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Unidad 3.

Propiedades, caracterización y evaluación olfativa de


los aceites esenciales

Introducción

En esta unidad del programa de formación se desarrollarán los temas


relacionados con las propiedades y caracterización de los aceites esenciales,
donde se explica la designación de la fuente vegetal, la parte utilizada de la
planta y todas las especificaciones como nombre del género, especie y familia.
Además, comprende todo lo relacionado con los factores que indicen en la
composición y rendimiento de los aceites esenciales, y la técnica de evaluación
olfativa. Por medio de las actividades de esta unidad podrá desarrollar y
retroalimentar los conocimientos sobre el tema.

Descripción del material del programa de formación

Estos textos le van a permitir al aprendiz comprender todo acerca de la unidad


que va a desarrollar, también los puede utilizar de apoyo para realizar las
actividades propuestas.

Tema 1. Propiedades y caracterización

La caracterización de un aceite esencial inicia con la designación de la


fuente vegetal, i.e., planta, de la cual fue aislado y la parte de la planta
utilizada (flores, frutos, rizomas, raíces, etc.). Es importante suministrar,
junto con el nombre vulgar (Vernáculo) de la planta, por ejemplo,
romero, su nombre botánico (identificación taxonómica), que consta de
los nombres del género y de la especie, que en este caso sería
Rosmarinus (género) officinalis (especie) de la familia Labiatae y, si
existe la sub-especie o la variedad de la planta, es importante agregarla.
Es necesario también especificar, si hay, el quimiotipo de la planta, que
recibe a menudo su nombre por el compuesto mayoritario o distintivo,
presente en el aceite esencial. La identificación botánica, a través del
nombre científico de la planta, permite evitar confusiones. Por ejemplo,
bajo el nombre vulgar de “manzanilla” pueden figurar distintas especies,
con aceites esenciales de composición y propiedades bastante
diferentes, i.e., la manzanilla alemana es (Matricaria chamonilla) y la
manzanilla romana es Anthemis nobilis; ambas se llaman comúnmente
“manzanilla”. Junto con la identificación botánica, se debe indicar la
procedencia de la planta, o sea, en dónde estaba cultivada (país,
región) y cuál fue el método de extracción de su aceite esencial
(arrastre con vapor o hidrogenación).

Muchos factores que inciden sobre la composición y el rendimiento de


aceite esenciale en la planta. Entre los principales figuran: la
localización geo-climática, tipo de suelo, estado de desarrollo de la
planta, (e.g., antes, durante o después de su floración) e inclusive la
hora del día cuando se cosecha, entre otros. Los factores geo-climáticos
y el tipo de suelo pueden dar origen a diferentes quimiotipos de la
planta, de los cuales se destilan aceites esenciales con composición
química, propiedades sensoriales y actividad biológica diferentes. Por
ejemplo, del tomillo, Thymus vulgaris (Fam. Labiatae) se distinguen, por
lo menos cuatro quimiotipos, de acuerdo con sus compuestos
mayoritarios en el aceite esencial:

(I) Timol y p-cimeno


(II) Carvacrol, timol y borneol
(III) Linalool, terpinen-4-ol y acetato de
linalilo
(IV) Genariol y acetato de geranilo

Cada aceite aislado de estos quimiotipos, huele diferente y posee


distintas propiedades biológicas. Mientras los quimiotipos I y II de tomillo
poseen una actividad antibacteriana fuerte, son irritantes, los
quimiotipos III y IV son los que tienen una moderada actividad
antibacteriana. El aceite del quimiotipo III de tomillo posee un efecto
sedativo debido a la presencia del linalool, alcohol monoterpénico y su
acetato.
Otro ejemplo son los aceites esenciales de plantas de geranio
(Pelargonium graveolens), cultivadas en las islas de Reunión (Océano
Índico, al norte de Madasgascar) y en China. En el mercado
internacional el primer aceite esencial se conoce con el nombre de
“Bourbon” y el segundo se denomina “Aceite de geranio chino” sus
composiciones químicas varía notoriamente varía, lo que se puede
apreciar en la siguiente tabla:

