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¿Por qué mirar a los animales?

JhonBerger

Jhon Berger es uno de los grandes escritores de nuestro tiempo. Autor de Puerca
Tierra (Alfaguara), libro en el cual dibuja los rasgos de un mundo campesino en
vías de destrucción por la llamada prosperidad europea, es también el creador de
El sentido de la vista (Alianza Editorial), obra en la que se aprecian sus virtudes
como crítico de arte y narrador. El texto que aquí presentamos forma parte del
libro Mirada sobre la mirada La traducci6n es obra de Hip6lito Rodríguez y las ·
ilustraciones del famoso grabador francés Grandville.

El Jaroc~ erd e - - -- - - - - -- 1
E1 siglo XIX, en Europa y en Estados Unidos, vio co- Los ojos de un animal en proceso de observar a un hom-
bre son atentos y recelosos. Podemos imaginar que el ani-
menzar un proceso que alcanzó su apogeo en ese siglo XX
regido fundamentalm ente por la economía de mercado, mal mira a las otras especies del mismo modo. No reserva
gracias al cual toda la tradición que había servido de me- al hombre una mirada especiaL Pero ninguna otra especie
diación entre el hombre y la naturaleza fue rota. Antes de más que el hombre reconoce como familiar la mirada del
esta ruptura, los animales formaban parte del primer cír- animal. Los otros animales serán solamente vistos con
culo del entorno humano. ¡Y quiza todavía más que eso! respeto, mientras que el hombre será consciente de devol-
Pues esa frase sugiere, todavía, una distancia. En reali- verle exactamente la misma mirada.
dad, los animales ocupaban con el hombre el centro de El animal le escruta a través de un precipicio de estrecha
su universo. Esta centralidad era por supuesto de orden incomprensió n. Es por esto que el hombre alcanza a sor-
económico y productivo. A pesar de la evolución de los prender al animal. Pero el animal -aún el doméstico-
medios de producción y de la organización social, los puede igualmente sorprender al hombre. Pues el hombre
hombres continuaban dependiendo de los animales para también le escruta a través de un precipicio de incom-
nutrirse, desplazarse, trabajar, y vestirse. prensión, el cual es similar pero no idéntico, y esto, cuan-
De ahí a suponer que los animales penetraron ante todo do le mira. Siempre, mira a través de su ignorancia, y
la imaginación humana bajo la forma de carne, cuero o algunas veces de su temor. De golpe, cuando el hombre es
cornamenta, sería proyectar sobre los milenios preceden- mirado por el animal, es visto como su propio entorno es
tes una actitud típica del siglo XIX. Los animales han visto por él mismo. El hecho de que el hombre admita esto
primerament e penetrado la imaginación humana en tan- hace familiar la mirada del animal. Sin embargo, el ani-
to que mensajeros portadores de promesas. La domesti- ma! permanece distinto, y no se deja jamas confundir con
cación del ganado, por ejemplo, no estuvo motivada por el hombre. De ahí la atribución de un poder al animal; un
la simple necesidad de leche o de carne. El ganado po- poder comparable al poder humano pero que no coincide
seía funciones mágicas, adivinatorias y sacrificiales. En jamás con él. El animal posee secretos que, contraria-
el origen, se decidía que una especie dada fuera a la vez mente a los secretos de las grutas, las montañas y los ma-
mágica, domesticable y alimentaria, en función de sus res, se dirigen específicamente al hombre.
hábitos, de su proximidad y de la intensidad con la cual La relación entre ellos se ve con mayor claridad si se
ella lo "propiciaba". compara la mirada de un animal con la de otro hombre.
Entre dos individuos, el puente del lenguaje franquea en
Vaca blanca, buena es mi madre principio el abismo. Aun en una confrontación hostil,
Y nosotros, pueblo de mi hermana, incluso cuando ni una sola palabra ha sido pronunciada,
Pueblo de Nyariau Bull ... aun si cada uno habla una lengua diferente, la existencia
Amigo, gran toro de cuernos abiertos del lenguaje permite a uno de ellos al menos, si no a los
Que muge, muge en el rebaño, dos, ser "confirmado " por el otro. El lenguaje permite a
Vaca de los hijos de Bull Maloa los hombres contar con los otros como con ellos mismos.
(La "conftrmació n" hecha posible por el lenguaje contie-
ne también al miedo y a la ignorancia humana. Pues mi-
(Los Nuer; una descripción de los modos de sobreviven- entras q ue en el animal el miedo responde a un signo, en
cia y las instituciones polfticas de un pueblo del Nilo, el hombre el miedo es endémico.)
Evans Pritchard, Oxford, 1940) Ningún animal "confirma" el hombre. sea positiva o
negativament e. El animal puede hacerse matar y luego
Los animales están situados en el mundo; están dotados comer, de tal manera que su energía se asimila a la que el
de sensaciones; son mortales. En esto, se parecen al cazador ya posee; el animal puede hacerse domesticar, de
hombre. En su anatomía externa -pero no en su tal manera que proporciona al campesino alimento y
anatomía profunda- , en sus hábitos, en su percepción ayuda en el trab~jo. Pero siempre, en ausencia de un len-
-~ez.se·m~}~n-t~s-;· dir~~~-;;;~~~--·- ·----·-- ....~------ ·---·· -- --· g_uaje co_mún, el silencio del animal garantiza su distan-
Cia, su diferencia, y su exclusjón por el hombre.
"~abemos lo que los animales hacen, cuáles son las nece-
Sidades del castor, del oso, del salmón y de otras cria- Uno puede sin embargo considerar, precisamente en vir-
turas, porque, antaño, los hombres se casaban con ellos y tud de _esta diferencia, que la vida de un animal, que no
han adquirido ese saber de sus esposas ... , (Indios ha- puede Jamás confundirse con la de un hombre, se des-
waianos, citados por Levi-Strauss en El pensamiento arrolla paralela a la de este último. Es al momento de la
salvaje). muerte solamente que las dos lineas convergen, para
cruzarse, tal vez, y redevenir en seguida paralelas; de ahí

