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El libro dos del código penal desarrolla la parte especial, y se le divide en quince
títulos. El comentario a la parte especial, se desarrollará de acuerdo al orden de cada
título, a efecto de lograr una mayor comprensión a su contenido.
Homicidio
En el título uno se desarrolla los delitos contra la vida y la integridad de la persona
humana.
Comete homicidio quien diere muerte a alguna persona. Al homicida se le impondrá
prisión de 15 a 40 años.1
A esta figura delictiva la podríamos llamar, el tipo penal genérico, del cual se derivan
todos aquellos calificados, que bien podrían llamárseles los derivados.
1
Art. 123 del Código Penal
Sería sano que se declarara en la norma, que comete el homicidio aquel que, con
intención le cause la muerte a una persona. Y no como está escrito: “Quien le diere
muerte a alguna persona”. Así como está redactada la norma, se engloba a toda
conducta del ser humano. Está incluso aquél que atiende a alguien, ya sea en un
hospital, en una situación de auxilio, el que conduce un vehículo de transporte, etc. Es
prácticamente responsable de la comisión de un homicidio solo por el simple hecho
de haber estado en el lugar y a la hora menos apropiada en toda su vida.
Del Homicidio simple se derivan la mayoría de delitos que atentan contra la vida y la
integridad de la persona. Este será el genérico y todos los derivados serán los
especiales.
Tómese nota que el homicidio simple, como norma genérica no tiene señalada la
aplicación de la pena de muerte, ni la pena máxima de prisión.
La razón la deduzco, por ser el tipo penal general del que derivarán todos. Es decir,
es muy amplio el campo que abarca en la forma como se encuentra redactada la
figura. Y serán los tipos penales derivados los responsables de señalar la pena de
muerte de acuerdo a la gravedad de la conducta, o la atenuación de ella de acuerdo a
su propia intencionalidad y grado de participación.-
HOMICIDIO COMETIDO
EN ESTADO DE EMOCIÓN VIOLENTA
Para el Derecho Penal, la alteración súbita y vehemente del ánimo puede constituir
circunstancia atenuante de la responsabilidad criminal. En tal sentido, se pronuncia el
Código Penal, en los casos de homicidio simple, de lesiones. La pena del que comete
un homicidio en estado de emoción violenta, se encuadra entre la mínima de 2 y la
2
Art. 124 del Còdigo Penal
máxima de 8 años. Compara con la del homicidio, que es de 15 a 40 años, se aprecia
que el trato es bastante benévolo. Por lo que se puede afirmar que la atenuación es
muy significante en éste tipo.
Deduzco que la motivación legislativa al respecto ha sido que efectivamente sí existe
el estado de alteración psíquica del sujeto activo, previo a la comisión de la acción.
Lo cual es calificado por los expertos de imposible de controlar o evitar. Y este actuar
obliga al juzgador a considerar que el sujeto necesita un tratamiento psiquiátrico, más
que un encarcelamiento. Aún más, podría considerarse la posibilidad de declararlo
enfermo y no un criminal.
Pero la historia de la humanidad ha demostrado que no siempre las cosas son así. El
juzgador está obligado a ver a la víctima del delito, aunque el sujeto activo tenga un
temperamento incontrolable. El Estado debe protegerla y exigir a los demás que
busquen su autocontrol bajo amenaza de sanción criminal si no lo hacen.
La Sociedad en general sabe que hay personas que a quienes les cuesta controlar su
temperamento, pero aún sabiendo que existe la imposibilidad de control en algunos
casos, les exige que hagan el esfuerzo para lograrlo. Y la amenaza está latente. Habrá
quienes consideren que les es imposible lograrlo, y si no buscan tratamiento
psiquiátrico, de seguro tendrán que responder a la sociedad con la acción del Estado
en su contra y el reproche social se traducirá en prisión. Sin embargo, aún con este
tipo de amenaza y de actuar de las personas, la Sociedad acepta que los
temperamentos de los sujetos muchas veces son los responsables de las acciones que
estos cometen. Y esta es, a mi consideración la razón por la cual la pena es atenuada.
