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EDITORIAL SUDAMERICANA ~Histona y cultura~ www.todocoleccion.net Diseio de tapar Marlo Blanco PRIMERA EDICION Octubre de 1990 SEGUNDA EDICION Abril de 1999 IMPRESO EN LA ARGENTINA Queda hecho el depéstio que previene la ley 11.723. © 1990, Editorial Suciamericana, S.A., Humberto I 531, Buenos Aires. ISBN 950-07-0636-9 Titulo del original en inglés: Resistance and Integration © 1988, Cambridge University Press Para mi madre, Chris Maddison, y mi padre, Morgan James, con amor y gratitud. En memoria de Bryn Morgan, minero galés, 1908-79, y de Daniel Hopen, desaparecido en la Argentina en agosto de 1976. Agradécimientos La investigacién en que se basa este libro fue financiada por subsidios de los siguienles organismos: Social Seienee Re- search Council (Gran Bretania), Foreign Area Fellowship Program. (Nueva York) y fondo para viajes de becarios de la Universidad de Cambridge, Deseo expresar a esos organismos mi gratitud por ci apoyo que me brindaron, Las deudas intelectuales y personales que supone todo trabajo de este caracler no pueden menos que ser enormes, El profesor John Lyneh y Riehard Moseley-Williams plantaron las primeras semillas de mi interés por la historia argentina y fue- ron para mi maestros cuya simpalia me estimuld, Durante mas de quince afios estudié a la Argentina y su movimiento laborai, y, en cl curso ‘de ese liempo, conversé y discuti con muehas personas sobre la historia y el presente de la clase tra- bajadora argentina. La originalidad intelectual es a mi juicio un producto sumamente raro y, por mi parle, de muy buena gana doy las gracias a muchos amigos y colegas que intervinieron en la elaboracion de este bro. Sélo puedo esperar que no les disgusie eneontrarse en esta compafiia y que reconozcan, al menos en forma pareial, la esencia de las ideas y discusiones que compartimos, En primerisimo término doy las gracias a mi amigo Alberto Belloni, por su voluntad de consagrar muchas horas y dias a discutir la historia gremial y compartir sus propias experiencias con un extranjero ingenuo. A él debo gran parte de la com- prensién que yo pueda haber aleanzado de la pasion, la ambi- giedad y la tragedia de Ja historia de Ja clase obrera argentina. En los varios anos que siguleron a nuestro primer encuentro. y aun en las mds penosas circunstancias personales, Alberto Belloni siempre se mantuvo dispucsto a transmitirme sus pen- samientos, su ira, su eompasioén y su ilimitada curiosidad in- telectual, Otro amigo argentino, Alberto Ferrari, puso a mi dis- posicion su profundo conocimiento de la: polilica y la sociedad 10 Resistencia e integracion argenlinas. Mc beneficiaron también much: as discusiones con Juan Carlos Torre, quien Persistentemente me provocé y me lle- ne a cucstionar lugares comunes sobre los trabajadores argen- nos y sus sindicatos. Estos y otros amigos argentinos siem- pre lograron hacer a un lado el instintivo escepticismo que les inspira esa especie que podriamos llamar el “latinoamericanis- a < Tf agademta a que son inherentes Ja condescendencia y Rannseee ‘ad. Les agradezco’ su cortesia y su sentido del Judith Evans, buena amiga 5 . y buena consejera, siemy supo transnutirme su pasién por las cosas de la aon Mi colega y amiga Emilia Viotti da Costa constituyé una fuente permanente de aliento y consejo positivo en materi: 6 Mas atin: compartié conmigo su inf: Ui curiosia oe pecaccion. y me indujo a ae igc infalgable curiosidad intelectual icar y repensar muchos supuestos, é Braduados de Yale me proporcionaron un ambiente intent imulan €; contribuyeron en particular a este trabajo Albert v rvou las. Romi Gandolfo y Jeff Gould. Waller Litle ofrecié enerosamente su sdldo consejo, Desde luego, corresponde formular. la. habitual advertencia en el sentido de que ninguno de los.nombra genta noun dos es responsable del producto final que se pre- Por ultimo, pero no gratitud a Lynn Di Pietri solo por estar aqui. por ello menos efusivamente, vaya mi ©, por Su paciencia y sobre todo tan Howie Fy is SV ceghe oy) bee Q x mmacdsed t RAO Aged Introduccién Durante los ultimos cuarenta afos el movimiento sindical peronista ha sido un actor crucial en el drama de la historia de la Argentina moderna. Ha sido el principal canal institucional para la lealtad de ta cluse trabajadura argentina hacia Peron como persona y hacia el peronismo como movimiento, y su be- neficiario, Pilar fundamental del réaimen. peronisia de 1946 a 95, lo: 5 $01 dove: neiales de las ina: fas, la dirigencia sindical ha actuado como agente egaciaciones..con_oltos_.seclore: izacién _politica_argentina, por encima de todas ‘as Juerzas_armadas. De hecho, el papel del movimiente sindical come principal interlocutor entre las fuerzas armadas y la so- ciedad civil ha sido un tema dominante de ta historia con- temporanea argentina: con frecuencia, el destino de la Argentina moderna parecié depender del resultado de un didlogo incémodo pero siempre presente entre generales y jefes sindicales. El po- der que devengo esta situacién para el movimiento sindical fue enorme; frecuentemente reprimidos, los sindicatos han_podido.no obsiante_presentarse, incluso ante los gobiernos militares mas hostiles,_como..una_fuerza_social_y..politica_irreductible. La intencién cde este libro, en su nivel fundamental, es tra- zar el desarrollo del Peronismo en los sindicatos en el periodo 1955-73. gCudal era ta relacién entre los dirigentes sindicales y los miembros? gHasia qué punto es vdlida la concepcién popular respecto del poder stndical que pone de relieve la corrupcton, la violencia y el politiqueo del poder? gCudles eran los funda- mentos reales del poder sindical, y mas especialmente de la di- rigencia sindical? Planteando y tratando de responder estos in- ierrogantes no por obvios menos importantes esperamos ir mas alla de la acdmisibilidad superficial de las imagenes populares. Este libro también trata ei tema mas amplio de la relacién enre el Peronismo y ta clase rabajadora argentina y el significado de esa relacién para los trabajadores en general y los gremios 12 Resistencia e iritegracién en particular. A menudo, este tema ha sido abordado desde la perspectiva’ de ‘nociones mds generates aeerca del populisino. El resultado ‘ha. sido una marcada: tnsistencia- en el caracter aberrante de ta participacién de la clasé trabajadora en el pe- ronismo. Dicha’ partictpacton ka sido tratada como una especie de-acertifo histérico que exigia una explicacién, ta mayoria de las veces en términos de nociones tales como mantpulacién, pa- sividad. eleccién digitada, Y NO pocas veces de irracionalidad. Este trabajo no ofrece una teoria abarcadora det -populismo. Efectivamente, desde el Punto de vista del historiador, diria que el problema con muchos andlisis existentes ha sico en par- te el nivel de abstraccion en que se manejaron. Los sistemas de ideas macroexplicativos no han sido capaces de resolver los interrogantes concretos y las excepciones que con JSrecuencia ellos mismos sugerian. La especificidad de una experiencia historica y de movimientos sociales concretos se escaparon a través de la gran red de dichos sistemas. {Traté, primero y ante todo, de explorar la experiencia his- torica de los trabajadores argentinos en las décadas posteriores » al derrocamiento de Juan Peréri en 1955. Dentro de esta es- fructura general, me intcresaron en Particular dos terrenos de . andlisis: la jerarquia del sindicato Peronista y su relaci6n con cl resto de sus miembros, y el tema de la ideologia peronista Y¥ Su repercusién en la clase trabajadora. Para realizar esta ta- andlisis de estos temas en una comprensién de la experiencia concreta de la masa peronista. Considero que esle énfasis es importante por dos razones. Primero, porque una perspectiva popular resulta esencial si queremos analizar los temas de ma- yor interés para este libro. Una mejor comprensién de las ac- ciones y percepciones de la masa de los gremialistas peronistas resulta esencial para esta empresa. Ademas, esie aspecto es no obstante crucial porque ha si- do gencralmente dejado de lado Por muchos escritores. Al leer gran parte del material escrito sobre la historia argentina mo- derna, la sensacién que uno tiene es curiosamente ambigua, La clase trabajadora esta presente en dichos andlisis; la realidad politica y la naturaleza del discwso argentino politico e intelectual dominante obviamenie no permite eludir dicha presencia, Sin embargo, esa presencia tiene algo de irreal. La clase trabajadora aparece generalmente como una cifra, casi como una coastruccion ideal al servicio de diferentes Pparadigmas ideolégicos. La esencia | de estas abstracciones deriva de nociones mas amplias referidas i a la relacién de los (rabajadores con el peronismo. Ya en Gino Germani y la sociologia de la modernizacién encontramos las 13 Introduccién masds urbanas pusivas y munipuladas que resultan de un pro- ceso de modernizacion iricompleto{ El marxismo y el comu smo y socialtsmo latinocinericantos nos propone proletar os / hexper ios incapaces de iomar conciencia de sus verdaderos inter i clase, dominados por la ideologia burguesa y controlados.y ma- | i 6 ta sindical L or politicos demagogicos y por una burocracia s Tea Finalmente, la izquterda peronista y muchos séctores ii Juveniles radicales de fines de la década del '60 y-comienzos ; ic isid i ares for- la del '70. ofrecian una visién de proletarios ejemp (ono un movimiento peculiarmenie argentino hacia el Soeialismo y la liberacton nacional, Detras de estos paradigmas aeccho una serie de an do et debate general sobre el populismo y la clase wabajadora: fe dicionat/moderno, eleccién aigltada/autonomia. Jalsa fenced conciencia de clause, y espectalmer ie Lo que no en la era posterior a 1955, resistencia e integracién. He jo larnos: estas abstracciones es generalmente una n ia spencer historica eoncreta de los trabojadores. Z | sus respuestas complejas, ambiguas y a menudo con tones Yo atributria esta carencia, en parte al menos, a la pei re ne incapacidad de ta mayor parte de la teoria académica ‘ capta v adecuadamente la complejidad de ta experiencia de 2 i ase trabajadora. No obstante, también se debe en parte a la te ordinaria relevancia polémica de los modelos histéricos pasa ados y la expertencia en la Argentina eontempordnea. La expe a histérica pasada constituye evidentemente un. fundamen crucial dct debate tdeoléytco y politico contempordanco en la may ia de las sociedades. Sin embargo, en la Argentina, el pasado se do vivido como presente de una manera peculiarmente intensa. 2 percepcion de este hecho ha acentuado precisamente gran par te del aura de pesimismo y fatalismo que ha dado forma a as actitudes ptiblicas e intelectuales respecto del “enigma” de la Argentina. Los argentinos parecen haber sido condenados a so- portar un presente dominado por simbolos surgidos le ore 4 riencias y conflictos pasados. Figuras nacionales y movimiel os sociales y politicos del pasado se convirtieron muchas peces er mutologias que sirven como simbolos cuya funcién es racion: aie . justificar y dar una coherencia emocional a necesidades politicas Pres sk caso. de la clase wabajadora esta mitologizacion im- plicé una simplificaci6n y una tdealizactén de las penosas com- plejidades de la experiencia de la clase trabajadora. La mayor parte del debate interno del peronismo en los ultimos treinta aftos ha girado, efectivamente, en tomo de las \dealizaciones y estereotipos conflictivos de la historia y la experiencia de la inomias globales que han dominado el ' \ ‘ Reststencia ¢ integracién clase trabajadora. Asimismo, la comprensién del desarrollo de la izquierda peronista y de los grupos guerrilleros a fines de los arios ‘60 y la década del '70 debe basarse en una comprension de sus mitologias de ta clase trabajadora y de su papel en el Peronismo en general y particularmente durante la década si- guiente a la destitucién de Perén en 1955. Estas milologias son perjudiciales para la comprension historica Yy Nnocivas para la practica politica de grupos que proclamaron simbolizar y re presentar a esta clase trabajadora. Develar parle de la realidad oculta detras de estos mitos referidos a la presencia de la clase trabajadora en el peronismo es una de las mayores preocupa- ciones de este trabajo. + Las fuentes utilizadas para este estudio son de tres tipos. Primero: recurri a documentacién de archivos existenles en la Argentina. Incluyo aqui diarios y revistas de ese pertodo y bo- lelines, anuarios y materiales disponibles en organismos esta- tales, principalmente el Ministerio de Trabajo. Segundo: tuve la suerte de poder acceder a unagran cantidad de diarios peronistas no oficiales, a diarios de afiliacos. panfletos y circulares de barrios. Todo esto estaba casi exclusivamente en manos privadas ¥ no esta a disposicién del ptiblico en general. Tercero: me guié Juerlemente por entrevistas, conversaciones y discusiones con Participantes activos en los gremios durante este periodo. El enfoque general adoptado en términos de la organizacion de este trabajo es analitico nafralivo. Los capitulos siguen un orden’ cronolégico. Quiero poner.de relieve que, dentro de ese enfoque, se hizo una selecciéni Esté trabajo no es una historia de la Argentina en las décadas que siguieron al derrocamienio. de Perén. Muchos temas son tratados indirectamenie, o sdlo en la medida en que tienen relacién con el movimiento trabajador: Asi, por ejemplo, las relaciones entre las auloridades civiles y los militares, o las intrigas dentro de las Juerzas armadas, son mencionadas muy brevemente y sdlo cuando ajectan al contexto generat dentro del cual debian moverse tos sindicatos peronisias. El primer capitulo, “El peronismo y la clase trabajadora, 1943-55", brinda una inerpretacién de la relacién entre el pe- ronismo y la clase trabajadora en el periodo de lu formacion det movimiento peronisia y los gobiernos peronistas. Apunia, sobre todo, a analizar los fundamentos de la identificaci6n de la clase 'rabajadora’ con el peronismo para poder entender mejor la reaccién de esta misma clase ante ta situacién creada por el derrocamiento de Peron. La Seguncia Parte, “La resistencia pe- ronista”, trata de la resistencia de la clase trabajadora y otros seciores del movimiento peronista a los Tegimenes militares que Introduccién 15 gobemaron a la Argentina de 1955 a 1958. La Tercera Parte, “Frondizt y la integractén: tentacion y deseneanto”, analiza el periodo del gobierno de Arturo Frondizi, 1958-62. En la Cuarta Parte, “La era de Vandor", estudié el desarrollo del poder del movimiento sindical peronista bajo la influencia dominanie de Augusto Vandor, dirigente del gremio metalurgtco, en el periodo comprendido entre el derrocamienio de Frondizt y el golpe mililar de junio de 1966. Por tiltimo, la Quinta Parte, “Los trabajadores y la Revolucién Argentina”, afrece un andlisis del periodo del gobierno militar desde 1966 hasta 1973. PRIMERA PARTE Los antecedentes See ee ET are te CN Tet NN Tt OT TST TNT Ta, 1 El peronismo y la clase trabajadora, 1943-55 -Hablen tranquilos. Cul es el problema? Habla vos. Tedesco. El coronel lo va a entender mejor. Bueno... -gUsted es Tedesco? Hijo de italianos, zno? » coronel. ~Ya me parecia. Qué pasa, Tedesco? -Muy sencillo, coronel: mucho laburo y poca guita. -Eso esta claro. ,Dénde? -Trabajamos de noche en... Nos pagan 3 pesos con treinta cada noche, -jQué barbaridad! Enseguida lo arreglaremos. Hare llamar a los duefos de la fAbrica para que se haga un convenio de parte con ustedes. gCuanto quieren ganar? Nos tiramos a 3 pesos con 33 centavos pero lo Justo seria 3,50 por noche. ~Todo va a andar bien. No puede ser que todavia se explote asi a los tabajadores. -Gracias, coronel. ~Tedesco, usted quédese. Los demas pueden irse y tengan conflanza, Mariano Tedesco, fundador de la Asoclaci6n Obrera Textil. Bueno, mira, lo digo de una vez. Yo, yo no lo invenlé a Perén. Te lo digo de una vez asi termino con esta patriada de buena voluntad que estoy ilevando a cabo en un afan mio de liberarte de tanto macaneo. La verdad: yo no lo inventé a Peron ni a Eva Peron, la milagrosa. Ellos nacieron como 20 Resistencia e integracién Los antecedentes 21 una reaccién a tus malos goblernos. Yo no lo é é 5 . . - desplazaba or_los centros_urbanos, en expansion, toverté a Perén nl a Evila Perén nia su doctrina, = S de f ;-y-en-espectal por el Gran Buchos Aires, area los tuyoshabian enterrado ert un tango cade de periférica “de fa Capital Federal, Hacla 1947, alrededor de miseria, Nacleron de vos. por vos y para vos. 1.368.000 migrantes del -interfor habian llegado a Buenos Al- " res atraidos por el rapido crecimiento industrial.