II 1 J aroc~o..
V erde
la extendida creencia en Ja transmigración de las almas. insensato pensar que la primera metáfora fuera de orden
Con su vida paralela, los animales ofrecen al hombre una animal. En su ensayo sobre el origen de las lenguas, Rous-
compañía que no tiene nada que ver con aquella que seau sostiene que la metáfora se encuentra en el origen
puede ofrecer otro hombre. Nada que ver, puesto que esta mismo del lenguaje: "como los primeros motivos que
compañía responde a la soledad del hombre en tanto que hicieron hablar al hombre fueron las pasiones, sus pri-
especie. meras expresiones fueron los tropos (metáforas). El len-
Esta forma de compañía muda daba antaño la impresión de guaje figurado fue el primero en nacer, el sentido preciso
una presencia hasta tal punto igual que se tenía a menudo fue encontrado después."
la convicción que le faltaba al hombre la capacidad de Si la primera metáfora fue animal, es porque la relación
hablar a los animales -de ahi las historias y las leyendas esencial entre el hombre y el animal dependía ella misma
de seres excep- de la metáfora. En el seno de esta relación, lo que los dos
cionales, como Orfeo, que sabía hablar a las bestias- . términos -hombre y animal- tenían en común revelaba
¿Cuáles eran los secretos de esta seme- también lo que les diferenciaba. Y
janza y de esta diferencia entre el viceversa.
animal y el hombre? Esos secretos de En su libro sobre el totemismo,
los cuales el hombre reconocía su Levi-Strauss comenta el razona-
existencia desde que cruzaba su mirada miento de Rousseau: "es porque el
con la del animal. hombre se experimenta primitiva-
En un cierto sentido, toda la antro- l mente idéntico a todos sus seme-
pología, preocupada como está por ~. jantes (entre los cuales es preciso
el paso de la naturaleza a la cultura, colocar a los animales, Rousseau lo
intenta responder a esta pregunta. afirma expresamente), que adquirirá,
Pero existe también una respuesta en seguida, la capacidad de dis-
que desborda este marco. Todos sus tinguirse como él los distingue, es
secretos planteaban a los animales decir, de tomar la diversidad de las
como mediadores entre el hombre especies como soporte conceptual
y sus orígenes. La teoría de Darwin, aunque porta la hue- de la diferenciación social."
lla indeleble del siglo XlX europeo, se inscribe en una Aceptar la explicación de Rousseau sobre los orígenes
tradición casi tan vieja como la misma humanidad. Los del lenguaje implica por supuesto que uno eluda ciertas
animales servían de mediadores ente el hombre y sus preguntas - por ejemplo, ¿cuál era la organización social
orígenes porque son a la vez semejantes a él y diferentes. mínima necesaria para la emergencia del lenguaje?-
Ellos proceden del otro lado del horizonte. Se encuen- De todas maneras, una indagación de los orígenes per-
tran como en casa tanto allá como aquí. Al mismo tiem- manece por su propia índole insatisfecha. La respuesta
po, son a la vez mortales e inmortales. La sangre de un ambigua de los animales es precisamente aquello de lo
animal podía fluir como la sangre humana, pero su espe- que se tiene necesidad en esta indagación.
cie no moría jamás y cada león era el León, cada vaca la Toda teoria de los orígenes primeros no es más que una
Vaca. Esto -tal vez el primer dualismo existencial- se manera de definir mejor su continuación. Aquellos que
refleja en la actitud humana con respecto a los animales. no comparten el punto de vista de Rousseau, refutan el
Estos eran a la vez sometidos y venerados, se los hacía punto de vista de un hombre, no un hecho histórico. Lo
ganado y se los sacrificaba. que intentamos definir, por nuestra parte, es una práctica
Vestigios de este dualismo subsisten hoy entre aquellos casi perdida: el uso antaño universal de signos animales
que viven en intimidad con los animales y en su depen- para traducir la experiencia del mundo.
dencia. El can1pesino se liga a su cerdo y experimenta la Los antiguos veían animales en ocho de los doce signos
alegría de salar a su puerco. Lo que es significativo y di- zodiacales. Entre los Griegos, se representaba cada una de
fícil de captar para el citadino extranjero, es que las dos las doce horas de la jornada por un animal. (La primera
proposiciones de esta frase estén coordinadas por un "y", por un gato, la última por un cocodrilo.) Los Hindúes
y no por un "pero". pensaban que un elefante llevaba la tierra sobre su es-
Con el desarrollo paralelo de su vida semejante/dife- palda, y que una tortuga llevaba, sobre ella, al elefante.
rente, los animales suscitaron algunas de las primeras Para los Nuer del Sur de Sudan (Cf. Roy Willis, Man and
preguntas, y aportaron respuestas. El primer tema de beast, 1974), "todas las criaturas, incluido el hombre,
pintura fue animal. Es probable que el primer material de vivían en el origen juntos en camaradería en un solo y
pintura haya sido de sangre animal. Antes de esto no es mismo campo. La discordia nació del hecho de que el

El Jarocty¡ e r d e - - - - -- - - - - 111
Zorro persuadió a la Mangosta de lanzar un palo a la El libro XVII de la Jliada se inicia con Menelao tratando
cara del Elefante. Una disputa resultó de esto y los anima- de proteger el cadáver de Patroclo contra los troyanos que
les se separaron. Cada uno tomó su camino, comenzaron buscan destruirlo. Aquí, Homero utiliza los animales como
a vivir como viven hoy, y a matarse. Vientre, que había referencias metafóricas para acentuar, un poco con ironía,
al principio tenido una vida autónoma en la selva, entró un poco con admiración, el carácter excesivo o super-
en el hombre, e incitó desde entonces a éste a tener ham- lativo, de diferentes momentos de la acción. Sin el ejem-
bre de modo permanente. Los órganos sexuales, que plo de los animales esos momentos habrían permanecido
anteriormente habían tenido, también ellos, una vida indescriptibles. "Menelao rodea el cuerpo como, en torno
independiente, se vincularon a los hombres y a las mu- al becerro recién nacido, la madre quejumbrosa, que no
jeres, y los incitaron a desearse, unos a otros, de modo conoce todavía el alumbramiento."
incesante. El Ratón enseñó al hombre a engendrar y a Un Troyano lo amenaza, y Menelao grita irónicamente

