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Colonia en Chile

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Después del Descubrimiento de América por Cristóbal Colón muchos conquistadores se
dirigieron a los distintos territorios del continente americano para explorarlo y tomar
posesión de él en nombre del rey de España.
A lo largo del siglo XVI fueron sometiendo uno a uno a los distintos pueblos aborígenes.
Es así como también llegaron a Chile.
La Conquista de nuestro país tuvo características particulares ya que se extendió por
muchos años debido a la fuerte resistencia que opusieron los araucanos.
Es así como, de modo general, entendemos por Colonia a la extensión imperial, social,
político, religioso y cultural que se estableció en América durante los siglos XVII, XVIII e
inicios del siglo XIX.
En Chile, la Colonia comienza tras el Desastre de Curalaba en 1598 con el
establecimiento de la frontera natural entre españoles y araucanos en el río Bío Bío. La
región ubicada al sur de dicho río quedó en manos de los indígenas, mientras que las tierras ubicadas al norte
fueron gobernadas por los españoles comenzando así la Colonia en Chile. Otros enclaves españoles fueron Valdivia
y Chiloé.
Esta etapa, que se prolonga hasta la revolución de la Independencia, se caracterizó por un constante cambio de
gobernadores, cuya preocupación principal fue proseguir la guerra contra los araucanos y luchar contra los
frecuentes cataclismos naturales (terremotos, donde destaca el producido en 1647 bajo la gobernación de Martín de
Mújica y Buitrón) que sufría el país.