Comparación de los aceites esenciales, según sus compuestos


mayoritarios, aislados de geranios cultivados en China y en las
islas Reunión

Compuestos Geranio china % Geranio Reunión %

Citronelol 40 22
Formiato de
11 8
citronelilo
Geraniol 6 17
Formiato de
2 7.5
geranilo
Linalool 4 13

Otro parámetro importante es el tiempo de cosecha de la planta, de este


depende tanto el rendimiento, como la composición del aceite extraído.
Por ejemplo, el aceite esencial salvia (Salvia officinalis, Fam. Labiatae)
contiene una cetona monoterpénica neurotóxica, α-tuyona, en
cantidades diferentes, según la época cuando se recolecta la planta. El
contenido de cetona varía así: es alto, cuando la planta se cosecha
después de florecer, y es bajo antes de su florecimiento. Ésta es
precisamente la época cuando se hace la recolección de Salvia
officinalis. Las flores de jazmín recolectadas en horas de la mañana,
contienen en su aceite una combinación preferida de linalool, alcohol
bencílico, cis-jasmona e indol, pero cuando las flores se recogen en las
horas de la tarde, sus aceites poseen altos niveles de benzoato de
bencilo, eugenol y salicilato de metilo; los últimos dos introducen unas
notas odoríferas poco placenteras y no deseables, lo que puede generar
un rechazo en la industria de perfumes o en aromaterapia.

Durante el ciclo circadiano, la gran mayoría de las flores cambia su


composición y la cantidad de metabolitos secundarios volátiles emitidos.
Para ciertas plantas, durante algunas horas del día, le emanación de
volátiles puede “suspenderse” casi por completo. Tal es el caso de la
flor del trompetero o borrachero (floripondio), identificado botánicamente
como Brugmansia suaveolens (Fam. Solanácea), Brugmansia, en honor
del profesor de Historia Natural Sebakd Justin Brunmans (1761-1819)

Los aceites esenciales, productos del metabolismo secundario de las


plantas contra sus depredadores, enfermedades y plagas. Muchos de
sus componentes son llamados "armas químicas" de las especies
vegetales, que les permite sobrevivir e interactuar con el medio
ambiente. Existen diferentes clases de metabolitos secundarios. Entre
ellos, alcaloides, carotenoides, saponinas, flavonoides y otros, pero
aquellos metabolitos secundarios de la planta “destilables” con vapor de
agua, agua/vapor o hidrodestilación, o sea, aceites esenciales, están
formados mayoritariamente por unas o varias de las siguientes clases
de sustancias vilátiles, a saber:

1. Terpenoides.
2. Compuestos fenólicos y sus derivados.
3. Moléculas no terpénicas (alcoholes, ésteres, ácidos, etc.)
4. Menos frecuentemente por compuestos heterocíclicos, que
contiene generalmente átomos de nitrógeno y azufre.

Todas estas sustancias son de peso molecular relativamente bajo (˂300


Da), apolares o medianamente polares, son volátiles y cada una posee
su olor característico.

Los terpenoides o terpenos forman el grupo más numeroso de


compuestos presentes en la mayoría de aceites esenciales. El nombre
“terpeno” se deriva de la palabra “terpentina”, que es un líquido muy
oloroso, volátil e inflamable, formado básicamente por pinenos que se
aíslan por arrastre con vapor de las especies de la familia Pinaceae
(pinos, abetos). Químicamente, los terpenos son productos de la unión
de varias moléculas (unidades) del isopreno, que es un hidrocarburo
insaturado con fórmula condensada C5H8. Los isoprenos pueden
acoplarse entre sí de múltiples maneras y formar numerosos isómeros.

