
Rodríguez J (2000). El sistema de cargos y la transformación sociocultural en San
fuera del sistema de cargos, como la adopción de actitu- Francisco Tetlanochcan Tlaxcala. Tesis Antropología, BUAP.
des, pautas de comportamiento y esquemas de percep- Sol T (1937). The Municipios of the Midwestern Higlands of Guatemala. American
Anthropologist 39: 423-444.
ción, podrían encuadrar como parte de estas estrategias
heréticas que trastocan la estructura y las formas de or- José Álvaro Hernández Flores
Catedrático Conacyt
ganización tradicional de los grupos domésticos (tal es El Colegio de México
Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y
Ambientales
48 J o s é Á lva r o H e r n á n d e z Fl o r es jalvaro@colmex.mx
McCafferty G. y Chiykowski T. Migrantes mayas en Tollan Cholollan.
Elementos 102 (2016) 49-54 w w w.elementos.buap.mx
Migrantes mayas
toll an Cholollan
en
Geoffrey G. McCafferty
Tanya Chiykowski
crítico de registros etnohistóricos. Los autores ahora [...] la ciudad más hermosa de fuera que hay en Espa-
abrazan entusiasmados la oportunidad de discutir es- ña, porque es muy torreada y llana y certifico a vuestra
tos descubrimientos para analizar una serie de contex- alteza que yo conté desde una mezquita cuatrocientas
tos que apoyan la tesis de la ocupación continua de treinta y tantas torres en la dicha ciudad y todas son de
Cholula en la transición del Clásico al Posclásico. mezquitas [...]
Detalles sobre la cultura olmeca xicalanca han sido
muy debatidos en la literatura. Wigberto Jiménez en su A pesar de todas estas descripciones detalladas, pro-
ensayo seminal en torno a este tema sugiere que los ol- blemas con la secuencia cronológica de la cerámica lle-
mecas históricos probablemente emigraron de las tierras varon a los arqueólogos entre la década de los setenta y
bajas del sur del Golfo de México desde el importante ochenta a rechazar estas “historias míticas” y a proponer
puerto de comercio Xicalango en la Laguna de Términos. en su lugar una historia con cercanos paralelos al desarro-
Esta era un área multiétnica y multilingüe durante el pe- llo cultural en la meseta central de México; propusieron así
riodo Posclásico y estaba compuesta por un mosaico de mismo el abandono de Cholula al final del periodo Clásico
pueblos maya chontales, mixe zoques y grupos nahua, y su reocupación más o menos alineada cronológicamen-
entre otros. te con el surgimiento de los aztecas. Esta era la secuen-
Cholula se localiza en el Valle Puebla Tlaxcala en la cia aceptada cuando G. McCafferty empezó a trabajar en
altiplanicie de México y está claramente identificada con el sitio arqueológico a mediados de los años ochenta.
los olmeca xicalanca en los mitos recopilados en cróni- En 1975 el mundo arqueológico fue sacudido con el
cas coloniales. Por ejemplo, Fernando de Alva Cortés descubrimiento de los murales con influencia maya en
Ixtlixóchitl (1585) registró la secuencia de mundos o so- Cacaxtla, directamente al norte de Cholula. Estos mura-
les y apuntó que los olmecas arribaron durante el tiem- les mostraron brillantes y polícromas imágenes de gru-
po de Ehecatonatiuh o del “Sol del Dios-Viento”. Des- pos guerreros, algunos con fisonomía y vestimentas ma-
parecieron, literalmente “consumidos” por los gigantes, yas. Estos murales se identificaron prontamente como
o quinametinime, que vivieron antes. Estos “gigantes” de procedencia olmeca xicalanca y se relacionaron con
fueron los que construyeron las pirámides de Teotihua- otra descripción del siglo XVI de Diego Muñoz Camargo
cán y Cholula durante el periodo Clásico. Los olmecas sobre un pueblo olmeca fortificado con profundas y de-
del tiempo del Dios del Viento construyeron una pirámi- fensivas zanjas como las que fueron localizadas en Ca-
de dedicada al dios/sacerdote Quetzalcóatl: esta estruc- caxtla. Estos descubrimientos atrajeron un interés re-
tura es muy probablemente la etapa final de la gran pirá- novado en las fachadas grabadas de Xochicalco, en las
mide, Tlachihualtépetl. cuales nobles muy mayenses se muestran sentados en el
centro de espirales ondulantes alusivas a serpientes em-
50 G eoffrey McCafferty y T anya Chiykowski plumadas; y obligó a que en los últimos años del siglo XX
se retomara la investigación del intercambio entre el alti-
plano y las tierras bajas en Mesoamérica. Los descifra-
mientos epigráficos que sugieren la influencia de Teoti-
huacán en Tikal y Copán, como en otros centros mayas,
impulsó un renovado interés en la relación entre Chichén
Itzá y Tula. A partir de entonces Mesoamérica empezó a
reconceptualizarse como una entidad más cosmopolita y
con mayor grado de integración internacional.