° En Avellaneda, Enrique Santos Discépclo centro suburbano esencialmente industrial separado de la Ca- pital por el Riachuclo, sobre 518,312 habitantes que habia en 1947 mas de 173,000 habian nacido fuera de la Capital o de la provincia de Buenos Alircs.” Si bien_la economia apidamente. : as¢trabajadora.no.tuc t iclada por ese proceso. Los sa- ; reales, en_general. declinaron_ al rezagarse detras de la in: _fMlacion...Frente_a la. represh ertada_por_los empleadores 2 y el Estado, los obreros poco podian. hacer pa ejorar.los-Sa- ‘ 6: las_condic de trabajo. La legislacién laboral y so- ‘asa y su cumplimienlo obligatorio se imponia sdlo EL_TRABAJO ORGANIZADO. ¥_EL ESTADO PERONISTA ABAIO EL. ESTADO. PERONISTA Bajo la guia de sucesivos gobiernos conservadores, la cco- argentina respondio a la recesién mundial de la década 1930-40 mediante la produccién local de un creciente nimero de blenes manulacturados que antes se importaban} A la vez que en general mantuvo adecuados niveles de rerila para el ; Ss seclor rural y garantla6 los privilegiados nexos econémicos de ie esporadicamente. Fuera_de_los_ lugares de, trabajo _la_situacion mul sg sustucen de tmposaclones mediante Gre pactose 7.) gee ems. sot de sn i mediante una jui a ot is a = politica de protecciéy arancelaria, controles cambiarios pores . in pide “Gas cnoutsla Gectuaea 1997 revel, por eee sion de crédito industrial? Entre 1930-35 y 1945-49 la pro- 0 d i e plo. que el 60 duccién industrial crecié hasta mas que duplicarse; las importa- Sapital vivian en clones, a las que en 1925-30 correspondia casi una cuarla jabora) exisltente en 2 par- fo fe Elm labora) exislente en el tlempo del golpe mi- e de} Producto bruto argentino, Se redujeron aproximadamente é . ltar de" 1943 eslaba dividido y era débil. Habia en la Argentina det For ou ste a quinquenio 1940-44. De importar alrededor) | cuatro centrales gremiales: la_Federacion Obrera Regional Ar- . primer periods. va “Argentina Wace 4 y cairo industttal on a gentina (FORA), anarquista, hoy apenas un puniado de militantes ‘i ’ O a importar solo el 9.9 por i (él “anarqui la én Si ..Sindicalista, ciento cn el segundo.* Ademas, durante la Segunda. | i Unién Sindi rgentina, {USA),.s: sa influencia, y General del Trabajo (CGT), dh Mundial se. asislié_a_unconsiderable a i i Tral idida_1 TN? 1 y Ja CGT N°'2°EY influjo de este fragmentado movimiento laboral sobre | 1a clase trabajadora era limitado. En 1943 se encontraba orga- ° nizado tal vez alrededor del 20 por ciento de la fuerza laboral urbana, con mayoria, en ese porcentaje, del sector terciario. La gran mayoria del prolelariado industrial estaba al margen de toda organizacién sindical efectiva, El grupo mas dinaémico que inlent6 organizarse en campos no tradicionales fueron los co- munislas, que aleanzaron cierto éxilo entre los obreros de la construccién y la alimentaclén y los madereros. Pero areas vi- “ : tales de la expansién Industrial cn las décadas 1930-40 y { @ siguiente los textiles y los metalurgicos~ aun eran virtualmente, oan en 1943, terra incognita para ‘la organizacién sindical. De los a 447.212 afiliados sindicales que habia en 1941, el sector del transporte y los servicios representaba bastante mas que el 50 por ciento, y la industria sdlo aportaba 144.922 afiliados.'° . cs a St P que reflejaban * esa evolucién econémica. El numero de establecimientos in- dustriales aumenté de 38,456 en 1935 a 86.440 en 1946, a la vez que el numero de los trabajadores de ese sector pasaba di 435.816 a 1.056.673 en 1468 T; 5 cont tegrantes que. de la 1930, “Se Resistencia ¢ integracion -cret de, Trabajo y.des- g lilar_in; slauiada, en 1948 Xi 3, area is de las preocupaciones funda- ente. 7a_laboral industrial,"’ AI mismo influencia de las fuerzas de_iz: esfera_sindical, Su politica anto entre los trabajadores oda organizacion. Ademas. Lllegaron a ver sus comp social y laboral cred sim; : ipatias por é! t: agremiados como entre los ajenos a § kes._decisivos de la. jel: por primera manifestacic y_Jo puso en él caniino a 1a victor! wit go eto thy en SA 10 ~victoria clones [presidenciales de febrero de oa pecificas elas el periodo 1943-46 hubo ‘iuchas mejoras Hécada de fs Condiciones laborales y la legislacién social. es: mas profande ierno peronista 1946/55 tuvo un efecto mucho la sociedad argentinn Ani posicién de la clase’trabajadora en a 7 odo, duranie ese 6 a pes considerable aumento de la capacidad fe organotins fic Detone € la clase trabajadora. Combinandose. la si ati el anhelo ae el fortaiecimiento de la organizacién Sindee litica a venta la clase trabajadora de trasladar su vieloria, oe del Sindieatinn® Goneretas determinaron una rapida extension cendido al 30, ¢ n 1948 la asa de sindicalizacién habia as- 1954 cra del 42, eo ciento de la poblacién asalariada cn manufactu 5 por ciento. En la mayoria de las indu {, 5 mmanufactureras ia lasa osellaba entre el 50-y el 70. por clei aument de ae eae e] numero total de aliliados cindicales como la textil y la mista eae getetlvidades manufactureras cali Ri é, donde antes de 1941 indi- smo era débil o nulo, para fines de la década tenia ate dicatos a i cuyo numero de afillados se contaba por cientos de milla A mulares: | Acoma. por primera vez se agremiaron grandes nu- en amnplia mblea Tae aconnamete extensiOn de la agremiacién anada @ 6 sislema global de ncgociaciones colectivs. Tee ecion ae fi mados en toda Ja industria argentina_en_el peri 2 Justria.. 1aent Todo. 1946-48 re- as_de_salarios y 's_laborales lales_que g ee ra de organizaci6n impuesta a la expansion sin- dical fue importante en el sentido de que moldeé el futuro de- sarrollo del movimiento gremial{La sindicalizacion debia basarse en la unidad de actividad econémica, antes que en el oficio o la empresa particular.’ ‘Ademas,’en cada sector de la actividad econémica sdélo se olorgé a un sindicalo cl reconocimiento ofi- cial que lo facullaba para negociar con los empleadores de esa actividad. Los_empleadores. ceslaban.obligados_por.ley..a_negociar ind ._y,.los_ salarios,-y_condielo’ 7 egociacion sé aplicaban__a_todos. Jos. nela.de,que estuvieran. agremlados sindical fica ¢ ales y ascendia, por intermedio Gnica_ central, la Confe- Finalmente, juedaba ision. y_arli- i > Trabajo..era.la_au-.. dicato el reconocimicnto que_lo facultaba para, leadores. El decreto 23.852, de octubre de 1945, ¢ Ley de Asociaciones Profesionales, que establecié ese sistema, eslipulaba también el derecho del Estado a supervisar vaslas areas de la actividad sindical, En esta forma la estructura legal aseguraba a los sin- dicalos muchas ventajas: derechos de negociacién, proteccion de los funcionarios sindicales contra la adopeién de medidas punilivas que los afectaran, estructura sindical centralizada y unificada, deduccién automatica de los sueldos y salarios de las cuotas sindicales y aplicacién de éstas a vastos ‘planes de bienestar social. Pero al mismo tiempo otorgd: al Estado las funciones de garante y supervisor final de este proceso y de los beneficios derivados de él, \ Mientras Ja expansion en gran escala de la organizacion sindi¢al aseguraba cl reconocimiento de Ja clase trabajadora como fuerza social en la esfera de la produccién, durante el pe- riodo pcronista también se asistié a Ja integracién de esa fuer- za social a_una coalicién politica’ emergente, supervisada por cl Estado. Desde el punto de vista de los irabajadores, la in- dole exacta de su incorporacién politica al régimen no s¢ evi- dencid enseguida. Los conlornos generales de esa inlegracién po- lilica slo se manifestaron durante la primera presidencia de Perén y fucron confirmados y desarrollados en el curso de la segunda, En el primer periodo. de 1946 a 1951, se operaron la 24 Resistencia ¢ integracion gradual subordinacién del Movimiento sindical al Estado y la eliminacion de los lideres de la Vieja guardia, de accion decisiva en la movilizacién de los sindicatos en apoyo de Pcr6n en 1945 ¥ quienes habian formado el Partido Laborista para que actuara como rama politica de los trabajadores. Sus ideas de autonormia politica y organizativa, asi como el caracter condicitonal de su apoyo a Pern, no se armonizaban con las ambiciones politicas de éste, Y es. preciso reconocer que tampoco su insistencia en cl principio de autonomia sindical se correspondia con los conceptos que prevalecian entre afiliados sindicales cuyo nimero aumentaba rapidamente.'® Por afiadidura, el peso de la inter- vencion estatal y cl apoyo Politico popular. que.recibia Peron de los trabajadores agremiados limité Inevitablemente las opcio- nes abiertas a los lideres de la vieja guardia sindical. Cada vez Mas, _los sindicatos se incorporaron a un. litico movimiento qui la segunda presidencia, se perfilé mas Estado justicialista, con sus pretensiones. corpo- “falivislas de organizaT.y. dirigir grandes esferas $e. tornd. evidente el papel o} clal. politica. y. econémica, mente asignado al movimiento sindical: incorporar a la clase trabajadora que ofrecia esa relacién fueron a_ese Estado. Los atractivos grandes tanto para los dirigentes como para las bases, Se cred una vasta red de bienestar social, operada por el Ministerio de Trabajo y Previsi6n, la Fundacién Eva Peron y los propios sin- dicatos. Los dirigentes_gremial L cupaban ahora bancas en el Congreso, eran habilualmente ci el ca ri pro! de S “Veritajas “econémicas conerelas pai e bajadora resultaban claras e inmediatas. A medida que Ja in- dustria argentina se expandia, impulsada por incentivos estatales y una situacién econdémica, internacional favorable, los traba- Jadores se sintieron beneficiados. Entre 1946 y 1949 los sa- larios reales de los trabajadores industriales aumentaron un 53 por ciento, Aunque esos salarios reales declinaron durante la crisis econémica de los dltimos afios del régimen, la proporcion de la renta nacional correspondiente a los obreros no se alterd. Entre 1946 y 1949 la parte de los salarios en 1a renta nacional subié del 40,1 por cicnto al 49 por ciento.!7 Si bien surgieron expresiones de. oposicién de la clase tra- 25 Los antecedentes i 6 ta, bajadora a ciertos aspeclos de la politica econgmie pero los términos de la integraeién politica del sindic: smo al tado peronista fucron muy poco cuestionados heres uN 1 enero Ciertamente, un legado crucial que los sindica’ ist sec ieron de la era peronista consistié en la integracion tasponaiente pajadora a una comunidad politica nacional y un conresne aden reconocimiento de su status civico y politico nD te cae comunidad. Aparte de esto, la experiencia de Pt iégada ee a la presencia de Ia clase. trabajadora dentro ea corn un notable grado de cohesion politica. La peront rc as gue en. gran. medida las anteriores. eal aces. Bon ot etaliglas, co lant en.las fila: She gue. je. Peron habian competido mu pista Ly fadicé ames {faba[adora, en. 1955. seen: ati” fa tharginad que _conel i medida marginados en lo qu ote los soclalistas y radicales, el peronism mea abia. nfl 1_y_civico, una prueba del de. segult.siende un. uitfale- civicas de los trabajadores ar ‘habia determ sicion al regimen Sa act jos a ilar de_1943-46, su apoyo.a. A tina hostlidad a, Peron, durante la siguiente teed. nds of ido Comunista intenté asum: ; flexible ae de sus aliados de otra hora. Poco después de la victoria electoral peronista, el PC dejé_ de, caracterizar_al pe: = ronismo como una. forma de fascismo, disolvio su aparato ‘sin- lical_y ordend litantes_incorporarse a i asas peroniste ajar.con las descarriadas masas sindlcaies rlas. anpeso el comunismo fue capaz de merse del error politico: que habia sido apoyar a Ja. Union De - me Alica, coalicién antiperonista, en las elecciones e 1946: nt fu capaz tampoco de ofrecer una alternativa creibl e as Potonlas ventajas que se derivaban de integrarse al Estat o pe onl ta, Si bien en el plano local algunos militantes comunl as fueron ‘capaces de conservar su credibilidad y de airigiy al guns as huel sas importantes, el PC nunca pudo desafiar la heget monia litica del peronismo en las filas sindicales. Pe ae te ese legado de cohesion politica se aprecia mejor St tam én tomamos en cuenta lar sea mogeneidad racial y et t pee ore ipalwente e) Gran LOS Uy) 3, princi uw ‘pa on eee cna a asta paleo ae neat adentro “dela comunidad nacional. ralelo en América ja Resistencla ‘e integracion 26 __LOS TRABAJADORES ¥.LA ATRACCION POLITICA DEL PERONISMO La relacién entre los trabajadores y sus organizaciones y el movimiento y el Estado peronistas resulta por lo tanto in- dudablemente vital para la comprension del periodo 1943-55. La intimidad de-esa relacion hha sido’ tomada en. general, por cierto, como definitoria del caracter excepcional del peronismo en el espectro de las experiencias populistas Jalinoamericanas. e_Como- debemos interpretar la base de esa relacion y, ademas, el significado-de la experiencia peronisla para los trabajadores peronistas? Las respuestas a estas preguntas han rechazado cada vez mas las anteriores explicaciones, que entendian el apoyo de los obreros a Peron en funcion de una division entre qa vieja y la nueva clase trabajadora.. Socidlogos como Gino Germani, izquierdistas que competian por las simpatias de la clase trabajadora, e incluso algunos: peronistas. explicaron la adhesion. popular al peronismo en. términos de obreros migrantes sin experiencia que,. incapaces ‘de afirmar en su nuevo ambito urbano una. propia identidad social y polilica ¢ insensibles a las instituciones y la ideologia de la clase trabajadora. tradicional, se encontraron “disponibles” para ser utilizados por seclores disidentes de la elite. Esos prolelarios inmaduros fucron quienes, segun ‘esa explicacion, se congregaron pajo la bandera peronista en el periodo 1943-46.'9 : En los estudios revistonistas. el apoyo de la clase trabajadora a Peron ha sido visto como el l6gico compromiso de los obreros con un proyecto reformista dirigido por el Estado que les pro- metia ventajas materiales concretas.?