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En este artículo procuraremos dar respuesta a la pregunta de si las personas nacen siendo
homosexuales o bien “se hacen”, es decir, desarrollan una tendencia a la atracción por gente
del mismo sexo biológico como consecuencia de las influencias que reciben durante su vida
temprana. Para ello revisaremos las aportaciones de la comunidad científica con respecto a este
tema.
Según los resultados de esta investigación, la orientación sexual de los varones parece verse
influida por los patrones de metilación, un tipo de proceso biológico que regula la expresión de
los genes y que puede variar entre individuos.
Es importante tener claro que lo más probable es que la sexualidad dependa de una combinación
de estos factores, puesto que se trata de un fenómeno muy complejo y, a modo general, las
explicaciones unicausales son reduccionistas e incorrectas.
Como veremos, estas perspectivas no son incompatibles sino que pueden entenderse como
complementarias. Por otra parte, cabe tener en cuenta que la mayoría de estudios se han llevado
a cabo con varones, o bien sugieren que el peso de los factores sociales podría ser mayor en
el caso de las mujeres.
1. El marcador genético Xq28
“Xq28” es la nomenclatura que se utiliza para hacer referencia a un fragmento del cromosoma X
(que es portado tanto por mujeres como por hombres, a diferencia del Y). Se trata de un marcador
genético; esto significa que, puesto que conocemos su localización, es posible analizar diferencias
entre distintos individuos a partir de la comparación.
Un equipo liderado por Dean Hamer publicó en el año 1993 los resultados de un estudio que
sugería que la atracción por personas del mismo sexo se asocia al marcador Xq28, y por
tanto al cromosoma X. Posteriormente surgieron múltiples investigaciones que corroboraban y
refutaban las hipótesis de Hamer y colaboradores. La polémica en torno al Xq28 sigue vigente.
2. La teoría evolucionista
La perspectiva evolucionista procura explicar las características de los seres humanos en función
de las ventajas adaptativas que habrían comportado a lo largo de nuestro desarrollo como
especie, y que por tanto se habrían mantenido hasta el presente.
Una investigación realizada por Iemmola y Camperio Ciani (2009) encontró que algunas mujeres
portadoras de cromosomas X asociados a la homosexualidad (pues los varones de sus familias
tendrían una mayor probabilidad de serlo) muestran un aumento de la fertilidad. En este sentido
se podría decir que quienes portan estos genes tendrían ventajas reproductivas indirectas.
3. El papel de la testosterona
Al explicar el desarrollo de la orientación sexual, estudios como el de García-Falgueras y Swaab
(2010) enfatizan el papel de la hormona testosterona, fundamental en la formación de los
caracteres sexuales masculinos. Estas hipótesis han encontrado un apoyo notable en
investigaciones con otras especies animales.
Según este tipo de hipótesis, el sistema nervioso (que incluye el cerebro) de los animales se
“masculiniza” en tanto que recibe los efectos epigenéticos de la testosterona durante la gestación,
por lo que los déficits de esta hormona explicarían que no se llegara a desarrollar la
heterosexualidad en varones.
4. La hipótesis inmunitaria
Diversas investigaciones recientes (por ejemplo Skorska et al., 2017) han sugerido que la
respuesta inmunitaria por parte del organismo materno durante el periodo de gestación puede
tener un papel muy relevante en el desarrollo de la orientación sexual del futuro individuo, en caso
de que se trate de un varón.Según estos autores, el sistema inmune de la madre en ocasiones
reacciona a proteínas asociadas al cromosoma Y -y por lo tanto específicas de los varones-
como si se tratara de agentes patógenos. Esto se asociaría a una probabilidad mayor de ser
homosexual, así como a un bajo peso y a un aumento del riesgo de aborto espontáneo.
Fuente: https://viviendolasalud.com/psicologia/homosexualidad-causas