Mucho más baja que la pena genérica del homicidio.
En el homicidio cometido en estado de emoción violenta, la ley lo que exige es que el
sujeto en el momento del hecho, se encuentre en esa situación. Si ese estado psíquico
existe, no puede ser rechazado, porque la emoción es considerada en si misma por el
Derecho como un estado psíquico en el cual el sujeto actúa con disminución del
poder de los frenos inhibitorios. Por consiguiente, el motivo de la atenuación de la
pena es subjetivo.
Hay ciertos criterios que permiten al juzgador deducir si un sujeto está o no en ese
estado de moción violenta.
a) El intervalo de tiempo entre la causa objetiva desencadenante y la comisión
del hecho. La descarga emotiva tiene qué coincidir con la ejecución misma del
hecho, es decir, el sujeto debe estar emocionado mientras lo ejecuta;
b) El medio empleado. El estado emocional no es compatible con operaciones
complicadas ni de la mente ni del cuerpo. Sin embargo, la forma brutal no es,
en sí misma, una excluyente de la emoción;
c) El temperamento del sujeto. La ley no excusa al que se encuentra en
circunstancias que determinen una posible emoción, sino al que es llevado a
ese estado por circunstancias que lo han excusable;
d) El conocimiento previo de la situación. El motivo emotivo auténtico se genera
por la súbita presentación de algo inesperado;
e) La característica exigida por la ley es la violencia de la emoción. Se debe
tratar pues de un verdadero impulso desordenadamente afectivo, porque éste
es destructivo de la capacidad reflexiva de frenación.
De igual forma, el sistema regula que si el delito cometido fuere más grave que el
concertado o de igual gravedad, pero de distinta naturaleza, o complicado por otros
delitos, los partícipes extraños al hecho, responderán por el delito concertado y
cometido, y sólo por el cometido sin concierto, en cuanto hubiere podido ser previsto,
de acuerdo con los principios generales.
Si el delito cometido fuere menos grave que el concertado, responderán sólo por el
primero.4
Considero que la problemática al respecto se solucionaría con la elevación de
conducta prohibida autónoma, el linchamiento. En nuestra sociedad ha sido frecuente
que una turba proceda a capturar a una o varias personas a las que la comunidad ha
señalado de ser los responsables de un acto delictivo. Los líderes que observan el
señalamiento proceden a detenerlos, golpearlos, aparrarlos y luego pasearlos por todo
el lugar, logrando enardecer los ánimos del colectivo, dándose todos a la tarea de
vengarse por lo que han sido víctimas. Si el grupo concentrado exige la muerte de los
individuos, les rosean gasolina en el cuerpo y les prenden fuego. Ha sido frecuente el
linchamiento de presuntos delincuentes en el interior de la República y las
autoridades se ven imposibilitadas de evitar que suceda, temen por su vida y se
abstienen de intervenir. En algunas oportunidades han querido proteger la vida de la
persona señalada de ser la responsable de los hechos delictivos contra la comunidad y
han sufrido las agresiones del conglomerado, quemando auto-patrullas, destruyendo
cedes policíacas y en algunas oportunidades atentando contra la vida de las
autoridades judiciales. Ya se dio el caso de un juez de paz que intervino para evitar el
linchamiento y resultó que fue víctima de la agresión comunitaria, dando como saldo
la muerte del funcionario judicial.
El tipo penal de linchamiento es acomodado en se sanciona por analogía, pero el
mismo cuenta con características muy propias que merece discutirse legislativamente
y llevarlo a la categoría de tipo penal autónomo.
HOMICIDIO PRETERINTENCIONAL
Se afirma que se castigará a quien cometiere homicidio preterintencional, con prisión
de dos a diez años5. La existencia de una preterintencionalidad en un crimen, le
permite al juzgador analizar la conducta desde una perspectiva atenuante. Y éstas son
aquellas que obligan al juzgador a mermar el castigo a imponer al sujeto responsable
3
Art. 39 Código Penal.