En esta familia de compuestos (terpenos) se observa toda clase de


isomería, e.g., geométrica, óptica y estereoisomería. De acuerdo con el
número de unidades isoprénicas fusionadas, se constituyen,
respectivamente, monoterpenos (n=2, C10 H16) y sequiterpenos (n=3,
C15H24). Estos son los integrantes más comunes de los aceites
esenciales, junto con sus numerosos derivados oxigenados, entre ellos,
aldehídos, cetonas, alcoholes y ésteres. (Stashenko, 2009)
Componentes usuales en los aceites esenciales

Tema 2. Evaluación olfativa de los aceites esenciales


En la industria de las fragancias y sabores, el control de calidad de los aceites
esenciales en cuanto a la evaluación organoléptica es primordial, porque
evalúa las propiedades por las cuales es utilizada la esencia. El resto de
análisis que se le realizan a los aceites tienen como objeto determinar cualquier
fraude o problema de calidad que se haya percibido en la evaluación
organoléptica.
A continuación, se describirán las principales características del proceso
olfativo y de olores, el control del gusto no se describe porque es muy compleja
la evaluación de los atributos por la composición química de los aceites
esenciales, puesto que por las características gustativas se pueden medir por
muchos compuestos como: proteínas, aminoácidos, ácidos, azúcares y
glucósidos.

Descripción de olores y el proceso olfativo


Cuando se quiere explicar un olor o un sonido existen parámetros comparativos
que se pueden medir o dimensionar, lo que hace fácil comparar e interpretar,
pero hay dos sentidos que no se pueden determinar, los llamados sentidos
químicos, que son el gusto y el olfato. No existe una medida numérica la cual
pueda expresar el sabor del pan o el jazmín.
El proceso olfativo produce tiempos mínimos que incluye las etapas de:

Comparación o Clasificación o
Reconocimiento Aprendizaje Memorización
descripción apreciación

El olor es percibido por los receptores olfativos (proteínas) presentes en las


fosas nasales, e inicia inmediatamente una compleja cadena de reacciones
que, pasando por el bulbo, la corteza y el tubérculo olfatorio, después llega al
cerebro. En este recorrido se pueden observar interconexiones con otras
estructuras neuronales, como el sistema gustativo y el hipocampo. Este último
intervendría en el proceso de la memorización, y justifica en parte el hecho de
que normalmente un olor queda asociado en la memoria con un recuerdo
determinado. El recuerdo muy probablemente contendrá, además del olor que
lo perfila, gustos, colores, sentimientos, y hasta sensaciones ajenas al olfato,
como calor, hambre, alegría o imágenes relacionadas. En nuestra conciencia
no queda memorizada la percepción olfativa propiamente dicha, sino una
impresión subjetiva, relacionada siempre con algún otro sentido o impresión en
el subconsciente; con emociones, con momentos de nuestra existencia y con
sentimientos.

En los años 90 se descubrió que el órgano vomeronasal humano, que se creía


estaba atrofiado en seres humanos, tiene el estímulo de responder a ciertas
sustancias volátiles llamadas feromonas. Esto revolucionó el mercado de las
fragancias, porque se creyó que si se pudieren descubrir las feromonas
humanas se podrían usar con fines comerciales. Se llegaron a ofrecer en
Estados Unidos de América perfumes que son promocionados por su contenido
de feromonas humanas. Los productos ofrecidos con estas propiedades son en
general derivados esteroidales, del tipo de la androsterona, que se encuentran
naturalmente en el sudor humano, o una combinación de ácidos grasos de
cadena corta, y presente en la secreción vaginal de los mamíferos.

Se tienen pruebas de que existen zonas específicas para olores específicos, lo


que explica otros dos fenómenos: cada olor es captado como la suma de varias
respuestas y no es posible pensar en olores primarios, como en el caso de los
colores o de los sabores. Por otro lado, la percepción de una mezcla de olores
no produce una imagen olfativa sumatoria de las imágenes individuales de
cada olor en particular. Y esto explica el fenómeno tan conocido por los
perfumistas, de que no siempre se puede predecir qué olor tendrá una mezcla
de dos o más sustancias con olores conocidos.

