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El mayor acelerador de partículas

se actualiza para quintuplicar las


colisiones
Una renovación radical del Gran Colisionador de CERN promete
desvelar nuevos fenómenos de la física
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BRUNO MARTÍN

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Ginebra 14 JUL 2018 - 13:06 CEST


Ampliar fotoUn técnico prueba nuevos componentes del
acelerador. MAXIMILIEN BRICE CERN

El acelerador de partículas que permitió descubrir el bosón de Higgs atraviesa


la mayor renovación de sus 10 años de historia. En junio comenzaron las obras
en Suiza para actualizar el Gran Colisionador de Hadrones, o LHC, a su futura
versión, llamada LHC de Alta Luminosidad, o HiLumi LHC. El objetivo es
prolongar la vida útil del acelerador y aumentar entre cinco y siete veces su
luminosidad, es decir, la frecuencia de las colisiones entre protones, que hasta
ahora era de unas 1.000 millones cada segundo. Con la mejora, los
investigadores del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) podrán
observar fenómenos físicos muy infrecuentes y afinar la precisión de los
resultados conocidos.

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 “Es muy preocupante que no sepamos lo que es la energía oscura”

 El LHC descubre el pentaquark

El LHC produce, de media, un bosón de Higgs por cada diez mil millones de
colisiones protón-protón. Esto se traduce en un bosón de Higgs cada diez
segundos, más o menos. Aunque pueda parecer rápido, hizo falta recoger datos
durante más de un año para confirmar el descubrimiento de esa partícula. El
HiLumi LHC, que se prevé estará listo desde 2026, generará datos a una
velocidad sin precedentes, lo cual permitirá investigar las propiedades del
bosón de Higgs y acelerar los descubrimientos en las próximas décadas.

En los 12 años posteriores a la renovación, se espera que el acelerador acumule


unas 10 veces más datos que en sus primeros 12 años de funcionamiento. “Es
como estar en una habitación, y en vez de recibir la luz de una bombilla de 100
vatios, de repente se enciende una bombilla de 1.000 vatios; se ve todo mucho
mejor”, dice Lucio Rossi, el director del proyecto HiLumi LHC.

Con la actualización, se verán beneficiados los experimentos que lleva a cabo el


laboratorio para investigar física más allá del modelo estándar (la teoría que
describe las partículas elementales conocidas y sus interacciones). Un área de
especial interés en CERN es el estudio de la supersimetría, un principio no
demostrado que sugiere la existencia de nuevas partículas pesadas por cada
una de las partículas elementales conocidas. Si los científicos demuestran su
validez, esta teoría justificaría la ligereza de la masa del bosón de Higgs,
permitiría la unificación de las fuerzas físicas e incluso podría explicar la
naturaleza de las partículas que forman la misteriosa materia oscura. El
colisionador de partículas también se emplea para comprobar si los quarks —
que componen la materia visible— pueden estar hechos de algo más elemental
aún, y hay planes para probar teorías sobre la existencia de otras dimensiones.
ampliar fotoComienzo de las obras de ingeniería civil para HiLumi LHC. JULIEN
MARIUS ORDAN CERN

Para aumentar la luminosidad del acelerador circular, los ingenieros de CERN


van a sustituir componentes en un tramo de 1.200 metros del aparato, que
tiene una circunferencia total de 27 kilómetros. En el LHC, dos haces de
protones circulan casi a la velocidad de la luz en sentidos opuestos para
encontrarse en uno de los cuatro puntos de colisión, donde están instalados los
detectores de partículas (CMS, Alice, Atlas y LHCb). Entre los nuevos
componentes, se estrenan 24 imanes superconductores cuadrupolo que
concentran los haces de protones en los lugares de interacción para
incrementar las colisiones. Además, por primera vez el acelerador incluirá 16
cavidades de radiofrecuencia, cuyo propósito es inclinar los haces justo antes
de la colisión para que choquen de frente y no de forma oblicua como lo hacían
hasta ahora.

Además de los imanes cuadrupolo y de las cavidades de radiofrecuencia, los


técnicos también instalarán cuatro imanes superconductores dipolo, que se
encargan de curvar la trayectoria de los haces. Estos aparatos se fabrican en
CERN con la misma tecnología que los nuevos imanes cuadrupolo: una
innovadora aleación de niobio y estaño que es bastante frágil pero alcanza un
campo magnético uniforme elevado, necesario para dirigir los haces
enriquecidos de protones.

Las obras de ingeniería han comenzado por la parte suiza del complejo, cerca
de la localidad de Meyrin, pero el trabajo continuará también por un punto en
el lado francés del laboratorio. En la primera fase se construirán edificios de
ventilación y de equipamiento eléctrico, además de nuevas galerías
subterráneas para albergar instrumentos lejos de la radiación que emite el
anillo principal. El acelerador de partículas continuará funcionando durante las
obras excepto en dos paradas técnicas largas programadas, durante las cuales
se llevarán a cabo las tareas de mantenimiento habituales y se instalarán los
nuevos componentes para la actualización a alta luminosidad.

815 MILLONES DE EUROS EN MATERIAL


El proyecto de actualización del Gran Colisionador de Hadrones cuenta con un
presupuesto en material de 950 millones de francos suizos (unos 815 millones de euros) y
la participación de 29 instituciones de 13 países, incluidos algunos laboratorios de
Estados Unidos y Japón. El diseño del proyecto comenzó en 2011 y en los últimos años se
han estado elaborando prototipos de los nuevos instrumentos.

En España, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas


(CIEMAT) colabora mediante el desarrollo de un puntero imán superconductor que
corrige la trayectoria de los haces de protones en el plano vertical y horizontal de forma
simultánea. Además, varios centros de investigación y universidades españolas participan
en la actualización de los detectores de partículas del colisionador, que también necesitan
una puesta a punto para asumir la nueva carga de trabajo.

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