4
Art. 40 Código Penal.
5
Art. 126 Código Penal.
de la acción. Es decir, se le aplica la sanción, ya que se acepta la responsabilidad del
individuo en lo sucedido, pero por lo que se aprecia se puede deducir que la intención
real del sujeto siempre fue otra, totalmente diferente a la del resultado obtenido, que
es la muerte del individuo. Lamentablemente lo conseguido fue terriblemente dañoso,
pero se acepta que nunca fue esa su intención. Hay mala fe hacia el punto de desear
un mal a la víctima, pero el resultado nunca se pensó que podría darse con tanta
dañosidad. La ley identifica lo preterintencional como el hecho de que el sujeto
activo no haya tenido realmente la intención de causar el resultado dañoso producido.
O bien no deseaba causar éste, el que fue de mucha gravedad. El homicidio causado,
en éstas circunstancias por lo general se le califica de ser un dolo eventual.
Con la preterintencionalidad se juega a que los que juzgan llegan a tener el poder de
saber que fue lo que ha pasado en la mente de las personas. Esto es totalmente
imposible, el individuo no tiene la capacidad de leer el pensamiento de los demás. Se
puede llegar a intuir la pretensión del sujeto, por los actos externos realizados, éstos
lo delatan en su intencionalidad real. Es decir, se deduce la intención de las
circunstancias, pero nunca podría afirmarse que se sabe a ciencia cierta lo que ha
pensado en la mente del sujeto activo del delito.
Prácticamente el juzgador castiga al sujeto no por el resultado obtenido, sino por la
apreciación de las circunstancias alrededor de éste. Y con las cuales se ha
determinado que la intencionalidad fue siempre diferente a la del resultado.
Una ventaja de que el caso sea analizado por el juzgador y conducido a encuadrarlo
dentro del Homicidio Preterintencional es que, por el tipo de pena asignada al delito,
se puede pensar en resolver el caso mediante la aplicación de un procedimiento
abreviado. Con ello sucede que el caso es resuelto, en forma pronta por el juez que
controla la investigación. Para la aplicación de este procedimiento es suficiente que el
fiscal este de acuerdo en la aplicación de una condena que no supere los cinco años
de prisión y teniendo el tipo un mínimo de dos años, es factible obtener la resolución
en este vía.
Por otro lado, el tipo penal goza de la posibilidad de obtener una excarcelación,
mediante un sustituto a la prisión, ya que no se encuentra descrito entre los tipos
penales inexcarcelables6.
HOMICIDIO CULPOSO
La norma establece que al autor de homicidio culposo se le sancionará con prisión de
dos a cinco años. Cuando el hecho causare, además lesiones a otras personas o
resultare la muerte de varios, la sanción será de tres a ocho años de prisión.
Si el delito fuere cometido al manejar un vehículo bajo influencia de bebidas
alcohólicas, drogas tóxicas o estupefacientes, que afecten la personalidad del
conductor o con temeridad o impericia manifiesta o en forma imprudente o
negligencia en situación que menoscabe o reduzcan su capacidad mental, volitiva o
6
Art. 264 del Código Procesal Penal.
física, se impondrá al responsable el doble de la pena que le correspondería en caso
de no existir alguna de estas circunstancias.
Si el delito se causare por pilotos de transporte colectivo en cualquiera de las
circunstancias relacionadas en el párrafo anterior, será sancionado con prisión de diez
a quince años.7
El homicidio culposo permite la desjudicialización del caso con la aplicación de
algún criterio por el Órgano Jurisdiccional. La pena máxima asignada a éste tipo
penal, no supera los cinco años y en caso haya oposición de la víctima a su
aplicación, es factible resolver el caso mediante un procedimiento abreviado, siempre
que el sujeto activo acepte la responsabilidad imputada por el fiscal.