'
las mujeres a criar. Y Perro aportó al hom- dirigiéndose a Zeus : "Padre Zeus,
bre el fuego." no es bueno jactarse en exceso. La
Los ejemplos abundan. En todas par- pantera no tiene tanto ardor -ni
tes los animales han proporcionado el león, ni el feroz jabalí cuyo
explicaciones, o, más exactamente, corazón, en el pecho, estalla-
han prestado su nombre o su carácter como los hijos de Panthos, cuyas
una cualidad que, como todas las lanzas de fresno lo muestran por
cualidades, era en esencia misteriosa. todos lados".
Lo que distinguía al hombre del Menelao mata entonces al troyano
animal, era la aptitud humana para el que lo amenaza, y nadie más osa
pensamiento simbólico, aptitud ella acercarse a él. "Como un león
misma inseparable del desenvolvi- alimentado en las montañas, con-
miento de un lenguaje donde las fiando en su fuerza, a un rebaño
palabras, en lugar de simples signos, que pasa arrebata una vaca, la me-
eran significantes de algo distinto de jor; le mmpe el cuello, atrapado
ellas mismas. Los primeros símbolos fueron los anima- entre sus fuertes dientes; después, sangre y entrañas, lo
les. Lo que distinguía a los hombres de los animales devora todo, desgarrándolo; alrededor de él, los perros, los
nació entonces de la relación misma que ellos susten pastores, gritan, desde lejos, sin querer a venir a enfren-
taban. tarlo, pues un gran núedo los atenaza: así ninguno de los
La !liada es uno de los más antiguos textos a los que troyanos tuvo el corazón en su pecho, para venir a enfren-
pueda accederse, y el empleo que ahí se hace de la me- tar al glorioso Menelao".
táfora da testimonio otra vez de la proximidad entre el Hasta el siglo XTX, el antropomorfismo formaba parte
hombre y el animal: proximidad de donde la núsma metá- integrante de la relación entre el hombre y el animal; cons-
fora ha arrancado. Homero describe en primer término la tituía una expresión de su proximidad; era la huella de un
muerte de un soldado sobre el campo de batalla; des- uso ininterrumpido de la metáfora animal. Pero en estos dos
pués, un poco más lejos, la de un caballo. Las dos muer- últimos siglos, los animales progresivamente ban des-
tes son igualmente transparentes a los ojos de Homero, aparecido. Hoy, vivimos sin ellos, y en esta nueva sole-
l
sin que haya más refracción en un caso que en otro. dad, el antropomorfismo nos coloca, por partida doble, en
'"Idomeneo horada, con el implacable bronce, a Eriman- una situación incomoda.
to en la boca. De parte a parte, la lanza de bronce lo La ruptura teórica se produjo con Descartes. Descartes
atraviesa, bajo la cabeza, y rompe sus blancos huesos. integró en el seno del hombre el dualismo inherente a la
Los dientes fueron arrancados, los dos ojos cubiertos de relación hombre-animales. Al trazar un corte neto entre el
sangre; esa sangre, ascendiendo por la boca, satura las cuerpo y el alma, abandonó el cuerpo a las leyes de la
narices, es arrojada por la respiración, la nube negra de física y de la mecánica, reduciendo a los animales, dado
la muerte la envuelve". Esto es para el hombre. que no poseen alma, al estricto modelo de una máquina.
Tres páginas más lejos, es el caballo el que se desploma. Las consecuencias de esta ruptura operada por Descartes
"Sarpedón falla al tirar a Patroclo su lanza brillante, que no se han sentido sino de modo paulatino. Un siglo más
ha lanzado hacia él; pero ésta choca con el caballo Pe- tarde, el gran zoologísta Buffon, aunque aceptando y uti-
gaso, justo en la espalda. Pegaso grita exhalando la lizando el modelo cartesiano de la máquina para clasificar
vida, cae en el polvo mugiendo, y la vida le deja". Y esto a los animales y sus facultades, muestra sin embargo una
es para el animal. ternura hacia las bestias que las rehabilita temporalmente

