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FACTORES AFECTAN EN EL SUEÑO

Muchos son los factores que inciden en la cantidad y calidad del sueño. A menudo, un
trastorno del sueño no está causado únicamente por un solo factor. Los factores
fisiológicos, psicológicos y ambientales pueden alterar la cantidad y la calidad del
sueño.
MEDICAMENTOS Y SUSTANCIAS.
La somnolencia, el insomnio y la fatiga son efectos adversos comunes de medicamentos
prescritos con frecuencia. Estos medicamentos alteran el sueño y perjudican la vigilia
diurna, lo cual puede causar problemas.
Los medicamentos prescritos para dormir pueden causar
más problemas que beneficios. Los ancianos, a menudo,
toman gran variedad de fármacos para controlar o tratar
enfermedades crónicas. Los efectos combinados de
varios de estos medicamentos pueden alterar seriamente
el sueño.
Algunas sustancias como el L-triptófano, una proteína natural que se encuentra en
comidas como la leche, el queso y la carne, pueden servir de ayuda para dormir.
ESTILOS DE VIDA.
Los hábitos diarios de una persona pueden
influir en los patrones de sueño. Un individuo
que trabaja a turnos (p. ej., 2 semanas en
turno de día seguidas de 2 semanas de noche)
suele tener dificultades para adaptarse al
cambio en los horarios de sueño.
El reloj biológico del organismo está
programado para dormirse a las 11 de la
noche, pero el horario de trabajo fuerza al cuerpo a acostarse a las 9 de la mañana. El
individuo sólo será capaz de dormir de 3 a 4 horas, porque el reloj biológico cree que es
hora de despertarse y estar activo. Las dificultades para mantenerse alerta durante el
tiempo de trabajo dan lugar a un menor rendimiento en la tarea o incluso pueden hacerla
peligrosa. Tras varias semanas trabajando en turno de noche, el reloj biológico
habitualmente se adapta.
Otros cambios en los hábitos que pueden alterar los patrones de sueño son realizar
trabajos agotadores a los que no se está acostumbrado, participar en actividades sociales
hasta altas horas de la noche o cambiar la hora de la cena.
PATRONES DE SUEÑO NORMALES.
En el siglo pasado, la cantidad de sueño de los
estadounidenses disminuyó aproximadamente a
6,7 horas por noche, lo que indica que muchos de
ellos tienen privación del sueño y somnolencia
excesiva durante el día.
La somnolencia se vuelve patológica cuando se da
en momentos en los que los individuos necesitan o
quieren estar despiertos. Las personas que padecen
una privación del sueño transitoria como consecuencia de haber asistido a una actividad
social nocturna o de prolongaciones del horario de trabajo suelen tener sueño al día
siguiente. Sin embargo, deben ser capaces de vencerlo, aunque tengan dificultades para
reaüzar tareas o prestar atención. La falta de sueño crónica es mucho más grave que una
privación del sueño temporal y puede causar alteraciones en la capacidad para llevar a
cabo las obligaciones diarias. La somnolencia es más difícil de vencer durante tareas
sedentarias (inactividad). El riesgo de sufrir un accidente con un vehículo a motor se
incrementa si la persona conduce tras haber dormido menos de 7 horas.
EJERCICIO Y FATIGA.
Una persona que está moderadamente cansada, habitualmente, consigue tener un sueño
reparador, especialmente si la fatiga es resultado de
una tarea o un ejercicio placentero. Hacer ejercicio
2 horas o más antes de acostarse permite al cuerpo
sosegarse y mantener un estado de cansancio que
favorece la relajación. Sin embargo, un cansancio
excesivo resultado de una tarea extenuante y
estresante puede dificultar la conciliación del
sueño. Éste es un problema común en niños en
edad escolar y adolescentes que están estresados, tienen horarios escolares prolongados,
actividades sociales y trabajo.
ALIMENTOS E INGESTA CALÓRICA.
Es importante para dormir bien tener unos hábitos
dietéticos saludables. Hacer una cena abundante,
pesada y/o picante puede producir una mala
digestión que interfiere con el sueño. Consumir
cafeína, alcohol o nicotina por la noche produce
insomnio. El café, el té, los refrescos de cola y el
chocolate contienen cafeína y xantinas que
desvelan a los que los consumen. Por tanto,
reducir drásticamente o evitar esas sustancias
puede mejorar el sueño. Algunas alergias
alimentarias pueden causar insomnio. La alergia a la leche en lactantes, en ocasiones,
produce despertares y llanto durante la noche o cólico. Los cambios en el peso influyen
en los patrones del sueño. Ganar peso contribuye a desarrollar AOS debido al aumento
de tamaño de las estructuras de tejido blando de la vía aérea superior. Perder peso
produce insomnio y una reducción de la cantidad del sueño. Algunas patologías del
sueño son resultado de regímenes dietéticos populares en una sociedad concienciada
con el peso.
CONSUMO DE CIGARRILLOS.
La nicotina tiene efecto estimulante en el
cuerpo y los fumadores tienen mas problemas
para quedarse dormidos que los no
fumadores. Los fumadores se despiertan
normalmente con mas facilidad y a menudo
se describen a sí mismas con un sueño ligero.
La persona duerme mejor si no fuma después
de cenar; además, muchos ex fumadores
refieren que sus patrones de sueño mejoraron después de fumar.
MOTIVACIÓN.
La motivación aumenta el nivel de alerta en algunas situaciones (p.ej una persona
cansada se mantiene alerta cuando acude a un concierto interesante o navega por la red
hasta horas avanzadas por la noche).
No obstante, la motivación no es suficiente por si sola para superar el impulso del ritmo
circadiano normal para dormir por la noche.

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