Professional Documents
Culture Documents
Desde los 13 años duermo desnudo. Eso tiene muchos convenientes y pocas desventajas.
Puedo pararme a mear a las tres de la mañana sin necesidad de bajarme los calzones;
puedo rascarme los tompiates los domingos por la mañana sin complicaciones; eso sí,
desde hace varios días, ante la noticia de un inminente de un probable, sismo duermo con
calcetas por si tengo que salir corriendo en plena madrugada.
No es que sea voyerista, pero cada mañana cuando me dispongo a "hacer de la
aguas" me veo al espejo, y me digo a mí mismo, (mí mismo) como es que en tantos años no
me he animado a hacer "casting" en cada exposexo de cada año.
No me intimida andar desnudo. No tengo el cuerpo de un fisiculturista pero eso no obsta
"exhibir" mis atributos. Lo hice al lado de alemanas y danesas en las costas de Oaxaca; me
di un chapuzón como Dios me trajo al mundo en San Petesburgo en honor a Teofonía
(festividad de la iglesia ortodoxa).
Andar desnudo se me dio desde chamaco, En cada Sábado de Gloria me despojaba de
mis vestiduras para echar cubetazo y trompada con los niños rivales del otro barrio, en mi
caso, prefería andar desnudo con globos llenos de agua para hacer frente a las hostilidades
del otro bando. Eso era ventajoso, las niñas no se me acercaban, era un factor de
distracción y de paso causaba gracia entre los adultos. Así que cuando se anunció la
denudez masiva que se daría en el Zócalo pensé en que podría ser una buena oportunidad
de "andar en pelotas" en el centro de la capital.
II
y III