IV ---------------L-.. 1 Jaro e~ e r de
como compañeros. Esta ternura denota un poco de envidia. naturaleza a la del hombre, supone no obstante
Esforzándose por trascender al animal, por trascender lo proyectos comunes y percepciones semejantes;
mecánico que hay en él, y provisto por otro lado de una proyectos que, teniendo por base la sociedad y
espiritualidad única, el hombre se encuentra a menudo por objeto un dique a construir, una aldea a edifi-
sujeto de la angustia. De golpe, a pesar del modelo de la car, una especie de república a fundar, suponen
máquina, cuando el hombre establece una comparación también una manera de entenderse y de actuar en
entre él y el animal, este último le parece que disfruta de concierto".
una suerte de envidiable inocencia. El animal se encuen-
tra desprovisto de su experiencia y de sus secretos, y ésta Aunque esta nostalgia fue una invención del siglo XVIII,
nueva "inocencia" --construida en todos sus detalles- muchas invenciones tecnológicas han sido necesarias
despierta en el hombre una especie de nostalgia. Por -ferrocarril, electricidad, industria de las conservas,
primera vez, se coloca a los animales en un pasado irre- automóvil, abonos químicos- antes de que los animales
vocable. Al hablar del castor, Buffon terminen por estar definitivamente mar-
escribe esto: ginados.
Durante el siglo XX, el motor de com-
"En tanto el hombre se ' bustión interna ha reemplazado a las
ha al.~;ado por encima del bestias de carga en las calles y en las
estado de naturaleza, en tan- fábricas. Las ciudades, en creciente y
to los animales se han reba- perpetua expansión, han transformado el
jado: sometidos y reducidos entorno rural en una periferia urbana en
a la servidumbre, o tratados la cual los animales, salvajes o domésti-
como rebeldes y dispersados cos, se han vuelto raros. La explotación
por la fuerza, sus sociedades comercial de ciertas especies (bisonte,
se han desvanecido, sus in- tigre, renos) les ha valido estar en vías
dustrias han devenido esté- de extinción. El poco de vida salvaje
riles, sus escasas artes han que subsiste, es necesario ir a las reser-
desaparecido; cada especie ha perOIOO sus cua- vas y los parques naturales para encontrarlos.
lidades generales, y todas no han conservado más Finalmente, el modelo de Descartes ha sido superado. En
que sus propiedades individuales, perfeccionadas las primeras etapas de la revolución industrial, se ha utili-
en algunas por el ejemplo, la imitación, la edu- zado a los animales cómo máquinas. Otro tanto se ha
cación; y en otras por el temor y por la necesidad hecho con los niños. Después, en las sociedades llamadas
que padecen de velar continuamente por su se- post-industriales, ha comenzado a aplicárseles el tratami-
guridad. ento habitualmente reservado a las materias primas: se
¿Qué percepción, qué propósito, qué proyec- trata a los animales destinados a nuestra alimentación
tos pueden tener los esclavos sin alma, o los pri- exactamente de la mjsma manera que a cualquier otro pro-
sioneros sin poder? Arrastrarse o huir, y siempre ducto manufacturado.
sobrevivir de una manera solitaria, sin nada que "Una nueva explotación agrícola, actualmente en desa-

' producir o trasmitir, y siempre languideciendo en


la calamidad, decayendo, perpetuándose sin mul-
tiplicarse, perdiéndose en una palabra para la dura-
rrollo en Carolina del Norte, cubrirá una superficie total de
15,000 ha. Pero no ocupará más que a mil personas, o sea
una por cada 15 ha. Se sembrarán, cultivarán y cosecha-
ción, para la cual no han tenido tiempo de ascen- rán cereales por máquinas, entre las que figuran aviones.
der. Los productos recogidos alimentarán a 50 mil puercos y
Así, no quedan más que algunos vestigios de otras bestias. ( ...)Estos animales no estarán jamás en con-
su maravillosa industria en algunas comarcas tacto con el suelo. Se reproducirán, criarán y alimentarán
alejadas y desiertas, ignomdas por el hombre duran- hasta su maduración en un recinto especialmente conce-
te un largo periodo de siglos, donde cada especie bido para ello". (How the other half dies, S usan George).
podía manifestar en libertad sus talentos naturales Esta reducción del animal, cuya historia es tanto teórica
y perfeccionarlos en la tranquilidad, reuniéndose como económica. participa del proceso por el cual se ha
en una sociedad permanente. Los castores son tal reducido del mismo modo a los hombres a devenir unida-
vez el único ejemplo que subsiste como un anti- des aisladas de producción y consumo. La actitud frente a
guo monumento de esta especie de inteligencia de los animales, durante este periodo, ha prefigurado una acti-
bestias que, aunque infinitamente inferior por su tud equivalente con respecto a los hombres. La concepción

E 1 Jaro ctyr e rd e ' - - - - - - - - - - V


/_
mecánica de las capacidades de trabajo animales ha sido p/eta, respondiendo a ciertos aspectos de su carácter que
rápidamente referida a las capacidades humanas. permanecerían de otra manera no conftrmados. El amo
F. W. Taylor. que desarrolló el "taylorismo" a partir del puede mostrarse a su animal de un modo que no emplea
estudio de los rinnos y la organización del trabajo in- con nadie más. Además el animal puede ser adiestrado para
dustrial, emendía que el trabajo era "hasta tal punto actuar como si estuviera consciente de ello. El animal ofre-
estúpido" y repelente que el obrero llega a "parecerse en su ce a su amo un espejo que refleja una parte de él que no
constitución mental, más al buey que a ninguna otra estaría, de otro modo, reflejada. Pero la autonomía de cada
especie." Casi todas las técnicas de condicionamiento uno, al estar fuenemente sacrificada en el seno de esta
social, así como los test de aptitud intelectual, han sido relación (deviniendo el amo e l-ser-especial-que-es-para-
elaborados sobre la base de experimentos con animales. su-animal-solamente, y el animal deviniendo dependiente
Hoy, los conductistas que siguen la lfnea de Skinner, limi- de su propietario para cada una de sus necesidades), hace
tan el concepto mismo de hombre a que el paralelismo de sus dos vidas
las conclusiones que desprenden de desaparezca igualmente.
experiencias artificiales efectuadas El proceso de marginalización cultural
sobre animales. de Jos animales supera por supuesto en
Sin embargo, ¿no existe algún dominio complejidad al de su marginalización
en el cual los animales en vez de des- física. Los animales del espíritu no se
aparecer continúen multiplicándose? dejan dispersar tan fácilmente. Dichos,
Nunca se ha contado a tantos anjma- sueños, juegos, relatos, supersticiones,
les domésticos por hogar como hoy, asf como la misma lengua, están ahí para
en las ciudades de los países ricos. En recordárnoslo constanteme-nte. Los ani-
Estados Unidos, se estima en 40 mi- males del espíritu. más que dispersados,
llones al menos, el número de perros, han sido absorbidos por otras catego-
en la misma cifra el número de gatos, rías, de suerte que la categoría "animal"
en 15 millones el de pájaros en jaulas, y en lU m11l0nes el ha perd1do su tmportancia central. Han sido reclasificados
de otros animales de acompañamiento. en las categorías "familia" y "espectáculo".
Antaño, las familias de todas las clases sociales poseían Los que han pasado a la categoría "familia" se parecen un
animales domésticos, pero para las tareas útiles que estos poco a los animales de acompañamiento. Pero, al no tener
desempeñaban -perros de guardia, de caza, gatos atrapa ni las necesidades ni las limitaciones físicas de estos, se
ratones y así por el estilo.- El hecho de poseer en el convierten más fácilmente en marionetas humanas. Los
hogar un animal sin tomar en cuenta su utilidad --el he- libros y dibujos de Beatriz Potter dan un ejemplo de ello;
cho de poseer precisamente un animal de acompaña- todas las producciones animales de Disney ofrecen otro, a la
miento (pet en inglés)- es una innovación moderna y, vez más reciente y más extremo. En los trabajos de esta
por la escala en que hoy está extendida, este hecho es clase, la pequeñez de las prácticas sociales corrientes se ve
único. Posee esa característica tan distintiva de las so- universalizada por su proyección en el reino animal. El
ciedades de consumo: el repliegue a la vez universal y diálogo siguiente entre Donald y su sobrino habla por sí
personal en el seno de la pequeña célula familiar pri- mismo:
vada, decorada o amueblada por recuerdos del mundo
exterior. Donald: ¡Qué bello dfa! ¡Qué excelente día para ir a
La pequeña célula familiar carece de espacio, tierra, pescar, navegar, hacer un almuerzo en el campo! ¡Des-
otros animales, estaciones, temperaturas naturales y de graciadamente no puedo hacer ninguna de esas cosas!
muchas otras cosas. El animal de acompañamiento es Sobrino: ¿Pero por qué no tío Donald? ¿qué te lo
esterilizado o sexualmente aislado, extremadamente impide?
limitado en sus ejercicios físicos, privado casi por com- Donald: ¡El dinero, niños! Para variar, estoy sin un
pleto de contacto con otros animales y alimentado de clavo, y falta mucho para que me paguen.
alimentos artificiales. Tal es la realidad concreta que Sobrino: ¡Pero tú puedes ir cuando quieras a pasear o
sirve de base al dicho según el cual los animales llegan a a contemplar a las aves!
asemejarse a su dueña o amo. Son las criaturas nacidas Donald: (refunfuñando) ¡No me queda otra cosa qué
del modo de vida de su propietario. hacer! Pero hay que esperar al cartero. Puede que me
La manera en la cual el propietario medio concibe a su traiga buenas noticias...
animal es igualmente reveladora. (Los niños, durante un Sobrino: ¿Cómo un cheque de un pariente lejano de
breve lapso, actúan de modo diferente) El animal le com- Villa Rica?