Cholula © Víctor Blanco. Algodonero, Santa María Xixitla, San Pedro Cholula, Puebla, 2004.
El Segundo Tribunal Unitario en Materias Civil y Administrativa, Fray Vitoria; y en el ámbito de patrimonio alimentario, Luciano
encabezado por el magistrado federal Benjamín Soto Sánchez, Concheiro y Patricia Moguel.
notificó el día 8 de Marzo de 2016 la sentencia de apelación por Las empresas trasnacionales demandadas desde julio de
la que ordena a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desa- 2013 son Monsanto, Syngenta, Pioneer-Dupont y Dow. Ade-
rrollo Rural, Pesca y Alimentación, SAGARPA, abstenerse de más la demanda alcanza también a SAGARPA y a SEMARNAT.
otorgar permisos de liberación o siembra de maíz transgénico La sentencia del magisterio Soto Sánchez establece que
hasta que se resuelva en definitiva el juicio colectivo promovi- en el juicio de acción colectiva quedó demostrada la presen-
do por científicos, especialistas y campesinos. cia ilícita de transgénicos en cultivos de maíces nativos, por
Con esta resolución se revoca la decisión del Juzgado Fe- lo que podemos afirmar que los demandantes comprobaron
deral Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil, que el pa- que se han violado las leyes mexicanas e internacionales. Por
sado agosto había negado la suspensión definitiva de siembra ello, con la sentencia de apelación no se podrán otorgar per-
de transgénicos. A pesar de aquella decisión la suspensión de misos de siembra de transgénicos en fase comercial.
siembra permaneció vigente en su carácter provisional debido La sentencia del tribunal de apelación federal otorgó la ra-
a la impugnación que presentó la Colectividad del Maíz. Hoy zón a los demandantes, puesto que si hubiere siembras ex-
podemos afirmar que la medida precautoria de suspensión es perimentales estarán sujetas al control y evaluación mensual
definitiva hasta que se resuelva el juicio colectivo o algún jui- que llevarán a cabo tanto el juez federal como los demandan-
cio de amparo. tes del Colectivo del Maíz que ganaron esta batalla legal.
Los científicos y especialistas que firman y encabezan la Los resultados de las siembras experimentales que se
demanda actúan sin conflicto de interés, puesto que no de- otorgaron en 2009 no fueron evaluados; en cambio, ahora
penden ni tienen relación alguna con las empresas trasnacio- con la sentencia judicial se podrá evaluar mensualmente si se
nales. Los científicos demandantes son Antonio Turrent Fer- cumplen las medidas de contención y su eficacia, pudiendo
nández, en agronomía; Víctor Manuel Toledo, en el área socio el juez, de oficio o a petición de los demandantes, revocar los
ambiental; en las materias de antropología, historia y cultura, permisos experimentales que estuvieren vigentes.
Julio Glockner y Narciso Barrera Bassols; en ética y patrimo- Asimismo los transgénicos que pretendan sembrarse ex-
nio gastronómico, Raúl Hernández Garciadiego; en el área de perimentalmente y que utilicen el herbicida glifosato, estarán
derechos humanos, Miguel Concha Malo, director del Centro sujetos a control judicial y de los demandantes.
