Professional Documents
Culture Documents
GUIA INFORMATIVA N° 5
NOMBRE: _______________________________________ GRADO: Undécimo
AREA: Historia política FECHA: JULIO – AGOSTO PERIODO: TERCERO
TEMA: Las potencias mundiales en la era poscomunista.
DOCENTE: Vida Patricia Durán González
COMPETENCIAS: INTERPRETATIVA – ARGUMENTATIVA – PROPOSITIVA
DBA CS 3: Analiza las consecuencias políticas, económicas y sociales de algunos
conflictos geopolíticos desde finales del siglo XX hasta la actualidad a nivel mundial.
DBA CS 4: Comprende las implicaciones sociales, económicas y políticas que tuvo
la Guerra Fría en el mundo y las relaciona con las vividas en América Latina.
Pero las razones del triunfo de la democracia, en especial sobre sus rivales
capitalistas no democráticos de las dos guerras mundiales, Alemania y Japón,
fueron más contingentes de lo que suele suponerse. Los Estados capitalistas
autoritarios, hoy ejemplificados por China y Rusia, pueden representar un camino
alternativo viable a la modernidad, lo que a su vez indica que no hay nada de
inevitable acerca de la victoria definitiva de la democracia liberal, o de su predominio
futuro.
Sin embargo, no hay ninguna razón para suponer que, de haber sobrevivido, los
regímenes capitalistas totalitarios de la Alemania nazi y el Japón imperial habrían
resultado ser económicamente inferiores a las democracias. Las ineficiencias que
el favoritismo y la falta de rendición de cuentas suelen crear en tales regímenes
podrían haber sido compensadas con niveles más altos de disciplina social. A causa
de sus economías capitalistas más eficientes, las potencias totalitarias de derecha
podrían haber constituido un desafío más viable para las democracias liberales que
la Unión Soviética; las potencias aliadas juzgaban que la Alemania nazi era un
desafío tal antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Las democracias liberales
no poseían una ventaja inherente sobre Alemania en términos de desarrollo
económico y tecnológico, como sí la tenían en relación con otras grandes potencias
rivales.
Entonces, ¿por qué las democracias ganaron las grandes luchas del siglo XX? Los
motivos son diferentes para cada tipo de adversario. Derrotaron a sus adversarios
capitalistas no democráticos, Alemania y Japón, en la guerra porque éstos eran
países de tamaño medio con recursos limitados y se alzaron contra la coalición, en
extremo superior económica y militarmente -- pero difícilmente establecida de
antemano -- , de las potencias democráticas y Rusia o la Unión Soviética. La derrota
del comunismo, sin embargo, tuvo mucho más que ver con factores estructurales.
El bando capitalista -- que después de 1945 se expandió hasta incluir a la mayor
parte del mundo desarrollado -- poseía un poder económico mucho mayor que el
bloque comunista, y la ineficiencia inherente de las economías comunistas les
impidió explotar completamente sus enormes recursos y ponerse a la altura de
Occidente. Juntas, la Unión Soviética y China eran más grandes y por tanto tenían
el potencial de ser más poderosas que el bando capitalista democrático. En última
instancia, fallaron porque sus sistemas económicos las limitaron, mientras que las
potencias capitalistas no democráticas, Alemania y Japón, fueron derrotadas
porque eran demasiado pequeñas. Factores contingentes desempeñaron un papel
decisivo en inclinar la balanza contra las potencias capitalistas no democráticas y a
favor de las democracias.