VI _ _ _ _ __ __ _ __._, l Jaro e ry¡ e r de


Dejando a un lado sus rasgos fisicos, estos animales han El miércoles en la tarde
sido asimilados a lo que suele llamarse mayoría silenciosa. tuvo que ser conducid a al
Los animales incorpora dos en la categoría "espectác ulo" hospital en estado de choc,
han desaparec ido de una manera diferente. En las vitrinas víctima de heridas en el
de las librerías, en Navidad, un tercio de los volúme nes cuello. La señora Caner, de
expuestos, son libros ilustrados de animales. Bebés bú- 46 años, había sido intro-
hos o jirafas, la cámara los fija en sitios que, pese a ser ducida en el área de leones
enteramente accesibles a la cámara, no lo son para el del parque Safarí Bewd1ey el
espectador. Todos los animales ahf aparecen como peces mismo día. Mientras se
detrás del vidrio espeso del acuario. Esto por razones a la inclinaba a acariciar a la leo- _
vez técnicas e ideológicas. Técnicam ente los procedi-
.. mientos utilizados para obtener imágenes siempre sorpre n-
dentes (aparatos camuflad os, teleobjelivos, flashes, tete-
na Suki, ésta saltó y la derribó. Los guardias admitie-
ron después: "Cometimos un grave error. Siempre creímos
que la leona era inofensiv a".
comandos, etc.) concurren a produc ir resultado s que trai- El lugar de los animales en la pintura romántica del Siglo
cionan. por diversas razones, su normal invisibilidad. Estas XIX apuntaba ya su desaparic ión inminente . Las imá-
imág~nes no existen más que por la mediación de una genes muestran animales volviendo a una vida salvaje
clarividencia técnica. Un libro reciente de fotografías ani- superada, que no existía más que en la imaginación. Un
males muy bien hecho (La fiesta salvaje, Fréderic Rossif), anista de ese siglo, Grandvill e, estaba obsesiona do por la
anuncia en su prefacio que cada imagen dura en tiempo transformación en proces<>; su obra lo esclarece de manera
real menos de tres centésima s de segundo, lo que rebasa perturbad ora. Publica sus Escenas de la vida privada y
con mucho las capacidad es del ojo humano. Todo Jo que pública de los animnles en varios libros de 1840 a 1842.
vemos en el libro no ha sido por tanto jamás observad o, A primera vista, los animales de Grandvill e, con sus cos-
por la simple razón de que es totalment e invisible. tumbres y poses de hombres y mujeres, parecen prolon-
En la ideología que de esto se desprende , los animales gar esa tradición que atribuye a una persona los rasgos de
son siempre los "observad os". El hecho de que ellos pu- un animal a fin de destacar algún aspecto de su carácter.
diesen observamos ha perdido importanc ia. Son objeto de El procedim iento consiste en hacerle llevar una máscara
nuestro saber en constante progreso. Cada elemento que cuya función es desenmas carar. El animal así represent a
añadimos a nuestro conocimi ento de los animales es un el colmo del rasgo de carácter en cuestión: para el león,
indicador de nuestro poder sobre ellos y, por ende, un el coraje absoluto; para la liebre, la lujuria; para el zorro,
indicador de lo que nos separa de e llos. Más sabemos de la astucia. El animal viv(a antaño en la fue nte misma de
ellos, más ellos se alejan. los atributos. Es por el animal que el atributo ha sido reco-
Sin embargo, la misma ideología, como lo hace observar nocido por vez primera, y el animal le ha prestado así su
Lukács, eleva la naturaleza a la categoría de valor. Un valor nombre.
que se opone a las institucio nes sociales que despojan al Pero si se mira más atentame nte los grabados de Grand-
hombre de su esencia natural y Jo hacen prisionero... ville, resulta que el choc que producen deriva de una con-
"(La naturaleza) puede así tomar la significac ión de lo cepción opuesta. Esos animales no se han "prestado " al
que, por oposición a las formacion es artificiales de la propósito de explicar a las personas; no desenmas caran
civilización humana, ha te nido un crecimien to orgánico nada; al contrario. Esos animales son prisioneros de una
y no ha sido creado por el hombre. situación humana y social, en la cual están atrapados . EL
.. Pero también puede ser captada como ese aspecto de la buitre nos parece más horrible como terratenie nte que
interioridad humana que sigue siendo natural o, al me- como ave de rapiña. Los cocodrilo s sentados con toda
nos, tiene la tendencia , la nostalgia de redevenir natu- propiedad a la mesa parecen más voraces así que en el
raleza". Según esta visión de la naturalez a, la vida del río.
animal salvaje adquiere un estatuto de ideal -un ideal Los animales no son empleados aquí como recuerdos de
interiorizado en tanto que sentimiento resultante de un nuestros orígenes o como metáforas morales; son utili-
deseo reprimido- . La imagen del animal salvaje deviene zados masivamente para "poblar" las situacion es. La co-
entonces el punto de partida de una ensoñación: un pun- rriente que desemboc a en la trivialidad de Disney co-
to a partir del cual el sueño arranca, volviéndo le la espalda. menzó bajo la forma de un sueño desquicia nte y profé-
El extraño hecho siguiente ilustra el grado de confusión al tico de Grandvill e.
cual hemos llegado. "La madre de familia londinens e, Los perros en su grabado de una perrera no tienen nada
Barbara Carter, habiendo ganado el concurso "Reali:la tu de canino; tienen por cierto hocico de perros, pero lo qu.e
deseo", declaró que deseaba mimar y abrazar a un león. sufren es sin duda un encarcela miento humano.