° Mas recientes. csos €S- tudios no han presentado la imagen de una masa pasiva ma- nipulada sino la de actores. dotados de conciencia de clase, que procuraban. encontrar un eamino realista para la satisfaccién de sus necesidades materiales: En consccuencia, dentro de es- te cnfoque la adhesion politiea ha sido vista. al menos impli- _citarnente, como reductible a un racionalismo social y econdmico -pasico. Ese instrumentalismo tenia al parecer el respaldo del sentido comin. Casi todos los que jnlerrogaban a um peronista sobre las causas de su apoyo a Peron recibian por respuesta el significativo gesto de palparse el bolsillo donde se leva el dinero, que simbolizaba un pragmatismo de clase basico, aten- to a las necesidades dc dinero y a su satisfaccién. No hay duda de que el peronismo, desde el punto de vista de los trabajadores, fue en un sentido fundamental una respuesta a las dificullades economicas y la explotacién de clase. aS ee a a a ELS Los antecedentes 27 Sin embargo, era también algo ma mas. Era también wu: - vimienlo representalivo de un cambio decisivo en 1a conducta y las ne easton oat de la clase trabajadora, que adquirié olilica de la realidad diferente. Para compren al significado de esa nueva fillacién politica necesitamos eee cu ladosamente sus rasgos especificos y el discurso en el cual se express. en vez de considerar ai peronismo como una ine- iat le expresi6n de insatisfaccién social y econémica. Gareth Ste aman Jones, a comentar la renuencia de los historiadores sociales a lomar sulieientemente en cuenta | Politico, observ6 hace corlo tiempo que “un movimiento politico no es simplemente una manifestacién de miseria y dolor; su . stenela se Caracteriza por una conviecisn, comin a muchos. ue an fcula una solucion politica de la miseria y un. diagnéstico polit Ico. de sus causas "' Por lo tanto, si bien el peronismo re- Prosenté una solucién concreta de necesidades materiales ex- eeonte Ia todavia nos falla comprender por qué la solucién rma especifica de peronismo y no una dife Dinos movinnentos poiilicos. se habian preocupado por esas necesidades y habian ofrecido solucione: . Ss. Ineluso fesde ei punto de vista programatieo habia muchas simuitudes r al es entre el peronismo y otras fuerzas politicas. Lo que neces amos entender es 2 éxito del peronismo, sus cualidades S 7 ‘az6n por la cual su llamamiento politi mas confianza a los trabajadores; en Te tacclas toed : suma, qué facetas tocd gue! prs no poultice” Para ile pecesitamos eonsiderar seriamente a 0 € ideolégico de Perén, asi como examin la indole de la retérica peronista y compararla con la de quie. nes le disputaban la adhesion de la clase trabajadora. como. 7 iudadanos en la retorica E]_atractivo politico fundamental del_p: mo_reside_e' tal de! su capacidad para redefinir la _nocién de. eens dentro de pn sontesto: mas.amplio, esencialmente social. La cuestion de 2 Sudad anauos. misma, y la del acceso a la plenitud de los e . fue un aspecto poderoso del diseur: - ronista, donde formé parte de un len; de gran r iguaje de prot resonancia popular. frente a la oxchosion politica, “algo eae . (os eomponentes del lenguaje politico peronist ‘a se ori- ging en gue ya formaban parte del lenguaje Gradicional te la politica democralica, que demandaba igualdad de acceso a los 28 Resistencia e integracion derechos “politicos. Esa tradicion ya se habia cncarnado prin- clpalmente en la Union Civica Radical y su lider Hipélito Yri- joyen. Antes ‘de 1930, el Partido Radical habia movilizado a las clases medias urbanas y rurales, asi corno a una porcién no pequeha de las clases jhumildes urbanas, con una_retorica donde prevalecian los simbolos de una lucha contra la oligarquia y con un lenguaje tradicional acerca de la cludadania y los de- Techos y obligaciones de caracter politico.2 El peronismo ¢ra lo bastante ecléctico como para postular su derecho a clementos de esc legado yrigoyenista y apodcrarse de ellos.?* En parte, ademas, la fuerza de ese interés por los derechos politicos de la ciudadania se originaba en la foja de escandalos de la "década infame” que siguio al derrocamiento de Yrigoyen por los. mililares en 1930.24 En la “década infame”, que en igor se cxtendio desde 1930 hasta el golpe mililar de 1943, sc asis- 1i6 a la reimposicién y cl mantenimicnto del poder politico de la elite conservadora mediante un sistema de fraude y corrupeion inglitucionalizados. Era la época del “ya votaste, raja pronto para tu casa", impucsto por los matoncs a sueldo de los: co- mités conservadores.*® En Avellaneda, Alberto Barcelo controlaba Ja inclptente zona industrial con ayuda de la policia, de su ma- quinaria politica, del harnpa y los votos de los muertos, tal co- mo lo venia haciendo, en gran medida, desde la Primera Gue- ira Mundial,* En el resto de la provincia de Buenos Aires, cl gobernador Manuel Fresco coordinaba un aparato similar dc favoritismos y corrupcién, La unica isla de relativa rectitud po- lilica era la Capital Federal, donde rara vez se hacia fraude. La corTupcioén politica dio un Linte de degeneracion social a la cli- te tradicional, protagonista de una sene de escandalos, apa- yentemente interminable en los que intervenian figuras publicas y grupos econémicos extranjeros, episodios que los nacientes grupos nacionalistas condenaron en muchas oportunidades.”” Asimismo, esa corrupcion institucional aliment6 un vasto cinismo publico. En las palabras de un autor, “era una corrupelon que hacia escuela”.* El malestar politico y moral acarreado por esta situacion engendro una notoria crisis de la confianza que inspiraban las instituctones politicas establecidas y de la creencia en su legitimidad. E] peronismo pudo, en consecuencia. reunir capital politico denunciando la hipocresia de un sistema democratico formal que. tenia escaso contenido. democratico real. Por afiadidura, el peso de las acusaciones peronistas con- tra ese sistema fue acrecentado por el hecho-de que incluso aquellos partidos formalmente opuestos al fraude en la década 1930-40 fueron vistos como comprometidos con el régimen Los antecedenies 29 conservador, Tal fue particularmente cl caso del Partido Radical, que al cabo de um periodo de abstencién principtista, entre 1931 y 1936, ‘se reincorporé a la contienda politica, bajo la di- recci6n de Marcelo T. de Alvear, con el fin de actuar como opo- sicién leal a un sistema politico del que el radicalismo sabia que jamas podria desplazarlo. La crisis de legitimidad se ex- tendié entonces mucho mas alla de la elite consefvadora mis- ma y fue un tema constantemente reiterado por la. propaganda peronista en 1945 y 1946, En la campajia previa a las elecciones de 1946, el organo oficial del: Partido Laborista expres6 asi esc concepto; . “Los viejos’ y tradicionales partidos desde hace varios afos de- Jaron de ser intérpretes del pucblo para scrlo en circulos y cendculos ‘de evidente matlz impopular, sordos y clegos a las inquletudes de esa masa que Haman en su auxilio cuando se trala de elecciones," Sin embargo, la atracclén cjercida por el pcronismno sobre los trabajadores no puede explicarse simplemente en funcién de su capacidad para articular exlgencias de participacién po- lilea y pleno reconoetmiento de los derechos de la ciudadania. Formalmente, los derechos asociados a esas reclamaciones ~su- fraglo universal, derecho de asociacién, igualdad ante la Icy- cxislian desde hacia largo tiempo en la Argentina, La Ley Saenz Pefia, que establecio el sufragio universal masculino en 1912, siguid en vigencia durante la “década infame”. Similar- mente, en la Argentina. existia una sélida tradicién de institucio- nes soclales y politicas representalivas, Laformulaci6n.por_el peronisma..de_demandas.democralicas era, por.lo.tanto,la_exi- ger de. restablecimiento de derechos. ya_anterionmente reco- nocidos, Mas atin, 9 ia cl monopolio de:este discurso contra la exclusién politica. Por cierto fue el mismo lenguaje que sus adversarios de la Union Democratica utilizaron contra él, acusandolo de representar un sistema cerrado y antidemo- cratico, y fue asimismo el discurso que continuaria constituyendo la base de la oposicién politica a Perén durante todo su ré- gimen y después de su caida, Finalmente, en el sentido de que se, referia_a la cuestlén general de Ja ciudadania. no era_un_lla- mamlento..dirigido..especificamente _a_los trabajadores sino, por definicién, a todos los_votantes_cuyos derechos habia fo violados. — El_éxito de Peron con los _trabajadors licd, mas Peré 1 ajadores se explicd, bien, Por su_capacidad_para-refundir el. problema.total de la oO nae 30 Resistencia’ e integracion beralismo, entre el Estado y la politica por un lado y la socie- dad civil por otro. La ciudadania ya no debia ser definida mas simplemente en funcion de derechos individuales y relacioncs dentro de la sociedad politica, sine redefinida en funcion de la esfera econémica y social de la sociedad civil. En los (érminos de su-retorica, luchar por derechos en el orden de la politica implicaba inevitablemente cambio social. Mas atin, al subrayar conslantemente la dimension social de la ciudadania, Peron desafiaba: en forma explicita la validez de un concepto de de- mocracia que la limitaba al goce de derechos politicos formales, y a la vez ampliaba ese concepto hasta hacerlo incluir cn la parucipacién cn la-vida social y econémica de la nacién. En parte esto-se-reflejo en la recamacién de una.democracia que incluyera’ derechos y reformas sociales, asi como en. una ac- tilud que Ltrataba con esceplicismo las demandas politicas for- muladas en la relérica del liberalismo formal. Esto se torné del todo patente en la carmmpafia electoral de 1946, El Namamicnto politico dela Union Democratica se expres6 poco menos que totalmente en el lenguaje de las consignas democralicas lbcrales. En los discursos y manifiestos politicos no hubo virtualmente mencién alguna del tema’ social. En cambio, se. encuentra un discurso politico totalmente estructurado en términos.de “liber- "la Constitucion", “elecciones libres", “libertad. de palabra”, y demas.°! : Perén, en cambio, conslantemente recordaba a su publico que_ifas la fraseologia_ del liberalismo_habia_una_division_so- ci asica -y; que una verdadera_democracia_ s6lo_podria ser construida si se enfrentaba_con justicia_¢ stio6n. social. En un discurso de julio de 1945,en que contesto las crecientes exigencias. de elecciones. formuladas. por la oposicién, dljo: “Si algunos piden iibertad, nosotros tambien. ia pedimos [...] pero no la libertad del fraude [...]. NI tampoco la libertad. de vender el pais ni la de explotar al pueblo trabajador." : Luis Gay, secretario general del Partido Laborista, se hizo .eco de ese concepto en el discurse que pronuncié al proclamarse formalmente la formula presidencial peronista en febrero de 1946: ‘La democracia politica cs una mentira por si sola. Unicamente es una realidad cuando va cefectivamente acompafiada por una cs- tructuracion econémica de la sociedad, que la haga: posible en el te- rreno de las realizaciones praclicas. Mienten quienes no hagan suyo esle concepto y sdlo hablan de la Constitucién y de la-libertad que ellos desvirtuaron y negaron hasta el 3 de junio de 1943." Los antecedentes 31 . No hay duda alguna de que esta clase de retérica tocé una libra sensiblc de los trabajadores que acababan de salir de la década infame. En el primer acto publico organizado por la CGT para respaldar a Perén contra el creciente ataque opositor, en julio de 1945, Manuel Pichel, delegado de aquel organismo #remial, afirmd: “No basta hablar de democracia. Una democracia defendida por tos capliales reaccionarios no la queremos, una democracia que sea un retorno a la oligarquia 10 la auspiciaremos."™ Mariano Tedesco. dirigente textil, recordé algunos afos después que “la Henle en 1945 ya estaba cansada. Durante afos y anos le habian enganado su hambre alrasada con eanciones sobre la Itbertad".*5 * Analogamente, ¢l esccplicismo con que eran recibidos: los simbolos formales del liberalismo sc torna patente en una anécdola que Julio Mafud recuerda del afo 1945. Segan Ma- fud, un grupo de trabajadores fue interrogado acerca de si le- mian por la existencia de la libertad de palabra en caso de que Perén triunfara en las elecciones venideras. Le contestaron: “La libertad de expresién es cosa de ustedes. Nosotros nunca la hemos tenido”.** Mas fundamentalmente atin, la refundicién por Perén del tema de la ciudadania involucraba una visién dislinta y nueva del papel de la clase trabajadora en la sociedad. Tradicionalmente, el sistema politico liberal en la Argentina, como en otras par- les, habia reconocido la existencia politica de los trabajadores como atomizados ciudadanos individuales. dotados de una for- mal igualdad de derechos en cl campo politico, pero al mismo tiempo habia rechazado, u obstaculizado, su constituclén co- mo clasc social en ese campo. Cierlamente fiel a la separacion liberal entre Estado y. sociedad civil, aquel sistema habia ne- gado que fuera legilimo transferir al terreno politico la identidad soclal construida en torno del conllicto en el nivel social. Entendia que toda unidad, cohesién social y sentimlento de intereses distintos que se hubiera alcanzado en la sociedad ci- vil debian disolverse y atomizarse-en el mercado politico, don- de los ciudadanos particulares podian, por intermedio de los parlidos politicos, influlr sobre el Estado y asi reconciliar y equilibrar los intereses que exislen en reciproca competencia en la sociedad civil. El] radicalismo, pese a toda su retorica sobre “el pueblo” 32 Resistencia @ integracién y la “oligarquia”, nunca cuestiond los supuestos del sistema polilico Hberal. Mas avin, su maquinaria politica, basada en el favoritismo personal y estructurada en torno de Jefes locales, estaba en la posicién ideal para actuar como "vendedor” de las exigencias de los ciudadanos individuales en el mercado por lilico.*” El. peronismo, en cambio, politica a_los trabajadores en _un_reconocimiento “de la clase 1 como fuerza social propiamentc dicha. que solicitaba_ aconoclmnicate 5 y.-representacion como tal en la vida politica de la_nacion, Esa_representacion_ya no habia_de materializatse simplemente mediante el ejercicio de Tos derechos fo: la_cludadania, y,_la_mediacion. 4 puri de fos parldos palics. EI le ello, la clase trabajadora, como Tuerza social autonoma, habia de_tener acceso directo y_ ierto_privileglado al _Es- (ado por interm El caracter excepcional de esa vision de la integracién po- lilica y social de la clase trabajadora en la Argentina de la dé- cada 1940-50 se torna mas patente si cxaminamos la manera distintiva en que Perén se dirigié a los (rabajadores en los dis- cursos que pronuncié en la campafia electoral de 1945-46 y después,*® A diferencia del caudillo o cacique politico tradicional, el discurso de Peron no se dirigié a los obreros como individuos atomizados cuya unica esperanza de lograr coherencia’ social y significado politico en su vida radicaba en estrechar’ lazos con un lider capaz de interceder por ellos ante un Estado to- dopoderdso, En cambio Perén les hablé como a una fuerza so- cial cuya organizacién y vigor propios cran vitales para que él pudiera afirmar con éxito, en el plano del Estado, los derechos de ellos. El era sdlo su vocero, y sdlo podia tener éxito en la medida en que ellos se unieran y organizaran. Continuamente subray6 Peron la fragilidad de los individuos y lo arbitrario del destino humano, y por lo tanto la necesidad de los trabajadores de depender solamente de su propia voluntad para materializar sus derechos, En el marco de esta retérica, por consiguiente, el Estado no se limitaba a ser un dispensador todopoderoso de recursos apetecidos que los distribuia -por intermedio de su instrumento elegido, el lider- a individuos pasivos, Mas bien el Estado era un espacio donde las clases ~no los individuos aislados~ podian actuar politica y socialmente unos junto con los otros para establecer derechos y exigencias de orden cor- porativo. Segiin este discurso el arbitro final de ese proceso podia ser el Estado, y en definitiva la figura de Peron identificada con el Estado, pero éste no constituia a esos grupos como fuerzas sociales, pues ellos tenian cierta independencia, asi stuns suuayyncaicanmpngconns yn nsnyseaquyeecesepstomttmeteypoensuatnepsamcensennnpnine aaqeucin)mauon nunemenianmsnnsnens Los antecedentes 33 como una presencia irreductible, social y, por lo tanto, politica.