Ver: Visión global del periodo de la Colonia

La Colonia en todos sus aspectos

Gobierno y administración Cabildo Religión, educación, cultura

Arquitectura Escultura Música

Economía Pintura Clases sociales

Desarrollo de la ciudad Reformas borbónicas en Chile

La Colonia

Entendemos por Colonia a la extensión imperial, social, político, religioso y cultural que se estableció en América
durante los siglos XVII, XVIII e inicios del siglo XIX.
En Chile, comienza tras el Desastre de Curalaba en 1598 con el establecimiento de la frontera natural entre
españoles y araucanos en el río Bío Bío. Esta etapa, que se prolonga hasta la revolución de la Independencia, se
caracterizó por un constante cambio de gobernadores, cuya preocupación principal fue proseguir la guerra contra los
araucanos y luchar contra los frecuentes cataclismos naturales (terremotos, donde destaca el producido en 1647
bajo la gobernación de Martín de Mújica y Buitrón) que sufría el país. (Ver: La Colonia en Chile)
Administración colonial
Desde un comienzo, España centralizó todo lo referente a la administración de las colonias que poseía en América y
Asia, teniendo a la cabeza al rey, quien era asesorado por el Consejo de Indias.
El Consejo de Indias
Proponía al rey el nombramiento de altos funcionarios civiles y eclesiásticos que se desempeñarían en las colonias.
Dictaba las leyes, decretos, reglamentos y ordenanzas que conformaban el derecho indiano. Actuaba también como
tribunal supremo, analizando las apelaciones a las sentencias de las Reales Audiencias y sometía a virreyes y
gobernadores a juicio de residencia, mediante el cual podían presentar acusaciones con las decisiones tomadas
por los funcionarios. Mientras durara su cargo, estos últimos no podían casarse con habitantes del lugar, establecer
negocios, comprar propiedades, etc.
Real Audiencia
Era el supremo tribunal de justicia durante la época colonial. Fue un organismo político-administrativo que residía en
las principales ciudades de América. Formado por cuatro oidores o magistrados, era tribunal de primera instancia en
algunos casos, y de apelación de las sentencias de los jueces inferiores. Se estableció en Chile en 1609.
El Cabildo
Representaba a la comunidad. Se encargaba de administrar las ciudades, y en algunos casos era representante del
rey. Para integrarlo debía ser vecino o encomendero ejerciéndolo por el período de un año.
Estaba formado por dos alcaldes, seis regidores, un secretario y un procurador. Entre sus atribuciones estaban las
de preocuparse de la administración local, del aseo y ornato, la salud pública, aspectos judiciales, legislativos y
políticos.
División territorial de América
América estaba dividida en virreinatos, capitanías generales y presidencias. Los virreinatos eran gobernados por un
virrey, quien fue el representante directo de la Corona. En el siglo XVI se establecieron en América dos virreinatos: el
de Nueva España o México (1535) y el de Perú (1544); en el siglo XVIII se incorporaron otros dos: Nueva Granada
(1717) y el Río de la Plata (1776).
Las capitanías generales fueron territorios dirigidos por un jefe militar que desarrollaba el poder civil y judicial.
Durante la Colonia eran cuatro capitanías generales: Santo Domingo, Guatemala, Venezuela y Chile.
Por último, las presidencias eran gobiernos creados en territorios ya pacificadas. El poder lo ejercía el presidente de
la Real Audiencia, como era el caso de Ecuador y Bolivia.
Economía y Comercio Colonial
En América se producían metales preciosos, materias primas y alimentos. Sin embargo la capitanía de Chile se
