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http://matasanos.org/2014/04/25/legalizacion-de-las-drogas-una-medida-efectiva-o-
contraproducente/
Hablar de drogas nunca deja indiferente a nadie. Estas sustancias, de origen natural o sintético,
que tienen por finalidad producir efectos generalmente placenteros en el sistema nervioso central
del individuo que las consume -patrocinado gentilmente por el sistema dopaminérgico de la
recompensa- no sólo poseen la arista médica de su uso, abuso y dependencia, sino también
aquella relacionada a lo que ocurre antes que llegue a las manos del individuo, un problema social
y criminal de fondo no menor. La prohibición del alcohol en los EE.UU. en la década del 30 es un
ejemplo claro que este tema debe ser al menos planteado, por muy deschavetado que pudiese
parecerle a algunas personas.
La principal ventaja de la legalización sería anular el crimen organizado que está detrás de su
producción y distribución, tanto directa como indirectamente. En muchos lugares, las llamadas
“mafias” tienen aterrada y amenazada a parte de la población de grandes y pequeñas ciudades,
además de los consumidores que para conseguir drogas, secundariamente tienen a personas y
familiares expectantes de eventuales robos.
Al haber una legalización habría regulación, impuestos asociados a la compra, se podría identificar
a los individuos afectados y, por lo mismo, la posibilidad de realizar tratamientos más efectivos,
financiados por los impuestos que pagarían los mismos consumidores.
Además, quienes consumen drogas lo harían con una certeza de su pureza, su concentración, cosa
que no ocurre actualmente donde las concentraciones son impredecibles, y por ende,
potencialmente mortales.
Illegal-drugs ¿Y qué traería de malo la legalización?
Por un lado, habría una baja del precio del producto, por ende, un aumento de la cantidad
demandada de drogas, por la famosa ley de la oferta y la demanda. Sin embargo, ese efecto
debiese contrarrestarse por la tributación que se impondría, aumentando finalmente el precio y
desincentivando el consumo. Pero los precios no pueden llegar a ser tan altos como para
incentivar un mercado negro, sino volvemos al mismo panorama que vivimos actualmente.
La legalización de las drogas traería potencialmente un aumento del consumo, pero la eliminación
del underground detrás de la producción, venta y distribución sería una ganancia que justificaría la
medida. A grosso modo, habría una reducción del crimen relacionado a las drogas y una mejor
identificación temprana de las personas que necesitan tratamiento. El Estado tendría un rol activo
en la medida, ya que obtendría recursos para financiar tratamientos de rehabilitación para todos -
o quienes no tengan el dinero para hacerlo-. En ese sentido, no cabe duda que la legalización
facilita el tratamiento.
Lo único que pareciese ser obvio a estas alturas es que, además de estar escribiendo esta columna
pensando que estoy viviendo en el año 2231, es que no hay una solución ideal, pero tal como en la
década de los 30 con el alcohol en EE.UU, la prohibición continua siendo absolutamente inefectiva
y contraproducente.
https://www.juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/10-razones-para-legalizar-las-
drogas
ADOLFO D. LOZANO
19/06/2015
“Si vemos la prohibición de drogas desde un punto de vista puramente económico, el rol del
Gobierno es proteger un cartel”. Milton Friedman.
De un tiempo a esta parte está surgiendo un debate que durante largo tiempo –por no decir
siempre- pareció inexistente: el de la legalización de las drogas. En los últimos años, en EEUU más
de 15 estados han legalizado la marihuana, y más de una veintena la han legalizado para
propósitos médicos. Hoy, la mayoría de los estadounidenses apoya la legalización de la marihuana.
Pero ¿por qué hemos de apoyar la legalización y libertad de drogas? He aquí 10 razones:
Este marcador cuantifica el gasto en la guerra contra las drogas en EEUU lo que va de año; en
concreto más de 40.000 millones de dólares anuales. No hay que olvidar que todos estos onerosos
gastos los soporta el contribuyente mediante impuestos.
Cuando un bien se declara ilegal, ¿quién se encarga típicamente de distribuirlo y ofrecerlo? Como
debería ser obvio, pues aquéllos expertos en saltarse la ley. Los precios además de los bienes o
productos prohibidos suben vertiginosamente, en parte por los elevados costes de operar al
margen de la ley. Así pues, con la prohibición atraemos a los expertos en saltarse la ley con el
atractivo extra de pingües beneficios. Legalizando las drogas, cualquier persona respetuosa de la
ley y el orden podría concurrir al mercado abierto de estos bienes y productos. Como decía
Friedman, la ilegalización estimula la cartelización del mercado de drogas puesto que no está
sometido a una libre competencia.
7.- Se reduciría la corrupción policial
La ilegalización de las drogas genera precios desorbitados, que se traducen en muy elevados
beneficios. Beneficios que la ley, a través de la prohibición, considera ilegales. La corrupción
policial se ve seriamente agravada en el actual escenario prohibicionista, y con ello la propia
policía encuentra un obstáculo a combatir más eficazmente unos bienes que de por sí son
imposibles de eliminar.
Hay regiones y países como Colombia, Nicaragua u otras donde la prohibición de las drogas ha
hecho estragos hasta el punto de cobrarse muchas vidas por parte de organizaciones terroristas.
La legalización de las drogas dejaría de alimentar esas mafias y grupos armados terroristas.
Aunque al principio podría parecer extraño, el efecto de atractivo que crea la prohibición
concuerda con la realidad. Por ejemplo, de acuerdo a un estudio sobre adicción a las drogas en
Europa de 2009, los holandeses están entre los que menos tasas tienen de consumo de cannabis a
pesar de estar legalizado en su país.
Prohibir sustancias que existen en la naturaleza es ridículo en tanto que no van a dejar de existir.
El único modo de saber convivir con estas sustancias es legalizarlas, del mismo modo que el
alcohol podría verse como perjudicial para la salud pero su prohibición sólo lleva (y ha llevado) a
todas las consecuencias mencionadas. Igual que sabemos convivir con el alcohol, debemos saber
convivir con cualquier otra sustancia.
Nadie niega lo perjudicial que pueden ser las drogas. La cuestión es reconocer que todo lo
probablemente malo en ellas pasa a ser ciertamente peor con su prohibición.