El paraíso barroco
de Santa MARÍA
Tonantzintla
Como sabe casi cualquier persona que visita Puebla, la emble-
mática iglesia de Santa María Tonantzintla está ubicada en un
valle con una rica tradición cultural. La vecindad con la mile-
naria ciudad sagrada de Cholula, a la que estuvo vinculada su
THE BAROQUE PARADISE OF SANTA MARÍA TONANTZINTLA
Libros
UN LUGAR COMÚN
50 FOTÓGRAFOS Y LA CIUDAD DE MÉXICO
Prólogo de Fabricio Mejía Madrid
Semblanzas de C armina Estrada
A Punto Editorial / Secretaría de Cultura
del Gobierno de la Ciudad de México
México, 2015
Un lugar común es un apabullante libro de imágenes sobre una Álvarez Bravo, Henri Cartier-Bresson, Héctor García, Nacho López, Fran-
ciudad que ilustra un poco más de un siglo a través de la educa- cisco Mata Rosas, Marco Antonio Cruz y Pedro Valtierra. No tiene sentido
da visión de medio centenar de artistas de la imagen que como dilucidar si existe entre ellas, entre esas imágenes indiciales, una intención
siempre revelan mucho más de lo que los objetos o personas distinta en cada mirada o si el fotógrafo tenía un proyecto artístico o fotope-
retratadas dicen por sí mismos. Una “retahíla de imágenes de riodístico. Lo sustancial es que no importa cómo las perciba el espectador
los que nunca habían tenido imagen”, como afirma Fabrizio Mejía sino la manera en que llegaron a convertirse, en sí mismas, en la ciudad de
Madrid en el prólogo que llamó Una anomalía compartida, donde México, la forma en la que miramos sus gestos detenidos, las calles, la con-
es posible ver esa enorme ciudad que es nuestra capital nacional fusión, la soledad, el estilo de su propia excentricidad. Los camiones con
como una urbe en perenne reconstrucción urgida por sus cons- ángeles de Álvarez Bravo, las putas del barrio de La Merced asomadas a las
tantes devastaciones, que parte de los estertores del porfirismo ventanas de madera de Cartier-Bresson, las antorchas de la insurrección de
y alcanza el siglo XXI con sus tradiciones inmóviles de muertos y los ferrocarrileros de Héctor García en 1958, los maniquíes sexualizados o
patriotismos petrificados. la mujer caminando en medio de piropos de Nacho López, y las imágenes
El apacible clic de las cambiantes cámaras fotográficas reve- de Mata Rosas en el metro siempre insuficiente de la capital se instalan
lan nuestro imaginario colectivo en los aferramientos idiosincrá- como el índice de la ciudad de México por el procedimiento de fijar el ins-
ticos y el progreso entendido como lo que llega del extranjero en tante en un negativo inverso que, luego revelado, permite su reproducción
barco, en tren o en avión, según la época. “La anomalía visual”, “idéntica” en cientos de miles de copias, millones, un millón más, un millón
la llama Mejía Madrid, que va de la mirada taciturna de esos po- menos, no importa. Lo indicial sería, además, ese procedimiento paradóji-
bres porfiristas a los interrogantes rostros de los revoluciona- co en el que “lo real” proviene de un espejo invertido. Lo indicial sería ese
rios, la esperanza de los años cuarenta y la modernidad de los procedimiento de la reproducción ad infinitum, en la que las fotos pasan a
sesenta; las caras largas de los reprimidos ora ferrocarrileros, sustituir a la ciudad misma. Como en aquel cuento de Borges en el que el
ora maestros, ora estudiantes; que en un momento se convierten emperador chino solicita un mapa tan preciso de China que el papel acaba
en cuadriculadas fachadas de edificios y en avenidas atestadas por abarcar el territorio completo, las fotografías indiciales de la ciudad de
de autos, de grúas, de albañiles y espontáneos que marcan con México, al mismo tiempo, la singularizan y la cubren.”
su espontaneidad una época o un barrio o un género fotográfico “Los fotógrafos han deambulado con sus cámaras la ciudad de Mé-
o simplemente la miseria misma que mira a la cámara antes de xico como se hace con un territorio ajeno. [...] No importa demasiado si son
que nosotros la miremos a ella. Mejía elije el concepto de “cultu- mexicanos o de otra parte. La ciudad se abre como un repertorio de lo icóni-
ra indicial” que toma de Michel Frizot en El imaginario fotográfi- co. A diferencia del retrato que servirá más tarde para la evocación, las imá-
co (2009), que es aquello que ya no representa, como lo harían el genes de la ciudad servirán para el asombro continuo, para el desconcierto y
Ejemplar en varios sentidos, este relato de atmósferas delirantes Desde hace milenios, en el mundo amerindio se ha vivido inten-
nos adentra en los mares procelosos, como dirían los antiguos samente la experiencia de otra realidad, una que es intangible y,
navegantes, de la imaginación. La historia del capitán Bruno sin embargo, complementaria de la que experimentamos todos
Pendragon y de su peculiar tripulación –los Doce– se entreteje los días. A esa realidad alterna todos los humanos tenemos ac-
con elementos míticos (piratas famosos, sirenas de última hora, ceso a través de los sueños, las disciplinas ascéticas o la modifi-
la fantasmal isla Bermeja), y con un material mucho más con- cación de la conciencia ordinaria mediante el empleo, ritual o no,
creto y actual: narcotráfico, políticos corruptos, personas desa- de aquellas sustancias naturales conocidas como enteógenos.