Ahora bien, tómese nota que aquí se esta juzgando un hecho de sangre que contempla
el fallecimiento de un ser humano. Para la sociedad el reproche que ha de hacérsele al
responsable deberá ser grave. Pero pueda ser que las circunstancias en que se ha
producido, se obliga al juzgador a efectuar un análisis a profundidad del caso, para no
cometer injusticias con la familia de la víctima.
En principio, el homicidio es culposo porque nunca se ha tenido la intención de
causarle la muerte a una persona. Y si éste se produjo, ha sido por conducta
imprudentes del sujeto activo, por la falta de pericia en su actuación o bien por pura
negligencia.
El sistema estipula que la conducta es culposa, porque le es imposible encuadrarla
con dolo. No identifica la intencionalidad de causarle la muerte a la persona. Es por
ello que se permite la aplicación de algún criterio o salida alterna al caso. En el
homicidio culposo se puede llegar a producir la pena natural, la cual consiste en que
el imputado sufre en carne propia el castigo natural por lo que ha hecho. Con el solo
hecho de tener que cargar durante toda su vida, con el cargo de conciencia de ser el
responsable de la muerte de un ser querido, ya es bastante. Vivirá con el castigo de la
responsabilidad. La prisión se convierte en inoperante para el caso.
Ejemplo de ello podría ser el ser responsable por la muerte del hijo, quien se conducía
de copiloto en el vehículo que ha chocado el sujeto, conduciéndolo bajo efectos de
vividas alcohólicas. Vivir con ese cargo de conciencia, será suficiente pena para él. Y
la prisión no tiene caso que sea decretada.
En el homicidio culposo hay que analizar la posibilidad que se haya cometido por
negligencia, o bien por impericia o imprudencia. Puede ser uno de ellos o los dos o
tres elementos los causantes del resultado. Analizando por separado cada uno de
ellos, se entiende que la negligente en un comportamiento, que requiere atención total
de su autor. Y por haber desatendido el cuidado se ha producido un resultado dañoso,
que condujo a la muerte de una persona. Aquí se debe analizar la falta del deber
objetivo de cuidado. De igual forma podríamos decir de la impericia. Se es perito en
un comportamiento que requiere no solo la atención sino además la habilidad
suficiente para no cometer errores en el actuar. La pericia es apreciada en los expertos
7
Art. 127 del Código Penal
y hay comportamientos humanos que la exige y el no tenerla genera responsabilidad
en el sujeto, al menos, el mínimo necesario para el desarrollo de la actividad humana.
Aquí se está ante el comportamiento profesional en la mayoría de los casos. Y la
tercera característica sería la imprudencia, en donde podemos abrigar la falta de
mesura en el sujeto activo de la acción. El imprudente en un acto de la vida puede
llegar a causar un daño irreparable, deberá responder ante la sociedad aquél individuo
que, estando obligado a ser prudente en su actuar, no lo hace, por lo que merece el
reproche social.
Pues bien, aquí estamos ante el comportamiento culposo responsable del daño
producido, por imprudencia, negligencia o por impericia.
Al hablar de tener que calificar el comportamiento humano como una falta al deber
objetivo de cuidado, se esta ubicando el comportamiento en la frontera entre el dolo y
la culpa. Porque, en muchas oportunidades el resultado dañoso es a consecuencia
precisamente de haber perdido la objetividad en el actuar. Considero que debería de
buscar darle autonomía a cada una de las conductas descritas y no englobarlas dentro
del campo de la culpa, pues el actuar en la misma debe estar plenamente revestida de
una total legalidad, lo cual en su mayoría no es la constante.
Es posible apreciar que hace falta en el tipo penal la ejecución, cuya existencia es
contemplada en otros códigos de latino América. La misma consiste en la acción en sí
de ejecutar la acción por tercera persona.