*? Sin duda alguna, la retérica peronista contenia fuerles elementos de caudillismo personalista, poco menos que mistlco, asoctados a las figuras de Peron y Evita. Esto result6 en parte de las distintas necesidades polilicas de Perén y el peronismo en diferentes rnomentos. Desde una posicién segura:en el po- der estatal, la necesidad de subrayar la aulonomia. ofganizativa y la cohesion social de la clase trabajadora era notoriamente menor que en el periodo de lucha politica previo a la*conquista de ese poder, Incluso durante el periodo anterior a 1946 los elementos personalistas dé la alraccién politica peronista se encontraban presentes. como lo prueba la arrolladora consigna “jPcrén, Perén!" insistertlemente voceada en la movilizacion del 17 de octubre de 1945. Sin embargo, aun en el punto mas alto de Ja adulacién a Evila y. del creciente culto, patrocinado por el gobierno, al poder personal de Perén durante la segunda presidencia, este elemento personalista no se hizo presente a expensas de una continua afirmacion de la fuerza social y or- ganizativa de la clase trabajadora. Esta_afirme j¢_los_(rabajadores como presencia social y. Sutin incorporacién directa al manejo > de la cosa publica supo- nia_obyiam: meepto_de Jas. legitimas esferas_de uileres S_y_actividas clase_obrera jones...Esto, zo patente sobre todo en la alirmacion, por parte de Pe- rén,-de que los (rabajadores_tenian derecho a_interesarse por el desarrollo. e A ntribulr.a.detecminarlo, indusinalizacian. y.. nomico, factores clave de la atraccion ejercida: por el eronismo, debian s jas_en-cl.marco de.esa nueva vision-del papel de los obreros cn la sociedad, La ret6rica peronista ‘era lo bas- tante abierta como para absorber las fibras de pensamiento nacionalista existenles, Algunas de ellas se remontaban, también, al legado yrigoyenista, en particular el conflicto con las compafiias petroleras extranjeras durante los ultimos afios de Yrigoyen en el poder. Otros elementos fueron tomados a los grupos de in- telectuales nacionalistas que afloraron en la década 1930-40 y cuyas ideas influian sobre los militares. Por ejemplo, términos como “cipayo” y “vende-patria” se incorporaron al lenguaje po- liico peronista para designar aquellas fuerzas que deseaban mantener a la Argentina dentro de la érbita econdmica de los Estados Unidos y Gran Bretafa como proveedora de productos agropecuarlos,”° ‘Tal lenguaje se torné simbdlico.de una puja hacia la industrializacion, proceso que debia ser guiado y su- pervisado con arreglo a la meta “Argentina potencia”, en vez 34 Resistencia e integractén de la “Argentina granja” postulada. segtin los peronistas. por sus adversarios. El éxito de Ja identificacién de Perén mismo con la ereacién de una Argentina industrial. asi como la atraccién politica gjercida por csa simbolizacién. no residia primordialmente en los lérminos programaticos. Dados el evidente interés de una fuerza de trabajo industrial emergente por la‘cuestion de la in- dustrializacion, asi como la vigorosa autoidentificacion del pe- ronismo con este simbolo y su posterior monopolio del lenguaje del desarrollo econémico, resultaria tentador explicar ese éxilo en funcién de un interés, también monopélico. de Perén en esc programa. Sin embargo. en lo que se reficre a planes politicos y compromisos formales, la identificacion del peronismo con la industrializacion y de sus adversarios con una Argentina agro- pecuaria estaba lejos de ser exacta. Con diversos énfasis y no sin irregularidad cn el compromiso adoptado, sdlo muy pocos de los principales partidos argenlinos negaban. en la década 1940-50, la necesidad de alguna suerte de industrializacién palrocinada por el Estado. Mediante el Plan Pinedo. de 1940. cl sector mas articulado de la elite conservadora habia afirmado su reconocimiento de la irreversibilidad de la industrializacién. También ¢l Partido Radical habia adoptado una actitud cada vez mas favorable a la industrializacién. y su ala yrigoyenista aprobé en abril de 1945, en la Declaracién de Avellaneda, un proyecto econémico tan industrialista, en cualquiera de sus expresiones. como el de Perén. También la izquierda, encarnada por los comunistas y socialistas, habia recurrido persistenic- mente a una retérica antiimperialista durante la década 1930- 40.4 La_verdadera_cucstion cn juego en la década_1940-50. no era. €n consecuencia, té ndustrializacion versus desarrollo agrario como intervencién estatal versus laissez-faire, Mas bien se trataba del problema de los_distintos significados po- Ge la industrializacign. es decir los: parametros_sociales rreglo a los cuales ese proceso debia_operarse, Peron tuvo la habia de dclinir csos parametros en una for- ma nueva que atrajo a la clase obrera. asi como la habilidacd de abordar este problema en una forma que, parlicularmente ercible para los trabajadores. le permilid aproptarse del tema y el simbolo del desarrollo industrial y convertirlo en un amma politica mediante la cual pudo dilerenciarsc de sus adversarios. El éxilo de esta apropiacion fue. en alguna medida, cuestién de cémo se la percibiera. Clertamente. el vinculo entre los ri- vales politicos de Perén en 1945-46 y los bastiones de la elite Los antecedentes 35 agropecuaria tradicional, como lo eran la Sociedad Rural y cl Jockey Club, debilitaba la credibilidad de su compromiso con Ja industrializacién, Andlogamente, su estrecho nexo con el embajador norteamericano no fortalecia la creencia en su de- vocl6n por la soberania nacional y la independencia econdémica. En cuanto a imagen, hacia fines de la campafia electoral de 1946 ya cra un hecho establecido la identificacién del peronismo con el progreso industrial y social y con la modernidad. Pero no se trato exclusivamente de un problema de imagen y rela- ciones publicas. Mas fundamicntalmente. la clase obrera vcia en el apoyo de Pcrén al desarrollo industrial un papel vital pa- ta si misma como agente en la esfera publica, considerablemente ampliada, que cl peronismo le ofrecia como campo de actividad. En efecto. Perén por clerto csiablecia como premisa del concepto nusmio de desarrollo industrial la plena participacién de la cla- se trabajadora en la vida publica y la justicia social. En su icnto. la_industrializacién_ya.no_eraconecbible, como 34;3.al precio de la extrema.e @ A clon trabajadora. En un discurso que pronuncié durante la campafia electoral, Peron afirmé: “En definiuva: la Argentina no puede estancarse en el ritmo somnoliento a que la condenaron cuantos se lanzaron a vivir a sus costillas. La Argentina ha de recobrar el pulso firme de una juventud sana y de una sangre limpia. La Argentina necesita la aporiacién de esta sangre juvenii de la clase obrera.*? En la retorica pcronista, la Justicia social y la soberania nacional eran temas vcrosimilmente inlerrelaclonados antes que consignas abstraclas meramente enunciadas, ~Una_vision digna de cr : caracter concreto y creible deldiscurso politico de Peron La cuestién de la credibilidad es decisiva para comprender tanto la_exitosa_idenfificacién,: electuada_por Peron. de_si_mis- mo con ¢clertos simbolos importantes, por ejemplo la InduStria- ligagion, como, mas en gencral, elimpacto politico de su dis- curso sobre los trabajadores. En el ensayo a que ya nos hemos referido. Gareth Stedman Joncs: sefala que para tener éxito un vecabulario politico pariicular.debe proponer una altemnativa weneral capaz de inspirar una esperanza [aetibic y_proponer a laves un medio de realizarla- que, siendo crcible, permita a los posibles reclulas pensar en esos lérmifos™*”E] vocabulario 36 Resistencia e integracién del peronismo era a la vez visionario y creible, La eredibilidad arraigaba en parte cn la indole inmediata y concrela de esa re- torica, Esto involucraba la limitacion de las consignas politicas abstractas a sus aspectos materiales nis concretos. Scgun ya vimos, esa retériea contrasté nitidamente, cn los decisivos afios 1945-46, con el lenguaje de alla abstraccién cmpleado por los “adversarios de Peron, Si bien Peron fue capaz de ser- monear desde la altura, sobre todo después de aleanzar la pre- sidencia. y de acuerdo con la audicncia a que se dirigicra, sus discursos a los obreros en el periodo inicial tuvicron un tono rinico en ese momento. Por ejemplo, sc encuentran estruclurados en un lermpuaje claramente dislinto del empleado por cl radicalisino clisico, que abundaba en densas gencralidades sobre la renovacion nacional y la virtud civiea. La terminologia radieal de “la oli- garquia” y “el pueblo” scguia presente, pero ahora cra habi- {ualmente definida con mayor precision. Perduraba su empleo de categorias generales que denolaban ¢} bien y el mal, o sca jos que estaban por Perén y los que se oponian a él, pero ahora esos términos cran con frecuencia concretados, a veces como ricos y pobres, a menudo como capitalistas y trabajadorcs, Si bien se hablaba de una comunidad indivisible —simbolizada por “el pueblo” y “la nacién"-, la clase trabajadora recibia un papel implicitamente superior cn csa tolalidad y con frecuencia se la erigia en depositaria de los valores nacionales, El “pueblo” muchas veces se transformaba en “cl pueblo trabajador”, de modo que “el pucblo”, “la nacién” y “los trabajadores” eran in- tercambiables entre si. Similar negacién de lo abstracto pucde encontrarse en el llamamiento peronista en favor del na¢ionalismo econdémico y politico, Desde el punto de vista de la construccién formal, por el Estado, de la ideologia peronista, calegorias como “la nacién” y."la Argentina” recibian un significado abstracto, mistico,* Sin embargo, en los discursos que Peron dirigié especificamente. a la clase obrera, particularmente en el periodo inicial. pero también después, se advierten pocos de los elementos misticos ¢ irracionales dc la idcologia nacionalista, Esos discursos no se interesaban mayormente por las virtudes intrinsccas de la, “criolla” que hallaban expresién en una nostalgia evocadora: de alguna esencia nacional desaparecida largo tiempo alras. Esas. preocupaciones estaban reservadas de hecho, principalmente, a intelectuales de clase media pertenecicntes a los diversos grupos nacionalistas que procuraban, con escaso éxito, servirse rgentinidad” ni por los antecedentes hisléricos de la cullura!).” : i i : vieja"; Los antecedentes 37 del peronismo como vehiculo para realizar sus aspiraciones, El naclonalismo de la,clase trabajadora era invocado principalmente en funcién de problemas ccondémicos concrctos. Por_afadidura, la credibilidad_ politica que el peronismo ofrecia a los trabajadores s¢ debia no-sdlo_a lo concreto de su relérica, sino también’ a_su_thimediatez, La visi6n peronista de una sociedad basada en la justicia social y en la* integraci6n social y politica de los trabajadores a esa sociedad no estaba sujeta al previo cumpliiento de premisas ~como lo estaba por ejemplo en el discurso politico izquicrdista tales como trans- formaciones estruclurales abstractas de largo plazo, nl lo ¢s- faba a la gradual adquisici6n en alguna fecha futura’ de una concicu¢cia aproplada por parle de la clase obrera, La doctrina peronista lomaba la conciencia, los habitos, los estilos de vida y los valores de la clase trabajadora tales como los encontra- ba y afirmaba su suficiencia y su validez. Glorificaba lo co- Udiano y lo comin como base suficiente para la rapida con- secucion de una socicdad Justa, con tal de que se alcanzaran clerlas metas faciles dé lograr y evidentes por si mismas. Pri- mordialmente esto significaba apoyar a Perén como jefe de Es- _, tado y mantener un fuerte movirniento sindical. En cste sentido, la_atraceion_polilica_del_peronismo era _esencialmente_plebeyaie ignoraba la _necesii una elit politica _particularmente ilu- Iminada y reflejaba_c inculeaba_u. La glorificacién de “estilos d¢ “vida _y habitos populares_in- volucroé un estilo y uw idioma politicos bien a tone con las sen- sibilidad dares. Fucra asumicndo simbélicamente Ta ac- lilud de (d scamisadg/ en una reunion politica, fuera con la clase de ilttagi fue emplcaba en sus discursos, Perén te- nia una especial capacidad, que a sus rivales les faltaba, para coniunicarse con sus audiencias obreras, El poeta.Luls Franco observé en Perén una “afinidad de espiritu con las letras de tango”.* Su habilidad para utilizar esa afinidad con el fin de establecer un nexo con su ptiblico se manifesté con claridad en el discurso que dirigié a la multitud reunida en la Plaza de Mayo cl 17 de octubre de 1945, Haeia el final de ese discurso Perén evocé a su madre, “mi “Por eso hace poco les dije que los abrazaba como abrazaria a mi madre. Porque ustedes han tenido fos mismos, dolores y los tnismes pensamientos que mi pobre vieja habra sentido en esos lias.” profs lectualismo. \> £ 3 © 38 Resistencia @ integracién La referencia parece gratuila, parece la fraseologia vacua de alguien que no encuentra nada mejor que decir. Sin embargo, alli identificamos el eco de un importante tema sentimental de las letras de tango: la pobre madre dolorida, cuya congoja sim- boliza la congoja de sus hijos, de todos los pobres. La iden- tificacién. cfectuada por Perén, de su propia madre con los po- bres, eslablecia una identidad sentimenta! entre él mismo y su audiencia, nota patética que resonaba en la sensibilidad de la cultura popular argentina del momento.‘? También resulté sig- nificativo que el discurso terminara con otra nota “languera”: Per6n recordé a su publico, en el momento en que se disponia a abandonar la plaza: “Recuerden que entre todos hay numerosas mujeres obreras que han de ser protegidas aqui y en la vida por fos mismos obreros."49 El tema de la amenaza a las obreras, y de la necesidad de proteger a sus mujeres. era un tema constante del tango y otras formas de cultura popular. Que Perén estructurara en ese lenguaje su Tamamiento politico hoy a menudo nos parece, y por cierlo les parecio a los crilicos de su tiempo, un remanente de la condescendencia paternalista propia de la tradicional figura del caudillo, Su fre- cuente empleo de versos de Martin Fierro y su uso deliberado de términos del lunfardo puede exlranar a la sensibilidad ac- tual, Sin embargo, debemos ser cuidadosos al apreciar el impacto de su capacidad para mangjar un idioma que reflejaba la sensibilidad popular del momento, En relatos efectuados por observadores y periodistas en los decisivos afios iniciales del peronismo, encontramos con frecuencia 108 adjetivos "cha- bacano”™ y “burdo” para describir el esitlo de expresarse de Pe- rén y sus partidarios, caltficativos que denotan una cualidad gtosera, propia de un rislico, Sin embargo, no son epitetos que los peronistas hubieran rechazado necesariamente. No hay duda alguna de que esa capacidad para reconocer, reflejar y promover un estilo y un idioma politicos y populares basados en el realismo plebeyo contrastaba nitidamente con el Namamiento lanzado por los partidos politicos que tradicio- naimente representaban a la clase obrera. El tono adoptado por éstos frente a la efervescencta de los trabajadores al pro- mediar la década 1940-50 era didactico y parecia dirigirse a un publico moral e intelectualmente inferior. Tal fue parUicularmente cl_caso del Partido Socialista. Su analisis de los episodios del 17 de octubre es ilustrativo de su actilud y su tono: Les antecedentes ‘ 39 “La parle del pucblo que vive su resentimfento, y acaso para su resentimlento se desborda en las calles, amenaza, alropella, asalta diaries, persigue en su furia demoniaca,a os propios adalides permanentes y responsables de su elevacién y dignificacion.”