abstracción, geometría elemental, austeridad y monocromatismo. Ampliando el punto de vista, cabria añadir la repetición. Una obra minimalista seria, pues, una composición tridimensional sencilla de formas geométricas rectilíneas y regulares, sin efectos de composición y sin ornamentación. En principio, esta corriente desborda los géneros artísticos desde un punto de vista tradicional, ya que no es, en sentido estricto, ni pintura ni escultura. No es pintura porque las obras tienen volumen y renuncian al ilusionismo que supone trabajar en un espacio de dos dimensiones; no es escultura porque, pese al volumen y al carácter tridimensional, las obras carecen de parte de composición. En el mismo sentido, ni pictórico ni escultórico, Sol Le Witt hablaba de estructuras y Dan Flavin de proyectos. El propio Judd se refería a sus trabajos como objetos específicos, obras que no son signos de nada y no tienen otras referencias que si mismos, de ahí su especificidad. El arte absolutamente libre no desemboca en cuadro ni es escultura sino en objeto puro, dado que obviar en lo posible la tradición europea era un prepuesto fundamental para los minimalistas mas radicales. Los minimalistas trataron de crear nuevas relaciones de volumen, color y escala. Igualmente trataron de replantear las relaciones del arte como objeto (especifico) y entre el objeto y el hombre como artista. Y fue este nuevo planteamiento el que se produjo en Estados Unidos a lo largo de loa años sesenta. Robert Morris, Instalación 1964. En esos años, la escena artística estaba dominado por el expresionismo abstracto. Los expresionistas planteaban una clara analogía entre la psicología interior del artista y el interior ilusionista de los artistas. El arte quedaba así convertido en metáfora de las emociones humanas. Una pintura que es un acto es inseparable de la biografía del artista. El arte vuelve a la pintura por medio de la psicología. La obra minimalista podría captarse en su totalidad de una sola vez y de forma inmediata. Su propia presencia era todo lo que había que ver en los objetos. Cualquiera podría entenderlos a primera vista. Su radical abstracción trata de eliminar toda presencia del cuerpo humano en las obras e impedir la proyección en ellas de cualquier prejuicio psicológico. Nada de ilusiones, nada de alusiones decía Donald Judd. Las ideas de abstracción geométrica, austeridad y monocromatismo, presentes en muchas tendencias artísticas, se concretaban ahora en una búsqueda de la máxima expresividad, sin expresionismo, conseguido con los mínimos medios. De este modo, la especificidad de los objetos minimalistas venia dado, en primer lugar, además por ser abstractos y austeros, por el uso industrial y literal que hacían de los materiales. El uso de materiales industriales, ladrillo, hacer, aluminio, cobre, plástico, luz fluorescentes, espejos o vidrios, y la producción industrial de las obras aportaban una abstracción perfecta en los acabados y borraban cualquier huella de la intervención del artista. Es el triunfo del galvanizado, el lacado o la pintura de esmalte sobre las pátinas o pintura al oleo. La elección del material es una toma de postura. Cuál es el significado de obra en formula de obra de arte. Resulta para mi fundamental no ensuciarme las manos, decía Dan Flavin. Reivindico el arte como pensamiento. La forma de trabajar del artista se acerca así, a la del arquitecto, que proyecta pero no ejecuta personalmente sus obras. Por su parte, la defensa del arte como idea acercaría algunos al terreno del arte conceptual, un ámbito en el que la aportación de Sol Le Witt fue decisiva. Además de ser producidos industrialmente, en las obras minimalistas los materiales son usados literalmente, no se camuflan ni manipulan para parecerse a nada. Se rompe de este modo con la estrategia de la escultura de, por ejemplo, representar la carne humana con el mármol, pasado de lo literal a lo metafórico y convirtiendo un material en signo de otro. Huyendo de todo ilusionismo, los objetos interesan por su material, su color y su volumen, tomados en lo que son, no en lo que pudieran representar. Se trata de pasar a la representación a la presentación, de la esfera de las apariencias a la esfera de las realidades. Si las obras minimalistas rechazan cualquier lectura histórica, metafórica, “No existe el hombre interior” o impresionista, su afán se cifra, necesariamente, en la percepción; no en qué significan las cosas, que no significan mas que en ese ser cosas, sino en cómo se perciben. La escultura y la arquitectura comienzan a diluir sus fronteras. Es ya arquitectura o es todavía escultura? La escultura ya no es aquello que estaba sobre o frente a un edificio y que no era el edificio, o aquello que estaba en el paisaje y que no era el paisaje. Basta echar un vistazo a la evolución de la escultura contemporánea para comprobar cómo ha ido expandiendo su campo hasta modificar su relación con la pintura, los edificios o el paisaje. En primer lugar hay que considerar la tendencia moderna a distanciarse de la figuración y de la lógica de monumento. Con este distanciamiento, la escultura tiende a la representación de sus propios materiales y