Se me ha indicado que este tipo penal es totalmente diferente a la Eutanasia, de la
cual ya he escrito con anterioridad, sin embargo veo oportuno relacionarla con el tipo
penal. La inducción o ayuda al suicidio la relaciono con la eutanasia por el fin que se
persigue, el cual es la búsqueda de la muerte de una persona.
Si se le llega a relacionar con el tipo penal que nos ocupa, es posible analizar la
necesidad de introducir la inducción o ayuda al suicidio en masa, el cual es frecuente
8
Art. 146 y 147 del Código Penal
9
Art. 128 del Código Penal
cuando se le acompaña con el fanatismo religioso, así como la inmolación personal
por motivos políticos, o bien el propio fanatismo ideológico o creencias religiosas.
INFANTICIDIO
La madre que impulsada por motivos íntimamente ligados a su estado, que le
produzcan indudable alteración síquica, matare a su hijo durante su nacimiento o
antes de que haya cumplido tres días, será sancionada con prisión de dos a ocho años.
10
Se trata de la mujer recién parida, o que está en ese proceso, la que por motivos
psicológicos llega a experimentar un rechazo al nuevo ser, producto de su
concepción. La norma pone límite al infanticidio, deberá causarle la muerte al niño
durante o después de nacido, pero el tiempo no deberá de exceder de tres días, porque
de lo contrario, la imputación tendría que ser de parricidio. Este trastorno psicológico
es tratable y bien puede llegarse a superar médicamente. Si el Médico de la paciente
10
Art. 129 del Código Penal
detecta la posibilidad de que se pudiera dar una alteración psicológica que le provoca
un estado emotivo de trastorno mental, el cual es transitorio, puede llevarlo a
prevenirlo con medicamento. Es factible estabilizar al paciente, así es como se
consigue y se evita que se produzca la muerte de su hijo. Pero en aquellos casos, en
los cuales la mujer dejó pasar el embarazo e ignora que padece de la patología y lo
exterioriza días después del parto, es de suponer que ella se entera que padece en
forma transitoria la demencia, ya cuando se encuentra en el proceso de parto. En
Algunas oportunidades se produce el abandono del recién nacido, con la puesta en
peligro de su propia integridad física. En otras ocasiones ha resultado que lo ha
regalado a personas extrañas y cuando ella da de si y desea recuperarlo, resulta que ya
no lo encuentra. Y de igual forma, hay oportunidades en las que le causa la muerte al
infante, antes de que éste cumpla los tres días de nacido.
SUPOSICIÓN DE MUERTE
12
Art. 9 y 10 del Código Civil
13
Arts. 76, 77, del Código Procesal Penal. Ver además los siguientes Arts. 194, 213, 228, 273 del
Código Procesal Penal.
Quien maliciosamente se hiciere pasar por muerto o conociendo la existencia de
proceso instruido con ocasión o con motivo de su fallecimiento, no se manifestare,
será sancionado con prisión de uno a cinco años. 14
Sujeto activo puede ser cualquier persona mayor de edad. En el Renap (Registro
Nacional de Personas) deberá constar la inscripción de defunción, de aquél que está
simulando su fallecimiento. Y la otra circunstancia tendría que ser que se haya
tramitado proceso sucesorio donde el causante sea la persona que aparenta su
fallecimiento.
Se ha sabido de casos en los cuales la familia del supuesto fallecido, se hace presente
ante la acreeduría para ponerlo al tanto del fallecimiento. La intención es que sea
condonada la deuda y si ya hay intervención judicial, se sobresea el proceso y se
archive el expediente. Es factible que se llegue a sobreseer cualquier proceso
entablado en su contra. La obtención de certificaciones de defunción en la
Municipalidades Capitalinas anómalas era frecuente, para la celeridad de procesos en
trámite. En las Municipalidades del occidente del país era frecuente el asiento de
defunciones en libros especiales, que permitían se anotara el asiento con solo el
consentimiento de las autoridades ediles. Este tipo de anomalías en la actualidad ya
no es factible poderlo realizar, ya que el control de los diferentes registros de
personas, ha quedado centralizado en la Oficina del Registro Nacional de Personas,
(RENAP) la que ha tomado la responsabilidad de llevar los controles y archivos de
nacimientos, defunciones y del documento único de identificación. Si se podía
realizar con anterioridad ante las Municipalidades de los Municipios del Interior, en
la actualidad es casi imposible de lograrlo.
