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Oh Dios, Tú que quisiste que floreciese Santa Mariana aún entre los placeres
mundanos como una azucena entre espinas con virginal pureza y constante
mortificación. Concédenos, te rogamos, que por sus méritos y meditación nos
apartemos del vicio y sigamos la perfección. Amén.
3) Inicio de Adoración al Santísimo:
(Juan) Vamos a pedir al Espíritu Santo que nos prepare con santas aspiraciones y deseos,
para hacer dignamente esta Hora de Adoración; donde visitamos al gran Rey.
Ahora, abre tu corazón y, en silencio, pide por tus necesidades o de las ajenas que vas a
presentar.
Oremos: Ven, Espíritu Santo, llena el corazón de tus fieles; enciende en ellos la llama de
tu Amor. Envía tu Espíritu y todo serán creados. Y renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo:
haznos dóciles a tu Espíritu, para gustar siempre el bien, y gozar de su consuelo. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amen.
(Fernanda) Creemos, Señor, que estás aquí presente. Aunque nuestros ojos
no te vean, te siente nuestra fe. Aparta de nosotros los pensamientos
extraños.
Haz que comprendamos las verdades que en esta hora santa quieres enseñarnos.
Que nos decidamos a practicarlas.
Tus siervos te escuchan; habla, Señor, a nuestra alma.
Santa María, Medianera de todas las gracias, concédenos que escuchemos y sigamos la
voz del Señor.
Padre Amado, me entrego a Ti hoy con todo mi corazón y toda mi alma. Por favor, entra
en mi corazón de una manera más profunda. Yo te digo que “Sí” a Ti hoy. Abro todos los
lugares secretos de mi corazón y te digo “Entra”, Jesús. Tú eres el Señor de toda vida.
Yo creo en Ti, y Te recibo como mi Señor y mi Salvador. No me quedo con nada.
Espíritu Santo, tráeme a una conversión profunda a la persona de Jesucristo. Yo me
entrego por completo a Ti: te entrego mi salud, mi familia, mis recursos, mi trabajo, mis
habilidades, mis relaciones, mi manejo del tiempo, mis éxitos y mis fracasos. Yo me
despojo de ellos y Te los entrego a Ti todos. Entrego mi comprensión de cómo las cosas
deberían ser y no como son, mis decisiones y mi voluntad. Yo te entrego las promesas
que he cumplido y las que he dejado de cumplir. Te entrego mis debilidades y mis
fuerzas a Ti. Te entrego mis emociones, mis temores, mis inseguridades, mi sexualidad.
Dios te Salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
/ Piensa ahora en las faltas que más te afligen, en la pasión que más te domina,
y con las palabras que te dicte tu propia necesidad pide a Jesucristo la gracia y
el remedio, y forma al mismo tiempo el propósito de seguir trabajando para
vencerte, de prevenir o de huir las ocasiones, aunque te sean muy queridas y de
no desmayar en el trabajo de la vida espiritual. Invoca a la Santísima Virgen y a
los santos patronos en este momento, que es uno de los más importantes de la
adoración. / (MOMENTO DE SILENCIO)
Jesucristo ha sido para ti en este Sacramento como el centinela amoroso que ha velado
por tu vida y por tu salvación. Tú pecabas, tú te perdías en los caminos del mundo, te
ibas lejos, muy lejos, como el hijo pródigo, y Él te seguía con la mirada de ese
tabernáculo en que tu lo dejabas abandonado… y te seguía con la mirada y te esperaba…
preparaba los amorosos lazos con los cuales te ha atraído a esta adoración. ¡Cuánta
bondad, cuánta ternura la de ese Corazón que tú haz herido tantas veces, y cuán poco
has merecido que Él te tratara tan noble y generosamente!
(MOMENTO DE SILENCIO
(Belén)
Recemos un Credo, para que nos libre Dios de una mala hora, de las tentaciones, de las
desgracias, y del pecado mortal.
Recemos una Salve a la Virgen María, por la conversión de los pecadores y las benditas
almas del purgatorio, en especial las más necesitadas.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te
salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus
ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de
tu vientre.
¡Oh clemente!, ¡Oh piadosa!, ¡Oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Postrado a vuestros pies humildemente, vengo a pediros dulce Jesús mío; poderos
repetir constantemente:
Si la confianza es prueba de ternura. Esta prueba de amor daros ansío, aun cuando esté
sumido en la amargura:
En las horas más tristes de la vida, cuando todos me dejen, ¡oh Dios mío! Y el alma esté
por penas combatida:
Si el Bautismo que hermoseara mi alma: Yo os prometí ser vuestro y Vos ser mío.
Clamaré siempre en tempestad o en calma:
Oh Dios, que para suceder al Apóstol Pedro elegiste a tu siervo “Francisco” como
pastor de tu grey; escucha la plegaria de tu pueblo, y haz que nuestro Santo
Padre, Vicario de Cristo en la tierra, confirme en la fe a los hermanos, y que toda
la Iglesia se mantenga en comunión con él, por el vínculo de la unidad, del amor
y de la paz, para que todos encuentren en Ti, Pastor de los Pastores, la verdad y
la vida eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Señor Dios nuestro, que pusiste como fermento en el mundo la fuerza del
Evangelio: concede a cuantos has llamado a vivir en medio de los afanes
temporales, que, encendidos de espíritu cristiano, se entreguen de tal modo a
su tarea en el mundo, que con ella construyan y proclamen tu Reino. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Oh Dios, gloria de los fieles y vida de los justos: nosotros, los redimidos por la
muerte y resurrección de tu Hijo. Te pedimos que acojas con bondad a tus
siervos difuntos, y pues creyeron en la resurrección de tu Hijo. Te pedimos que
acojas con bondad a tus siervos difuntos, y pues creyeron en la resurrección
futura, merezcan alcanzar los gozos de la eterna bienaventuranza. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
7) Frases de Santa Marianita de Jesús.
1.- “Uno de los rasgos más bellos de marianita es su espíritu
eclesial, amante de la iglesia como le enseñaron los jesuitas, fidelidad a los
jesuitas, a las devociones populares y litúrgicas la comunión era su
verdadero alimento espiritual que recibía en la iglesia de la compañía de
Jesús todo esto iluminaba su alma y la llenaban de paz por encima de las desolaciones”
2.- “Marianita guiada por el espíritu santo descubrió que su vocación no era la santidad
en el claustro sino la vida seglar y ciudadana su vida y sus virtudes se fraguaron en el
seno de una familia y de la sociedad”.
4.- “Padre Dios, te damos gracias por darnos a Santa Marianita de Jesús, así como ella
te amo tanto y quiso parecerse a ti señor, también te pedimos nos enseñes a seguir el
camino de Dios y seamos personas de oración.”
8) Final de la Adoración: