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Chambara (Ken-Geki)

Nota: Esta es una reescritura y completa actualización del artículo original escrito en
Marzo de 2006.

Definiendo el Género

El término Chambara se utiliza para definir el cine de espadachines que se ambienta en


diversas épocas de la historia local japonesa. Este término procede de la onomatopeya
que produce una katana al chocar contra otra y al cortar la carne del adversario,
definiéndose esto como chanchan barabara y generando así esta palabra.

Desde los inicios de Japón en el mundo del cine se ha utilizado la época imperial y
feudal y sus personajes como ambientación para sus películas, surgiendo así el
denominado jidai-geki, o cine histórico japones. A raíz de estos dramas históricos se
crea el conocido como ken-geki, o cine de espadas, que centra su arte en la figura de los
Samurais y en el movimiento y la acción con espadas que no poseen los jidai-geki. La
cultura popular japonesa acabaría por utilizar el término Chambara para referirse a este
ken-geki y así ha llegado hasta nuestro días.

Como ya hemos comentado el Chambara se centra en las aventuras de los Bushi


(término acuñado por el Shogun Tokugawa en el siglo XVII), mas conocidos en
occidente como Samurais. Guerreros con un férreo sentido del honor y el deber,
regidos por el regio código de conducta del Bushido, o Camino del Guerrero, que deben
cumplir o morir mediante Suppuku (también llamada Harakiri, suicidio ritual del
samurai deshonrado) para salvaguardar su honor. También se engloban dentro del
género las películas que narran las desventuras de los Ronins (errantes), Samurais sin
clan ni amos, despreciados por otros Bushi, viviendo en la pobreza y que generalmente
se han convertido en mercenarios, alejándose en muchas ocasiones del código del
honor.
Orígenes del Chambara

En occidente, el teatro fue el antepasado del cine mudo, ese fue también el caso en
Japón. Autores como Shôjiro Sawada dieron al teatro unos combates entre espadachines
mas acompasados y realistas que las piezas clásicas del Kabuki (teatro tradicional
japones), volviéndose rápidamente muy populares entre el público.

Las primeras cintas de luchas con espadas provienen de los años 20. Generalmente
había un único combate y el público esperaba con impaciencia el enfrentamiento entre
los antagonistas en el Dai-Ketto (El Gran Duelo).

A principios de esta década sería el realizador Kanamori Bansho el que revolucionaría


el género, inspirado en el cine americano y las obras de Sawada, dándole a los combates
un enorme dinamismo usando magistralmente el movimiento de cámara y el montaje.
Esta técnica también sería usada por otros directores contemporáneos como Buntaro
Futagawa, del que cabría destacar la cinta “Orochi” (1925), protagonizada por
Tsumasaburo Bando.

Directores como Daisuke Ito con “A Diary of Chuji’s Travels” (1927) o Masahiro
Makino con “Takadanobaba Duel” (1937) y actores como el nombrado Tsumasaburo
Bando o Denjiro Okochi, del que podríamos destacar sus interpretaciones como el héroe
Tange Sazen a principios de los 30, ayudaron al encumbramiento del género, pero otros
directores de la talla de Tomu Uchida, Hiroshi Inagaki o Shozo Makino (considerado el
padre del cine japones) también realizarían muchos y buenos Chambaras.
Con el estallido de la guerra en 1935 todo cambiaría en el Japón. La censura llegaría al
cine y las historias dramáticas y los decadentes Ronins desaparecen de escena para dejar
paso a los héroes salvadores, modelos a seguir en estos tiempos difíciles.

Las aventuras noveladas de Miyamoto Musashi, por Eiji Yoshikawa, aparecieron en el


diario Asahi Shimbun entre 1935 y 1939. En 1940 se produciría la primera adaptación
al cine de la obra de Yoshikawa de la mano de Hiroshi Inagaki, protagonizada por el
conocido Chiezo Kataoka. Cuatro años mas tarde Kenji Mizoguchi realizaría su versión,
esta vez protagonizada por Chojuro Kawarasa.