™ Tras este lono de (emor, frustracién y moralizacién habia un-discurso dirigido a una clase trabajadora abstraela, poco menos que milica. El peronismo, en cambio, estaba dispuesto, en particular durante su periodo inicial, a reconocer e incluso glorificar a trabajadores. Al comparar el enfoque politico de Perén con el de sus ad- versarios no es posible menos que recordar el comentario de Ernst Bloch acerca de la apropiacion, por los nazis, de las sim- patias que los socialistas y comunistas tenian entre los obreros: “Los navis habiaban falsarnenic, pero a Ja gente: los comunisias n la verdad, pero hablaban- de cosas”.5° La_capacidad_de Peron para aprcciar el. tono de la sen- sibilidad de la clase trabajadora y los supuestos con que ésta se manejaba sg Hejé también. La_retorica peronista, por ejemplo, incluia_ un reconocimiento tacito de la inmutabiidad de la desigu: ial, una resignada aceplacion, dict: 1 u le la realidad de 1; sociales 6 . un reconocimiento de lo que Pierre Bourdieu denominoé “iti 16"de Jos lin ”,51 Los remedios propucstos para miligar desigualdades eran plausibles ¢ inmediatos. En un discurso que pronuncié en Rosario en agos- to de 1944, Perén puso de relieve el caracter razonable, eviden- te por si mismo, de su Namamiento, es decir, la realidad mun- dana que habia'tras la retérica abstracta de la igualdad social: [-Queremos que desaparezea de nuestro pais la explotacian det hombre por el hombre y que cuando ese ‘problema desaparezca iqualemos un poco las clases sociales para que no haya como he dicho ya_en este pais hombres demesiado ,pobres. nl demasiado HOE event ge ean GD me ae! Este realismo | una visién politica limilada. pero -scartaha..resonanclas Utopicas...simplemente lograha..que gsas..cesonancias--tnanbelo de igualdad social. de que se pu- Siera fin a explolacion- result r les. glase lrabajadora. imbuida, por su experiences fame. de..cierto.cini no_d 40 Re stencia ¢ integracion cl plano. del. Estado. La confirmacion de las soluciones que ofrecia no dependia de algiin futuro apocalipsis. sino que se la podia verificar bastante direclamente a la luz de la actividad y experiencia polilicas de cada dia. En 1945 ya habia em- pezado a circular entre los trab adores la consigna que habia de simbolizar esa credibilidad: “jPerén cumple!” ELHERETICO IMPACTO SCCIAL Dit, PERONISMO EL peronismo significd una presencia social _y politica mucho mayor de la clase Wrabajadora cn Ja sociedad argentina. npacte.de este. 19 puede scr medido. en términys Ins- nales. por referencia a faclores tales como la relacion in- timacnure gobicmo y. ical: irante la_era de Peron. la masiva ampliacién del gremialismo y él numero de parlamentarios de extraccion gremial. Estos’.son factores de facil demostracion empirica y cn mds de un caso estadisticamente mensurables. Sin embargo. existieron otros factores que ces preciso tener ci cuehia al evaluar el significado social dcl peronismo para la clase “abajadora. Tactores “mucho “menos _tangibles_y mucho ‘dificiles de cuantificar. Nos referimos”afactores como el * orguilo. el respelo propio y la diynidad. Significado de la década infame: respuesias de la clase obrera Para evaluar la importancia de esos factores debemos vol- yer a la década infame. pues fue sin duda alguna el punto. de referencia en relacién con el cual los trabajadores midieron su experiencia del peronismo. La cultura popular de la era peronista fue dominada por una dicotomia temporal que contrastaba ¢l presente peronista con el pasado reciente. Segtin lo observa Ernesto Goldar én su analisis de la ficcién literaria popular pe- ronista, esa dicotomia fue acompanada por un correspondiente contraste de valores asociado al “hoy” de 1950-60 y al*“ayer™ de 1930-40.%3 Algunos de esos contrastes cvaluativos se referian a los cambios sociales coneretos conectados con el mayor pie- nestar social, cl aumento de los salarios y la efleaz organizaci6n gremial. Sin embargo. otros sce relacionaban con un campo So- cial mas amplio y mas personal, ai margen de los mejoramientos alcanzadgs_en la linea de produccién, el paquete salarial o el sindicato] Eslo suglere claramentc que la_década infame, fue Los antecedentes 4i j experimentada_por muchos trabajadores como. .un_tempo_de Hl frustracién y humillacion profundas. sentidas colectiva_e_indi- i Wduainene ee St bien Garecenios de un informe detallado y amplio de los elementos que configuraban cl universo social de la clase tra- bajadora del periodo preperonista, pruebas consistentes en anécdotas, teslimonios personales, formas culturales popula- res y.extraclos biograficos sobre obrcros pueden” aportarnos fragmentos ilustrativos de la imagen total. La dureza de las condiciones de trabajo y la disciplina tesUmoniada por la ma- yoria de los observadores de aqucl periodo tuvo impacto sin duda alguna sobre la clase trabajadora en gencral. Por ejemplo, en las ntemorias donde relata sus experiencias como organizador ie los obreros de los frigorificos de Berisso, en las décadas 1930-4 y siguiente, Cipriano Reyes sefiala que Na enipresa eva ducia.de las vidas y las haciendas de sus obreros. Unos cuententks. te digo esto como ejemplo. andaban por las casas vendiendo ropa cn cuotas. Cuando un obrero no pagaba iban a ver al jefe del personal del [rigorifico y entonces el moroso era suspendido. La vigilancla cra increible. estaba todo controlado”.™ Probablemente. un control de estas caracteristicas fuese mas duro en comunidades obreras dominadas por una sola cmipresa grande, como un frigorifico. Sin embargo. las condiciones sociales que reflejaba esa siluacion de dominio por el empleador no estaban confinadas al caso extremo de la ciudad-empresa. Angel Perelman recucrda haber dejado la cscuela primaria a » 27 los,10 alos para entrar en un taller metalurgico de la Capital i % Federal. donde trabajaba : “ey & [*jornadas sin horario |... la hora de salida la fjaba el“patrén. Toda Ja felicidad para una familia obrera consistia.. en conservar el 4.9 { Bata By Mg % Los afios treinta, recuerda Perelman, “eran los tiempos de los descsperados, de los ingeniosos y de las pequehas ratcrias™. Otro autor, al comentar las condiciones generales de-la si- tuacion laboral en la misma época, dice: F “El miedo a ia desocupacién en esa época Heva’a la humillacion. Al callarse ¥ no hablar. -la falta de acciones de defensa elementales lleva a la decl Jinacién moral, al escepticismo. Dentro de una fabrica. 42 Resistencia e integracién de un establecimiento, el obrero estaba solo, desintegrado de toda conciencia social." Aunque generalizaciones tan tajantes sobre la declinacion moral y el cinismo. que habrian caraclerizado la actitud de la clase obrera en.ladécada 1930-40 dcben ser tomadas con cautcla, existe una. prucba que Uende a apuntar en la misma direcci6n. ° . Algunos de los indicios mas reveladores al respecto pueden obicnerse en formas ‘culturales populares. en particular el tango, El universo social pintado cn los langos de la década 1930-40 ‘era universalmente sombrio, Los temas Lradicionales del tango siguicron prescntes -la traicién amorosa, la nos- talgia de un pasado mas simple centrada en torno de la recreacién idilica del barrio o del. arrabal, la afirmacién ‘de virtudes como el coraje-, pero a esto se sum6, en algunos de los langos, un contexto social amplio.. En particular, en los tangos' dc. Enrique Santos Discépolo la imposibilidad de una relacién significativa entre un hombre y una mujer llega a simbolizar la imposibilidad de cualquicr relacién soctal gue no sc base en la codicia. el egoisino y wna falla total de esera- pulos morales en un mundo* basado en la injuslicia y cl engafio, En muchos tangos de Discépolo la figura crucial es cl “gilito embanderado”, el fluso que trata de vivir honestamente 9, mds aun, es lo bastante-ingenuo como para imaginarse que podra cambiar un mundo injusto.®” El propésilo del tango es, entlonces, descngafiarlo de ‘sus ilusiones enfrentandolo con una realidad donde “(si) aqui ni Dios rescata lo perdido”.®* El tono es de amargura y resignacién, La idea popular de la vida social, tal como la reflejan esas Ictras, aconscja adoplar los valores dominantes, es decir el egoismo y la inmoralidad. Lievada hasta sus ultimas consecuencias, ésa idea’ involucra la comprensién -si no la aprobacién- de la atraccién que ejerce sobre los pobres la légica de la “mala vida”, la prosu- tucién, el proxenetismo, el delito.*® La alternativa, en el caso de los que no aceptaran el cthos social dominante, era una aceptacion resignada o un “obstinado silencio”. Evidentemente, hay que cuidarse de extraer, del tango y otras formas culturales populares del momiento. conclusioncs sobre las aclitudes de la clase trabajadora. El tango, por ejemplo, era cada vez mds una forma dc arte comereializado cuya conexién con el “barrio” de trabajadores era tenue, Lo que Ilegaba al publico general era determinado en gran medida por las firmas producloras de discos, y el éxito yel fracaso comercial dependian de la recepcion que se tributara | Los antecedentes 43 a la grabacién en el mercado de consumo y los teatros y salones de baile de la zona céntrica de Buenos Aires, También parece probable que cl elemento bohemio, que siempre habia constiluido parte importante del tango, recibiera mayor realce a medida que las letras provinicron cada vez mas de la baja clase media urbana. Cicrtamenie, el desesperado lamento que profiere Discépolo en su gran tango Cambalache, escrito en 1935, donde dice que “todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor", suena a desencanto de un educado miembro de la clase media cuyo mérilo la sociedad no feconoce, Las letras de. la década infame también carecen de algo del optimismo y el compromiso social que hay en algunos tangos de la era anterior. De una u otra manera, la inmensa popularidad de csos langos en la clase trabajadora de Buenos Aires parece demostrar que cualesquicra que fuesen las manipulaciones de la industria cultural, y cualesquiera que scan las precauciones con que Ieamos la conciencia de la clase trabajadora dircclamente en las letras de tango, éslas por clerlo respondian a algunas ‘acliludes.. y. experiencias que, recreadas en esas letras, los trabajadores reconocian como aulénticamente propias. Empero, aun.Si. ,feconocemos que_tales_hechos_son_sig- nificallvos, lambicn débemos admilir que las tnicas respuestas gon_que_contaron Tos trabajadores_no_consislieron_en el ci- nismo, la_apatia_o la resignacién. Luis Danussi, que después de T955 legaria a encabezar ef Sindicato de los graficos, tras llegar a Buenos Aires en 1938 vio una ciudad / Rumultiiosa, y con febril actividad sindical, ofreeia un amplio campo de accion; congresos naclonales, zonales, comarcales, asambleas de personales y de gremios”.*! Aun sc encontraba presente la caracteristica mililante que la cullura de la clase trabajadora habia tenido en una €poca anterior. Esa cultura sc centraba en torno de la exis- tencia de “|..] sindicatos, ateneos, bibliotecas mediante la distribucién de vo- janles, periédicos, diarios, revistas, folletos y lbros: manifeslactones, comilés pro-presos, grupos teatrales, cooperativas. comunidades o ensayos de vida solidaria. También se realizaban eampafias contra cl alcoholismo, e] tabaco, se orfanizaban plenies, lecturas comen- ladas y se procuraba dar amplitud al espiritu de apoyo mutuo”.” 44 Resistencia ¢ integracion También. se organizaban campafias contra el alcohol y ci tabaco. ‘se realizaban picnics, se diclaban conferencias se- fuldas de debate y se inculeaba el-cspiniu-de-ayuda-mulua Todavia florecian, cn 1938, elementos de esta suerte de cul- tura militante tradicional, compartida por igual por socialis- as. comunistas. anarquistas y sindicalistas. Esos clementos encontraron expresién en los muchos comités formados en la década 1930-40 para ayudar a la Espafia republicana y cran todavia uma presencia viva.en sindicatos como el de los graficos. al que se incorporé Luis Danussl El propio Danussi tenia alguna formacién anarquista_al Iegar_a Buenos Aires. pero los _trabajadore: al cultura i T_alraidos. por clia_y ulllizarla como canal pata expresar su resenuimiento_con ja explotacion y como ‘parle We Su_pusqueda de soluclones oliicas. Angel Perelinan setiala: por ejeriplo. que: “La expiotacién capitalista _y la lucha de clases fas aprendi primero en esa fabrica del aio 30 que Icyendola en los Hbros |..]. A los 14 afios de edad y ya con cuatro de obrero, no pudo menos que interesarme la politica. {Como para no Interesarme! Habia muchas manifestaciones reallzadas por los desocupados. Algunos partidos de Yquierda protestaban por la miseria reinante. (Las asambleas _sin- dicales t Preunian a los trabajadores mas militantes y decididog."“ Otros datos aun sugieren un aumento. de. Ja..actividad cremial la_asistencia _a.Jas_reunionss, sindicales a. fines..dc Tos0-40. 5. principios de la siguiente década,a_medida quc_cl desempléo.-decrecia.” la” industria. sc. cxpandia_y. obrero” se_recobraha..en alguna dida_de_la_declinaclon experimentada, i ~ 1930. afiliacion gremial respondié a un clima nacional ¢ internacional mejo1 aumento alrededor de un 10 por ciento entre 1941 y 1945. “{...] abrir camino a las organizaclones sindicales era una empresa con enormes dificultades, en muchos aspectos por efecto de la represion patronal y policial, pero las que ofrecia escollos cast imposibies de superar consistia. muchas veces, en la indiferencia y el descreimiento de los mismos trabajadores, reacios a organizarse en defensa de sus propios intereses”. Algo del sentimiento de impotencia y resignacién que, segun lo sugerimos, caracterizé la respuesta de muchos tra- bajadores a la experiencia del periodo previo a 1943 puede Los antecedentes 450 i hallarsclo en cl testimonio personal de los no mililantes. A : continuacion se réproducen. con el fin de transmitir en lo \ posible la esencla de ese scniimiento. dos fragmentos lesti- mioniaics. El primero provicne de un obrero que trabajaba en puertos situados a lo largo del rio Parana, particularmente en Pregunta: Como fueron los ahos 30 para usted? : Don Ramiro: Bueno, la vida era muy dura en aquel entonces |...] la gente trabajadora no valia nada y no fulmos respetados por los que controlaban tole [...} Uno tenia que saber mantenerse en su lugar. Yo votaba por los radicales en los aiios 20 pero después del, 30 todo fue inal. Los caudillos conservadores controlaban todo. Los *; : dias de Jos comicios yo tba al municipio para votar pero no conseguia s¢ podia confi ho podian lo pero se burlaban de ella. En aquellos aos. gqné imporianela lenia la ley? Mabia un grupo de ellos. matones, pagados por el comilé conservador [...] todo el mundo los conocia [...