_E 1 J aro e ty;T e rd e~-----------VII


El nso buen padre_exhibe a un oso empujando una ca- que no deja de evocar el aura de las casas de fieras privadas
rreola, con el aire abatido, como cualquier jefe de familia de la realeza. Esas casas de fieras que, con sus platos do-
humana. El primer volumen de Grandville concluye con rados, la arquitectura, las orquestas, los actores, el mobi-
algunas palabras del autor en las que desea buenas no- liario, los enanos, los acróbatas, :los uniformes, los caba-
ches al lector, recomendándole permanecer en casa, cerrar llos, el arte y la gastronomía, fueron el sello del poderío
bien su jaula con llave, y tener buenos sueños... Animales y La prosperidad de un rey o de un emperador. Del mismo
y pueblo humilde devienen sinónimos; los animales, modo, en el Siglo XIX, los zoos públicos sancionan e l
dicho de otro modo, se desvanecen poco a poco. poder colonial contemporáneo. La captura de animales
Un dibujo posterior de Grandville, que lleva por título figuraba simbólicamente la conquista de tierras lejanas y
La conservación de las razas, presenta animales en linea exóticas. Los "exploradores" demuestran su compromiso
en un anden, dispuestos a embarcar, como emigrantes patriótico enviando a su país un tigre o un elefante. La
sobre un buque que es el Arca de Noé. En la tradición donación de un animal exótico al zoo de la metrópoli
judeo-cristiana, el arca de Noe constituye la primera re- devino un modo de pago en e l seno de las relaciones
unión organizada de animales y hombres. La reunión diplomáticas con Jos Estados "sujetos".
ahora ha terminado. Grandville nos mues- No obstante, como toda institución pú-
tra Ja gran partida. Una larga cola de di- blica del Siglo XIX, e l zoo, aunque ga-
ferentes especies desfila lentamente a lo rantizaba implícitamente la ideología
largo del embarcadero, volviéndonos imperialista, debía adjudicarse una fun-
la espalda. Cada postura evoca todas ción cívica independiente. En conse-
las dudas de último momento que cuencia, se definió como una nueva suer-
roen a los emigrantes. A lo lejos, se te de museo, cuyo objetivo era la ins-
percibe una pasarela que los pr.meros trucción y edificación públicas. Así, las
pasajeros ya han franqueado para su- primeras cuestiones planteadas en rela-
mirse en eJ arca del siglo XIX, seme- ción al zoológico se remiten a la historia
jante a un steamer americano. El oso. natural; se creyó entonces posible estu-
El león. El asno. El camello. El gallo. diar la vida natural de los animales en
El zorro. Exeunt. condiciones incluso anti-naturales. Un siglo más tarde,
Hacia 1867, según una guía del zoológico de Londres, un zoólogos más sofisticados, como Konrad Lorenz, han
artista de music-hallllamado el Grand Vanee interpretó fomlUiado cuestiones de orden etológico y conductista,
una canción cuyo titulo era más o menos: Qué bonito es con la intención explícita de saber más sobre las mo-
pasearse por el zoo (zoológico), y es así que la palabra tivaciones del comportamiento humano a través del estu-
"zoo" ingresó al lenguaje común. El zoo de Londres dio de los animales en condiciones experimentales.
habría también legado la palabra "jumbo" a la lengua Mientras tanto, millones de personas visitan cada año los
inglesa. "Jumbo" era el nombre de un elefante africano del zoológicos, movidos por una curiosidad a la vez tan
tamaño de un mamut que vivió en el zoológico entre vasta, tan vaga y tan personal, que es difícil de definir.
.1865 y 1882 y con el cual la reina Victoría se encariñó. En Francia, hoy se cuentan 22 millones de visitantes al
Terminó sus días como célebre vedette del circo Baruum año ajardines zoológicos. Una gran parte de ellos han
cuando hacia una jira por América. Su nombre ha sobre- sido y siguen siendo niños.
vivído para designar los objetos de proporciones gigan- Los niños, en el mundo moderno, están rodeados de imá-
tescas. genes animales: juguetes, caricaturas, dibujos animados,
Los zoos públicos han hecho su aparición al comienzo decoraciones de todas clases. Ningún otro imaginario
de la época que iba a ver desaparecer los animales de la puede competir con el animal. E] interés aparentemente
vida cotidiana. El zoo donde las gentes acuden espontáneo que muestran los niños por los animales po-
a fin de encontrar, observar, ver animales, materializa de dría hacer creer que siempre ha existido; se encuentran
hecho la imposibilidad de tales encuentros. Los zoo- animales entre los primeros juguetes (cuando estos esta-
lógicos modernos son el epitafio de una relación tan ban todavía reservados a una minoría). Asimismo, en
vieja como el mismo hombre. Si no se les ve así, es por- todo el mundo, los juegos infantiles incluyen a Jos ani-
que no se han planteado las preguntas correctas. males, sean verdaderos o simulados. Pero es en el siglo
En el momento en que fueron edificados -el Jardín Bo- XIX solamente que las reproducciones animales han
tánico en 1793, el Zoo de Londres en 1828, el Zoo de penetrado el decorado habitual de los niños de la clase
Bertfn en 1844- , los zoos aportaron un prestigio con- media -antes de invadir, en el siglo XX, con grandes
siderable a las capitales que los a.lbergaban. Un prestigio sistemas de ventas y de comunicación dotados de una

