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Ética

La ética es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber,
la felicidad y el buen vivir.[1]

La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego ἠθικός, o transcrito a
nuestro alfabeto, "êthicos". Es preciso diferenciar al "êthos", que significa "carácter" del
"ethos", que significa "costumbre", pues "ética" se sigue de aquel sentido, y no es éste[2]
Desconocer tal diferencia deriva en la confusión de "ética" y "moral", pues esta última
nace de la voz latina "mos", que significa costumbre, es decir, lo mismo que "ethos". Si
bien algunos sostienen la equivalencia de ambas doctrinas en lo que a su objeto
respecta, es crucial saber que se fundamentan en conceptos bien distintos.

La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y


cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social.
En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones
que justifican la utilización de un sistema moral u otro.

Algunos han caracterizado a la ética como el estudio del arte de vivir bien, lo cual no
parece exacto, pues que si se reuniesen todas las reglas de buena conducta, sin
acompañarlas de examen, formaría un arte, mas no una ciencia.[3]

La ética es una de las principales ramas de la filosofía, en tanto requiere de la reflexión


y de la argumentación, este campo es el conjunto de valoraciones generales de los seres
humanos que viven en sociedad.

El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua


Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado. Una doctrina ética elabora y
verifica afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia ética, juicio moral o
declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como "bueno",
"malo", "correcto", "incorrecto", "obligatorio", "permitido", etc, referido a una acción,
una decisión o incluso también las intenciones de quien actúa o decide algo. Cuando se
emplean sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas o
acciones. Se están estableciendo juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: "ese
político es corrupto", "ese hombre es impresentable", "su presencia es loable", etc. En
estas declaraciones aparecen los términos "corrupto", "impresentable" y "loable" que
implican valoraciones de tipo moral.

Según una corriente “clásica”, la ética tiene como objeto los actos que el hombre realiza
de modo consciente y libre (es decir, aquellos actos sobre los que ejerce de algún modo
un control racional). No se limita sólo a ver cómo se realizan esos actos, sino que busca
emitir un juicio sobre estos, que permite determinar si un acto ha sido éticamente bueno
o éticamente malo.

Ello implica establecer una distinción entre lo que sea bueno y lo que sea malo desde el
punto de vista ético, y si el bien y el mal éticos coincidan o no con lo que serían el bien
y el mal en sí.
Moral
Se denomina moral al conjunto de creencias y normas de una persona o grupo social
que determinará el obrar (es decir, que orienta acerca del bien o del mal —correcto o
incorrecto— de una acción o acciones).

La moral son las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser humano en
concordancia con la sociedad y consigo mismo. Este término tiene un sentido positivo
frente a los de «inmoral» (contra la moral) y «amoral» (sin moral). La existencia de
acciones y actividades susceptibles de valoración moral se fundamenta en el ser humano
como sujeto de actos voluntarios. Por tanto, la moral se relaciona con el estudio de la
libertad y abarca la acción del hombre en todas sus manifestaciones.

La palabra «moral» tiene su origen en el término latino mores, cuyo significado es


‘costumbre’. Moralis (< latín mos = griego ‘costumbre’). Por lo tanto «moral» no
acarrea por sí el concepto de malo o de bueno. Son, entonces, las costumbres las que
son virtuosas o perniciosas.

Los antiguos romanos concedían a las mores maiorum (‘costumbres de los mayores’, las
costumbres de sus ancestros fijadas en una serie continuada de precedentes judiciales)
una importancia capital en la vida jurídica, a tal grado que durante más de dos siglos
(aproximadamente hasta el siglo II a. C.) fue la principal entre las fuentes del Derecho.
Su vigencia perdura a través de la codificación de dichos precedentes en un texto que
llega hasta nosotros como la Ley de las XII Tablas, elaborado alrededor del 450 a. C.

Los conceptos y creencias sobre moralidad son generalizados y codificados en una


cultura o grupo y, por ende, sirven para regular el comportamiento de sus miembros. La
conformidad con dichas codificaciones es también conocida como moral y la
civilización depende del uso generalizado de la moral para su existencia.