} y ellos cerraban el paso. cuando uno queria entrar. Se podia ver “a sus pislolas por debajo del saco. i Pregunta: gQulere decir que le obligaba a desislir a volar con amenazas? Respuesta: No. Nunca lo hacian ablertamente [...| por lo menos conmigo: no habia por qué hacerlo [...] sabias que tendrias que pagar de alguna forma si tc opusieras a cllos. Era un tipo de juego para ellos. Pregunta: Pues. gqué hacia usted? Respuesta: Y. bueno. gqué podias hacer? Nada. Volver a casa ‘Tal vez quejarme a los amigos de esos hijos de pula, SI uno armaba un escandalo te harian pagar de algiin modo y no serviria para nada. Vos no tenias ninguna hmportancia para ellos. Pero, después con Peron tode camblé. Vote por él. si gCémo cambié? y Respuesta: Bueno, con Perén todos éramos machos.' El segundo fragmento fue aportado por un trabajador joven, de Buenos Aires, que entré en la fuerza laboral a fines de la década del ‘30: . Groxecoke —Lautaro: U cuerde de Jos afos 30 fue la manera en que Ja, tratabaj enle, Senliag que no_tenias hingan derecho i Aan favor quale facait a trives de fa inlesia t Es favor al caudillo de ~comite™él asa Sco} te-ayudaba a conseguir remedios o entrar al hospital, Owa cosa qite i re i6-dé-Tos “ahos 30 esq mie, Lia io Cuando jba al centro dé Bucnos “Aires ("| como'si uno no esluviera en su \ aribienite, qué era absurdo pero te” Sentias “qiie “ellos fe “miraban cl de Rosario: 2 a cnirar Lc} Resullaba que yo era conocido como alguien en quien no“ de modo’ que no me permitian volar. Seguin la leys CO = tp AG Resistencia ¢ integracién despectivamente, gue no_estabas bien vestido(La policia te trataba como animales también.) ‘ Pregunta: zLos sindicatos y partidos politicos tuvicron impor- tanela para usted en aquel entonces? : Respuesta: Bucno, normalmente yo votaba por los socialistas. Mi hermano se interesaba mas que yo por ellos, aunque yo slempre pensaba que cran honestos. Perén’ nunca creia que serviria para algo. Lo mismo ‘con los sindicalos. No: (cniamosun sindicato en jos talicres donde trabajaba yo. Debia haber sido en los primeros afios del 40, antes de Peron. Teniamos mucho de que quejarnos, pero aun asi no creo que tomabamos en serio al sindicalismo. La vida cra simplemente .asi, uno tenia que. aguantar todo, su maidita arro- ganela, como: te trataban, Algunos de los activistas companeros de ml hermano quisicron cambiar todo csto, pero eran excepclones. No habia_muchos obreros que quisicran ser hérocs,” Experiencia privada y -discurso piiblico El mas profundo impacto social dcl peronismo debe ser considerado a la luz de csa experiencia de la clase trabajadora en el periodo anterior a 1943. En Ja crisis del orden tradicional inaugurada por el golpe militar de 1943 fue puesto en cuestion mucho mas. que la autoridad politica e institucional de la clite conservadora. Hacia. 1945, la crisis politica“habia provocado, y ademas contenia en su propio seno, un cuestionamiento de todo uri conjunto de supuestos concernientes a las relaciones sociales, las formas de deferencia y los acuerdos, en gran medida tacitos, acerca de cual cra “el orden natural de las cosas” y el “sentido de los limites” acerca de lo que se podia o no se podia discutir y expresar legittmamente. En. este sentido, el poder del peronismo radicé, cn definitiva, en su capacidad para dar expresién ptiblica a lo que hasta entonces solo habia sido internalizado, vivido como experiencia privada. Asi lo sefiala Pierre Bourdicu: Las experiencias privadas pasan nada menos que por un cambto de estado cuando sc reconocen a si mismas en la objetividad publica de un discurso ya constituido, signo objetivo de su derecho a que se hable de ellas y a que se hable ptiblicamente. “Las palabras”. dice Sartre. “hacen estragos cuando encuentran un nom- bre para lo que hasta entonees ha vivido innominado”.* No hay duda alguna de que éste es cl contexto donde los fragmentos que se presentan cn el apartado anterior adquieren su significado. En particular, podemos apreciar la imagen de Los antecedentes 47 silencio que pasa de uno a otro: “Tenés que quedarte callado, no hablar”; “un obstinado silencio”, o la respuesta de don Ra- miro cuando se le pregunté qué hacia frente al poder de los caciques politicos: “Nada, Volvcr a casa. Tal vez quejarme.a los amigos", La capacidad del discurso pcronista para articular esas experiencias no formuladas constiluy6é la base de su po- der, auténticamente herético, En efecto, existian otros discursos heréticos -en cl sentido de que ofrecian altcrnativas distintas de la ortodoxia instituida-, bajo forma de retérica socialista. © comunisia, o radical. Sin embargo, segtin hemos visto, estas lineas no fueron capaces de adquirir una autoridad indiscu- - {ible como: cxpresiones validas de Ja experiencia de la clase trabajadora. Sobre csas otras fuerzas polilicas cl peronismo tuvo la enorme ventaja de ser un “discurso ya comstituido”, articulado desde una posicién de poder estatal, lo que acre- ccntaba considerablemente la legitimidad que conferia a las experienclas que expresaba. El poder social herético que el peronismo expresaba sc reflejé en su emplco del lenguaje. Términos quc traducian las nociones de justicia social, equidad, decencia -cuya expresion habia sido silenciada (0 ridiculizada como en el tango), habian de ocupar ahora posiciones centrales en el nuevo lenguaje del poder. [Sin embargo, mas importante que esto fue la circuns- tancia de que términos que antes simbolizaban la humillacién de la clase obrera y su explicita falta de status en una sociedad profundamente consciente del status adqui rn ahora connotaciones y. valores diametralmente opueste 1 ejemplo mas famoso sin duda reside en las implicaciones asignadas a la palabra “descamisado”. Este vocablo habia sido utilizado inicialmente por los antiperonistas, antes del triunfo electoral de Perén en 1946, como calificativo de los trabaja- dores’ que lo apoyaban,.® La explicita connotacién de inferio- ridad social, y por tanto politica y moral, se basaba en un criterio de valor social que tomaba uno de los signos mas evidentes del status de la clase trabajadora -las ropas de trabajo~ y la_presentaba como insignia evidente por si misma de_inferioridad.{ Zl peronismeadoplo el _témmino ¢ invirtié su Glico, transformandolo en alirmacion del valor significado_sinl ic_la_clase trabajadera. Esa inversion Tue mapnilicada tme- Gane Ta adhesién del término “descamisados”, en la retérica oficial. a la figura de Eva Perén, protectora titular de aqué- OS. ___ Mas significalivo atin tal vez sca cl hecho de encontrar terminos que eran de uso corriente, antes de 1943, para seameneconblammimearenincesteninsilienmctnsee ie rmnmnth ih mA MAL ACAP A ON, 48 Resistencia ¢, mtegracion mencionar, en forma todavia mas dcspcetiva a la clase traba- jadora,-transformados e“invertidos ahora en forma similar. En su uso general, “negro” designaba a los habitantcs del interior del pais y a_ menudo tenia evidentcs connotaciones étnicas peyorativas.” Despectivamente, la clile tradicional dcsignaba “Jos negros radicales” a quienes respaldaban a Yrigoyen.”' Con Ja afluencia masiva de migrantcs del inicrior a la industria de Bucnos Aircs en 1930-40, el término fue utllizado. como si- nénimo de trabajador manual, y “negrada” fue un cquivalente genérico de -proletariado. Las connotaciones son inconfun- dibles: una “negra” significa en lenguaje coloquial portcho una mujer de condicién humiide, y “negrear” significa buscar a esaS mujeres para fines sexuales. Seguin lo observa José Gobello en su Diccionario lunfardo, todas las vartaciones de negro excepto una estan cargadas de desprecio y falta de respeto por algo inferior.”? E] uso de "1 "como sinénimo del_proletariado_en los afos #80 0° memrad 2 a np tuerte fnibotisnig- Soctat Won terior emplee..porlas, sinibolismio social dondé”sé"originé su post iperonistas. 1940-50, los adversatios...de..Peron empleaban con frecuencia ign lespectivas =a on “los ~ Su incorporaci6én al lenguaje del peronismo, en cambio, les otorg6 un nuevo status, El hecho de que en este discurso. pttblico "la negrada” encontrara expresién y afirma- cién significé que toda una gama de experiencias normalmente asocladas a ese término ~y que por haber sida designadas asi habian sido deeretadas ilegitimas, indignas de preocupaeién, y en_consccuenela_condenadas-a_ser_suftidas en_silenclo, r Z “© _expresadas oblicuamente en ciertas expre- de Ja cultura popular—: podian ahora ser el .campo_del_deb: jublico, la social. y_.por.to.tanto la.acclon.politica, ‘Algo de ese significado social herélico se toro patente en la vasta movilizacién de.la clase trabajadora que se extendid desde el 17 de octubre de 1945 hasta el triunfo electoral peronista de febrero de 1946, Esa movilizaci6n demostré la capacidad de los trabajadores para actuar cn defensa de lo que consideraban sus intereses, Pero ademas represcnt6, de manera mas difusa, un rechazo de las formas aceptadas de jerarquia social y los simbolos de autoridad. Esto fue particularmente notable durantc la manifestaci6n del 17 de octubre. Si bien Ja atenelén se centré en cl objetivo escncial del acto —la figura de Peron y su liberaclén del confinamiento-, la. movilizacién misma, y las formas que asumid, sugleren por si solas un Los antecedentes 49 significado social mas amplio, Los observadores mas sagaces de ese episodio han-.concordado en el tono dominante de irreverencia e irénico sentido del humor que caracterizé a los manifestantes. Félix Luna resumé csa atmésfcra diciendo que parecia “de ficsta grande, de murga, dc candombé”,”? La prensa comunista habié despcctivamente de los grupos con “aspecto de murga” quc intervinieron en la manifestacién,™ El emplco del término “murga” resulta interesante, pues popularmente designa a los grupos que cn carnaval se disfrazaban e. iban de un lado a otro por la calle, cantando, bailando y. tocando instrumentlos. Asi como esa conducta era tolerable dentro de los estriclos limites del carnaval y se manifestaba sobre todo cn los -barrlos obreros,. su ruptura de csos confines durante una manifestacién de. indisculible contenido politico repre- senl6 una subversién simbélica de los cédigos de conducta aeeplados y asimismo un acto de deferencia con la clase tra- ajadora. Un_aspecto importante de csa_subversién se _relacioné con cl sitio donde se_expresaba tal conducta, es decir_con_criterios taeitos de _jerarquia"cspactan “Al desplazarse las multitudes rreverenics desde los suburbios obreros que bordeaban la Capital Federal, o al cruzar los puentes del Riachuelo desde Avellaneda y otros puntos situados al Sur, para concen! e é z Casa_de Gobierno. se violaron esos critcrios, El] comportamiento ‘de los trabajadores al atravéSar los suburblos mas, ricos agravé la blasfemia implicita en tal violacién, Sus canciones fueron cada vez mas insultantes para los adinerados, la “gente decente” de la sociedad portena, a la cual ridiculizaban, Uno de-los muchos estribillos dirigidos a los estupefactos espectadores- que, desde sus. halcon ..Batrlo Norte. obser i6n_de la observaban_la_aparicién < jArgentina invistble~Zdecia asi; “Salite de la esquina oligarca loco, fu madre no te quiere y Perén,tampoco”,”* El-hecho.de. que. Ja_manifestacion culminara en la Plaza de Mayo fue por si solo significative, Hasta 1945 esa plaza, Stiade Wrente aT Casa de Gobierno, habia sido en gran medida un territorio rescrvado_.a_ja..gente decenic”, y los trabajadores™’que™”se aventuraban alli sin saco ni corbata fueron mds de una vez alcjados o incluso detenidos, Una fotografia ampliamente difundida que se tomé el 17 de octubre muestra a los obreros arremaugados y sentados en los bordes dc las fuentes de la plaza, con los pies sumergidos en el agua, E] simbolismo implicito en esta imagen es facil de apreciar si se tlene en cuenta el sentimicnto de incomodidad que em- 50 Resistencia e integracion bargaba al obrero Laularo Ferlini cuando visilaba cl sector céntrico en los afios anteriores al peronismio. Gran parte de ese espiritu de irreverencia y blasfemia, y de csa redistribucién del espacio publico, caracteristicos del 17 de octubre y la campana clectoral siguiente, parecerian constiluir una suerte de “antiteatro”, basado en el ridiculo y cl insulto, contra la autoridad simbdlica y las pretcnsiones de la elite argentina.”” El resultado fue. por cierto. desinflar un tanto Ja ‘seguridad que la clite tenia de si misma. También Tepresenté una recuperacion del orgullo y la autoestima de la clase trabajadora. sintelizados cn la expresiva frase de don Ramiro: “Bueno, con Peron todos é¢ramos machos”. Tal ‘vex ante todo haya significado una afirmacion de la existencia de la clase trabajadora y un punto final, puesto en forma ‘desa- fiante, al silencio y el ocultamicnto del agravio experimentado. Esta combinacién de significades simbdlicos es sagazmente eaplada en los recuerdos que F Luna esecribe del 17 de oclubre,. del dia en que él y sus comparicros de estudio, lodos radicales antipcronistas,. vieron desillar por la cludad a las columnas de trabajadores; “Bueno, ahi estaban. Come si hubieran qucrido mostrar todo su poder para que nadic dudara de que realmente existian. Ahi estaban por toda la ciudad. pululando en grupos que parecian ef mismo grupo muitiplicado por centenares. Los mirabamos desde fa vereda con ‘un senlimiento parecido a la compasién. gDe donde salian? gEnlonces existian? {Tantos? zTan diferentes a nosotros? zReal- mente venian a ple desde estos Suburbios cuyos nombres comnponian uma vaga geografia desconocida, una terra incognita por la que nunca habiamos andado? |...) Habiamos recorrido todos esos dias ios lugares donde se debatian preocupaciones como las nuestras. Nos habiarnos movido en un mapa conocido, familiar: la facultad, la Recoleta en el entierro ‘de Salinun Feljéo, la Plaza San Martin, la Casa Radical. Todo, hasla entonces. era coherente y. légico: todo apoyaia nuestras propias creencias. Pero ese dia cuando empezaron a esta- lar las voces y a desfilar las columnas de rostros anénimos color tierra sentiamos vacilar algo que hasta entonces habia sido incon- _movible."78 Los limites de la herejia: ambivalencia del legado social peronista Resullaria engafoso, empero, dejar en este nivel la ca- racterizacién del Impacto social del peronismo. Una vez en el poder, el peronismo no contemplé la ebullicién y la esponta- Los antecedentes Sl neidad mosirada por la clase trabajadora desde octubre de 1945 hasta febrero de 1946 con mirada tan favorable como la que luvo en este lapso de lucha. Mas atin, gran parte de los esfucrzos del Estado peronista desde 1946 hasta su deposi- clon en 1955 pueden ser vistos como un intento por insti- tucionalizar y controlar el desafio herético que habia desen- cadenado en cl pericdo Inicial y por absorber esa actitud desafiante en el seno de una nueva ortodoxia patrocinada por el Estado. Considcrado bajo esta luz el_peronismo fue en cierto senlido...para...los__lsabaladores.... ui panerinenlon Stat te a. En. su,tretorica inas dc. Felicve la. movillziclin. 