Con éste comentario se concluye el capítulo uno del libro dos, para dar paso al
siguiente.
CAPITULO II
DE LOS NOMICIDIOS CALIFICADOS
PARRICIDIO
Quien conociendo el vínculo, matare a cualquier ascendiente o descendiente, a su
cónyuge o a la persona con quien hace vida marital, será castigado como parricida
con prisión de 25 a 50 años. Se le impondrá pena de muerte, en lugar del máximo de
prisión, si por las circunstancias del hecho, la manera de realizarlo y los móviles
determinantes, se revelare una mayor y particular peligrosidad en el agente.
A quienes no se les aplique la pena de muerte por este delito, no podrá concedérseles
rebaja de pena por ninguna causa.15
Se considera tipo penal calificado, dentro del homicidio por las circunstancias en que
es cometido el acto criminal. Se trata de que el sujeto activo le da muerte a su o sus
padres, abuelos, hermanos, esposa o conviviente, hijos, nietos. El parricidio se
comete contra parientes por consanguinidad ascendientes o descendientes, contra la
esposa o persona con la que se tiene vida marital.
15
Art. 131 del Código Penal
Pero en caso la muerte sea de un sobrino, ahijado, cuñada, concuño, ya no podría
calificarse la acción de parricida, sino entraría a encuadrarse como homicidio.
ASESINATO
Comete Asesinato quien matare a una persona en las siguientes circunstancias:
1) Con alevosía.
2) Por precio, recompensa, promesa, ánimo de lucro.
3) Por medio o en ocasión de inundación, incendio, veneno, explosión,
desmoronamiento, derrumbe de edificio u otro artificio que pueda ocasionar
gran estrado.
4) Con premeditación conocida.
5) Con ensañamiento.
6) Con impulso de perversidad brutal.
7) Para preparar, facilitar, consumar y ocultar otro delito o para asegurar sus
resultados o la inmunidad para sí o para copartícipes o por no haber obtenido
el resultado que se hubiere propuesto al intentar el otro hecho punible.
8) Con fines terroristas o en desarrollo de actividades terroristas.
El delito de asesinato no es más que un homicidio simple agravado con una o más
circunstancias calificativas específicas que concurren en el desarrollo de la acción;
circunstancias que pueden ser de índole objetivas cuando se refieran a la materialidad
del hecho o subjetivas, cuando se refieran a la conducta desarrollada por el sujeto
activo de la acción. Siendo entonces los elementos de dicho delito los siguientes:
a) muerte de una persona;
b) dolo de muerte o intencionalidad de matar;
c) que en el desarrollo del delito concurra una o más circunstancias agravantes
específicas descritas en la norma.
La ley penal contempla ocho agravantes específicas que califican la muerte de una
persona como asesinato y de la misma norma se desprende que es suficiente con que
se de una de ellas, no se necesita que hayan varias. Basta con que haya una para que
se criminalice la conducta como tal.
16
Art. 132 del Código Penal.
He podido apreciar que calificar el crimen de alevoso, depende mucho de la
subjetividad con que se aprecie. Y es aplicado por el juzgador dependiendo de la
apreciación que se tenga de cada exposición hecha por las partes. Hay quienes
únicamente aceptan su existencia cuando es plenamente notoria la exposición de la
acción criminal, en cuanto a que el acto se comete con caracteres de aseguramiento
del resultado. Cuando se aprecia la acción criminal bajo otra perspectiva se califica la
conducta únicamente como de homicidio.