Virtud
Virtud es aquel poder interior que permite al hombre tomar y llevar a término las
decisiones correctas en las situaciones más adversas para cambiarlas a su favor, el
virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque sabe cómo llegar a sus metas sin
pisar las de los otros, porque pone a los demás de su lado y los lleva a alcanzar un
objetivo común. El virtuoso es el que "sabe remar contra corriente". Es el alma y el
espiritu el ser o el no ser de cada persona usando su corazón como el supremo
mediador.

Una virtud es una cualidad positiva de un ser, persona o cosa, exponiendo mediante
calificativos las ventajas de dicho ente. Es, también, una de las herramientas más
importantes para el éxito.
Etica y religión
1.-Ética y teología

Trata de la fundamentación teológica de la ética.

Antes de evaluar la relación de ética y teología natural, Aranguren repasa la de teología


y filosofía, más general. El debate sobre la relación de teología y filosofía, corre en
paralelo con el de fe y razón. El cristianismo en su origen es consciente de su
incompatibilidad con la filosofía (según Heidegger). No necesita razonar sobre temas a
los que la fe da respuestas. Sin embargo, P. y A tratan temas muy similares a los de la
religión (Cristianismo como platonismo para el pueblo, Nietzsche). Neoplatonismo,
estoicismo...

Aranguren organiza los varios sistemas de éticas teónomas cristianas así:

1) Sistemas basados en el concepto de ley. Es bueno o malo lo que Dios ha ordenado


como tal en la Revelación.

2) Voluntarismo medieval. Próximo a ella, es bueno lo que dios quiere como tal. Podría
querer que bueno fuera lo contrario: voluntad incondicionada. Controversia.

3) Subalternación de la ética a la teología (Maritain): la ética no puede prescindir de la


situación real, pero esta no puede entenderse sino es a la luz de la revelación. Situación
híbrida y confusa.

4) Subordinación de la ética a la teología (tomismo): la ética se alcanza mediante la


razón, pero la razón no es mas que participación y reflejo de la ley eterna. Ley eterna
que no es voluntad sino razón. La ley existe como naturaleza de Dios y su creación
incluso antes de ser promulgada: ley natural alcanzable mediante la razón. Este proceso
culmina en Suárez, que vuelve con ello a Aristóteles: no es la voluntad de Dios la que
funda el orden moral, sino la naturaleza del hombre. Esto haría redundante a la ley, que
debe ser considerada como una guía para la parcial inclinación al bien del hombre: la
ley presupone la naturaleza moral del hombre, no la funda.

5) Independencia total (luteranismo): fe y moral son esferas irreconciliables. La


justificación por la fe y no por las obras.

2.- Moral y religión

Trata de la relaciones entre moral (natural) y religión (positiva), correspondientes a dos


actitudes: ética y religiosa:

La actitud ética se caracteriza por el esfuerzo del hombre por ser justo, por implantar la
justicia. Activo, movimiento de ascenso. Por ejemplo, el estoicismo, o el rigorismo
kantiano.

La actitud religiosa, por la entrega del hombre a la gracia de Dios. Pasivo, receptivo,
movimiento de descenso. Kierkegard.
La relaciones entre ambas actitudes son muy diversas. Respecto de la actitud religiosa
separada de la moral se pueden citar:

1) Las religiones primitivas, con practicas "inmorales" como los sacrificios humanos...

2) Luteranismo: El pecado es insuperable tras la Caída, el hombre no puede justificarse


ante Dios por sus obras, sólo por la fe, ya que la Ley no es cumplible con sus solas
fuerzas. Las obras quedan en un ámbito estrictamente laico, son objeto del derecho y la
costumbre.

3. Primacía de la moral sobre la religión

Hay dos formas de primacía:

Supremacía simple, integrando la religión en la moral.

Supremacía estricta, negando la religión.