..... l
VJIHJ- - -- - - - - - -- E Jaro e~ e r de
eficacia irritante, como los de Disney, todas las instan- mirando los animales. Van de jaula en jaula, y su despla-
cias, sin distinción de clase-. zamiento recuerda a los visitantes de una galería de arte,
Antaño, la parle de los juguetes que reproducían anima- deteniéndose ante cada cuadro antes de pasar al siguien-
les era mínima. Y estos, lejos de pretender el realismo, te, y al siguiente, y así sucesivamente. Salvo que en el
permanecían deliberadamente simbólicos. La diferencia zoológico la visión está siempre falseada. Como una
es la misma que entre un caballo de madera tradicional y mala foto retocada. Uno se ha acostumbrado tanto que no
un caballo subibaja moderno: el primero está hecho de se da cuenta; o más bien, para ser más precisos, uno se
un simple palo al cual se le montaba una cabeza rudi- inventa una justificación que se sobrepone a la decep-
mentaria que los niños cabalgaban como un palo de es- ción, hasta borrarla completamente. Esta justificación
coba; el segundo se pretende "la reproducción" detallada anticipada tiene, poco más o menos, este tono: "¿Pero
de un caballo, pintado de manera realista, provisto de rien- qué te crees? ¡No es una cosa lo que has venido a ver, es
.. das de cuero, con crines y concebido para moverse como
un verdadero caballo al galope. Este caballo es una inven-
un ser vivo! ¡Tiene su propia vida! ¡No tiene por qué
hacerse visible a tus ojos!" Pero el razonamiento que
ción del siglo XIX. subyace a esta justificación es erróneo. La verdad es más
Esta nueva exigencia de realismo en relación a los jugue- terrible.
tes de forma animal ha implicado cambios en su fabri- Cualquiera que sea la manera en que se mire a estos ani-
cación. Los primeros juguetes rellenos males, aun si estuvieran pegados a las
han hecho su aparición, y los má~ caros rejas a menos de un metro de uno, los ojos
entre ellos fueron recubiertos de autén- fijos en el exterior, hacia el público, nos
tica piel de bestia -a menudo de bece- hallamos ante criaturas radicalmente
ITOS no natos-. En la misma época marginalizadas, y toda la concentración
fueron introducidos al mercado los que se pueda tener no bastará para volver-
animales de peluche -ositos, tigres, los a poner en su centro. ¿Por qué?
conejos- que los niños llevan a dormir En el interior de límites bien precisos, los
consigo. animales gozan de una cierta libertad, segu-
Así, la producción de juguetes que imi- ros sin embargo, como los espectadores,
taban con realismo el mundo animal coincide de su estrecha reclusión. La transparencia
casi con el establecimiento de zoológicos públicos. de Jos vidrios, el espacio entre las rejas o el aire encima
Las visitas familiares al zoológico suelen ser un acon- de las fosas, no son lo que parecen -si lo fueran, todo
tecimiento más sentimental que el pasear por las tiendas sería diferente-. Transparencia, espacio, aire libre, se
o el acudir a un partido de fútbol. Los adultos llevan a encuentran reducidos a puros simulacros.
los infantes al zoo para hacerles ver el original de las El decorado, una vez admitido que esos elementos son
"reproducciones" que hay en casa, y quizá con la espe- simulacros, llega a veces a reproducir su entorno. creando
ranza de reencontrar un poco de la inocencia asociada al así ilusiones totales -en el caso, por ejemplo, de praderas
universo animal de las reproducciones de su propia in- o de rocas pintadas al fondo de un vivero que alberga a
fancia. pequeños animales-. Otras veces, reúne solamente algu-
Los animales se revelan rara vez a la altura de las remi- nos elementos falsos a fin de sugerir el ambiente natural del
niscencias adultas, mientras que a los niños Jes parecen animal - ramas muertas para los monos, rocas artificiales
sorprendentemente mudos y aburridos (mezclados a los para los osos, piedras y agua poco profunda para los co-
.. gritos de las bestias, en el wo, uno escucha sin falta los de
los niños que preguntan: "¿dónde esta?, ¿por qué no se
codrilos-. Estos elementos cumplen dos funciones dis-
tintas: para el espectador, la de los accesorios del teatro;
mueve?, ¿está muerto?"). De tal modo que la cuestión para el animal, forman el mínimo estrictamente biológico
sentida, aunque no siempre expresada, por la mayoría de que les permite existir físicamente.
los visitantes podría formularse así: ¿por qué esos anima- Aislados los unos de los otros, privados de toda interac-
les no responden a mis expectativas? ción entre especies, Jos animales son sometidos a una de-
Y a esta pregunta, simple y reprimida, vale la pena bus- pendencia absoluta respecto de sus guardianes. En con-
carle una respuesta. secuencia, la mayor parte de sus reflejos han cambiado.
El zoológico es un lugar donde se reúnen tantas razas y Lo que anteriormente era el centro de su instinto de so-
variedades animales como es posible, a fin de que ellas brevivencia, ha sido reemplazado por la espera pasiva de
puedan ser vistas, observadas, examinadas. Fundamental- una serie de intervenciones arbitrarias dictadas por el
mente, cada jaula funciona como un cuadro en torno al exterior. Los acontecimientos que perciben alrededor de
animal que encierra. Los visitantes recorren el zoológico ellos se han convertido así tan ilusorios (en lo que con-