También explica que algunas esencias o un buen perfume parezcan una simple
nota, un solo cuerpo, y sólo un experto catador pueda disgregarlos en sus
componentes primarios. Paradójicamente la memorización de un olor es mucho
más duradera que la de una imagen, a pesar de que la vista, junto al oído, son
para nuestra existencia los sistemas más importantes de captación de
información. El tiempo puede borrar de nuestras memorias viejas emociones y
paisajes, pero sus olores los rememorarán continuamente y aún sin saberlo, se
vivirá condicionado por dichas experiencias. Es por esto que resulta más fácil
sustantivar un olor con un recuerdo o con un estado de ánimo, que con un
término definido. Es casi imposible recordar un olor por su identificación
semántica.

El olfato como el gusto son llamados también sentidos químicos, ya que son
capaces de distinguir estructuras químicas diferentes y efectos difíciles de
medir. El olfato es un proceso químico que en alguna parte de su estructura
molecular se relaciona con otra, porque en su disposición espacial tienen una
forma idéntica, dando así paso a la iniciación de un proceso enzimático de
trasferencia de información. En este proceso juega un papel importante la
noradrenalina, que es también un transportador neurológico fundamental en los
momentos de alerta o memorización. Esto es una prueba de cómo se mezclan
los procesos de olfacción con sistemas de captación ajenos al mismo,
asociando al olor respuestas como el miedo, el placer o el hambre.

Aunque no se sabe con exactitud cómo es el mecanismo empleado para


diferenciar las distintas sustancias olorosas, la teoría más aceptada supone
una estructura espacial que sería la llave que encajaría precisamente en
detectores con una forma o con una función acorde, muy probablemente de
naturaleza proteica. Este detector sufriría una modificación fisicoquímica tal,
que iniciaría el proceso de transferencia de la información a través de las
neuronas correspondientes.

Repetimos que debe pensarse en varios sitios detectores para una


misma estructura detectada, y se deben considerar los tiempos
necesarios para la detección. El acople sustancia olorosa detectores,
puede ser de distinta naturaleza según los mecanismos intervinientes:
puentes de hidrógeno, cargas eléctricas, uniones lábiles, etc. Estas
uniones representan una distinta facilidad o velocidad de
acople/desacople, y solamente la suma de las detecciones más sus
velocidades, proporcionan una sensación olorosa característica. La
fuerza del olor estaría relacionada con la fuerza de estas uniones.

Inclusive la calidad de un olor es altamente dependiente de la cantidad


de sustancia detectada: evidentemente no todos los detectores para un
olor determinado tienen el mismo umbral de sensibilidad, y esto produce
una variable más al complejo proceso que involucra la caracterización o
memorización de un olor.

Estas uniones representan una distinta facilidad o velocidad de


acople/desacople, y solamente la suma de las detecciones más sus
velocidades proporcionan una sensación olorosa característica. La
fuerza del olor estaría relacionada con la fuerza de estas uniones.
(Baldoni, 2002)

Como es complejo el proceso que involucra la olfacción, la inespecificidad de la


memorización y la imposibilidad de caracterizar los elementos portadores de un
olor determinado, se comprenderá por qué es tan difícil concretar una definición
semántica de los olores. Por esta razón, en la ablución olfativa se utiliza un
léxico muy específico que a veces parece abstracto, pero cuando se maneja
por expertos, permite discriminar y caracterizar materiales con suficiente
exactitud.

La mejor manera de clasificar olores es utilizando clasificación de los mismos.