La religión romana es un ejemplo de la primera, se puede hablar incluso de reducción de


religión a moral. Eusebeia, pietas: obligación del hombre ante los dioses, perfectamente
tasada y a ser pagada "religiosamente". Religión parte de la justicia concerniente al
cuidado de los dioses. Procedente del estoicismo. [Contrasta con otras opiniones: ser
religioso, sería ser querido por los dioses, eudaimonia, idea de gracia, lanzada en el
Eutifrón.]

Estoicismo, Fariseísmo (judaísmo obstinado con el cumplimiento literal de la ley) y


pelagianismo (el hombre tiene recursos para salvarse sin la asistencia de la gracia,
antiluterano) tienen conceptos parecidos. En todos estos casos se afirma el valor de la
religión, pero se la subordina a la moral.

La Ilustración trae la religión filosófica natural, el deísmo, que sigue esa misma
tendencia. Kant desarrolla esa propuesta en su "Religión dentro de los límites de la mera
razón". La teología no tiene justificación racional. A Dios y a la religión se llega por la
moral de esta forma:

El cumplimiento del deber (imperativo categórico, rigorismo extremo) no asegura la


felicidad en este mundo.

La felicidad sigue siendo el bien supremo.

Por ello es necesaria la existencia de Dios y otro mundo en el que se alcance esa
felicidad.

Por ello cabe decir que en Kant la eticoteología reemplaza a la teología natural.

Hegel convierte esta teología moral en metafísica: la religión revelada es un paso en la


evolución del Espíritu hacia sí mismo. La filosofía asume a la religión.
4. Moral separada de religión

Dos posibles concepciones:

1) Autonomía de moral y religión.

Kierkegaard: Hay tres estadios vitales: estadio estético, moral y religioso, excluyentes,
separados, sin continuidad entre ellos. Abraham, en el sacrificio de su hijo, actual como
un criminal y como un santo. La religión invalida a la moral.

Hartmann: Ha subrayado la doble verdad de ética y religión, señalando 5 antinomias


(aquí-allí; Dios-Hombre; Autonomía-Heteronomía; libertad frente a Providencia y
Redención, estas dos insuperables por la moral). El templo religioso se alza sobre las
ruinas del templo laico del deber moral.

2) Ética autónoma o inmanente. Frente a las éticas en que el Hombre ha de justificarse


ante Dios, en ellas el Hombre se justifica ante sí mismo, y pasa a pedir cuentas Dios por
el Mal del Mundo. Las respuestas son estas:

Leibniz: Este es el mejor de los mundos posibles.

Deísmo (Voltaire): Dios creó, pero no gobierna el Mundo. La idea de Providencia es


incompatible con la existencia de mal.

Kant: Razón práctica - imperativo categórico, montado sobre sí mismo. La existencia de


Dios se admite no para fundamentar la moralidad sino que esta fundamenta a Dios.

3) Ateísmo práctico

Tanto teísmo como deísmo son incompatibles con el mal en el mundo, lo que lleva a la
negación de Dios (Epicuro). También se considera que si Dios existe y es omnipotente,
la vida moral queda destruida. Pero por otro lado, si Dios no existe el imperativo moral
queda gravemente dañado: Si Dios no existe, todo está permitido.

En efecto, queda sin resolver el problema de convencer a los hombres a obrar


justamente cuando tienen asegurada la impunidad [Gorgias, La República...]

Ética y religión

La ética trata de todo lo que es bueno y recto o de las normas morales que rigen la
conducta humana. La palabra griega 'ethika' procede de la expresión éthos, que significa
comportamiento, costumbre. Los romanos la tradujeron como mos, y de ahí viene
nuestra palabra "moral." Como seres humanos constitutivamente morales, vamos
construyendo nuestro caracter moral, nuestro éthos, a lo largo de toda nuestra vida. De
nosotros depende que el resultado final esté más relacionado con la virtud que con lo
que es defectuoso en sentido moral.

El valor absoluto de la persona es la base de la ética, afirmado también por ejemplo por
la moral cristiana. Parábolas de Jesús como la del Buen Samaritano, o la ovejita que cae
en un pozo en sábado, ilustran el valor del ser humano a los ojos de Dios.
La religión es la apertura al Misterio y en el caso del cristianismo, a la esperanza. Pero
la religión también debe ser compromiso con la ética y sin olvidar al ser humano. De
ahí, las palabras de un apóstol cuando dice que 'quien odia a su hermano a quien ha
visto, no puede estar amando a Dios a quien no ha visto.'