1a movil conirglada.y_Jimilada de los tras bajadores “bajo Ja (utela.del_ Estado. El propio Perén se refirio con [recucncia a su preocupacién por los peligros de las “masas desorganizadas", y la_situaci6n_peronista ideal los sindicatos. debian acluar en, gran. fnedidda. como. instrumentes OS, del Eslado, para.oaoxllizat,y- controlar..a log uabajadores. E'sic aspecto Cooptativo del experimento peronisia se relleje en la consigna fundamental dirigida por cl Estado a jos trabajadorcs en la época de Peron para exhortarlos a conducirse pacifica- mente: “De_casa_al trabajo y del trabajo a casa”. La ideologia peronista Tormal reflejaba esa preocupacién, Predicaba la necesidad de armonizar los intereses del capital y cl trabajo dentro de la estructura de un Estado benévolo, en nombre de la nacién y de su desarrollo econémieo. En su discurso del Primero de Mayo de 1944, Perén habia dicho: “Buscamos suprimir la lucha de clases suplantandola por un acuerdo Justo entre obreros y patrones al amparo de la Justicia que emana del Estado." La ideologia peronista distinguia entre el capltal explo- lador c inhumano y el eapital progresista, socialmente res- ponsable, eomprometido con el desarrollo de la economia nacional. De éste los trabajadores no tenian nada que temer: “El capital internacional cs instrumento de explotacion, y el capilal patrhnonial lo cs de bienestar. ‘el primero tepresenta por lo fanto la miseria mientras que el segundo la prosperidad." Como conclusién ldgica de esa premlsa,. _l ul eronista también s: aba que los intereses de la _naclén su_desarrollo_ccondnit i I ide ic tos. Se entendia que los trabaja- dores compartian con cl capital nacional, no explotador, un oem ncamamiraeomaterttcentanernm ayers mnteonaemetcienanarenei eee hmanR 52 Resistencia e integracién interés comin en la defensa del desarrollo nacional contra las depredaciones del capital internacional y su aliado interno, la oligarquia, que querian {mpedir el desarrollo independiente de Ja Argentina. En el contexto de estas considcraciones sobre cl signifi- eado social del peronismo para los trabajadores y el éxito que aleanzé al canalizar y absorber lo que hemos Namado el potencial social herético de esa clase. es necesario tomar cn cuenta varios factores. El Eslado peronista tuvo sin duda alguna considerable éxito en el control de la clase trabajadora, tanto social como politicamente. y si bien el conflicto de clases no fue en modo alguno abolido, asi como no sc cumpllé el idilio de armonia social retratado por la propaganda oficial, las relaciones entre capital y trabajo por cierto mejoraron. La. temida_ venganza_ del , sans-culotie orieho, aparentemente presaglada_ por. los, tumullos_ sociales: polilicos de 1949-46. _no s¢-materializ6. Varias razones | pucden ‘proponersé “para explicar ese éxito. Una fue la capacidad de la clase trabajadora para satisfacer sus aspiracioncs materiales dentro de los parametros ofrecidos por el Estado; otra. el presligio personal de Peron, También es preciso tomar en consideracién la habilidad del Estado _y su aparato_cultural, politico ¢ ideologico para promover ¢ inculcar nociones de armonia ¢ interescs comuncs de las clases, Sin embargo. debemos cuidamnos “de afializar esto exclusivamiente en funcion de la manipulacion y el control social. La. eficacla dé Ta” ideologia oficial _dependio én forma decisiva de su capacidad” para” asoclarse con, jas jercepcionces y.Ja.. clase_traba\ jadora. Ea retorica peronista. como cualquier otra, derivé su_influjo, cn delinitiva, de su aptitud para decirle a su. “publico lo que éste. deseaba escuchar, Como ejemplo de lo que deseamos significar puede to- marse la forma en que la retérica peronisia trat6é el tema del Primero de Mayo, el Dia de los Trabajadores. Un organismo oficial publicé en 1952 un documento, titulado Emancipation of the workers. tipico de los esfuerzos del gobierno en aquella direcci6n, Su parte fundamental consiste en una colecci6n de folografias, a cada una de las cuales corresponde un texto escrito, Las primeras fotos muestran a trabajadores reunidos para celebrar el Primero de Mayo, que enarbolan banderas rojas y las banderas rojas y negras de los anarquistas. En las fotos se ven jinetes de la policia montada. El comentario dice: “El Dia del Trabajo, tal como cra eelebrado antiguamentc en este pais”, “para tomar parte en Jas celebraciones era nece- sario tener mucho coraje. La policia. poderosamente armada y Los antecedentes 53 lista para..cualquier eventualidad, impidié que los trabajadores proclamaran sus justds aspiraciones”. La (ercera foto refleja “un triste testimonio de los tragicos sucesos del Dia del Trabajo de treinta aiios alra: y muestra. a_ trabajadores muertos o heridos por la policia. Las tres fotos siguientes estan en abferto contraste y exponen la moraleja’ del caso. Muestran una gran manifesiaclén reunida en Plaza de Mayo con motivo del Dia del Trabajo: se ven ‘muchas. ifisignias sindicales pero no banderas rojas. Los textos dicen; "En la nueva Argentina creada por cl general Peron, el 1° de Mayo es alegremente celebrado por un pueblo unido", y: “el Dia del Trabajo es siempre un acontecimiento popular de gran. im- portancla en la Argentina”. La foto presenta muchedumbres obreras en marclia hacia la Plaza de Mayo para escuchar un discurso de Perén.™ Este documento es sin duda alguna flustralivo de la capacidad del peronismo para apropiarse de los simbolos de las tradiciones de la clase obrera anteriores y rivales, que los peronisias absorbleron y neutralizaron: Mas importante para estas consideracioncs es la manera en que esa apropiaci6n involucré alleracién de significados. Es imposible no advertir el contraste simbélico propuesto por cl documento, Lejos de ser la afirmacién de una identidad forjada en el conflicto de clases, un simbojg.de lucha y firmeza de posici6n en nombre de un principio, Primero de Mayo antes de Perén repre- sentaba la tristeza, el dolor y la impotencia revelados por los rostros vendadus que miran al lector desde el documento. Por otro lado, el Dia del Trabajo cn la era de Perén significaba rostros sonrientes de obrcros en marcha hacia la Casa de Gobierno, una atmésfera de tranquilidad y armonia, ausencia de panico, de policias y de lesiones, Por supuesto, se, trataba de propaganda gubernamental, pero lo significative reside cn que su eficacia dependia, por lo menos en parte, de su capacidad para dirigirse a la receptividad de ese mensaje por parte de los trabajadores. Entre éstos existia €5a receplividad. Una vez mas, sos- tenemos que arraigaba en la experiencia de los trabajadores en Ja era previa a 1943. Las lecclones dejadas por esa experiencia constituyeron un tema importante de la cultura popular en los afios peronistas. Goldar resumc del siguiente modo la manera en que la narrativa popular abordé esc tema: “El dia de los trabajadores durante la década infame sera de lucha. represién. consignas internacionales, rebelign impotente, ‘tu 5a Resistencia e integracion hambre. el odlo de esta gente. la miserla de ustedes, la espera, Ia ropa sucla y rota. el pellejo fatigado, las voces roncas'. Luchiindo para que ‘la vida no fuera otra cosa que cansanclo y sucio viejo’." En contraste con esa imagen de confliclo y dolor asociado al Primero de Mayo antes de Perén. la imagen que se asocio después de 1946 fue la de.una tranquilidad en cuyo. marco aquel dia era la fiesta del trabajo y las manifestaciones que terminaban con efusién de ‘sangre se desvanecian en el re- cuerdo del pasado. Testimonios personales dejan constancla de actiludes similares frenle a los simbolos de las luchas de clase de otru tiempo. Un obrero, activisla de largo. tiempo atras y de papel promincnte en la fundacion del Partido Laborista, al explicar por qué se Interesd en Ja politica en i945, dijo: “Decidi también colaborar en la acclén politica, para que la clase trabajadora; mi‘ clase. obiuviera ¢l derecho de vivir mejor sin el peligro de tener que afrontar tragedias como la semana de enero de 1919, la ‘masacre de Patagonia aio 1921, Gualeguaycha, Bertsso, Avellaneda, Mendoza y muchos otros casos que scria largo enume- rar" Debemos cuidarnos de inlerpretar esc Lestimonio sélo en términos de incorporacién de la clase trabajadora. Fragmentos tales reflejan por cierto claramente un anhelo de progreso social sin el dolor de la lucha de clases, deseo de estabilidad y rutina en comparacién con la arbitrariedad y la impotencia caracteristicas del periodo anterior. Sin embargo ese anhclo podia coexislir, segun veremos, con un reconocimiento de que en realidad no habia armonia..Mas ain, la roca sobre la cual esas actitudes se sustentaban ~lo que les conferia credibilidad tanto a ellas como a la retérica oficial que las reflejaba- era la sensacién’ de haber recobrado la dignidad y el respelo propio. Una y otra vez ese factor parecia ponerse en primer plano como significado social irreductible y minimo de la experiencia peronista a Juicio de los trabajadores. Enrique “Dickmann, cumplidos los 80 ufios de edad y con mas de 50 aiios como militante y dirlgente del Parlido Soclalista, intento por fin, no sin renuencla. reconocer lo que habia significado el peronismo para la clase trabajadora: "Yo.he conversado con muchos obreros en la Capital y en el interior y cada uno dice: ‘Ahora soy algo, soy algulen’. Y yo pregunté ‘a un obrero su opinion y en su ingenua simplicidad me dijo esto: Para que usted comprenda el cambio producido le diré que cuande ee los antecedentes 55 con el anliguo Departamento de ‘Trabajo teniamos alguna euesUén que diimir el palrén estaba sentado y yo, obrero, parado: ahora, dice, yo obrero estoy sentado y el patron esta parado."* Al resumlr nuestro analisis de la naturaleza de la expe- ticncia_peronista para los trabajadores argenttnos en el pe- riodo 1943-55 debemos empezar por sefialar lo obvio: el pcro- nismo marceé una coyuntura decisiva en la aparicién y for- macién de la moderna clase trabajadora argentina. Su exis- tencia y su sentido de tdentidad como fuerza nacional coherente, Lanto.cn lo social como en lo politico, se remonta a la cra de Perén, El legado que dejé ese periodo no podia ser facil de hacer a un lado una vez derrocado Perén, Sin embargo. ¢l legado no cra inequivoco, Su iinpacto sobre los trabajadores fue lanlo social como polilicamente complcjo. Hemos sugerido, bor ejemplo, que la atraccién que ejercié sobre: los trabaja- dores no puede ser reducida simplemente a un instrumenta- Msmo basico de una clase. Hemos sugerido que prestar atenci6n adecuada a la atraccién especificamente politica del peronismo permite descubrir un discurso que, no sin poner énfasis en la correcci6n de las desigualdades sociales y econémicas, la asociaba a cierta visién de la ciudadania y el papel de la clase trabajadora en la sociedad. Esa vistén fue expresada en una relérica diferente y un estilo politico particularmente atractivo para los trabajadorcs argentinos. De este analisis sc pueden extraer varias consecuenclas. En primer término, el apoyo que los trabajadores dieron a Perén no se lundé exclusivamente en su experiencia de clase en las fabricas. Fuc también una adhesién de indole politica generada por una forma particular de movilizacton y discurso Politicos. Resulta claro que las dos bases de Ja movilizacion no deben ser contrapucstas: ciertamente no deben serlo bajo la fonna de la clasica dicolomia entre clases trabajadoras “vieja” y “nueva”, “tradicional” y “moderna”. Una_tretérica politica exige_adirigirse _a_necesidadcs de clase sentidas para tener weet aemioulllzacion politica de los obreros, pero eso no agola la gama de sus atracthOs-Stgin lo han observado Silvia igal y Juan Carlos Torre, en América Latina ha sido con recuencia Ia plaza publica, antes que la fabrica, el principal punto dq constitucion de la clase trabajadora como fuerza politica Este plantea una cuestién relacionada con lo anterior. La clase (rabajadora no Iegé al peronismo ya plenamente for- mada y se Imilé a adoptar esa causa y su retérica como el mas 56 Resistencia @” integracién convenicnte de los vehiculos disponibles para satisfacer sus necesidades materiales, En. ri eR nae a ee ge deca cor identificaci6n como fuerza _social_y i _ _So- ciedad nacional fue. al menos en parte, ‘construida_por cl “giscurso politico peronista, “que “olreciS alos _trabaladores Solucioncs viables para_sus_prol S$ YUN, 16n_creil sock rgentina 1 _que-les_ col i a. Este fue evidentemente un proceso: complejo, que involucré para algunos trabajadores una reconstilucién de su identidad .y su lealtad politica cuando abandonaban identidadcs y leal- tades establecidas. La construccién de la clase trabajadora no implicé necesariamente la manipulacién y la pasividad aso- cladas a la poderosa tmagen de las “masas disponibles” for- mulada por Gino German, contra la cual se ha dirigido gran parte de lo escrito sobre ¢l peronisme."” Habia en juego indiscutfblemente un proceso de interaccién cn dos direc- clones, ¥ si bien ia clase trabajadora fue constituida en parte por el_peronismo, éste {yc.a su vez cn parte creaclon dela clase _trabajadora. También desde el punto de vista social el legado que la experiencia peronista dejé a Ja clase trabajadora fue profun- damente ambivalente. Es ciertamente verdad, por ejemplo, que la retérica peronista predicé y la politica oficial procuré cada vez mas. la identificacién de la clase trabajadora con el Estado y su incorporacién a él, lo cual suponia, segtin lo sugerimos, la pasividad de. dicha clase, La vision peronista oficial del papel de la clase trabajadora tendia a ser la de un idilio profundamente soporifero donde los obreros se trasladaban salisfechos de un armonioso ambito de trabajo al hotel de veranco -provisto por cl sindicato y de alli a los organismos estatales que resolverian sus problemas personales y socialcs, Mas alla del Estado, el propio Perén seria la garantia ultima de esa vision, Andlogamente, el movimiento. sindical_emergié de este fundaba_en_la_convicclan_de_que_era.nccise. aleanzaruna onciliacio6n con. éadores y salisfacer, Jas nm de.los afiliados mediante c¢l_establecimi: i . Esa 6 rs telaci6n_suponia un _compromiso, or parte de los dirigentes sindicales, con ¢l concepto de aoe alts la actividad de la clase_trabajadora dente de_los limites establecidos. ,por_el-Estado.y. ducto politico hacia csa misma clase, En este sentido, puede Los anltecedentes 57 considerarse que cl _peronismo desempefié un papel profilactico al adclantars¢ al’surgimiento de un gremialismo activo y au- ténomo. Sin embargo, la era peronista también Icgé-a la clase trabajadora un sentimicnto muy profundo de Solidez e im- porlancia potencial nacional, Por afiadidura, la legislacién laboral y de bienestar social representé en su conjunto: una realizaci6n en gran cscala en lo que concernia a derechos y reconochniento de la clase trabajadora; una realizacién que reflejaba movilizacién de los trabajadores y conciencia de clase y no simplemente aceptacién pasiva de la largueza estatal._El_ de: nn ito _sindical central: vo ~cualquicra que fuese la medida en que contara con el apoyo y la supervisién de! Estado- confirmdé _inevitablemente la fuerza_social dentro del Sapllalisma, Esto significaba que en el nivel del movimiente gremial, y por mas que una cupula cada vez mas burocratizada actuara como voccro del Estado, los intereses de clase con- fliclivos se manifestaban reaimente y los intereses de Ja clase obrera cran en verdad articulados, El punto hasta el cual podia confiarse en quc’la integracién de los sindicatos al Estado pcronista seria capaz de asegurar la aceptacién de politicas inconvenientes* para los trabajadores siempre tenia un limite, En_general, ¢l_sindicato cumplia con notable fide- Uidad_su_funci6n_para_cl Estado, pero_en cambio. éste, lo cual significaba fundamentalmente