Aunque hay infinidad de propuestas de clasificación, básicamente se habla de
categorías como las siguientes:

Etéreo
Floral
Frutal
Verde
Herbáceo
Maderoso
Terrodo
Musgoso
Balsámico
Animal
Fenólico y repulsivo

Herbáceo es la esencia de romero y el acetato de bornilo. Maderoso el


cedrenol o esencia de palo santo. Terrosa es la isopropilquinoleína y la esencia
de galbano. Musgoso son el aldehído metil fenil acético y el resinoide de
musgos de encina. Balsámico es la esencia de canela y el cinamato de metilo.
Animal son escatol y la esencia de costus. Fenólico es el clavo y el metil p-
cresol. Repulsivo son el sulfito de butilo y la esencia de valeriana.

La anterior clasificación es personal, donde los atributos están relacionados


con lo vegetal, pues se cree que prácticamente todos los olores pueden de
alguna manera describirse con los encontrados en el reino vegetal. Pero hay
otras formas de descripción de olores, por ejemplo con colores (el verde
brillante de menta o el verde opaco del vetiver, el amarillo de los cítricos, el
castaño de las maderas, etc.)

También con el arte de la música existe una estrecha relación con el léxico en
la olfacción, ya que hay grandes similitudes entre ambas técnicas. La categoría
enunciada anteriormente se denomina notas, las que unidas en una
combinación como es un aceite esencial o un perfume, forman un acorde. A su
vez estas notas o acordes pueden ser: fuertes, suaves, armoniosos, graves,
agudos o persistentes. La nota aguda del caproato de alilo o la esencia de
gálbano, las notas graves del ámbar o del absoluto de mimosa, el acorde de la
ionona o de la esencia del patchuli.

La colección de distintas materias primas usadas en perfumería suelen


ubicarse delante de la mesa de trabajo de un perfumista, en forma de estantes
superpuestos y con forma semicircular, a semejanza de la estructura de los
tubos del órgano de una iglesia, y por esto se habla de órgano de materias
primas, pues se generan los acordes olorosos. En este órgano es costumbre
tener un sector solamente para los productos naturales (aceites esenciales,
resinoides, absolutos, etc), pues cada uno de ellos es un verdadero acorde de
notas.

Pero a pesar de todo este léxico, cada vez que se quiere expresar una nota
olorosa, se necesita de un sinnúmero de términos, muchas veces subjetivos, y
con una enorme falta de exactitud. Solamente la experiencia puede dar mayor
claridad a esta tarea.

Tema 3. Técnica de evaluación olfativa

1. Ambiente: se deben usar habitaciones con humedad relativamente alta


(entre 60% y 80%) y temperatura constante, pues esto ayuda que se pueda
oler mejor. El ambiente debe poseer una circulación mínima de aire pero
constante, que pueda reemplazar cualquier contaminante, pero sin que
afecten la olfacción. Suele tener iluminación e insonorización adecuadas
para facilitar la concentración del catador o perfumista. Cuando se trabaja
con panel de catadores, cada uno debe trabajar de forma aislada del resto,
para evitar ser influenciado por los otros miembros del recinto.
2. El catador: en la práctica cualquier persona podría evaluar un olor, sin
embargo, existen enormes diferencias entre los distintos individuos para
detectarlos. La sensibilidad de una persona para los olores es algo
totalmente subjetivo e innato, y en la escuela de perfumería lo único que
pueden aportar es una planificación de la memorización olfativa y dar una
metodología que permita simplificar la tarea por un lado y ampliar el espectro
de posibilidades por el otro. El factor fundamental para evaluar olores es una
condición innata de poder memorizar la experiencia tenida con esa labor.

3. La técnica: para tomar la muestra del producto se emplean unas pequeñas


tiras de papel absorbentes libres de cualquier encolante o aditivo, para
permitir una rápida penetración o absorción de líquido en la fibra. El tamaño
aproximado es de 12 a 15 cm por 0,5 a 1 cm.

La evaluación olfativa debe realizarse en tres tiempos, que pueden ofrecer


particulares indicadores de los distintos componentes presentes en la
esencia.