La excepción estadounidense
El elemento contingente más decisivo fue Estados Unidos. Después de todo, fue un
poco más que un azar de la historia que el vástago del liberalismo anglosajón
brotara al otro lado del Atlántico, institucionalizara su herencia con independencia,
se expandiera a través de uno de los territorios más habitables y menos poblados
del mundo, se nutriera de una enorme inmigración de Europa y creara, así, en una
escala continental lo que fue -- y es aún -- por mucho la mayor concentración de
poderío económico y militar del mundo. Un régimen liberal y otros rasgos
estructurales tuvieron mucho que ver con el éxito económico de Estados Unidos, e
incluso con su tamaño, debido a su atractivo para los inmigrantes. Pero Estados
Unidos difícilmente habría alcanzado tal grandeza de no haber estado ubicado en
un vasto y ventajoso nicho ecológico-geográfico, como lo demuestran los
contraejemplos de Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Y la ubicación, por
supuesto, aunque crucial, fue sólo una condición necesaria entre muchas para
engendrar al gigante, en efecto, de Estados Unidos como el máximo hecho político
del siglo XX. Lo contingente fue al menos tan responsable como el liberalismo del
surgimiento de Estados Unidos en el Nuevo Mundo y, por tanto, de su capacidad
posterior para rescatar al Viejo Mundo.
Los estudios que cubren este periodo muestran que las democracias suelen superar
a otros sistemas en el plano económico. Los regímenes capitalistas autoritarios son
al menos tan exitosos como aquellos -- si no es que más -- en los primeros estadios
de desarrollo, pero tienden a democratizarse luego de cruzar cierto umbral de
desarrollo económico y social. Esto parece haber sido un patrón recurrente en Asia
del Este, el sur de Europa y América Latina. Intentar extraer conclusiones sobre los
patrones de desarrollo a partir de estos hallazgos, sin embargo, puede conducir a
equívocos, dado que el mismo conjunto de muestra puede estar contaminado.
Desde 1945, la enorme atracción gravitacional ejercida por Estados Unidos y la
hegemonía liberal han modificado los patrones de desarrollo en todo el mundo.
Pero el factor más importante sigue siendo Estados Unidos. Ante todas las críticas
dirigidas en su contra, Estados Unidos -- y su alianza con Europa -- se sostiene
como la esperanza individual más importante para el futuro de la democracia liberal.
Pese a sus problemas y debilidades, Estados Unidos aún está en una posición
global de fortaleza y es probable que la mantenga incluso si crecen las potencias
capitalistas autoritarias. No sólo su PIB y su tasa de crecimiento de productividad
son los más altos del mundo desarrollado; como un país de inmigrantes con cerca
de un cuarto de la densidad demográfica de la Unión Europea y China y un décimo
de la de Japón e India, Estados Unidos todavía tiene un potencial considerable de
crecimiento -- tanto en lo económico como en términos demográficos -- mientras
que todos los otros mencionados muestran poblaciones que envejecen y, en última
instancia, se reducen. La tasa de crecimiento económico de China está entre las
más altas del mundo, y dados la inmensa población del país y los aún bajos niveles
de desarrollo, tal crecimiento abriga el potencial más radical de cambio en las
relaciones entre las potencias globales. Pero incluso si persiste la tasa de
crecimiento superior de China y su PIB sobrepasa el de Estados Unidos hacia 2020,
como a menudo se prevé, China seguirá teniendo apenas un poco más de un tercio
de la riqueza per cápita estadounidense y, por tanto, considerablemente menor
poder económico y militar. Cerrar esa brecha aún más desafiante con el mundo
desarrollado tardaría varias décadas más. Por añadidura, se sabe que el PIB por sí
solo es un indicador deficiente del poder de un país, y mencionarlo para celebrar el
predominio de China es bastante equívoco. Como ocurrió durante el siglo XX, el
factor Estados Unidos sigue siendo la mayor garantía de que la democracia liberal
no será lanzada a la defensiva ni relegada a una posición vulnerable en la periferia
del sistema internacional.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
Tomado de: http://seminariordenmundial.blogspot.com/2009/02/el-regreso-de-las-
grandes-potencias.html
VALORACIÓN INTEGRAL
CALIFICACION GUÍA FIRMA FIRMA
DESEMPEÑO
CUALITATIVA CUANTITATIVA DOCENTE ACUDIENTE
SUPERIOR
(96 – 100)
ALTO
(86 – 95)
BASICO
(75 – 85)
BAJO
(10 – 74)