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SERVICIO DE PSIQUIATRÍA
RESIDENCIA DE PSICOLOGÍA
ATENEO
Cuarto Año
MP 1248
2017
“2017 – Año del Bicentenario del Cruce de los Andes y Gesta Libertadora Sanmartiniana”
“Permitir que una persona tenga su propia experiencia tal vez sea el mejor de los
regalos que pueden ofrecerse”
John Welwood
INTRODUCCIÓN
Mi propósito en este trabajo es comprender la relación existente entre esos dos aspectos
diferentes y complementarios del ser humano. Con esto no pretendo psicologizar la
espiritualidad (reduciéndola a un conjunto de técnicas terapéuticas), ni espiritualizar la
psicología (como sustituto del trabajo espiritual).
DESARROLLO TEÓRICO
Esto implica un trabajo permanente sobre la atención a cada pequeño acto cotidiano, a
cada sensación y sentimiento que se experimenta e incluso a las distracciones y fugas,
tanto más frecuentes cuanto mayor es el grado de neurosis (Baranchuk, 1996).
No obstante, estar atentos a nuestra existencia no es tan sencillo. ¿Por qué nos
incomodamos tanto con nuestra experiencia? ¿Por qué nos resulta tan difícil admitir que
nuestra experiencia sea tal cual es?
Carabelli (2013) sostiene que esta enorme capacidad nos ha fascinado tanto que nos
hemos olvidado de que es una posibilidad de transmitir la realidad y no la realidad misma.
Nos hemos desconectado de lo simbolizado y nos hemos quedado con el símbolo.
ansiedad, sumergiéndonos en una lucha interna que nos escinde interiormente y nos
aleja de la totalidad (Welwood, 2002).
El problema aparece cuando estamos tan identificados con estos pensamientos, que no
podemos percibir la deformación continua que hacemos de la captación del mundo y de
nuestra propia esencia.
Esta tarea de captar lo que somos debería ser sencilla y usual, sin embargo es una de
las actividades más difíciles para nuestra conciencia. Recurrimos a explicaciones
psicológicas, filosóficas o esotéricas, pero seguimos sin captar nuestra presencia en el
aquí y ahora. Vivimos contándonos historias acerca de lo que nos sucede, en vez de vivir
en forma pura la experiencia.
Esta actitud de presencia incondicional, aquí y ahora, constituye el factor terapéutico más
importante. Y supone aprender a reconocer, permitir, indagar y aceptar la experiencia tal
cual es, sin tratar de alejarnos de ella (Welwood, 2002).
El primero y más difícil de los pasos del proceso de curación consiste en darse cuenta de
la desconexión de nuestro ser más profundo y del sufrimiento que esto genera. Este
proceso se ve interrumpido con nuestra actividad mental, que genera historias, creencias,
o fantasías que cumplen una función distractiva (Welwood, 2002).
Aquí se refleja uno de los efectos terapéuticos más importantes de la meditación, a través
de la cual podemos estar presentes, sin agregar palabras, ni símbolos, sin conceptualizar.
“2017 – Año del Bicentenario del Cruce de los Andes y Gesta Libertadora Sanmartiniana”
Esto nos ubica en una posición más responsable respecto a nosotros mismos, a nuestras
reacciones y pensamientos: este soy yo, aquí y ahora, produciendo esta respuesta
(Carabelli, 2013).
Por otro lado, Walsh y Vauhan (2008) enumeran los efectos de la práctica regular de la
meditación, observándose inicialmente un aumento de la calma, la sensibilidad, la
receptividad, la empatía, la interiorización y la claridad. Aparece una perspectiva más
amplia y refinada del propio ser y de la realidad.
REFLEXIONES FINALES
Poder estar presentes en aquellos lugares en los que antes hemos estado ausentes,
puede ser el inicio del proceso de salud.
BIBLIOGRAFÍA
Walsh, R., & Vaughan, F. (2008). MÁS ALLÁ DEL EGO. Barcelona: Kairos.