En función de la distinta volatilidad de sus constituyentes, las tres etapas


características son:

a) Notas de salida: en esta etapa inicial se pueden oler los componentes más
volátiles presentes en la esencia, generalmente monoterpenos o productos
con cadena carbonada (hasta 6 u 8 carbonos). También se advierten ya
productos más pesados pero con gran fuerza olfativa (el mentol de la
menta). Si la esencia es cruda y no ha sido purificada por algún proceso
industrial y luego aislada de la planta, en esta etapa suelen aparecer
productos con olores muy silvestres, a veces demasiado fuertes e
indeseables (sulfuros, mercaptanos y ácidos), debido a productos de
descomposición de azúcares, aminoácidos y otras sustancias presentes en
los vegetales.

b) Notas de cuerpo: después de cinco minutos aproximadamente, comienzan


a olerse los componentes que tiene la volatilidad de una esencia. Este
período puede ser muy estable; en la esencia de lavanda suele durar hasta
un día, en el romero unas horas, en el vetiver semanas. Esta etapa define
el corazón de la esencia, la mayor parte de su personalidad olfativa.

c) Notas de fondo: no es fácil advertir cuándo empieza esta etapa, pero en


muchas esencias, después de un tiempo prolongado, comienza a
detectarse notas aromáticas muy interesantes que inicialmente no pueden
ser individualizadas por estar enmascaradas por sustancias más fuertes y
volátiles. Pero el olor de esta última porción es trascendental para la
perfumería, pues hace la fijación de las fragancias. Entre las esencias que
presentan esta singular calidad están la Salvia sclarea, el sándalo, el
pachuli y la gran mayoría de los extractos florales. Algunos de estos
productos naturales pueden desprender olores durante meses, resultando
en verdaderos artífices de acordes aromáticos.

Tema 4. Los atributos olfativos

Imagen: El sol diario online

Los atributos olfativos que se evalúan de una materia prima son:

 El acorde automático y la relación con otros olores conocidos: esta


descripción del olor se puede realizar con distintas concepciones, tal como
se explicó anteriormente. Es importante describir el acorde en las tres etapas
indicadas.

 La fuerza de intensidad: se realiza comparando dos sustancias que son


fuertes. Un ejemplo claro es cuando se compara el eucalipto con la esencia
de rosas, la persona experta indicó que es más intensa la esencia de
eucalipto.

 La expansividad, volumen o difusividad: los productos con un fuerte olor


tienen mucha difusividad, es decir se expanden en un ambiente
rápidamente, saturándolo. Pero también otros productos con notas muy poco
intensas (como la misma esencia de rosas) producen el mismo efecto, y por
eso conviene evaluar qué grado de expansividad o volumen produce un
aceite esencial, aparte de la determinación de su fuerza.

 El poder de fijación o perdurabilidad: independientemente de que un olor


tenga propiedades expansivas o fuertes, se debe conocer si perdura o no.
Un aceite de eucalipto perdura de 3 a 4 horas, en comparación con el de
clavo o resinoides, estos pueden durar en una tira de papel varios meses. En
perfumería un producto con gran poder fijador es altamente apreciado.

Importantes características de un olor a tener en cuenta para definir un


volumen en un espacio tridimensional determinado por estas variables:

 La sustanvilidad o eficacia de un producto en presencia del medio


donde es usado y en las condiciones como es usado: durante el lavado
de una tela, evaporado sobre la piel, mezclado en un perfume, perfumando
un plástico, saborizando una bebida, etc.

 La estabilidad, per se y junto a otros productos: esto puede ser muy


importante para justipreciar el valor de la esencia. Productos muy fácilmente
oxidables o polimerizables suelen descartase.

 Evaluación de dilución: cuando un producto tiene mucha fuerza olfativa,


conviene oler en dilución al 10%, 1% o 0.1%. Esto permite tener una idea
más real de cómo se comportará el producto dentro de una formulación en
esas diluciones. Los disolventes usados son inodoros o muy poco olorosos
(glicoles, ftalato de dielito, alcohol bencílico o etanol).