La norma califica como acto alevoso, aquél que comete el sujeto activo de la acción
delictiva empleando medios, modos o formas, que tiendan directa o especialmente a
asegurar su ejecución, sin riesgo que proceda de la defensa que pudiera hacer el
ofendido; o cuando éste, por sus condiciones personales o por circunstancias en que
se encuentre, no pueda prevenir, evitar el hecho o defenderse. 17
Es prácticamente el aseguramiento del resultado, sin mayor o ningún riesgo para el
sujeto responsable de la acción criminal.
Mientras no se legisle al respecto del recurso de gracia, no habrá quien conozca del
mismo, por tanto, mientras se este dando esta situación, en los procesos donde haya
condena a muerte, siempre tendrán pendiente el otorgamiento del recurso de gracia. Y
de acuerdo al Pacto de San José, todo condenado a muerte tiene derecho a que se el
otorguen todos los recursos que hayan estipulado en la legislación e incluso el de
gracia. Por lo que, la condena a muerte, se convierte en cadena perpetua.
17
Art. 27.2 del Código Penal
EJECUCION EXTRAJUDICIAL
Comete el delito de ejecución extrajudicial, quien por orden, con autorización, apoyo
o aquiescencia de autoridades del Estado, privare, en cualquier forma, de la vida a
una o más personas, por motivos políticos, en igual forma comete dicho delito el
funcionario o empleado público, perteneciente o no a los cuerpos de seguridad del
Estado, que ordene, autorice, apoye o dé la aquiescencia para la comisión de tales
acciones.
Constituye delito de ejecución extrajudicial, la privación de la vida de una o más
personas, aún cuando no medie móvil político, cuando se cometa por elementos de
los cuerpos de seguridad del Estado, estando en ejercicio de su cargo, cuando actúen
arbitrariamente o actúen con abuso o exceso de fuerza. Igualmente cometen delito de
ejecución extrajudicial, los miembros o integrantes de grupos o bandas organizadas
con fines terroristas, insurgentes, subversivos o con cualquier otro fin delictivo,
cuando como resultado de su accionar resultare la muerte de una o más personas.
El reo de ejecución extrajudicial será sancionado con prisión de veinticinco a treinta
años.
Se impondrá la pena de muerte en lugar de máximo de prisión, en cualesquiera de los
siguientes casos:
A) Cuando la víctima sea menor de doce años de edad o persona mayor de
sesenta años.
B) Cuando por circunstancias del hecho o de la ocasión, la manera de realizarlo y
los móviles determinantes, se revelare una mayor peligrosidad del agente.18
18
Art. 132 Bis del Código Penal. Vigente del 22 de julio de 1995
portación ilegal de arma de fuego, asalto a mano armada, disparo de arma de fuego,
posesión de estupefacientes para su consumo, violación, daños a la propiedad,
escándalo en la vía pública bajo efectos de bebidas alcohólicas, amenazas, extorsión,
etc.
La deducción que se hace ante dicha noticia es que, existen grupos paramilitares
operando dentro del Estado, que hacen su propia justicia. Ellos son jueces y
ejecutores en forma simultanea. Obvian con su proceder, policías, jueces, custodios,
magistrados, y todo un sistema de administración penitenciaria y de justicia.
Identifican al supuesto delincuente, lo capturan y lo llevan a ejecutar en forma
inmediata. Se confirma aquel dicho que dice, muerto el chucho, se acabó la rabia. En
administraciones pasadas de gobierno se llegó a establecer con plenitud, que dentro
de las fuerzas de seguridad del Estado, se encontraban grupos armados de exterminio
de supuestos delincuentes y eran los encargados de las ejecuciones extrajudiciales.
Regularmente se ejecutó a todos aquellos pandilleros que han mantenido en un estado
de zozobra a un grueso número de personas de la clase medie de la sociedad. Por lo
regular se ejecuta al pandillero, pertenecientes a alguna Mara que opera en las urbes.
Es frecuente escuchar la noticia de que dichos mareros han asaltado a mano armada el
transporte colectivo, despojando de sus pertenencias a todo el pasaje.