hacia la fetichizacion de la base, la apropiación del pedestal. La nueva preocupación por crear formas abstractas en el espacio coinciden, precisamente, con una investigación tradicional de la arquitectura. En segundo lugar, los escultores comienzan a emplear en sus trabajos los nuevos materiales, hormigón, acero, vidrio, y técnicas constructivas que la arquitectura había ido incorporando a la industria. Finalmente, la propia arquitectura del movimiento moderno se había decantado por una depuración que supero los tradicionales estilos históricos. Mas allá de cariátides y adornos, los caminos de la arquitectura y la escultura iban a correr paralelos a la abstracción. Pese que el termino minimalismo extendió su fortuna desde las artes plásticas hasta parte de la arquitectura actual, fue mayor la influencia en la escultura de la sobriedad del movimiento moderno arquitectónico que la de aquella en éste, siquiera por pura cronología. El uso de la geometría primaria, la elaboración industrial, las superficies puras y la búsqueda de imágenes simples de apreciación inmediata eran presupuestos de la escultura minimalista que, en cierto modo, constituyen para la arquitectura la culminación de los presupuestos de la modernidad. Por otro lado, algunas piezas minimalistas dependen conceptual y físicamente de la arquitectura. Como simples formas rectilíneas, repiten las formas arquitectónicas, su disposición esta en paralelo con los planos que conforman la construcción, el suelo, el techo y las paredes. La nueva escultura paso en los años 60 de crear objetos o estructuras colocadas en el espacio a proyectar piezas que definían un espacio. En Donald Judd, la fidelidad a los materiales se orienta a eliminar todo efecto ilusorio, para que el espacio representado se corresponda con el real. En esto coincide con la defensa de Mies van der Rohe: la honestidad mayor de la construcción se da cuando un edificio esta levantándose aun y se ve su estructura, ya que de ésta tendría que derivar su forma. La escultura se libera de las servidumbres del antropomorfismo, traducido en estatuas y monumentos, a través de una abstracción absoluta ajena a todo símbolo y a toda función mas allá de la pura forma. La arquitectura, por su parte, tomaba la vía funcionalista como camino de liberación: la forma vendría marcada estrictamente por la función, sin concesiones estilísticas o representativas. En un discurso en 1938 Mies afirmo: queremos un orden que otorgue a cada objeto su sitio. Y queremos dar a cada objeto aquello que le corresponde por su esencia. Queremos hacer todo esto de una manera tan perfecta que el mudo de nuestras creaciones empiece a florecer desde su interior. Para Mies solo puede ser bello lo autentico, y solo la autenticidad garantiza la belleza, el uso literal de los materiales y el cuidado de los detalles en los acabados ha de ser total. En Mies la nueva belleza se manifiesta mas en la sustracción que por adición, en un proceso muy estricto que elimina todo lo que no es esencial. Reducción y síntesis. Una primera cualidad del minimalismo arquitectónico estriba en la idea de reducción. Frente al exceso y el desorden, reducir para limpiar, para poder elegir, para poder hacerlo. John Pawson, el arquitecto ingles que ha hecho el minimalismo su sello, define este tratamiento, aplicado al arte, a la arquitectura y al diseño, como la cualidad que un edificio posee cuando cada componente, cada detalle, cada junta y cada entrega ha sido reducido o condensado a su esencia. Igualmente en el campo de las creencias numerosas religiones comparten un ideal de pobreza que culmina en la no posesión. Desde el budismo Zen hasta la organización domestica y civil de los cuáqueros protestantes, a la pobreza material unida a la riqueza espiritual ha sido predicada con insistencia desde los mas diversos credos. Reducido a lo esencial, a lo mínimo, el minimalismo aboga por una cierta verdad, una autenticidad de los lugares y de los objetos, una desnudez alejada del expresionismo para llegar a la expresividad. Una radicalidad para la que, según Le Corbusier y Mies, se requiere una especial disposición del espíritu. Una relación de edificios minimalistas incluirá inmuebles compactos de geometrías simples y rectilíneas, de fachadas uniformes y consistentes que, desde su sencillez y contundencia, también encuentran eco y precedentes en la historia de la arquitectura. Las fachadas se convierten en planos corridos, hormigón, piedra vidrio. Museos, galerías, centros de exposición y comercios son tipologías en la que la arquitectura desnuda no debe entrar en competencia con el producto expuesto, forzando que sea el propio producto que diferencie tipológicamente el espacio o sirva de reclamo comercial. LA OBRA DE ARTE, PARADIGMA DE LA ARQUITECTURA. A finales del siglo XX, cuando las posibilidades tecnológicas aumentan a ritmo acelerado, puede parecer paradójico que la arquitectura rehúya la producción en serie e intenta cobijarse en el campo no normalizado de la obra de arte contemporáneo (Todo vale; Postmodernidad). Se trata de una reacción a la corriente tecnificada del mundo. Sea como fuera, existe una posición arquitectónica que busca en la