El Jaroc~ erde·- - - - - - - - - - IX
1
cierne a las reacciones naturales normalmente susci- miento algo desordenado de los animales en cautiverio
tadas) como las praderas pintadas. Paralelamente, es ese puede ayudamos a comprender, a aceptar y a vencer e l
ntismo aislamiento el que garantiza (a menudo) su lon- estrés humano, indisociable de la vida en las sociedades
gevidad, en tanto que especímenes, a la vez que facilita de consumo. Todos los sitios de marginalización forzada
su clasificación. -ghettos, cinturones de miseria, prisiones, asilos, campos
Todo eslo contribuye a su marginalización . El espacio de concentración- tienen algo en común con los zooló-
que habitan es artificial. De ahí su tendencia a acurru- gicos. Pero es a la vez demasiado fácil y demasiado eva-
carse en una esquina (más allá de ella, quién sabe, se sivo utilizar el zoo como símbo lo.
extiende una espacio tal vez de verdad). En algunas El zoológico es un revelador de la relación entre el hom-
jaulas, incluso la luz es artificial. En todos los casos, el bre y los animales, nada más. A la marginalización de los
ambiente es ilusorio. Nada les rodea verdaderamente, animales sigue hoy en día la marginaliLación y elimina-
fuera de su propio letargo o ción de la sola clase que, a lo
biperactividad. No tienen nada largo de la historia, ha sostenido
sobre lo cual actuar -salvo, por un lazo de familiaridad con los
un breve instante, el alimento animales, y ha conservado la sabi-
que se les sirve ya listo y, muy duría que de ahí se deriva: el cam-
ocasionalmente, un compañero pesinado, pequeño y mediano. El
también listo para su uso. (Y sus fundamento de esa sabiduría resi-
prácticas instintivas tenninan de en la aceptación del dualismo
por ceder su sitio a prácticas que está en el origen mismo de la
marg ina lizadas, sin objeto). relación entre el hombre y el ani-
Finalmente, su dependencia y mal. El rechazo de este dualismo
aislamiento han condicionado ha contribuido sin duda en gran
hasta tal punto sus reacciones medida a abrir el camino al totali-
que consideran todo aconteci- tarismo moderno, pero mi propó-
miento que ocurre alrededor de sito no es reba~ar los límites de la
ellos -o en general delante de pregunta simplista y ahogada,
ellos, ahí donde está el público- como marginal. (Y los pero fundamental , planteada por la existencia del woló-
animales acaban por adoptar esa actitud exclusivamente gico.
humana que es la indiferencia). El zoo no puede más que decepcionar. El reto público del
Zoológ icos, juguetes realistas, difusión comercial masi- zoo es ofrecer a los visitantes la oportunidad de mirar a los
va de imágenes animales, todo comen.:ó al mismo tiem- animales. En ninguna parte, en un .:oo, un paseante puede
po que los animales sufrían esta progresiva separación encontrar la mirada de un animal. Cuando mucho, el ojo
de su vida cotidiana. Podría creerse que estas innova- del animal parpadea y después voltea. Mira oblicuamente.
ciones tenían un objetivo compensatorio. Pero pertene- Mira ciegamente a lo lejos. Peina mecánicamente el hor-
cen en realidad al mismo proceso implacable de disper- izonte de la mirada. Ha sido inmunizado contra todo en-
sión de los animales. Los LOOS y su decorado eran en cuentro. Pues nada puede ocupar un lugar central en su
suma la demostración de la radical marginalización de atención.
la cual los animales ya eran objeto. Los juguetes realis- Es ahí que se sitúa la última consecuencia de su margina-
tas no hacían sino redoblar la demanda de esta nueva lización. Esa mirada intercambiada entre el hombre y el
marioneta animal que era ya el animal de acompaña- animal, que podrfa haber jugado un papel crucial en el
mjento urbano. La reproducción de animales en imáge- desarrollo de la sociedad humana, y en el campo en el
nes -cuando el espectáculo de su reproducción bioló- que, en todo caso, los hombres habrían vivido siempre
gica se hacía cada vez más rara- ha forzado por razones hasta al menos un siglo, ha sido anulada. De cara a cada
meramente comercialc~, a colocarlos en lugares cada animal, en cada paseo, el visitante del zoológico se en-
vez más lejanos. en sitios crecientemente exóticas. cuentra solo. En cuanto a las muchedumbres, pertenecen
En todos lados, los animales están en vfas de desapare- ahora a una especie aislada de todas las demás.
cer. En los zoológicos, representan un monumento vivi- La pérdida histórica de la cual dan testimonio los .:oo-
ente conmemorativo de su extinción. Y, simultáneamente , lógicos es hoy irreparable, en un mundo regido solamente
suscitan una última metáfora. El mono desnudo, El zoo por la econonúa de mercado. ( 1977)
humano son títulos de best-sellers mundiales. En ellos,
el zoólogo Desmond Morris pretende que el comporta-

X _ __ __ __ _ _ __L..Jl Jarocty} erde

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