cultivaba el trigo, el maíz y la vid en la hacienda. Sus productos eran comerciados hacia el Perú enviando además
cueros, sebos, frutas secas y vino. Todo el comercio entre Chile y las demás colonias estaba sujeto al Monopolio
Comercial impuesto por España, por tal razón se entiende la dependencia económica con el virreinato del Perú.
La Iglesia
Durante la época de la Conquista, los sacerdotes tenían como misión evangelizar a los indígenas y convertirlos al
cristianismo, cumpliéndose con ello el propósito espiritual de la colonización.
Los sacerdotes que se establecieron en Chile fueron capellanes de ejército, los que participaron en combates más
de una ocasión. posteriormente, se dedicaron a convertir a los aborígenes sometidos tras dichas guerras, y otros
fueron misioneros en tierras de Arauco.
La Iglesia jugo un papel muy importante en la colonización americana, especialmente en Chile. Los Reyes Católicos
y sus sucesores estaban obligados a impulsar la evangelización, constituyendo el Patronato Real sobre la Iglesia,
por el que se aseguraba la remuneración en dinero hacia el clero, la construcción de iglesias, catedrales, conventos
y hospitales.
El estrato religioso aumentó considerablemente. Solo en Santiago, a mediados del siglo XVII, existían 200 religiosos.
Para la Corona era mucho más fácil “dar el pase a América” a las órdenes religiosas y no a muchos sacerdotes en
forma individual. De esta forma, los dominicos y franciscanos desarrollaron una labor misionera alrededor de los
pueblos indígenas utilizando el convencimiento. Sin embargo y en contrapartida con los anteriores, también llegaron
evangelizadores que solo hicieron riqueza en América.
Los franciscanos fueron los primeros en llegar a Chile, a los cuales se sumaron los agustinos, los mercedarios y los
jesuitas. Estos últimos, gracias a la influencia del padre Luis de Valdivia y de la guerra defensiva, consiguieron
extenderse en la región araucana.
Fuente: “Historia de Chile”; Sergio Villalobos.
Compilación Profesor en Línea
Sorpresa (o Desastre) de Curalaba

Acción de guerra que se desarrolló en el lugar llamado Curalaba (37º


55' latitud Sur y 72º 53' longitud Oeste), el 23 de diciembre de 1598, en
las orillas del río Lumaco a 25 kilómetros de la ciudad de Angol.
En ella fue muerto el gobernador de Chile Martín García Óñez de
Loyola, quien comandaba la tropa al ser atacados por los indios del
cacique araucano Pelantaro.
Óñez de Loyola se dirigía desde Imperial a Angol, llevando 50
españoles y 300 indios auxiliares. Después de dos días de viaje Martín Garcia Óñez de Loyola
pernoctó en una loma llamada Curalaba, sin siguiera vigilar los
alrededores. Se dedicaron solamente a descansar y dormir. Los indios los habían seguido y vigilaban cada uno de
sus pasos.
Al verlos desprevenidos, los indios decidieron atacarlos por sorpresa el amanecer del 23 de diciembre de 1598.
Dividieron los indios sus fuerzas en tres escuadrones al mando de los caciques Pelantaro, Anganamon y
Guaiquimilla. Amparados por la oscuridad de la noche se acercaron y a las primeras luces del alba cayeron sobre los
españoles, dando muerte a todos ellos y a los indios auxiliares, los cuales aterrorizados en el desconcierto se
despeñaron hacia el río.
Sólo se salvó el clérigo Bartolomé Pérez, quien quedó en el campo de batalla dado por muerto. Después de setenta
días Pérez, casi a punto de desfallecer, pudo llegar a Imperial.
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Colonia: el Cabildo