Debería esperarse por tanto que la religión caminara de la mano junto con la ética. Pero
lamentablemente la historia muestra que los más viles crímenes y abusos se pueden
llevar a cabo también en el nombre de la religión. Una persona puede ser religiosa, pero
obrar con total falta de ética. Y lo mismo puede ocurrir con las religiones organizadas
cuando en nombre de cierto dogma se conculcan derechos humanos básicos. La
Inquisición, por ejemplo, fue impulsada por personas religiosas. El mal registro
histórico de la religión ha llevado a muchos a volver su mirada hacia una 'ética profana.'
El cristianismo, dice Paul Tillich, había predicado un 'moralismo inmisericorde.' Y
Manuel Fraijó, decano de la Facultad de Filosofía de la UNED, escribe:

"En Europa, la religión ha mostrado suficientemente toda su carga de ambivalencia e


incluso de peligrosidad. Llegó un momento en que Europa tuvo que prescindir de la
religión para no sucumbir. Las guerras de religión amanazaban con devastarlo todo. Y
la Iglesia creó una Inquisición que prendía fuego a pensadores y disidentes. La religión
se convirtió en un penoso capítulo de ambiguedades y contradicciones. Fue ella quien
labró su propia secularización." - Isegoría, nº 10, "De la sobriedad ética a la esperanza
religiosa," Madrid, 1994.

El contraste
El espíritu de las enseñanzas de Jesús de Nazaret es refrescante porque más que basarse
en dogmas concretos, se basa en la acción ética positiva. Mientras anunciaba el reino de
Dios, 'los cojos andaban, los mudos hablaban y los ciegos veían.' La parábola del buen
samaritano inspira, no teoría ni simple 'conocimiento' intelectual, sino acción ética y
bondadosa. En realidad el cristianismo es mucho más eso que ninguna otra cosa. Por eso
el propio Jesús dijo:

"Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero
para que alumbre a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los
hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en
los cielos." -Mateo 5:14-16, Versión Valera 1995.

Cuando Jesús dice que 'él es la verdad', o que había venido al mundo para dar
testimonio de la verdad, no lo hace desde la perspectiva del conocimiento dogmático o
intelectual; para él, un judío criado en un ambiente judío, 'verdad' no es aletheia,
conocimiento, descubrimiento, luz. Es ashh'émet acción o vivir virtuosamente, es
apartarse de la iniquidad. En los textos hallados en las cuevas de Qumram, 'verdad'
significa 'norma de acción.' Lo contrario a esa verdad no es el error, sino la maldad. Por
eso Juan dice que 'sabemos que le hemos conocido si guardamos sus mandamientos(1
Juan 2:3) y 'el que no ama, no conoce a Dios (1 Juan 4:8) Así, solo puede afirmarse que
conoce a Dios aquel que realiza (acción) el bien. Jesús no hace otra cosa que seguir el
mismo espíritu que los profetas de Israel. Como Jeremías, quien escribió acerca de
Dios: "Me conoce, conoce que soy el Señor, quien practica bondad, justicia y rectitud en
la tierra." 'Buscad el reino de Dios', dice Jesús de Nazaret, 'y su justicia (no el simple
conocimiento), y todo lo demás se os dará por añadidura.' La acción ética positiva queda
así inextricablemente enlazada con la idea de 'conocer a Dios.'

De modo que puede decirse que una religión es 'verdadera' cuando su práctica es moral
o ética. El entendimiento entre la gente en el campo de la religión puede producirse si se
defienden y practican unos mínimos éticos. Esa perspectiva, y no tanto la dogmática, es
lo en realidad podría ser lo más importante. El criterio ético es lo que podría ayudar a
hacer ahora 'más reino de Dios.' Ser verdaderamente 'luz del mundo' debería ser el
principal objetivo de todo creyente.

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