parecidas, la indignación justiciera. Sin embargo, no todas las culturas valoran de la misma ma-
El autor, un mediador ostensible entre la narración y sus nera las consecuencias y potencialidades de ese acceso, ni todas
lectores, traza y comenta el mapa de esta misión alucinada por capacitan a los individuos que las conforman para llevarlo a cabo.
las aguas del Golfo de México. En ella, los abordajes en altamar, Las puertas de entrada a esa alteridad radical han sido siempre
los saqueos en tierra firme y una guerra cibernética, entre otras oníricas y bioquímicas, y permanecen abiertas para cualquiera
peripecias, exaltan el valor suntuoso de un racimo de bucaneros que esté dispuesto a cruzar su umbral, adentrándose en un ámbi-
fortuitos. Duelo de espadas y ametralladoras –anacronía que to que solo puede ser contemplado con la propia mirada interior.
refleja el carácter espectral de la trama narrativa–, la batalla En un recorrido historiográfico de esta práctica y una su-
final despliega la reivindicación del capitán Pedragon y su me- ma de consideraciones científicas, este libro explora la confron-
tamorfosis en una de las figuras icónicas del género, al lado de tación de perspectivas entre la cultura occidental y la cosmovi-
Barbanegra, de Lorencillo y de Sandokan. sión de algunas culturas amerindias a través de un largo periodo
Juan Sebastián Gatti nació en Córdoba, Argentina, en 1964, temporal, que comprende desde la llegada de Cristóbal Colón a
pero vive en México desde 1976. Maestro de escuela, periodis- las Antillas hasta las experiencias de Gordon Wasson en la sie-
ta y escritor, ha publicado los libros de cuentos Recuerdos de rra mazateca.
Lucinda y otros Grimaldi de Este Lado (UAP, 1997), Un bicho
horrible pero cierto (Lunarena, 2006) y Los días contados (Edu-
cación y Cultura, 2006), la novela de folletín Filibusteros (La
Jornada de Oriente, 1998) y los ensayos sobre educación Leer
literatura en la escuela secundaria (CONACULTA, 2004) y La ar-
timaña y el prodigio (SM, 2010).
60 L I B R O S
CHOLULA FUTURISMO
LA CIUDAD SAGRADA EN LA MODERNIDAD ESPLENDORES Y PENUMBRAS
Ana María Ashwell Jorge Juanes
(Prólogo de Julio Glockner) Ediciones Quinto Sol
Benémerita Universidad Autónoma de Puebla México, 2015
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”
México, 2015
La decisión de publicar esta antología de ensayos sobre diver- Para los que estamos en ello, hoy en día y en tiempos de con-
sos aspectos de la cultura cholulteca responde a la urgente fusión, se torna necesario volver a replantear a fondo el debate so-
necesidad de informar, reflexionar y debatir sobre el presente bre el arte contemporáneo. Y nada mejor que empezar por el origen:
y el futuro del patrimonio cultural de San Pedro y San Andrés la emergencia de las vanguardias artísticas. El ensayo que ahora
Cholula. Ambas ciudades viven momentos particularmente di- ofrecemos al lector pretende abrir fuego. Se trata de un texto con-
fíciles en los que tanto la emblemática pirámide como el templo sagrado a formar parte de un libro en preparación sobre lo aconte-
cristiano que se encuentra en su cima se ven amenazados por cido en el arte a lo largo del siglo XX y lo que corre del siglo XXI. He
la posible ejecución de proyectos “modernizadores”. decidido, en efecto, adelantar algunos capítulos que, por lo demás,
La ciudad sagrada en la modernidad reúne una serie de en- se sostienen por sí mismos. Es el caso del presente examen del fu-
sayos escritos por Anamaría Ashwell para distintas publicacio- turismo. Quiero dejar en claro aquí la contradicción insuperable –
nes, entre ellas Elementos. Parte desde la noción del nombre hoy, mañana y siempre– entre la política de los políticos, en este
mismo de esta histórica ciudad, para adentrarse en temas espe- caso el fascismo italiano, y la entraña subversiva del arte como tal.