El cabildo fue una de las primeras instituciones que España impuso en América. Dicha fórmula tiene su origen en
los municipios españoles de la Edad Media, los cuales eran cuna y defensa de las libertades populares. Los cabildos
eran instituciones urbanas que existían en Castilla. En cuanto los
españoles fundaban una ciudad, se creaba el cabildo. Eran
entidades importantísimas, porque representaban a la comunidad
y derivaban su nombramiento de ésta, y —caso único— no del rey
(debe recordarse que todos los nombramientos los hacía
personalmente el rey). El cabildo se ocupaba del gobierno y
administración de las ciudades y tenían jurisdicción sobre todo
el territorio.
Sin embargo, su elección no era democrática. El fundador de una
ciudad le daba a ésta un cabildo inicial, pero de allí en adelante la
entidad se autogeneraba; es decir, los miembros salientes del Un cabildo colonial.
cabildo elegían a sus sucesores. Los miembros del Cabildo recibían
un cargo, el de regidor, y duraban un año en él.
Como decíamos, los cabildos fueron organismos que representaban a la comunidad, aunque debe reiterarse que
no eran un instrumento de la voluntad popular.
Estas características del cabildo hicieron que la corona lo mirara con desconfianza. Para separarlo de la comunidad,
usó diversos procedimientos. Entre ellos se pueden citar: designar ella misma regidores perpetuos; vender los
puestos del cabildo en remate, etc. Para quitarles disimuladamente las atribuciones que ejercía, también se usó la
creación de las Audiencias. Pero por más que se irritase la Corona no podía prescindir totalmente de los Cabildos.
Y así castigó severamente la destitución del gobernador Acuña y Cabrera, pero no le devolvió el cargo. (En 1655, el
Cabildo de Concepción derribó al gobernador Acuña y Cabrera. La causa fue su torpe manejo de la guerra de
Arauco).
En estas instituciones se concentró la aristocracia de cada reino americano, único sector social que en aquellos años
era capaz de un pensamiento y una acción de tipo política. Por eso, de los cabildos surgieron las agitaciones que
culminarían con la Independencia.
Funciones del cabildo
El cabildo realizaba múltiples y diversas funciones:
- En general las de un municipio propiamente dicho: velar por el aseo; ornato; calles,
plazas y paseos; servicios públicos como el de agua potable; higiene, etc., de la
ciudad. También se preocupaba del estado de las cárceles.
- Llevaba el control de la calidad y precios de los alimentos, y de otros artículos y
servicios esenciales para la comunidad, entre ellos de la medicina y la farmacia.
- Poseía atribuciones judiciales.
- Intervenía en la distribución de tierras vacantes en los alrededores de la población o
de solares al interior de la misma.
- Podía imponer ciertos gravámenes.
- Ocuparse de la policía local, pudiendo reclutar hombres para proveer a la defensa de
Grabado con Escribano la ciudad o de su territorio cuando fuese necesario.
del cabildo
- Dictar normas para la edificación. Inspeccionar y controlar los hospitales, el estado
(ampliar imagen)
de los caminos, el culto público divino, el abastecimiento local y los precios de los
productos esenciales.
- Tenía funciones políticas. Éstas tenían como origen la
costumbre, no la ley escrita. Con esa base, el Cabildo de
Santiago podía elegir gobernadores. Por ejemplo, designó
gobernador a Pedro de Valdivia "hasta que Su Majestad
mandase otra cosa". Muerto don Pedro, varios municipios
—el de La Serena (Francisco de Aguirre), el de Santiago
(Rodrigo de Quiroga) y los del sur (Francisco de Villagra)—
se volvieron a arrogar al derecho de elegir gobernador.
Los cabildos americanos no tuvieron muchos recursos.
Dentro de sus bienes estuvieron los propios, que
correspondían a los bienes comunales que pertenecían a
los Cabildos y cuyo producto tenía por objetivo solventar
los gastos de la corporación. Dentro de ellos estuvieron los
ejidos inmediatos a la ciudad (correspondían a un sitio Un ejido, bienes del Cabildo.
donde los vecinos podían tener sus caballos y recoger
leña) y las dehesas (haciendas con pasto donde el Cabildo mantenía ganado vacuno y lanar).
Otra fuente de recursos eran los impuestos permanentes aprobados por el rey, que se destinaban a los diversos
gastos del Cabildo y a las numerosas obras públicas que se realizaban. También contaban con los arbitrios, que
eran los medios extraordinarios a que recurría la corporación para solucionar problemas inmediatos, tales como las
derramas, que eran exigencias de dinero urgentes y obligatorias que se hacían al vecindario y que éste debía
pagar.
Se convirtió en tradición, que el Cabildo de Santiago tomase juramento de respetar las leyes a todo gobernador
que asumía.
Composición del Cabildo
Entre sus miembros hubo dos alcaldes ordinarios y un número
variable de regidores (seis en Santiago). Entre éstos últimos se
distinguían los que lo eran por derecho propio, como los oficiales
reales, que vivían y ejercían sus cargos en la respectiva ciudad, y los
que eran designados, ya sea por elección o por compra del cargo.
Los alcaldes eran los brazos ejecutores de este cuerpo colectivo.
Además estaban los funcionarios auxiliares, como: el fiel ejecutor
(controlaba los precios, pesos y medidas de artículos), el procurador
de la ciudad (representaba los intereses generales de ésta), el alférez
real (portaba el estandarte del rey en procesiones y otros actos
públicos), etc. Mas, en cuestiones de alta trascendencia, la institución
se ampliaba con los vecinos de mayor relevancia a un cabildo
Dehesa con porcinos. abierto.
Los llamados Cabildos abiertos eran reuniones que se celebraban extraordinariamente cuando algún hecho
especial así lo requería, y podían asistir a ellos los vecinos invitados. Uno de éstos ocurrió en Santiago y dio origen
a la Primera Junta de Gobierno el año 1810. La norma corriente eran los Cabildos cerrados, los cuales eran
sesiones ordinarias donde los miembros de la corporación —alcaldes, fieles ejecutores, alférez reales, etc.—
debatían los diferentes problemas y les daban solución.
Volver a:Colonia