 Umbral de detección: resulta importante conocer cuál es la dilución máxima


que acepta un producto aromático a partir de la cual ya se hace perceptible.
Esto depende de la fuerza del mismo, y es una manera de cuantificar esta
propiedad. En el caso de un producto complejo como son las esencias
naturales, pueden existir varios umbrales dependiendo del constituyente o
nota olfativa de la esencia de interés a evaluarse.

Todo esto se relaciona con otros mencionados anteriormente como:

 Color.
 Costo.
 Disponibilidad.
 Homogeneidad en la calidad.
 Efectos fisiológicos probables sobre: plantas, insectos, animales o en el
hombre.
 Aspectos hedónicos: preferencia, relación con costumbres u olores
característicos, acorde aromático en bodega, personalidad, complejidad o
simplicidad del acorde.

El inconveniente más serio que presenta el control olfativo es que está


fuertemente influenciado por factores subjetivos, pues en definitiva es un
individuo el que determina si el producto cumple o no con la calidad exigida.
Para minimizar este problema, normalmente en la industria se utilizan un grupo
de panelistas para la evaluación, lo que permite expresar el resultado con un
mayor grado de objetividad.

Se ha postulado una técnica por espectroscopia infrarroja para la


caracterización de los olores, pero hasta ahora no parece una técnica viable.

También han aparecido en el mercado a partir de los años 90’s algunos


instrumentos llamados narices electrónicas, que permiten hacer este análisis
dando como resultado un gráfico que puede usarse como perfil identificativo del
producto evaluado, y logrando así una medida de comparación. Consisten en
sensores que por un efecto físico o químico sufren una modificación frente a la
presencia de moléculas volátiles; esta modificación es transformada en una
variación de voltaje y estas variaciones se registran en función del tiempo o de
un espacio. Existen distintos tipos de sensores: cristales de cuarzo, óxido de
metales, fibras ópticas o polímeros.

Estos instrumentos no han solucionado completamente el problema de la


subjetividad de este análisis, pues si bien permiten comparar olores en forma
objetiva, no pueden identificar olores, no pueden decir si una pequeña o una
gran diferencia en el gráfico obtenido son significativos para la aplicación del
producto, y lo peor de todo, puede ocurrir que sean sensibles a algunos
compuestos inodoros, no detectados por el hombre. Sí son muy útiles para una
evaluación rápida y preliminar, y para comparar distintas partidas o
producciones de un mismo material. En 1998, surgió una nueva técnica para el
análisis instrumental de olores: la espectrometría de masas de análisis de
cabeza (Head space mass spectrometry), que permite identificar el producto
detectado en un olor, por su espectro de masa. Aunque es muy prematuro
pronosticar el éxito que podrá tener esta técnica, parece corregir varias de las
limitaciones que presentan los equipos citados anteriormente.
Referencias

 Baldoni, A.L. (2002). Los Recursos Vegetales Aromáticos en Latinoamérica.


Buenos Aires, Argentina: CYTED.

 El sol diario online. (s.f.). Crean una nariz electrónica que podría ayudar a
localizar delincuentes. Consultado el 04 de junio de 2013, en
http://elsolonline.com/mobile/view/159106/crean-una-nariz-electronica-que-
podria-ayudar-a-localizar-delincuentes

 Orduño Sanchez, M.F. (2006). Manual práctico de aceites esenciales,


aromas y perfumes. Alicante: AIYANA.

 Stanshenko, E. (2009). Aceites esenciales. Santander: División de


Publicaciones UIS.

Control del documento

Nombre Cargo Dependencia Fecha

Ángela Viviana Centro Agroindustrial Marzo de


Autor Experta técnica
Páez Perilla Regional Quindío 2013

Paola Andrea Guionista -


Centro Agroindustrial Junio de
Adaptación Bobadilla Línea de
Regional Quindío 2013
Gutiérrez producción

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