cíficos como los murales de la portería del convento de San Ga- Pero no adelantemos prendas. Sólo una cosa más. El presente en-
briel, la herencia cultural, el mito de Quetzalcóatl y Xochiquétzal, sayo forma parte de mi trabajo como investigador en el Instituto
el pulque, la religión, los alucinógenos, la destrucción del patri- de Ciencias Sociales y Humanidades, perteneciente a la Beneméri-
monio indígena y el urbanismo desaforado, el uso del suelo y el ta Universidad Autónoma de Puebla. Las ideas aquí vertidas fueron
patrimonio cultural, las expropiaciones y la defensa ciudadana. discutidas, lo cual agradezco, en el seno del Seminario de la Mo-
Finalmente, como anexo, se incluye el dictamen que un grupo dernidad, adscrito a la Universidad Nacional Autónoma de México.
de especialistas del INAH -Puebla realizó al conocer el proyecto
gubernamental que pretende "dignificar" la zona arqueológica.
Anamaría Ashwell tiene una larga trayectoria como antro-
póloga y ha trabajado aspectos etnohistóricos y etnográficos en
las dos Cholulas desde hace varias décadas. Se incluyen tam-
bién un par de textos inéditos sobre la situación actual y los ries-
gos a los que se ha expuesto el patrimonio cultural de los mexi-
canos en la zona arqueológica de Cholula, uno de ellos escrito
en colaboración con el antropólogo Víctor Blanco.
L I B R O S 61
Emilio Julio Muñoz Martínez: in memoriam.
Elementos 102 (2016) 62-64 w w w.elementos.buap.mx
Emilio Julio
Muñoz Martínez:
in memoriam
Nuestro querido amigo, profesor y colaborador con de Fisiología y Biofísica del CINVESTAV. Entre 1970 y 1973 rea-
diversos artículos en Elementos, el doctor Emi- lizó una estancia posdoctoral en Estados Unidos con el doctor
lio Julio Muñoz Martínez, murió el día 9 de febre- Motoy Kuno y finalmente, en 1973, se incorporó como profe-
ro de 2016. Julio Muñoz nació en Madrid, España, sor al CINVESTAV, donde permaneció laborando hasta el día de
en 1938. En 1950 llegó a México donde estudió su muerte ocurrida luego de más de 50 años de labor científica.
medicina en la UNAM. Entre 1962 y 1965 se incor- Julio Muñoz fue un incansable promotor del desarrollo de
poró al Instituto de Estudios Médicos y Biológi- las ciencias fisiológicas en nuestro país y un reconocido in-
cos de la UNAM, trabajando con el doctor Augusto vestigador en el campo de la neurotransmisión en el sistema
Fernández Guardiola y entre 1965 y 1970 estudió nervioso. Fue presidente de la Sociedad Mexicana de Ciencias
la maestría y el doctorado en el Departamento Fisiológicas en dos ocasiones y promotor del Programa Na-
cional de Formación de Profesores en el Área Básica (PRON-
62 Elementos 102, 2016, pp. 62-64 FOPAB) que contribuyó de forma sustancial a la formación de
De izquierda a derecha: Juan José Ribaud, Rodolfo Delgado, Pierre Guertain,
Julio Muñoz, ca. 1981. Jorn Hounsgaard y Julio Muñoz departiendo en una reunión en Jantetelco.