obra arte y sus componentes irracionales un modelo que la legitime y que estructure sus procesos de investigación formal. Y en el campo del diseño radical de los años 60 y 70, especialmente en Italia, también se produjo un intenso cruce entre el diseño industrial y la obra de arte. Como critica al diseño de matriz racionalista de la tradición de la Bauhaus y la Escuela de Ulm se busco la salida de la artisticidad del diseño. Las obras promovidas por diseñadores industriales se situaban en el campo de la obra artística irrepetible. El artista plástico, símbolo del éxito y del prestigio social, trabaja las obras una a una, de manera artesanal, planteando la síntesis personal de muy diversas influencias plásticas. Al mismo tiempo, los artistas plásticos, movidos por un reaccionario deseo de rechazar cualquier etiqueta de tendencia o posición artística, han tendido a defender un panorama de estricta multiplicidad e individualidad. Todo ello ha movido al arquitecto a intentar desarrollar un método arquitectónico que tiende a aproximarse a los mecanismos de la creación artística. Se renuncia, en principio, a la producción en serie y a la industrialización radical; cada obra, en cambio, será singular, mantendrá una relación única e instrumental con el contexto, con el usuario o con las arquitecturas prexistentes. Para estos arquitectos, el método del arte, con su rechazo a la producción masiva, a la dictadura de la tecno ciencia y al despilfarro, puede ser el camino personal adecuado para orientarse en una época de dispersión y desorientación. En una época de transición y duda, lo mas ético seria plantear una arquitectura débil, fragmentaria, hecha de materiales intercambiables, algo que respondan al desorden y provisionalidad de la situación contemporánea. Frank Gerhy ha desarrollado una obra basada en el ensamblaje artesanal de diversas formas simples prismas, cilindros, torres, esferas, etc.; su obra es una clara tendencia a esta arquitectura dúctil, flexible y plástica como el arte. La obra de Gerhy arranco de la explotación de las cualidades plásticas de materiales de mala reputación como cartón, alambre, maderas laminadas, telas metálicas, planchas prefabricadas, etc. Su propia casa en Santa Mónica, California (1977- 1978), realizada por fases, como collage de materiales baratos, y sus diseños de muebles de cartón serian una primera muestra de esta vía. Influido por las arquitecturas y objetos popular, Gerhy plantea proyectos que sean una fiesta de volúmenes, materiales, texturas, colores y objetos; proyectos en los cuales haya una densidad máxima de referencias. En su obra se manifiesta la colaboración con artista plásticos como Ron Davis, Claes Oldemburg o Richard Serra y se expresa su simpatía hacia la experiencia de personas como Andy Warhol, Jasper John y otros. El proyecto para Chiat Day en Main Street California recurre a un gesto iconográfico: la puerta gigante esta constituido por un binocular colocado verticalmente, ideado por Oldemburg, que se refiere a la puerta clásica escoltada por dos columnas. RICHARD SERRA VERSUS FRANK GERHY. Coop Himmelblau, formado en 1968 en Viena, ha llegado a sus propuestas recientes, en cuadradas por la critica multinacional y simplista dentro del deconstructivismo, a partir de un ardua trabajo en proximidad al arte, experimentando con el pop y las posibilidades de la alta tecnología. Sus proyectos emblemático inicio con dibujos garabateando con los ojos tapados. Con este proceso se intenta eludir los mecanismos de la razón, partiendo de un instantáneo dibujo automático, haciendo aflorar toda la energía que esconde el inconsciente y condensa la mano. Evidentemente, el método de proyección utilizado explicita un renacer del surrealismo. Con el objeto de conseguir una arquitectura totalmente libre, se abandona cualquier forma preconcebida. Emilo Ambasz, de origen argentino, ha desarrollado una arquitectura de cristal, semihundida entre masas de vegetación y rodeadas de lagos. Con formas minimalistas, muros, pirámides, etc., se crea una especie de espacios virtuales, de construcciones mentales que establecen un dialogo entre lo artificial y natural. Así lo cotidiano se halla sumergido entre la tierra y la vegetación, en cambio, lo conceptual y simbólico se eleva hacia el cielo en forma de volúmenes de cristal. La mayoría de las obras y los arquitectos que se han citado tienen diversos puntos en común: referentes predominantes en el mundo del arte, énfasis puesto en la idea y dibujos iniciales asimilables a obras de arte, a trazados realizados por verdaderos artistas; búsqueda de una especie de vanguardia interior en la introspección y las experiencias de la infancia, recuperación de los mecanismos de automatismo y el equilibrio sensorial de los surrealistas; defensa de la libertad expresiva. Estas fuertes relaciones entre vanguardias artísticas y arquitectónicas son una constante de toda la evolución del arte y la arquitectura de los últimos tiempos. De hecho para la arquitectura es vital introducir innovaciones que primero se hayan tanteado visual y plásticamente en otros campos artísticos de mas fácil transformabilidad y experimentación que la arquitectura.