Colonia: Religión, educación y cultura

Una profunda fe en Dios, en la Virgen María y en la corte celestial


alumbró el mundo espiritual del conquistador y del criollo. La
inspiración espiritual reposaba también en una acentuada
fidelidad al magisterio de la Iglesia. La estrecha unión con el
Estado confundió los fines de ambos que aparecieron, por así
decirlo, actuando en un solo sentido. Esta comunión provenía
desde tiempos remotos, cuando la religión había hecho posible la
unificación de España.
Fueron en su mayor parte teólogos españoles los que fijaron en el
Concilio de Trento la nueva disciplina y organización de la Iglesia
y la fundación de la Compañía de Jesús por el vasco Ignacio de
Loyola. Había una nueva cruzada y España mantuvo un fervor
místico que aparecía totalmente decaído en el resto de Europa.
La teología fue el cauce inspirador de las grandes decisiones y el
gobierno, las leyes y en alguna forma la economía, debieron
amoldarse a sus dictámenes. Ignacio de Loyola.
La Iglesia como institución tuvo una importancia capital en el mundo colonial, compartió directa o indirectamente con
las autoridades civiles las responsabilidades de gobierno. La Iglesia estuvo vinculada al Papado y a la monarquía.
Los reyes en su calidad de católicos amparaban y apoyaban a la Iglesia, a la vez que tenían algunos derechos sobre
ella. Es lo que se ha denominado Derecho de Patronato.
Conforme a este sistema, los reyes proponían a Roma a los eclesiásticos que debían ocupar los altos cargos.
Obispos, canónicos, etc. Sólo el Rey podía autorizar la construcción de iglesias, capillas, conventos. A su vez,
proporcionaba los fondos para todos los gastos, cobrando por su cuenta el derecho del Diezmo.
La acción de la Iglesia
Debido a la Guerra de Arauco, en Chile la dominación española se afianzó sólo en territorios ubicados al norte del
río Biobío. Fue allí donde se desarrolló la vida colonial y se consolidaron los diferentes grupos sociales, los cuales
tienen modos y conductas de vida propios. Estos grupos se diferencian por su origen, o bien, por los medios
económicos de que disponen. Esta actividad en su conjunto forma la sociedad colonial.
En la época colonial cohabitaban distintos grupos raciales que ocupaban un lugar en la sociedad, relacionados con
los derechos y actividades que ejercían. (Ver Clases sociales en la Colonia).
En el plano religioso, en el Chile colonial la base de la organización
eclesiástica eran los obispados de Santiago y Concepción. Desde
tempranos años se contó con diversas órdenes religiosas: la Merced, San
Francisco y la Compañía de Jesús. Una de las principales tareas de la
Iglesia fue la conversión de los indios.
Desde el comienzo de la Conquista, la misión evangelizadora quedó en
manos de los religiosos. El predicador iba con los ejércitos y el indígena
apenas podía distinguirlo del conquistador, que diciéndose también
apóstol del cristianismo, quería con el velo de la fe cubrir sus ambiciones,
avaricias y crueldad. Para el misionero no resultaba fácil predicar sobre la
caridad y la mansedumbre en medio del humo de la pólvora y de las
espadas.
¿Cómo podían entender los indígenas la divina bondad de Dios mientras
eran esclavizados por los encomenderos y los soldados los aplastaban
bajo los cascos de sus caballos?