el proplo Perén, debia_ceder al Andlogamente, el’ peso de una filosofia formal: de conci- Macl6n y armonia dc las clases, una filosofia queponia de relieve valores decisivos para la reproduccién de las relaciones sociales capitalistas, era considerable. Por otro lado, la eficacia de tal ideologia estaba limitada, en la practica diaria, por el desarrollo de una cultura que afirmaba los derechos del tra- bajador dentro de la sociedad en general y el sitio de trabajo en particular, _ El_peronismo_aspiraba a_lograr una _alternativa _hege- monica viable para el capitalismo, argentino, gucria promover uun_desarrallo econdémica, basad 6n__social politica de Ja clase trabajadora, En este sentido, son acertadas las comparaciones del peronismo con el New Deal de Roosevelt y con el desarrollo del capitalismo bajo un Estado benefactor en Europa occidental después de 1945;'en distintos grados, todos esos sistemas proclamaron los “derechos: civiles econé- x g 58 Resistencla ¢ integracion micos” de la clase trabajadora, a la vez que confirmaban, y clertamente fortalecian. la continua existencla de las relacto- nes de produccién . capitalistas. Sin embargo, a la vez el peronismo se definié a-si mismo en un sentido importante, y también fue definido asi por su elcctorado obrero, como un Movimiento de oposicién politica y social, como. una negacién del poder, los simbolos y los valorcs de la elite dominante. En un sentido fundamental, siguié siendo una voz potencialmente herética, que daba expresién a las esperanzas de los oprimidos tanto. dentro como fuera de la fabrica, como reclamacién de dignidad social y de igualdad. Las tensiones resultantes de ese legado ambiguo fueron considerables. En ‘Glumo término. podria decirse que Ja prin- cipal de ellas se centré en el conflicto entre el significado del peronismo como movimiento social. y sus necesidades fun- cionales. como forma especifica del poder estatal. En relacién con -este punto, hablar del peronismo como movimiento monolitico mas bien oscurece que esclarece, Para aquellos que aspiraban a-posiciones de poder en la burocracia adminis- trativa’-y.la maquinaria. politica, el peronismo estaba encar- nado-en. un eonjunto’ de politicas. e institucfones formales. Para los empleadores que habian apoyado a Perén, se trataba de una jugada riesgosa: un mercado interno expandido, in- centivos “econémicos brindados por el Estado y una garantia contra la toma de los gremios por Ja izquierda, en cambio de lo cual debian aceptar una clase obrera de poder institucional mucho mas grande y consciente de su propio peso. Para algunos .sectores de la clase. media, cl peronismo tal vez representara mayores oportunidades de empleo en el sector estatal, ampliado. Para Ja masa obrera que respaldaba a Perén. las politicas sociales formales y los bencficios econémicos eran importantes, pero no agotaban el significado del peronismo. En un sentido mas duradero, acaso éste significara para ellas la vision dé una socicdad mas digna en que se les reconocia un papel vital, vision expresada en un Ienguaje que cran capaces de comprender. También suponia una cultura politica de oposicitén, de rechazo de todo cuanto habia exisuido antes en lo politico, lo social y lo econémico, y un sentimiento de pblasfemia contra las normas de la clite tradicional y la estima en que ésta se tenia a si misma. ‘A todo eso, para quienes controlaban el aparato politico y social del peronismo esa cultura de oposicién era un peso muerto, pues indicaba la incapacidad del peronismo para ofrecerse como opcién hegeménica viable para el capitalismo Los antecedentes 59 argentino. Reconocian el potencial de movilizacién inherente a la adhesion de la clase obrera al peronismo y lo utilizaban en la mesa de regateo donde se median con otros pretendientes al poder politico, lo cual equivalia a una suerte de tactica aprés moi le déluge. Finalmente, empero, debleron reeonocer que era como cabalgar un tigre. Sin duda alguna, jas fuerzas econémicas y sociales que prevalecian en la sociedad argen- tina, gue inictalmente habian debido tolerar el peronismo, reconocieron a principios de la década 1950-60 ej peligro inherente a aquella ambivalencia. Pero desde el punto de vista del peronismo en cuanto movimiento soctal, ese elemento de oposicién representé una enorme ventaja, puesto que le confirié una base dindamica que sobreviviria largo tiempo después de que condiciones econémicas y sociales particularmente favo- rables se hubiecran desvanecido y que ni siquiera la creciente esclerosis de diez afios de servilismo y corrupcién pudieron socavar, En ese substrato se nutrié la actitud de los militantes de base que ofrecieron resistencia a los regimenes posteriores a 1955 y tuvo fundamento la reafirmacién del peronismo eomo fuerza dominante en el movimiento obrero argentino, NOTAS ‘Los antecedentes militares del golpe de 1943 se encuentran en Robert Potash: The Arm and Politics in Argentina, 1928-1945, Yrigoyen to Peron, Stanford, 1969 (hay trad. cast.). Un andlisis general de la eva 1943-55 hay en Peter Waldmann: El peronismo, 1943-55, Buenos Alres, 1981. La evoluelén de los hechos en el campo taboral esta en Samuel L Baily: Labor, Nationalism and Politics in Argentina, New Brunswick, 1967 (hay traduccion, Hispamérica) y en. Hugo. del Campo: Sindicalismo y peronismo, Buenos Aires, 1983. ?Los intereses econéintcos de la elite rural fueron protegidos por cl tratado Roca-Runciman de 1933, que garanlizé el continuo acceso de carne argentina a los mercados brilénicos a cambio de concesiones importantes en favor de las importaciones britanicas por la Argentina. En definitiva ese Uatado asefurd el mantenimiento de la Argentina en la posicton que tradicionalmente ocupaba en la esfera britanica de la economia internacional y como tal fue denunelado por los nacionalistas y otras fuerzas. Véase Miguel Murmis y Juan Aare portanticro: “Crecimiento industrial y alianza de clases en la rgentina, 1930-40", Estudios sobre tos ori 1. Buenos Aires, 1972. origenes det peronteme, vel . *Ciftas calculadas sobre la base de datos de la Comision Economica para América Latina (CEPAL), en El desarrollo economico rnc lane Say 60 Resistencia @ integracién en ta Argentina, Buenos Aires, 1959, cilado cn Miguel Angel Garcia: Peronismo: desarrollo econémico y lucha de clases, Llobregal. 1979, ag, 54.) Pee Ppsto culminé “en 1943, cuando -a las exportaelones_manu- facturadas no tradicionales ‘ies correspondié alrededor del 19,4 por cicnto del total de exportacioncs. Se ha cstimado que en los afos de la guerra esta evoluci6n encabczada por la Industria determind la ercacién de unos 180.000 puestos de trabajo. Véase Juan José Lach: “El Plan Pincdo de ‘1940; su significacién historica y los origenes de la economia politica del peronismo”, Desarrollo Econdmico. vol, 23, n° 92, 1984, pags. 515-58. 5Garcia: Peronismo, pag. 62. 6 Gino Genmant: Politica y sociedad en una época de transicién. Buenos Aires, 1962, pag. 307. 7 Rubén Rotondaro: Realicad y cambio en el sindicalismo, Buenos Aires, 1972, pag. 128. ® Alejandro Bunge: Una nueva Argentina, Buenos Aires, 1940, pag. 372. *Un anaiisis detallado de las divisiones internas dentro del gremialisfho organizado correspondicnte a este periodo hay en Hiroschl Matsushita: Movimiento obrero argentino, 1930-45; sus proyecciones en los origenes del peronismo, Buenos Aires, 1983, y en David Tamarin: The Argentine Labor Movement, 1930-40: a study in the origins of Peronism, Albuquerque, 1985. 1 Véase Migucl Murmis y Juan Carlos Portantlero: “El movimiento obrero en los origenes del peronismo”, Estuclios, pag, 80. "Los antecedentes personales dc Peron y sus ideas pueden encontrarse en Joseph Page: Perén: a biography, Nueva. York, 1983. Un anilisis de la politica obrera de Peron y el Impacto que tuvo en 1943-45 hay en Waller Littie: “La organizacion obrera y el Estado peronista”. Desarrollo Econémico, vol. 19. n° 75, 1979, pags. 331-76. Log antecedentes de los episodios de octubre estan en Félix Luna: El 45, crénica de un ajo decisive, Buenos Aires, 1969. 13 Véase Louise Doyon: “El crecimiento sindical bajo el peronismo”, Desarrolio.Econémico, vol. 15. n° 57, 1975, pags. 151-61. . “Véase Louise Doyon: “Conflictos obreros durante cl _régimen peronista, 1946-55", Desarrollo Econémico, vol. 17. n° 67, 1977, pags. 437-73. Véase Juan Carlos Torre: “La caida de Luis Gay”, Todo es Historia, vol, 8, n° 89, 1974, Uno de jos ultimos simbolos. de la autonomia laborista fue Cipriano Reyes, el lider de los obreros de la carne, quien permanecié en el Congreso como diputado laborista hasta 1948, ano cn que su mandato expiré. Entonces Peron lo hizo encarcelar y Reyes permanecié caulivo hasta el fin del régimen. Acerca del laborismo véase Cipriano Reyes: gQué es el laborismo?, Buenos Aires, 1946, ; 18 Véease Rotondaro: Realicad y cambio, cap. 4. La Fundacién Eva Perén, creada por ley del Congreso, era totalmente controlada Los antecedentes 61 por Eva Perén. Actuaba como poderosa maquinaria de dispensar favores y distribuir recursos de bienestar social. 7 CEPAL: El desarrollo economico, pags. 122 y sigs. 8 Véase en Jorge Abelardo Ramos; Historia del stalinismo en la Argentina, Buenos Aires, 1974, un relato de tono altamente critico. Una versién oficial comunista hay eh Esbozo de la historia del Partido Comunisia argentino, Buenos Aires, 1947. Véase. también Rubens Iscaro: Historia del movimiento sindical, vol. 1. Bs."As., 1974, ™Bjemplos de esc enfoque hay en Germani: Politica y“Sociedad: Rodolfo Puiggros: El peronismo: sus causas, Buenos Aires, J965, y Alberto Belloni: Del anarquismo al’ peronismo, Buenos Aires, 1960. Un examen crilico de algunios de los supuestos basicos hay en Walter Lille: “The popular origins’ of Peronisin”, en David Rock, comp.: Argentina in the Twentieth Century, Pittsburgh, 1975. 7° Uir estudio sobre esa -biblioprafia revisionista se encuentra en lan Roxborough: “Unity and diversity in Latin American history”, Jounal of Latin American Studies, vol. 16, parte 1, 1984, pags. 1- 26. Las iilerprelaciones revisionislas no fueron accptadas sin discusion. En su filtimo aporle al debate sobre los origenes del peronismo, Gino German] vellrma sus arguuientos basicos acerca del peso de los nuevos migrantes en la formacién del peronismo y la importancia de las paulas cuiturales psicosoclaies (radicionales. Véase al respccto “El rol de los obreros y los migrantes internos en los origenes del peronismo", Desarrollo Econémico, vol. 13, n° 51, 1973, pags. 435- 48. Comentarios crillcos sobre este punto hay en Tullo Halperin Donghi: “Algunas observaciones sobre Germani, el surgimiento del peronismo y los migrantes internos", Desarrolio Econémico, vol, 15, n° 56, 1975, pags. 765-81. 21Gareth Stecinan Jones: “Rethinking Chartism", Languages of Class: studies in English working class history, Cambridge, 1984, pag. 97. a werca del Partido Radical véase David Rock, Politics in Argentine, 1890-1930: the rise and fall of radicalism, Cambridge. 1975 (hay tad. cast). *°El reconocimiento por Perén de la importancia de la Herencia yrigoyenista esta cn Félix Luna: El 45: crénica de un ano decisivo, Buenos Aires, 1969, pag. 205 y passim. *EI ténmlno fue acuhado por el historiador nacionalista José Luis Torre, y legé a ser ampliamente utilizado en la bibllografia nacionalista y opositora de la época. Una historia politica de la década. 1930-40 hay en Alberto Ciria; Parties and Power in Modem Argentina, 1930-46, Albany, 1969 thay (rad. cast.J. Ejemplos de los mecanismos. especificos del fraude pueden verse en Félix Luna: Alvear, Buenos Alres, 1958. %6Véase Norberto Folino: Darcelé, Ruggierito y el populismo oligérquico, Buenos Aires, 1966. 2"Un relata de ese proceso de corrupeién es expuesto en Luna: Alucar, pags. 196-234. 62 *Ioid.. pag. 232, Elecciones y partidos politicos en Resistencia e° integracion Argentina, Bs. As., 1972. pag. 227. El Laborista, 24 de Sth 1946, cilado en Dario Canton, q SE] tema de las distintas un concepto evolutivo de ciudadaj Citizenship and Social Class, centre derechos civiles y politicos y la gradual ampliacion de este cn él los “derechos sociales", coneeplo hay en Anthony Godé and citizenship rights”. Profiles ar¢ 1982. Un'intento de claborar eso: en desarrollo hay en Gino Germd representallva en América Latina “EI comentario del politico ¢| sobre los discursos de Alvear pronuneiados por los politicos de parecian arrancados de una ant eralicos.” Citado en Ciria, Parties Luna; El 45,' pags. 108 y sigs.. antiperonismo en 1945-46. Luna: El 45, pag. 206. tegorias de derechos asociados con ia es analizado por T, H, Marshall: londres, 1947. Marshall . distingue ociades con la demoeracia formal mncepto de cludadania hasta Incluir in bosqucjo y una crilica de esc ns: “Class divisions, class conflict Critiques in Social Theory, Berkeley, conceptos en el caso de los paises ni, “Clases populares y democracia . vol. 2, n° 2, 1962. pags. 23-43. uservador Marcelo Sanchez Sorondo dria extenderse con razén a ‘los Union Democratica: "Sus discursos logia o de lugares comunes deimo-~ land Power, pag. 128, ‘Véease también un examen de la. retérica .del ®Citado en Carlos Fayt: La naturaleza del peronismo, Buenos Aires,” 1967, pag. 143. ™Citado en Luna: El 45, pag. 192. *Véase Primera Plana: “His de 1965, toria del peronismo”, 31 de agosto * Julio Mafud: Sociologia del peronismo, Buenos Aires, 1972, pag. 107. ®7Véase lo dicho por Rock, lo Hustran las actividades de | mucho en las medidas’ patern principal ventaja residia en que el los lazos que separaban al gruf clectorado e individualizaba al 38 Los ‘principales discursos| fueron reunidos y publicados e¢1 saber de qué se trata, Buenos %Guita Grin Debert, en Ide| litics in Argentina, pag. 59: “Como s comités, los radicales confiaban nlistas. También en este caso, la método podia servir para desintegrar jpo de inlerés porque alomizaba al otante™. que pronuncié Perén en esta era n Juan D. Perén: El pueblo quiere res, 1957. logia e populismo, San Pablo, 1979. po -presenta un interesante andlisis de los roles de los individuos, las ‘clases y el Estado en diferentes formas de discurso populista. Su andlisis de la retérica populista quintaesencial de un lider populista como Adhemar de Barros permite establecer un Instructivo contraste con el discurso politico de Perin. El principal grupo que influys sobre cl peronismo fue la Fuerza de Orientacion Radical de la Joven Argentina (FORJA), constituida principalmente por intelectuales radicales disidentes. Si bien su influencia politica fue limitada, el slatus de algunos intclectuales que militaban cn ella, como Ratt] Sealabrini Ortiz, Arturo Jauretche. Los antecedentes 63 Luis Delleplane 'y otros, fue considerable, “Cipayo"_ significaba literalmente soldado native enrolado en el ejércilo britanico en Ja India ¢ implicaba instrumento servil de una potencia colonial. Que la referencia fucra tomada direclamente de la historia colonial brilnica denotaba a las claras que la Argentina, gobernada por su ellic tradicional estaba al servicio de los intereses britanieos no menos que la India colonial, *! Véanse en Llach: “El Plan Pinedo de 1940”, polilicas al problema de la industrializacion. “ Mileiades Peiia: El peronismo, seleccién de documentos para la historia, Buenos Aires. 1973, pag, “ Stedinan Jones: Languoges of Class, pag. 96. ase. por ejemplo, Juan D. Perdn: Doctrin Aires, 1973, Pause Stes,

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