Una época dorada…

Al final de la guerra y durante la ocupación americana todas las películas de época


fueron prohibidas ya que, según los americanos, favorecían valores feudalistas
inadecuados. En 1952 se produjo la retirada americana y la industria se reactivó,
resurgiendo el Chambara con mas fuerza que nunca en una época dorada que llegaría
hasta los años 70. Para muchos el despegue del género se produjo con la tremenda
epopeya de “Los 7 Samurais” (Akira Kurosawa, 1954).

Los realizadores que estaban en la palestra antes de la guerra volvieron a producir, así
tenemos la realización de remakes de antiguas películas como “Chushingura” (Hiroshi
Inagaki, 1962) o “Tange Sazen” (1953, Masahiro Makino), protagonizada de nuevo por
Denjiro Okochi. También se produce el regreso del mítico Miyamoto Musashi en cintas
como la trilogía de Hiroshi Inagaki (1954-1955), protagonizada por Toshiro Mifune, o
la serie de 5 películas de Tomu Uchida (1961-1965), protagonizadas por Kinnosuke
Nakamura. La primera cinta de la trilogía de Inagaki impacto tremendamente en
occidente, llegando a ganar el Oscar a mejor película extranjera.

Muchos nombres, tanto de actores como de directores, se pueden destacar en estas


décadas de relevancia del Chambara. Actores como Raizo Ichikawa (protagonista de las
series “Kyoshiro Nemuri”, 1962-1969), Kinnosuke Yorozuya, Chiezo Kataoka, Kazuo
Hasegawa, Toshiro Mifune o Tatsuya Nakadai y directores como Kihachi Okamoto
(“Samurai Assassin” (1965), “Sword of Doom” (1966) o “Kill” (1968)), Hideo Gosha
(“Three Outlaw Samurai” (1964) o “Tenchu” (1969)) y Masaki Kobayashi
(“Seppuku”, (1962) o “Samurai Rebellion” (1967)) destacaron dentro del género.
Aunque el que quizás es mas emblemático en occidente es sin duda alguna Akira
Kurosawa, quien con obras como “La Fortaleza Escondida” (1958), “Yojimbo”
(1961) o “Sanjuro” (1962) nos dio momentos memorables, como el mítico duelo entre
Toshiro Mifune y Tatsuya Nakadai al final de ”Sanjuro”.

También hay que nombrar a 2 personajes destacados dentro de estas películas, ya he


mos hablado de Musashi así que lo obviaremos. El primero de ellos es Itto Ogami,
encarnado por Tomisaburo Wakayama en la saga de 6 cintas de “Lone Wolf and Cub”
(1972-1974) y basado en un prolífico manga de Koike Kazuo y Koseki Kojima. El
segundo es el famoso masajista y espadachín ciego Zatoichi, quien fue interpretado con
mayor éxito por Shintaro Katsu en unas 25 películas entre 1962 y 1973 y una vigésimo
sexta en 1989, además de la serie de televisión.

Hacia mediados de los 70 el Chambara dejó de interesar tan intensamente como antes, y
el declive general de la industria cinematográfica nipona hizo que la producción
decayera.

¿El resurgir de la Espada?

En nuestros días han habido intentos de Chambaras con diferentes resultados.


Directores como Hiroyuki Nakano (“Samurai Fiction”, 1998), Ryuhei Kitamura (con
sus intentos de mezclar el estilo samurai con lo futurista y lo fantástico) o Shinsuke Sato
(“Princes Blade” 2001, intento de reedición del clásico “Lady Snowblood” (1973)) lo
han intentado, aunque quizás el éxito mas destacado lo haya tenido la nueva versión de
“Zatoizhi” (2003) de la mano de Takeshi Kitano, dando una visión muy personal del
espadachín ciego.
Donde el concepto, a veces desvirtuado a veces mas fidedigno, del Samurai y el
Chambara ha estado mas presente en estos últimos tiempos es en el mundo de la
animación y el manga. Ya hemos comentado el manga clásico de “Lone Wolf and Cub”
y desde series como la clásica “Rurouni Kenshin” hasta la moderna revisión en clave
futurista de “Los 7 Samurais” que se hace en la serie “Samurai Seven” o la última
excentricidad a ritmo de Hip Hop de “Afro Samurai“, el anime esta lleno de exponentes
de este tipo de personajes.

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