¿Indígenas creyentes?
¿Cómo podían identificar los indígenas al sacerdote que les enseñaba el cristianismo y al soldado que les
arrebataba sus bienes y su libertad? Muchas veces confundía a los dos en un mismo odio y en una misma
maldición.
La situación del indígena provocó serios conflictos entre la Iglesia y las autoridades. El jesuita Luis de Valdivia tomó
como una empresa personal la protección de los indígenas contra los abusos de soldados y encomenderos. Los
primeros seis jesuitas del grupo de Luis de Valdivia dieron el ejemplo y su acción evangelizadora costó la vida de los
primeros mártires.
La Compañía de Jesús
De las órdenes religiosas, la Compañía de Jesús logró, en el siglo XVII, el desarrollo más espectacular y el mayor
influjo sobre las autoridades y los pobladores. Para desarrollar su acción
religiosa y cultural la Compañía contó con sus propios recursos
económicos sobre la base de cuantiosas donaciones que le permitieron
acumular una gran riqueza. Según su visión del mundo, "la tierra es un
don dado por Dios a los hombres y es un deber cristiano hacerla fructificar
con el trabajo".
Tuvieron los jesuitas alrededor de cincuenta haciendas, ganado, siembras,
viñas, numerosas industrias: molinos, curtiembres, bodegas elaboradoras
de vino, fábrica de cal (La Calera), astilleros (en el Maule), alfarerías; y
aun mantenían un comercio de exportación al Perú (sebo, charqui, vinos y
aguardientes). Disponían de carnicerías y de las únicas boticas del país.
Disponían de unos 1.300 esclavos negros en sus haciendas. Sin duda, los "La tierra, un don de Dios"
jesuitas pasaron a ser en este siglo la primera potencia económica de (ampliar imagen)
Chile.
En el año 1600, por escritura pública, otorgaron los jesuitas lo que podría llamarse el primer "contrato de trabajo"
chileno, donde se comprometían a respetar condiciones mínimas de remuneración para sus propios indios de
servicios. Ellas incluían el salario familiar, la jubilación por edad (cincuenta años), una pensión a la viuda en caso de
fallecimiento del indígena, una jornada laboral limitada, auxilio médico, enseñanza gratuita, etc.
Naturalmente, estas últimas medidas no parecían muy compatibles con el hecho de poseer los jesuitas una notable
cantidad de esclavos negros, pero esta contradicción moral era común en la época.
Con igual intensidad y energía se dedicaron al servicio religioso, al culto, a la confesión y a la enseñanza.
Hacia 1650, medio siglo después de su llegada, casi la mitad de los casi 114 miembros de la orden eran personas
nacidas y educadas en Chile, por lo tanto llevaron apellidos criollos como: Fuenzalida, Gómez, Molina, etc. La
influencia de los jesuitas penetró en todos los sectores sociales, desde los esclavos negros hasta la aristocracia.
Su expulsión
En 1767, el Rey de España Carlos III decretó
su expulsión de todos los dominios coloniales
españoles. El decreto no daba razones para
justificar una acción tan grave, sólo aludía
vagamente a causas "urgentes, justas y
necesarias que reservo en mi real ánimo". Su
orden se cumplió en Chile con rapidez,
exactitud y sigilo, en medio de la expectación,
tristeza y el descontento de la población.
La educación
Sede de la Compañía en Lima
(ampliar imagen) En Chile fueron los Cabildos y órdenes
religiosas los que abrieron los primeros
establecimientos de instrucción primaria. En ellos se enseñó a leer y a escribir, más algunos rudimentos de
aritmética y catecismo.
Los sacerdotes eran las personas más cultas de la época; por eso, la enseñanza tuvo una sólida base religiosa.
Ellos impartían la enseñanza, destinada a los niños de las familias adineradas. Se destacan también en este periodo
en la educación las órdenes de los mercedarios y franciscanos quienes formaron escuelas en Concepción, Osorno,
la Imperial y Valdivia.
El primer colegio fundado en el país es el Seminario de La Imperial, en 1568. La primera escuela de la gramática se
funda en 1591 en el convento de Santo Domingo, posteriormente en 1596 los Jesuitas abren otra escuela de
gramática.
Los Jesuitas y Dominicos siguieron impartiendo grados académicos y los colegios jesuitas recibieron el mayor
caudal de alumnos.
Los Jesuitas fundaron un internado para jóvenes aristócratas: el Convictorio de San
Francisco Javier. Allí hizo sus primeros estudios Alonso de Ovalle y también el
abate don Juan Ignacio Molina. Tras la expulsión de esa orden religiosa del país,
en 1767, el internado, mantenido por el Estado, se transformó en el Convictorio
Carolino.
Las escuelas de gramática de los dominicos y jesuitas seguían a las escuelas
primarias. Gozaban éstas de una categoría más elevada. Sus programas se
centraban en el estudio de la gramática, filosofía, retórica y latín, que habilitaba
para los estudios superiores.
Cada orden religiosa mantuvo estudios para la formación de los sacerdotes y se
crearon los seminarios de Santiago y de Concepción.
Universidades Pontificias
Hay constancia de que en el siglo XVII funcionaron en Chile tres centros de
enseñanza superior, con categoría de universidades pontificias, que tenían un
carácter eminentemente eclesiástico. El Colegio Máximo San Miguel de los jesuitas Padre Las Casas, un
y la Universidad de Santo Tomás de Aquino de los dominicos, ambas en Santiago; defensor
mientras que en Concepción funcionó durante 43 años la Universidad (ampliar imagen)
Pencopolitana dirigida por los jesuitas. Ofrecían grados de filosofía y teología como
preparación para el sacerdocio.
Estas Universidades Pontificias constituían para el sacerdote y el laico el mayor timbre de honor que se pudieron
dar.
Descuidaban casi totalmente el conocimiento de la naturaleza física, de la que sólo se preocupaban si pudiera
relacionarse con teología.
Consideraba al magister como conocimiento esencialmente religioso, en el sentido de que la
iglesia era el poder docente.
Gracias a las gestiones del Cabildo de Santiago, se obtuvo la autorización del Rey Felipe IV
para la fundación de la Universidad de San Felipe (1758) que podía otorgar los grados de
bachiller y doctor. Esta se inauguro con la autorización de la Universidad de San Marcos
(Lima), esta Universidad imprimió en Chile una tónica de cultura, elegancia y beneficio al clero
y a la sociedad Chilena ya que no necesitaba viajar a Lima para obtener los títulos
académicos.
Hacia fines de la Colonia se fundó la Academia de San Luis, donde se enseñaba matemática,
geometría, química y dibujo, etc. Tuvo el mérito de ser el primer Instituto de Enseñanza
Técnica de América.

