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El texto de Fernando Rivera Calderón se centra en la producción de un personaje: la peor

señora del mundo. El primer párrafo delinea una serie de características monstruosas y

motivos que se repetirán a los largo del cuento: “Era gorda como un hipopótamo, fumaba

puro y tenía dos colmillos puntiagudos y brillantes. Además, usaba botas de pico y tenía

unas uñas grandes y filosas con las que le gustaba rasguñar a la gente.” El filo de las uñas,

de los colmillos y las botas le dan a la señora características de un monstruo invencible con

múltiples y filosas armas de ataque. Lo ilógico de sus acciones malvadas también nos

delinea al personaje, arremete contra sus hijos se hayan portado mal o no, alimenta a sus

seres queridos con comida para perro e incluso las autoridades policiacas se alejan de sus

camino.

Todos los motivos narrativos de Rivera Calderón tienen el propósito de conjuntar

imágenes barrocas y caóticas, desde el jugo de limón en el ojo de los niños hasta las

hormigas que no hacen hormigueros por temor al agua caliente, son precisamente estas

imágenes las que hacen el texto entretenido para el lector.

Pero no son solamente los motivos narrativos aislados los que crean un relato

entretenido: los motivos evolucionan en complejidad para crear un clímax de la historia. En

el planteamiento de nuestro relato vemos el miedo que tienen los habitantes del pueblo a la

señora, la solución a este problema es la huida; nos encontramos entonces con una ciudad

desierta en la que solamente quedan dos habitantes: la señora y una paloma mensajera. Es

aquí en donde la maldad de la señora se nos revela con motivos narrativos más exagerados,

la tortura de la paloma tiene diversas formas: la mujer se divierte arrancándole las plumas,

poniendo vinagre en su agua, chile en su comida y torciéndole las patas. Estas cuatro

acciones sistemáticas se revierten para que la paloma pueda cumplir con su cometido de

mensajera. El recado de la paloma convoca a la población a volver, el monstruo permite


que los habitantes tengan un momento de venganza antes de volver a atormentarlos. “Y

desde entonces volvió a ser la peor, la más peor, la peorsísima de las mujeres”, en esta

exageración del narrador se encierra la evolución del relato, a partir de ahora los motivos

narrativos evocarán imágenes con una carga referencial más fuerte, desde el morder la oreja

de un carpintero hasta el arrancar mechones de la melena de un león encontramos que la

evolución de los motivos provee imágenes más cargadas de referencialidad y más

entretenidas para el lector.

El viejo que trabajaba en la fábrica de hielo subvierte el relato al proponer su idea,

las acciones de la señora ya no nos proporcionan tantas imágenes como lo hacen las

peticiones de los personajes secundarios, ahora el zapatero compara el arrancar los

mechones de pelo con el trabajo de un peluquero habilidoso, los hijos de la señora fingen

llorar mientras comen cereal con miel. En la ilogicidad del relato la peor señora del mundo

termina derribando el muro que está alrededor del pueblo y continúa “haciendo las cosas

malas más buenas del mundo”. El relato termina de esta forma, en el universo subvertido la

señora-monstruo termina siendo la víctima del engaño de los pobladores, los cuales se

divierten bastante con su elaborada treta.

El cuento se construye causalmente así: en un principio con las fechorías de la

señora y al final con la transformación de la señora en “buena” gracias al engaño de los

pobladores. El cuento es entretenido debido a los motivos que generan imágenes disimiles e

interesantes para los lectores y que estas imágenes vayan creciendo en complejidad y

extrañeza mientras avanza la obra. Los personajes secundarios toman fuerza narrativa al

final del relato gracias al engaño, lo que coincide con la derrota de la señora, el efecto de

sentido que tiene este movimiento genera en el lector una sensación de cambio al térmico

del cuento.

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