Pero las Maras han evolucionado, hoy ya extorsionan sin discriminación a aquellas
personas que sus conocidos les refieren y les han informado que éstas personas sí
cuentan con posibilidades económicas que les permite pagar una extorsión de entre
10 a 30 mil quetzales, por una sola vez. Que si paga la primera, formarán parte de la
lista de clientes a quienes se les puede sacar el dinero más adelante con gran facilidad
y que no hay que desperdiciar la oportunidad.
Realmente la sociedad no llega a llorar demasiado a los pandilleros ejecutados
extrajudicialmente, tiene claro que dichas personas han tomado como su modus
vivendi la organización criminal y se especializan en sus acciones para evitar ser
atrapados por las autoridades y encarcelados por un leve espacio de tiempo, ya que la
justicia no funciona y el Fiscal aún no se ha enterado de cual tendría que ser su labor
en este tipo de actividad delictiva.
Y en cada oportunidad en que se ejecuta el acto criminal, se gana experiencia que es
puesta en práctica más adelante, y se obtienen buenos resultados económicas que
benefician a toda la organización criminal y a sus familias. Por ello es que reciben
apoyo de todos ellos.
La conclusión a la que llega la sociedad civil al respecto es que, tiene que tomar la
justicia por su propia mano, y es así como llegan a realizarse las ejecuciones
extrajudiciales. Se dan la tarea los particulares de localizar al pandillero. Le ofrecen
pagar, pero desean conocerlo y es así como se llegan a cruzar las personas afectadas
con él. El saldo es posible verlo en los medios de comunicación que dan la noticia, en
la cual informan que un pandillero ha sido atacado por particulares y atado de pies y
manos es rociado con gasolina y ha sido quemado vivo.
Los pandilleros tienen claro que, matando a uno es seguro que todos paguen, porque
ellos no querrán correr con la misma suerte. Muestra de ello es lo que sucede con los
empresarios del transporte colectivo. Los Pilotos del transporte urbano se ven
obligados a paralizar el servicio. Ya nadie quiere trabajar con un bus, porque temen
por su vida. Han visto como acribillan los pandilleros a sus compañeros y todo
porque el empresario no quiere pagar la extorsión. Ya cuando se ponen de acuerdo,
transan una suma de dinero mensual, y establecen el lugar donde se entregará el
dinero, se puede apreciar que todo se normaliza, y salen nuevamente los buses a
circular. El pandillero queda tranquilo y espera el fin de mes para disponer del dinero
extorsionado. A las autoridades no le informan de la negociación, ni mucho menos de
cuanto es lo que están entregando como extorsión. La Policía se entera de todo lo que
ha pasado, cuando resulta que el pandillero ya no se conforma con lo que les entregan
y quiere más. Es en ese momento cuando acuden los empresarios a la autoridad, para
lograr evitar que sigan extorsionándolos. Pero ha resultado que el pandillero y sus
allegados están acostumbrados a recibir una cantidad de dinero y hoy pretenden
cortarles el ingreso. En ese momento se desata la violencia en todo el sector. Se inicia
la matanza de pilotos de transporte colectivo, se paraliza el transporte, y el usuario
llega a ser el más afectado, ya que no tiene como movilizarse en la ciudad, desde y
hacia el lugar de trabajo.
Cuando las autoridades intervienen en el asunto, ya ha transcurrido un buen período
de tiempo, en el cual ha resultado que el pandillero se ha acostumbrado a recibir el
dinero en forma mensual y ya no le gusta que estén con la intención de interrumpir la
entrega. Y es cuando los empresarios se ponen de acuerdo en ya no entregar dinero a
las pandillas cuando se desata la hola de ataques contra los pilotos del transporte
público.
Cuando se logra capturar a un pandillero, se aprecia el estado emocional de las
personas que han sido afectadas por éstos, descargan en él toda su ira y desean que
sea linchado, para acabar con las extorsiones de que son víctimas.