Alonso de Ovalle. Escuelas de Indígenas


Debido a la necesidad de convertir a los indios a la fe católica, se abrió en Penco un curso de lengua araucana, pero
no duró por la escasez de alumnos.
También se mandó a hacer una escuela donde los indios aprendiesen castellano, tal fue el Colegio de Naturales de
Chillán (1697).
Cultura
Cuando hablamos de cultura colonial nos referimos a lo que se relaciona principalmente con las obras literarias,
expresiones artísticas, costumbres, ritos y fiestas que se realizaron en la época colonial, los cuales permiten otorgar
identidad a un pueblo. (Ver Arquitectura colonial, Ver Música colonial, Ver Pintura colonial, Ver Escultura
colonial).
En la época colonial se escribieron muchas crónicas, que eran relatos que buscaban dejar el recuerdo de los hechos
y los acontecimientos más importantes. Entre las más destacadas se cuentan "El cautiverio feliz", de Francisco
Núñez de Pineda y Bascuñan, que nos relata pormenores de la vida de los araucanos. El padre Alonso de Ovalle en
su "Histórica Relación del Reino de Chile" nos describe con gran cariño las ciudades y costumbres de la Colonia.
Es propiedad: www.profesorenlinea.cl

Colonia: Clases sociales


Por Colonia se entiende el período histórico que en Chile se extiende desde 1598 hasta 1810, en el cual la corona
española gobernó estos dominios imponiendo sus instituciones y costumbres.
La vida colonial se desarrolló en los territorios ubicados al norte del río
Biobío. Allí se consolidaron los diferentes grupos sociales, cada uno con
un modo de vida propia. Estos grupos se diferenciaban por su origen y
por los medios económicos de que disponían. Debido a ello, las clases
sociales estaban muy bien definidas.
Españoles y descendientes
No era un grupo numeroso, debido a que en general fueron pocos los
españoles que se avecindaron en América. Los españoles que venían
directamente desde España recibían el nombre de peninsulares y
generalmente ocupaban cargos en el gobierno, estaban relacionados con
la Iglesia o bien al Ejército, o se dedicaban al comercio. Los hijos de Vestimenta dama descendiente de
españoles nacidos en América recibían el nombre de criollos. españoles
La aristocracia estaba integrada por los peninsulares y los criollos. (ampliar imagen)
Ellos eran los dueños de las tierras por ser descendientes de los conquistadores. Además, tenían el poder en sus
manos, gozando de relativa riqueza y de un buen nivel cultural. Ellos optaban a los cargos públicos.
Había también blancos que pertenecían a los sectores medios de la sociedad. Se trataba de comerciantes y
artesanos, escribientes y oficiales del ejército que habían llegado después de la Conquista. Su nivel cultural era
inferior al de los aristócratas y no tenían influencia alguna en las decisiones de gobierno.
Indígenas
Una vez terminada la Conquista, los españoles se establecieron
definitivamente en el territorio comprendido entre Copiapó y el río Biobío. Los
indígenas que habitaban en este territorio fueron repartidos en encomienda
para que ejecutaran los trabajos forzados que los conquistadores requerían.
La mayor parte de ellos murieron durante el primer siglo de la Conquista,
debido a que fueron robadas sus tierras, y obligados a trabajar en condiciones
muy malas, realizando trabajos muy pesados, como los lavaderos de oro.
Como estaban débiles eran presa fácil de las enfermedades que trajeron los
conquistadores, desconocidas para ellos. Periódicamente la viruela, el tifus, el
