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El libro Los patitos feos: La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida, es un libro que

contiene experiencias clínicas sobre niños y niñas que han sufrido algún tipo de maltrato y como
afecta eso a sus vidas.

La resiliencia es la capacidad para resistir las adversidades, un mecanismo de autoprotección


formado primero por los lazos afectivos y luego por la expresion de las emociones.

El libro nos habla de que poner fin al maltrato no es la solución definitiva, pero si un paso
importante para conseguir la metamorfosis deseada. Para adquirir cierta resiliencia, el libro analiza
tres puntos de vista diferentes: la huella que dejan los recursos internos en el temperamento, la
estructura de la agresión y la disposición de los recursos externos en torno al agredido.

Capítulo 1: La oruga
El capítulo empieza mostrándonos que los determinantes genéticos existen, lo que no quiere decir
que el hombre esté genéticamente determinado. Nos muestra los cambios que existen durante
nuestra vida intrauterina, cuando nos dejábamos arrastrar y dábamos cierto tipo de brincos. En
donde se aprecia que la boca del feto revela la angustia de la madre La transmisión del
pensamiento se realiza en un plano material y configura el temperamento del bebé antes de su
nacimiento. Hacer que el niño nazca no es suficiente, además hay que traerlo al mundo. Los recién
nacidos no pueden ir a parar a ningún otro sitio que no sea la historia de sus padres, el mas
mínimo acto del bebe habita en los sueños de los que le rodean, cuando el marco en el que se
desenvuelve el recién nacido es en realidad un triángulo compuesto por sus padres y por él
mismo. Cada familia se caracteriza por un tipo de unión que elabora un entorno sensorial
alrededor del bebe. Todo discurso individual o cultural construye ese entorno sensorial que
enseña al niño su estilo afectivo. Cuando el estilo afectivo del niño depende del tipo de enseñanza
y de la relación con la madre. Esa relación con la madre organiza los comportamientos que
moldean el temperamento del niño. Una madre que recibe apoyo afectivo por parte de su pareja y
de su familia y tiene sostén social puede ofrecer mejores brazos La simple presencia del padre
modifica la adaptación al medio de la madre que alberga al niño. El congénere desconocido: el
descubrimiento del mundo del otro, la perplejidad, la mirada, el dedo índice y la representación
teatral preparan a los bebés para sus primeras palabras. El humor no es cosa de risa, es cosa
destinada a transformar la angustia en fiesta emocional. El sufrimiento de la madre impide que el
niño adquiera las conductas de seducción. Un macho puede ser sustituido por una jeringuilla de
fecundación, pero un padre ha de ser de carne y hueso para promover la confianza. A partir de la
octava semana un niño percibe preferentemente a un figura de apego. La búsqueda afectiva
depende de la generosidad de los adultos que brindan cuidados.

Capítulo 2: La mariposa
Este capítulo nos muestra lo que las cosas como son. El mejor de los cinismos. Afortunadamente,
mostrar una opinión es ya una forma de interpretación. Toda conmoción provoca una
desorganización que las culturas han encontrado muy difícil pensar. La emoción traumática es una
conmoción provocada por la idea que el agredido tiene del agresor. Somos capaces de perdonar a
una catástrofe natural, pero revivimos incesantemente la agresión de un grupo humano. No
podemos encontrar sino aquellas cosas a las que nos hemos vuelto sensibles por la acción de
nuestro entorno. La sumisión, la desconfianza, son defensas adaptadas por nosotros mismos, pero
la resiliencia exige la creación de un nuevo entorno. Con el trabajo de la memoria, un trauma se
transforma en un recuerdo más gracias a una victoria verbal. Los tormentos que torturan hacen
que el herido sea sujeto y protagonista de su propia curación. La delincuencia, ya es algo normal
en nuestra sociedad, junto con la donación. Nuestra propia historia esta constituida por relatos
reales, que reflejamos en nuestras relaciones. El efecto de la memoria traumática permite
convencernos de que la felicidad sigue siendo posible. Mediante la inserción social los niños se
ponen a prueba para probarse a sí mismos que han sido perdonados. La violencia de Estado se
extiende sobre el planeta, pero los niños sólo se derrumban cuando se derrumba su entorno.
Comprender sin actuar nos hace vulnerables, pero actuar sin comprender nos convierte en
delincuentes. La madurez precoz, las fantasías infantiles y ciertos sueños prenden algunas llamitas
que el medio puede apagar o avivar. Verse agredido por un desconocido es menos perturbador
que la agresión de una persona próxima que a menudo disfruta de la protección de la sociedad.
Cuando la familia se hunde, la víctima no consigue superar el trauma tras una agresión. Lo que
ayuda a los miembros de la familia no es la compasión sino su revalorización mutua. Cuando el
trabajo del sueño dormido se incorpora a nuestra memoria y nos gobierna, el trabajo del sueño
despierto nos permite recuperar el control. El sueño biológico transforma las preocupaciones que
invaden nuestras ensoñaciones diurnas en residuos cerebrales. La reparación de la representación
de la herida mediante todas las modalidades de expresión permite prescindir más tarde de la
negación que, como la escayola sobre una fractura, protege mientras altera. Un niño atropellado
queda en manos de la creatividad que la familia y la cultura estimulen o dificulten. Se dice que las
culturas normativas erradican la imaginación, pero la creatividad no es una actividad de ocio; es un
lazo social, no un rápido consumo. El talento es un desafío que se opone a una realidad
excesivamente dolorosa. Aprendemos sin darnos cuenta, el sentimiento de lo evidente es una
conciencia parcial que no impide la verificación de una serie de aprendizajes inconscientes
contrarios a esa evidencia.
Despues de haber leido el libro he de decir que la resiliencia no es una cualidad que posee una
persona, sino que es un proceso que desde que nacemos estamos formando nosotros mismos y
que nos une con nuestro entorno, como mecanismo de autoprotección formado por los vínculos
afectivos y luego por la expresión de ciertas emociones. Para que un niño pueda crear resiliencia
tiene que contar con el apoyo de sus padres, o en caso de abandono con sus tutores legales o
personas mas allegadas. Un niño maltratado puede superar esa etapa de su vida si tiene apoyo y
no se le culpabiliza. Para la adquisición de una fuerte resiliencia, tiene mucha importancia el
temperamento del niño, que será la manera en la que actúe ante tales agresiones. Cuando un niño
recibe un golpe, la significación que vaya a recibir en un futuro dentro de su contexto familiar y
social, es lo que explica las consecuencias del segundo golpe, el que podría provocar un trauma.
Por ultimo, tener apoyo no solo de los mas cercanos, sino de la sociedad, ver que la gente se
involucra, ofrece guías de resiliencia que podrán ayudar a ese niño para que prosiga un desarrollo
normal, aunque este alterado por esa herida.
Es un libro muy interesante y lo recomiendo.

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