un buen número de profesores y a mejorar significativa- accidental de la planta. Adicionalmente, demostró el fe-
mente la enseñanza de las ciencias básicas en diversas nómeno de transmisión efáptica en modelos animales
escuelas del área de la salud en el país, labor que le lle- con desmielinización por tullidora y el hecho de que el
vó a recibir el Premio ANUIES por trayectoria profesional tullidinol –principio tóxico activo de la planta– depri-
o aportaciones académicas en el año 2003, y el home- me el transporte axonal rápido alterando de forma di-
naje de reconocimiento especial de la Universidad Au- recta la fisiología neuronal. Abordó también el estudio
tónoma de Aguascalientes en 2012. del papel que tiene la estimulación sensorial (del ner-
El doctor Muñoz realizó contribuciones científicas vio pudendo) en la actividad eléctrica de neuronas de
relevantes en varios campos de la neurofisiología, con la médula espinal en diversas respuestas motoras. Sus
lo que colaboró de forma seminal en nuestra compren- trabajos llevaron a demostrar, entre otras cosas, que
sión de diversos procesos, incluyendo el mecanismo de la estimulación sensorial produce una descarga soste-
acción de neurotoxinas, los procesos fisiológicos que nida de las motoneuronas alfa y gama de las extremi-
subyacen al apareamiento, las propiedades de las fibras dades posteriores, que este fenómeno de biestabilidad
nerviosas y la integración sensorio-motriz. depende de influencias descendentes y ascendentes
Sus primeros trabajos se relacionaron con la neuro- sensoriales y que la actividad sostenida de las neuro-
biología sensorial, estudiando las entradas de aferentes nas participa en el proceso de lordosis en los cuadrú-
cutáneos y receptores articulares en la médula espinal. pedos. Demostró asimismo la modulación de la activi-
Estudió también las respuestas de las motoneuronas al- dad eléctrica de neuronas en la médula espinal por las
fa rápidas y lentas a la denervación, así como sus pro- hormonas sexuales, así como el papel de la integración
piedades después de la reinervación. Buena parte de la sensorio-motora en el proceso de apareamiento. Este
década de 1980 la dedicó al estudio del mecanismo de trabajo derivó en una serie de publicaciones, algunas
acción de la planta conocida popularmente como “tulli- de las cuales se cuentan entre los mejores trabajos pu-
dora” (Karwinskia humboldtiana). En una serie de al me- blicados por fisiólogos mexicanos.
nos 15 trabajos demostró que el fruto de este arbusto Sus trabajos científicos se vieron reflejados en al me-
produce su efecto debido a un bloqueo de la conducción nos 50 artículos científicos en revistas especializadas y
eléctrica en los nervios motores, secundario a un proce- en diversos capítulos de libros. Además, coordinó la pu-
so de desmielinización de los axones motores y en mu- blicación de 11 libros entre los que destaca Fisiología.
cho menor grado de los sensitivos. Estas observacio- Células, órganos y sistemas, publicado por el Fondo de
nes, aunadas al hecho de la afectación de los axones de Cultura Económica en tres volúmenes.
más rápida velocidad de conducción permitieron expli- Sirva este breve texto para homenajear al profesor y
car la neuropatía experimental por tullidora y la circuns- amigo que fue Julio Muñoz. Sus virtudes fueron evidentes
tancia de que la sensibilidad somática se encuentra
preservada en niños cuadripléjicos debido al consumo Emilio Julio Muñoz Martínez: in memoriam 63
Luz Elena Cabrera Cuarón un pequeño paraíso donde
pudieron dar rienda suelta a sus habilidades culinarias
y en el que fueron excepcionales anfitriones. Lamenta-
blemente, todo termina, pero tenemos la certidumbre
de que, en su caso, al final se trató de una vida bien y
justamente vivida.
E.S.
Filosofía de la Experiencia
y ciencia experimental
Gerardo Hernández y Luis Mauricio
(coordinadores)
Julio Muñoz cocinando cocochas al pil-pil, 2009. Manuel Gil Antón, E. Julio Martínez
y Guy Duval
Fondo de Cultura Económica
México, 2003
para todos los que tuvimos la oportunidad de conocerle
y entre todas destacaba el que fue siempre un ser huma-
no coherente consigo mismo y fiel a su forma de pen-
sar, hecho que lo hizo un hombre polémico, de opinio-
nes fuertes y siempre bien defendidas. Al mismo tiempo
Fisiología
fue un hombre sabio en diversos campos, especialmen- Células, órganos y sistemas
te, claro está, en Fisiología. En su compleja y muy rica E. JULIO MUÑOZ-MARTÍNEZ
XAVIERA GARCÍA
compiladores
Los concursantes podrán hacer llegar sus obras a las filiales del FCE, cuyas
direcciones pueden consultarse en el sitio electrónico de la editorial.
El límite para presentar trabajos es el 30 de junio de 2016, a las 15 horas.
El jurado estará compuesto por investigadores especializados en el tema y por
representantes del Fondo.
Su fallo será inapelable.
El premio podrá ser declarado desierto.
El premio consistirá en la publicación de la obra en la colección La Ciencia
para Todos y en un pago de $250,000 (DOSCIENTOS CINCUENTA MIL PESOS
MEXICANOS), como anticipo a cuenta de regalías. La obra ganadora será
publicada en noviembre de 2016.
Los resultados serán dados a conocer durante septiembre de 2016 a través
de la prensa y en las páginas electrónicas del FCE.