sarampión, la peste bubónica y la gripe atacaban a la población,
disminuyéndola notablemente. A ello se suma la separación que hacían los
colonizadores de las familias indígenas: muchas veces marido y mujer vivían
en lugares distintos y no tenían hijos.
Con el tiempo, rápidamente los aborígenes perdieron los rasgos
Vestimentas aborígenes característicos de su cultura,
(ampliar imagen) adoptando el idioma y la religión
de sus conquistadores
A pesar de que la Corona hizo amplios esfuerzos por proteger a los
indígenas, sus medidas resultaron inútiles, quedando este grupo
reducido a su mínima expresión.
Mestizos, mulatos y zambos
Los mestizos surgieron del contacto entre los conquistadores españoles
y ]as mujeres indias. Como prácticamente no vinieron mujeres
españolas a Chile (sólo podía venir a América si estaban casadas), los
conquistadores tomaban a mujeres indias con las que procreaban hijos
de sangre mezclada. Había españoles que tenían más de diez hijos con
diferentes mujeres indias. Los mestizos se unían a su vez entre sí
aumentando cada vez más su proporción, convirtiéndose en el grupo
más numeroso. Vestimenta de mestizos
Los mestizos vivían principalmente en el campo, donde trabajaban como (ampliar imagen)
peones y también realizaban trabajos en las minas. Llevaban una existencia muy pobre, debido a que faltaban
lugares de trabajo y a que frecuentemente se entregaban al ocio y al vicio.
La posición de los mestizos era difícil, pues no tenían una identidad clara, ya que desarrollaban lealtades tanto hacia
los españoles como hacia los indios, grupos de por sÍ antagónicos. Una suerte similar corrían los mulatos y zambos,
los que tampoco ocupaban un lugar muy definido en la sociedad.
Negros
Muchos de ellos llegaron al país como esclavos de los conquistadores. Resultaban servidores muy fieles debido a
que despertaban el recelo de los indígenas y a que, por su color y la marca que tenían en la mejilla, eran fácilmente
distinguibles.
Prácticamente no podían huir, pues rápidamente eran apresados y restituidos a sus
amos. Más adelante, durante el período colonial, se convirtieron en sirvientes de las
casas. Muchos de ellos eran diestros artesanos.
También se les asignaba trabajo en los lavaderos de oro y en las estancias, donde
se desempeñaban como capataces, bodegueros o encargados del ganado. Las
mujeres se dedicaban a las labores domésticas, la preparación de pan o a la
confección de prendas.>
En general, los esclavos eran bien tratados ya que resultaban muy caros. Su alto
precio se explicaba por la dificultad para traerlos a un país tan apartado.
En ocasiones los esclavos eran arrendados a otros españoles para que ejecutaran
Cruzamientos raciales determinados trabajos. Algunos se empleaban en sus horas libres, recibiendo un
(ampliar imagen) salario por ello. Si lograban el dinero suficiente, podían comprar su libertad, al cabo
de muchos años.
Además de las mezclas raciales citadas, en la América colonial existían otras con nombres bastante extraños.
Algunos ejemplos son:

Mulato con
= Morisco Morisco con española = Salta atrás
española
Salta atrás con
= Chino Chino con mulata = Lobo
India
Lobo con Mulata = Gíbaro Gíbaro con India = Albarazado

Albarazado con
= Cambujo Cambujo con India = Zambaigo
Negra
Zambaigo con Calpan mulato con
= Calpan mulato = Tente en el aire
mulata Zambaigo
Tente en el aire No te entiendo con tente
= No te entiendo = Ahí estás
con Mulata en el aire

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